Si bien este interés ha producido una amplia investigación empírica, carece todavía de un enfoque integrador que permita hacer sentido de los diferentes análisis más allá de la descripción de las experiencias locales. No es exagerado afirmar que, tomando en cuenta toda su variedad, las organizaciones constituyen hoy el principal entorno social que rodea la vida humana. En forma de fábricas, iglesias, juzgados, partidos políticos, escuelas, laboratorios, museos, organismos internacionales, hospitales o ministerios, las organizaciones participan en las operaciones más significativas de la contemporaneidad.
Una aportación relevante al respecto que puede vincularse con la visión anterior se incluye en la obra de Drucker (1993), respecto al concepto de corporación como un sistema de políticas interrelacionadas sobre los beneficios económicos de las entidades y el de la sociedad. De acuerdo al autor «.. Lo que contribuye a la estabilidad, la supervivencia y la eficacia de estas unidades, contribuye directamente al rendimiento y la estabilidad social.» (p.211). De acuerdo a lo expuesto, la administración se interesa por los resultados, por la eficiencia y utiliza instrumentos y métodos cuantitativos para alcanzarla. Se percibe también una relación muy fuerte con la ingeniería industrial actual, puesto que la disciplina administrativa se llevó a cabo, en sus inicios, en fábricas industriales. Así mismo, la administración ve a las personas como instrumentos para lograr fines o «máquinas humanas» (Farquhar, 1919, p.493) y a la «organización» la contempla como el lugar de trabajo, compuesto por áreas funcionales básicas, donde se divide el trabajo para hacerlo más simple.
Lo anterior es un ejemplo de cómo los efectos de las diferentes culturas pueden influir en la concepción de las organizaciones, en este caso las corporaciones. Por tanto el factor cultural no puede ser omitido a la hora de encarar los problemas, diseñar estrategias y modelos de gestión. Esta idea brinda otra manera de dirigir y diseñar las organizaciones a través de los valores, las creencias, las normas, los rituales y otros modelos de significados compartidos, que guían el actuar de éstas. El proceso comienza con el nacimiento del a empresa y se caracteriza por un periodo de creatividad de los dueños y la generación de un nuevo producto o servicio, haciendo crecer a la organización hasta un punto en el que se presenta una disaster organizaciones sin fines de lucro que es de liderazgo. Una vez resuelto el problema del liderazgo, la organización continúa un periodo de crecimiento por una correcta dirección de la misma.
Éstas permiten que las decisiones fluyan conectiva y coherentemente en la realización de una organización, pero no representan decisiones irreversibles, siempre están abiertas a modificarse con otras decisiones. Los organigramas (y sus equivalentes), que representan decisiones sedimentadas, establecen un orden que impide que las decisiones partan de cero y restan posibilidades a las actividades decisorias espontáneas sustituyéndolas por procesos organizativos (Simon 1978). Las típicas formas organizacionales pueden identificarse gracias a diseños que combinan coordinaciones funcionales, departamentalizadas o matriciales, y sus tipos oscilan entre las burocracias rígidas y las poco frecuentes adhocracias (Mintzberg y McHugh 1985). Sin embargo las más preparadas para enfrentar sus riesgos no lo hacen blindando las estructuras, sino manteniendo la flexibilidad para decidir sobre otras estructuras. En términos específicos, los diseños organizacionales no solamente precisan relaciones de dominación, sino que además condicionan las decisiones sucesivas de una organización y con ello la preservación o cambio de sus propias formas estructurales. Concebir los sistemas como dependientes de sus propias determinaciones, incluyendo lo que consideran información del entorno, hizo perder fuerza a la explicación de sus dinámicas básales como una relación entre causas y efectos o inputs y outputs, es decir, a la thought de sistemas abiertos cuyas operaciones se orientan por su adaptabilidad al entorno.
La organización se puede definir como un sistema social y abierto, esto quiere decir que está constituido por un conjunto de elementos (humanos y no humanos) interdependientes entre sí, los cuales interactúan de forma continua y están sometidos a una serie de condicionantes externos. Las organizaciones se encuentran en un continuo proceso de adaptación al medio ambiente en el que se desenvuelven, de forma que puedan satisfacer las necesidades de sus miembros y alcanzar sus objetivos. En primer lugar, una organización es un sistema social porque está formada por un conjunto de personas que interactúan entre sí. Cada persona en la organización tiene su propio rol y función, y todos los miembros de la organización trabajan juntos para alcanzar un objetivo común. Las características de una organización como sistema social son muchas y variadas, pero en basic podemos decir que se trata de una estructura compleja y dinámica en constante evolución. En una organización social, las personas interactúan entre sí de manera coordinada para alcanzar un objetivo común.
El contexto organizacional es cambiante, factores como los económicos, demográficos, tecnológicos, políticos y sociales dan la pauta para el cambio en las organizaciones (March, 1981). Así pues, las condiciones de oferta y demanda, la legislación laboral y fiscal así como las preferencias del consumidor pueden cambiar. Los procesos, las estructuras, el tipo de liderazgo y en general la manera de gestionar la organización pueden modificarse de acuerdo a las necesidades de la organización. Estos cambios constantes se traducen en complejidad y dificultan la toma de decisiones para los directivos de las organizaciones. La teoría de sistemas sociales es un marco teórico que nos permite comprender cómo funcionan las organizaciones. Según esta teoría, las organizaciones se pueden considerar como sistemas abiertos que están en constante interacción con su entorno.
Existe una diversidad de tipos de organización y algunas parecen ser más complejas que otras, como el caso de las universidades. Una de las tendencias para entender la complejidad de este tipo de organización incluye la toma de decisiones y el aprendizaje. Las intervenciones organizacionales pueden adelantarse con diagnósticos adecuados sobre los criterios de discriminación que se aplican el sistema intervenido. Éstos, en tanto se expresen de forma lingüística, pueden observarse por medio de técnicas tales como la entrevista etnográfica o los grupos de discusión que se apoyan en el reconocimiento de las distinciones significativas presentes en las comunicaciones organizacionales. Las organizaciones subsisten mientras ocurren las decisiones que les permiten seguir decidiendo, pero como éstas son eventos sin capacidad de perduración, el problema consiste en reproducirlas, para lo cual se requiere de otras decisiones, por ejemplo, las destinadas a evitar que no se cumplan.
Esto les permite estar en contacto con un mayor número de personas, lo cual a su vez les permite establecer nuevas alianzas, generar nuevos negocios y ampliar sus mercados. Las organizaciones se rigen por un conjunto de normas y reglas que establecen el comportamiento de sus miembros. En segundo lugar, las organizaciones con sistema abierto fomentan la colaboración y el trabajo en equipo.
James Miller por su parte, estuvo interesado en las ciencias del comportamiento y, influenciado por los modelos homeostáticos de Cannon, buscó integrar las dimensiones biológicas, psicológicas y sociales en este aspecto. Ralph Gerard por su parte, trabajó en el área de neurofisiología e fue influenciado por la visión organísmica de Herbert Spencer, analizó la relación entre los diferentes niveles de organización de los sistemas biológicos, desde la célula, el organismo y la sociedad, visualizándolos como un todo. Anatol Rapoport contribuyó al campo de los sistemas en el área de la biología matemática; área en la cual profundizó con la teoría de juegos y las redes neuronales. El presente trabajo tiene como objetivo un análisis crítico de las diferentes concepciones de organización que han surgido para entender dichas entidades, tomando como referencia algunas de las metáforas organizacionales de Morgan (1996).
La nueva cosmovisión que promueve el pensamiento complejo nos permite adentrarnos en una comprensión profunda del ser humano y los contextos en los cuales se manifiesta su comportamiento, siendo las organizaciones el ámbito más propicio para el desarrollo de concepciones teórico metodológicas basadas en las ciencias de la complejidad. Resulta very important que las personas se impliquen en el cumplimiento de los objetivos de la organización y se mantengan en ella desempeñando sus funciones de manera satisfactoria. Entonces, es necesario que se les recompense no solo económicamente, sino también que el sistema de estímulos incluya un trabajo interesante, en el que el individuo posea determinado nivel de toma de decisiones, de manera que se sienta útil y se identifique con los resultados de su grupo y la organización complete.
Si bien el concepto ha impulsado una amplia reflexión conceptual sobre el vínculo entre sistemas parciales y organizacionales, no ha ido asociado a una amplia investigación empírica, aspecto en el cual los estudios en educación superior pueden aportar a la consolidación de esa línea de reflexión sistémica. Si bien largamente se ha argumentado la complementariedad de ambas comunicaciones para una mejor formación, por ejemplo, en el ideal de Bildung (Krautz. Ware Bildung), la evidencia sugiere una situación más compleja. Dicha complejidad es esperable desde la teoría de sistemas sociales, en tanto los sistemas parciales involucrados poseen códigos distintos. Lo anterior resulta en la existencia de una inevitable separación entre educación y ciencia expresada, principalmente, en los propósitos de la comunicación, los temas relevantes y los tiempos asociados para cada actividad (Luhmann. The control of intransparency). A diferencia de otras teorías que toman como su objeto de estudio la comunicación, para el autor ésta no debe comprenderse como un proceso de transmisión de un mensaje entre alter y ego, sino como un orden emergente autoproducido con base en el entrelazamiento de operaciones de selección de información, notificación y comprensión. La comunicación, postula Luhmann, constituye la operación específica de los diferentes tipos de sistemas sociales (interacción, organización y sociedad), sirviendo para distinguir estos sistemas de otros, como los sistemas psíquicos y los sistemas orgánicos, que operan en el entorno de la comunicación.
La dimensión social de las organizaciones se pone de manifiesto en las relaciones que se establecen entre los diferentes miembros de la organización, así como en las interacciones que se dan entre la organización y su entorno. Estas relaciones se rigen por normas, valores y expectativas que son compartidos por los miembros de la organización y que influyen en su comportamiento y sus decisiones. Una organización social abierta es una institución que tiene como objetivo fomentar el contacto y la cooperación entre individuos de diferentes grupos sociales. La idea organizaciones nacionales sin fines de lucro es que estos contactos puedan ayudar a reducir el prejuicio y la discriminación, y a mejorar el entendimiento y la convivencia entre las personas.
Las dimensiones que afectan el comportamiento del todo comienzan con la tecnología que ha modificado a las organizaciones desde el ambiente y los requerimientos para satisfacer las necesidades de la población. La idea es que es posible adaptar las ecuaciones de Navier Stokes para analizar la dinámica organizacional, donde el flujo es difuso, mezcla las cosas, y es disipativo –la energía se disipa con la pérdida de energía inicial o impulso del objetivo particular person. Por ejemplo, podríamos considerar a la energía del medio organizacional como la economía, la ecología, y las restricciones y contingencias como la pandemia. Dentro del ámbito de la estrategia, las reglas pueden ser formales y estar dentro del terreno de la burocracia; e informales, mediante el uso de sistemas sutiles de comunicación que pueden reflejar respuestas instintivas o inconscientes; la conducta en consecuencia puede reflejar una disonancia cognitiva38 (se piensa de una forma pero se actúa de otra). Los consultores sólo facilitan la reintroducción en la comunicación de opciones invisibles para el sistema organizacional para, con ello, aumentar su variedad y alternativas de selección, pero no seleccionan por ella.