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Las Décadas Perdidas De América Latina: El Costo De La Desigualdad En La Period De Covid-19

Más aún, después del increase económico la tasa de pobreza en Latinoamérica pasó de 28% en 2014 a 31% el año pasado, según datos de la Cepal. Del whole de personas pobres que la región agregó en el último lustro, 26 millones sufrirían de extrema pobreza, con Brasil como principal fuente de este retroceso. Y la disparidad de ingresos en países como Brasil, México, Colombia o Chile ha opacado avances recientes en el índice de desarrollo humano de la ONU, que incluye variables como la expectativa de vida o calidad de educación y donde el año pasado en la región solo retrocedieron Venezuela, Nicaragua y Argentina, sumidas en crisis. El texto de Cuadriello Olivos ofrecen pistas que pueden ser claves para comprender el recorrido de las desigualdades y las respuestas que han emergido en los países considerados, como así también permite calibrar la fuerza con la que se instaló el modelo de políticas sociales focalizadas. Ahora bien, cabría preguntarse si esta consideración sigue vigente en la presente década. Sobre la segunda relación, los costos de la movilidad (financieros directos y de oportunidad) sugieren que debe haber una relación entre esta y la condición económica, de manera tal que debiera ser creciente con el ingreso8.

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La disaster de la COVID-19 ha mostrado que, sin un enfoque common, las disaster pueden producir retrocesos importantes en los logros de la región en protección social y bienestar de los hogares. En suma, los debates sobre las formas que adopta la segregación residencial metropolitana deben considerar el mercado de trabajo de las ciudades en su faceta territorial. Y claramente son necesarios mayores esfuerzos de investigación empírica para indagar en los vínculos entre el funcionamiento espacial de los mercados de trabajo, las modalidades emergentes de crecimiento físico y demográfico metropolitano, y los patrones de localización de infraestructura y dependencias públicas y privadas. Una más vinculada a la globalización y los desarrollos tecnológicos y de infraestructura, que apunta al policentrismo y a una forma de funcionamiento y estructura urbana related a la de las ciudades de los Estados Unidos. Y otra más relacionada a las desigualdades socioterritoriales y del mercado de trabajo, que junto con el dinamismo de la economía de servicios, favorecen un monocentrismo extendido. Este último presiona una movilidad más intensa de los pobres y favorece el encapsulamiento de los ricos.

Un estudio publicado en el 2018 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) examinó datos de decenas de países para calcular cuánto tiempo les toma a las personas pobres ascender a la clase media. En países nórdicos como Dinamarca y Suecia, por lo basic les toma dos o tres generaciones. El promedio para países miembros de la OCDE (en su mayoría, industrializados) es de cuatro generaciones y media. Este artículo responde a esta pregunta desde el enfoque interseccional y sus metodologías cuantitativas.

Pese a que Latinoamérica continúa siendo la región más desigual del mundo, la brecha ha disminuido y la caída entre 2002 y 2013 fue enorme y única, solamente comparable a la que tuvieron los países desarrollados en la posguerra. La educación, la protección social y el emprendimiento son algunas de las áreas en las que se requiere actuar de manera prioritaria para frenar la desaceleración del crecimiento económico y combatir la desigualdad en América Latina, según la OCDE. A su vez, la pobreza extrema se situaría en thirteen,eight, como consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia en algunos países, que no alcanzaría a ser compensada por el incremento esperado de los ingresos por empleo, remarca el organismo internacional. Ningún país de América Latina ha conseguido construir una economía propia y viable. La riqueza de los barones del ganado de Brasil y de los demás países del Cono Sur sigue basándose en la implacable destrucción de la naturaleza. Al igual que los enormes monocultivos de soja o trigo, a menudo modificados genéticamente, que es una industria de exportación que aporta pocos puestos de trabajo y poco desarrollo.

Subrayó que reducir la desigualdad implica aplicar un trato especial y diferenciado para los países en desarrollo, en specific los menos adelantados de conformidad con los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio. En este mismo sentido, agregó que un requisito es alentar la asistencia oficial para el desarrollo y las corrientes financieras, incluida la inversión extranjera indirecta para los estados con mayores necesidades, entre otros aspectos. En la ocasión, el Dr. Castillo señaló que América Latina es la región más desigual del mundo y que “la trampa no reside en la pobreza sino en la desigualdad como sistema inequitativo”. En ese sentido, a la fragmentación social de cada país se agrega la fragmentación regional, apuntó De Riz. «Cada vez hay menos conciencia de una región compartida. Se rompió completamente el multilateralismo. El Mercosur fracasó. Hay países mirándose hacia adentro y un déficit de integración política, cultural y económica muy fuerte. Se ve un creciente nacionalismo y proteccionismo». Teniendo en cuenta los altos niveles de desigualdad y pobreza que preexistían en la región, no sorprende que sea una de las más afectadas por la pandemia.

Con cada variable nueva incluida se disminuyen los tamaños de las muestras y la posibilidad de capturar significancia en la interacción, esto descontando la enorme dificultad de hacer una correcta interpretación de los resultados. Segundo, las intersecciones en modelos estadísticos no abandonan la noción aditiva de la desigualdad, y de hecho tienden a sobre-dimensionar los efectos aditivos y minimizar los efectos multiplicativos. Si el efecto de cada uno de las categorías sobre la variable dependiente es importante, el efecto de la intersección es necesariamente menor. Es decir que los efectos de la interacción dependen del tamaño de los efectos de cada variable por separado.

A pesar de mejoras en las últimas décadas, muchos trabajos en América Latina aún se caracterizan por salarios bajos, condiciones laborales extenuantes o peligrosas y jornadas laborales prolongadas. Esto es particularmente evidente para una amplia proporción de la población que trabaja en la economía informal. La OCDE recomienda a los países de la región intensificar sus programas activos del mercado laboral, mejorar los sistemas de protección social, afinar su normativa de seguridad laboral y en el lugar de trabajo, y fomentar desigualdad de genero en la economia la aplicación de las leyes laborales. En conversaciones con líderes en todo el hemisferio sostenidas en los últimos meses, percibí que una mayoría es consciente de la gravedad de este momento. Muchos están dispuestos a aceptar un cambio profundo, siempre y cuando ocurra estrictamente dentro de los límites del capitalismo y la democracia y evite cualquier cosa parecida a las catástrofes de Cuba y Venezuela, donde las quimeras de perseguir una sociedad sin clases culminaron en mayores niveles de pobreza y ruina económica.

Ejemplos de reactivación de las protestas son los episodios del fin de semana pasado en Chile, pocos días antes del plebiscito por la reforma constitucional, que incluyeron casi 600 detenidos y la quema de dos iglesias céntricas, o las protestas que surgieron en Colombia el mes pasado contra el abuso policial. En Bolivia, el triunfo electoral del candidato del MAS, Luis Arce, parece haber clausurado la disaster política desatada el año pasado. En segundo lugar, como se desprende del análisis del periodo posterior a 2012 (año que, aproximadamente, marca el last del auge de las materias primas), la reducción de la desigualdad no ha sido sostenible en un conjunto de países. La percepción de las personas de que la distribución de ingresos en su país period injusta o muy injusta disminuyó al caer la desigualdad, en tanto subió cuando la brecha se acrecentó. “La percepción se mueve de manera conjunta con lo que ocurre con la información. En primer lugar, eso puede estar detrás de las manifestaciones de descontento”.

El hecho de que sea Colombia el país con mayor proporción de la brecha no explicada, seguido por Chile y Perú nos remite a lo observado en cuando a que las brechas étnicas y urbano-rurales y de género tenían mucha más variación regional en Colombia, seguido por Chile, y menor en Perú. La descomposición ratifica la idea que la naturaleza de la desigualdad subnacional es muy distinta entre países y que cambia en el tiempo, a pesar que en términos absolutos la magnitud de la brecha entre la región con más analfabetismo/escolaridad y menos analfabetismo/escolaridad es parecida. Como vemos en la tabla 2, la diferencia entre la región andina y la región Caribe en Colombia en la tasa de analfabetismo era el 8% en 2005 y 5% en 2018. En Perú, la diferencia en la tasa de analfabetismo entre la Costa y la Sierra period de 9% en 2007 y 7% en 2017.

El avance hacia una mayor igualdad de oportunidades requiere estas lecturas que trasciendan la tiranía de los promedios. La descomposición Oaxaca-Blinder permitió avanzar en la comprensión de la naturaleza de dichas brechas regionales y sus diferencias. Se puede teorizar que parte de las brechas regionales tienen una naturaleza composicional y otra parte tiene una naturaleza interseccional y el peso de cada una varía de país en país y a lo largo del tiempo. Para ambos componentes existe una fuerza causal subyacente a lo subnacional que –aunque es independiente– actúa en interacción con la raza, el sexo, y el género en la producción de desigualdades.

En América Latina la incidencia de la pobreza aun es mayor en zonas rurales, para las personas indígenas y afrodescendientes, señaló la Cepal en su informe de 2019 sobre el panorama social de la región. Según Stiglitz, la disputa entre colonizadores e indígenas sembró una semilla de desigualdad en Latinoamérica, así como la distribución despareja de la tierra en economías agrarias contribuyó a «la creación de algunas familias muy ricas y muchas familias muy pobres». Pese a sus avances económicos y sociales de los primeros años de este siglo, América Latina aun es «la región más desigual del desigualdad de ingresos ejemplos planeta», ha advertido en distintas ocasiones la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). América Latina es tan desigual que una mujer en un barrio pobre de Santiago de Chile nace con una esperanza de vida 18 años menor que otra en una zona rica de la misma ciudad, según un estudio. Abramo agrega que al mirar la evolución de los ingresos en Latinoamérica, queda claro que el crecimiento económico no es suficiente para que disminuya la desigualdad. En el Banco Mundial han estudiado el tema de la desigualdad de ingresos en la región centrándose en los últimos 10 años.

En otras palabras, si la Sierra tuviera la misma proporción de jóvenes, habitantes urbanos, mestizos y hombres que la Costa, su tasa de analfabetismo sería casi igual. El mayor responsable de la diferencia entre las regiones es la composición urbano-rural y en segunda medida la étnica. En Perú no parece que la región interactúe con las características de las personas para producir efectos diferenciados en el acceso a la educación más básica. La expansión de la educación básica es América Latina es una de las políticas públicas que más ha impactado la reducción de la pobreza y la desigualdad (Lopez-Calva y Lustig 2010). Y si bien los avances han sido importantes, cuando miramos las diferencias de género, etnia, área y región subsisten importantes diferencias.

Las Décadas Perdidas De América Latina: El Costo De La Desigualdad En La Era De Covid-19

Solo así, las nuevas tecnologías quizás puedan convertirse en un issue que ayude al cierre de las brechas que enfrentamos ahora. En Brasil, el Ministerio de Ciudadanía firmó un acuerdo con el gobierno de Salta y Microsoft para implementar un programa related. En este caso, además de la prevención del embarazo adolescente y la deserción escolar, se pretende anticipar cuestiones como la desnutrición y enfermedades en la primera infancia. Además de dudas sobre el consentimiento informado y el acceso del Estado a informaciones sensibles sobre poblaciones vulnerables, quedan sin respuesta algunas preguntas sobre qué otros usos u previsiones se pueden extraer de esos datos y cuáles los límites para su tratamiento por parte de Microsoft y los gobiernos involucrados en el programa.

Puesto en esos términos, el progreso relativo de la región luce mucho menos impresionante. Un mayor crecimiento de la productividad es basic para cerrar las brechas en los niveles de vida, dice el informe. Aunque los latinoamericanos dedican más tiempo a sus actividades laborales que el promedio de la OCDE, esto se ve descompensado por una enorme diferencia en los niveles de productividad. El informe hace un llamado a los gobiernos de la región para que desarrollen una estrategia dirigida a elevar la productividad y  combatir la desigualdad.

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Del whole de personas pobres que la región agregó en el último lustro, 26 millones sufrirían de extrema pobreza, con Brasil como principal fuente de este retroceso. La región también es hoy una de las más urbanizadas del mundo, pero el rápido cambio desde sociedades rurales ocurrió en el último medio siglode forma desordenada y en muchas zonas de expansión de las ciudades el Estado brilló por su ausencia a la hora de prestar servicios como educación o salud. Se trata de la región del mundo que registra mayor desigualdad de ingresos en el informe sobre desarrollo humano 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), divulgado en diciembre. En los años previos a la pandemia América Latina había conseguido reducir estos índices. La pobreza había pasado de afectar al forty desigualdad en paises five,2% de la población en 2001, al 30,3% en 2019. Ahora, con la covid-19, el número de pobres aumentará en 28,7 millones de personas, hasta alcanzar la cifra de 214,4 millones de pobres en la región.

En 2021, con el fin de mitigar los efectos de la pandemia en el mercado laboral, los gobiernos implementaron una serie de medidas de apoyo a trabajadores que, junto al avance de los procesos de vacunación, permitieron una «lenta recuperación» y un alza del PIB del 6,2 %, según cifras de la institución. Los países con las peores cifras son Argentina, Colombia y Perú, en donde ambos índices crecieron siete puntos porcentuales o más, mientras que Brasil fue el único que mejoró, con una caída del 1,8% en la pobreza y 0,7% en la pobreza extrema. La subida de la pobreza extrema es «consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia que no se compensan con el incremento de los ingresos por trabajo», explica el documento. En un contexto de recuperación económica, amplía, en 2021 cabe esperar que tanto la pobreza extrema como la pobreza disminuyan y se recupere parte del retroceso observado en 2020, pero se sitúe apenas un 1,0 por ciento por debajo, en un 32,1. Dato superior frente a los niveles observados antes de la pandemia, 24 por ciento.

Por su parte, República Dominicana, Brasil, Paraguay, México y Costa Rica mejoraron en la distribución de la riqueza. El documento sostiene que la desigualdad aumentó entre 2019 y 2020, quebrando una tendencia decreciente que venía observándose desde 2002 y que en la década de 2010 había ido perdiendo ritmo en forma progresiva. «Sin embargo, los niveles de empleo todavía no llegan a los previos a la crisis desigualdad en pandemia, especialmente entre las mujeres», lamentó Alicia Bárcena.

Sin embargo, en la gran mayoría de los países se establecieron mecanismos para mantener las relaciones laborales. Aunque también se incrementó el número de personas desanimadas, que son aquellas que dejan de buscar empleo porque saben que no lo van a encontrar. De hecho, desaparecerá el 20,7% de las microempresas y solo el 0,6% de las grandes empresas. La gran mayoría son empresas dedicadas al comercio, a servicios comunitarios, sociales y personales, y hoteles y restaurantes.

«Llega un cierto punto en el desarrollo de un país en que se hace más difícil bajar la desigualdad». «La tendencia es una mejoría en la región porque han aumentado relativamente los ingresos de los sectores más pobres», le dice a BBC Mundo Laís Abramo, directora de División Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Y otro elemento importante a considerar es que la baja en la pobreza y desigualdad está relacionada con la llegada de remesas de los salvadoreños que viven en el exterior. La reducción de la desigualdad se explicaría, entre otros factores, porque han cambiado los salarios. «El Salvador es una de las sociedades más igualitarias de la región», dicen los expertos del Banco Mundial.

Pero persiste una parte de la historia que es sumamente importante y es lo que pasó con la distribución del ingreso laboral, con las transferencias y con las remesas. Nada de eso hay que tirarlo a la basura, nos explica una parte del fenómeno”. La percepción de las personas de que la distribución de ingresos en su país era injusta o muy injusta disminuyó al caer la desigualdad, en tanto subió cuando la brecha se acrecentó. “La percepción se mueve de manera conjunta con lo que ocurre con la información.

Para Pineda, otro desafío es evaluar los frutos, ya que “quien recibe esta educación continua quiere resultados, quiere que eso le sirva, no está para perder tiempo. Medir y evidenciarlo es muy importante”.Por último indicó que en el caso de Chile un reto tiene relación con la equidad, pues es un país con un alto nivel de desigualdad. “Aquí suele pasar que quien accede a la educación continua es la persona más formada, mientras que los más necesitados no acceden”, relató.En esa línea, agregó, corresponde a un desafío importante pero a nivel de política de Estado, puesto que si no se trabaja eso, la brecha de desigualdad aumenta aún más. Pero tal vez lo más importante que se desprende de los gráficos 3a a 3d es que no hay una relación estilizada entre la situación socioeconómica del municipio y su capacidad de retener asalariados en sus desplazamientos diarios, con la excepción del patrón ya comentado para los asalariados de bajo nivel socioeconómico11.

«Al last lo que la gente percibe como desigualdad, es la desigualdad de acceso a servicios como la salud, la educación, el transporte o la seguridad en los barrios», le cube a BBC Mundo Luis Felipe López-Calva, director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. La manera más común de mirar la desigualdad de un país es utilizando el Índice de Gini, el cual mide la diferencia de ingresos. Alegan que la economía ha crecido, pero que la riqueza sigue concentrada en un sector de la sociedad, un rasgo que históricamente ha sido común en los países latinoamericanos. 9 Por eso mismo, y por limitaciones formales, no se despliegan los nombres de los municipios en los gráficos, aunque pueden derivarse del cuadro 2.

Al encadenamiento social de la disaster económica, hay que sumarle sus efectos políticos. Si bien la introducción de interacciones en modelos de regresión es una de las apuestas cuantitativas preferidas, este método tiene varios problemas para materializar el enfoque interseccional. Primero, las interacciones entre dos categorías son fáciles de realizar e interpretar, pero la introducción de tres o más elementos en la interacción conlleva a modelos estadísticos más complejos y con menos poder estadístico. Con cada variable nueva incluida se disminuyen los tamaños de las muestras y la posibilidad de capturar significancia en la interacción, esto descontando la enorme dificultad de hacer una correcta interpretación de los resultados.

Además, la región experimentará una de las caídas económicas más fuertes a raíz de la pandemia. Según las últimas estimaciones del FMI, mientras a nivel mundial la economía retrocederá un four,4% en 2020, América Latina sufrirá este año una caída del eight,1%, casi el doble que el promedio mundial. La Cepal prevé una contracción económica del 9,1% para la región, lo que supone unos forty five,four millones de nuevos pobres y 26,1 millones de desocupados más que el año pasado. La pobreza regional se ubicará en torno al 37% y la desocupación, cerca del thirteen,5%.

Pero las brechas regionales entre indígenas rurales son extraordinarias, pues la diferencia entre la región con más y menos tasa de analfabetismo llega a ser 20 p.p. La investigación subnacional en América Latina ha establecido que en los países de la región las condiciones de vida están fuertemente determinadas por el lugar de residencia. Pero a pesar de estos avances, sabemos muy poco sobre cómo lo subnacional interactúa con otros atributos como género, raza y ruralidad para producir un paisaje diverso de desventajas y privilegios.