Sin embargo, bajo esta modalidad no se está creando nuevo capital, ni un gran proceso de innovación tecnológica, ni una gran masa de plusvalor, sino que se amasa capital muerto bajo mecanismos de apropiación privada (Petras, 2005). En este caso, la inversión extranjera directa (IED) actúa como fuerza motora o caballo de Troya, aunque está investida de una mitología que le confiere atributos de motor del desarrollo, cuando realmente actúa como una colosal fuerza extractora de excedentes. La reincorporación de la periferia a la dinámica de acumulación centralizada profundiza el desarrollo desigual e incrementa las ganancias del capital transnacional.
Y no solo eso, sino que la mitad de este descenso se ha producido en los últimos treinta y cinco años, como demuestra Steven Pinker en su impresionante libro En defensa de la Ilustración. En ese sentido, la escasa presencia e influencia del poder político en el mercado destaca especialmente, pues permite a propietarios o empresarios operar con un alto grado de libertad e independencia para la consecución de beneficios. Con estos, los empleadores logran la reinversión en las empresas y el pago a los trabajadores. Al mismo tiempo, supone la reducción de poder que el estado tiene en el día a día financiero y empresarial. Dando, de este modo, mayor peso a los agentes privados y ocupándose de la supervisión de los mercados.
1 La actual disaster entraña una inevitable depuración de capitales sobrantes, lo que algunos han llamado «destrucción creativa», que responde a la necesidad recurrente de abaratar capital constante. Además se apuntala la concentración de poder en el Estado imperial y sus socios de los países subdesarrollados, con la aquiescencia de los principales organismos internacionales, lo cual configura el nuevo imperialismo (Harvey, 2005) o imperialismo colectivo (Amin, 2005). Como resultante, se aglutina una inconmensurable masa de riqueza en manos de una delgada élite de la burguesía transnacional. Este camino significa acrecentar a un mismo tiempo las de por sí enormes desigualdades sociales en los países periféricos, pero también en los propios países centrales, y las asimetrías entre regiones centrales, periféricas y subdesarrolladas. En su formulación ideológica, el neoliberalismo reniega de la regulación Estatal sobre el mercado. En la realidad, el Estado es un agente central para que el proyecto que representa el neoliberalismo se pueda implantarse y expandirse.
No obstante, es importante tomar nota de que la crisis no ha significado, por sí sola, un descarrilamiento del modelo neoliberal, ni la fulminación de su fundamento teórico —la economía neoclásica y neoliberal—, ni siquiera a contenido las operaciones especulativas. personas pobres en el mundo No obstante, hay experiencias alentadoras en algunos países de América Latina que intentan construir una ruta alterna al neoliberalismo. Enormes contingentes de población devienen en redundantes o desechables para las necesidades de valorización del capital.
Mi nuevo libro, El capitalismo no es el problema, es la solución (Unión Editorial, 2021) viaja por medio mundo para explicar la fuerza del mercado a la hora de generar progreso y la miseria que generan el socialismo y el comunismo. En 2010, sin embargo, ese número había aumentado a sixty four, gracias a las reformas capitalistas de Deng. Ningún otro país del mundo, salvo Estados Unidos, tiene tantos ciudadanos de gran patrimonio como China. En ningún otro momento de la historia se produjo una salida masiva de la pobreza extrema tan acelerada como la que vivió China. Según cifras oficiales del Banco Mundial, el porcentaje de personas que estaban en esta situación ha bajado del 88,3% en 1981 al sixty six,2% en 1990 y finalmente al 0,7% en 2015. Durante este período, el número de personas que vivían en la extrema pobreza se redujo de 878 millones a menos de 10 millones.
Sin embargo, se culpa al capitalismo de todo lo que los críticos consideran insupportable en este planeta. La amplitud y profundidad de la disaster estructural y sistémica del capitalismo mundial ha prohijado cuatro paradojas sintomáticas (véase tabla 3), derivadas del estancamiento de los ejes de la estrategia de acumulación mundial centralizada revisadas previamente. Esta nueva cepa del capitalismo llevó a un mayor crecimiento económico en todo el mundo, al tiempo que sacó a un número sustancial de personas de la pobreza absoluta.
Se trata, en otras palabras, de los perdedores de la transformación neoliberal, que ahora aceptan el nuevo estilo anti-establishment y abrazan una ideología ecléctica, que incluye nuevos métodos de redistribución de la renta, aunque en common prevalecen las políticas de corte asistencialista. Evidentemente, este proceso redistributivo verificado en los últimos años en América Latina fue facilitado por el enorme crecimiento del mercado global de commodities que propició, en varios países de la región, una transformación del perfil de la deuda externa, la formación de reservas internacionales y una dinámica de expansión económica. Los principales commodities metálicos (níquel, cobre, aluminio, hierro y zinc) registraron, entre 2001 y 2007, un aumento de su precio de cerca de 200%; los energéticos (gas, petróleo y carbón), de one hundred pc; y los agrícolas (maíz, soja, azúcar y café), de 50%. Con ello, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela consiguieron un crecimiento superior a one hundred pc en sus exportaciones entre 2001 y 2005, las reservas internacionales de Argentina, Brasil y Venezuela crecieron cerca de 150%, y en México y Perú se incrementaron 60%. Pero esta nueva realidad, además de provocar un proceso de apreciación de las monedas locales que impacta en la competitividad externa de esos países, no durará para siempre.
Sin embargo, serían más afortunados que el «ejército de reserva de los desempleados» – un pool de trabajadores ociosos lo suficientemente grande como para hacer que otros teman perder su empleo, pero suficientemente pequeño como para no desperdiciar la plusvalía que se podría extraer al hacerlos trabajar. En los últimos años, la prostitución se ha situado en un lugar central de la opinión pública. El movimiento feminista, por su parte, ha colocado la lucha contra la prostitución en el corazón de su poblacion pobre agenda política. Y sectores del poder político han recogido esta preocupación con la promesa de hacer políticas abolicionistas, tal y como han hecho países europeos como Francia, Irlanda o Suecia, entre otros. Basándonos en el historial de los centros de poder, es evidente que los humanos y los no humanos seguramente llegaremos a nuestra desaparición en las próximas décadas a menos que la gente común se libere de la delirante narrativa avanzada por éstos que ha dominado a la opinión pública.
Incluso si la economía está creciendo, la desigualdad de ingresos y el estancamiento de los salarios pueden hacer que las personas se sientan menos seguras a medida que disminuye su posición relativa en la economía. Y amasaron fortunas asombrosas, mientras que, al mismo tiempo, el ingreso medio de los hogares en ese país aumentó modestamente desde inicios del presente siglo. Después de la Segunda Guerra Mundial, se fundó la Sociedad Mont Pelerin, un grupo de expertos en política económica, con el objetivo de abordar los desafíos que enfrentaba Occidente. Pero el capitalismo evolucionaría significativamente durante los siglos siguientes y, especialmente, durante la segunda mitad del siglo XX.
Por todo esto avanza la masa crítica abolicionista y sectores sociales cada vez más numerosos entienden que la prostitución es una forma éticamente insupportable de esclavitud sexual. Así, oímos hablar todo el tiempo del calentamiento international y del cambio climático, pero de forma engañosa. Los medios de comunicación corporativos y los gobiernos se centran en los efectos del cambio climático sobre la sostenibilidad de las estructuras que permiten que la producción y el consumo se reproduzcan y acumulen para el capitalismo monopolista y transnacional actual. De aquí que se embarquen en su discurso de prodigios tecnológicos para apaciguar a sus “unidades de consumo”. Independientemente de si el sistema económico capitalista es el responsable de haber creado el problema de la pobreza o no, la responsabilidad de la eliminación de la pobreza a nivel mundial se ha trasladado de los poderosos y privilegiados a los desfavorecidos. Permitamos que la idea de un mundo sin pobreza nos entusiasme, y que también nos entusiasme el desafío de contribuir con nuestra parte a la consecución de esta meta.
Las hambrunas más devastadoras que ha causado la mano del hombre en los últimos cien años ocurrieron, de hecho, bajo el socialismo. Solo en la década de 1930, entre 5 y 9 millones de personas murieron en la Unión Soviética por las hambrunas que trajo la colectivización socialista de la agricultura. El fin del comunismo en China y la Unión Soviética fue un issue essential en la reducción del hambre. Entre 1990 y 2017, la incidencia de la desnutrición se redujo un 42 por ciento en todo el mundo.
En este sistema la intervención del Estado en la economía es mínima, pero entrega servicios importantes en cuanto a la seguridad social, prestaciones de desempleo y reconocimiento de derechos laborales a través de acuerdos nacionales de negociación colectiva. Este modelo es prominente en los países de Europa occidental y del norte, aunque variando sus configuraciones. Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como sistema económico, predomina el capital —actividad empresarial, mental— sobre el trabajo —actividad corporal— como elemento de producción y creador de riqueza. El management privado de los bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la característica de hacer posible negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas, inversiones, and so on. Eso crea el otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital que por vía de la compra del trabajo puede separarse del trabajo asalariado.
En este artículo vamos a exponer como la disminución de la pobreza extrema se ha acelerado mucho en un periodo muy corto de tiempo, ya que el lapso en el que se ha producido esta reducción es comparable a una gota de agua en el mar de la historia. Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones diferentes. Por ejemplo los que se adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis. También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un papel importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este sentido es el neoinstitucionalismo).