Hoy se informa de que el juicio por financiamiento ilegal de la política que ejecutó SQM, al distribuir dinero ilegal a políticos de todo el espectro a cambio de una ley de royalty y otros beneficios, llega a su fin. Por más de cuatro años el equipo de periodistas de CIPER desmenuzó y rastreó sus redes de complicidad, protección y corrupción. En el segundo puesto de ese listado está Julio Ponce Lerou, quien tomó el control de SQM (Soquimich), una de las mayores productoras mundiales de litio, yodo y fertilizantes, una vez privatizada por Pinochet, su suegro. Maneja la empresa a través de un esquema de «cascadas», obteniendo una utilidad fraudulenta de US$128 millones (juicio en curso).
Si bien existe la conciencia a nivel público y privado del costo medioambiental, los esfuerzos para cubrir las externalidades negativas, a través de nuevas tecnologías e impuestos energéticos, no han sido suficientes (OCDE, 2013). Chile ha informado en la OCDE sobre la mejora las condiciones de enseñanza y se comprometió a suministrar administradores y docentes escolares competentes a las escuelas para implementar mejoras. Ha priorizado desarrollar las capacidades de administradores educativos, docentes y otros profesionales de la educación para promover la inclusión y la diversidad de los/as estudiantes.
Mientras mayor desigualdad, el IDH-D se ubicará más por debajo del IDH, siendo este el caso de Chile. En Chile, el analfabetismo es cada vez menor (ver Gráfico 9), pasando de un 5,2% de la población de 15 años o más que no sabía leer ni escribir en 1990, a un 3,1% en 2015. En 1990 un 14,2% de la población rural era analfabeta y un 3,4% de la población urbana; asimismo, el 5,4% de las mujeres lo era, seguidas de cerca por un four,9% de los hombres. Para 2015 se observa un buen progreso en las personas del área rural, ya que un menor 7,8% no sabe leer ni escribir, así como un 3% de las personas de la ciudad; este año, hay un 3,3% de mujeres analfabetas, seguidas muy de cerca por un 3% de los hombres. Mientras en regiones como Tarapacá y Magallanes, el analfabetismo no alcanzó al 1% de la población, en Los Ríos, La Araucanía y el Maule, superó el 4%, develando una tarea pendiente en estas regiones, principalmente con su población rural. Para la mayoría de las regiones, hay un mayor porcentaje de mujeres analfabetas que de hombres, a excepción de las regiones de Tarapacá y O’Higgins.
Antes, esa subvención period del mismo monto, independiente de si el alumno period pobre o si tenía más recursos, lo que period problemático, porque educar alumnos con desventajas requiere más recursos. Eso ha ido cambiando por una política en que a los alumnos más pobres se les asocia un subsidio mayor, así como a las escuelas que los atienden, lo que se acerca más a compensar los fondos que requiere atender a una población más vulnerable desigualdad de ingreso. Esa es una excelente política de promoción de la movilidad, porque promueve oportunidades educacionales más igualitarias.
El cobro de altos aranceles a las familias es uno de los primeros mecanismos de selección y cierre social (Stevens, 2009). Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y desarticular. De acuerdo a un informe de la organización, la paridad en la fuerza de trabajo no se logrará hasta dentro de a hundred and forty años y es probable que se necesiten 40 años para lograr una representación equitativa en los parlamentos de todo el mundo. Asimismo, se estima que para finales de este año habrá 383 millones de mujeres y niñas viviendo por debajo del umbral de la pobreza. En la oportunidad, recalcó que “Chile ha avanzado significativamente en las últimas décadas. Nuestra sociedad ha cambiado y hoy los chilenos y chilenas pueden más y aspiran a mucho más.
Una persona de mayores ingresos irá a mejores escuelas, podrá asistir a clases particulares y extracurriculares, tendrá mejor asistencia dental, podrá ir a mejores centros médicos e incluso tomar mejores medicinas, que una persona pobre. Agostini y Brown (2007; 2010) realizaron un estudio a nivel desagregado de las desigualdades chilenas, logrando obtener un índice de Gini comunal11. Los resultados confirmaron la mencionada heterogeneidad del territorio chileno, obteniendo Ginis que van de zero desigualdad economica pdf,41 a 0,63. Asimismo, se expone que las regiones del sur, así como la Metropolitana, tienden a tener comunas con mayor nivel de desigualdad del ingreso (similares resultados obtuvieron Ramírez et al. [2009] en su estudio comunal). La Araucanía, la segunda región más desigual del país, sigue en la lista como la séptima región con mayores niveles de conflicto, según al informe de COES (Figura 1).
La teoría económica clásica predice que una mayor inversión en educación, ajustaría los salarios, al aumentar la oferta de trabajo cualificado y disminuir la oferta de trabajo no cualificado, disminuyendo la desigualdad social. Sin embargo, es notorio que los individuos más vulnerables seguirían sufriendo de una desventaja asociada a su capital social que afectaría a sus oportunidades. La desigualdad social no puede ser vista y mucho menos usada para justificar la violencia o conductas delictivas dentro de la sociedad. El cuarto paso debe ser modificar el DL 3500 sobre pensiones y establecer la obligación de invertir los ahorros de los trabajadores en Chile, especialmente en las zonas más alejadas y pobres. El Banco Mundial estimó el Producto Interno Bruto (PIB) nacional en el año 2015 en 240,8 mil millones, que representa el valor whole de los bienes y servicios producidos en el país en un año.
En junio de 2017, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, publicó el libro «Desiguales. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile», el que dio a conocer las enormes brechas que existen en nuestro país. Sin los aportes previsionales solidarios (APS) del sistema, la cifra habría llegado al 73%. No es coincidencia, entonces, que en nuestra encuesta solo una de cada tres personas del primer quintil de ingresos pensara que contaría con ingresos suficientes en la vejez para cubrir sus necesidades básicas.
Cuando los estudiantes de estos colegios son evaluados por PISA logran resultados similares al promedio de los estudiantes de la OCDE, que en su mayoría asisten a escuelas públicas. Menos del 5% de los estudiantes de Chile son capaces de alcanzar los niveles máximos de aprendizaje en la prueba PISA”. Esta desigualdad se mide por encuestas de hogares, principalmente la CASEN, no mide ingresos más altos, ya que para eso hay que pedir impuestos”, explicó Matías Cociña, investigador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A esta democracia inconclusa le resulta difícil transformar el malestar social en políticas públicas eficaces y, a la vez, legítimas. Como resultado de esto la acción del Estado ha insistido en alinearse en torno al crecimiento económico casi como único y gran objetivo.
¿De qué manera esta concentración de ingreso determina la posibilidad de acceder a espacio… El presente documento entrega los principales antecedentes metodológicos y de trabajo de campo de la en Encuesta Desigualdades Económicas y Sociales (PNUD-DES) 2016, desarrollada y aplicada en el marco del estudio interdisciplinario sobre desigualdad socioeconómica en Chile realizado por la oficina del PNUD en Chile entre 2015 y 2017. Los datos contenidos en la base de datos forman parte integral de algunos capítulos del libro DESIGUALES.
Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de common el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores. Es decir, los países de Latinoamérica representan un clúster o un conjunto anómalo caracterizado por altos niveles de desigualdad económica y social, independientemente del modelo de desarrollo adoptado por los diversos países. En otras palabras, existe una persistencia de enormes disparidades sociales y económicas en América Latina en distintas épocas, con diversos modelos de desarrollo y bajo diferentes regímenes políticos. La desigualdad económica en Latinoamérica pareciera ser una condición de larga knowledge, enraizada en la historia, instituciones y en la cultura del continente, más que en el modelo adoptado en las últimas décadas (Eyzaguirre, 2019; Gootenberg, 2004).
En la literatura económica, desde hace décadas, existe consenso en que un país o territorio no debe ser evaluado únicamente por sus indicadores económicos de productividad, sino que también por su capacidad para reducir la pobreza y la desigualdad, ambos conceptos entendidos como males para una sociedad (Gasparini et al., 2014). Al ser la pobreza reconocida como mal social, no es de extrañar que sea un concepto ampliamente estudiado y que sea propósito de cada Gobierno reducirla al máximo. Asimismo, el hecho de obtener un ingreso insuficiente es consecuencia de las desigualdades estructurales de un sistema económico (Macías, 2014). No se puede negar que Chile ha experimentado un desarrollo sin precedentes desde el retorno a la democracia (1990). Se ha logrado en un escenario de estabilidad política y social, preservando equilibrios macroeconómicos a pesar de los shocks internacionales (Sunkel e Infante, 2009).