Entre estos cambios se encuentran los asociados a la globalización económica y la reorganización del comercio internacional; el envejecimiento poblacional y los desplazamientos migratorios; la digitalización de la economía y los procesos de sustitución tecnológica; el cambio climático y los desafíos de la transición justa. Las sociedades latinoamericanas se caracterizan por tener las mayores tasas de desigualdad del mundo. En los últimos años se registró una modesta mejora de estos índices, pero el de inequidad siguió siendo más de 60% superior al de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a pesar del increase económico registrado a lo largo de una década. Si se toma el coeficiente de Gini como punto de referencia, la desigualdad actual se ha acercado al nivel observado a comienzos de los años 1980, tanto en los países de actividad principalmente agrícola como en los que muestran un desarrollo industrial1.
Aunque las tasas de pobreza disminuyeron claramente en la última década, el 15% de la población que logró salir de esa situación suele llevar una existencia situada apenas por encima del umbral mínimo y sufre el riesgo constante de una nueva caída social en la mayoría de los países. La inequidad extrema no solo se manifiesta en términos de ingreso y patrimonio, sino que también se refleja en un dispar acceso a la tierra y a bienes públicos esenciales como la educación, la salud o la seguridad social. Dentro de este marco las mujeres, los niños, los ancianos desigualdad en economia y los integrantes de determinados grupos étnicos resultan particularmente desfavorecidos3. Esta desigualdad constituye, en América Latina, un tema estructural, dado que el acceso a las posiciones y los bienes sociales disponibles o deseables ofrece limitaciones de carácter permanente que atraviesan las generaciones y se han consolidado, desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, en un nivel superior al promedio internacional4. “La región sigue sumida en una doble trampa estructural de bajo crecimiento y altos niveles de pobreza y desigualdad.
No obstante, tienden a experimentar mayores dificultades para la inclusión laboral, por sus condiciones laborales más precarias e inestables, que se agravan por las condiciones de irregularidad. El trabajo esporádico en línea es una fuerza creciente en muchos mercados laborales y representa hasta un 12 % de la población activa de todo el mundo. La demanda de trabajadores esporádicos en línea está aumentando más rápido en los países en desarrollo que en los países industrializados. La flexibilidad y el potencial de generar ingresos adicionales son dos principales motivaciones que impulsan el crecimiento de este tipo de trabajo.
La disaster de la educación durante el Covid-19 fue alimentada por profundas desigualdades preexistentes. Incluso antes de la pandemia, casi 12 millones de niños y jóvenes estaban excluidos de la educación en América Latina y el Caribe, siendo la pobreza el principal obstáculo para el acceso. En este caso, el modelo figuracional demuestra que la orientación externa de la región no puede atribuirse solo a los estímulos o coacciones estructurales, sino que también se apoya en conductas de tipo afectivo a través de las cuales los sectores dominantes reafirman su visión y obtienen finalmente la legitimación de toda la sociedad.
Fue investigadora en el IERAL de Fundación Mediterránea (Argentina) y en el Instituto de Economía y Finanzas de la UNC, y docente en la Universidad Carlos III en España, en la Universidad Torcuato Di Tella y en las Universidades Nacionales de La Plata y Córdoba en Argentina. Sus intereses de investigación se centran en las áreas de economía de la educación, desarrollo económico, economía laboral y economía de la salud. Únase a nosotros para una conversación con Nora Lustig sobre el impacto de la política fiscal en la desigualdad y la pobreza.
El objetivo de este documento es contribuir al análisis de esta materia, en un contexto de disaster diversas que han quebrado la tendencia de reducción de la pobreza y la desigualdad en la región. Las fuentes de información disponibles permiten adoptar una perspectiva agregada de distintas dimensiones, combinando tanto los ingresos como los gastos de los hogares, las clases ocupacionales y las percepciones de clase de las personas. El documento presenta un desafío conceptual y analítico cuyo propósito es incidir en el diseño de políticas y la toma de decisiones para retomar la senda hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. “La pandemia es una oportunidad histórica para construir un nuevo pacto social que brinde protección, certidumbre y confianza. Un nuevo contrato social debe avanzar y fortalecer la institucionalidad de los sistemas de protección social y promover que estos sean universales, integrales, sostenibles y resilientes. Vienen años de menor crecimiento económico y, si no se mantienen los esfuerzos para proteger el bienestar de la población, serán mayores los aumentos en pobreza y desigualdad en la región”, declaró Alicia Bárcena.
Esta realidad económica fragmentada no solo impacta el bienestar material de la población, sino que también refleja limitaciones en la capacidad de los gobiernos para garantizar un desarrollo equitativo y sostenible. Este evento es resultado de la colaboración entre la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del TEC de Monterrey, la Facultad de Ciencias Sociales y la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes de Colombia, y la Escuela de Gobierno y la Facultad de Ciencias Sociales UC, bajo el marco de la alianza La Tríada. Establecida en agosto de 2018, La Tríada es una iniciativa de colaboración entre la Universidad Católica de Chile, la Universidad de los Andes (Colombia) y el Tecnológico de Monterrey (México). Estas tres universidades no gubernamentales, reconocidas en América Latina en materia de investigación, innovación educativa e intercambios académicos, buscan actuar juntas promoviendo la vinculación con el medio, la incidencia pública y enfrentando los desafíos de la región. Asimismo, comparten el propósito de combatir la pobreza, abatir la desigualdad en sus diferentes manifestaciones y lograr un futuro próspero para todos.
Oxfam Intermón está trabajando para acabar con la desigualdad en España y evitar que la brecha entre población rica y pobre siga en aumento. Actualmente ofrece su apoyo a entidades que están ayudando a dos colectivos en situación de vulnerabilidad y exclusión de nuestro país como son las mujeres que sufren de violencia de género y las personas migrantes. Angelika Rettberg, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Andes, Colombia, sostiene que esta tercera conferencia pone el dedo sobre un tema muy importante y no resuelto de nuestros países como es la desigualdad. «Creemos que es clave que las universidades produzcan e intercambien conocimiento sobre las distintas formas de desigualdad de clase, de género, de raza, entre otras, que afectan el desarrollo y las vidas de las personas que habitamos América Latina». Las persistentes brechas en las condiciones y oportunidades de vida de la población en función de clivajes como la clase social, el género, la condición étnica y el lugar de residencia, han hecho de América Latina y el Caribe una usina de elaboraciones conceptuales, aportes críticos e investigaciones sobre la desigualdad social. Precisamente en el último informe de desigualdad global publicado por el World Inequality Lab (WIL), se presentan resultados desde diversas aristas, pero en este artículo nos centraremos en la inequidad en los ingresos laborales por género, cómo está la región y cómo mejorar en esta materia.
Te explicamos cómo han reaccionado las potencias mundiales a la situación que vive la población de Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen. Esto ha provocado que en los países ricos la riqueza pública sea negativa o próxima a cero, mientras que la nacional (riqueza pública más privada) ha aumentado. La Asociación de Estudios Latinoamericanos, LASA, es el organismo que aúna a la mayor cantidad de profesionales del mundo dedicados al estudio del continente. El gremio cuenta con más de 13 mil miembros de distintas disciplinas, de los cuales más del 60% reside fuera de Estados Unidos. La misión de la organización es fomentar el debate y diálogo a través del congreso que se realiza anualmente con más de 900 sesiones para el debate sobre las problemáticas que vive Latinoamérica y el Caribe. En el marco de la mismo panel, el profesor Cristian Cabalin expuso el trabajo Políticas educacionales en la hibridez televisiva, investigación en la que junto a la profesora Claudia Lagos y Rocío Vargas analizan cómo Informe Especial y Contacto trataron periodísticamente el campo educacional durante los años 90 y 2000.
Las propuestas indican que el logro de una mayor movilidad social en la región está en manos de múltiples actores, tanto del sector público como del privado, imponiendo así el gran desafío de lograr los consensos necesarios para ampliar las políticas redistributivas que rompan los lazos intergeneracionales de la desigualdad. En esta edición del Panorama Social se analiza la llamada crisis silenciosa de la educación y la necesidad de avanzar en la transformación de la educación como base para el desarrollo sostenible. Se incluye un capítulo sobre las desigualdades de género en las trayectorias educativas y laborales en la región.
En tanto, la desocupación proyectada para 2022 representa un retroceso de 22 años, afectando especialmente a las mujeres, para las que la desocupación sube de 9,5% en 2019 a eleven,6% en 2022. En materia de salud las noticias son mejores, ya que en las últimas décadas en América Latina y el Caribe se ha logrado reducir el traspaso de las condiciones de salud de las madres a los bebés y niños pequeños. Realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio internet desigualdad hoy en dia a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados.
Así, demuestra la importancia de dotar de confianza a las sociedades para pensar y construir nuevos contratos sociales –que contribuyan a la convivencia social– en la región, dado que la carencia de confianza atenta directamente contra la cooperación y colaboración social e institucional. Más allá del accionar de dichas instituciones y de que la situación en los dos países no ha mejorado, han quedado de manifiesto los límites de las capacidades interamericanas para dar respuesta a la crisis de ambos países. “Pese a la recuperación económica experimentada en 2021, los niveles relativos y absolutos estimados de pobreza y de pobreza extrema se han mantenido por encima de los registrados en 2019, lo que refleja la continuación de la disaster social. La crisis también ha puesto en evidencia la vulnerabilidad en que vive buena parte de la población en los estratos de ingresos medios, caracterizados por bajos niveles de cotización a la protección social contributiva y muy baja cobertura de la protección social no contributiva”, señala el informe anual Panorama Social de América Latina 2021. América Latina y el Caribe sufrió el apagón educativo más prolongado a nivel internacional (en promedio 70 semanas de cierre de establecimientos frente a forty one semanas en el resto del mundo), lo que exacerbó las desigualdades preexistentes en materia de acceso, inclusión y calidad.
La cifra es comparable a lo que el país ingresó por turismo el año pasado y representa casi un 10% de su PIB whole. Por su parte, el sociólogo Juan Miguel Pérez destaca que “los dominicanos tienen una alta tasa de legalización” en el país norteamericano. “Muchos padres y madres se fueron al exterior sin sus hijos, mujeres sin sus maridos o maridos sin sus mujeres. Y luego, en muchos casos, los reclaman para reunificar la familia una vez que se legalizan y tienen su permiso de residencia en Estados Unidos, por ejemplo”, explica. “Para la clase media, contar con un salario y un empleo no significa tener resueltos los problemas; al contrario, supone vivir con una constante preocupación”, asegura Guzmán, que cita el alto costo de la salud y la educación privadas. El salario promedio mensual en República Dominicana es de RD$33.600 (US$574), según un reciente informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD).
La desigualdad económica es la diferencia que existe en la distribución de bienes, ingresos y rentas en el seno de un grupo, una sociedad, un país o entre países. El coeficiente de Gini es una medida estadística de la desigualdad de ingresos o riqueza dentro de una población. Desarrollado por el estadístico italiano Corrado Gini en 1912, este índice se utiliza ampliamente para analizar la distribución económica y evaluar la equidad en diferentes sociedades. La situación se complica con fenómenos como la inflación disparada y la devaluación de las monedas locales, que erosionan el poder adquisitivo de los ciudadanos, especialmente en países como Venezuela y Argentina, donde las tasas de cambio son exorbitantes.