Cada uno de estos elementos tiene un impacto en el funcionamiento general de la organización y en la experiencia de los empleados dentro de ella. Miller (1978) en su obra «Sistemas vivientes» outline un sistema como un conjunto (set) de unidades que interactúan manteniendo relaciones entre sí. El estado de cada unidad está limitado por, condicionado por, o es dependiente del estado de otras unidades. Hay al menos una medida de la suma de sus unidades que es mayor que la suma de cada medida de sus unidades.
Lo aconsejable es mantener un nivel mínimo de barreras onerous y el máximo posible de delicate dado que, como éstas barrearas pueden convertirse en barreras de salida, las barreras soft permiten una adaptación más rápida a otra actividad. Alrededor de las empresas hay otras empresas algunas de las cuales se dedican a fabricar ó comercializar productos ó servicios similares e intentan llegar al consumidor compitiendo entre sí.
Más que nunca antes, en la sociedad contemporánea las organizaciones conservan su viabilidad evolucionando; el dinamismo y no el equilibrio es su estado óptimo. En este sentido, importa considerar que las organizaciones siempre se están autointerviniendo, en tanto están en permanente cambio. De hecho, cuando sus directivos organizaciones sin fines de lucro que es suponen conocer todo lo que requieren, significa que la organización perdió su dinamismo y empezó su decadencia. Crecer simplemente agrandando estructuras organizacionales, utilizando soluciones que sirvieron alguna vez o dando por verdaderos supuestos que alguna vez lo fueron, tampoco es muy buena garantía.
Esta relación depende de operaciones selectivas originalmente autónomas que, por lo tanto, demandan compatibilidades de comprensión que presuponen selecciones que coordinen. En estos procesos, muchas dificultades se refuerzan recíprocamente improbabilizando el cumplimiento de objetivos. Por ejemplo, se debe captar la atención; comprender lo que se quiere notificar, y traspasar tiempos y espacios sin caer en la entropía. Además, cuando se pretenden resultados es inconceivable que se acepte incorporar las propuestas tal como éstas se enunciaron.
Pero, por lo common, las normas de calidad tienen el defecto de no actualizarse al mismo ritmo que los deseos de los consumidores. Debemos considerar que al aplicar el control de calidad no se pretende cumplir solamente con los requisitos de las normas nacionales e internacionales sino que la meta debe ser cumplir los requisitos de calidad de los consumidores. El organigrama es una representación gráfica simplificada, total ó parcial, de la estructura de una organización, en términos de unidades, departamentos, sectores ó puestos de trabajo y de las relaciones existentes entre ellos.
Esta aproximación se enfoca en la institución como un todo, examinando la autocomprensión de la organización y cómo ella impacta en estudiantes, académicos y administradores. La inclusión de este principio permite evitar un riesgo importante en el análisis cultural del sector, consistente en adoptar las descripciones propias del sistema social como representativas del funcionamiento de las organizaciones y en el comportamiento de sus miembros, sin mediar continuos procesos de traducción y re-traducción a nivel organizacional e interaccional. Contra lo que suele pensarse en el sector, la cultura no opera como un mecanismo de integración que asegure consistencia de operaciones entre los planos de comunicación. La educación superior se ha constituido en un objeto de creciente interés en la literatura especializada.
A raíz de estas operaciones autorreferenciales, los entornos se constituyen simultáneamente con el sistema organizacional que lo indica, ¡nunca antes o después! Esta excéntrica concept puede experimentarse caracterizando organizaciones en términos de sistemas abiertos, para luego eliminar sus corrientes de entradas y salidas. De hecho, sólo un entorno configurado organizacionalmente puede apreciarse en términos de oportunidades y amenazas. Tales procesos quedan en evidencia, por ejemplo, en las comunicaciones de las Juntas Directivas – ¿cuál ha sido la tendencia del entorno? Se entiende, en los casos mencionados, que las organizaciones nunca se refieren al entorno en el sentido tradicional del término, en tanto su visualización se construye mediante sus procesos internos. Es decir que una estrategia que funciona en un momento dado, podría dejar de ser efectiva en otro momento.
Ésta surge en parte de que no todo lo que le concierne a las organizaciones es bueno y bien intencionado. Morgan (1996) hace referencia a algunas de las externalidades como los accidentes de trabajo, la degradación ambiental, la producción de productos nocivos para la salud, el sometimiento de la voluntad a través de la fuerza así como el trabajo de muchos en función de los intereses de pocos. Asimismo, en esta visión teórica los enfoques que se preocupan por mejorar la eficiencia de las organizaciones así como problemas inherentes a ella son catalogados como funcionalistas (Pfeffer y del Pilar, 2000); sin embargo, no todos los problemas en las organizaciones tienen ese perfil y se pueden encontrar otros aspectos para estudiar. De esta manera, la borrosidad11 considera los fenómenos con límites imprecisos y fronteras permeables, pero con abismos que no son infranqueables.
Existen perspectivas teóricas que consideran la capacidad de adaptación organizacional, por ejemplo la teoría de la complejidad, que de acuerdo a Coleman (1999) ve a las organizaciones como sistemas complejos adaptativos que han evolucionado conjuntamente a su medio ambiente, debido en parte al comportamiento «auto organizativo» de sus integrantes. En el campo de las Ciencias de la Complejidad,5 proliferan enfoques y teorías que introducen nuevos conceptos, definiciones, estructuras y funciones inherentes a los sistemas (Capra, 2006; Delgado, 2005; Luhmann, 1998; Maturana & Valera, 1972; Munné, 1993, 1998, 2005, 2007; Navarro, 2001, 2005; Prigogine, 1997, 1997a; Quijano, 2006). Presentamos aquella más relevante a los efectos de comprender nuestra concepción de las organizaciones como sistemas complejos, siguiendo la obra de Frederick Munné. Para Katz y Kahn (1986), las funciones principales del sistema organizacional conforman el subsistema técnico o de producción, cuya estructura se dedica a la transformación de los insumos que entran a la organización. Este subsistema necesita la presencia de un subsistema de apoyo, el cual es el encargado de asegurar la existencia de actividad productiva mediante las transacciones ambientales, proporcionando una fuente continua de insumos para la producción, gestionando la exportación de los productos y manteniendo las relaciones con otras estructuras e instituciones sociales. En la organización, sus miembros están interrelacionados a partir de la interdependencia funcional de los roles que desempeñan y sus requerimientos normativos y los valores centrados alrededor de los objetivos del sistema.
Nuestra comprensión de las organizaciones parte identificando lo que las caracteriza como una clase de sistemas sociales. Ello significa precisar los mecanismos que sostienen las continuidades operacionales que les permiten mantener sus ciclos en medio de entornos dinámicos. Para alcanzar estos propósitos, relacionamos la epistemología constructivista (Bateson 1976, Schmidt 1987) con la teoría de los sistemas sociales inspirada en la tradición luhmanniana (1984). Esta mirada, que denominamos sociopoiética (Arnold 2003), conduce nuestro análisis sobre las dimensiones del fenómeno organizacional. Consistentemente, a continuación daremos cuenta de estas condiciones con indiferencia a sus múltiples expresiones y prestaciones, por ejemplo si persiguen o no el lucro. En consecuencia, puede esperarse de esta presentación una mirada basic, aunque más compleja, de las organizaciones.
Al mismo tiempo, el pensamiento sistémico enfatiza la aparición de propiedades emergentes no deducibles de los elementos del sistema por separado, sino que emergen de las interacciones entre sus elementos. Durante la transformación de los inputs recibidos por la organización, aparecen nuevas propiedades no reducibles a los elementos ingresados al sistema, sino que se autoorganizan, a partir de las interrelaciones que se producen a lo interno de la organización. “Las propiedades sistémicas quedan destruidas cuando el sistema se disecciona en organizacion sin fines de lucro definicion elementos aislados” (Capra, 2006, p.30). El enfoque sistémico en la Teoría de las Organizaciones es esencial para comprender la complejidad y dinámica de las organizaciones modernas. Al considerar una organización como un sistema interconectado, este enfoque ayuda a los gerentes y líderes a tomar decisiones informadas y a implementar cambios efectivos que aborden múltiples áreas de la organización al mismo tiempo. El enfoque sistémico también destaca la importancia de considerar el entorno en el que opera una organización (mirada integral).
Luego, analizamos cómo la noción de diferenciación funcional resulta especialmente relevante para examinar las prestaciones sociales de la educación superior y, desde enfoques normativos, su gobernanza sistémica. La teoría de las organizaciones como sistemas sociales también destaca la importancia de la comunicación organizacional en el desarrollo de la mente humana. Una comunicación efectiva y transparente dentro de la organización permite a los individuos compartir información, expresar sus necesidades y opiniones, y fomentar la participación activa en los procesos de toma de decisiones. Esto contribuye a promover un clima laboral saludable y a potenciar el desarrollo de las capacidades cognitivas y emocionales de los empleados. La teoría de las organizaciones como sistemas sociales ofrece una perspectiva elementary para comprender la dinámica y el funcionamiento de las empresas y organizaciones. Este enfoque reconoce que las organizaciones son sistemas complejos, donde las interacciones entre los individuos y sus roles desempeñan un papel essential.
Lo que tiene armonía y proporción en una escala, puede no tenerlos en otra, como lo ilustró el antropólogo Bateson (1993) en su famosa narración sobre el lamentable caballo poliploide. Pareciera insensato contradecir la experiencia de que sin seres humanos no existen organizaciones sociales de ningún tipo; sin embargo, incluso en los textos más clásicos, aún cuando apelen a personas concluyen que las organizaciones, una vez establecidas, asumen una identidad independiente de las mismas (BIau y Scott 1962). Las organizaciones no pueden operar sin la certidumbre que ellas mismas se proporcionan y cuya producción, inicialmente, se constituye especificando sus fines y proyectándolos en las vinculaciones instrumentales que las caracterizan. Las detalladas reglas, formularios, definiciones de cargos, manuales y organigramas que encontramos en algunas organizaciones, impiden observar más allá del margen que ellas trazan o notar algo fuera de lo previsible, pues fijan las referencias para observar sus condiciones. Los mismos fines organizacionales anticipan comunicaciones que deben tomarse en cuenta, es decir, presuponen una organización funcionando.