Facilita, además, la puesta en práctica de distintas modalidades de participación ciudadana por parte del SERMIG. “Ser reconocida a nivel nacional como el referente metodológico de la participación ciudadana, siendo el vínculo cercano y privilegiado entre el Estado y la Sociedad Civil”. Estos aspectos fundamentan la imperiosa necesidad de administración que presentan las organizaciones de salud.
Uno de sus principales objetivos es lograr que la sociedad civil en su conjunto tenga las herramientas necesarias para liderar, organizarse y conseguir los fines que se han propuesto. Esto se logrará formando a los/as dirigentes y líderes sociales en materias de participación, diversidad e inclusión social. En este conjunto de trabajos podemos apreciar que a visión que se tiene de las instituciones educativas está condicionada a una reflexión crítica de su papel y contribución a nuestro sistema social y, en explicit, a sus posibilidades como un agente de cambio hacia mayores niveles de justicia social y educativa. Pero no sólo son los contextos educativos los espacios donde se puede visualizar las posibilidades cambio.
La organización social se constituye, entonces, en una purple de relaciones de interdependencia entre sus componentes que cumplen funciones diferentes, lo que se denomina Patrón Sinérgico. Los contratos entre las partes de la organización son el instrumento por medio del cual se definen y delimitan las relaciones de interdependencia que se desarrollan entre ellas como resultado de la división del trabajo. En la medida en que una organización tiene más diversidad de tipos de contratos y más transacciones, su complejidad será mayor. La gestión de servicios sanitarios se realiza al interior de organizaciones de gran complejidad. Estas organizaciones son sistemas abiertos que tienden a la variabilidad y en ellas se introducen elementos de gestión para mantenerlas bajo control. En este artículo se mencionan la función y las características de la organización social aplicada a las organizaciones de salud.
al propósito de Trascender y, a la vez, le exigen realizar un trabajo con un alto estándar de calidad, sello por el cual es reconocida; profesionalismo y compromiso por el bien común que el equipo le inyecta a cada proyecto, organización y empresa con las que trabaja. A pesar de las condiciones climáticas, políticas y sociales, salimos en defensa de quienes nos necesitan. Porque sabemos que siempre hay alguien que necesita una mano amiga y nosotros estamos dispuestos a darla y ser ese apoyo que muchos excluidos no encuentran con facilidad.
“Gracias a la coordinación y trabajo conjunto con la SUBDERE pudimos convocar a un importante número de dirigentes y dirigentas de todo el país, con la finalidad de apoyarlos en su gestión como líderes comunitarios, mediante la formación y entrega de conocimientos que son muy necesarios que ellos manejen y apliquen”, indicó la autoridad. En este escenario, los grupos más vulnerables dejan de ser un problema ajeno y pasan a ocupar un lugar relevante en el discurso social, pues desde una perspectiva colectiva, todos somos responsables de bienestar y de la regulación del uso colectivo de los recursos (Dardot, & Laval, 2019). En este sentido, la pérdida de un miembro de la comunidad o el riesgo que presentan los más vulnerables (por ejemplo, frente a una enfermedad como el coronavirus), se constituye en una pérdida y riesgo para todos, que nos afecta y debemos abordar colectivamente.
Articulamos a organizaciones de la sociedad civil mediante la creación de espacios de encuentro y fortalecemos su gestión y participación, a través de diferentes áreas como incidencia, transparencia y alianzas. Como organización, vamos un paso adelante de los problemas y no nos quedamos de brazos cruzados ante la adversidad. Es por ello que frente a la pandemia actuamos rápidamente, creando un fondo para adquirir insumos que ayuden a evitar la propagación en la población más susceptible a este virus, como lo son los adultos mayores, personas con discapacidad psychological o en situación de calle. Esta publicación responde al compromiso de la BCN de seguir profundizando en los contenidos y ser un aporte a la formación cívica nacional. A medida que las sociedades se desarrollan, es necesario establecer mecanismos para poder obtener dichos fines.
Dicho contexto se encuentra también en constante cambio; en explicit, por las necesidades que emergen producto de la inclusión, fruto de condiciones socioeconómicas, migratorias, de género o producto de necesidades educativas especiales. La flexibilidad, la capacidad de relacionarse, la adecuación tanto de competencias como de herramientas son, en efecto, un desafío para los diversos contextos de formación. Con ello, la acción de competir se constituye en el núcleo de la razón contemporánea, mientras que los valores y principios que operan desde una lógica de “justicia y bienestar social” parecen volverse incompatibles con la promoción y defensa de la libertad y de los derechos individuales (Harvey, 2015). Justamente esta última caracterización es la que diversos grupos sociales y comunidades a lo largo del país actualmente ponen en duda y quieren transformar. Las empresas de servicios de salud son consideradas sistemas mixtos, porque las integran elementos estructurales y elementos abstractos.
La asistencia sanitaria es una actividad compleja, en la que el resultado deseado se alcanza sólo cuando las actividades y los recursos relacionados se gestionan como una serie de procesos sucesivos, en los cuales los resultados de un proceso se convierten en elementos de entrada de uno o más procesos consecutivos. Dado que el objetivo justo en la pobreza del sistema de salud es mejorar la salud de la población con la prolongación de la vida y de los años libres de enfermedad, el éxito y la calidad de sus actuaciones se deben medir según el grado de consecución de estos objetivos. Yo he visto el cambio que he tenido en mi proceder, en mi desarrollo y ha sido muy positivo.
Ofrecen, de esta manera, la posibilidad de pensar en conceptualizaciones alternativas a la vez que visibilizan dinámicas de opresión y marginalización presentes en distintos contextos sociales. Diversos países de América Latina, en particular Chile, enfrentan en estos tiempos un momento crítico. Surgen profundos cuestionamientos a las formas tradicionales en que los diferentes espacios sociales han sido organizados, las que, finalmente, determinan y condicionan la vida cotidiana de quienes formamos parte de ellos.
La familia, el trabajo y el amplio de espacio de las redes sociales se constituyen en los escenarios que contextualizan los tres últimos artículos que presentamos en este nuevo número de Psicoperspectivas. Primero, presentamos un grupo de trabajos que están vinculados al ejercicio multimodal de la gestión académica en contextos educativos diversos y en torno a los que se discute el tema del liderazgo. Pero no se remiten única ni específicamente a la puesta en práctica de una competencia o proceso, sino más bien a la presencia de diversos actores que están vinculados al entorno de la formación escolar y universitaria, que aportan evidencias sobre nuevas (otras) formas de liderazgo. Se discute, entre otros aspectos, en torno a cómo estos nuevos liderazgos operan, cuáles son sus principales tensiones y nudos críticos y hacia dónde deberían transitar dichos procesos para dar respuesta a las diferentes necesidades educativas de todos sus participantes. El análisis cobra relevancia en el contexto de las cadenas globales de cuidado entre ambos países, las que surgen como una estrategia ante la crisis información de pobreza de cuidado que crecientemente afecta a la sociedad chilena. A través del enfoque de la cuidadanía se examina la participación estatal como una arista de la organización social del cuidado, observando específicamente la provisión estatal de cuidado infantil en estos países.
Liderazgo social, motor de las prácticas directivas en educación en contextos de encierro de Marcela Gaete Vergara, Violeta Acuña Collao, y Marisol Ramírez Muga, sustenta que la investigación ha entregado suficiente evidencia de la relevancia del liderazgo directivo en la calidad de las escuelas y en los aprendizajes de los y las estudiantes. Al respecto, en Chile se han diseñado una serie de políticas para determinar las competencias relacionadas con un desempeño directivo efectivo. No obstante, los resultados de una investigación cualitativa y exploratoria, en que participan 69 proyectos formativos formales y no formales en contextos de encierro de Santiago de Chile, arroja claros cuestionamientos a dichas políticas en contextos carcelarios. Los participantes del estudio comparten un liderazgo social, volcado a las circunstancias y a las necesidades de los sujetos, propio de personas impulsoras, que actúan con clara conciencia en la transformación. La dimensión psicosocial es un componente relevante para comprender el surgimiento, las relaciones, los modos y la persistencia de los proyectos formativos en contextos de encierro.
Las “revueltas de indignación”, alrededor del mundo, dan cuenta de una toma de conciencia progresiva de la necesidad de reivindicación popular frente a la desigualdad social y la búsqueda de una democracia real (De Sousa Santos, 2015). El principio de lo común, de lo colectivo, se vuelve en este sentido en una alternativa de organización que permite abordar problemas como la distribución de bienes escasos o reaccionar colectivamente frente a las crisis económicas, epidemias o desastres naturales que requieren del apoyo mutuo. Las actuales demandas del país le dan más sentido que nunca
Todo lo anterior constituye el llamado ordenamiento jurídico que marca las pautas y normas a seguir para conseguir el bien común general de la nación chilena. Como Psicoperspectivas, pensamos que en contextos como los que abordamos en Chile actual, necesitamos dialogar, ir más allá de las fronteras para generar redes de trabajo que nos permita repensar y rearticular las herramientas teóricas con que se construyen y abordan los problemas sociales. Generar nuevos lenguajes y narrativas que contribuyan a construir distintas prácticas y formas de relación social. Por ello, pensar y desear que las ciencias sociales puedan convertirse en un espacio de prácticas de colaboración y donde lo relevante tenga que ver más con el reconocimiento de la alteridad. Las organizaciones comunitarias en el contexto venezolano se han ido masificando, con carácter legal y a la vez creando nuevos espacios de participación para el pleno ejercicio de la ciudadanía.
Los resultados indican que tanto Bolivia como Chile han realizado avances en esta materia, plasmados en programas públicos, leyes y declaraciones programáticas. Ambos Estados están, así, dando pasos hacia la instauración de un modelo de cuidadanía, en el que la corresponsabilidad social comienza tímidamente a establecerse. No obstante, aún persisten insuficiencias de cobertura de los programas y una falta de concordancia entre las prioridades enunciadas y las leyes que deberían sustentarlas.