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El Contexto De Las Desigualdades De Niños Y Niñas En La Comuna De Valparaíso X Sánchez, F Vilugrón Y D Casanueva Universidad De Playa Ancha Sello Editorial Puntángeles

Las principales conclusiones de este trabajo, revelan la gran heterogeneidad que existe entre las regiones de Chile, siendo consistente con los trabajos de Agostini y Brown (2007; 2010), Ramírez et al. (2009) y Mac Clure y Calvo (2013), quienes avalan la importancia de trabajar a distintas escalas territoriales2. Se observa que las regiones más desiguales a nivel social y económico, son igualmente aquellas con menor PIB y desarrollo económico. Además, a nivel geográfico, suelen ser las regiones del sur del país las perdedoras en materia de desarrollo y desigualdad. Apoyamos que todos los niños y niñas reciban el conocimiento y habilidades necesarias en derechos humanos, igualdad de género, paz, diversidad cultural (ODS 4), y protección del medioambiente, para que puedan convertirse en actores principales del desarrollo sostenible. En specific, y con el fin de eliminar las barreras de género, promovemos los derechos educativos desde la igualdad de oportunidades y contribuimos a crear entornos educativos en que prima la equidad (ODS 5), estableciendo acciones concretas para subsanar posibles desventajas. Chile ha informado en la OCDE sobre la mejora las condiciones de enseñanza y se comprometió a suministrar administradores y docentes escolares competentes a las escuelas para implementar mejoras.

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Esto ha dado lugar inevitablemente a un escaso gasto en servicios de atención de la salud y protección social —incluidos desempleo, pensiones y apoyo a la infancia—, que son indispensables para una vida digna y para defender de verdad los derechos humanos para todas las personas. Ya se estudió uno de sus componentes, el ingreso, por tanto, en esta sección se estudiarán otros dos, la educación y la salud. En este apartado se examina el desarrollo económico del país, evaluado a través de índices de desarrollo humano (PNUD) y el índice de desarrollo regional (Vial, 2017) y a continuación se evalúa la desigualdad social en dos aspectos muy controversiales actualmente en el país, educación y salud. Ambos temas generan constantes polémicas, protestas y levantamientos por parte de la sociedad, la cual siente la desigualdad y busca que el Gobierno doble sus esfuerzos para satisfacer estas necesidades básicas, de una manera eficiente y que beneficie a toda la población y no solo a unos pocos. Los datos regionales, como años de escolaridad promedio y analfabetismo, se obtienen a partir de la Encuesta CASEN. “Este informe muestra que las violación de derechos  sociales como el derecho a la salud no son por azar si no por decisiones de autoridades del Estado.

Por su lado, mantienen su posición relativa, las regiones Metropolitana, de Los Lagos, de La Araucanía, del Biobío y del Maule. Mientras que bajan de posición relativa las regiones de Tarapacá (aunque continúa dentro de las con mayores logros de desarrollo humano), Atacama, O’Higgins y Valparaíso. El (Gráfico 4) deja ver cómo incorporar una nueva dimensión acrecienta el porcentaje de población en situación de pobreza en 1,eight desigualdad de la riqueza puntos porcentuales.

Dicho lo anterior, es posible que las políticas redistributivas aún no sean desarrolladas con la eficacia que el país necesita para reducir más rápido las brechas económicas que le aquejan. De acuerdo con Donoso (2014), los gobiernos de la Concertación, principalmente desde la vuelta a la democracia, han tomado la inequidad como “espíritu de lucha”, por lo que se han implementado una serie de políticas redistributivas (tales como la reforma educativa y tributaria), sin embargo, acorde con el autor, los gobiernos han fallado en este objetivo. Además de los indicadores de desigualdad conocidos, recalca que la sociedad, actualmente, valida más la desigualdad que hace 30 años. Asimismo, la percepción de este autor es que las políticas redistributivas, más que abogar por una verdadera equidad, buscan beneficios adicionales, como la perpetuación del poder político-económico.

En el turbulento mundo de hoy vemos indicios de que algunos Estados titubean en su compromiso con las normas fundamentales de los derechos humanos, y más que nunca debemos defender su respeto y convertirlos en la base ética de los gobiernos del mundo. Como judíos entendemos también, que la democracia está íntimamente ligada a los derechos humanos, su respeto es lo que nos permite construir sociedades en las que las personas pueden ejercer sus opciones, generar oportunidades, solucionar sus disputas de manera pacífica, y desigualdad alimentaria en el mundo resistir a las amenazas con confianza y unidad. En lo que respecta a participación en organizaciones sociales, llama la atención la mayor participación de mujeres en Chile en organizaciones religiosas, vecinales y de centros de padres, actividades que se han vinculado tradicionalmente a una cierta prevalencia de género, al igual que ocurre con las áreas de conocimiento. Ningún tipo de innovación puede construirse con base en la vulneración de derechos, la explotación y el incremento de brechas e injusticias de género.

La institución procura el reconocimiento social de igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres en cuanto a educación, trabajo, formación de núcleos familiares y participación en las decisiones políticas y económicas. La violencia política de género, por su parte, ha representado una barrera adicional a la participación de las mujeres y personas LGBTQIA+ en los espacios de poder y toma de decisión. Junto a la violencia contra periodistas defensoras de derechos humanos, es mucha veces perpetrada por funcionarios y autoridades públicas, como se ha observado en el caso de Brasil, El Salvador y México. El caso latinoamericano refleja cómo las desigualdades estructurales se replican en el entorno tecnológico y grupos históricamente excluidos del acceso a derechos encuentran no solamente las mismas barreras de acceso y uso de tecnologías, sino que están sujetos a nuevas y más complejas formas de violencia, explotación y exclusión. Corresponde al proceso mediante el cual una persona, grupo, organización o fenómeno adquiere rasgos, características y valores tradicionalmente atribuidos a las mujeres o se explica a través de éstos.

Sin embargo, igual como pasa con el crecimiento, estos logros no benefician a toda la población de la misma manera, existiendo diferencias a nivel regional. Este tipo de desigualdad suele crear malestar por parte de la ciudadanía y descontento hacia las autoridades públicas, a quienes se exige salud de calidad y para todos. Actualmente, en Chile el gasto total en salud representa el 7,2% de su PIB, por debajo del promedio de los países miembros de la OCDE, 9,3% (Instituto Nacional de Derechos Humanos, 2016), por lo que en materia de salud aún quedan muchos desafíos para el país y para la equidad en el territorio. De acuerdo con la Encuesta CASEN, los años de escolaridad promedio en Chile son superiores a los presentados anteriormente por Barro y Lee y el PNUD.

En este contexto, la conducta social se valora o juzga en base al cumplimiento o incumplimiento del rol asignado. El derecho al debido proceso forma parte de la garantía constitucional expresada como la igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos. Sin perjuicio que, la Constitución de la República de 1980 no contiene normas explícitas que hagan referencia expresa a este, sino que más bien, según lo dispuesto en su artículo 19 Nº 3 inciso 5º de la Constitución Política, se acotó la garantía constitucional a un “procedimiento y una investigación racionales y justos”. En Chile, la Constitución Política de la República de 1980 consagra la igualdad ante la ley y la prohibición de diferencias arbitrarias en el artículo 19 N° 2, recogiendo a su vez el reconocimiento a diversas dimensiones del acceso a la justicia en el numeral 3 del mismo artículo, consagrando así aspectos centrales del debido proceso y la tutela judicial efectiva.

Por su parte, el concepto de discriminación múltiple busca poner de manifiesto que los distintos factores de discriminación pueden presentarse “a la vez”, es decir, hace referencia a cualquier preferencia, distinción, exclusión o restricción basada en dos o más categorías sospechosas. La constatación de este contexto hace indispensable explorar elementos conceptuales que aportan las teorías de género y dar una mirada diferente a la atención en justicia. A su vez, estos factores inciden en las relaciones al interior del Poder Judicial, proyectando sus consecuencias, no sólo en la atención a personas usuarias sino también en las relaciones que se dan al interior de la institución.

Ha priorizado desarrollar las capacidades de administradores educativos, docentes y otros profesionales de la educación para promover la inclusión y la diversidad de los/as estudiantes. Otra nueva prioridad es fortalecer las capacidades de administradores escolares locales y de nivel medio para mejorar la calidad y la equidad de la educación. El gobierno chileno se ha comprometido a reducir las desigualdades y la segregación entre los/as estudiantes al garantizar la gratuidad de la matrícula, escuelas públicas y/o privadas no selectivas y sin fines de lucro para todos los estudiantes, así como fortalecer la educación pública mediante la transferencia de escuelas municipales a nuevos servicios educativos locales a cargo. La igualdad de género en el Estado es una herramienta esencial para lograr la implementación de las necesarias y profundas transformaciones que permitan atender los problemas que afectan a las mujeres y mejorar sus condiciones de vida en el ámbito político, económico, social y cultural. No es posible ignorar la manera en que las desigualdades afectan a la diversidad de mujeres, a las diversidades y disidencias sexo genéricas en todo el territorio y en todos los ámbitos. Por eso, desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos buscamos empujar acciones inmediatas para que la sociedad avance sin dejar a nadie atrás.

A través del estudio de caso, es necesario inicialmente constatar que, en el artículo 14 de la Constitución Española, se proclama el derecho a la igualdad y a la no-discriminación por razón de sexo. En este sentido, se reconoce la igualdad como un derecho common, recogido en diversos textos internacionales sobre derechos humanos, además de ser un principio estrechamente vinculado con el ejercicio de la ciudadanía, requisito imprescindible en toda sociedad democrática. Sin embargo, más allá del reconocimiento de la igualdad formal recogida en la legislación, es preciso un grado mayor de avance en pos de la efectividad de las políticas públicas en términos de igualdad de derechos en este ámbito.

Las representaciones de género serían, en este contexto, entendidas como creencias, pensamientos imágenes que la sociedad tiene sobre hombres, mujeres, grupos LGBTI, sobre la sexualidad en general, sobre lo deseable y no deseable en temas de sexo y género, and so on. De esta forma, en el entendido de este instrumento, las representaciones de género pueden denotar estereotipos, expectativas de rol, o cualquier otra imagen o construcción mental (con origen social-cultural) asociada a temas de sexo y género. El curso es un programa abierto a profesionales de distintas disciplinas o áreas del saber, interesados en conocer las principales teorías de la justicia social para ponerlas al servicio de las reformas normativo-institucionales y de políticas públicas que se requieren para avanzar hacia mayores de niveles de equidad y desarrollo social. “Lo que hemos visto en todo el mundo, sobre todo a raíz de la pandemia, es un aumento drástico de las formas en que las personas y los gobiernos dependen de diversas formas de tecnología emergente.

El Contexto De Las Desigualdades De Niños Y Niñas En La Comuna De Valparaíso X Sánchez, F Vilugrón Y D Casanueva Universidad De Playa Ancha Sello Editorial Puntángeles

Este artículo utiliza el enfoque de la interseccionalidad para mostrar las enormes diferencias en analfabetismo e inasistencia a escuela entre grupos compuestos por distintas combinaciones de dichos atributos en Perú, Colombia y Chile. Para entender mejor el efecto de la dimensión subnacional en esas diferencias, el artículo aplica la descomposición Oaxaca-Blinder e identifica qué porción de las brechas regionales se debe a distintas composiciones demográficas entre las regiones. Los anteriores análisis motivan una reflexión teórica sobre la naturaleza de la desigualdad subnacional que se basa en distinguir un componente composicional y otro interseccional e identificar posibles causales de ambos. Para comenzar hoy en día es por lo menos cuestionable que “la base de la matriz de riesgo formulada por el Banco Mundial” sobre la cual se ha construido el modelo de intervención social en Chile y en gran parte de Latinoamérica, esté reducido a la eficacia en la entrega de bienes y servicios, tal como se propone en el artículo sobre “Chile Crece Contigo”.

Este libro compila algunos de los trabajos de Rubén Kaztman sobre pobreza, vulnerabilidad y segregación residencial y social en América Latina. Muestra el arte y el método de construir teoría desde la investigación social empírica y una inmensa creatividad para medir conceptos complejos. Así, el marco de activos y estructura de oportunidades es una poderosa forma de acercarse a una estructura social cambiante reconociendo la heterogeneidad de sus grupos sociales, y de comprenderla en su complejidad, más allá del mercado de trabajo. Esta obra contribuye a entender la profunda fragmentación social de nuestras sociedades latinoamericanas, más allá de vaivenes en los niveles de desigualdad de ingresos, así como las variaciones al interior desigualdad en américa latina 2020 de nuestra región. Su proyección es aún más amplia pues aporta a la teoría social sobre la relación entre desigualdad e integración social.

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El énfasis en lo urbano dado por la Nueva Agenda Urbana (NAU) se complementa con una apuesta por una integración entre las ciudades y su entorno que busca fomentar un desarrollo territorial equitativo y equilibrado, sin embargo, se ofrecen en ella pocos detalles sobre cómo puede llevarse a cabo dicha integración. Esta es una cuestión de especial relevancia en el contexto latinoamericano, donde la desigualdad territorial constituye un elemento central en cualquier discusión sobre el desarrollo. A partir de una revisión de las implicaciones teóricas de la equidad y el equilibrio planteados en la NAU y de su contraste con los distintos planteamientos teóricos y propuestas conceptuales sobre desarrollo territorial, se expone aquí un análisis del caso colombiano. En este estudio se emplean indicadores a escala municipal que muestran cómo la relación entre las grandes ciudades y su entorno no son tan unívocas como propone la NAU, y que la prosperidad urbana puede en muchas ocasiones generar desequilibrios territoriales que deben ser atendidos específicamente. La investigación subnacional en América Latina ha establecido que en los países de la región las condiciones de vida están fuertemente determinadas por el lugar de residencia. Pero a pesar de estos avances, sabemos muy poco sobre cómo lo subnacional interactúa con otros atributos como género, raza y ruralidad para producir un paisaje diverso de desventajas y privilegios.

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Esto se traduce en una explosión del desempleo, que llegaría a forty four,1 millones de personas en la región, lo que representa un aumento cercano a 18 millones con respecto al año 2019. Pero también en un aumento de la mendicidad o extrema pobreza la cual se incrementara en 28,5 millones personas en solo un año, pasando de sixty seven,7 millones de personas en 2019 a ninety six,2 millones de personas en 2020. El contenido de los artículos y reseñas que se publican en cada número de Urbano, es responsabilidad exclusiva de los autores y no representan necesariamente el pensamiento ni comprometen la opinión de la Universidad del Bío-Bío.Las/os autoras/es conservarán sus derechos de autor, sin embargo, garantizarán a la revista el derecho de primera publicación y difusión de su obra. La trata de mujeres, el crimen organizado y el inmenso crecimiento de la corrupción en la región. Sendos informes del Banco Mundial y la CEPAL, actualizados al 30 de junio del 2020, dan cuenta de oscuro horizonte para las economías latinoamericanas, en el contexto de la pandemia mundial de Covid 19, que ha dejado a esta región del mundo como la más afectada. El eight desigualdad en américa latina 2021 de octubre 2019 en el programa matinal Mucho Gusto, el presidente Sebastián Piñera expresaba que «en medio de esta América Latina convulsionada veamos a Chile, nuestro país, es un verdadero oasis con una democracia estable, el país está creciendo».

Se puede afirmar que ese modelo ha sido más bien el reflejo de la subordinación a las agencias internacionales y la ignorancia, deliberada o no, del margen con que cuenta cada país para reaccionar frente a sus problemas. Esta mirada está siendo fuertemente cuestionada y abundan los ejemplos donde las políticas sociales se han transformado finalmente en reproductoras de condiciones de pobreza en lugar de aportar a su superación. El texto de Cuadriello Olivos ofrecen pistas que pueden ser claves para comprender el recorrido de las desigualdades y las respuestas que han emergido en los países considerados, como así también permite calibrar la fuerza con la que se instaló el modelo de políticas sociales focalizadas. Ahora bien, cabría preguntarse si esta consideración sigue vigente en la presente década.

En pocos casos se considera la problemática de la maternidad subrogada como una cuestión de los derechos reproductivos de las mujeres. El artículo sobre este tema pone en claro que el debate al respecto está muy subdesarrollado y la importancia que tendría common este fenómeno para impedir la explotación de mujeres de bajos ingresos como madres subrogadas. Otros artículos tratan temas seleccionados sobre la situación actual de las mujeres en el continente, como la cultura del cuerpo en el Brasil o los efectos de la violencia de las pandillas y del crimen organizado sobre las mujeres en El Salvador. Otro artículo analiza críticamente la relación entre el “feminismo de lo posible” y el neoliberalismo.

Diez días después ocurre el popularmente llamado “estallido social”, siendo una de las principales banderas de lucha la desigualdad social. Para esta ONG «las élites latinoamericanas no se han destacado por su compromiso por sus países», al contrario en muchos de los países de América Latina, no existe impuesto al patrimonio o los impuestos al lujo son bajísimos. Precisamente países como Brasil o Chile, afectados duramente por el virus, han visto a sus respectivas élites económicas, libres de todo management estatal lucrando con las desgracias de su población. Sin embargo, en este escenario dantesco, los súper ricos siguen creciendo, desde iniciada la pandemia Latinoamérica cuenta con otros 8 supermillonarios, es decir un nuevo mil millonarios cada dos semanas, según el informe de la ONG Oxfam conocido durante esta semana. Las del organismo para América Latina son dramáticas, las caídas del Producto Interno Bruto (PIB) en la región serán en promedio de un 9,1% este 2020, con disminuciones del 9,4% en América del Sur, el eight,4% en Centroamérica y México, y el 7,9% en el Caribe.

Los «modelos económicos» de estos dos países se derrumbaron a las semanas de la llegada de la crisis sanitaria, la privatización de la salud y los derechos sociales, unidos a la precarización laboral, fueron el caldo de cultivo para la propagación del virus en poblaciones indefensas y abandonadas por sus autoridades. En la mayoría de los países el aborto está permitido sólo con causales muy específicos o totalmente prohibido. La situación legal de personas LGTTBIQ (Lesbianas, Gays, Transsexuales, Travestis, Bisexuales, Intersexuales, Queer) ha mejorado claramente en los últimos 20 años. Sin embargo, discriminación y violencia e incluso asesinatos por odio siguen siendo en muchos países extremadamente frecuentes. En tres artículos se presentan diferentes aspectos de los derechos sexuales y reproductivos (DDSSRR).

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Así, como consecuencia de la disaster sanitaria y social prolongada de la pandemia de COVID-19, la tasa de pobreza extrema en América Latina habría aumentado del thirteen,1% de la población en 2020 al thirteen,8% en 2021, un retroceso de 27 años, mientras que se estima que la tasa de pobreza general habría disminuido levemente, del 33,0% al 32,1% de la población. Esto significa que la cantidad de personas en pobreza extrema pasaría de 81 a 86 millones, y el número complete de personas en situación de pobreza bajaría ligeramente de 204 a 201 millones, informó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La CEPAL instó a los países a impulsar un crecimiento económico alto y sostenido, con políticas que promuevan la inclusión laboral y la protección social. Además, resaltó la necesidad de reducir la brecha de género y la carga de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres. Durante la inauguración del Encuentro, la ministra Schmidt señaló que la perspectiva de género juega un papel elementary debido a las desigualdades estructurales existentes en la sociedad y que su inclusión en la toma de decisiones y la superación de la brecha de género en todas las áreas es un elemento basic para avanzar. Necesitamos a más mujeres en la protección de nuestros ecosistemas y la biodiversidad, en la transición a la economía circular y en la acción climática.

El director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Luis Felipe López destacó el alto nivel de vulnerabilidad existente en Latinoamérica, dada la pérdida de 1,2 trillones (un millón de millón de millones) de dólares, cifra que corresponde a la economía total de México. Indicó que Latinoamérica, a pesar de ser una sociedad de renta media, no es una sociedad de clase media. El análisis del surgimiento de las diferencias sociales es un tema central de la sociología clásica. Permite conocer cómo y por qué se generan jerarquías, inequidades y contrastes entre los seres humanos, así como explicar los comportamientos que se derivan de dichos fenómenos.

Si bien el año pasado Chile fue el segundo país de la región con menor nivel de pobreza, siendo superado solo por Uruguay, no estaría ajeno a las consecuencias del brote de coronavirus en estos términos. En ese sentido, el miembro de la CEPAL expresó que, en América Latina, más de la mitad de la población económicamente activa, no tiene protección laboral, ni de salud, ni de pensión. El trabajo informal en América Latina y el Caribe representa el 53% de la población. «En pandemia, ellos están inhabilitados a realizar teletrabajo. En la CEPAL hemos calculado que en la región-con datos del sólo el 21% de los trabajadores puede continuar con sus labores en la modalidad de teletrabajo. En Chile es el 26%, pero estamos muy lejos del 40% de Europa, por ejemplo».

Esto  es muy diferente tanto de la “autarquía” que El Mercurio asocia a la CEPAL, como de la integración pasiva que caracteriza al proyecto neoliberal. Alicia Bárcena indicó que “este evento ocurre en un momento que puede ser el más complejo que la región de América Latina y el Caribe haya experimentado en el último siglo, que ha conllevado importantes retrocesos para la igualdad de género y la autonomía de las mujeres en la región. Este Encuentro supone una oportunidad única para dialogar acerca de los esfuerzos que se están llevando a cabo en la construcción de caminos para una recuperación transformadora que, mediante cambios estructurales basadas en inversiones estratégicas en sectores dinamizadores, reduzcan las emisiones de CO2 por un lado y, por otro, mejoren la vida de las mujeres”.

América Latina y el Caribe sufrirán un aumento de la pobreza extrema y las desigualdades por el bajo crecimiento económico a causa de la pandemia de Covid-19, pronosticó hoy la Cepal. “Hoy constatamos nuevamente la urgencia de avanzar en la construcción de Estados de Bienestar, basados en derechos y en la igualdad, que otorguen a sus ciudadanos y ciudadanas acceso a sistemas integrales y universales de protección social», indicaron desde la Comisión en su informe Panorama Social de América Latina 2019. El coeficiente de Gini, que es utilizado en todo el mundo para medir la desigualdad, creció en 0,7 puntos porcentuales para el promedio regional como consecuencia de la pandemia del Covid-19, señala el documento.

Por lo demás, es una injusticia asociar mecánicamente la sustitución de importaciones con la CEPAL. Esta última, ya desde los años cincuenta advertía a las naciones latinoamericanas sobre la necesidad de llevar a cabo un giro exportador que permitiera sostener el proceso de industrialización y poner freno al déficit de cuenta corriente estructural que sufrían las naciones (idea presente hasta en el “Manifiesto de la CEPAL” escrito por Prebisch). A principios de los ochenta el propio Fernando Fajnzylber (1983), desde esta misma institución, elaboró una crítica sobre  los errores y el cortoplacismo de la forma en cómo se había aplicado el proteccionismo en la región (he ahí la distinción que estableció entre el “proteccionismo frívolo” latinoamericano y el “proteccionismo para el aprendizaje” que se aplicaba exitosamente en los países del este asiático). Aquella idea, dada por muerta en los ochenta y noventa, es  cada vez más aceptada por la academia y por organismos internacionales que hasta hace poco eran sus más enconados opositores. Para salir de esa situación, la CEPAL sostenía que los países periféricos deben utilizar activas políticas industriales y políticas macro pro-desarrollo en base a un Estado fuerte, de forma de movilizar los recursos del país de sectores rentistas y extractivos (donde yacen las ganancias relativas de los grupos empresariales), a  sectores con alta capacidad tecnológica. En efecto, si observamos la evolución de la desigualdad world usando el GINI absoluto, veremos que ésta ha aumentado de 0,56 en 1988 a 0,72 el 2005 (Hickel, 2016).

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El estudio alerta que justamente aquellos países que enfrentan mayores desafíos para cumplir las metas de la Agenda 2030 son los que presentan niveles más bajos de gasto social. América Latina y el Caribe sufrió el apagón educativo más prolongado a nivel internacional (en promedio 70 semanas de cierre de establecimientos frente a 41 semanas en el resto del mundo), lo que exacerbó las desigualdades preexistentes en materia de acceso, inclusión y calidad. En este período, una de las principales limitaciones para la continuidad educativa fueron las desigualdades en el acceso a conectividad, equipamiento y habilidades digitales. En 2021, en 8 de 12 países de la región más del 60% de la población pobre menor de 18 años no tenía conectividad en el hogar. El crecimiento del empleo no es suficiente para lograr una inclusión laboral adecuada. Es necesario que los puestos de trabajo sean productivos, bien remunerados y cuenten con protección social, especialmente para las mujeres y los jóvenes.

Según los análisis de la CEPAL, los grupos más vulnerables en Chile, están fuera del sistema de protección social. Sólo el 51,2% de las personas de estratos bajos cotiza en el sistema de pensiones, mientras que en los tramos medios altos es el seventy five,7% lo hacen. Mientras entre 2002 y 2014 se redujo 1% anual, entre 2014 y 2018 la caída fue de 0,6% por año. No obstante, si se corrige el índice de Gini utilizando otras fuentes de información, capaces de captar mejor los ingresos del 1% más rico, se observa que la desigualdad es más elevada y la tendencia al descenso se atenúa en comparación con la estimada solamente a partir de las encuestas de hogares. Ante la caída del 5,three por ciento del PIB y el aumento del desempleo de three,4 puntos porcentuales proyectados por la Cepal, este año la pobreza en América Latina aumentaría al menos 4,four puntos porcentuales, casi 29 millones de personas más con respecto a 2019, por lo que alcanzaría al 34,7 por ciento de la población de la región.

Estas cifras implican que 15 millones de personas adicionales estarán en la pobreza con respecto a la situación previa a la pandemia y que el número de personas en pobreza extrema será 12 millones más alto que el registrado en 2019. Esto se traduce en que la cantidad de personas en pobreza extrema pasaría de 81 a 86 millones, mientras que la cifra total de personas en situación de pobreza disminuyó ligeramente de 204 a 201 millones. El informe también mostró que la región tiene altos niveles de desigualdad, informalidad y exclusión laboral, especialmente entre las mujeres, los niños, los adolescentes, los indígenas y los habitantes de zonas rurales. Las expertas coincidieron en que la igualdad de género es clave en el impulso a una recuperación verde e inclusiva en una de las regiones del mundo más fuertemente golpeadas por la pandemia y también altamente susceptible a los impactos del cambio climático, como lo es América Latina y el Caribe. Seguidamente, también se presentó el documento que trabajarán los representantes de los países a lo largo de las diferentes sesiones del Encuentro, con el fin de contar con un panorama basic para acelerar la acción climática en la región con una perspectiva de igualdad de género e implementar el Plan de Acción de Género del Acuerdo de París.

En explicit, los grupos especialmente vulnerables a la crisis serían las mujeres, las personas de estratos de ingresos bajos y medios-bajos, los trabajadores informales, las trabajadoras domésticas remuneradas, los niños, niñas y adolescentes y los jóvenes, entre otros. Además, la pobreza extrema llegaría a afectar a un total de eighty three,four millones de personas, con lo que la cifra aumentaría 2,6 puntos porcentuales, equivalentes a 15,9 millones de personas. En la presentación de su tercer informe sobre coronavirus, titulado «El desafío social en tiempos del Covid-19», la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió del crítico escenario que significará para para los países de la región el coronavirus en términos de pobreza, pobreza extrema y desigualdad. “La inclusión de la perspectiva de género es elementary para el diseño e implementación de estrategias de adaptación y mitigación al cambio climático. Esperamos que este encuentro facilite el intercambio de experiencias para que juntos, América Latina y Europa, emprendamos acciones concretas para enfrentar la disaster climática con una perspectiva inclusiva y que permita el empoderamiento de las mujeres”, indicó Ewout Sandker, jefe de cooperación de la Unión Europea en Chile. Será 100 percent virtual y se llevará a cabo mediante diversas sesiones que se realizarán durante el mes de septiembre de 2021.

El estudio de la Cepal también señala que la desigualdad en la distribución del ingreso -expresada en el índice de Gini con base en las encuestas de hogares- ha continuado su tendencia a la baja (en promedio cayó de 0,538 en 2002 a 0,465 en 2018 en 15 países), pero a un ritmo menor que en años recientes. Pese a los avances de las últimas décadas en acceso e inclusión educativa en todos los niveles, desde la primera infancia a la educación superior, los países de la región arrastraban serias deudas en igualdad y calidad previo a la disaster provocada por la pandemia, que ya hacían difícil alcanzar las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) four para el año 2030. En línea con la Cumbre sobre Transformación de la Educación de las Naciones Unidas celebrada este año, el documento entrega diversas recomendaciones de política para hacer de esta crisis una oportunidad de transformación. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) informó que la pobreza en América Latina y el Caribe se redujo en 2022, pero sigue siendo un desafío grave que afecta a 181 millones de personas (29%) y a 70 millones (11,2%) en pobreza extrema, cifras parecidas a las de 2019, antes de la pandemia.

La violencia y la desigualdad son causa y consecuencia de la pobreza, la inseguridad y el subdesarrollo, a la vez que limitan la democracia, la libertad y reducen la calidad de vida de los habitantes de América Latina y el Caribe. Las mayores alzas en desigualdades fueron en Chile, Perú, El Salvador, Bolivia y Colombia. Por su parte, Brasil, Paraguay, México, Costa Rica y República Dominicana tuvieron mejorar en la distribución de sus recursos. Respecto al empleo, el casual desarrollo de la pobreza es un problema que afecta a la mitad de los 292 millones de trabajadores de América Latina y el Caribe. El informe indicó que el 20% de los empleados vive en pobreza, el 40% gana menos del salario mínimo y la mitad no tiene pensión.

18 países de América Latina se mantuvieron en 0,46 en 2017 mostrando un estancamiento tomando en cuenta índices previos luego que en 2002 la cifra fuera de 0,fifty four. En el reporte anual de CEPAL estima que entre 2020 y 2021 las personas en situación de pobreza extrema se incrementaron en cerca de cinco millones. Asimismo, la tasa de pobreza extrema habría aumentado del thirteen,1% de la población en 2020 al thirteen,8% en 2021, lo que significa un retroceso de 27 años. Ahora vienen años de menor crecimiento económico y, si no se mantienen los esfuerzos, serán mayores los aumentos en pobreza y desigualdad”, concluye. Desde el comienzo de la pandemia provocada por el COVID-19, la pobreza extrema se ha disparado en toda la región de Latinoamérica, sumando un whole definicion de organizaciones sociales de 86 millones de personas en dicha condición, la mayor cifra en los últimos 27 años. «La pandemia es una oportunidad histórica para construir un nuevo pacto social. Ahora vienen años de menor crecimiento económico y, si no se mantienen los esfuerzos, serán mayores los aumentos en pobreza y desigualdad», concluyó.

Entre 2002 y 2017, la participación de los estratos de ingresos bajos en el whole de la población disminuyó de 70,9% a 55,9% (porcentaje que incluye a las personas en situación pobreza extrema, pobreza y en estratos bajos no pobres). Agrega que la pobreza extrema aumentaría 2,6 puntos hasta afectar a eighty three,four millones de personas, en tanto que se incrementarán las desigualdades en un región caracterizada por la inequidad, y que los peores resultados se prevén en las economías más grandes de la región. “Hoy constatamos nuevamente la urgencia de avanzar en la construcción de Estados de Bienestar, basados en derechos y en la igualdad, que otorguen a sus ciudadanos y ciudadanas acceso a sistemas integrales y universales de protección social y a bienes públicos esenciales, como salud y educación de calidad, vivienda y transporte”, indicaron desde la comisión. El ritmo de reducción de la desigualdad se desaceleró en años recientes a pesar del rol de los sistemas de protección social.