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¿disminución De La Pobreza O Rehenes Del Capitalismo?

¿Las tensiones que atraviesan hoy a nuestras sociedades tendrán como resultado una nueva vuelta de timón en la historia del capitalismo? Una serie de libros indagan en las raíces del problema y esbozan respuestas. Que el nuevo proceso constitucional sea positivo para los chilenos (es decir, que conduzca a un crecimiento y desarrollo económico sano y sostenido a largo plazo) depende de un sistema económico que facilite el emprendimiento, el ahorro y la inversión bajo el principio de no agresión. Es hora de poner fin a la hipocresía y avanzar hacia el capitalismo constitucional. Como dijo el economista Ludwig von Mises, «todo el mundo, por muy fanático que sea en difamar y combatir el capitalismo, le rinde implícitamente homenaje al demandar apasionadamente sus productos.» Oxfam informa que 95 banerjee y duflo de las mayores empresas de alimentos y energía duplicaron con creces sus ganancias el año pasado.

Actualmente, en un contexto donde las tasas de titulación de mujeres superan a las de varones, lo común es que tanto el hombre como la mujer tengan un trabajo en los hogares más prósperos. Y los emparejamientos, siguiendo la lógica de selección por similitud, suelen darse entre personas de un mismo nivel educacional y de ingresos. Es decir, los hombres educados y ricos, que antes por lo common eran la única fuente de ingresos de sus hogares, se casan hoy con mujeres igualmente educadas y ricas. El impacto en la aceleración de las desigualdades del emparejamiento selectivo es evidente.

Y esta responde a un mayor premio al trabajo calificado, no a retornos excesivos al capital heredado. En Chile, por ejemplo, un artículo de Harald Beyer publicado en el Centro de Estudios Públicos, que utiliza la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos del INE, encuentra una caída significativa en nuestra desigualdad de ingresos entre 2010 y 2013, confirmando avances que se registran desde 2001. La explicación radica en el buen desempeño que ha tenido el mercado laboral. El dramático éxito del capitalismo político en Asia desde banco frances fundación 1980 podría sugerir que Milanovic cree que el capitalismo administrado por el Estado es más eficiente para lograr el crecimiento y es potencial­mente un modelo más atractivo que la meritocracia liberal, especialmente en vista del rechazo del “neo­liberalismo” por muchos en Occidente. Pero él es lúcido sobre los desafíos que el capitalismo político ya está enfrentando en China, donde los capitalistas privados han comenzado a resentir la autonomía del Estado, como lo hicieron sus contrapartes en Occi­dente antes que ellos.

Se les da vigor a las Zonas de Reserva Campesinas con planes de desarrollo de las zonas constituidas y de las que se constituyan. Se pondrán en ejecución además proyectos de integración regional y de acceso a los servicios sociales y a los mercados con el propósito de incidir favorablemente en los precios de los alimentos. Se implementarán planes de asistencia técnica y promoción de capacidades organizativas de las comunidades para garantizar el mantenimiento y la sostenibilidad de las obras. También habrá tecnificación en las diversas actividades agrarias como riego, drenaje, uso del agua, mitigación de riesgos por cambio climático, infraestructura eléctrica y de conectividad con el Plan Nacional de Electrificación Rural y el Plan Nacional de Conectividad Rural. Cuando la abrumadora mayoría de la economía es propiedad de un pequeño grupo de personas, la riqueza inevitablemente se distribuye de manera obscenamente desigual.

Ya sea porque la no resolución de un problema por mucho tiempo genere rabia, o bien porque el progreso moral de un país haga intolerable un problema que antes se aceptaba. En otras palabras, cuando se trata de niveles de desigualdad como los que vivimos en Chile, la ausencia de novedad bien puede ser una razón profunda para querer cambiarlo todo. Dicho lo anterior, no creo que la de ingreso sea la desigualdad más relevante para explicar el estallido social. En cambio, en este texto sostengo –como hipótesis– que hay dos tipos de desigualdades que están relacionadas con la desigualdad de ingreso y que tienen una relación más directa con el estallido social, a saber, la desigualdad de exposición a la incertidumbre y la desigualdad de poder. 3 En specific, mientras la primera podría explicar por qué amplios sectores de la población están tan “descontentos con el modelo”, la segunda desigualdad explicaría por qué este descontento no se canalizó de forma gradual a través de la institucionalidad política y tuvo que explotar de esta manera.

Y por eso también los países con la pobreza más baja son lugares como Dinamarca y Finlandia. En verdad, esta discusión entre pobreza y desigualdad no tiene mucho sentido en los términos que está planteada. Las sociedades que se desarrollan materialmente –como es el caso de Chile–, logran hacer pasar por sobre la línea de la pobreza a un segmento creciente de la población, pero en cuanto lo hacen, muchas de esas personas se dan cuenta que se mantienen en la misma precariedad relativa. Aunque la pobreza ha disminuido en el país, la distancia entre ricos y pobres sigue siendo muy importante.

capitalismo pobreza y desigualdad

Muchas familias habrían escapado de la pobreza, pero no de la vulnerabilidad. En su nueva posición estarían menos inclinadas que antes a aceptar la desigualdad en las relaciones de poder, en las relaciones sociales y las oportunidades. “El debate en torno a la riqueza tiende a enfocarse en las grandes fortunas del high de la distribución, pero la redistribución de la riqueza es tanto un asunto de fomentar pequeños ahorros en el 99% como de poner restricciones a los excesos del 1%”, escribió. Y precisó que la historia muestra que cuando se produce un declive de lo que se lleva el 1% (en los países de la OECD), esto se debe no solo a que el Estado cobra más impuesto a los ricos, sino también porque se expande notoriamente lo que el 99% posee. Atkinson argumentaba que lo que le está faltando a los más pobres y a las clases medias, es lo que los más ricos se están llevando cada vez en mayor cantidad.

Anthony Atkinson murió este 1 de enero y la batalla por la reducción de la desigualdad ha perdido a uno de sus mayores defensores. Porque mientras el alemán Wolfgang Streeck, el anterior entrevistado de esta serie, decía que la concentración de la riqueza ha puesto al capitalismo en un atolladero del que no se vislumbran soluciones democráticas, Atkinson creía que hoy enfrentamos grandes problemas, pero nada que esté fuera de nuestro management. Es necesario comprender que la pobreza, no es una cuestión absoluta, numérica, tampoco es una especie de ratio de autonomía, sino que es cuestión esencialmente relativa, responde a la pregunta de en qué medida cada persona participa de la sociedad a la que pertenece. De esta forma, la pobreza es desigualdad, pues se outline –tanto interna como externamente–, como una a relación de exclusión frente a los beneficios que genera una sociedad. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. En Capitalismo progresista, Joseph Stiglitz se pregunta cuáles son las fuentes de enriquecimiento de las naciones.

Actualmente, en lugar de tener grandes amigos, somos mirados con sospecha acerca de nuestras intenciones. Nuestras relaciones exteriores llegaron a un nivel de falencias y deficiencias que son posibles de sostener, pero no veo que haya posibilidad de cambio en el futuro y habría que preguntarse si somos proclives a formar parte de un proyecto latinoamericano o no. Entrevistado por Juan Pablo Cárdenas, Héctor Vega profundizó sobre el impacto del modelo neoliberal en nuestro país.

Tanto es así, que un estudio del Banco Mundial indica que un tercio del ingreso generado por la economía chilena en 2013 fue captado por el 1% más rico. Por ello, es relevante considerar este aspecto como una verdadera traba al desarrollo, cuando se bloquean las oportunidades y se traduce en un acceso poco equitativo al poder político y económico. La capacidad de readaptación del capitalismo explica, en parte, su supervivencia y superioridad. Actualmente, la complejidad del mercado, que hace depender la prosperidad de los países de su integración en redes globales de intercambio, puede restar eficacia a los intentos políticos por dar dirección a la economía. Pero el malestar generalizado y la insostenibilidad de un conflicto social de largo plazo quizás conduzcan a una nueva vuelta de timón en su desarrollo. O incluso, aunque es la opción menos probable de materializarse en un futuro próximo, a su superación.

Esas propuestas no se limitan a la estrategia clásica de aumentar los impuestos. Atkinson argumenta en su libro que atacar la desigualdad con impuestos implica actuar al ultimate del proceso de creación de riqueza, cuando los contratos se han hecho, los salarios ya se han pagado y la riqueza ya se repartió. En ese sentido, los impuestos tratan de corregir ingresos que se distribuyen cada vez peor. Y explica que, si con impuestos se quisiera retrotraer la desigualdad en el Reino Unido al nivel que tenía en los años 60, habría que subir el de la renta en un 16%, medida imposible para cualquier gobierno.

Este conjunto de obras no sólo aluden a las consecuencias prácticas de algunas de las ideas base de cada uno de los modelos económicos e ideológicos citados, sino también a diversas concepciones sobre la condición humana. Tercero, y aun si la desigualdad está bien medida y ha aumentado, ¿sabemos cómo disminuirla? Porque la propuesta de aplicar un impuesto world sobre la riqueza exige un acuerdo entre países que muchas veces no son capaces siquiera de implementar reformas propias. Se observa mayor desigualdad en Estados Unidos y el Reino Unido, pero no en Australia.

Esta comparación contrasta con el discurso de la –poco pluralista– prensa chilena, que suele poner las demandas de la ciudadanía como un ejemplo de irracionalidad, mientras que sitúa el pensamiento empresarial como ejemplo de cordura y pragmatismo. Primero, existe una distancia abismal entre las concepts políticas de la ciudadanía y de la elite económica. La ciudadanía quiere mayoritariamente que el Estado se haga cargo de un conjunto de temas claves para la sociedad, mientras que la elite económica, por el contrario, prefiere un Estado que no asuma tal responsabilidad.

¿disminución De La Pobreza O Rehenes Del Capitalismo?

Para lograr el consenso well-liked sobre tal noción, tanto Sanders como Warren habrían tenido que convencer al pueblo estadounidense de que queremos vivir en un mundo en el que ninguno de nosotros niegue la atención médica al resto. En otras palabras, tendríamos que aceptar un mundo social y económico en el que es radicalmente inaceptable que algunos tengan acceso a una vacuna que puede salvarles la vida cuando a otros se les debe negar el acceso, porque no pueden pagar o no pueden tener el  seguro que pagaría o porque carecían de visa o de estatus authorized. En verdad, esta discusión entre pobreza y desigualdad no tiene mucho sentido en los términos que está planteada. La crisis del capitalismo –que se expresa no sólo en Chile, sino a nivel mundial–, no tiene que ver con la reducción de los niveles de pobreza, sino casi con lo contrario, con el hecho de que, a pesar de que la pobreza absoluta se cut back gradualmente, la sensación de exclusión y marginalidad respecto de los beneficios crecientes que genera la sociedad, se mantiene, incluso aumenta. Las sociedades que se desarrollan materialmente –como es el caso de Chile–, logran hacer pasar por sobre la línea de la pobreza a un segmento creciente de la población, pero en cuanto lo hacen, muchas de esas personas se dan cuenta que se mantienen en la misma precariedad relativa.

desigualdad capitalismo

Pero los ingresos en realidad disminuyeron para aque­llos que se ubicaron entre el percentil 75 y eighty five en todo el mundo, lo que, cuando se traduce en términos sociológicos en lugar de económicos, corresponde a las clases trabajadoras y medias de los países in­dustriales avanzados. Son las preguntas que se ha planteado el economista Branko Milanovic desde sus libros sobre la desigualdad en el mundo, hasta el más reciente sobre el capitalismo. Lo comenta Arthur Goldhammer, escritor afiliado al Centro de Estudios Europeos de Harvard y traductor, entre otros, de Thomas Piketty. En Capitalismo progresista, Joseph Stiglitz se pregunta cuáles son las fuentes de enriquecimiento de las naciones. En su análisis adjudica la culpa de la ralentización del crecimiento y el incremento de la desigualdad en Estados Unidos principalmente a la falta de inversión, en las últimas cuatro décadas, en educación, infraestructura y tecnología.

Lo cierto es que los sistemas tributarios se componen de múltiples tipos de impuestos, todos ellos con diferentes ventajas y limitaciones. Invitar a Walmart y a CVS a la Casa Blanca a encontrar soluciones no revela únicamente una comprensión errónea de cómo se desarrollan los nuevos tratamientos médicos, sino que confunde los negocios con la salud pública de manera bien significativa. Hace solo unos días, Trump dejó en claro que la salud financiera de la nación es su verdadera salud, y que la única medición  importante es Wall Street. Como resultado, regresar a los “quehaceres de siempre”, incluso si eso significa arriesgarse a aumentar las tasas de mortalidad por el virus, está, en su opinión, justificado.

Ante este panorama, los actores luchan en diversos sectores por sobrevivir y desde distintos grupos que protestan por situaciones específicas o que promueven nuevos modos de enfrentar la precariedad que los caracteriza. Pero aún en estas condiciones, las razones de sus luchas siguen siendo las mismas que levantaran los actores de los movimientos sociales que en el llamado «corto siglo XX» tejían proyectos de emancipación y de justicia. En términos de propuestas para el futuro, los libros de Piketty, Stiglitz y Collier son generosos, aunque de todos los autores referidos en este artículo, solo Piketty es quien habla de una “superación del capitalismo”. Pero esto no significa que debamos dejar de pensar en la propiedad y en su superación. Como aporte a este llamado a imaginar alternativas, propone un “socialismo participativo”, no centralizado, donde los trabajadores tomen parte en la gestión de sus empresas y compartan el poder con los accionistas privados.

En un contexto de competencia, ninguna empresa tiene el poder para fijar los precios. Pero está ocurriendo que en muchos sectores económicos no hay un número lo bastante grande de actores para que pueda hablarse de un mercado competitivo como tal. En consecuencia, muchos bienes y servicios se están encareciendo desmedidamente. Ejemplo de esto son los fondos de inversión en educación en cualquiera de sus niveles. “No gastar dinero en educar bien a nuestros hijos puede ser bueno desde una perspectiva presupuestaria, pero es realmente estúpido desde una perspectiva de inversión”, dice desigualdad derechos humanos.

Consistente con lo reportado por la OCDE, encuentran que en su conjunto la acción del gobierno es levemente progresiva.[8] El estudio muestra, además, que el sistema tributario es levemente regresivo y el sistema de transferencias es progresivo, especialmente debido a las transferencias en salud y educación. Así, el diseño mismo del sistema tributario explicaría por qué la desigualdad antes y después de impuestos y transferencias es particularmente acotada en el caso chileno. Para complementar el análisis basado en el Gini, una forma menos abstracta y más intuitiva de medir la desigualdad consiste en calcular la porción del ingreso whole del país que concentran diferentes grupos de la población.

Los ingresos y la riqueza están repartidos de forma más desigual, en las últimas décadas, en Europa, Norteamérica, el antiguo bloque soviético, Latinoamérica, China, India y otros lugares. Según datos usados por Walter Scheidel, “en Estados Unidos, el 1% que más posee entre el 1% más rico (las personas pertenecientes al 0,01% de ingresos más elevados) casi sextuplicó sus beneficios respecto de la década de 1970, mientras que la décima parte más adinerada de ese grupo (el zero,1% más rico) los cuadruplicaba. El resto tuvo un promedio de ganancias de unas tres cuartas partes, lo cual no es desdeñable, aunque dista mucho de los avances que han experimentado los estratos más altos”. En Chile, opinólogos de la talla de Carlos Peña, ensayan una especie de defensa ontológica del sistema de libremercado, con el argumento de que la reducción de la pobreza (el aumento de los ingresos) se justifica no sólo como un incremento materials, sino porque permite que los seres humanos sean más autónomos (la autonomía es importante para Peña, ya se sabe).

Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes. La situación actual de disaster a nivel mundial, debido a la pandemia y la depresión económica, ha puesto en evidencia las desigualdades estructurales y las opresiones generadas por el neoliberalismo. La confrontación geopolítica por la supremacía mundial y la agudeza del inminente desplome ecológico convergen en 2020, al mismo tiempo que la humanidad entera hace frente a una pandemia mundial sin precedentes en el capitalismo contemporáneo. Para convencerse de la importancia de lo que el presidente expresó, tan solo reparemos en el paulatino retorno de la palabra capitalismo en el discurso político y en la literatura para nombrar lo que antes se llamaba, sin mayores precisiones, neoliberalismo.

Su carácter opositor en relación con los gobiernos neoliberales encontró una línea de continuidad para con la actual gestión de gobierno. Sin embargo, esta perspectiva no ha sido la dominante, por primera vez en su historia el ente matriz de los trabajadores se ha subordinado al campo de articulación in style comandado por el indigenismo. Existen diversas razones por las que podríamos argumentar a favor de reducciones en los niveles de desigualdad que exhibe el país, desde juicios morales y éticos, hasta elementos puramente prácticos como son los efectos que produce sobre el crecimiento, el tejido social, y la concentración del poder político (además del económico).

En lugar de una descripción de los mecanismos funcionales de la burocracia china, Milanovic nos ofrece un contraste metahistórico entre “la vía oc­cidental hacia el desarrollo” y la china. Siguiendo al economista Giovanni Arrighi, sostiene que el capita­lismo occidental, antes de volverse liberal y merito­crático, prosperaba “en todas las situaciones, ya fueran de conquista, de esclavitud o de colonialismo”, lo que “hacía que el modelo europeo fuera agresivo y beli­coso”. Los capitalistas europeos lo necesitaban desigualdad distribucion de la riqueza “para la proyección del poder en el exterior, y, por consi­guiente, tenían que ‘conquistar’ al Estado”. A fines del siglo XX, esta vía de desarrollo ya no estaba al alcance de los países del mundo en desarrollo, que durante mucho tiempo fueron dominados y explotados por Occidente, cuya superioridad militar no toleraba nin­gún desafío. Mientras tanto, se desarrolló un Estado “autoritario” en China, un Estado que “dejaba en paz a los mercaderes ricos siempre que no supusieran una amenaza para él”.

Para otros, fue un sentimiento de molestia el que primó, al reconocer una incongruencia entre la opinión de Gabriel Boric y su condición de presidente. David Harvey, destacadísimo teórico social, nos brinda en estas páginas una crítica exhaustiva del capitalismo contemporáneo. Para ello, analiza con maestría el desarrollo del neoliberalismo en cuanto estrategia de restauración del poder de clase, la expansión omnipresente de las desigualdades y el «espacio» como un concepto teórico clave. Existen múltiples razones que explican el aumento sostenido de la desigualdad en Estados Unidos, todas ellas decisiones de política.

En 1995 la Real Sociedad Geográfica de Londres le concedió una de sus dos Medallas de Oro anuales y en 2007 entró a formar parte de la Academia Americana de Artes y Ciencias. En Ediciones Akal ha publicado Espacios de esperanza (2003), El nuevo imperialismo (2004), Espacios del capital (2007), Breve historia del neoliberalismo (2007), París, capital de la modernidad (2008) y El enigma del Capital y las crisis del capitalismo (2012) y Ciudades rebeldes. Hemos visto que, en términos de recaudación de impuestos, el tamaño del Estado en Chile es pequeño y que los ingresos fiscales que recauda provienen mayoritariamente de impuestos al consumo.

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Y los segundos, quizás prefieran perder libertades individuales en favor de mejores resultados económicos. La expansión del capitalismo neoliberal y el régimen de acumulación centralizado han generado una propensión a crisis recurrentes en distintas regiones del planeta, particularmente en el mundo periférico. En las últimas tres décadas se tiene conocimiento de seis crisis importantes. Como correlato, se ha generado una dinámica destructora de empresas, empleos, poblaciones, ecosistemas y culturas. Muchos países la aplican y son capitalistas”, dijo a CIPER, Ben Ross Schneider.

Es un científico que no cree en la necesidad de investigar, pues no cree que la realidad empírica pueda contrastar lo que asume como dogma. El truco es que para ser efectivo el experto ignorante necesita que los otros actores relevantes en la toma de decisiones los tomen como si fueran expertos. Desde los 80s, lo que hacen los antiguos boys es construir una infraestructura institucional en que el experto ignorante siga cumpliendo un rol central. El más importante, tanto en nivel de recursos como de influencia, es el Centro de Estudios Públicos, aunque hay otros, como Libertad y Desarrollo. El capitalismo se puede caracterizar por el conflicto básico entre los dueños de las empresas y aquellos que deben trabajar para asegurar su existencia. Desde la revolución industrial, los trabajadores se organizaron como actores colectivos en su lucha por mejores condiciones laborarles y de vida.

Los centros de pensamiento se fueron haciendo actores claves en la discusión pública. Son ellos los que producen documentos que informan a los parlamentarios y gobiernos. Las noticias de TV y los diarios empezarán a tratar a los no expertos como si fueran los expertos. Así, cada vez que se debate un asunto público, los medios entrevistan a los representantes de los centros de pensamiento. La izquierda, por su parte, en vez de poner en cuestión la figura del experto ignorante, y de los centros de pensamiento como sitio de producción de conocimiento válido, empezaron a copiar la estrategia. Cada expresidente trata de fundar su propio think tank, y cuando se hace necesario construir comisiones de expertos, los gobiernos de la Concertación siempre han caído en la trampa de tratar a los representantes de los centros de pensamientos como si fueran expertos de verdad.

Es decir, la porción del PIB que retienen los pobres ha aumentado consistentemente y, a su vez, la de los sectores más acomodados ha disminuido. Así, según los datos de la Cepal, el coeficiente de Gini ha disminuido de 0,54 a 0,44 entre 1999 y 2013, lo que hace del Perú una de las estados más igualitarios de América Latina. A su vez, la relación entre los ingresos del decil más acomodado y el 10% más pobre ha disminuido de 26 a 14 veces. En la práctica, la combinación del crecimiento con esta distribución más pareja del ingreso ha implicado que los ingresos del 10% por ciento más pobre de los peruanos se incrementaron un 144% entre 1999 y 2013.

En 1992 el PIB per cápita period 11,6% inferior al de 1989 y 31% en relación al de 1987. El empleo público se redujo en una quinta parte entre de 1989 y 1992, y el salario medio cayó en 1990 un 28,4%, lo que vino a agudizar el descalabro de los salarios reales iniciada en 1988 que los redujo con un 69% de 1987 a 1990. Por su parte, la pobreza afectaba en 1991 en torno al 55% de la población peruana, lo que representaba un deterioro muy sustancial respecto del 43% registrado a mediados de los años 80 pobreza covid.

Hasta el año a thousand de nuestra period, el promedio de ingreso de los habitantes de distintas regiones del mundo period cerca de 450 dólares por año, en dólares de 1990. Eso significa que nuestros antepasados vivían con un poco más de un dólar por día y que en Europa el nivel de ingreso era comparable a América Latina y África. Actualmente, los movimientos populistas sacan provecho a ese sentido de pertenencia que sobrevive en los sectores empobrecidos, articulando un discurso de odio contra otros que viven en el mismo país. El gran desafío de nuestro tiempo, cube pobreza coyuntural Collier, es encontrar otra vez un vínculo lo suficientemente amplio que regenere las confianzas y las responsabilidades mutuas. Su gran enemigo es el Papa Francisco, que hace unos días cumplió cinco años dirigiendo espiritualmente a los seguidores de Cristo y encabezando la lucha por los pobres. Nunca temieron en realidad que los soviéticos traspasaran sus fronteras para implantar el socialismo.

pobreza en el capitalismo

El cupo de la tarjeta de las dueñas de casa se transforma en un ingreso virtual al que pueden acceder las personas sin tarjetas, o con tarjetas con menos cupo. Las dueñas de casa pasan así a ser intermediarias claves en emergentes redes sociales de préstamo. Las AFPs, a su vez, ilustran otra de las características del capitalismo neoliberal. La economía se construye de una forma en que el sistema financiero se hace cada vez más central.

Esta perspectiva está anclada en la dimensión económica, el ámbito global y la función del Estado como agente regulador del mercado. En primer lugar, dice, están las grandes empresas que podrían hacer investigación y desarrollar bienes con valor agregado, pero prefieren dedicarse a la explotación de materias primas. Dada esa elección, ofrecen pocos puestos para trabajadores especializados y muchos empleos para los que se requiere poco o ningún estudio y muy mal pagados. Ese riesgo lleva a que menos jóvenes se decidan a especializarse, por lo que la formación de la fuerza de trabajo mejora lentamente.

El capitalismo neoliberal en Chile ha promovido la inversión extranjera otorgándole grandes facilidades y sin regulaciones, bajo la premisa de que en Chile hay escasez de recursos. En realidad, el valor global de las inversiones extranjeras en Chile se ha formado con reinversiones de utilidades obtenidas en nuestro propio país, más los préstamos de sus propias casas matrices y pequeños aportes de capital, como se señala en los Informes Anuales sobre Inversión Extranjera Directa de la CEPAL. Adicionalmente, las inversiones extranjeras en Chile aumentan por revalorización de activos y por revalorización de los recursos naturales, que les han sido otorgados como propiedad privada, por ejemplo, desde el cobre al agua. Los movimientos de mujeres en Chile han surgido en el marco de estas condiciones, disolviéndose luego de la consecución del propósito unificador. Un análisis de la fragmentación de los movimientos de mujeres post-dictadura indica la necesidad de atender al problema que plantea para los movimientos sociales el forjamiento de una identidad que represente al grupo.

Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes. A la larga, este tipo de argumentos toma la forma de una especie de eugenesia social, planteando la esperanza de que en cierto momento social, virtud del desarrollo económico, todos los seres humanos van a alcanzar una especie de “autonomía total”. Los enemigos del capitalismo deben entender que sólo el crecimiento económico derivado de mercados libres permitirá a Chile y América Latina superar la mayoría de sus problemas sociales”. Si no lo hacen, no quedará más que pasarles, democráticamente, por encima”.

Esta es la historia de una de las respuestas que la sociedad ofreció a quienes constituyeron los marginados del orden industrial y capitalista que comenzaba a organizarse. Es la historia de los actores involucrados en esos vínculos de protección tan concretos y poco estructurados que forjó la caridad. La historiografía ha tildado estas relaciones de paternalistas, y por cierto que lo fueron. Pero en esa trama de relaciones jerárquicas los pobres parecieron encontrar espacios de libertad que utilizaron a su favor. Fueron las redes sociales que aquí se estudian y el modelo caritativo del que formaron parte el que permitió un conocimiento empírico de la nueva miseria urbana, un precedente ineludible de la organización de las primeras políticas sociales del Estado al finalizar el siglo XIX. Para ninguno de estos desafíos el capitalismo provee una respuesta, por el contrario, tiende a aumentar los problemas.

Los partidos y movimientos de trabajadores del capitalismo industrial surgen de la experiencia básica de la explotación. Los trabajadores responden colectivamente a la explotación en la mina, la industria, el trabajo pesquero. Hoy, pareciera, no son sólo los trabajadores en cuanto trabajadores que son explotados. Las personas en Chile experimentan explotación como usuarios de un sistema escolar que los obliga a competir, como pasajeros de un sistema de transporte que los trata como masas, como usuarios de un sistema de pensiones que los administra como pequeños inversionistas, como dueñas de casa que deben trabajar por la deuda con la casa comercial. Lo que vemos son colectivos que no surgen del trabajo, pero tampoco del consumidor feliz que se imaginó la publicidad y la sociología de los ninety, sino que de la sensación de explotación cotidiana que ha ido apareciendo consistentemente en los estudios cualitativos de las últimas décadas. Otros ejemplos son el AUGE, el Transantiago y las diferentes reformas al sistema de pensiones.