Por último, Gallardo afirmó que si bien el superar la desigualdad tiene un costo en términos de impuestos y de crecimiento, a largo plazo los beneficios que se consiguen son muy importantes, y en Chile se debe trabajar en ello. Para explicar esto, el profesor hizo alusión al Coeficiente de Gini, instrumento que mide la igualdad o desigualdad en términos de resultados del bienestar (del zero al 1), siendo Chile el país más desigual entre aquellos que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Finalmente, aunque la educación es gratuita en casi todo el mundo de forma oficial, las tasas adicionales relacionadas con el materials escolar y de aprendizaje, así como el transporte, siguen impidiendo que los niños de familias desfavorecidas accedan a las escuelas.
Conocida también como desigualdad de derechos, la desigualdad authorized supone el trato diferenciado que recibe una persona pure o jurídica frente a los tribunales, sea para favorecerla o perjudicarla respecto a otras personas. Puede definirse la desigualdad política como la falta de representación o la subrepresentación de un grupo de personas en una instancia de poder, lo que afecta negativamente su poder de decisión frente a otros. Podemos destacar cuatro tipos de inequidad social que son relevantes en la actualidad y cuya comprensión nos facilita profundizar en el significado de desigualdad social. Porque el bajo nivel educativo y la escasa información en materia de salud reproductiva se traducen en altas tasas de fecundidad y embarazo precoz, especialmente entre los grupos más pobres de la población. El desvío y malversación de fondos públicos cut back el impacto social de los escasos recursos destinados a la inversión en los grupos menos favorecidos de la sociedad. Investigaciones geográficas y sociológicas han indicado que los desiertos alimentarios aparecen cuando supermercados y bodegas abandonan un lugar por no obtener en este suficientes ganancias.
Por otro lado, nos encontramos que la apropiación de los recursos naturales por parte de potencias de otros países o su privatización imposibilita que muchas personas puedan llevar una vida digna. Es función de los gobiernos promover un acceso igualitario a los recursos básicos así como garantizar su calidad. La desigualdad social en nuestro país está presente en muchos aspectos del día a día, como por ejemplo en el nivel de renta de las personas. Por lo general, la guerra no solo es una manifestación de la falta de convivencia, tolerancia y respeto por los distintos grupos sociales que interactúan dentro de un mismo espacio. También se usa como un método para reforzar el poderío de ciertos grupos sociales sobre otros, bien sea por razones religiosas, culturales, ideológicas, étnicas, raciales o de origen.
Asimismo, afianzan la incertidumbre, la vulnerabilidad y la inseguridad, socavan la confianza en las instituciones y el Gobierno, aumentan la discordia y las tensiones sociales, y desencadenan actos violentos y conflictos. Cada vez hay más pruebas de que son las desigualdades de los ingresos y la riqueza las que impulsan el auge del nativismo y de las formas extremas de nacionalismo. Las desigualdades también socavan la capacidad de las personas y las comunidades para adaptarse al cambio climático y mitigarlo.
Lo anterior se fundamenta parcialmente en las notables diferencias en el nivel de ingreso de la población mexicana. Según el INEGI, el ingreso promedio de un mexicano del sector más acaudalado de la población es de 1.853 pesos diarios, mientras que un mexicano del sector más pobre recibe solamente 103 pesos por día. Cabe señalar también que este informe señala que el 11% de la población española vive en el umbral de la pobreza severa si a su salario se le descuenta el pago de la vivienda y la adquisición de los bienes dirigidos a ella.
El documento advierte que si no se toman medidas de inmediato, millones de personas pueden acabar en la pobreza tan pronto como en diez años. El 1% más rico de la población tiene cada vez más dinero, mientras que el 40% más pobre obtiene menos de un 25% de los ingresos. La relativa parte asumiendo que hay una relación entre pobreza y distribución de ingresos, los pobres están en un contexto de producción y distribución específico. Sin embargo, esto implica que la cantidad de pobres se mantiene por periodos largos de tiempo. Para evitar eso, se ha puesto en práctica la delimitación de la pobreza de acuerdo con las medidas de distribución de ingresos, por ejemplo, el promedio de estos. Dicho de otro modo, mientras muchos sufren con las autoridades, otros viven al margen de estas en total y completa impunidad.
Esta definición en sociología de desigualdad social implica que la desigualdad se extiende y desarrolla en los patrones instituidos a lo largo de la sociedad, facilitando su asimilación por los individuos. En algunos casos, la privatización de servicios públicos como el agua, energía o la salud ha hecho que millones de personas pobres no pueden tener acceso a ellos por sus elevados precios. El bienestar físico y psicológico de las personas puede verse afectado cuando se dificulta el acceso a los servicios de sanidad por falta de recursos económicos. Estudios del Journal of Gerontology han indicado que las personas más acaudalas viven con buena salud por un tiempo más prolongado que los pobres. La inequidad asociada a los roles de acuerdo con el género está presente en diversos aspectos de la desigualdad social.
Más de dos tercios de la población mundial vive en países dónde la desigualdad ha crecido. Aunque América Latina es una región con los niveles de desigualdad más altos, desde los años ninety ha conseguido rebajarla en muchos lugares. La mala noticia es que está volviendo a subir en algunas naciones que la habían visto decaer en años recientes, tales como Argentina, Brasil y México. Rousseau dice que la desigualdad debe su fuerza y su aumento al desarrollo de nuestras facultades y a los progresos del espíritu humano y se hace al cabo legítima por la institución de la propiedad y de leyes. Las nociones de igualdad y desigualdad se refieren a la manera en que se distribuye un bien entre una población. Para concretar esta concept se necesita precisar de qué bien y de qué población se trata.[6] La acción de dar un trato diferente a personas entre las que existen desigualdades sociales, se llama discriminación.
A pesar de la variabilidad existente entre nuestras sociedades hoy en día, es posible medir el fenómeno de la desigualdad socioeconómica en cada una de ellas por medio de indicadores que permitan comparar la situación entre países respecto a uno o varios aspectos. Sus capacidades los hacen muy útiles para fines analíticos, algo que agradece todo texto argumentativo sobre la desigualdad social. La desigualdad social en España no empezó con la crisis de 2008, pero este sí fue un momento que ha fomentado nuevas desigualdades y nutrido diferencias ya existentes. Un ejemplo de ello es que el número de personas en situación de exclusión social aumentó en 1,2 millones en 2019 respecto a 2007, el año previo a la recesión. La desigualdad social en España ha sido recientemente cuantificada en el VIII Informe FOESSA, que fue publicado en el año 2019. Según el informe, el número de personas que viven en situación de exclusión social es de 8,5 millones de personas, lo que representa un 18,6% de la población.
De hecho, la cuota de ingresos del 1% más rico ha seguido aumentando, pasando del sixteen % en 1980 al 22 % en 2000, mientras que la cuota del 50 % más pobre se ha mantenido en torno al 9%. Benítez repara en lo peligroso en la aceptación discursiva del ‘mérito educativo’ y todo lo que eso conlleva y que acrecienta aún más el individualismo del cual es prisionera nuestra sociedad. “Las generaciones jóvenes tienen muy interiorizado que el mérito es de ella o de él, y es falso. Hay una madre, hay alguien, hay toda una estructura que te da soporte y que te lleva ahí, y eso se ha invisibilizado. La captura del Estado ocurre cuando las élites económicas y políticas influyen abusivamente para que las leyes y los gobiernos funcionen de acuerdo a sus intereses y prioridades, y en detrimento del interés general de la población. El 1% más rico de la población posee más del doble de riqueza que 6900 millones de personas.