Por otro lado, se critica la mala relación que existe entre sus metas y los indicadores propuestos (Donald & Lusiani, 2016). Como se ve en la Tabla 2, no todas las metas son cuantificables y, por consiguiente, de difícil monitoreo sin los indicadores adecuados. Por ejemplo, la meta 10.2 sobre promover la inclusión, desigualdad y pobreza en américa latina tiene como indicador “Proporción de personas que viven por debajo del 50% de la mediana de los ingresos, desglosada por sexo, edad y personas con discapacidad”. En este sentido, este indicador podría dar luces sobre la inclusión económica de las personas, pero no así de los aspectos sociales o políticos.
Sin embargo, este crecimiento está influido por lógicas de concentración y exclusión que se consolidan en ciertas localizaciones estratégicas para la economía global desregularizada. Santiago de Chile se ha convertido en una ciudad global, uno de los nuevos territorios estratégicos y centros de información para la economía mundial, localizándose en la comuna de Las Condes la pink de empresas de servicios de alta especialización que caracterizan este tipo de territorios. También se ha observado que la comuna de Santiago Centro obtiene importantes recursos para su municipalidad, pero en este caso se relaciona con la territorialidad del poder político en Chile. Por otro lado, el análisis realizado muestra que mientras más carácter global ha tenido la actividad económica en Chile, más posibilidades de crecimiento económico se han generado en los territorios en que se han localizado las operaciones de la economía global.
Este artículo presenta el análisis de los hallazgos de un estudio de caso en dos escuelas chilenas con niveles excepcionales de heterogeneidad socioeconómica entre sus estudiantes, ello previo a la implementación de políticas educacionales que buscan reducir la segregación e incrementar la diversidad social en las escuelas, como es la Ley de Inclusión. Guiado por una discusión de los conceptos de Pierre Bourdieu, el análisis de entrevistas con profesores y directivos revela una actitud ambivalente hacia las diferencias y mixtura socioeconómicas en las escuelas. Por una parte, estas diferencias son valoradas y asociadas a beneficios para todos los estudiantes, principalmente el desarrollo de disposiciones igualitarias, como son las actitudes para relacionarse de manera respetuosa y empática con otros. Por otra parte, se busca invisibilizar las diferencias socioeconómicas en el cotidiano para promover la igualdad social en el espacio escolar. El artículo argumenta que dicha invisibilización es articulada a costa de la asimilación de los estudiantes más pobres, lo cual plantea limitaciones para la inclusión social en estas escuelas pese a su excepcional apertura a la mezcla.
En el mundo financiero los productos culturales, el conocimiento y los bienes inmateriales, son por excelencia los sectores más dinámicos de una economía donde la información es a la vez un issue de producción, un producto consumible y una variable económica. “El sistema solo funciona bajo la condición el individuo tenga la disposición de adaptarse a los cambios y procesos, de someterse a convenciones que no serán los resultados de una planificación racional. El individuo debe estar dispuesto a subordinarse a las consecuencias de los procesos que nadie ha planificado y que, posiblemente, nadie entienda”. CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica.
Como se explicó en el primer apartado de este artículo, los indicadores son una herramienta que cuantifica una realidad y facilitan los procesos de toma de decisiones. En este sentido, es importante destacar que no son el único instrumento utilizado para decidir a nivel de autoridades, pero sí una parte importante ( Mügge, 2015 ; Coyle, 2016 ). Por lo tanto, si estos tienen algún tipo de sesgo, esto probablemente influirá también en el tipo o calidad de decisión que se implemente finalmente. En consecuencia, si el Índice de Gini chileno demuestra que hay una gran disparidad de ingresos, deberían cuestionarse las causas de esta, por un lado, y por otro, qué otros indicadores podrían entregar una mejor perspectiva de cuáles son las acciones públicas que deben llevarse a cabo para disminuir las desigualdades que hoy afectan al país.
A lo anterior se suma que los impuestos al ingreso, además de tener una relevancia secundaria, abren espacios para elusión y evasión, haciendo que la progresividad nominal se vea seriamente mermada.[18] Además, los impuestos al patrimonio prácticamente no existen. Es con esa motivación que se ha reactivado el interés político y académico por el impuesto a la riqueza whole (también conocido en Chile como el impuesto a los “súper ricos”).[17] Hoy la evidencia académica es más optimista que antes respecto a la aplicación de estos impuestos en términos de factibilidad e impacto esperado (ver aquí). Evidencia reciente en Colombia sugiere que incluso en países con instituciones fiscalizadoras más débiles que las de un país desarrollado, estos impuestos pueden ser ejecutados de manera efectiva. Sin embargo, no son suficientes para entender el problema en su globalidad y pueden inducir a conclusiones erróneas. Este número nos sitúa en el lugar 24 en términos de desigualdad sobre el complete de 159 países con datos disponibles, y nos corona como el país más desigual de la OCDE.
Por otro lado, las acciones públicas incorporadas que son muy anteriores a la Agenda 2030, en términos de temporalidad, son acciones que además de perdurar en el tiempo, son de largo alcance. Por ejemplo, la Reforma Previsional ya mencionada, requiere de un largo período de tiempo para ver resultados, ya que hace referencia un segmento de la población que verá los resultados de esta ley en varios años más, cuando sea momento de jubilarse, como también quienes año a año se retiran de sus actividades laborales. O bien, la Ley Nº19.966 del año 2004, la cual continúa vigente e, igualmente, ha ido incorporando cada vez más elementos para incluir a una mayor cantidad de personas beneficiadas desde su entrada en vigencia hasta el día de hoy. Por lo tanto, las acciones públicas analizadas dan cuenta del trabajo que se ha realizado en el país respecto de la reducción de desigualdades, las cuales han podido ser incorporadas como respuesta a las metas establecidas para el ODS 10, pero no necesariamente como un trabajo que se ha realizado en base a esta agenda, aún. Por otra parte, el análisis muestra una preocupación institucional en ambas escuelas por homogeneizar las diferencias socioeconómicas en el día a día y por manejarlas para que no se noten en las interacciones cotidianas. Esto a fin de constituir al espacio escolar como uno donde las desigualdades sociales no sean relevantes y donde todos sean apreciados como individuos igualmente valiosos, independiente de sus condiciones sociales de origen.
Con base en el concepto de disposiciones de Bourdieu (1990) y de disposiciones éticas de Sayer (2010), estas actitudes y valores para la convivencia pueden ser interpretadas como disposiciones igualitarias, esto es, modos de pensar, sentir y actuar incorporados en el cuerpo que se fundan en un compromiso ético con la igualdad entre seres humanos. En este sentido, las declaraciones de las personas participantes revelan un interés por que los estudiantes aprendan a relacionarse con otros en tanto iguales, más allá de sus diferencias de origen. Las entrevistas con trabajadoras y trabajadores de las escuelas y apoderadas y apoderados buscaron explorar sus disposiciones hacia la diferencia socioeconómica, entendiendo que escuelas y familias son clave en la socialización de las y los niñas, niños y jóvenes (Lareau et al., 2021). No se condujo técnicas con estudiantes debido a limitaciones prácticas de la investigación, lo cual es relevante de realizar en futuros estudios para comprender sus puntos de vista y experiencias directas sobre la diferencia y mezcla escolar. Las Ciencias Regionales se ocupan, por lo tanto, de la identificación, análisis y búsqueda de solución interdisciplinaria de problemas y desafíos económicos, sociales, ecológicos, étnicos, de género, culturales y de riesgos en el ámbito territorial, para fomentar el desarrollo regional.
Por ende, en la actualidad las infraestructuras de telecomunicaciones le permiten a cualquier empresa del mundo extender su ámbito de acción alrededor de todo el planeta. Es factible asumir a estas alturas que dicho fenómeno surge en un inicio con la consolidación del mercantilismo del siglo XVII, se articula a través de la industrialización del siglo XVIII, por medio del proceso de colonización y la división internacional del trabajo y, por último, se reafirma con la revolución tecnológica de la década de los ochenta y noventa. El informe, asimismo, demanda un cambio fundamental en el modelo económico de manera que beneficie a todas las personas y no solo a una élite selecta. [18] La evidencia disponible sugiere que considerando la suma de los impuestos corporativos y el impuesto a la renta, el 2009 el 1% más rico pagaba en promedio una tasa efectiva de 15%. [8] Estos números y los reportados por la OCDE no coinciden con exactitud dado el ajuste con datos administrativos a los ingresos altos. Estos cálculos balancean los potenciales efectos negativos sobre la eficiencia y positivos sobre la redistribución que tienen este tipo de impuestos.
“El único país que alcanza un nivel related es Estados Unidos y solo desde mediados del 2000”, afirma el estudio. Como ejemplo, el estudio resalta que en 2009, de acuerdo a las cifras tributarias, las seventy seven personas más ricas declararon un ingreso mensual de $100 millones, mientras que de acuerdo a la Casen de ese año los seventy seven más ricos registraron ingresos sólo por $10 millones. En palabras de los autores, la Casen puede decir con mucha precisión qué es lo que pasa en la mitad de la distribución de ingresos, pero dice poco sobre lo que ocurre entre los más ricos. Esa no es la única contradicción que detectan entre el cuadro que muestra la Casen y los datos tributarios de Impuestos Internos. De hecho, al examinar en una perspectiva histórica esta encuesta que vienen haciéndose desde 1987 los autores detectaron que la Casen permanentemente “ha subestimado a niveles irreales los ingresos más altos”, por lo que consideran que no es un buen instrumento para analizar la desigualdad. Ahora bien, la desigualdad de resultados, de acuerdo a Atkinson (2015), tiene que ver con aquello que los individuos logran a pesar de sus circunstancias.
Se trata de esquemas de percepción y expectativas, en este caso, sobre la educación y la trayectoria de los estudiantes, los cuales son “el producto de interacciones y acciones históricas, sociales y culturales” (Ingram, 2009, p. 424, traducción propia). La literatura internacional sobre diversidad social en las escuelas (school mix) plantea que estas son un espacio privilegiado para promover el contacto sostenido y el intercambio cultural, a fin de que los estudiantes aprendan a coexistir con otros y desarrollen actitudes democráticas (De Schaepmeester et al., 2021; Vezzali & Stathi, 2020). Sin embargo, la investigación también advierte que no solo es improbable que las familias elijan escuelas socialmente diversas (Bonal et al., 2021) sino también que los beneficios del school mix no están garantizados pues puede darse segregación interna y reforzamiento de estereotipos y prejuicios entre grupos (Allport, 1979). En este contexto, las ciencias regionales vienen a llenar un vacío en el desarrollo de las ciencias y sus métodos de comprensión y análisis de las nuevas realidades socio-territoriales y regionales producidas por los procesos de globalización. Las ciencias regionales son el producto de la interacción y colaboración epistemológica de la sociología, geografía, urbanismo, economía, etnografía, ciencias ambientales, ecología y de otras ciencias territoriales. Moisés Naím, uno de los columnistas más leídos en idioma español, viaja hace 32 años a Davos para participar del foro que congrega a jefes de Estado, empresarios y ejecutivos de las empresas más importantes del mundo.
En otras palabras, las diferencias en el nivel de ingreso entre países son un componente muy importante de la desigualdad global, y tasas de crecimiento más altas por parte de los más pobres es lo que se requiere para reducirlas. Los datos incluidos en la Tabla 1 permiten apreciar que, desde el punto de vista de la desigualdad internacional, el balance de los primeros veinte años de democracia es positivo. En 1990, al recuperar la institucionalidad, el PIB per cápita del país era apenas un quinto del de los Estados Unidos. Desde 1990, el ingreso medio relativo pasó del 21% al 40%, alcanzando en el presente un nivel cercano al que existía hacia 1929. Otra característica que resalta de las acciones públicas analizadas tiene que ver con la temporalidad de estas respecto de la Agenda 2030.
Por su parte, el análisis de documentos se utiliza de manera complementaria a las entrevistas, cuando resulta relevante. En Rodríguez, donde para el curso analizado el grupo de familias aventajadas es mayor comparado con Inti, de 30 apoderados que respondieron el cuestionario, el 7% declaró un ingreso familiar de $400,000 o menos por mes; 13% entre $400,001 y $800,000; 23% entre $800,001 y $1,200,000; y 57% superior a $1,200,000. Respecto al nivel educativo de la madre, 10% de las personas encuestadas declaró contar solo con educación media completa; 27% con formación técnica o universitaria incompleta; y 63% con desigualdad y pobreza en américa latina educación superior completa o más (20% técnico, 37% universitario y 6% master). Así, la convivencia democrática busca promover la justicia social mediante prácticas que sean equitativas, inclusivas y que aborden de manera dialógica y constructiva el conflicto (Fierro-Evans & Carbajal-Padilla, 2019), lo cual supone el reconocimiento en simetría de valor de estudiantes de distinta proveniencia social. La discusión sobre el concepto anglosajón de conviviality (Gilroy, 2015), es decir, el encuentro de culturas previamente desconectadas, es útil pues nos recuerda que la convivencia entre personas distintas no debe ser idealizada.
A esto se suma la ira y la frustración que provocan las desigualdades y el empobrecimiento de la población. Respecto de Chile, sostiene que “era el ejemplo de los últimos 30 años en América Latina”, junto a Uruguay y Costa Rica. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas.