Parte de esa respuesta se encuentra vinculada a la norma constitucional y al reconocimiento de derechos, que se han visto especialmente estimulados con las nuevas reformas constitucionales latinoamericanas de los últimos tiempos, y en el amplio espectro de reconocimiento de derechos sociales que éstas han realizado2. Otra parte de los argumentos a discutir se centran en la aplicación que las autoridades realizan de las normas, y no sólo los jueces, sino, esencialmente, los operadores administrativos intermedios que pueden actuar como facilitadores del acceso a los derechos o, directamente, como obstaculizadores del proceso, y muchas veces sin los fundamentos jurídicos adecuados. Pero es claro, aunque queda invisibilizado, que gran parte de esta compleja respuesta no descansa sólo en el reconocimiento de derechos o en la aplicación directa de normas, sino que se vincula de manera radical con la efectividad de los derechos y su relación con las políticas públicas y, directamente, con la realidad socioeconómica en la que viven las personas y que es la que va a condicionar el desarrollo de su autonomía. Cada vez son más los que coinciden en que haber adoptado un planteamiento limitado frente al crecimiento económico —en el que se dejaron de lado las consecuencias en términos de distribución— ha dado lugar a una gran desigualdad de los ingresos y la riqueza en muchas regiones del mundo.
Los 11 países analizados en este informe fueron seleccionados atendiendo a su condición actual de países de ingresos altos (IA) o países de ingresos medios altos (IMA), con arreglo a la clasificación del Banco Mundial basada en el ingreso nacional bruto (INB) per cápita.1 En todos estos países, el PIB y el gasto de consumo medio de los hogares han registrado una mejora significativa en las dos últimas décadas. Pese a la heterogeneidad entre los distintos países, tanto la pobreza como la pobreza extrema y la desigualdad en los ingresos han disminuido en todos ellos de forma considerable desde el año 2000, mientras que la satisfacción de las personas con su propio nivel de vida ha aumentado. No obstante, el panorama favorable que se deriva de esta evolución a mediano plazo se desdibuja al poner el foco en las variaciones registradas en los últimos años y, en explicit, a partir de mediados de la década de 2010, período en el cual la caída de los precios de las materias primas debilitó el crecimiento del PIB.
La excepción a la regla common de que los satisfactores son siempre situados y contextualizados la presentan los satisfactores universales únicos que son universalizables y objetivables por estar claramente vinculados a la estricta supervivencia de los seres humanos. Los satisfactores únicos son agua y aire en condiciones de salud y equilibrio ecológico, que exige que ambos satisfactores satisfagan de manera adecuada las necesidades desigualdades actuales vinculadas sin producir daño en la calidad de vida de las personas. Ello implica no sólo que permitan saciar las necesidades de manera adecuada, saludable y sostenible (sin contaminación o, al menos, con niveles no dañinos para la salud humana y el ecosistema, como aire no contaminado y epidemiológicamente sano y agua potable o apta para el consumo humano), sino también que deben ser realmente accesibles para toda la población mundial.
Así, aunque hay diversas maneras de definir pobreza, en relación con la autonomía o falta de autonomía, no podemos prescindir del concepto de pobreza multidimensional de Naciones Unidas y vincularlo al desarrollo de las capacidades humanas básicas, entendida siempre como una consecuencia directa de la forma en que están distribuidos los recursos mundiales22. La pobreza es, en palabras de Sen, la privación de capacidades y funcionamientos humanos que sean intrínsecamente relevantes y que, por ello, impidan el desarrollo de los planes de vida que las personas hayan escogido libremente. En consecuencia, los recursos en concreto son sólo instrumentalmente importantes, con lo que cobran relevancia en relación a los fines que las personas tienen razones para escoger y perseguir, a las libertades necesarias para desarrollar los planes de vida, como posibilitadores del desarrollo de la autonomía particular desigualdades raymundo campos pdf person y social23. Por ello, la carencia de recursos implica y explica las situaciones de pobreza real que conlleva tener y reproducir una vida pobre, junto con otra multiplicidad de factores como la heterogeneidad de las personas y de la diversidad de los ambientes sociales, naturales, culturales, geográficos, históricos, económicos y epidemiológicos que habitamos24.
Como último reclamo distributivo se encuentran los gustos caros y preferencias extravagantes, que presentan relaciones complejas y no son tan claramente distinguibles. Los gustos caros se refieren especialmente a reclamos de recursos que debido a los particulares escenarios sociales, políticos y económicos coyunturales y situados resultan más onerosos que otros satisfactores que también tienen la potencialidad de saciar esa necesidad, sea estrictamente humana o relacional. Las preferencias extravagantes se refieren a las exigencias como reclamos de necesidad de recursos excesivamente peculiares o extraños que se vinculan claramente a deseos o caprichos difícilmente justificables e imposibles de poder ofrecerse de manera sustentable ecológica y socialmente a todas las personas. Desde estas precondiciones no sólo es posible identificar un mínimo de dimensiones de necesidades básicas, sino también un mínimo de nivel de satisfacción para que los humanos puedan cumplir su función como tal, que se vincula a la exigibilidad biológico-ecológica del mantenimiento de la vida y los condicionamientos socioculturales de los humanos situados38. Por ello, desde este marco conceptual y epistemológico, es posible ubicar a las diferentes necesidades concretas, asumiendo que es posible objetivar un conjunto de necesidades que resulta imprescindible para el desarrollo de cualquier vida humana y otras que se derivan de éstas ampliando las funciones sociales humanas y las relaciones con otros humanos. Hasta el 30 % de la desigualdad de los ingresos tiene su origen en la desigualdad existente en los hogares.
Condicionamientos personales, naturales y sociales que influirán de manera directa en cómo las personas transforman los recursos que poseen en capacidades, y éstas en autonomía y desarrollo de los planes de vida. Por lo tanto, para entender el funcionamiento de la pobreza hay que focalizar en lo insuficiente que los recursos le resultan a esa persona o grupo de personas en su situada existencia individual y social para generar capacidades mínimamente aceptables, y en cómo permiten o impiden transformar ingresos en capacidades y autonomía. De esta manera, podemos diferenciar lo que las personas hacen y lo que tienen libertad para hacer, vinculado a las opciones que se tiene como oportunidades reales25. Durante los últimos 20 años, los países del grupo analizado, así como los del conjunto de la región, han logrado reducir enormemente la desigualdad en los ingresos, lo cual corroboran las dos medidas. En promedio, en el grupo de países analizados de ALC 7 sobre los cuales hay datos disponibles para todo el período, el coeficiente de Gini pasó de zero,fifty one en 2000 a 0,44 en 2019, mientras que el coeficiente de participación en los ingresos S80/20 descendió de 15,1 en 2000 a 9,eight en 2019 (es decir, en 2019 la participación en los ingresos del 20% más rico de la población casi multiplicaba por diez la del 20% más pobre) (Gráfico 2.6, paneles A y B). Durante ese mismo período, el nivel promedio en la OCDE de estas mismas medidas se mantuvo prácticamente sin variación, lo cual significa que, si bien la desigualdad en los ingresos sigue siendo muy elevada, desde 2000 viene produciéndose cierta convergencia entre la región de ALC y la OCDE.
Los principales multimillonarios de Chile, en término medio, poseían una riqueza que superaba en más de un tercio la de sus pares colombianos, y eran por sobre un 60% y un 70% más ricos que los de Argentina y Perú, respectivamente. Independientemente del año observado, el método más difundido para identificar a los principales grupos económicos ha consistido en registrar el capital y reserva de cada una de las grandes empresas -en algunos casos se ha consignado el de la totalidad de empresas existentes. Luego, con la información del capital y reserva del conjunto de empresas propiedad de cada grupo y su porcentaje de participación en la empresa respectiva, han estimado el patrimonio whole de cada grupo. La desigualdad social cut back el conjunto de posibilidades y oportunidades de desarrollo de los jóvenes que están en desfavorecidos. También dificulta las relaciones con otras personas, ya que las desigualdades atentan contra la autoestima y son un factor que les impide involucrarse e integrarse en las dinámicas sociales de su edad. A pesar de la variabilidad existente entre nuestras sociedades hoy en día, es posible medir el fenómeno de la desigualdad socioeconómica en cada una de ellas por medio de indicadores que permitan comparar la situación entre países respecto a uno o varios aspectos.
Hay pobreza porque existe la desigualdad, y la desigualdad existe, entre otras cosas, porque hay pobreza. A lo largo de la historia, la desigualdad política ha estado muy vinculada con la desigualdad de clases sociales en tanto las menos favorecidas carecían de los mismos derechos políticos que las más privilegiadas. La Revolución Francesa sería un punto de inflexión, sentando las bases de lo que es la Democracia Moderna. Cada uno de los tipos de desigualdad social involucra uno de los ámbitos donde nos desplazamos todos los días y que nos afecta directa o indirectamente y en distintas formas, no todas fácilmente visibles para nosotros.
Sin embargo, algunos investigadores sostienen que el término se aplica a la naturaleza necesariamente híbrida y codependiente de las fuentes de financiamiento para la vivienda sin fines de lucro y de propiedad pública de dicho país, donde constituye alrededor del 5 por ciento del volumen total (Bratt, 2012). Esta codependencia, junto con una preferencia política por un ‘retorno’ de las viviendas sociales a las reglas del mercado después de cierto tiempo, ha afectado también los esfuerzos por establecer formas de proveer vivienda sin fines de lucro,ya sea en forma de arriendo o de cooperativas. Por ejemplo, en 1959 el programa de Mitchell Lama para el Estado de Nueva York, establecido sólo cuatro años antes, abandonó su objetivo authentic de mantener los desarrollos regulados a perpetuidad permitiendo a los propietarios optar por salirse una vez pagada la hipoteca (Botein, 2009).
Por ejemplo, desde finales de la década de 1970, la desigualdad de los ingresos ha vuelto a los altos valores que tenía hace un siglo en las economías avanzadas de habla inglesa, aunque no aumentó tanto en los países de Europa continental. Paralelamente, los niños siguen representando una proporción significativa (alrededor de la mitad) de los pobres del mundo, aun cuando los esfuerzos dirigidos a reducir la mortalidad infantil y mejorar la educación han redundado en mejores resultados en la mayor parte del mundo. Además, algunos grupos, como los pueblos indígenas, los migrantes y refugiados y las minorías étnicas y de otro tipo, siguen siendo víctimas de discriminación y marginación.
El Gráfico 2.6 muestra los niveles y tendencias del coeficiente de Gini y la participación en el ingreso de S80/S20 entre 2000 y 2019. El coeficiente de Gini es uno de los indicadores más utilizados para describir la desigualdad, al expresar hasta qué punto la distribución del ingreso de un país se desvía de una distribución perfectamente equitativa en una escala de zero a 1, siendo zero una distribución completamente equitativa y 1 una distribución completamente desigual. La relación S80/20 muestra la participación en el ingreso del 20% más rico como proporción de la participación correspondiente al 20% más pobre. Así como en España, entre las causas de la desigualdad social en México se encuentra la distribución desigual de la riqueza del país. Un estudio de Oxfam señaló que el 1% de la población más acaudalada del país concentra el 43% de la riqueza nacional, un signo de profundad disparidad en términos materiales y económicos.
Lo que se relaciona con los criterios de propiedad de aquellos, especialmente (y contemporáneamente) con el recurso del agua y con la real disponibilidad en la cotidianeidad de los humanos, ya que por su alta relevancia e imprescindibilidad para la vida humana, deberían ser garantizados de manera adecuada como satisfactores, en calidad y cantidad, y accesibles en acceso y disponibilidad actual a toda la humanidad36. El trabajo remunerado proporciona a las personas y las familias ingresos esenciales, pero también, y especialmente en el caso de América Latina, acceso a servicios de salud y otras formas de protección social vinculadas a la situación laboral. Un examen del promedio de los siete países analizados sobre los cuales existen sequence temporales comparables (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Perú) revela que, si bien la tasa de desempleo se mantuvo estable entre 2014 y 2019 (en el 68%), la de desempleo creció del 6,5% al eight,4% (Gráfico 2.10). A lo largo de ese mismo período, la tasa media de empleo de la OCDE registró un ligero aumento, del 58% al 60%, mientras que la de desempleo se redujo, pasando del 9,8% al 7,5%. Si queremos garantizar la autonomía, estamos hablando de defender y priorizar la vida y la libertad actual de todas las personas como un compromiso colectivo y sostenible de los seres humanos, donde los orígenes económico-sociales de las personas tienen que dejar de condicionar lo libres y autónomas que éstas puedan ser.
Dicho flujo migratorio obedecería a las adversas condiciones de vida que padecen algunos sectores de la sociedad mexicana, que probarían su suerte al intentar cruzar la frontera que separa al país del territorio norteamericano. Esta desigualdad se vuelve un problema cuando la distribución de la riqueza condiciona en exceso el desarrollo de los menos beneficiados, que se ven envueltos en una desigualdad de oportunidades respecto a las personas que acumulan la mayor proporción de riqueza en una sociedad. Uno de sus agravantes es la disminución del poder adquisitivo, que es propio de los contextos de inflación o hiperinflación. Muchas personas y familias españolas no son capaces de repartir sus escasos recursos y poder vivir en condiciones dignas. Reflexionando sobre estos datos, es fácil comprobar que la desigualdad de ingresos se ha convertido en uno de los principales obstáculos para alcanzar el desarrollo social.