Promover proyectos que fortalezcan y protejan la infraestructura ecológica de las ciudades y potenciar la campaña “10 millones de árboles urbanos al 2021” (Minagri, Serfor, and so forth.) bajo el enfoque de ciudades verdes. A través del documento, los firmantes manifiestan su preocupación y solicitan que se tomen acciones prioritarias y estructurales para mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos y ciudadanas de Perú. Uno de los aspectos clave de este retorno de la planificación urbana es que el Estado sea desarrollador de proyectos urbanos, que tenga propiedad directa sobre el suelo y que tenga capacidad de recuperar plusvalías por inversiones públicas urbanas. Es decir, por ejemplo, cuando se instale una nueva línea de metro o se desarrolle un subcentro, el Estado recupere parte del aumento de valor de las propiedades del entorno cuando estas se comercialicen, ayudando con ello a financiar los proyectos futuro o la propia mantención de los bienes públicos dispuestos. Por esta razón, también, es basic que el Estado controle lo que se hace con el suelo urbano, manteniendo la propiedad sobre este y solo concesionando su uso bajo oferta pública, transparente y con claros objetivos de explotación orientados al bien común. Esto se hizo antes, entre 1964 y 1973, en un Chile mucho más pobre y desigual, con muy buenos resultados a pesar del corto período.
Sin mayores regulaciones, la incidencia de Metro en el mercado inmobiliario es un factor que propende a reproducir la desigualdad socio-espacial, inyectando rentabilidad de la inversión en sectores de la ciudad donde, de otra manera, los desarrolladores no se habrían interesado. Esta privatización de los beneficios de un bien público como Metro se puede revertir. La reproducción de la desigualdad en la ciudad ocurre a diversas escalas y es necesario frenar esta tendencia para avanzar verdaderamente hacia una sociedad más igualitaria, partiendo por su espacio social colectivo. Otra limitación es que la ponderación con distancias euclidianas supone una red de transporte intermunicipal perfecta, homogénea y en una planicie. Esto representa un problema, pues los lugares más pobres suelen localizarse en zonas con relieves más abruptos y dotadas con infraestructura de transporte más débil, por lo que es posible que el modelo de regresión subestime la relación espacial entre la desigualdad y la pobreza, pero sobre todo, la accesibilidad a centros urbanos.
Si se mejora la efi-ciencia técnica, económica y social del gasto fiscal y se intervienen los mercados con imperfecciones, el desarrollo económico del territorio se hará cada vez más visible y se acallarán genuinamente los desgarradores gritos de un pueblo que clama por mayor justicia social”. Nuestro análisis muestra patentemente las inmensas desigualdades en mortalidad, sin embargo, en el diseño actual del sistema de seguridad social se considera a Chile como una estructura monolítica, ignorando la existencia de esta heterogeneidad. Una interesante discusión internacional comenta sobre la necesidad de dar cuenta de estas diferencias a la hora de fijar criterios como edad de jubilación; el no hacerlo compromete la progresividad, justicia actuarial y sostenibilidad del sistema [9,10].
La densidad de la oferta disponible varía en función de la latitud en que se encuentre el paciente. La macrozona centro, que reúne los Servicios de Salud que componen la Región Metropolitana, concentra de forma importante el 51,2% de las camas UCI, el forty one,1% de las camas UTI y el 44,6% de la oferta global (UCI + UTI). De requerir este tipo de equipamiento, los pacientes y sus familias deberían ser conducidos a Servicios de Salud cercanos o donde se encuentre una cama disponible en la red. Las camas UTI están presentes en 28 de los Servicios de Salud, a excepción de Arauco. En consecuencia, la pink hospitalaria pública donde existen camas UCI o UTI está compuesta solo por forty one establecimientos a lo largo del país, que tienen el equipamiento y el private especializado para tratar los requerimientos pediátricos de mayor complejidad. Los estudios de las brechas de género en nuestro país -aunque imprescindibles para avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa- carecen a ratos de un análisis que logre atender la multiplicidad de realidades en las que se manifiestan estas inequidades y dé visibilidad a grupos de mujeres que históricamente han carecido de ella.
El actual coordinador docente de la carrera en el Campus San Felipe, entrega su visión acerca de la educación rural en el Chile de hoy. En el 2022 la tasa de pobreza multidimensional en hombres fue de 17,1% y en mujeres fue de sixteen,8%. El cambio entre 2017 y 2022 muestra que ambas categorías disminuyeron su tasa de pobreza multidimensional. En efecto, la tasa de pobreza multidimensional en hombres disminuyó de 20,6% a 17,1%, mientras que en las mujeres este indicador disminuyó de 19,9% a sixteen,8%. Las regiones con mayor tasa de pobreza son Ñuble (12,1%), La Araucanía (11,6%) y Tarapacá (11,0%).
Basado en el indicador multidimensional -que mide las carencias en las cinco dimensiones de educación, salud, trabajo y seguridad social, vivienda y entorno y cohesión social-, la situación fuera de la ciudad es aún peor. La encuesta CASEN 2022 estableció que existe un 62% más de pobreza rural que urbana en Chile, una cifra que además se sustenta con el 57% que corresponde a índices de pobreza extrema. El municipio de la Ciudad de Guatemala ha hecho un trabajo completo y detallado reuniendo datos cuantitativos acerca de su población, vivienda, distribución de las clases sociales, etc. La indigencia es alta, aunque según el INDEC (instituto estadístico argentino), las cifras de pobreza han bajado desde 2003.
Los primeros solo consideran su propia capacidad de pago, mientras que los que invierten para arrendar se interesan por la rentabilidad únicamente, sin importar si hay buena arquitectura o calidad del espacio público en el entorno inmediato. Agregó que “tenemos un trabajo arduo en los años que vienen y vamos a convocar a mucha ciudadanía, a muchas instituciones desigualdad social en estados unidos y a los actores privados y públicos para que nos ayuden a construir esta nueva imagen de ciudad, pero partiendo no solo de los sueños sino que también los déficits. Porque una cosa es decir que tenemos desigualdad y otra muy distinta es decir que el 60% de los habitantes de la ciudad vive en zonas donde no hay suficiente equipamiento.
Esto puede conllevar serios problemas sociales, donde las relaciones de poder se vuelvan peligrosamente corruptas y la población con menores recursos se vea aún más desfavorecida. En el caso del Gini, el patrón es inverso (por la naturaleza de los valores del índice), aunque el cambio entre quintiles es mucho menos marcado. De hecho, son pocas las diferencias en los valores de los indicadores entre los municipios del primer y segundo quintiles y, en varios casos, no siguen la correlación negativa que se observa entre el resto de los quintiles. La diferencia entre municipios se vuelve un poco más marcada entre el segundo y el tercer quintiles y el comportamiento de las variables sugiere que mayores niveles de desigualdad están asociados con menores niveles de escolaridad, ingreso, urbanización y disponibilidad de servicios.
Lamentablemente, aunque esta idea tiene mucho sentido, el mayor desafío es la gran complejidad técnica de implementar estas características en el sistema. Aun así, se debe considerar que, en primer lugar, la esperanza de vida puede ser una medida muy cruda y puede ocultar el desarrollo de procesos que no llevan inmediatamente a la muerte (por ejemplo, la epidemia de obesidad puede llevar a un incremento de diabetes y puede ser aún muy temprano para ver los cambios en mortalidad). Segundo, la disminución de esta desigualdad puede ser un artefacto estadístico del mismo rápido incremento de la esperanza de vida. Es decir, la disminución basic de la probabilidad de morir joven y la disminución de la heterogeneidad a lo largo del espectro socioeconómico pueden bien ser caras de la misma moneda, donde los grupos más desaventajados están simplemente “poniéndose al día” con los niveles de mortalidad en los grupos afluentes. El estudio además da cuenta de enormes inequidades territoriales en diez países de América Latina, a través del análisis de diversas dimensiones económicas y sociales explicativas de la pobreza y la desigualdad.
Es preocupante la influencia, el rol preponderante que ha tenido en las últimas décadas la Cámara Chilena de la Construcción. No hay problema en que la CChC busque utilidades en su rubro, eso es lo que hace, el compromiso con sus inversionistas, pero eso no significa que vayamos a tener una construcción sustentable. Tenemos que reconocer los intereses de grupos en la planificación urbana, y cómo actúan, y definir con claridad cómo canalizar estos esfuerzos de los distintos actores para un bien común, porque en las ciudades vivimos juntos y las decisiones de un grupo sí influyen sobre los otros, como hemos visto estas últimas semanas. Ahora bien, si vemos la política nacional de desarrollo urbano de 2014, en ella se habla de los grandes problemas de inequidad, habla de la necesidad primordial de tener un desarrollo urbano sustentable, pero llegó tarde. La autonomía profesional docente está relacionada con la necesidad de revitalizar las organizaciones profesionales de profesores/educadoras rurales para el diseño informado de la enseñanza y no sólo para la recepción de instrucciones y procedimientos predefinidos. Un requisito de éxito de la docencia en territorios rurales es la capacidad colectiva de reflexión sobre la práctica docente lo que favorece la construcción de “saber pedagógico” en el intercambio de experiencias.
Esta pandemia está asustando a nuestra sociedad y descubriendo nuevas heridas que tendrán un impacto desproporcionado en los pobres. Su supervivencia está en riesgo, profundizando nuestra división social y económica. Entonces, si bien los paquetes de rescate económico están orientados a salvar negocios, esos trabajadores asalariados diarios caen en áreas grises, donde los marcos legislativos a menudo no reconocen su actividad o, en algunos casos, incluso su existencia. Explorar las desigualdades sociales en la distribución de la mortalidad por cáncer total y específica en Chile, según ruralidad en el año 2016. En geografía, los trabajos que tratan en detalle el papel de las características materiales del espacio y su accesibilidad en la generación de desigualdad pertenecen, sobre todo, a la geografía de la salud (Curtis, 2004; Smyth, 2008; Meade & Emch, 2010). También se ha recurrido a la noción de ‘capital espacial’ para expresar una idea similar acerca de la importancia del espacio geográico.
Previo a esto, trabajó como Director de Proyectos en América Latina para Pearson Foundation. También fue Research Fellow en la oficina de Evaluación y Supervisión del Banco Inter-Americano de Desarrollo, en Washington DC. Ha sido también consultor de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL) y el Banco Mundial. Fue elegido como uno de los sixteen jóvenes líderes por el Foro Económico Mundial el año 2012. Arquitecta de la Universidad de Chile y magíster en Arquitectura del Paisaje de la Universidad Católica.
La mayor disminución de la tasa de pobreza se presenta en la región de Los Ríos, con 6,1 p.p. Esta cifra implica una disminución respecto al año 2020 (10,7%) de four,2 pp. y respecto al año 2017 (8,5%) de 2 pp. La pobreza extrema, en tanto, aumentó de un 2,3% en el 2017 al 4,3% el 2020 y disminuyó a 2,0% el 2022 (entre 2017 y 2022 no hay diferencias estadísticamente significativas para pobreza extrema). También destaca en seguridad social, con 35,7% de los ocupados que no cotizan, y vivienda, con 25,5% que muestra debilidades en entorno y tiene relación con temas medioambientales, de desplazamiento y equipamiento. Las dimensiones en las que la ruralidad presenta mayores rezagos se refieren a educación, con forty desigualdad social en la pandemia six,4% de la población que tiene carencias en la escolaridad. En conjunto con otras tres ciudades colombianas, Barranquilla (0,57), Calí (0,54) y Medellín 0,51), Bogotá promedia un gini de 0,sixty one.
Debido a que λ es un estadístico de reducción proporcional de error, sus valores hacen evidente que existe una asociación alta en la aglomeración de los índices. Es decir, los municipios que se aglomeran por tener un menor grado de desigualdad son, por lo common, municipios que se aglomeran por tener mayores niveles de urbanización y de desarrollo humano. De igual forma y en el otro extremo, las aglomeraciones de municipios con mayor desigualdad tienden a coincidir con aglomeraciones de municipios con bajos niveles de urbanización y menor desarrollo humano.