Acorde con la CASEN, los años de escolaridad promedio del país son 11, con una leve diferencia por género, 11,2 años para los hombres y 10,9 en el caso de las mujeres. Esta diferencia, aunque pequeña, se ha mantenido en el tiempo y es el mismo comportamiento presentado por Barro y Lee (2010). Otros datos interesantes que nos entrega la CASEN en materia de educación, es la diferencia de escolaridad por lugar de nacimiento y pertenencia a una etnia. En Chile, en el año 2015, el promedio de escolaridad para una persona nacida en el país era de eleven años, y para un inmigrante (cuya madre residía en otro país al momento del nacimiento) de 12,5 años. Asimismo, hay una diferencia promedio de un año de escolaridad dependiendo de si pertenece o no a una etnia, siendo el promedio de 10,1 años para la población indígena y 11,1 para la no indígena. A nivel de territorio chileno18, resulta interesante evaluar el IDH por regiones, lamentablemente, estos datos solo se encuentran disponibles para el año 2003 gracias al PNUD y Mideplan (2005).
Buena parte de las innovaciones tecnológicas más importantes se basan en conocimiento financiado y muchas veces desarrollado al alero del Estado. No menos importante es la exigencia de cambios radicales en los patrones de consumo orientados al uso eficiente de la energía, menor contaminación por residuos sólidos y líquidos, un transporte más ecológico y políticas urbanas hacia ciudades más verdes, más sustentables y, finalmente, más amables para niños, adultos y tercera edad. Desde este punto de partida, una estrategia de desarrollo inclusiva y sostenible debiera recoger, centralmente, las siguientes orientaciones. La realización autónoma sólo puede ser alcanzada si cada cual, desdesu proyecto personal desigualdad social y medio ambiente, contribuye a producir las riquezas materiales e inmateriales que permiten el desarrollo humano de todos. Si algo ha dañado a la política, tanto o más que las malas prácticas y el empobrecimiento del debate de ideas, es la pérdida de valores que sustentan el sentido del para qué y el porqué de la política. En igual medida, el para qué y el porqué de una estrategia de desarrollo debe ser resuelto con antelación a la formulación de propuestas.
Por ello, es relevante considerar este aspecto como una verdadera traba al desarrollo, cuando se bloquean las oportunidades y se traduce en un acceso poco equitativo al poder político y económico. Esta es una pregunta clave, especialmente en un mundo “post-pandemia” donde la pobreza, la vulnerabilidad y las desigualdades se han agudizado de manera dramática en Chile, tanto a nivel territorial como también respecto de grupos específicos de niños, niñas y adolescentes. Mientras el promedio nacional de hogares con niños, niñas y adolescentes que viven en pobreza es 15,6%, esta cifra se acrecienta en aquellos pertenecientes a pueblos indígenas (17%); aquellos habitantes de zonas rurales (18%); y en situación migrantes (26%). La pobreza es una profunda vulneración los derechos humanos y de la niñez, puesto que aquellos que viven en situación de pobreza o vulnerabilidad no logran gozar de manera plena del ejercicio de sus derechos y, por ende, no cuentan con igualdad de oportunidades para acceder a la salud, educación, vivienda, seguridad social y/u otras prestaciones esenciales para tener una vida digna. Debemos avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo sustentable, una economía verde, orientada a armonizar el sistema productivo con los ecosistemas y el medio ambiente en general.
Es el refugio para cuidar la salud y evitar la propagación del virus en las comunidades”, declaró la directora de Operaciones de Hábitat para la Humanidad de América Latina y el Caribe, María Teresa Morales. El acceso a la vivienda digna es esencial y la sociedad, especialmente en Chile, debe avanzar en garantizar este derecho. Estos hallazgos revelan una jerarquía de valor en la que el habitus de las familias más aventajadas es revestido de mayor capital simbólico o status en el campo escolar, en tanto sus modos desigualdades e inequidades en salud de sentir, pensar y actuar parecen alinearse mejor con lo que es valorado en las escuelas. Por esta razón, el INDH recomendó al Estado elaborar estadísticas y datos más detallados de estos grupos específicos. “Si bien el sistema de recopilación es bueno, falta registrar datos que permitan identificar las condiciones específicas de ciertos grupos. Por ejemplo, información desagregada por etnia de tasas de mortalidad materna, que es un dato que hoy no existe y no sabemos si hay algún fenómeno en este grupo”, puntualizó Tijero.
Bajo el lema “Volvemos a estar juntos”, más de eighty participantes de distintas ciudades de Chile, plasmaron su creatividad en diversos dibujos con una mirada inclusiva que apunta al reencuentro en el marco de la pandemia. De ellos, 14 obras fueron seleccionadas para ser exhibidas en distintos centros comerciales de Parque Arauco a lo largo del país, en una gira que partió el 18 de marzo y que culminó en julio. Invitamos a nuestros clientes a crear una postal en para sus seres queridos para llegar a la meta de 5.000 postales y nosotros donaremos dispositivos tecnológicos en apoyo a la educación de niños, niñas y adolescentes con discapacidad cognitiva.
“La intolerancia respecto a desigualdades en salud y educación ha aumentado”, señaló el director de la Escuela de Gobierno. Entre las razones más mencionadas por las que se recibe mal trato está la clase social, ser mujer y el lugar en el que vive. La desigualdad sería menos problemática si el lugar que ocupan las personas en el orden social fuese pasajero, sujeto a cambios durante el ciclo de vida o, por último, si la posición social de los hijos no dependiera de la de los padres. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”.
A medida que se desarrolla el juego se presentarán diferentes situaciones imprevistas o la posibilidad de comprar en “la feria de los gustos” que deberán sopesar. Al finalizar, reflexionarán respecto a los gastos básicos, por gustos y la importancia de la diferencia entre lo que se necesita y lo que se quiere, para siempre tener la oportunidad de ahorrar. Durante el evento, los encargados de actuar como monitores de los jóvenes fueron 54 colaboradores de Grupo Security que participaron como voluntarios en la organización, traslado de los niños desde los buses a sus espacios asignados, entrega de almuerzos, and so forth. – Miriam Fernández, artista española quien al nacer fue diagnosticada con parálisis cerebral que no le permitiría caminar. Sin embargo, su fuerza de voluntad, su optimismo y el apoyo de su familia han hecho que hoy camine con la ayuda de un andador y haya podido cumplir su sueño de convertirse en cantante, actriz e incluso ganar un reconocido concurso de talentos en España. – Julio Alberto Moreno, ex futbolista español de élite que fue parte del Atlético de Madrid y el FC Barcelona en los 80s.
Tras la presentación de cada uno de los expositores se dio un espacio de conversación en base a preguntas de los jóvenes asistentes, donde se abordaron temas como episodios de bullying escolar, la aceptación propia, la búsqueda del propósito de cada uno, el acceso a oportunidades y la inestabilidad familiar. Hacer frente a las desigualdades puede requerir medidas que impliquen una reducción de la rentabilidad a corto plazo. Se necesita un liderazgo de alto nivel y un compromiso estratégico para impulsar con éxito dicha acción y explicar los resultados a los demás.
Además, en los países desarrollados, solo un 75% de niñas y niños de familias más pobres se gradúan de las instituciones de educación secundaria, mientras que un 90% de los niños de familias ricas se gradúan. Si una buena educación es más accesible a los más ricos de la sociedad, eso crea más desigualdad en el futuro ya que las personas ricas se seguirán asociando con otros ricos y obteniendo los trabajos más lucrativos mientras las personas pobres continuarán siendo pobres y permanecerán en la sociedad, completando un ciclo de la pobreza debido a la desigualdad educativa y social. Las desigualdades sociales contribuyen a las desigualdades educativas porque restringen la habilidad cognitiva y no cognitiva. Según un estudio del Economic Policy Institute sobre niños y niñas de guardería del año 1998 y 2010, hay un hueco de desempeño entre los niños en el nivel socioeconómico más bajo y más alto que persisten entre ambas clases. Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos.
La precarización del trabajo femenino se manifiesta en su participación sobre los beneficios del trabajo como elemento fundacional de justicia social, sobre el cual el Estado no cautela principios constitucionales ni regula de forma suficiente, pues en el mundo laboral se castiga el nacer mujer, condicionando su capacidad de acción y decisión. Esta última se constituye mediante la adquisición y generación de nuevos saberes, ante lo cual la estructura de la brecha salarial presentada da cuenta de menores ingresos proporcionales a mayor nivel educativo. Asimismo, los indicadores de violencia en contra de las mujeres en Chile demuestran que existe una prevalencia de violencia psicológica y violencia física percibida por un porcentaje superior al 30% de las mujeres. Los casos calificados de feminicidio han experimentado una baja temporal desde 2007 a 2012, y hasta 2014 no bajaron de forty casos al año (PNUD, 2014), lo cual evidencia que las políticas de protección para quienes han sido víctimas de violencia no están teniendo el resultado esperado y resulta necesaria una reformulación de ellas. En términos de mujeres con alto rendimiento en resolución de problemas, se aprecia una brecha appreciable entre los países de la OECD (9,5%), España (6,4%) y Chile (1,4%), donde la justificación de esta gran diferencia pasa necesariamente por factores culturales, dado que la diferencia de género en este ítem en Chile se eleva a thirteen puntos, en relación con los 2 puntos de España. Esta situación se duplicate en la brecha de género de estudiantes que sienten que aprenden matemáticas con facilidad, donde Chile alcanza un 18,4%, respecto del 17,3% de España y el promedio de 14% en la OECD.
Por lo tanto, haber aprobado la Agenda 2030 indica voluntad, pero aún así objetivos como el 10, tendrán que superar barreras y resistencias políticas a nivel internacional y nacional para poder ser implementado y realmente exitoso (Donald & Lusiani, 2016). En el año 2000, 189 países miembros de las Naciones Unidas firmaron una declaración donde se comprometían a trabajar en una agenda para el desarrollo con ocho Objetivos del Milenio ( Fondo ODS, 2018). Aquí, Sen (2000) propone que las variaciones en el entorno condicionan la libertad de los individuos para alcanzar ciertos objetivos.
Otra característica que resalta de las acciones públicas analizadas tiene que ver con la temporalidad de estas respecto de la Agenda 2030. En este sentido, de las 27 acciones públicas examinadas, solo nueve son posteriores a esta misma y un contenido de una de ellas, es decir, el Programa de Educación Financiera para Niños que es parte de unas de las acciones llevadas a cabo por el Fondo de Solidaridad e Inversión Social del año 2017. Además, de las otras que son anteriores a esta agenda, hay algunas como, por ejemplo, la Reforma Previsional del año 2008, o la Ley Nº19.966 del año 2004 que establece un Régimen de Garantías Explícitas en Salud, que son varios años previas al acuerdo, pero que aun así se incluyen en el informe relativo al ODS 10. Es decir, que incorporar la Agenda 2030 a las diferentes reparticiones públicas del país es un proceso que no es inmediato y necesita un trabajo previo como el diagnóstico y planes de implementación. Por otro lado, las acciones públicas incorporadas que son muy anteriores a la Agenda 2030, en términos de temporalidad, son acciones que además de perdurar en el tiempo, son de largo alcance. Por ejemplo, la Reforma Previsional ya mencionada, requiere de un largo período de tiempo para ver resultados, ya que hace referencia un segmento de la población que verá los resultados de esta ley en varios años más, cuando sea momento de jubilarse, como también quienes año a año se retiran de sus actividades laborales.
Atria argumenta que “A la luz de la trayectoria sociohistórica que ha seguido Chile, no es posible sostener que todos los grupos esperen lo mismo del mérito”. Si bien comparto esta apreciación, el autor no discute de qué forma los distintos grupos que conforman la sociedad estén igualmente disponibles a propiciar cambios sociales. Si no todos los grupos esperan lo mismo del mérito, entonces propuestas en torno a cambios sociales y reformas también dependerán de estas visiones. Este punto es relevante pues plantea la dificultad de cambios sustantivos en igualdad de oportunidades, defensa de privilegios y diseño de políticas públicas.
Además, durante este período se produjo un desequilibrio en la balanza de pagos y una hiperinflación que por mucho tiempo se ubicó en tres dígitos, situación que persistió por algunos años y que se convirtió en uno de los principales objetivos a regularizar por este nuevo modelo económico. Por otra parte, cristaliza las debilidades que presenta el Sistema de Protección Integral de la Niñez especialmente para proteger a las poblaciones más susceptible como son aquellos que están en situación de pobreza, situación de migración, con discapacidad, perteneciente a pueblos indígenas, bajo protección del Estado, entre otros. Debido a su mayor vulnerabilidad y las desventajas que enfrentan estas poblaciones, requieren de políticas reforzadas que aseguren su debida protección y el acceso en igualdad de condiciones a las oportunidades de desarrollo y al ejercicio pleno de sus derechos. Y es entonces que se hace urgente la implementación de un Piso de Protección Social smart a los derechos de la niñez, que permita hacer frente a las brechas y desigualdades que existen en Chile, estableciendo condiciones para que todos los niños, niñas y adolescentes y sus familias cuenten con un nivel de vida digno, que permita el desarrollo de sus potencialidades. Con todo, el modelo económico chileno configurado en la Dictadura de Pinochet y profundizado en los gobiernos de transición, ha entendido a la salud como un bien de consumo por sobre su acceso universal, lo que ha generado fragmentación del modelo sanitario (Goyenechea & Sinclaire, 2013). Por tanto, los procesos de salud-enfermedad no se distribuyen de forma ecuánime entre la población; siendo una dimensión relevante de las desigualdades sociales.