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Axel Kaiser La Tiran ía De La Igualdad-e Pub Libre 2017 La Igualdad Ha Sido Durante Siglos

Luego, y como consecuencia de lo anterior, se mostrará cómo la precarización del ejercicio de los derechos sociales genera formas de exclusión de la ciudadanía que alimentan la conflictividad social. Es por esto que este artículo propone una lectura que intenta contribuir a una interpretación cabal acerca de la problemática de la disaster de los derechos en Chile, a través de una perspectiva que integra elementos jurídicos, sociológicos y filosóficos. Considerando los rasgos neoliberales que caracterizan a la Constitución chilena de 1980, el presente artículo indaga en la relación que existe entre la precariedad de los derechos sociales y la configuración de las relaciones sociales en Chile. Más específicamente, y a modo de hipótesis de investigación, postulamos que la precariedad en la garantía constitucional de los derechos sociales impide la plena inclusión de todos los sectores de la sociedad, dando paso a formas de exclusión de la ciudadanía que han alimentado el malestar social incubado en los últimos años. Para esto, se presentarán algunas premisas que integran elementos propios del derecho constitucional junto a aproximaciones filosóficas y sociológicas, desde las cuales se elaborará un aparato conceptual que permita comprender la estrecha relación que, a nuestro juicio, existe entre la crisis el atlas de las desigualdades pdf de los derechos y los modos de exclusión de la ciudadanía3 en Chile. Para que la garantía constitucional de los derechos sociales permita superar estas exclusiones, es necesario renovar las categorías teóricas desde las cuales son pensados esos derechos, considerando las nuevas formas de prácticas sociales, del trabajo y del capital84.

propio modo».[8] El «interés general» se garantiza, así, con la protección de los derechos individuales —vida, libertad y propiedad— de todos los miembros de la comunidad que es lo que permite a cada uno perseguir sus fines y servir a la comunidad. No existe una definición exacta sobre “subjetivación” en la obra de Michel Foucault pero podemos encontrar dos claves de lecturas en su trabajo.

todos quieren ser iguales, pero iguales al que tiene más, nadie quiere ser igual al que tiene menos. Huelga decir, por cierto, que el sentido que damos a la palabra “ciudadanía” no se refiere a su sentido jurídico recurring, sino a un concepto emparentado con la concept de ciudadanía política presente en MARSHALL (1998). Podemos identificar a Heidegger y Nietzsche como los más grandes exponentes de esta idea, a propósito de una modificación de los sentidos, la cual suele ser irreversible.

do casi sin resistencia. Muchos de ellos leyeron el libro y me dijeron que un escrito así debía tener una edición internacio‐ nal por la importancia y claridad de lo que ahí se planteaba y el potencial que tenía para alimentar el debate sobre la igual‐

Para profundizar en la relación entre derechos y relaciones de “poder social” corresponde una mención al trabajo de Michel Foucault. En explicit, respecto a la idea de que el poder corresponde a una relación social que se ejerce, y no se posee, produciendo specific orden social que puede ser interrogado genealógicamente. El sujeto aparece como centro de las miradas -de distintas miradas- en virtud de las cuales pasa a ser objeto, sucesiva o simultáneamente de exclusión, de custodia, de castigo y de estudio (…) Tanto la ‘mirada’ como su objeto son elementos constituidos en y por relaciones de saber-poder.

Vía acción de protección, la jurisprudencia reciente en materia de seguridad social ha tensionado las normas vigentes y ha priorizado la situación socioeconómica del recurrente por sobre normas legales expresas104. Lo propio ha ocurrido con el derecho a la salud105 y a la educación106, en la cual la situación económica de la recurrente ha sido un factor determinante. En la misma línea se encuentra una serie de sentencias laborales en las cuales la consideración de las condiciones materiales de existencia ha sido determinante107. Esto es una manifestación institucional del conflicto social, en clave de derechos, que debe ser investigada en profundidad, pues nos permite poner en tensión los modos de protección efectiva de los derechos. Detrás de los derechos hay procesos históricos de construcción política y social, en que muchos son concebidos sobre la base de la exclusión de ciertos sujetos79 que terminan siendo sometidos a formas de gubernamentalidad, impedidos de ejercer autónomamente sus propios derechos80. La cuestión de la disaster en la garantía de los derechos puede ser entendida desde la necesidad de revisar los criterios de inclusión/exclusión de la ciudadanía, en la cual el acceso a los bienes primarios de la sociedad depende de las condiciones de ejercicio de los derechos y no solo de su reconocimiento normativo.

francois dubet porque preferimos la desigualdad pdf

Así, por ejemplo, el deber estatal de no intervención en los discursos privados solo puede verificarse cuando el Estado pone a disposición de los gobernados tribunales e instituciones para reclamar e impugnar las decisiones estatales que se estiman invasivas sobre la libertad de expresión. No es completamente cierto, entonces, que los derechos fundamentales se materialicen en meras omisiones del Estado, pues todos ellos requieren, en alguna medida, de la provisión de prestaciones o instituciones necesarias para el ejercicio de los derechos. Por eso, Foucault retoma este punto essential de la ambigüedad que caracteriza la figura de los «derechos del hombre» desde su nacimiento, en el análisis de la virtualidad y la potencialidad de estos derechos en el mundo actual como «derechos humanos», a partir de una lógica estratégica de conexión de lo heterogéneo (por oposición a una lógica dialéctica de homogenización de lo contradictorio). El esfuerzo de cada individuo buscando su propio bien a su

Araujo observa que en la sociedad chilena “se asiste a un divorcio y una tensión mayúscula” entre las desigualdades socioeconómicas y las desigualdades interaccionales. A través de la precarización, implementada mediante determinadas condiciones económicas de la existencia, se intenta justificar una mayor y constante exposición al riesgo y a la incertidumbre, con el fin de expandir el management sobre los cuerpos y las existencias de las personas a distintos ámbitos de la vida social. Un modo de gestión política que privilegia la competencia por sobre los derechos y permite afirmar que existen cuerpos que “importan más que otros”68. Este tipo de elementos se proyecta en el dispar ejercicio de estos derechos directamente relacionados con las formas de exclusión. En efecto, la forma en que el constitucionalismo contemporáneo concibe los derechos sociales se mueve dentro de ciertos márgenes bastante delimitados, dentro de los cuales es posible situar tanto a quienes argumentan por mayores estadios para su protección en tanto derechos fundamentales como a quienes abogan por formas de garantía más cercanas a la configuración administrativa de los servicios sociales, según lo expuesto previamente. Se trata de una tensión dialéctica que se traba en el binomio Estado-sociedad, que ha terminado por consolidar tanto la desagregación de las responsabilidades del Estado como los procesos de privatización de los derechos115.

A diferencia de estos, los derechos sociales implicarían actuaciones positivas del Estado en la provisión de prestaciones materiales, lo que viene a romper con el paradigma del constitucionalismo liberal clásico13. Si bien esta objeción ha sido parcialmente contestada14, su impacto en el constitucionalismo chileno ha sido importante, llegando a relativizar la condición de derechos15. Las normas que reconocen y protegen derechos son determinantes en la configuración jurídica del poder político, la que a su vez responde a una compleja purple de relaciones de fuerza33 y no se agota en la institucionalidad estatal. Este es el espacio en el que se ejercen los derechos y donde se gestan las prácticas que devienen en abusivas. La precariedad señalada por Butler, que redunda en modos de exclusión de la ciudadanía ha ocurrido a pesar de la garantía constitucional de derechos que buscan, precisamente, garantizar condiciones materiales que permitan el desarrollo de una vida digna. Uno de los problemas que explica esta precariedad radica en que la garantía constitucional de lo social ha sido construida con las categorías conceptuales propias de los derechos individuales97, en circunstancias que son intereses comunes cuya satisfacción no solo requiere del concurso de la comunidad, sino que buscan asegurar la igual ciudadanía de cada cual98.

Es necesario, por tanto, pensar los derechos sociales actualizando la propuesta teórica de Marshall (1998) quien los vincula a la ciudadanía pues, ante la “erosión generalizada de cualquier vestigio de democracia social”44, los criterios de pertenencia a la comunidad política ya no se reducen al acceso a bienes primarios, en los cuales la desprotección de los derechos da paso a estadios de subciudadanía45. Ante dicha erosión, las condiciones de ejercicio de los derechos sociales en que aportan las organizaciones sociales adquieren una centralidad ineludible, lo que puede ser abordado desde las categorías políticas de subjetivación y acontecimiento, como complemento a la perspectiva jurídico-dogmática. No solo se trata de una Constitución especialmente mezquina a la hora de reconocer derechos sociales, sino que aquellos que son reconocidos han quedado supeditados a una práctica constitucional que comprende su ejercicio como la extensión de actos de propiedad y/o de interacción en el mercado.

Esta crisis también afecta al propio orden constitucional, en tanto aparato protector de un statu quo social85 fuertemente tensionado. Una renovación teórica desde las nuevas formas de subjetividad y de existencia política capaz de revisar las matrices de un constitucionalismo que se ha alejado de su medio social, “con un discurso desfasado respecto de lo que en la realidad ocurre y, en consecuencia, de lo que está en juego”86. El orden constitucional chileno hizo posible la reproducción de una determinada forma de vida social que actualmente está afectada por una profunda crisis87. Dado ese escenario, es elementary pensar alternativas teóricas que permitan enfrentar los desafíos que representa la protección efectiva de los derechos sociales y fortalecer la dimensión democrática del constitucionalismo88. Estas limitaciones de los derechos han empezado a tensionar la aplicación judicial del ordenamiento jurídico, especialmente en lo relativo a la garantía de los derechos sociales, dando otra forma al conflicto social. Una búsqueda jurisprudencial de carácter preliminar permite mostrar cómo las condiciones materiales de ejercicio de los derechos sociales impactan en su protección.

La disaster de los derechos sociales puede analizarse de forma más íntegra si, además de ampliar los marcos constitucionales de interpretación, se incorpora además una perspectiva acerca del vínculo entre la fragilidad de los derechos y algunos fenómenos sociales que incuban conflictividad, como ocurre con el malestar y los procesos de exclusión de ciudadanía. Como respuesta a esta debilidad teórica de invisibilización de la problemática, es necesario insertar una perspectiva política que considere cómo los derechos configuran las relaciones de poder social40. Una perspectiva ausente hasta ahora y cuya consideración podría contribuir a solucionar los problemas que arrastra la sociedad chilena, dada la estrecha relación entre los conflictos jurídicos y los políticos41. Todo parece indicar que no basta con la descomodificación de la vida42 si no se comprenden aquellas condiciones institucionales que, funcionales a la acumulación del poder -y del malestar-, dejan indemne la estructura de poder social vigente, marcada por la exclusión43.

Axel Kaiser La Tiran ía De La Igualdad-e Pub Libre 2017 La Igualdad Ha Sido Durante Siglos

Araujo observa que en la sociedad chilena “se asiste a un divorcio y una tensión mayúscula” entre las desigualdades socioeconómicas y las desigualdades interaccionales. A través de la precarización, implementada mediante determinadas condiciones económicas de la existencia, se intenta justificar una mayor y constante exposición al riesgo y a la incertidumbre, con el fin de expandir el management sobre los cuerpos y las existencias de las personas a distintos ámbitos de la vida social. Un modo de gestión política que privilegia la competencia por sobre los derechos y permite afirmar que existen cuerpos que “importan más que otros”68. Este tipo de elementos se proyecta en el dispar ejercicio de estos derechos directamente relacionados con las formas de exclusión. En efecto, la forma en que el constitucionalismo contemporáneo concibe los derechos sociales se mueve dentro de ciertos márgenes bastante delimitados, dentro de los cuales es posible situar tanto a quienes argumentan por mayores estadios para su protección en tanto derechos fundamentales como a quienes abogan por formas de garantía más cercanas a la configuración administrativa de los servicios sociales, según lo expuesto previamente. Se trata de una tensión dialéctica que se traba en el binomio Estado-sociedad, que ha terminado por consolidar tanto la desagregación de las responsabilidades del Estado como los procesos de privatización de los derechos115.

Vía acción de protección, la jurisprudencia reciente en materia de seguridad social ha tensionado las normas vigentes y ha priorizado la situación socioeconómica del recurrente por sobre normas legales expresas104. Lo propio ha ocurrido con el derecho a la salud105 y a la educación106, en la cual la situación económica de la recurrente ha sido un factor determinante. En la misma línea se encuentra una serie de sentencias laborales en las cuales la consideración de las condiciones materiales de existencia ha sido determinante107. Esto es una manifestación institucional del conflicto social, en clave de derechos, que debe ser investigada en profundidad, pues nos permite poner en tensión los modos de protección efectiva de los derechos. Detrás de los derechos hay procesos históricos de construcción política y social, en que muchos son concebidos sobre la base de la exclusión de ciertos sujetos79 que terminan siendo sometidos a formas de gubernamentalidad, impedidos de ejercer autónomamente sus propios derechos80. La cuestión de la crisis empresas con fines sociales en la garantía de los derechos puede ser entendida desde la necesidad de revisar los criterios de inclusión/exclusión de la ciudadanía, en la cual el acceso a los bienes primarios de la sociedad depende de las condiciones de ejercicio de los derechos y no solo de su reconocimiento normativo.

Esta crisis también afecta al propio orden constitucional, en tanto aparato protector de un statu quo social85 fuertemente tensionado. Una renovación teórica desde las nuevas formas de subjetividad y de existencia política capaz de revisar las matrices de un constitucionalismo que se ha alejado de su medio social, “con un discurso desfasado respecto de lo que en la realidad ocurre y, en consecuencia, de lo que está en juego”86. El orden constitucional chileno hizo posible la reproducción de una determinada forma de vida social que actualmente está afectada por una profunda crisis87. Dado ese escenario, es fundamental pensar alternativas teóricas que permitan enfrentar los desafíos que representa la protección efectiva de los derechos sociales y fortalecer la dimensión democrática del constitucionalismo88. Estas limitaciones de los derechos han empezado a tensionar la aplicación judicial del ordenamiento jurídico, especialmente en lo relativo a la garantía de los derechos sociales, dando otra forma al conflicto social. Una búsqueda jurisprudencial de carácter preliminar permite mostrar cómo las condiciones materiales de ejercicio de los derechos sociales impactan en su protección.

Luego, y como consecuencia de lo anterior, se mostrará cómo la precarización del ejercicio de los derechos sociales genera formas de exclusión de la ciudadanía que alimentan la conflictividad social. Es por esto que este artículo propone una lectura que intenta contribuir a una interpretación cabal acerca de la problemática de la crisis de los derechos en Chile, a través de una perspectiva que integra elementos jurídicos, sociológicos y filosóficos. Considerando los rasgos neoliberales que caracterizan a la Constitución chilena de 1980, el presente artículo indaga en la relación que existe entre la precariedad de los derechos sociales y la configuración de las relaciones sociales en Chile. Más específicamente, y a modo de hipótesis de investigación, postulamos que la precariedad en la garantía constitucional de los derechos sociales impide la plena inclusión de todos los sectores de la sociedad, dando paso a formas de exclusión de la ciudadanía que han alimentado el malestar social incubado en los últimos años. Para esto, se presentarán algunas premisas que integran elementos propios del derecho constitucional junto a aproximaciones filosóficas y sociológicas, desde las cuales se elaborará un aparato conceptual que permita comprender la estrecha relación que, a nuestro juicio, existe entre la crisis de los derechos y los modos de exclusión de la ciudadanía3 en Chile. Para que la garantía constitucional de los derechos sociales permita superar estas exclusiones, es necesario renovar las categorías teóricas desde las cuales son pensados esos derechos, considerando las nuevas formas de prácticas sociales, del trabajo y del capital84.

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Para profundizar en la relación entre derechos y relaciones de “poder social” corresponde una mención al trabajo de Michel Foucault. En explicit, respecto a la thought de que el poder corresponde a una relación social que se ejerce, y no se posee, produciendo particular orden social que puede ser interrogado genealógicamente. El sujeto aparece como centro de las miradas -de distintas miradas- en virtud de las cuales pasa a ser objeto, sucesiva o simultáneamente de exclusión, de custodia, de castigo y de estudio (…) Tanto la ‘mirada’ como su objeto son elementos constituidos en y por relaciones de saber-poder.

todos quieren ser iguales, pero iguales al que tiene más, nadie quiere ser igual al que tiene menos. Huelga decir, por cierto, que el sentido que damos a la palabra “ciudadanía” no se refiere a su sentido jurídico ordinary, sino a un concepto emparentado con la idea de ciudadanía política presente en MARSHALL (1998). Podemos identificar a Heidegger y Nietzsche como los más grandes exponentes de esta thought, a propósito de una modificación de los sentidos, la cual suele ser irreversible.

La disaster de los derechos sociales puede analizarse de forma más íntegra si, además de ampliar los marcos constitucionales de interpretación, se incorpora además una perspectiva acerca del vínculo entre la fragilidad de los derechos y algunos fenómenos sociales que incuban conflictividad, como ocurre con el malestar y los procesos de exclusión de ciudadanía. Como respuesta a esta debilidad teórica de invisibilización de la problemática, es necesario insertar una perspectiva política que considere cómo los derechos configuran las relaciones de poder social40. Una perspectiva ausente hasta ahora y cuya consideración podría contribuir a solucionar los problemas que arrastra la sociedad chilena, dada la estrecha relación entre los conflictos jurídicos y los políticos41. Todo parece indicar que no basta con la descomodificación de la vida42 si no se comprenden aquellas condiciones institucionales que, funcionales a la acumulación del poder -y del malestar-, dejan indemne la estructura de poder social vigente, marcada por la exclusión43.

A diferencia de estos, los derechos sociales implicarían actuaciones positivas del Estado en la provisión de prestaciones materiales, lo que viene a romper con el paradigma del constitucionalismo liberal clásico13. Si bien esta objeción ha sido parcialmente contestada14, su impacto en el constitucionalismo chileno ha sido importante, llegando a relativizar la condición de derechos15. Las normas que reconocen y protegen derechos son determinantes en la configuración jurídica del poder político, la que a su vez responde a una compleja red de relaciones de fuerza33 y no se agota en la institucionalidad estatal. Este es el espacio en el que se ejercen los derechos y donde se gestan las prácticas que devienen en abusivas. La precariedad señalada por Butler, que redunda en modos de exclusión de la ciudadanía ha ocurrido a pesar de la garantía constitucional de derechos que buscan, precisamente, garantizar condiciones materiales que permitan el desarrollo de una vida digna. Uno de los problemas que explica esta precariedad radica en que la garantía constitucional de lo social ha sido construida con las categorías conceptuales propias de los derechos individuales97, en circunstancias que son intereses comunes cuya satisfacción no solo requiere del concurso de la comunidad, sino que buscan asegurar la igual ciudadanía de cada cual98.

Por su parte, el acontecimiento en Lazzarato48 es una clave de lectura desde la filosof ía y sociología política que refiere a un cambio en el orden de los sentidos, en tanto mutación de la subjetividad colectiva. Hitos como las revueltas sociales permiten generar nuevas preocupaciones, condiciones políticas que permiten disputar los signos, símbolos y significados existentes49. Así, logran generar nuevas posibilidades de mundo, cambios en la experiencia de las relaciones sociales, nuevos modos de existencia, y, en suma, nuevos modos de subjetivación50. Lo anterior supone revisar la forma en que los derechos inciden y producen relaciones sociales, abriendo así la perspectiva más allá de sus actuales formulaciones, pues “pensar de un modo pluralista requiere cuestionar la ida de la universalidad de los derechos humanos como es generalmente entendida”113. Buscar equivalentes funcionales que permitan garantizar la dignidad de las personas desde las prácticas políticas y sociales características de cada comunidad y cultura, no solo en clave particular person. Los derechos constituyen “un terreno moldeado por relaciones de poder, en el cual tiene lugar una lucha hegemónica; de ahí la importancia de dar lugar a una pluralidad de interpretaciones legítimas”114, sin las exclusiones que genera el cierre del lugar de enunciación.

do casi sin resistencia. Muchos de ellos leyeron el libro y me dijeron que un escrito así debía tener una edición internacio‐ nal en que consiste la pobreza por la importancia y claridad de lo que ahí se planteaba y el potencial que tenía para alimentar el debate sobre la igual‐

Si bien son conceptos disímiles, aluden a procesos similares, específicamente a la forma en que se produce una (nueva) relación con el mundo. Oímos decir continuamente que la desigualdad es inmoral por definición y que una sociedad igualitaria siempre será mejor que una sociedad desigual.

Así, por ejemplo, el deber estatal de no intervención en los discursos privados solo puede verificarse cuando el Estado pone a disposición de los gobernados tribunales e instituciones para reclamar e impugnar las decisiones estatales que se estiman invasivas sobre la libertad de expresión. No es completamente cierto, entonces, que los derechos fundamentales se materialicen en meras omisiones del Estado, pues todos ellos requieren, en alguna medida, de la provisión de prestaciones o instituciones necesarias para el ejercicio de los derechos. Por eso, Foucault retoma este punto crucial de la ambigüedad que caracteriza la figura de los «derechos del hombre» desde su nacimiento, en el análisis de la virtualidad y la potencialidad de estos derechos en el mundo precise como «derechos humanos», a partir de una lógica estratégica de conexión de lo heterogéneo (por oposición a una lógica dialéctica de homogenización de lo contradictorio). El esfuerzo de cada individuo buscando su propio bien a su

Axel Kaiser La Tiran ía De La Igualdad-e Pub Libre 2017 La Igualdad Ha Sido Durante Siglos

Araujo observa que en la sociedad chilena “se asiste a un divorcio y una tensión mayúscula” entre las desigualdades socioeconómicas y las desigualdades interaccionales. A través de la precarización, implementada mediante determinadas condiciones económicas de la existencia, se intenta justificar una mayor y constante exposición al riesgo y a la incertidumbre, con el fin de expandir el management sobre los cuerpos y las existencias de las personas a distintos ámbitos de la vida social. Un modo de gestión política que privilegia la competencia por sobre los derechos y permite afirmar que existen cuerpos que “importan más que otros”68. Este tipo de elementos se proyecta en el dispar ejercicio de estos derechos directamente relacionados con las formas de exclusión. En efecto, la forma en que el constitucionalismo contemporáneo concibe los derechos sociales se mueve dentro de ciertos márgenes bastante delimitados, dentro de los cuales es posible situar tanto a quienes argumentan por mayores estadios para su protección en tanto derechos fundamentales como a quienes abogan por formas de garantía más cercanas a la configuración administrativa de los servicios sociales, según lo expuesto previamente. Se trata de una tensión dialéctica que se traba en el binomio Estado-sociedad, que ha terminado por consolidar tanto la desagregación de las responsabilidades del Estado como los procesos de privatización de los derechos115.

Vía acción de protección, la jurisprudencia reciente en materia de seguridad social ha tensionado las normas vigentes y ha priorizado la situación socioeconómica del recurrente por sobre normas legales expresas104. Lo propio ha ocurrido con el derecho a la salud105 y a la educación106, en la cual la situación económica de la recurrente ha sido un factor determinante. En la misma línea se encuentra una serie de sentencias laborales en las cuales la consideración de las condiciones materiales de existencia ha sido determinante107. Esto es una manifestación institucional del conflicto social, en clave de derechos, que debe ser investigada en profundidad, pues nos permite poner en tensión los modos de protección efectiva de los derechos. Detrás de los derechos hay procesos históricos de construcción política y social, en que muchos son concebidos sobre la base de la exclusión de ciertos sujetos79 que terminan siendo sometidos a formas de gubernamentalidad, impedidos de ejercer autónomamente sus propios derechos80. La cuestión de la crisis empresas con fines sociales en la garantía de los derechos puede ser entendida desde la necesidad de revisar los criterios de inclusión/exclusión de la ciudadanía, en la cual el acceso a los bienes primarios de la sociedad depende de las condiciones de ejercicio de los derechos y no solo de su reconocimiento normativo.

Esta crisis también afecta al propio orden constitucional, en tanto aparato protector de un statu quo social85 fuertemente tensionado. Una renovación teórica desde las nuevas formas de subjetividad y de existencia política capaz de revisar las matrices de un constitucionalismo que se ha alejado de su medio social, “con un discurso desfasado respecto de lo que en la realidad ocurre y, en consecuencia, de lo que está en juego”86. El orden constitucional chileno hizo posible la reproducción de una determinada forma de vida social que actualmente está afectada por una profunda crisis87. Dado ese escenario, es fundamental pensar alternativas teóricas que permitan enfrentar los desafíos que representa la protección efectiva de los derechos sociales y fortalecer la dimensión democrática del constitucionalismo88. Estas limitaciones de los derechos han empezado a tensionar la aplicación judicial del ordenamiento jurídico, especialmente en lo relativo a la garantía de los derechos sociales, dando otra forma al conflicto social. Una búsqueda jurisprudencial de carácter preliminar permite mostrar cómo las condiciones materiales de ejercicio de los derechos sociales impactan en su protección.

Luego, y como consecuencia de lo anterior, se mostrará cómo la precarización del ejercicio de los derechos sociales genera formas de exclusión de la ciudadanía que alimentan la conflictividad social. Es por esto que este artículo propone una lectura que intenta contribuir a una interpretación cabal acerca de la problemática de la crisis de los derechos en Chile, a través de una perspectiva que integra elementos jurídicos, sociológicos y filosóficos. Considerando los rasgos neoliberales que caracterizan a la Constitución chilena de 1980, el presente artículo indaga en la relación que existe entre la precariedad de los derechos sociales y la configuración de las relaciones sociales en Chile. Más específicamente, y a modo de hipótesis de investigación, postulamos que la precariedad en la garantía constitucional de los derechos sociales impide la plena inclusión de todos los sectores de la sociedad, dando paso a formas de exclusión de la ciudadanía que han alimentado el malestar social incubado en los últimos años. Para esto, se presentarán algunas premisas que integran elementos propios del derecho constitucional junto a aproximaciones filosóficas y sociológicas, desde las cuales se elaborará un aparato conceptual que permita comprender la estrecha relación que, a nuestro juicio, existe entre la crisis de los derechos y los modos de exclusión de la ciudadanía3 en Chile. Para que la garantía constitucional de los derechos sociales permita superar estas exclusiones, es necesario renovar las categorías teóricas desde las cuales son pensados esos derechos, considerando las nuevas formas de prácticas sociales, del trabajo y del capital84.

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Para profundizar en la relación entre derechos y relaciones de “poder social” corresponde una mención al trabajo de Michel Foucault. En explicit, respecto a la thought de que el poder corresponde a una relación social que se ejerce, y no se posee, produciendo particular orden social que puede ser interrogado genealógicamente. El sujeto aparece como centro de las miradas -de distintas miradas- en virtud de las cuales pasa a ser objeto, sucesiva o simultáneamente de exclusión, de custodia, de castigo y de estudio (…) Tanto la ‘mirada’ como su objeto son elementos constituidos en y por relaciones de saber-poder.

todos quieren ser iguales, pero iguales al que tiene más, nadie quiere ser igual al que tiene menos. Huelga decir, por cierto, que el sentido que damos a la palabra “ciudadanía” no se refiere a su sentido jurídico ordinary, sino a un concepto emparentado con la idea de ciudadanía política presente en MARSHALL (1998). Podemos identificar a Heidegger y Nietzsche como los más grandes exponentes de esta thought, a propósito de una modificación de los sentidos, la cual suele ser irreversible.

La disaster de los derechos sociales puede analizarse de forma más íntegra si, además de ampliar los marcos constitucionales de interpretación, se incorpora además una perspectiva acerca del vínculo entre la fragilidad de los derechos y algunos fenómenos sociales que incuban conflictividad, como ocurre con el malestar y los procesos de exclusión de ciudadanía. Como respuesta a esta debilidad teórica de invisibilización de la problemática, es necesario insertar una perspectiva política que considere cómo los derechos configuran las relaciones de poder social40. Una perspectiva ausente hasta ahora y cuya consideración podría contribuir a solucionar los problemas que arrastra la sociedad chilena, dada la estrecha relación entre los conflictos jurídicos y los políticos41. Todo parece indicar que no basta con la descomodificación de la vida42 si no se comprenden aquellas condiciones institucionales que, funcionales a la acumulación del poder -y del malestar-, dejan indemne la estructura de poder social vigente, marcada por la exclusión43.

A diferencia de estos, los derechos sociales implicarían actuaciones positivas del Estado en la provisión de prestaciones materiales, lo que viene a romper con el paradigma del constitucionalismo liberal clásico13. Si bien esta objeción ha sido parcialmente contestada14, su impacto en el constitucionalismo chileno ha sido importante, llegando a relativizar la condición de derechos15. Las normas que reconocen y protegen derechos son determinantes en la configuración jurídica del poder político, la que a su vez responde a una compleja red de relaciones de fuerza33 y no se agota en la institucionalidad estatal. Este es el espacio en el que se ejercen los derechos y donde se gestan las prácticas que devienen en abusivas. La precariedad señalada por Butler, que redunda en modos de exclusión de la ciudadanía ha ocurrido a pesar de la garantía constitucional de derechos que buscan, precisamente, garantizar condiciones materiales que permitan el desarrollo de una vida digna. Uno de los problemas que explica esta precariedad radica en que la garantía constitucional de lo social ha sido construida con las categorías conceptuales propias de los derechos individuales97, en circunstancias que son intereses comunes cuya satisfacción no solo requiere del concurso de la comunidad, sino que buscan asegurar la igual ciudadanía de cada cual98.

Por su parte, el acontecimiento en Lazzarato48 es una clave de lectura desde la filosof ía y sociología política que refiere a un cambio en el orden de los sentidos, en tanto mutación de la subjetividad colectiva. Hitos como las revueltas sociales permiten generar nuevas preocupaciones, condiciones políticas que permiten disputar los signos, símbolos y significados existentes49. Así, logran generar nuevas posibilidades de mundo, cambios en la experiencia de las relaciones sociales, nuevos modos de existencia, y, en suma, nuevos modos de subjetivación50. Lo anterior supone revisar la forma en que los derechos inciden y producen relaciones sociales, abriendo así la perspectiva más allá de sus actuales formulaciones, pues “pensar de un modo pluralista requiere cuestionar la ida de la universalidad de los derechos humanos como es generalmente entendida”113. Buscar equivalentes funcionales que permitan garantizar la dignidad de las personas desde las prácticas políticas y sociales características de cada comunidad y cultura, no solo en clave particular person. Los derechos constituyen “un terreno moldeado por relaciones de poder, en el cual tiene lugar una lucha hegemónica; de ahí la importancia de dar lugar a una pluralidad de interpretaciones legítimas”114, sin las exclusiones que genera el cierre del lugar de enunciación.

do casi sin resistencia. Muchos de ellos leyeron el libro y me dijeron que un escrito así debía tener una edición internacio‐ nal en que consiste la pobreza por la importancia y claridad de lo que ahí se planteaba y el potencial que tenía para alimentar el debate sobre la igual‐

Si bien son conceptos disímiles, aluden a procesos similares, específicamente a la forma en que se produce una (nueva) relación con el mundo. Oímos decir continuamente que la desigualdad es inmoral por definición y que una sociedad igualitaria siempre será mejor que una sociedad desigual.

Así, por ejemplo, el deber estatal de no intervención en los discursos privados solo puede verificarse cuando el Estado pone a disposición de los gobernados tribunales e instituciones para reclamar e impugnar las decisiones estatales que se estiman invasivas sobre la libertad de expresión. No es completamente cierto, entonces, que los derechos fundamentales se materialicen en meras omisiones del Estado, pues todos ellos requieren, en alguna medida, de la provisión de prestaciones o instituciones necesarias para el ejercicio de los derechos. Por eso, Foucault retoma este punto crucial de la ambigüedad que caracteriza la figura de los «derechos del hombre» desde su nacimiento, en el análisis de la virtualidad y la potencialidad de estos derechos en el mundo precise como «derechos humanos», a partir de una lógica estratégica de conexión de lo heterogéneo (por oposición a una lógica dialéctica de homogenización de lo contradictorio). El esfuerzo de cada individuo buscando su propio bien a su

Oit: Los Asalariados Más Pobres Tendrían Que Trabajar 3 Siglos Para Igualar Lo Que En Un Año Ganan Los Asalariados Más Ricos Central Unitaria De Trabajadores Y Trabajadoras De Chile Cut

Las ponencias deben ser una síntesis de avances o resultados de investigación (parciales o completos), ya sean estos teóricos o aplicados. A su vez, deben demostrar ser contribuciones teóricas, metodológicas y/o empíricas de algunas de las dimensiones de estudio mencionadas la pobreza mundial anteriormente. Mientras eso sucede, escucharemos múltiples vocerías oficialistas y opositoras dando palos de ciego. En el caso del oficialismo, porque no tienen con quien negociar y el tiempo para lograr controlar la situación se les escurre como agua entre las manos.

El Observatorio de Desigualdades de la Universidad Diego Portales y el Centro de Estudios del Conflicto y la Cohesión Social (COES) invitan a participar de la Tercera Jornada de Investigadores/as Jóvenes en temáticas sobre Desigualdades y Cohesión Social a realizarse el 29 y 30 de noviembre de 2021 vía Zoom. [4]Es también ese potencial el que ha posibilitado, en las últimas horas, la proliferación de acciones solidarias para la limpieza del metro o para el transporte en autos privados de quienes quedaron varados y sin transporte público. A diferencia de una marcha en un lugar puntual, la protesta avanzó y creció a partir de múltiples focos descentrados y de la difusión y emulación rápida de repertorios de acción de protesta.

Estas disparidades serán resultado del cambio climático, manifestado con furia durante los veranos europeos y en general en el hemisferio norte, donde las temperaturas están aumentando más allá de lo soportable para el ser humano. Observaremos que la ciencia ha jugado un rol basic en la legitimación de las construcciones sociales y en específico, en la desigualdad de género, justificando la inferioridad de las mujeres, naturalizando su marginación y sosteniendo sistemas de privilegios. 10.6 Asegurar una mayor representación e intervención de los países en desarrollo en las decisiones adoptadas por las instituciones económicas y financieras internacionales para aumentar la eficacia, fiabilidad, rendición de cuentas y legitimidad de esas instituciones.

3 desigualdades

Las desigualdades sociales contribuyen a las desigualdades educativas porque restringen la habilidad cognitiva y no cognitiva. Según un estudio del Economic Policy Institute sobre niños y niñas de guardería del año 1998 y 2010, hay un hueco de desempeño entre los niños en el nivel socioeconómico más bajo y más alto que persisten entre ambas clases. Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos. Sin estos éxitos, no habrá buenas perspectivas económicas en el futuro lo que conduciría a una falta de movilidad social. ¿Cómo es que temas tan diversos como el transporte, la educación, la salud, el sistema previsional, los derechos sexuales y reproductivos, la vivienda, la asamblea constituyente, el medio ambiente, and so on. han ido suscitado tanta adhesión en la ciudadanía? ¿De qué modo las desigualdades han erosionado los lazos sociales y han cuestionado la legitimidad de las instituciones en el país?

En 1989, tras 10 años de negociaciones, se aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, que vincula a los Estados Partes a cumplir las normas de este tratado Internacional. Más estratégicamente, se ha utilizado activamente la tecnología de la información y las comunicaciones (TICs) para desarrollar contenidos y aplicaciones, ampliando la oferta educativa a través de los medios de comunicación, apoyando a niñas y niños para que sean capaces de continuar y disfrutar su proceso de aprendizaje. Adicionalmente, se provee acceso a actividades extracurriculares en áreas de ciencias desde la robótica, artes desde la creación cinematográfica y al desarrollo socioemocional de forma específica y transversal en cada programa. El desarrollo infantil temprano es un determinante de la salud física, psychological y social de poblaciones. Conocer la situación de desarrollo de base, previo a la instalación de «Chile Crece Contigo», es clave para efectos de su evaluación.

Si de algo se ha hablado persistentemente durante los últimos años en todo el mundo es de inflación y el aumento del costo de la vida. «A este ritmo, podría aparecer el primer billonario del mundo en tan solo 10 años, mientras que harían falta 229 años para erradicar la pobreza a nivel world», enfatiza el reporte. En otras palabras, la explicación de por qué esto sucede ahora y no antes, y por qué el movimiento cristaliza en torno al pasaje del Metro y no en torno a otros temas, responde más a lógicas de agregación de la acción colectiva que a las preferencias individuales específicas de quienes hoy están indignados. Lo que importa es que las indignaciones individuales, mediante mecanismos incluso paradójicos, están generando acción colectiva.

Como mencionó el expresidente Barack Obama, esta generación es la primera en contar con tanta conciencia y la última que puede hacer algo para que el mundo sea liveable a finales de este siglo. Las empresas socias de Pacto Global Chile pueden contribuir a uno o varios Objetivos de Desarrollo Sostenible suscribiendo sus iniciativas en Conecta, plataforma que visibiliza y sistematiza información relativa a los proyectos o iniciativas del sector privado que generan un impacto positivo en las metas establecidas en los 17 ODS. 10.c De aquí a 2030, reducir a menos del 3% los costos de transacción de las remesas de los migrantes y eliminar los corredores de remesas con un costo superior al 5%. Y continúan su explicación enumerando los factores intraescolares como el pobre rendimiento académico, la repitencia, el ausentismo y los problemas disciplinarios o conductuales que se asocian con mayores probabilidades de abandono escolar según la amplia evidencia empírica existente.

En el frente económico, la pandemia de la COVID-19 ha aumentado significativamente el desempleo mundial y ha recortado drásticamente los ingresos de los trabajadores. Desde Desafío 10X insistimos en la concept de pagar sueldos justos y dignos, ya que es una clara señal de que las personas importan y son valoradas dentro de la empresa. «El poder de la acción pública puede frenar la concentración de poder del sector privado y la desigualdad, convirtiendo el mercado en un espacio más justo y liberándolo del control de los milmillonarios», puntualiza el documento.

Según dicho documento, «desde 2020, la fortuna conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha disparado un 114%», mientras que gran parte de la población mundial debe enfrentar diariamente los efectos de un panorama económico cada vez más complejo. Tus datos personales se utilizarán para procesar tu pedido, mejorar tu experiencia en esta net, gestionar el acceso a tu cuenta y otros propósitos descritos en nuestra política de privacidad. Será el miércoles 3 de enero la primera actividad, en la Pinacoteca Municipal de Osorno (ex estación de ferrocarriles), charla abierta a toda la comunidad a partir de las 19.00 horas. En caso de ser estudiantes de pregrado, las ponencias deben mostrar proyectos o resultados provisionales, no necesariamente un documento con conclusiones. Por ello, se invita a becarios/as y patrocinados/as COES y estudiantes de sociología, ciencia política e historia UDP a presentar sus trabajos de tesis/título en un estado previo a la presentación del documento final.

El acceso a educación de calidad y el entorno crean diferencias desde el primer día de clases, que pueden persistir toda la vida de una persona, “marcando” socialmente a cada niña o niño afectando los conocimientos, relaciones sociales, el lenguaje, el desarrollo de habilidades y oportunidades, que se traducirán en empleabilidad, éxito profesional y movilidad social. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y de desarticular. Las transformaciones del trabajo en las últimas décadas han tenido fuertes repercusiones en la población juvenil. El aumento del desempleo, la flexibilización del trabajo, la promoción del emprendimiento y la consolidación del neoliberalismo afectan significativamente a los y las jóvenes. Si bien la problemática del desempleo juvenil tradicionalmente ha registrado sus índices más altos en los países del sur global erradicación de la pobreza, durante la última década se ha presenciado cómo este fenómeno también afecta fuertemente a las economías más avanzadas del planeta. Desde una perspectiva mundial, los datos oficiales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señalan que 70,9 millones de jóvenes entre 15 y 24 años se encuentran desempleados actualmente, siendo su mayoría mujeres (OIT, 2017).

Según un análisis de Oxfam, de acuerdo con datos de la UNESCO, en los países en desarrollo, niñas y niños de familias pobres tienen siete veces menos probabilidades de terminar la escuela secundaria (media) que niños de familias ricas. Además, en los países desarrollados, solo un 75% de niñas y niños de familias más pobres se gradúan de las instituciones de educación secundaria, mientras que un 90% de los niños de familias ricas se gradúan. Existe una distancia inabordable entre las oportunidades educativas que se brinda en instituciones privadas y la realidad de las escuelas públicas.

Dentro de su estudio, se incluyen variables como vínculos, pertenencia social, respeto y tolerancia, confianza interpersonal e institucional, percepciones de justicia social, orientaciones sociales compartidas, participación cívica, entre otras. Basándose en los logros de Núcleo Milenio Educación Superior (NMEdSup) en su primera versión, la Línea 1 explora la transición a la educación superior y el papel clave que desempeñan los actores sociales (ej. familia y amigos) y las instituciones (ej. preuniversitarios) en el proceso educativo. NMEdSup en su segunda versión, diseñará e implementará una estrategia de investigación en tres vertientes. La Pontificia Universidad Católica de Chile se esfuerza por ser un lugar donde cada estudiante tenga la oportunidad de acceder a una educación de calidad y desarrollar su potencial, sin importar sus circunstancias personales. La igualdad de oportunidades y la inclusión son valores fundamentales que guían su compromiso con el ODS 10. La Universidad ofrece diversos programas de acceso para personas con discapacidad, garantizando que todos los estudiantes tengan igualdad de oportunidades.

Por un lado, se relacionan directamente con los temas abordados en esta sección temática y por otro, han tenido como protagonista a la juventud. Fueron los y las jóvenes estudiantes secundarios quienes partieron con la mundialmente conocida ‘evasión’ del metro en Santiago, iniciativa a la cual se sumaron rápidamente los universitarios y otros jóvenes de diversos grupos sociales manifestando la necesidad de transformar un sistema económico y una ideología neoliberal centrada en el individualismo. Pero también han generado una serie de repercusiones en la ciudadanía provocando un giro hacia el pensar, el sentir y el actuar desde lo colectivo. La nueva fuente de desigualdades será sin duda provocada por el aumento de temperatura en el planeta. Ese aumento, que podría llegar a 3 grados de diferencia en la temperatura planetaria a fines de este siglo, podría generar nuevas injusticias e inequidades sociales.

Por Qué Los Pobres Se Achican Y La Elite No: Tres Siglos De Variación En La Estatura De Los Chilenos

La brecha que separa a ricos de pobres es cada vez mayor a pesar de las buenas intenciones de varios organismos internacionales. En el transcurso de nuestro trabajo hemos analizado que a la base de le economía no deben situarse intereses políticos o personales, sino una preocupación ética y social por el bienestar del otro, que tome en cuenta su dignidad. Hemos hablado de dos formas distintas y hasta opuestas de entender la pobreza, sea como problema o sea como virtud. Pensamos que si hay dos mil millones disponibles, uno podría hacer una jugada distinta, pero no hubo acuerdo, la discusión política se enredó y enfrascó de tal manera, que no hubo forma de modificar el proyecto. Es evidente que la caja de alimentos es una ayuda humanitaria, de eso es de lo que estamos hablando y jamás diría que no es necesario; nosotros mismos hemos repartido cajas de alimentos en distintas partes del país en estas semanas. El punto es si acaso no es mejor hacer transferencias monetarias que permitan dinamizar los comercios locales, los pequeños negocios de barrio que están dentro de estas mismas comunas en cuarentena y que también se ven afectados.

Estos profesionales son muy jóvenes, hombres y mujeres, y para ellos este puede ser su primer o segundo trabajo, son sus primeras experiencias laborales, reciben un plan de formación muy fuerte durante todo el año, un diplomado más toda la asistencia técnica que brinda el programa, y evidentemente el crecimiento profesional es enorme. De hecho, un porcentaje muy importante nutre el sistema público a lo largo del país, porque terminan trabajando en los distintos servicios públicos, muchos en las municipalidades en las que fueron destinados. Son un tremendo aporte porque no sólo llevan su profesión y experticia técnica, sino que además aprenden a trabajar con la comunidad; el respeto, la valoración, la dinámica y los tiempos que eso conlleva es lo que te forma como un profesional completamente distinto. Sí, en parte, sí, pero lo que también es verdad es que las manifestaciones de la pobreza de los ninety a la fecha fueron variando de manera notable y estas expresiones más graves de la pobreza, como el hambre y la desnutrición, habían quedado atrás.

Segundo, creemos que tenemos que insistir en una implementación de oferta pública que pueda promover la movilización de recursos comunitarios, es decir, que podemos avanzar en la modificación de mecanismos de focalización que trasciendan lo particular person y que apunten más a lo comunitario. En ese sentido, llevamos una década sosteniendo que hay que avanzar en políticas que miren el conjunto mayor de personas, el proceso de descentralización. En términos de política rural, creemos que hay que insertar prácticas propias de las economías locales en los circuitos de comercialización, ahí hay un componente cultural que es necesario relevar porque también es generador de ingresos. Tras la entrega de datos, la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete destacó las cifras, puntualizando que “estamos contentos porque Chile logró una reducción histórica de la pobreza y recuperó la senda previa a la pandemia.

Tal vez estar entre las ciudades más prometedoras o con la mejor calidad de vida para los negocios según rankings internacionales nos impidieron ver el rostro completo de la ciudad que construimos. Esa donde le tememos al distinto y desconfiamos del vecino; donde contaminamos con parque vehicular “del año” y concentramos las áreas verdes en pocas comunas. Frente a la pregunta de cómo enfrentar dicha debacle, Leonardo Moreno asegura que Chile tiene mayor capacidad que a principios de los ninety para aumentar el gasto público, para “echarle una mano a la gente que está en una situación compleja y reactivar la economía”. El gran problema, a su juicio, “es cómo, a través de la política pública, vamos a determinar quiénes son los beneficiarios, si son titulares de derechos o si vamos a focalizar y cómo”.

porque hay pobres

Pero en cuanto a las demás carencias, las que mide la pobreza multidimensional están en un 19%. Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos. Porque detrás de las buenas cifras, que debemos valorar y mejorar, cómo no, queda claro que los desafíos para el Estado siguen más vigentes que nunca. No descansar hasta reducir al mínimo la pobreza de los niños, niñas y adolescentes; reducir y empequeñecer la brecha histórica entre mujeres y hombres, y también garantizar una vejez digna, con un sistema de seguridad social que permita que las personas mayores vean mejoradas sus pensiones hoy, y no en forty años más. Iniciamos el presente ensayo preguntándonos por qué hasta ahora no se ha podido combatir la pobreza materials y económica en el mundo.

En 2022, con respecto a 2020, en general la distribución del ingreso mejora en los diversos tipos de mediciones de desigualdad. A nivel de regiones, las mayores tasas de pobreza multidimensional corresponden a las regiones de Tarapacá (23,8%), Atacama (20,3%), La Araucanía (19,8%) y Los Lagos (19,7%). —¿Crees que las formas de afrontar esta pandemia han considerado las diferentes condiciones de vida de las personas? Algunas no cuentan con una vivienda digna, con recursos como agua corriente, condiciones adecuadas de calefacción, acceso a salud, un trabajo estable que permita mantener la cuarentena.

Es muy probable que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. Más allá de las diferencias de ingresos, la desigualdad socioeconómica se manifiesta en otras dimensiones de la vida de las personas. La que más rechazo provoca en la población es la disparidad en el trato y dignidad que, por ejemplo, se materializa en la atención de salud.

Es absurdo pensar que todos podemos vivir en las grandes ciudades, no es sustentable ni sostenible en el tiempo. Hay que atreverse a mirar distinto el país, mirar su diversidad y la fortaleza que existe en esa diversidad para generar políticas públicas distintas que incluyan, que hagan que la gente permanezca en esos lugares donde están todos los recursos. No sé si me sorprende porque es algo que veníamos advirtiendo desde hace semanas en las distintas instancias políticas y con sociedad civil en las que participamos. Era evidente que con la alta tasa de trabajo casual que tiene Chile, y que es agravada fuertemente por esta pandemia, todas las familias que se ganan el sustento diario iban a empezar a tener complicaciones importantes en ese sentido.

La informalización del mercado laboral debida a la incapacidad de las economías de generar suficiente empleo formal4, se considera entre las principales causas de la pobreza urbana. El sector informal ha llegado a representar el 73% del mercado laboral urbano, especialmente en lo que se refiere a actividades de las prestaciones de servicios, que es el sector adonde se registra el mayor incremento. El desafío principal consiste en incorporar esta fuerza de trabajo en la economía formal, donde los niveles de salarios, protección social y productividad son más elevados. El progreso es alentador, pero no alcanza para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ya que transcurrió más del 50 por ciento del período que se estableció para alcanzar las metas correspondientes a la pobreza. El crecimiento del ingreso promedio en la mayoría de los países de la región ha sido insuficiente para superar los problemas de la pobreza.

La ausencia del Estado es un escenario extremo que se observa en algunos contextos, en la mayoría de los barrios populares de Chile, donde el Estado está presente sólo en términos policiales, muchas veces reactivamente o con programas sociales que entregan bonos pero no construyen redes sociales. El estallido en los lugares donde el Estado juega este rol ambivalente (represión/abandono) sin duda tendrá expresiones y narrativas muy distintas para las que debería estar preparado el aparato estatal. Preparado no sólo con nuevos carros blindados o cámaras policiales de cuerpo, sino con la presencia efectiva de los sistemas de protección social. Post pandemia preocupa el abandono escolar, el consumo problemático de drogas y alcohol, los problemas de salud psychological no tratados, entre otros múltiples factores que son reconocidos por su vinculación con el aumento de la violencia. Frente a este escenario, es urgente que Chile cuente con un Sistema de Protección Integral de la Niñez, que garantice que todos los niños, niñas y adolescentes que viven en el país cuenten con una vida digna y un mínimo bienestar que permita el adecuado ejercicio de derechos y desarrollo de sus potencialidades. Por otra parte, cristaliza las debilidades que presenta el Sistema de Protección Integral de la Niñez especialmente para proteger a las poblaciones más susceptible como son aquellos que están en situación de pobreza, situación de migración, con discapacidad, perteneciente a pueblos indígenas, bajo protección del Estado, entre otros.

Por Qué Los Pobres Se Achican Y La Elite No: Tres Siglos De Variación En La Estatura De Los Chilenos

El Papa Francisco se encontró con los representantes de algunas obras de caridad presentes en la República Democrática del Congo. Francisco les recordó que la causa de la pobreza, no es la falta de bienes o de oportunidades, sino su distribución no equitativa. Los países, al firmar la Nueva Agenda 2030, se han comprometido a cumplir los objetivos establecidos, de tal manera de generar una obligación por parte de las autoridades de hacer un esfuerzo por solucionar dichos problemas a escala mundial.

Si bien estos resultados representan un avance en la reducción de las brechas socioeconómicas y de inclusión social, los datos deben ser observados con cautela. Lo más importante respecto de los datos de pobreza monetaria tiene que ver con los ingresos autónomos. En el caso de comunas que no son cubiertas en la muestra de la Encuesta Casen no es posible contar con estimaciones directas, ni tampoco es factible aplicar el método de estimación para áreas pequeñas que el Ministerio de Desarrollo Social y Familia utiliza para estimar la tasa de pobreza por ingresos a nivel comunal.

Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. En los últimos 15 años ha habido una reducción de la desigualdad de los ingresos, aunque el coeficiente de Gini de zero.48 en la última medición disponible para Chile (2017) está lejos aún del promedio de las economías desarrolladas (figura 2). Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la

El enfoque de los derechos y la ciudadanía (CEPAL, 2000) plantea que los Estados deben asumir responsabilidades en la garantía de derechos de todos los ciudadanos. Estos derechos comprenden, además de los civiles y políticos, los derechos sociales que constituyen la ciudadanía social. Deriva de esta perspectiva la preocupación por establecer mínimos sociales que son irrenunciables desde el punto de vista de la política pública.

Esta es una pregunta clave, especialmente en un mundo “post-pandemia” donde la pobreza, la vulnerabilidad y las desigualdades se han agudizado de manera dramática en Chile, tanto a nivel territorial como también respecto de grupos específicos de niños, niñas y adolescentes. Mientras el promedio nacional de hogares con niños, niñas y adolescentes que viven en pobreza es 15,6%, esta cifra se acrecienta en aquellos pertenecientes a pueblos indígenas (17%); aquellos habitantes de zonas rurales (18%); y en situación migrantes (26%). El objetivo fue identificar y visibilizar las importantes implicancias que tiene para niños, niñas y adolescentes en nacer y crecer en un contexto de pobreza y vulnerabilidad en Chile. El Estudio realiza una exhaustiva revisión nacional e internacional, analizando las brechas normativas y de política pública, constatando la gran deuda que el país tiene con la niñez y adolescencia. A partir de los hallazgos se recomienda tomar medidas inmediatas para avanzar en la consolidación de un Sistema de Protección Integral de la Niñez, e implementar un Piso de Protección Social wise a los derechos de la niñez.

Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo. «Mientras no entendamos que el desarrollo es integral y que no es solamente tener dinero, es difícil sacarnos el mito de la cabeza. La pobreza es multidimensional», dice Moreno.

Inicialmente, esta inquietud ha sido más bien basic, y se ha expresado en reflexiones e iniciativas tendientes a lograr que las ciudades sean más competitivas y que aumente la productividad urbana. Con respecto a los programas de regularización de la tenencia, las complejas manifestaciones de la informalidad urbana del suelo, la multiplicidad de actores que intervienen, la falta de transparencia en lo que concierne a la propiedad del suelo y el enorme volumen de títulos que deben procesarse, constituyen serias dificultades para la implementación de estas iniciativas. Las estrategias de mejoramiento de los asentamientos informales incluyen inversiones para dotarlos de mejores infraestructuras y servicios urbanos, así como para desarrollar programas destinados a mitigar los principales problemas sociales de las comunidades y mejorar su calidad de vida en general. Se trata de programas de urbanización in situ que aprovechan las inversiones ya realizadas por los residentes en sus soluciones habitacionales y ponen énfasis en la participación comunitaria en la ejecución de las obras.

Sus investigaciones muestran que ese indicador sí se correlaciona con la estatura, pues refleja cuántos alimentos puede comprar el grueso de la población y qué condiciones de vida puede proveerse. En un paper que examina el periodo colonial (ver recuadro) Llorca documentó, por ejemplo, que una brusca caída en esos salarios entre 1780 y 1800, hizo que los soldados bajaran su estatura en dos centímetros. Si se considera que nos ha tomado más de medio siglo subir cinco centímetros (con años en que hemos gozado de un crecimiento del PIB del 10%) se entiende por qué es más importante ponerle atención al salario de los trabajadores no calificados y dejar un poco de lado el PIB. Núñez y Pérez argumentan que, dado que la reducción de la diferencia de estatura ocurrió en un período de moderado crecimiento económico y alta desigualdad, podía estar asociada a la expansión de políticas sociales desde 1940 en adelante. —    Impulsar el desarrollo de estrategias de desarrollo urbano que permitan integrar las metas de funcionalidad urbana con la habitabilidad de los pobres urbanos, en un contexto de fomento al empleo con base territorial.

porque existen los pobres

Más del 40% de la población urbana en América Latina está empleada en sectores de baja productividad en los mercados de trabajo (CEPAL, 2007). Esta es una característica relativamente constante de los mercados laborales urbanos de la región durante los últimos 15 años. Asimismo, los índices nacionales de desigualdad continúan siendo elevados o han sufrido un deterioro absoluto.

Finalmente, el hacinamiento continúa siendo una característica predominante de los hogares urbanos pobres. El desafío principal de los sectores urbanos de pobreza, respecto al tema de los servicios urbanos (agua y saneamiento) es la calidad y el acceso efectivo. En basic, existen grandes variaciones entre pobres urbanos en el acceso a los servicios (de buena o deficiente calidad), siendo en gran medida la edad del asentamiento el factor determinante (por ejemplo, los nuevos asentamientos irregulares peri-urbanos habitualmente carecen de servicios) (Banco Mundial, 2004). Estos enfoques tradicionales no consideran factores psicosociales y formas culturales que tienen las personas para enfrentar y asumir sus propios procesos de desarrollo. Un enfoque centrado en el capital humano reconoce explícitamente que los pobres tienen un capital humano inicial que proporciona posibilidades de superar su condición socioeconómica desmejorada.