Con todo, los datos muestran que estamos mucho más arriba que Argentina o Uruguay. Un cuadro más completo se obtendrá cuando estén disponibles las cifras de países de alta desigualdad, como México y Brasil. Las políticas la riqueza y la pobreza de las naciones pdf públicas pueden hacer mucho por las personas, pero el reconocimiento de derechos es mucho más que sólo fijar responsabilidades al Estado para que no deje de suministrar ayuda social a quienes la necesiten.
Entre 2012 y 2017, la variación del ingreso medio fue el efecto dominante en países en los que la pobreza cayó a ritmo más acelerado, donde representó más de dos tercios del descenso total de la tasa de pobreza. Chile también se ubica entre los países con menor porcentaje de pobreza extrema con una tasa inferior al 5%, lo mismo que ocurre en Argentina, Costa Rica y Uruguay. También la caridad moderna se oscurece cuando desaparece el carácter sagrado del pobre y se hunde la posibilidad de ver a Cristo mismo en el dolor y el sufrimiento del necesitado. La pobreza es el símbolo de un estado de necesidad y dependencia que decide en adelante la posición auténticamente religiosa del que clama a Dios por ayuda, consejo y protección. Adela Cortina [7] ha acuñado el término aporofobia para designar el rechazo al pobre en las democracias contemporáneas, que se superpone y prevalece respecto del rechazo al inmigrante, pero su perspectiva sigue siendo solo la de la erradicación de las desigualdades sociales y de la pobreza. La condena de la riqueza continuó siendo un motivo principal de la predicación de los obispos durante todo el cristianismo antiguo.
Y esto se puede aplicar tanto a sistemas de izquierda como de derecha, tanto al comunismo como al neo-liberalismo salvaje. En el presente trabajo sólo mencionaremos el caso de la filosofía y de la espiritualidad, como defensoras de una pobreza que libere y que promueva al ser humano. Desde las investigaciones de Feagin, es posible encontrar un número importante de estudios que han abordado el tema de las atribuciones, particularmente hacia la pobreza. En esta línea, diversos estudios empíricos han arribado al modelo de tres dimensiones, a través de técnicas multivariadas, como análisis de componentes principales y análisis factorial exploratorio (Feather, 1974; Hunt, 2004; Niemelä, 2008). Sin embargo, otros estudios han cuestionado la existencia unívoca de tres dimensiones, apoyando parcialmente el modelo de Feagin (1972, 1975). Además, investigaciones recientes identifican perfiles de atribución ambivalente, incluyendo simultáneamente atribuciones individuales y contextuales (Osborne & Weiner, 2015).
“Insistentemente me preguntaba por que no estábamos estudiando a los ricos. Al comenzar las discusiones sobre el limitarianismo, recuerdo que en las primeras conversaciones con mis colegas del instituto de Filosofía y Economía en Amsterdam, la reacción de ellos era reírse. La gran diferencia la hizo la publicación del libro “El capital en el siglo XXI” de Thomas Pyketty, porque allí mostró que estábamos volviendo a una época de aumento sostenido de la desigualdad.
La pobreza son las cifras, las estadísticas, los números, el PIB de una nación. El pobre es Carmen, madre soltera que tiene que trabajar en lo que encuentre para mantener a sus tres hijos y que además es analfabeta; es Johnny, indocumentado hondureño que tiene que exponer su vida atravesando México, ya que ha preferido correr ese riesgo que morir de hambre o de violencia en su país. Y así podríamos citar muchos nombres, con rostros concretos, cuyas historias escapan, la mayoría de las veces, a los números oficiales, que buscan maquillar cifras. Consideramos por lo tanto que la lucha contra la pobreza es el mayor reto que tenemos que enfrentar las sociedades en la actualidad. Un desafío para la humanidad que debe encontrar en la ética la semilla que haga surgir tanto en políticos, religiosos, economistas, y sociedad en common la pobreza es, una nueva manera no tanto para ver sino para escuchar el clamor y el hambre del pobre (Cortina, 2017). Mendoza abordó el tema de la pobreza desde una perspectiva centrada en las personas, resaltando la interrelación entre la pobreza material, racional y espiritual, y subrayando la importancia de la inclusión y la solidaridad como elementos esenciales para hacer frente a este desafío global.
acumulan una riqueza equivalente a la de los three.500 millones más pobres. “La magnitud de la brecha actual entre los más ricos y el resto es escandalosa. Nos
Estas empresas también se han beneficiado de un diseño previsional que ha creado una serie de nichos de negocios a su favor. Empresas que son parte fundamental del esquema previsional como PreviRed, la Administradora de Fondos de Cesantía y el Depósito Central de Valores funcionan de manera monopólica, reportando millonarias utilidades a sus accionistas. Por ejemplo, la propiedad de PreviRed está en manos de cinco AFP (Provida, Capital, Cuprum, Plan Vital y Hábitat) y como repasamos más arriba, aseguradoras internacionales tienen propiedad en esas cinco AFP.
El management eclesiástico de la caridad avanzaba en la misma medida en que se institucionalizaba la autoridad episcopal. El obispo recibe todos los recursos y los distribuye discrecionalmente, sin rendirle cuentas a nadie. El patronazgo romano se reproduce en el episcopado, sobre todo porque se trata de dar a los pobres de la propia comunidad (lo que motivaba algo de populismo episcopal, como en san Ambrosio de Milán, al revés de san Agustín, que nunca fustigó demasiado a los ricos y no se hacía ninguna ilusión respecto de los pobres). El deber episcopal de dar a los pobres y necesitados (viudas y huérfanos), que definió por mucho tiempo las donaciones eclesiásticas como patrimonia pauperum, se mantuvo inalterable y se contaba entre las obligaciones propias del cargo.
Por ejemplo en Estados Unidos hay un grupo que se denomina millonarios patrióticos y su líder, que es una de las dueñas de Disney, plantea que deben pagar más impuestos. Estos ejemplos muestran que hay voces entre los tremendous ricos que se dan cuenta que esto es ridículo. Me parece que hay mucho debate sobre hasta qué punto pueden aumentar las desigualdades. En el modelo de la economía del bienestar, es la economía la que está al servicio de las personas.
Iniciamos el presente ensayo preguntándonos por qué hasta ahora no se ha podido combatir la pobreza materials y económica en el mundo. La brecha que separa a ricos de pobres es cada vez mayor a pesar de las buenas intenciones de varios organismos internacionales. En el transcurso de nuestro trabajo hemos analizado que a la base de le economía no deben situarse intereses políticos o personales, sino una preocupación ética y social por el bienestar del otro, que tome en cuenta su dignidad.
Asimismo, es posible encontrar investigaciones que vinculan atribuciones con variables que van más allá de lo individual, tales como crecimiento económico, desempleo, regímenes de bienestar, gasto social (Kallio & Niemelä, 2014; Yeboah & Kumi, 2012) y niveles de desarrollo (da Costa & Dias, 2014). Las maneras en que los individuos explican las causas de la pobreza y la riqueza en las sociedades modernas constituyen un foco de interés para la teoría de las atribuciones en psicología social y para las ciencias sociales en general. En la medida que los pobres son considerados responsables de su situación (i.e., atribución interna), sería menos probable que exista cualquier intención o motivación por modificar las condiciones que permiten la existencia de la pobreza. Tal como plantean Lepianka, van Oorschot y Gelissen (2009), el estudio de las atribuciones de la riqueza y la pobreza podría “proveer un entendimiento importante sobre la legitimación de las desigualdades sociales y económicas” (p. 422).
Cuando los Gobiernos conceden beneficios fiscales a las grandes empresas y las personas ricas, hay menos dinero para servicios básicos como la educación y la salud, lo que incrementa aún más el volumen de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres y las niñas. Como ejemplo, el estudio resalta que en 2009, de acuerdo a las cifras tributarias, las seventy seven personas más ricas declararon un ingreso mensual de $100 millones, mientras que de acuerdo a la Casen de ese año los seventy seven más ricos registraron ingresos sólo por $10 millones. En palabras de los autores, la Casen puede decir con mucha precisión qué es lo que pasa en la mitad de la distribución de ingresos, pero dice poco sobre lo que ocurre entre los más ricos. La contrapartida social del crecimiento económico no se limita a eliminar, por la vía de pago de subsidios y bonos estatales, la pobreza más evidente.