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Desigualdad Socioeducativa Y Políticas Educacionales Una Aproximación Histórica Boletín De Políticas Y Gestión Educativa

La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado outline la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”. Un primer mérito de esta investigación, es que se trata de un estudio apoyado en una definición metodológica robusta y moderna, con una importante discusión de fuentes, datos, estrategias y teorías alternativas.

Los ciudadanos deben “dejar” su poder en otro sitio, es decir, prescindir de pronunciarse y ceder su acción a las instituciones y su funcionamiento. En vez de alimentar y construir instituciones cada día, debemos asumir que ellas son eternas e inmutables, siempre perfectas y por tanto los ciudadanos pueden prescindir de su libre albedrío gracias a un marco institucional que les trasciende y que guarda una sabiduría esencial. El ciudadano imperfecto retrocede (es decir, debe retroceder) ante la evidencia de un orden superior.

Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y de desarticular. La primera e históricamente más fuerte es la matriz cultural hacendal (que fue derrotada políticamente con la Reforma Agraria, pero que subsiste culturalmente en diversos aspectos en Chile). Aunque Chile se ha construido siempre como un país minero en su economía, el fundamento cultural del país se articuló en el valle central y específicamente en la cultura hacendal de ese valle.

La ciudadanía ha sido vista como fuente de caos, animalidad, instintos, frente a la sabia razón que inspiraría a los grupos dominantes. A partir de investigaciones previas y en curso4 basadas en una aproximación metodológica cualitativa (relatos de vida, entrevistas semi-estructuradas a informantes clave y revisión documental), analizamos la relación entre migraciones y economía extractivista en el caso de la gran minería del cobre en la región de Antofagasta, al norte de Chile. Las mujeres fueron incorporadas en cuanto trabajadoras, pero la cantidad de obreras y empleadas era pequeña, en contraste con la gran mayoría que se ocupaba en actividades económicas informales y temporales.

El proyecto para el Fortalecimiento de las Universidades Estatales culminó en junio de 2023, consiguiendo importantes logros en términos de mejoras en la calidad y equidad, pese al difícil contexto como resultado de la pandemia. La deserción en el tercer año entre los estudiantes más vulnerables se redujo en casi 10%, pasando del 36,6 por ciento en 2018 al 26.eight por ciento en 2022. También aumentó la cantidad de proyectos de investigación adjudicados por estas universidades y la cantidad de profesores con doctorado.

La crisis planteada por los movimientos sociales en contra de diversas formas de injusticia marca una herida con todo un continuo histórico de concentración de poder que parece estar en una condición de cuestionamiento severo. Uno de los factores decisivos a la hora de comprender la desigualdad en Chile es la permanente justificación cultural de la importancia de conservar ciertas concentraciones de poder (político o económico) en ciertos grupos específicos, siempre pensando en el bien del país. Desde el poder militar para conservar el orden, el poder eclesial para conservar la ethical, hasta el poder de la clase política para preservar la estabilidad; Chile ha estado atravesado por hipótesis que justifican la acumulación de recursos como condición para la civilización.

El estudio examinó exhaustivamente los contenidos de los textos escolares de Historia, Geografía y Ciencias Sociales empleados en la Enseñanza Básica y Media en Chile, conforme a los estándares del Ministerio de Educación. Los resultados, basados en datos cuantitativos recopilados durante el año 2023, revelan una inclinación hacia la predominancia masculina en los relatos históricos. El conocimiento que hemos obtenido trabajando en conjunto con Chile, ha sido compartido con diversos países del mundo que enfrentan desafíos de desarrollo similares. El Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) amplía su participación en el país trabajando con empresas estatales en el diseño de soluciones de mejoramiento del crédito para atraer inversiones transfronterizas, con especial énfasis en el fomento de la descarbonización de sectores clave de la economía chilena.

Las múltiples actividades de reminiscencias colectivas promovieron la reflexividad y la memoria sobre lo que somos y lo que fuimos, lo que hemos hecho y lo que hicimos como país. Estos elementos estimularon la movilización de actores críticos del orden político y económico existente. Por consiguiente, la pregunta sobre cuál tipo de Estado y cuánto debiera intervenir para garantizar unos derechos sociales, que también están desigualdad en pandemia redefiniéndose, es una cuestión central en nuestra democracia, tanto en la que hemos construido como en la que deseamos. Y esta doble dimensión del Estado de Bienestar, como proceso a la vez que proyecto sociopolítico, es la que exige abordar el actual debate sobre las posibles respuestas a dicha pregunta, ubicando los alcances o límites del Estado en la conclusión de la discusión pública y no en su punto de partida.

desigualdad historica

Esta debilidad de la Casen refuerza la opción tomada por el grupo de Alvaredo y otros de usar datos tributarios históricos elaborados por el Servicio de Impuestos Internos. En specific, consideran el Impuesto global complementario (que se aplica a las personas naturales por el complete de sus rentas, ya sea que provengan de Chile o el extranjero). Los autores de este estudio son Facundo Alvaredo, Jorge Atria, Ignacio Flores, Ricardo Mayer y Claudia Sanhueza, todos economistas, salvo Atria, que es sociólogo. A medida que buscamos formas nuevas y sostenibles de organizar nuestro mundo, necesitamos comprender el repertorio completo de las maneras en que nuestros antepasados pensaron y vivieron. Y ciertamente debemos cuestionar las versiones convencionales de nuestra historia que hemos aceptado, sin examinar, durante demasiado tiempo.

En el 2017, el Congreso chileno aprobó la nueva Ley de Educación Pública, que tiene como objetivo transferir los servicios de educación pública de los gobiernos municipales a nuevas agencias locales de educación para conformar un nuevo sistema nacional de educación pública. Los sistemas educativos deben procurar recursos financieros y no financieros para los alumnos de menores recursos para asegurar que todos los alumnos gocen de altos niveles de aprendizaje. En adición, es igualmente importante responsabilizar a las escuelas por sus resultados académicos. Mientras que las tasas de educación y alfabetización están aumentando en todo el mundo, no queda claro si se está disminuyendo la desigualdad educativa. Por eso, hay necesidad de aumentar la educación en los sectores en crecimiento como la tecnológica y habilidades sociales específicas adaptables al mundo que actualmente se necesita movilidad ocupacional.

El tema que ocupa a Javier Rodríguez es nada menos que la evolución de la distribución del ingreso en Chile, ¡desde 1850! Pese a lo ambicioso del desafío, dados los resultados obtenidos es de agradecer que el autor no se haya desalentado ni desfallecido para dar cumplimiento a una empresa que, sin duda, marca desigualdad en la pobreza un hito en la investigación en historia económica chilena. El “estallido social” de 2019 mostró la existencia de una sociedad chilena fuertemente dividida por las desigualdades, tanto por las diferencias materiales, como aquellas referidas al universo cultural de las diferentes clases y actores sociales.

Cualquier stability del bienestar de un país en perspectiva histórica debe considerar el mayor abanico posible de indicadores, y sobre todo ir más allá del PIB per cápita. Es por ello que indicadores alternativos, tales como violencia interpersonal, estatura, habilidades numéricas y estado nutricional han ganado aceptación en cuanto estándares no solo en la academia sino también en organismos internacionales y gobiernos centrales. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”.

Redes De Acción Socioeducativa Contra La Pobreza Infantil Evaluación De La Percepción De Impacto Del Programa Caixaproinfancia Longás Rexe- Revista De Estudios Y Experiencias En Educación

Y continúan su explicación enumerando los factores intraescolares como el pobre rendimiento académico, la repitencia, el ausentismo y los problemas pobreza en emiratos árabes unidos disciplinarios o conductuales que se asocian con mayores probabilidades de abandono escolar según la amplia evidencia empírica existente.

Una gestión que escuche lo que está pasando implicaría, en primer término, mirar más ampliamente la violencia escolar, reconociendo la indefensión y el desamparo de quienes la reciben y son testigos de ella. En un segundo término, visibilizar y validar socialmente otras posiciones e identidades que se encuentran silenciadas en la cultura de la escuela. Con base en ello, puede diseñarse y sostenerse una distribución más equitativa de la atención psicosocial, con perspectiva transformadora. También destacaban episodios en los que habían sido premiados, en que habían ayudado a otros o en que habían representado al establecimiento. En los premios, en los actos, cuando ayudo a alguien, o separo una pelea” (estudiante, 5° grado).

Los modelos conocidos de competencias hacen un énfasis especial en las  llamadas “cuatro C”, que comprenden las habilidades de la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la comunicación, a lo que sumamos metacognición y las funciones ejecutivas que nos permiten “aprender a aprender”, reflexionar y adquirir conciencia sobre los procesos private y colectivo de aprendizaje. [2] En México hubo un cambio de gobierno en 2018 en que el partido denominado Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) tomó el poder con amplio margen en las votaciones. Este cambio colocó una propuesta educativa en su proyecto de nación que denomina Nueva Escuela Mexicana.

No hay que olvidar que para que esta Reforma sea exitosa, se requiere fortalecer la profesión docente. Tal como señaló el Informe McKinsey de 2007, en ninguna parte del mundo la calidad de un sistema escolar supera la calidad de sus profesores. “Los sistemas escolares de alto nivel prestan atención a cómo se selecciona y capacita a su personal docente.

Ello afecta la subjetividad, en tanto se construye una identidad de alumno carenciado (Grinberg et al., 2014; Julio et al., 2016). Pero la recuperación no puede significar volver a lo mismo, pues la pobreza educativa propia de países con altos niveles de desigualdad social es una condición estructural de deuda e injusticia desde mucho antes de la pandemia, tal como lo indica el estancamiento y/o retroceso en las metas del cuarto Objetivo de Desarrollo Sustentable  (3). Se reconoce la necesidad de impulsar una transformación profunda en los sistemas educativos para aprovechar este momento histórico donde han cambiado los roles y maneras de relacionarnos en el contexto educativo. Se requiere así un nuevo trato social, reimaginar e implementar una educación más pertinente, que convoque la corresponsabilidad de todos los actores de la sociedad, que se inspire en la confianza de nuestros estudiantes y que trabaje de manera pragmática para mejorar los sistemas educativos y las capacidades de los profesionales y procesos que interactúan en ellos (4). Se presentan los resultados de un estudio que indaga en los factores y procesos que facilitan u obstaculizan que escuelas que hace diez años atrás fueron identificadas como especialmente efectivas (en el estudio “¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza”), mantengan esa condición actualmente.

pobreza educativa

En este marco, las escuelas son operadas por entes privados con financiamiento público, los cuales compiten para captar estudiantes. Existen también prestadores privados financiados totalmente por las familias de los estudiantes, con elevados aranceles. Este modelo corresponde a políticas neoliberales (Murillo et al., 2018) que, tras 40 años de aplicarse, han tenido por resultado un desmantelamiento del sector que se financia en 100% con recursos públicos -al que accede la población con menores ingresos- y una marcada segregación socioeconómica entre centros escolares (Bonal & Bellei, 2018). Los estudiantes, sobre todo aquellos más vulnerables a la exclusión escolar, han constituido históricamente una voz invisibilizada (Ainscow et al., 1999; Bayón & Saraví, 2019; Díaz et al., 2019; Kaplán et al., 2012; Molina, 2013; Muñoz et al., 2020; Yáñez et al., 2018). Su participación en investigaciones puede contribuir a la discusión de conceptos e intervenciones sobre la violencia escolar. En esta línea, nuestro estudio fue emprendido por un equipo de profesores de una escuela, junto con académicos de un centro de investigación, vinculados en un proceso de investigación-acción.

La matrícula total del año en que se hizo el estudio period de a hundred and twenty estudiantes (20 mujeres), con un curso por nivel, desde prekínder a 8° año de educación primaria. De acuerdo con un sistema de nacional de caracterización socioeconómica y educativa (SINAE), one hundred pc de los estudiantes y sus familias se encontraban en situación de vulnerabilidad, registrando indicadores de pobreza. La salud psychological de los docentes constituye una situación de riesgo para la educación chilena, la literatura científica reconoce que el burnout o desgaste docente afecta el ejercicio profesional en la escuela, asimismo reconoce la influencia del prejuicio o creencias negativas del docente respecto de la enseñanza. En este marco, la presente investigación se sitúa en establecimientos escolares vulnerables insertos en contextos mapuches de la región de la Araucanía, asumiendo los objetivos de conocer la existencia de burnout docente, la influencia del prejuicio étnico como elemento generador de burnout y su incidencia sobre las prácticas pedagógicas.

El éxito de estos países, la promocionada calidad educativa de Finlandia, de Corea de Sur, Japón se debe a que la educación es reconocida como el principal issue de desarrollo, de bienestar de sus integrantes y en esto se invierte educación no se gasta en educación. Cuando una gran parte de la sociedad cree que la responsabilidad educativa es solo tarea de los docentes, cuando los políticos de turno creen que solo es una política de gobierno en que solo se escucha la palabra crisis, ahí no hay justicia educativa. La equidad educativa tiene que combatir las desigualdades que hay en nuestra sociedad, no incrementarlas como vemos hoy día.

“En ellas aparece un reconocimiento positivo a la JEC y la SEP, que han permitido mejorar las condiciones laborales de los docentes, especialmente ampliando las jornadas de trabajo y apoyando su trabajo pedagógico. Así estas escuelas han aprovechado el aumento de recursos –especialmente de profesionales docentes y apoyo psicosocial- de manera intensiva, fortaleciendo prácticas anteriores, consolidando innovaciones previas, mejorando las condiciones de trabajo, y pasando desde ensayos e iniciativas pilotos hacia procesos regulares que se institucionalizan”, señala la investigación del CIAE. La exclusión escolar es un problema multidimensional que requiere ser abordado desde varios ámbitos. A través de Fundación Súmate, Hogar de Cristo, viene trabajando desde hace 25 años la reinserción escolar en sus 5 escuelas de reingreso -4 en Santiago y una en la región del Biobío- y con aulas de reingreso.

Los participantes manifiestan propuestas para mejorar la convivencia en la escuela y el aula. Estos resultados son discutidos en relación con las necesidades de reconocimiento identitario y cultural de los estudiantes. La mayoría de los países del mundo han adoptado cuarentenas totales o parciales para abordar la crisis producida por la pandemia del coronavirus. Las contradicciones que representa enfrentar una situación de encierro en un contexto de pobreza versus uno con mayores posibilidades, parece que en la educación va más allá, pues, cuestiona el sentido mismo de lo que entendemos por educación, al tensionar las necesidades que ella debe abordar y enfrentarlas a la realidad que es posible producir en el aula.

En 1959, la Asamblea de la ONU aprueba la declaración de los Derechos del Niño y en 1989 aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado internacional vinculante ratificado por 196 países. Más estratégicamente, se ha utilizado activamente la tecnología de la información y las comunicaciones (TICs) para desarrollar contenidos y aplicaciones, ampliando la oferta educativa a través de los medios de comunicación, apoyando a niñas y niños para que sean capaces de continuar y disfrutar su proceso de aprendizaje. Adicionalmente, se provee acceso a actividades extracurriculares en áreas de ciencias desde la robótica, artes desde la creación cinematográfica y al desarrollo socioemocional de forma específica y transversal en cada programa.

Esta arista lleva a considerar que la gestión focalizada de la convivencia establece una distribución inequitativa de los recursos psicosociales en la escuela (Kaplán, 2006, 2009; Tomasini et al., 2014), organizada en torno a la gestión del riesgo psicosocial de la infancia (Grinberg, et al., 2014; Infante et al., 2011) y a su subsidio compensatorio (Bonal & Bellei, 2018; Llóbet, 2006). Esta inequidad en la distribución de recursos psicosociales puede interpretarse como una situación de injusticia educacional (Rojas et al., 2019), en tanto las experiencias de fastidio, tristeza, miedo, vergüenza, desesperanza y culpa manifestadas por los estudiantes que observaban y que recibían agresiones quedaban desatendidas. En coherencia con el modelo neoliberal, el Estado de Chile opera como subsidiario del acceso a los derechos, auxiliando con financiamiento further pobreza educacional en los casos en que los estudiantes demuestren estar en riesgo de exclusión (Bonal & Bellei, 2018). Para acreditarlo, se aplican instrumentos1 que registran información socioeconómica y académica del estudiante y de su familia.