Al contrario, son los procesos políticos, económicos e históricos enraizados en el espacio de la región, articulados por élites regionales, y avanzados por instituciones subnacionales lo que explica su explicit composición, que a su vez explica parte de la desigualdad subnacional. Como se recordará, parte de esta porción no explicada se explica por diferencias en los efectos (o los coeficientes) que tiene ser mujer, ser campesino o ser minoría indígena en las regiones desventajadas. Es decir, tiene que ver con la forma como dentro de la región interactúan de forma particular los atributos de género, ruralidad y etnia. Por ello la porción no explicada se refiere en parte a un componente interseccional de la brecha. En Chile no se pudo realizar el análisis de la variable analfabetismo porque el Censo de 2017 no preguntó a los chilenos si sabían leer y escribir.
Se trata de la región del mundo que registra mayor desigualdad de ingresos en el informe sobre desarrollo humano 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), divulgado en diciembre. Muchos de los elementos que hacen de América Latina una de las regiones más desiguales del mundo son de larga knowledge. La historia de las desigualdades en la región muestra patrones persistentes –indelebles, incluso- en el largo plazo, a la vez que los cambios en el entorno económico internacional y en la propia estructura social de los países introduce transformaciones que dan origen a nuevas formas y expresiones de la desigualdad. De manera que no basta poner todos los servicios empresariales de manera virtual; se requiere también la capacitación de las mujeres para el uso de las tecnologías y la infraestructura de telecomunicaciones para llevar estos servicios hasta los territorios rurales más remotos.
Un dato que emergió de estos estudios es que el centro ampliado que identifican Escolano y Ortiz, compuesto por las comunas de Santiago, Providencia y Las Condes concentra a lo menos la mitad de los puestos de trabajo de la ciudad, y solo residen allí algo más del 10% de los ocupados (Rodríguez, 2008b). Dado que se tienden a superponer o al menos a aproximarse físicamente los nichos de la élite5 con la localización de los empleos, de lo anterior se deduce que si bien efectivamente muchos empleos «siguen a la población», no se dirigen a cualquier población sino a la de mayor poder adquisitivo. Y por ello el patrón de aglomeración de esta última, directamente vinculado con la modalidad de segregación residencial prevaleciente en la ciudad, tiene un efecto decisivo sobre la formación de centros y subcentros laborales en las ciudades. La segmentación socioeconómica de la movilidad intrametropolitana4 ha adquirido creciente visibilidad por la relevancia que ha tomado el transporte en las grandes ciudades. En definitiva, la pandemia está teniendo un fuerte impacto económico y social en América Latina. Se ha incrementado el desempleo y se han cerrado empresas, se han deteriorado las cuentas públicas y han aumentado la pobreza y la desigualdad.
Las páginas que siguen abordan estas preguntas aplicando el enfoque interseccional desde una metodología cuantitativa y descriptiva (Else-Quest y Hyde 2016; Bowleg y Bauer 2016; Bauer y Scheim 2019). Utilizando microdatos provenientes de las últimas dos rondas censales en Colombia (2005 y 2018), Perú (2007 y 2017), Chile (2002 y 2017), el estudio se desarrolla en dos momentos. En el primero realiza una caracterización de las diferencias en la prevalencia del analfabetismo según cuatro atributos importantes para la definición de la identidad y el acceso a recursos -género, etnia, condición de ruralidad, región y su intersección. Primero, demuestra que cuando nos enfocamos en promedios nacionales o promedios para grandes categorías sociales como el género o la etnia enmascaramos importantes desigualdades que valen la pena atender y reducir.
De esta manera, 2020 iniciaría con cerca de 190 millones de individuos en condición de pobreza, de los cuales casi 70 millones estarían en una situación paupérrima. Antes, mucho antes de que la horrible Covid-19 se expandiera por todo el mundo y prendiera las alarmas globales en materia económica, América Latina y el Caribe era ya una región susceptible. Durante esta actividad, nos sumergimos en un auténtico viaje literario en voz de quien dio vida a la narrativa de las salitreras chilenas y de la realidad social de la clase trabajadora de la época. En esta actividad Flavia Costa abordó la trama cultural y política de este mundoambiente por momentos alucinatorio, cuya aparente virtualidad se sostiene en una purple material hecha de cables, satélites, edificios y arcas submarinas… Ignorábamos que el asesinato del entonces Comandante en Jefe del Ejército, common René Schneider, en octubre de 1970, para impedir que el Congreso proclamara presidente a Allende, y que fue financiado por la CIA, fue la antesala de miles de encarcelados, torturados, muertos y desaparecidos que a partir del 11 de septiembre de 1973 partirían mi país en dos.
Los «modelos económicos» de estos dos países se derrumbaron a las semanas de la llegada de la disaster sanitaria, la privatización de la salud y los derechos sociales, unidos a la precarización laboral, fueron el caldo de cultivo para la propagación del virus en poblaciones indefensas y abandonadas por sus autoridades. Como ejemplo, el estudio resalta que en 2009, de acuerdo a las cifras tributarias, las seventy seven personas más ricas declararon un ingreso mensual de $100 millones, mientras que de acuerdo a la Casen de ese año los seventy seven más ricos registraron ingresos sólo por $10 millones. En palabras de los autores, la Casen puede decir con mucha precisión qué es lo que pasa en la mitad de la distribución de ingresos, pero cube desigualdad juridica poco sobre lo que ocurre entre los más ricos. Esa no es la única contradicción que detectan entre el cuadro que muestra la Casen y los datos tributarios de Impuestos Internos. De hecho, al examinar en una perspectiva histórica esta encuesta que vienen haciéndose desde 1987 los autores detectaron que la Casen permanentemente “ha subestimado a niveles irreales los ingresos más altos”, por lo que consideran que no es un buen instrumento para analizar la desigualdad. Esa promesa debería ser transversal a toda la sociedad y no estar reservada para aquellas personas que puedan costear las mejoras, o que puedan pagar el precio de no tener que someterse a aplicaciones abusivas de la tecnología.
Este incremento de la desigualdad ha reavivado las protestas sociales en la región, generalizando las ya manifestadas durante la segunda mitad de 2019 en Chile, Ecuador y Colombia. La pandemia de covid-19 se ha saldado con una caída del eight,1% del PIB en América Latina, superando el impacto de la disaster en la Unión Europea y de otras economías emergentes. No obstante, las economías latinoamericanas ya mostraban importantes debilidades antes del inicio de la emergencia sanitaria. Es decir, la pandemia ha recrudecido los problemas productivos y sociales de América Latina, como la perversa especialización comercial de la región, la debilidad del tejido productivo y del mercado de trabajo, y los problemas sociales. En Chile la brecha étnica es muy pequeña entre los hombres urbanos, y un poco mayor entre las mujeres urbanas, y ambas se han reducido a casi su totalidad según el último censo.
Una de las expresiones más importantes de la desigualdad son las diferencias existentes hoy en el impacto de la pandemia de la Covid-19 entre los multimillonarios y el resto de la población de América Latina. Por otra parte, el informe señala que el gasto social del gobierno central en los países de la región aumentó de 10,3% a 11,3% del PIB entre 2011 y 2018, alcanzando a fifty two,5% del gasto público total. América del Sur tiene el promedio de gasto público social más alto de la región (13,2% en 2018). El estudio alerta que justamente aquellos países que enfrentan mayores desafíos para cumplir las metas de la Agenda 2030 son los que presentan niveles más bajos de gasto social.
«Esto significa que aproximadamente 185 millones de personas se encontraban bajo el umbral de la pobreza en 2018, de los cuales 66 millones de personas estaban en la pobreza extrema», indica el informe. Sin embargo, en 2019 el número de personas en la pobreza aumentaría a 191 millones, de los cuales 72 millones estarían en la pobreza extrema. «Destaca, en esa evolución, el hecho de que prácticamente desigualdad social en la actualidad todas las personas que se suman este año a la estadística de la pobreza se integran directamente a la pobreza extrema», alerta el organismo. Este seminario es uno de los espacios de intercambio y discusión académica más importantes de la región porque reflexiona sobre la definición y clasificación de las clases sociales, su conformación socio histórica, las fronteras entre ellas y las oportunidades de movilidad social.
Los esfuerzos que se están realizando en países como Brasil, Panamá, Costa Rica, Chile, entre otros, son una contribución desde la región a una problemática global. Por eso se hace necesario incorporar los aprendizajes de nuestras experiencias y evaluar conjuntamente cómo contribuyen estos sistemas a más bienestar social, más autonomía para las personas y más disfrute de sus derechos y libertades. A su vez, la pobreza extrema se situaría en thirteen,8, como consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia en algunos países, que no alcanzaría a ser compensada por el incremento esperado de los ingresos por empleo, remarca el organismo internacional. A nivel regional, estas alzas muestran la consolidación de una tendencia al aumento de las personas en situación de pobreza que empezó a manifestarse a partir de 2015, sobre todo en el caso de la pobreza extrema, explica la Cepal. En 2020, el 33 por ciento de la población latinoamericana se encontraba en situación de pobreza y un thirteen,1 porciento vivía en condiciones de pobreza extrema, ello en números significa que unos 204 millones de individuos no tuvieron ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Creo que reducir las desigualdades podría ser una primera etapa para crear una sociedad menos segregada, no sólo en el ámbito económico, sino en otros aspectos de la vida cotidiana.
De hecho, la capacidad de retención de asalariados que tienen las comunas, en términos de traslados diarios, no se deriva de la collection de gráficos 2a-2d. Por esto, en la serie de gráficos 3a a 3d se examina esta capacidad, para luego finalizar este capítulo con conclusiones específicas. Cabe ahora contar la otra parte, que se refiere a los territorios y su capacidad de atraer conmutantes, es decir, de recibir inversión y puestos de trabajo, y su vinculación con la situación socioeconómica a escala comunal/municipal. Al margen de Venezuela, cuya crisis es mucho más profunda y tiene causas que van más allá del efecto de la pandemia, las economías centroamericanas han reducido sus exportaciones por encima de la media, así como Paraguay, Uruguay, Perú y Argentina. La caída en las importaciones ha sido más pronunciada en Panamá, Paraguay, El Salvador, Ecuador, México y Colombia. Asimismo, destacó la importancia del respeto por los derechos humanos y el derecho a la protesta, y llamó a construir nuevos pactos sociales con miras a garantizar el bien público.
Esto, que la literatura llama porción explicada, remite a un componente composicional en la desigualdad subnacional. Es decir, a la parte de la brecha que responde a distintas composiciones de los grupos sociales que se encuentran en cada región. Este Informe fue elaborado antes de los fuertes conflictos que se desataron en varios países de la región. El incremento de la desigualdad económica, política y social, que se registra en nuestros países y que CEPAL ha venido denunciando, es algo que inevitablemente afecta la estabilidad democrática de la región y que ha generado las reacciones en nuestros países. Tras un período de crecimiento relativamente robusto, la región se ha visto perjudicada por la caída de los precios mundiales de las materias primas, el debilitamiento de la actividad económica en China y la normalización gradual de la política monetaria en EE.UU. Estos factores externos, sumados a un conjunto de reformas estructurales urgentes, han frenado el ritmo al que los países latinoamericanos estaban convergiendo respecto a los niveles de vida de las economías avanzadas.