Etiqueta: provocando

La Pandemia Está Provocando Un Aumento Sin Precedentes De La Pobreza En América Latina Economía

La pandemia del coronavirus está provocando un aumento sin precedentes en los niveles de pobreza en Latinoamérica, la región más desigual del mundo y más afectada por la disaster sanitaria, con 22 millones de nuevos pobres en 2020, reveló este jueves la Cepal. «Aunque destacamos la reducción de la pobreza en 2022, no hay razones para celebrar. Más de one hundred eighty millones de personas en nuestra región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones no tienen ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos», dijo el secretario Ejecutivo al servicio de la comunidad de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs. 86 millones de personas en Latinoamérica pasaron a vivir en pobreza extrema durante el 2021, el segundo año de la pandemia. A esa conclusión llegó la Comisión Económica para América Latina y el Carbine (Cepal), de acuerdo al informe «Panorama Social de América Latina», presentado esta semana. Ante este panorama, los estudios de Cepal identifican como posibles soluciones dotar de una mayor autonomía económica a las mujeres de la región, facilitar su acceso a recursos financieros, a servicios básicos y de desarrollo productivo, sistemas de cuidado y a oportunidades laborales de calidad.

La pobreza no es patrimonio de los países de América Latina y el Caribe, conocido como países en vías de desarrollo, sino que se encuentra presente en los países desarrollados o industrializados, obviamente los niveles de pobreza son diferentes. La pobreza es un fenómeno que según se sostiene es consecuencia de la desigualdad en el reparto de las riquezas, de las guerras y los conflictos limítrofes, fenómenos naturales, culturales entre otros. La pobreza no se origina con el desarrollo del capitalismo, sino que se encuentra presente mucho antes de la edad media. Brasil fue el país con la mayor reducción de pobreza en este período (-4,8 puntos porcentuales), al pasar del 24,4% al 19,6%.

La tasa de desocupación femenina el año pasado se mantuvo en un eleven,8%, frente al 8,1% de la tasa masculina. «Hay un fenómeno mundial que ahora llegó a América Latina, que es el descontento de las sociedades con sus élites. Esto se refleja con Trump, con Modhi en India o con el Brexit inglés. La desconfianza en las instituciones es muy grande y eso fomenta las protestas. Es un fenómeno que naturalmente se puede agravar dada la mayor pobreza que está causando la pandemia», explicó Santibañes. Las cifras descritas también dan cuenta de una situación más favorable que la registrada en 2019 (30,2% y 11,3%, respectivamente), año previo al inicio de la pandemia de Covid-19. El Banco Mundial proyectó que la pobreza aumentará en Chile y alcanzará el 10,5% en 2022. La entidad apuntó a la desaceleración económica, la alta inflación y el término de las masivas transferencias a la población (IFE y retiro de ahorros).

El documento sostiene que la desigualdad aumentó entre 2019 y 2020, quebrando una tendencia decreciente que venía observándose desde 2002 y que en la década de 2010 había ido perdiendo ritmo en forma progresiva. «Sin embargo, los niveles de empleo todavía no llegan a los previos a la crisis, especialmente entre las mujeres», lamentó Alicia Bárcena. Si las frustraciones y el descontento social no se canalizan por una vía democrática e institucional, los liderazgos populistas se acentuarán en la región. Y los discursos antisistema, los políticos «outsiders» que se autopostulan como «salvadores» frente a las múltiples disaster, aparecerán como una alternativa tentadora para importantes franjas de la población.

Por el contrario, Paraguay, Uruguay y, especialmente, Guatemala se han visto afectadas en un grado semejante al de otras economías en desarrollo y emergentes. Venezuela es el país que ha registrado una mayor caída de su producción, como en años anteriores, si bien esto no se puede achacar solo al impacto del virus. Según informes de Cepal, las niñas pobres tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de casarse en su infancia que las que pertenecen al quintil más rico. Además, las mujeres e infantas que viven en la pobreza son más vulnerables a la explotación sexual, incluida la trata de seres humanos. “Mientras, los grupos de menor nivel de ingreso, de condiciones más precarias, quedaron casi en cero.

En la misma línea, en la región las mujeres constituyen aproximadamente el 51% de la población complete, pero solo acceden al 38% de la masa de ingresos monetarios que generan y perciben las personas, correspondiendo el otro 62% a los hombres. La vulnerabilidad no es otra cosa que la incapacidad de las personas y familias para enfrentar determinados golpes de la vida, que se pueden dar en forma repentina, como un desastre natural, una enfermedad grave o la pérdida del empleo. Y como no los pueden enfrentar por sí solos, son los primeros en volver a caer en pobreza o indigencia cuando el sistema económico se deprime, cuando la violencia le gana a las instituciones o cuando sucede un desastre a gran escala.

Quizás no sea el fin último, pero sin duda es uno de los principales fines de la medicina actual y de las políticas públicas de salud. «Del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, 1 de cada 2 se encuentra en empleos informales, cerca de un quinto vive en situación de pobreza, four de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensiones», apunta el documento. La pobreza en América Latina y el Caribe alcanza niveles alarmantes, según informe de 2022 de Panorama Social, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se estima que en esta situación se encontrarían aproximadamente 201 millones del total de la población regional que abarca aproximadamente los 662 millones. Al mismo tiempo, el citado informe revela que también se encontrarían más de eighty two millones de personas viviendo en condiciones de pobreza extrema.

Un segundo nivel, que es el que importa en este trabajo, consiste en no tener cubiertas las necesidades básicas, por la pobreza o la falta de salud, que son términos casi sinónimos en muchas situaciones concretas de Latinoamérica. No nos referimos aquí a las situaciones de extrema pobreza y de extrema gravedad por una enfermedad, pues en estos casos, más que de personas vulnerables hablamos de personas vulneradas en su condición humana y, por lo tanto, con una calidad de vida muy por debajo de lo deseable. Ante esto, el deber ético es procurar cuanto antes devolver a esas personas a situaciones de dignidad, en el caso de la pobreza, o acompañar y procurar la mejor «calidad de vida» posible, aunque lo que de verdad procuramos es la «mejor calidad de muerte», con cuidados paliativos, porque ya están fuera del alcance terapéutico. La CEPAL instó a los países a impulsar un crecimiento económico alto y sostenido, con políticas que promuevan la inclusión laboral y la protección social. Además, resaltó la necesidad de reducir la brecha de género y la carga de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres. La tasa de pobreza extrema también bajó hasta el 11,2 % de la población (70 millones de personas), manteniéndose en niveles similares a 2019, indicó en una nueva edición del informe ´Panorama Social de América Latina y el Caribe´ el organismo dependiente de la ONU, con sede en Santiago de Chile.

america latina pobreza

Esto sucede por razones como el hacinamiento, la falta de accesos básicos, el sistemas de salud fragmentados y el lento y desigual acceso a vacunación”, aseguró Bárcena. El informe presentado este jueves señala que, si bien se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, «la región vive una disaster en cámara lenta en materia de inclusión laboral, entendida no solo como la inserción laboral a que llamamos pobreza sino también como las condiciones en que se accede al empleo». «Necesitamos crecimiento económico y mayor gasto social para combatir la pobreza y la extrema pobreza». Actualmente, una de cada 10 personas en la región vive en condiciones extremadamente pobres; es decir, sus ingresos no le permiten subsistir. Mientras que los países donde más ha bajado la pobreza extrema, con datos hasta 2017, son El Salvador, Paraguay y Panamá.

El quintil 5 representa el 20% de los hogares de más altos ingresos, en tanto que el quintil 1 representa el 20% de los hogares de menores ingresos. La educación está profundamente relacionada con la posibilidad de acceder a un trabajo adecuado, por eso, cuando los estudiantes no logran adquirir las competencias necesarias para su adecuada inclusión laboral, las opciones para generar ingresos que les permitan satisfacer sus necesidades básicas se reducen significativamente. Latinoamérica, la región más desigual del mundo y la más afectada por la pandemia, creció un 6,9 % en 2021, como rebote tras el desplome del 6,8 % registrado en 2020, la mayor recesión en one hundred twenty años. El organismo alertó además de que la tasa de crecimiento del PIB regional esperada para 2023 «no permite prever nuevas mejoras en materia de pobreza para este año».

Gilberto Cely llama a la reflexión sobre la gran responsabilidad que incumbe a la ciencia y la tecnología -y al científico en su trabajo cotidiano individual- en la configuración de la nueva sociedad, la sociedad del conocimiento, en la que los pobres son precisamente los marginados culturalmente(44). La nueva sociedad del conocimiento tendría que caracterizarse por la solidaridad entre quienes la conforman, que ayude a superar los fraccionamientos tradicionales. Pero estas virtudes no pertenecen solamente al ámbito privado; deben hacerse presentes también en los ámbitos social y político, como «compromiso ciudadano que lleve a una articulación política de la solidaridad»(30) y a una discriminación jurídica positiva de los más dependientes y vulnerables(31).

Ejemplos de reactivación de las protestas son los episodios del fin de semana pasado en Chile, pocos días antes del plebiscito por la reforma constitucional, que incluyeron casi 600 detenidos y la quema de dos iglesias céntricas, o las protestas que surgieron en Colombia el mes pasado contra el abuso policial. En Bolivia, el triunfo electoral del candidato del MAS, Luis Arce, parece haber clausurado la disaster política desatada el año pasado. Al cierre de 2021, la inflación anual de la región alcanzó un 6,6%, una cifra que escaló al 8,1% en abril de este año. Los bancos centrales, que han elevado las tasas de interés para hacer frente al complejo escenario económico, anticipan que el elevado coste de la vida se mantendrá al alza en lo que resta de 2022.

Estas rentas son muy importantes en Centroamérica, donde representan entre el 13% y el 20% del PIB, especialmente para los hogares más vulnerables. Entre el 80% y el 90% de las remesas se destinan a cubrir necesidades básicas de los hogares, como la alimentación o la salud. Gran parte de los trabajos en América Latina son informales, si bien hay diferencias muy importantes entre países. El 92,1% de los trabajadores y trabajadoras no agrarias en Ecuador son informales, así como el 73,2% en Bolivia y el 68,5% en El Salvador. Son personas que se ganan la vida día a día, sin contratos ni derechos laborales; por esto, han estado, además, más expuestas al coronavirus.

Global: La Tecnología Emergente Y La Ia Están Provocando La Crisis De La Creciente Desigualdad En Todo El Mundo Amnistía Internacional Chile

Por su parte, el 10% más rico concentraba el 54% de los ingresos tanto en 2004 (primera fecha para la que se tiene registro) como en 2015. Luego de haber adoptado la Agenda 2030 en el año 2015, Chile decidió crear el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Esta entidad está dirigida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y tiene la misión de aconsejar al Presidente/a de la República sobre implementar y hacer seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Igualmente, este se compone de los Ministerios de Economía, Fomento y Turismo, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el Ministerio del Medio Ambiente, y el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que en conjunto trabajan para el logro exito-so de estos objetivos en Chile (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2016; 2019).

Para este artículo, se analizaron 27 de las 28 acciones públicas presentadas en el reporte realizado por el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible sobre el ODS 10, específicamente, entre los años 2015, el inicio de la agenda y el año 2018, año de la publicación del único informe presentado a la fecha. El análisis realizado contempló, primeramente, la identificación de los componentes de cada una de las acciones públicas, los cuales fueron examinados detalladamente, para luego determinar cómo estas ayudan a reducir las desigualdades económicas. Es decir, que se estudió la forma en cómo se encuentran planteadas estas acciones públicas, y así, determinar si estas buscan reducir las desigualdades económicas desde la perspectiva ex-ante, ex-post, o ambas. Aquí, es importante destacar que el análisis no incluye un estudio sobre el impacto que estas acciones públicas han tenido, o bien tendrán, sobre el tema en cuestión, sino que busca determinar si estas mismas responden o no al concepto multidimensional de las disparidades. Igualmente, se determinó a qué meta o metas del ODS 10 respondían particularmente y se indicó si estas acciones públicas eran anteriores o posteriores a la Agenda 2030.

Amnistía Internacional pidió una protección social common en respuesta a la creciente crisis de desigualdad, que provoca de forma creciente violaciones de derechos humanos. Esto con el fin de determinar qué concepto de desigualdad está justificando el plan de acción de Chile respecto del objetivo anteriormente señalado, argumentando inicialmente que el concepto utilizado para justificar este plan es la desigualdad de ingresos principalmente. Sin embargo, y como se presentará a continuación, esta no sería la única dimensión de las disparidades a la que hay que aludir para disminuir las brechas existentes en Chile de manera efectiva. A estas alturas es una obviedad decir que América Latina se caracteriza por sus altos niveles de desigualdad. Se trata de un país que desde la recuperación de la democracia en 1990 ha mostrado un notable avance en la reducción de la pobreza y un aumento sostenido en los años de escolaridad de la población. Nadie duda que el “modelo chileno” ha sido exitoso al momento de generar crecimiento y garantizar estabilidad macroeconómica, pero todo indica que “el modelo chileno” ha sido bastante mediocre en lo que respecta a la reducción de las brechas de desigualdad.

la desigualdad creciente

Lejos de liderar el ranking (cómo suele ocurrir cuando los países de la región se ordenan en función de indicadores de bienestar objetivo para el mismo período), Chile se encuentra entre los puntajes más bajos de la región. Chile es uno de los países más desiguales del mundo según distribución de ingresos, pero la inequidad no es solo económica. Juan Pablo Luna explora en esta dimensión y analiza por qué y cómo se perciben diferencias de acceso a derechos de ciudadanía básicos. Ahora bien, respecto de la acción pública que no fue analizada, la número 11 la desigualdad económica amartya sen pdf del informe en cuestión, sobre Política Migratoria Internacional, si bien en el reporte se indican algunos Memorándums de Entendimiento Binacional en materia Migratoria y Consular con algunos países de Latinoamérica, estos no son de carácter público.

Por ejemplo, one hundred mil pesos adicionales para un hogar que se sostiene con el salario mínimo son significativos, mientras que para un hogar de altos ingresos son poco relevantes. El impuesto óptimo balancea estos dos efectos y, para sorpresa de muchos, aun considerando sus potenciales efectos distorsionadores, la literatura ha concluido que debe ser bastante altos. El motivo es que el Gini reportado periódicamente por los organismos internacionales no captura correctamente los ingresos de los individuos de más altos ingresos.

De Estados Unidos al Reino Unido, de China a la India, la creciente desigualdad ha provocado, además de una disaster económica, un enorme malestar social y el surgimiento de partidos populistas. Por eso necesitamos con urgencia una mejor comprensión de las causas y los costes de las brechas de ingresos entre ricos y pobres. Esta obra utiliza la experiencia de América Latina, una de las regiones más desiguales del mundo, para mostrar de qué modo la concentración de la riqueza obstaculiza el crecimiento económico, contribuye a la falta de empleo de calidad y debilita las democracias.

Por lo tanto ciertas prácticas arquitectónicas podrían ser entendidas como «el arte de la desigualdad». A poco más de cuatro meses de asumir el presidente Gabriel Boric, la promesa de construir un nuevo pacto social sigue en deuda. Había algarabía en los miles de rostros y la esperanza de que se daban los primeros pasos en un camino por construir. La cara entumecida de una niña en un recodo de La Pintana, población en la periferia, me da la clave.

Esto es una evidencia más de que la desigual distribución territorial y socioeconómica de la capacidad estatal permea significativamente la experiencia cotidiana que segmentos importantes de la ciudadanía posee respecto a la promesa de un acceso básico al paquete de derechos que promete la democracia liberal. «No estoy diciendo que necesariamente debamos regresar a los niveles de los años 70, pero sí pienso que un buen índice sería que el ingreso de las familias con ingresos medios crezca a un ritmo cercano a la tasa de crecimiento de la productividad, y eso es algo que no hemos visto por un rato». [6] Esto no significa que el gobierno no pueda intervenir la distribución de ingresos de mercado. [3] Los datos tributarios, si bien representan una mejora sustantiva en relación a las encuestas de hogares, tampoco son perfectos. En contextos en donde existe mucha evasión y elusión, éstos también subestiman los ingresos de las personas de más altos ingresos.

De acuerdo a la Unesco, la desigualdad debe ser considerada un tema de gran seriedad, pues su falta de tratamiento puede poner en peligro la sostenibilidad de las economías, sociedades y comunidades. La publicación científica en América Latina respecto al tema es insuficiente, nuestra producción es de las más bajas del globo, a pesar de la evidente necesidad de superar dificultades en cuanto a equidad, pobreza, salud, educación, trabajo, género, and so on. que vive nuestro continente. En la primera parte de esta reveladora serie sobre nuestro sistema tributario, los autores argumentaron que la forma en que recaudamos es resultado de un contrato social impuesto “que no le da un rol importante al Estado ni a la equidad”. En esta columna, sostienen que ese Estado mínimo es una decisión política para que los sectores de más altos ingresos tengan un sistema tributario que los beneficie. “Son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad”, argumentan.

Para complementar el análisis basado en el Gini, una forma menos abstracta y más intuitiva de medir la desigualdad consiste en calcular la porción del ingreso total del país que concentran diferentes grupos de la población. Por ejemplo, la porción del ingreso nacional que se apropian el 1% y el 10% más ricos dan cuenta de qué tan concentrados están los ingresos. Sin embargo, no son suficientes para entender el problema en su globalidad y pueden inducir a conclusiones erróneas. Brechas la desigualdad humana digitales es el primero de cuatro informes sobre tecnología y desigualdad cuyo objetivo es iniciar conversaciones entre organizaciones de la sociedad civil, gobiernos y movimientos preocupados por el aumento de la desigualdad en todo el mundo, especialmente en el contexto de nuevas tecnologías como la IA. “Lo que hemos visto en todo el mundo, sobre todo a raíz de la pandemia, es un aumento drástico de las formas en que las personas y los gobiernos dependen de diversas formas de tecnología emergente.

Como psicólogos clínicos, es esencial explorar esta conexión para obtener una comprensión más profunda de cómo las disparidades socioeconómicas pueden influir en el bienestar psychological. Esta columna pretende recorrer parte de la investigación existente sobre la relación entre la desigualdad de ingresos y la salud mental, examinando los mecanismos a través de los cuales la desigualdad de ingresos puede afectar al bienestar psicológico y las implicaciones para la práctica clínica. Éste es un tema muy presente en las clases de prevención que enseño a mis estudiantes en Berlín, y creo que es muy relevante a los colegas en Latinoamérica. En el caso de Chile su realidad proporciona elementos para entender la magnitud de la explosión social producida. Si bien en el rating global del IDH con zero,847 se encuentra en el lugar 42, siendo el país de América Latina con mejor ubicación, al ajustarlo por desigualdad retrocede fuertemente a zero,696. “Cuando miramos la diferencia entre grupos de personas y no solo los promedios -explicó Marcela Ríos, coordinadora del área de gobernabilidad del Programa en el país-, Chile cae catorce puntos en el ranking y es el país más desigual entre los cincuenta países de desarrollo humano alto.

Asimismo, en términos del Coeficiente de Palma, Chile comparte el puesto 23 de los países más desiguales junto con Nicaragua y las Islas Seychelles, dentro de un grupo de 152 países ( Human Development Reports, 2019). De todos modos, el Banco Mundial ( 2016 ) indica que las cifras chilenas pue-den estar subvaloradas, por cuanto hay poca representatividad de los hogares con mayores ingresos en las encuestas que proporcionan la información necesaria para calcular estos índices. Otros gastos calificados también como de especialmente redistributivos son los de educación y sanidad.