Una firme conclusión a la que llegó Yunus cuando estudiaba Economía hace 40 años en, precisamente, Estados Unidos es que las teorías complejas impiden ver la verdad. El «banquero de los pobres» cube que necesitamos un nuevo sistema económico alejado del capitalismo que convierta el altruismo en una fuerza creativa más poderosa que el interés propio en el que se fundamenta nuestro sistema actual capitalismo pobreza. Conviviendo con los campesinos de la región de Jobra (Bangladesh), Yunus se dio cuenta que la pobreza se perpetuaba porque dejaba a los pobres fuera de la economía.
Finalmente, en ese último año fue aprobada y nació el Grameen Bank, que significa «banco de la aldea». Pero en 1974 una horrible hambruna asoló el país y de pronto, en la mitad de la ciudad que es el centro comercial del país, que cuenta con un gran puerto y muchas riquezas, comenzaron a aparecer los pobres. Más información de los proyectos de Muhammad Yunus en -info.org, y ¿Está en contra de toda protección social, entonces? Sí, nos mueve el interés propio pero también el interés colectivo, que es una parte mucho más grande que nos hace humanos. La economía no puede definirnos sólo por el interés propio.
Y en algún otro idioma Yunus debe significar algo parecido. De vuelta en la sede central de Grameen recuerdo a Yunus una cosa que dijo durante un discurso en la Harvard Business School. Que el sistema de microcréditos es una herramienta que libera los sueños de la gente, da a los pobres dignidad y respeto, y llena de contenido sus vidas. El éxito de su acción le llevó a crear, en 1976, el Banco Grameen, con la intención de prestar dinero a personas que no tenían acceso a los créditos bancarios tradicionales, dado que no cumplían las condiciones requeridas habitualmente en concepto de aval para garantizar el reembolso de la suma prestada. El banco se creó para conceder créditos únicamente a las personas más desfavorecidas, convirtiéndose éstas en accionistas de la entidad.
Y la pandemia no ha minado su visión esperanzadora de la vida, pese a las críticas que recibió en los últimos años. En octubre de 1997 el fundador del Banco de los Pobres recibió en París (Francia) el premio Internacional UNESCO-Simón Bolívar 1996, por su contribución a la libertad, la independencia y la dignidad del pueblo de Bangladesh. Fue propuesto para el premio Nobel de economía por el presidente Bill Clinton. El 19 de junio de 1998 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que compartió con el ex jesuita Vicente Ferrer, el médico Joaquín Sanz Gadea y el misionero Nicolás Castellanos. Durante el paso de Mohamed Yunus por el Forum de Barcelona en 2004, uno de los asistentes a su conferencia lanzó la propuesta de impulsar la candidatura de este bangladesí al Premio Nobel de Economía. De Paz o de Economía, el ‘banquero de los pobres’ ya tiene su Nobel.
«Los microcréditos raramente transforman las vidas. A algunas personas les va mejor tras conseguir un préstamo para iniciar un pequeño negocio, mientras que a otros les va peor», apuntó Roodman. Fue haciendo pequeñas cosas hasta que se dio cuenta que los préstamos ilegales le causaban mucho daño a los más pobres que buscaban salir adelante con sus propios emprendimientos. Su experiencia fue tan dolorosa que se planteó hacer préstamos pequeños con su propio dinero, no con el fin de obtener una rentabilidad, sino con el fin de proteger a las personas de esos préstamos ilegales. De todas formas mantuve mi postura de que algún banco debía al menos intentar dar dinero a los pobres en el pueblo. No encontré ninguna forma de hacerlo, todo el mundo decía lo mismo.
Cada disaster es una oportunidad para sacar lo mejor de nosotros mismos, nuestras capacidades y creatividad, y al mismo tiempo un reto. Yunus ha sido nombrado doctor honoris causa por más de diez universidades de todo el mundo y ha recibido una veintena de premios, como el Ramón Masagay (Filipinas), Aga Khan de Arquitectura (Suiza), Pfeffer de la Paz, Fundación Mundial para la Alimentación y Fundación Gleitsman (todas éstas en Estados Unidos). En octubre de 1995 fue galardonado con el Premio por la Libertad 1995, concedido por la Fundación Max Shemindheiny de la Universidad suiza de St. Gallen. Yunus, premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1998, nació en Chittagong, Bangladesh, en 1940 y estudió Ciencias Económicas en Nueva Delhi. Posteriormente, amplió sus estudios en EEUU con becas de las instituciones Fullbright y Eisenhower.
Pero, para Yunus, «la palabra inclusión es sospechosa». De hecho, a través del banco Grameen Bank, el ganador del Nobel de la Paz en 2006, ha llevado su herramienta financiera de préstamos a pequeña escala incluso a América Latina. Con el controvertido proyecto legislativo, el Gobierno pretendía recaudar 2.seven-hundred millones de dólares en impuestos adicionales para reducir el déficit presupuestario y el endeudamiento estatal.
Más del ninety five por ciento de sus clientes son mujeres y quienes reciben los préstamos siempre son integrantes de un grupo de cinco personas que se apoyan entre ellos, ya que si uno deja de pagar, todos entran en problemas. Yunus opina que el capitalismo, tal como se concibe tradicionalmente, debe cambiar. Pero no es que propugne una revolución marxista ni nada parecido. Lo que quiere es que se amplíe la definición de la palabra capitalismo más allá de la mera obtención de beneficios.
Poco después y con 27 dólares en el bolsillo ideó el microcrédito, concediendo un préstamo personal a 43 mujeres que querían iniciar trabajos artesanales. Aquello le animó a ampliar el sistema y creó en 1983 el Banco Grameen. ¿Cuál es la lección más revolucionaria que ha aprendido de los pobres?
Las tasas de devolución de préstamos se situaron en torno al 98% a lo largo de los primeros años de vida del Grameen Bank. Se conseguía aliviar la pobreza tanto cuantitativa como cualitativamente y de un modo sostenible desde el punto de vista financiero. Además contaba con un sistema innovador de desembolso y reembolso de fondos, en el cual se establecía un préstamo inicial de cantidad pequeña, que se podía renovar en cantidades que iban en aumento si se cumplía correctamente con las obligaciones derivadas del contrato, obligando a los clientes a ser disciplinados. La segunda parte es crear un nuevo tipo de economía basada en el interés colectivo y en el emprendimiento social para ayudar a quien más lo necesita. Hay que desafiar el sistema precise, que se fundamenta en las ganancias personales, y dar preferencia a los negocios sociales, creados y diseñados para abordar problemas sociales; comenzar por emprender negocios sociales, por pequeños que sean, que aporten al cambio. En la actualidad, fifty two países cuentan con instituciones que conceden microcréditos con el mismo método que el empleado por el Grameen Bank.
De acuerdo al abogado de Yunus, las acusaciones eran «falsas y sin fundamentos».[127] En petición de los abogados de Yunus, que apuntaban irregularidades y errores, el caso fue considerado por la Alta Corte. Yunus fue nombrado por la revista Fortune en marzo del 2012 como uno de los 12 emprendedores más grandes de la época precise.[48] En esta cita, la Revista Fortune dijo ″la concept de Yunus inspiró a un sinnúmero de personas jóvenes para dedicarse a causas sociales alrededor del mundo″. «En mis propias investigaciones, en Bolivia, mostramos que los hogares con crédito de instituciones de microfinanzas siguen enviando a sus hijos a la escuela durante varios años más que los que no tienen ese acceso», destacó González-Vega. Claudio González-Vega, profesor emérito de la Universidad Estatal de Ohio, especializado en temas como financiamiento rural y microfinanzas en América Latina, coincide con Yunus en que es importante ayudar a los más pobres a acceder a los servicios financieros. «Los gobiernos están acostumbrados a dar subsidios para ayudar a los pobres a sobrevivir. Ricos o pobres, todos los países lo hacen», explicó el economista. La Fundación Grameen -que trabaja con organismos dedicados a las microfinanzas- ha llegado a zonas rurales de países como Bolivia, Guatemala, Honduras y República Dominicana.
Yo propongo que en lugar de eso busquemos la normalidad. Un mundo en el repartamos la riqueza entre todos y no solo capitalismo y desigualdad entre unos pocos, entre otras muchas cosas. ¿Por qué querríamos regresar a un mundo que destruiremos en pocos años?