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«desigualdad De Ingresos: ¿evidencia Mixta O Tendencia Clara Y Hora De Alternar?»

La deserción en el tercer año entre los estudiantes más vulnerables se redujo en casi 10%, pasando del 36,6 por ciento en 2018 al 26.8 por ciento en 2022. También aumentó la cantidad de proyectos de investigación adjudicados por estas universidades y la cantidad de profesores con doctorado. “La desigualdad es una violación de la dignidad humana y abordarla requiere un esfuerzo colectivo de todos los actores de nuestra sociedad”, afirmó un portavoz de Oxfam Intermón. La organización espera que los resultados de esta encuesta inspiren a políticos, empresas y sociedad civil a tomar acciones concretas para construir un país más equitativo.

La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza). Esto no se traduce en una situación generalizada de precariedad, porque hay más fuentes de ingresos. También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado. Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un considerable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Según un informe de Oxfam, en 2023 las 85 personas más ricas del planeta

El motivo es que el Gini reportado periódicamente por los organismos internacionales no captura correctamente los ingresos de los individuos de más altos ingresos. Estos indicadores se basan exclusivamente en datos provenientes de encuestas de hogares (en el caso chileno, la encuesta CASEN), que no son representativas para los percentiles de más altos ingresos (es decir, muy rara vez una persona de altos ingresos aparece encuestada en la CASEN). Además, las personas de altos ingresos que sí son encuestadas, subreportan sus ingresos, ya sea porque no los conocen con exactitud o porque no desean hacerlos públicos. 12Los cambios metodológicos de la Encuesta CASEN aplicados a partir del año 2013 tuvieron también un impacto en el cálculo de los indicadores de desigualdad de ingresos.

Las regiones con mayor porcentaje de población indígena son la Región Metropolitana y La Araucanía, siendo en esta última donde la mayoría de ellos vive en zonas rurales (59%). Imposible no volver la mirada a ese otro four de septiembre de 1970, cuando Chile también definió un giro radical. Han transcurrido casi fifty two años y las huellas del día en que Salvador Allende obtuvo la primera mayoría en la elección presidencial siguen latentes.

Más importante aún, la educación pública puede atraer a los profesores más talentosos a las aulas más desafiantes y a los directores más capacitados a las escuelas más difíciles. Al igual que Correa, Fernando Campos, sociólogo y académico de la Universidad de Chile, experto en temas de desarrollo urbano y miembro de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la misma casa de estudios, enfatiza en la urgencia que supone que el Estado otorgue ayudas efectivas durante la pandemia a los grupos más vulnerables, entre ellos, los migrantes. “Ya que con este virus todos podemos infectarnos por igual, el gobierno ha planteado la concept de que también todos podemos acceder por igual a los sistemas de salud, y eso no es así. En otros países, como Portugal, por ejemplo, se les dio permiso y residencia a todos los migrantes para asegurarles la atención médica en los servicios de salud”, cuenta Campos.

La cosecha ilegal de 2020 fue avaluada en US$68 millones y participan chilenos, mapuches y forestales. Hoy se informa de que el juicio por financiamiento ilegal de la política que ejecutó SQM, al distribuir dinero ilegal a políticos de todo el espectro a cambio de una ley de royalty y otros beneficios, llega a su fin. Por más de cuatro años el equipo de periodistas de CIPER desmenuzó y rastreó sus redes de complicidad, protección y corrupción. Hoy, algunos sectores que se oponen a las clases presenciales argumentan que esto podría ocasionar un alza peligrosa de los contagios.

imposibilitada de acceder a nuevas oportunidades para mejorar su calidad de vida. Según datos de 2017, Chile tiene uno de los índices más altos en desigualdad educativa entre los países de la OCDE, expresado en el índice Gini con un 0,503. Dicho de otro modo, los ingresos del 10% más rico del país son 26 veces más altos que los ingresos del 10% más pobre. Branko Milanovic, nacido hace 70 años en la Yugoslavia de Tito, ha vivido una vida marcada por la diversidad cultural y la educación cosmopolita.

Sin duda, el virus ha hecho visible que es imperativo mejorar y asegurar los estándares que se venían estableciendo para viviendas mínimas posibles. “Creo que es basic volver a considerar la vivienda como un derecho”, dice el sociólogo Fernando Campos. “No creo que el problema sea la regulación, la regulación existe, pero está orientada a fines que no compartimos todos, o no se transparentan los fines a los que apuntan esas normas y ciertos grupos las utilizan a su conveniencia. A Chile no le faltan mecanismos regulatorios, le falta que nos pongamos de acuerdo sobre cómo queremos regular desigualdad en américa latina 2020 las cosas.

Se debe, por un lado, alcanzar el mejor nivel posible, es decir un sistema de calidad, y por el otro lado, este sistema debe ser equitativo, “en este sentido, un sistema de salud es bueno si responde bien a lo que la gente espera de él; y es equitativo si responde igualmente bien a todos, sin discriminación”(OMS, 2000. Citado en INDH, 2016, pp. 194). Chile es un país largo y angosto, ubicado al sudoeste de América Latina, limita al norte con Perú, al noreste con Bolivia y al este con Argentina. De acuerdo con la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) de 2015, el país tiene una población de más de 17,5 millones de personas3, de las cuales un 87% vive en zonas urbanas. En Chile, la ley reconoce la existencia de nueve pueblos originarios4 y de acuerdo con la CASEN (2015) solo el 9% de la población chilena declara pertenecer a una etnia, siendo mayormente Mapuches (84% del total).

Los datos regionales, como años de escolaridad promedio y analfabetismo, se obtienen a partir de la Encuesta CASEN. Pero no solo existe una concentración económica en Chile, sino también política, poblacional, de los recursos y del sector industrial. En consecuencia, el país se encuentra en una época de constantes protestas sociales de diversa índole y es cada vez más frecuente que las regiones se manifiesten en contra de un Gobierno central, que no ha sido capaz de satisfacer las necesidades de un territorio tan heterogéneo como Chile desigualdad en la salud ejemplos (Mieres, 2015). Es imperativo que la distribución de la riqueza en Chile sea más equitativa; que el crecimiento económico sea más inclusivo y que se facilite la movilidad económica y social de la población chilena. Para alcanzar este mayor nivel de desarrollo y por ende el mejoramiento de la calidad de vida de la población, es necesario que el proceso hacia la equidad considere las diferencias territoriales del país. No se puede negar que Chile ha experimentado un desarrollo sin precedentes desde el retorno a la democracia (1990).

desigualdad en la actualidad

Así, se corre el riesgo de seguir perpetuando las estructuras internacionales y nacionales que promueven de una u otra forma las desigualdades en y entre los países. Por otro lado, se critica la mala relación que existe entre sus metas y los indicadores propuestos (Donald & Lusiani, 2016). Como se ve en la Tabla 2, no todas las metas son cuantificables y, por consiguiente, de difícil monitoreo sin los indicadores adecuados.

Según el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, Alerta Niñez es un instrumento preventivo que “identifica el conjunto de condiciones individuales, familiares, del entorno y de los pares de los niños y niñas y adolescentes, que tienden a presentarse cuando existe un riesgo de vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes”. El sistema se basa en el procesamiento estadístico de grandes cantidades de datos provenientes de organismos públicos para calificar a la población menor de 18 años, ordenando a las personas según su probabilidad de sufrir vulneraciones. En Chile, Salud Un Derecho hizo un respetable esfuerzo de sistematización de cifras que están disponibles públicamente por parte de entidades como la OCDE. Lo que nos muestran estas cifras es que países como el nuestro tienen un gran desafío por delante en materia de reformas estructurales en salud para que las políticas que se apliquen no vayan en la dirección de soluciones privatizadoras, sino en la dirección de resguardar los derechos fundamentales de las personas. Al menos ése es el camino que señalan los países que tienen mejores indicadores de salud, de igualdad y de aseguramiento del derecho a la salud.

Finalmente, la temporalidad de la mayoría de las acciones analizadas podrían dar cuenta de la etapa primeriza en la que se encuentra la Agenda 2030 en el país, encontrándose esta en una fase inicial de implementación, en la cual se puede observar cómo este marco que guía a los países aún no penetra con fuerza en las diversas reparticiones públicas de Chile. El segundo argumento que expone Atkinson (2015) tiene que ver con la igualdad de oportunidades competitiva. Aquí, se garantiza que todos podrán acceder, por ejemplo, a un trabajo o al sistema de educación, entre otros. Sin embargo, existe una amplia gama desigual de recompensas, las cuales son construidas socialmente (Hopkins & Kornienko, 2010). Por ejemplo, dos individuos que pudieron acceder a la misma educación profesional, en igualdad de condiciones ex-ante, obtienen luego el mismo puesto de trabajo, pero en diferentes empresas. Estas compañías ofrecen diferentes salarios, por el mismo esfuerzo y el mismo trabajo, generando desigualdad de resultados para dos personas que tenían en principio igualdad de oportunidades.

especulación y destrucción de fuerzas productivas. De la Tabla 4 se puede verificar que cada vez que se incorpora u omite la serie TRANS en un modelo, se ve afectado en gran medida el VIF que presenta la variable CP; es por ello que se llevaron a cabo modelos en donde se utilizó esta última como dependiente, resultados que se muestran en la tabla 5. En la estimación del modelo se llevó a cabo una prueba global del período entre el segundo trimestre de 1996 y el segundo trimestre de 2017, seguido de pruebas de sensibilidad y omisión de variables con la finalidad de comprobar la robustez y la confiabilidad de la medición (ver Tabla 2).

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A pesar que es claro que las regiones tienen sus diferencias entre sí, estas son menores a las que se encontrarían al comparar distintos países. “Esta relativa homogeneidad significa que es más possible que exista convergencia absoluta entre regiones de un mismo país que entre países” (Barro y Sala-i-Martin, 2009, pp. 468). En Chile, el analfabetismo es cada vez menor (ver Gráfico 9), pasando de un 5,2% de la población de 15 años o más que no sabía leer ni escribir en 1990, a un three,1% en 2015. En 1990 un 14,2% de la población rural era analfabeta y un three,4% de la población urbana; asimismo, el 5,4% de las mujeres lo period, seguidas de cerca por un four,9% de los hombres. Para 2015 se observa un buen progreso en las personas del área rural, ya que un menor 7,8% no sabe leer ni escribir, así como un 3% de las personas de la ciudad; este año, hay un 3,3% de mujeres analfabetas, seguidas muy de cerca por un 3% de los hombres. Mientras en regiones como Tarapacá y Magallanes, el analfabetismo no alcanzó al 1% de la población, en Los Ríos, La Araucanía y el Maule, superó el 4%, develando una tarea pendiente en estas regiones, principalmente con su población rural.

Esta diferencia, aunque pequeña, se ha mantenido en el tiempo y es el mismo comportamiento presentado por Barro y Lee (2010). Otros datos interesantes que nos entrega la CASEN en materia de educación, es la diferencia de escolaridad por lugar de nacimiento y pertenencia a una etnia. En Chile, en el año 2015, el promedio de escolaridad para una persona nacida en el país era de eleven años, y para un inmigrante (cuya madre residía en otro país al momento del nacimiento) de 12,5 años. Asimismo, hay una diferencia promedio de un año de escolaridad dependiendo de si pertenece o no a una etnia, siendo el promedio de 10,1 años para la población indígena y 11,1 para la no indígena. Si bien el crecimiento es un fenómeno relativo al mercado y al aumento del PIB, como se ha mencionado, el desarrollo suma a esto el bienestar social, el cual se observa en la calidad de vida de la población, en el desarrollo de competitividad y capital humano, en la mayor calidad y acceso a educación y salud, entre otros factores.

la desigualdad en la actualidad

Por eso, hay necesidad de aumentar la educación en los sectores en crecimiento como la tecnológica y habilidades sociales específicas adaptables al mundo que actualmente se necesita movilidad ocupacional. Además, esta desigualdad también conduce a la pobreza, creando un ciclo en la relación. Una buena educación, según expertos, tiene la función de adquirir habilidades y certificar conocimientos para participar aún más en la sociedad, y sirve para “socializar”.

Por lo tanto, la estrategia chilena para reducir las desigualdades en el contexto de la Agenda 2030 entre los años 2015 y 2018, se concentró principalmente en lo que ocurre dentro del país, respondiendo la mayoría de las acciones públicas a la segunda y tercera meta de este ODS. Diversos trabajos académicos han profundizado el estudio sobre las causas y la evolución de la desigualdad en el país. Durán (2018) plantea que, al hablar de desigualdad, existen diferentes enfoques normativos sobre que entendemos por ella, así como formas de medición, incluyendo la desigualdad de riqueza, ingreso y salarios, para los cuales existen diferentes indicadores utilizados por la literatura económica. Respecto del Índice de Gini, el autor plantea que Chile ha tenido históricamente un valor elevado, con solo ocho años, de un whole de 161, con un valor bajo 0,45.

Entre las desigualdades que más molestan a los chilenos está que algunos accedan a mejor salud que otras, que algunos accedan a mejor educación y que algunos reciban un mejor trato. “La intolerancia respecto a desigualdades en salud y educación ha aumentado”, señaló el director de la Escuela de Gobierno. Entre las razones más mencionadas por las que se recibe mal trato está la clase social, ser mujer y el lugar en el que vive. Economista de la Universidad de Chile y physician en economía de la Universidad de Pennsylvania, Larrañaga se ha especializado en política social, desigualdad, pobreza y mercado del trabajo. El libro, que se centra en la desigualdad socioeconómica, quería aportar para pasar de una “discusión a nivel de slogan” a una de contenido analítico y basada en la evidencia empírica.

Dentro de esta categoría encontramos, por ejemplo, las contribuciones, el impuesto a la herencia y el impuesto a la riqueza. Este número nos sitúa en el lugar 24 en términos de desigualdad sobre el total de 159 países con datos disponibles, y nos corona como el país más desigual de la OCDE. Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico.

Además, en los países desarrollados, solo un 75% de niñas y niños de familias más pobres se gradúan de las instituciones de educación secundaria, mientras que un 90% de los niños de familias ricas se gradúan. Se comprobó la existencia de convergencia absoluta en términos de PIB per cápita y desigualdad del ingreso. De igual forma, las regiones con mayor desigualdad inicial, son las que tienden a reducir más rápido este indicador.

En otras palabras, la dificultad de cuantificar esta meta podría tener como consecuencia, también, inconvenientes para evaluar sus resultados o bien monitorearlo. Además, el indicador no hace referencia a la desigualdad de ingresos tampoco, dejando este aspecto abandonado al momento de evaluar sus avances. la desigualdad económica amartya sen pdf Por consiguiente, si bien la hipótesis propuesta sobre que esta estrategia se basa principalmente en la reducción de ingresos, no está equivocada, pero sí estaría incompleta, de acuerdo a lo informado por el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible (2018).

Las regiones con mayor pobreza por ingresos son La Araucanía, Maule y la región del Biobío. Al considerar la pobreza multidimensional, nuevamente la región de La Araucanía es la más vulnerable, pero en este caso seguida por dos regiones del norte del país, Atacama y Coquimbo. Solo cinco de las 15 regiones se encuentran por debajo del promedio nacional evaluando ambos tipos de pobreza (Magallanes, Aysén, la Región Metropolitana, Antofagasta y Tarapacá). Por su lado, La Araucanía sobrepasa los promedios nacionales en ambos casos, y se observa que la diferencia entre ambos tipos de pobreza no es tan amplio, por lo que se infiere que el ingreso es la mayor causa de pobreza en este territorio, lo que se avala con el resultado del PIB per cápita expuesto anteriormente. El informe económico de la OCDE (2013) concluye que el fuerte crecimiento de Chile ha traído consecuencias para el ecosistema, uno de ellos es el mayor gasto energético. Si bien existe la conciencia a nivel público y privado del costo medioambiental, los esfuerzos para cubrir las externalidades negativas, a través de nuevas tecnologías e impuestos energéticos, no han sido suficientes (OCDE, 2013).

Para este estudio se utiliza el factor de expansión regional, puesto a disposición por el Ministerio de Desarrollo Social, responsable de la Encuesta CASEN. Si bien, mejorar la salud es el principal objetivo de un servicio de salud, no es el único. Se debe, por un lado, alcanzar el mejor nivel posible, es decir un sistema de calidad, y por el otro lado, este sistema debe ser equitativo, “en este sentido, un sistema de salud es bueno si responde bien a lo que la gente espera de él; y es equitativo si responde igualmente bien a todos, sin discriminación”(OMS, 2000. Citado en INDH, 2016, pp. 194). “Obtener una imagen más clara de la pobreza y la privación es un primer paso fundamental para elaborar y aplicar políticas e intervenciones más eficaces y para orientar mejor los escasos recursos hacia donde tengan una mayor repercusión” (Melinda Gates, Copresidenta de la Fundación Bill y Melinda Gates). [18] La evidencia disponible sugiere que considerando la suma de los impuestos corporativos y el impuesto a la renta, el 2009 el 1% más rico pagaba en promedio una tasa efectiva de 15%.

«Va mostrando que hay una configuración histórica estructural que involucra distribución de recursos, una institucionalidad, un marco normativo y uno authorized que le da forma a esta distribución altamente desigual de ingresos y de representación política». En el primero, la mitad de los hogares tiene un ingreso mensual de un millón de pesos y la otra mitad un ingreso de dos millones. En el segundo país, la mitad de los hogares tiene un ingreso de 10 millones y la otra mitad un ingreso de eleven millones. La inmensa mayoría responde que en el primero, porque en ese país los “ricos” tienen el doble de ingreso que los “pobres”, a diferencia del segundo, donde la diferencia entre ricos y pobres es de solo un 10%. La teoría económica confirma la intuición anterior, todas las medidas de desigualdad tradicionales consideran diferencias porcentuales de los ingresos.

La desigualdad es un tema que aflora en cada uno de los informes económicos que la OCDE realiza para Chile. En 2015, el país ocupa el puesto número dos en desigualdad entre los miembros de la OCDE (medida a través del índice de Gini antes y después de impuestos y transferencias), después de México. Lo siguen Turquía, Estados Unidos y Lituania, siendo los países con menor desigualdad Islandia, la desigualdad en américa latina Eslovaquia y Eslovenia (OCDE, 2018). La desigualdad de Chile es intra e interregional, los ingresos del 10% de la población más rica del país son 27 veces mayores que el decil más pobre (OCDE, 2015)6, por sobre el promedio de los países de la OCDE, donde el 10% más rico gana 9,6 veces más que el 10% más pobre (siendo esta la mayor diferencia de los últimos 30 años) (Keeley, 2015).

Es decir, las regiones más perjudicadas convergen buscando alcanzar a los territorios más favorecidos del país. Lo que marca la desigualdad en Chile, es el aún elevado nivel de desigualdad y su persistencia, a pesar de la mencionada convergencia. La razón es que los distintos componentes del ingreso tienen particularidades que, para ser eficientes y respetar principios normativos, requieren atención en cada uno de sus detalles.

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Ya desde 1950, cerca del 40% de las viviendas sociales fueron construidas sistemáticamente en la periferia de las grandes ciudades. Esta situación fue potenciada desde 1980, fundamentalmente por la ausencia de regulación authorized y de incentivos políticos para la integración urbana (CIS 2014). Los “Blocks” de vivienda social en Santiago, Chile, uno de los símbolos de la exclusión territorial. En Chile, la segregación residencial se ha potenciado en las últimas décadas, en gran medida por una política pública que relegó las viviendas sociales a zonas con bajos recursos urbanos. En otras palabras, las familias con mayores carencias socioeconómicas fueron concentradas territorialmente en sectores carentes de servicios, recursos y oportunidades. Esto generó nuevas barreras para la inclusión social y para la superación de la vulnerabilidad de dichas familias.

Esto sigue la teoría de que la educación proporciona más capital humano en la que, cuanto más educadas están las personas en una sociedad, mejor compiten por empleos e ingresos y viceversa. La desigualdad educativa empuja a muchas niñas y niños fuera de las aulas escolares, haciéndolos vulnerables a la explotación al entorno felony e incluso en casos extremos, al tráfico de personas. [17] Por ejemplo, en Estados Unidos, los actuales precandidatos presidenciales del partido demócrata Bernie Sanders y Elizabeth Warren han propuesto impuestos a la riqueza con tasas máximas de hasta 8% y 6%, respectivamente para fortunas del orden de 1 billón de dólares (es decir, fortunas con una cantidad importante de ceros). [9] Existe una tradición académica que sugiere que si no se le pueden poner impuestos a todos los bienes de consumo, el impuesto al consumo óptimo posiblemente impondrá distintas tasas a distintos bienes.

Edad y sexo se convierten en variables transversales en los flujos de desplazamiento cotidianos y espacios de vida experimentados por este colectivo, realidad que —en resumen— demanda esfuerzos de infraestructura para revertir la ecuación según la cual a menor accesibilidad mayor vulnerabilidad. Este estudio es un aporte en las demarcaciones del enfoque de vulnerabilidad frente al estudio de la vida cotidiana; así, aspectos tan sencillos como el trasbordo de un transporte a otro, pueden dejar expuestas una serie de complejidades que develan la desventaja social de este colectivo. Es hora de volver a poner la productividad al centro del debate, con propuestas sobre cómo mejoramos la calidad de la enseñanza -a nivel básico, medio y terciario y en todos los niveles socioeconómicos- y cómo promovemos la innovación y el desarrollo tecnológico.

Los buenos indicadores a nivel de crecimiento económico de las últimas décadas en Chile, no han podido mitigar la persistente desigualdad del ingreso. Anteriormente, Soto y Torche (2004) concluyen lo mismo, demostrando que, entre desigualdad en américa latina 1975 y 2000, el PIB per cápita chileno creció un 5% al año, sin embargo, las regiones no se beneficiaron de igual forma. La pobreza cayó significativamente en todas ellas, pero la desigualdad del ingreso se mantuvo constante.

En efecto, el cuadro que se reproduce junto a esta columna muestra la evolución de diversas medidas de desigualdad entre 1990 y 2015. Las cifras son elocuentes, no importa cómo se mida, la desigualdad viene cayendo durante la última década. Todos los índices muestran un avance importante y sostenido, entre ellos el coeficiente de Gini, el cuociente del ingreso del 20% más rico y el 20% más pobre y la medida de Palma (economista chileno) que considera el cuociente del ingreso del 10% más rico y el 40% más pobre. Esta última, por ejemplo, luego de empeorar durante los ninety, llegando a un valor de four,17 el 2000, comienza a mejorar sostenidamente, alcanzando un valor de 2,78 el 2015. Se comprobó la existencia de convergencia absoluta en términos de PIB per cápita y desigualdad del ingreso. De igual forma, las regiones con mayor desigualdad inicial, son las que tienden a reducir más rápido este indicador.

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Más de un tercio de la población piensa que la mayoría o gran parte de los chilenos se consideran “más desarrollados que otros pueblos de América Latina”, opinión que se acentúa en el centro del país (44,2%) y en la Región Metropolitana (40,8%). Estudio del Instituto Nacional de Derechos Humanos sobre las percepciones de la población chilena acerca de inmigrantes y pueblos indígenas, alerta sobre las formas en que la discriminación racial se está manifestando en Chile y lo asentada que está en la opinión pública. Esta importante fecha, declarada en 1999 por la Organización Mundial de las Naciones Unidas, recuerda a las hermanas Maribal, activistas políticas de República Dominicana que fueron asesinadas en 1960. También puedes abordar temas como el machismo y la igualdad de género apoyándote con materials audiovisual o didáctico como movies explicativos para niñas y niños. Así, tanto premeditado como inconscientemente, podemos tener una serie de actitudes que de alguna forma u otra reflejan este pensamiento.

La desigualdad, dicen académicos, tiene que resolverse multidimensionalmente, lo que incluye no solo equiparar ingresos, sino privilegios territoriales, las diferencias de género, étnicas y culturales. La importancia de entender cómo las políticas y las estructuras sociales influyen en la biología , donde la desigualdad estructural y la estructura cerebral están íntimamente relacionadas. Los Estados Partes que aceptaron las normas de la Convención deben convertir estas normas en una realidad para todas las niñas y niños en sus respectivos ordenamientos jurídicos de manera que no puedan contravenir o impedir el disfrute de estos derechos. Los gobiernos de manera periódica deben presentar informes sobre los progresos en el cumplimiento de todos los derechos. La Asamblea General de la ONU al aprobar la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 reconoce el derecho a las madres y niños/as a “cuidado y asistencias especiales”, así como “protección social”.

Así, el IVA a los alimentos es un impuesto regresivo, ya que estas familias pagan una mayor proporción de su ingreso en esos impuestos. Estos datos también son útiles para estudiar cómo la desigualdad ha evolucionado en el tiempo. Esto es importante para nuestro país, porque muchos analistas han argumentado, equivocadamente, que la desigualdad ha disminuido significativamente en los últimos 30 años. Sin embargo, no son suficientes para entender el problema en su globalidad y pueden inducir a conclusiones erróneas. Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la

De esta forma, surge del análisis estructural un análisis interpretativo que da espacio a la revisión y reelaboración de las políticas públicas de igualdad de género desde una perspectiva crítica que contribuye a la disminución y deconstrucción de las desigualdades existentes en el ámbito abordado por el estudio. Una prueba de que la desigualdad territorial afecta todos los ámbitos de la vida está en los resultados educacionales, medidos por el puntaje en pruebas estandarizadas. Un ejercicio ilustrativo para entender las barreras residenciales a la inclusión social es construir mapas, clasificando en ellos las distintas zonas según los resultados que tienen sus colegios en las pruebas estandarizadas de educación. En Chile, en casi todas las grandes concentraciones de vivienda social existen institutos escolares con bajos puntajes educativos. La segregación urbana está vinculada al bajo rendimiento escolar, y eso agrava las pocas posibilidades que tienen estos niños de salir del círculo que reproduce su situación desfavorable.

En cambio, los malos colegios solo permiten a los jóvenes pobres y de clase media, ingresar a universidades de baja calidad o estudiar profesiones sin demanda en el mercado. Los niños y jóvenes de diferentes niveles socioeconómicos no se encuentran, no conviven, no se conocen, al estar radicalmente separados territorialmente y según niveles de ingreso de sus familias. Cuando se focaliza en los estudiantes en el 5% más alto de los puntajes, 21% de desigualdad en la pobreza estudiantes de colegios pagados, 2% de subvencionados y 1% de los públicos están en ese rango de puntuaciones. Es incorrecto atribuir las brechas de logro promedio entre escuelas de diferentes dependencias administrativas de las escuelas a diferencias en la calidad de la enseñanza. Las diferencias de logro promedio por establecimiento se deben, principalmente, a la doble selección que hacen los colegios pagados, que es económica y académica.

Asimismo, las políticas sociales, enfocadas a la población de menores ingresos han obtenido buenos resultados disminuyendo la pobreza del país y en cada una de sus regiones. Chile fue el primer país Latinoamericano invitado a ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Actualmente, Chile es el segundo país más desigual de la OCDE (índice de Gini antes y después de impuestos y transferencias). La desigualdad de Chile es intra e interregional, los ingresos del 20% de la población más rica son 10 veces mayores que los del quintil más pobre (OCDE, 2018), siendo sorprendentemente mayor que el promedio de los países de la OCDE. “En Chile, en el ámbito educacional, las oportunidades que se tienen en la infancia parecen tener profundos efectos, casi determinantes, sobre las oportunidades futuras de una misma persona” (Senado de la Nación, 2012, pp. 74).

Las conclusiones ponen en evidencia una situación mucho más “desoladora” para las mujeres de lo que expresan las tasas de desempleo que se utilizan habitualmente. La brecha es mucho más elevada cuanto más pobre es el país, detalló la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Es momento que prioricemos el desarrollo de nuestros estudiantes, especialmente los más vulnerables. Además, existen ya ejemplos en colegios y universidades que han demostrado que el retomo presencial es seguro y beneficioso para nuestros estudiantes.

”La respuesta punitivista se refiere a que hay muchos temas de género que el Estado canaliza a través del Código Penal, o de la creación de leyes específicas, es decir, de responder a través del derecho, por ejemplo con el aumento de penas. Si vemos el caso de la violencia contra la mujer, varios países de Latinoamérica han creado, tanto a nivel regional como doméstico, leyes específicas que tratan de prevenir y erradicar la violencia, que es uno de los grandes temas y su manifestación más extrema que es el femicidio. Fernando Campos comparte ese primer diagnóstico y califica de obsoletos los criterios para medir la calidad de las viviendas.

Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Es urgente y  necesario reconocer la segregación social como una grave amenaza para la sustentabilidad de la democracia y de nuestra sociedad. En términos de propuestas para el futuro, los libros de Piketty, Stiglitz y Collier son generosos, aunque de todos los autores referidos en este artículo, solo Piketty es quien habla de una “superación del capitalismo”. Como aporte a este llamado a imaginar alternativas, propone un “socialismo participativo”, no centralizado, donde los trabajadores tomen parte en la gestión de sus empresas y compartan el poder con los accionistas privados.

«desigualdad De Ingresos: ¿evidencia Mixta O Tendencia Clara Y Hora De Alternar?»

Aun cuando caracterizar y cuantificar la desigualdad de poder es una tarea más compleja, tal desigualdad puede tener expresiones muy concretas en el funcionamiento de las democracias. 11Utilizan dos bases de datos, la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (Casen) de 2003 y el Censo de Población y Vivienda de 2002. CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica. De hecho, los autores de dicho estudio estiman que cada punto adicional (0,01 en el rango zero a 1) de incremento del coeficiente de Gini incrementa en 3% la probabilidad de conflictos o acciones contenciosas. Señaló además que el tipo sanguíneo A, frecuente en el quintil más alto de la población, es reiterativo en todas las clases dirigentes de occidente, siendo curioso que la distribución génica en Chile es casi idéntica a la de Inglaterra. Según el sociólogo, hoy existe en Chile “un muro de titanio” que defiende el sistema impuesto, constitutido por el sector empresarial, los medios de comunicación y el sistema político, este último con la misión de consagrar el “empate” entre quienes quieren mantener el status quo y quienes desean cambiarlo.

Para alcanzar este mayor nivel de desarrollo y por ende el mejoramiento de la calidad de vida de la población, es necesario que el proceso hacia la equidad considere las diferencias territoriales del país. No se puede negar que Chile ha experimentado un desarrollo sin precedentes desde el retorno a la democracia (1990). Se ha logrado en un escenario de estabilidad política y social, preservando equilibrios macroeconómicos a pesar de los shocks internacionales (Sunkel e Infante, 2009).

porque existe la desigualdad social

Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1). Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo. Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un considerable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Expresó que en Chile aumenta en la medida que no se garantizan condiciones básicas de bienestar para la ciudadanía y que el neoliberalismo implementado en los años ‘eighty infringió “graves estocadas cuyos efectos sentimos hoy”.

“Las generaciones jóvenes tienen muy interiorizado que el mérito es de ella o de él, y es falso. Hay una madre, hay alguien, hay toda una estructura que te da soporte y que te lleva ahí, y eso se ha invisibilizado. Primero, existe una distancia abismal entre las ideas políticas de la ciudadanía y de la elite económica.

En un esfuerzo inédito por acercar la evidencia científica al debate público, un grupo de investigadores crearon una base de datos de acceso abierto que permite un análisis más sistemático de la desigualdad a nivel world. Para complementar el análisis basado en el Gini, una forma menos abstracta y más intuitiva de medir la desigualdad consiste en calcular la porción del ingreso whole del país que concentran diferentes grupos de la población. Por ejemplo, la porción del ingreso nacional que se apropian el 1% y el 10% más ricos dan cuenta de qué tan concentrados están los ingresos. Según datos de 2017, Chile tiene uno de los índices más altos en desigualdad educativa entre los países de la OCDE, expresado en el índice Gini con un zero,503 . Dicho de otro modo, los ingresos del 10% más rico del país son 26 veces más altos que los ingresos del 10% más pobre en Chile; una cifra que es señal de alarma. La desigualdad educativa es provocada por las diferencias en las oportunidades formativas que afectan las condiciones de vida a futuro.

Los mecanismos de reproducción de los segmentos de altos ingresos, particularmente mediante la educación, tienen mucho que ver con esto”. En este texto sostengo que, por un lado, la desigual exposición a la incertidumbre es un problema relevante, que impacta fuertemente en la calidad de vida de quienes viven en Chile. Por otro lado, que la desigualdad de poder podría explicar por qué se requiere un estallido social para que se aborde políticamente la inseguridad con que vive una parte relevante de la población. Aunque no conozco evidencia que ligue causalmente tales desigualdades con el estallido, conjeturo que bajo el supuesto de que el pueblo actúa con racionalidad política, la probabilidad de un estallido social debería aumentar cuando las dos desigualdades descritas se juntan con la intensidad del caso chileno.

Primero, debemos reconocer que América Latina es una de las regiones del mundo con la mayor desigualdad de ingresos y que esta es histórica y crónica (PNUD, 2017). No obstante, esta desigualdad crónica e histórica difícilmente puede explicarse por la mera presencia de algunas modernizaciones lideradas por el capitalismo y por el libre mercado en Latinoamérica. De hecho, son pocos los países de la región que han abrazado seriamente el libre mercado y las reformas impulsadas por la libertad económica y el libre comercio. Sin embargo, tanto los países capitalistas como los no tan capitalistas de América Latina obtienen resultados muy similares en las clasificaciones de desigualdad. Una de las principales críticas que se le ha hecho a este ODS se relaciona con la forma en que este fue concebido. Si bien los 193 países resolvieron en conjunto los objetivos que esta Agenda 2030 contemplaría, aún así hay quienes abogaron por no incluir un apartado especialmente dedicado a las desigualdades al momento de las negociaciones, principalmente debido a que este implica, de una forma u otra, un problema redistributivo ( Donald, 2017; Oestreich, 2018 ).

Por lo tanto, haber aprobado la Agenda 2030 indica voluntad, pero aún así objetivos como el 10, tendrán que superar barreras y resistencias políticas a nivel internacional y nacional para poder ser implementado y realmente exitoso (Donald & Lusiani, 2016). Es más, dentro de las consultas civiles que se realizaron para la definición de la Agenda 2030, uno de los temas que más destacó como una preocupación importante de las personas de diferentes países era el de la desigualdad. Como resultado del informe realizado por el United Nations Development Group (2013), se indicó que las personas percibían la desigualdad como una barrera estructural que no les permitía alcanzar su máximo potencial, creando sentimientos de frustración y exclusión. Además, el informe declara que el asunto de la desigualdad salió a la luz dentro de varios otros tópicos consultados, como el de salud, el medioambiente donde habitan, brechas de género, entre otros.

Por lo tanto, estudiar solo el comportamiento nacional no es un análisis completo, ya que oculta cambios significativos a nivel regional. Conocer la dinámica de desigualdad regional será un punto importante en el diseño de políticas públicas y estrategias de desarrollo diferenciadas, muy necesarias en un país con regiones tan heterogéneas como Chile. No obstante, aun considerándose ambas dimensiones, como se expuso en la sección anterior y, como se puede observar en el Anexo 1, los contenidos de estas siguen estando enfocadas mayormente en la dimensión ex-ante.

En este sentido, la dimensión ex-post, que hace referencia a los resultados e ingresos, sí se encuentra presente en las políticas analizadas, sin embargo, no es la única dimensión que se considera en ellas. Por otra parte, los resultados encontrados, luego de examinar las acciones públicas para reducir las desigualdades, proponen la necesidad de realizar un análisis sobre los indicadores que están siendo utilizados para cuantificar las disparidades en el país y cómo se están utilizando para tomar decisiones. Como se explicó en el primer apartado de este artículo, los indicadores son una herramienta que cuantifica una realidad y facilitan los procesos de toma de decisiones.

«desigualdad De Ingresos: ¿evidencia Mixta O Tendencia Clara Y Hora De Alternar?»

A nivel de territorio chileno18, resulta interesante evaluar el IDH por regiones, lamentablemente, estos datos solo se encuentran disponibles para el año 2003 gracias al PNUD y Mideplan (2005). En la (Tabla 6) se puede apreciar que para el año 2003 los IDH más bajos correspondían a las regiones del Maule y La Araucanía, con un valor de 0,675 y 0,679 respectivamente. Resultados que actualmente podríamos comparar con los obtenidos por Bolivia y el Salvador, países con un nivel de desarrollo humano medio. Por su parte, las regiones con mayor desarrollo humano, como era de esperar, fueron la Región Metropolitana y la región de Magallanes, con resultados comparables actualmente con México y Santa Lucía respectivamente, países con alto nivel de desarrollo humano.

Las mujeres en su vida laboral enfrentan múltiples complejidades, como la diferencia de salarios a igual labor o la subestimación de su rol profesional. Desde todos los sectores se critica esta situación y se buscan medidas específicas para superarlas. La Encuesta Longitudinal reflejó que el 25 por ciento de ellas nunca se había empleado por criar a los hijos, y del  seventy five por ciento restante la mayoría había abandonado el trabajo por el cuidado de los menores o por mejores salarios. Aunque las evidencias internacionales reconocen avances importantes desde los eighty, todavía el decil más rico gana 27 veces más que el decil más pobre. Con el aporte de cuatro instituciones, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo pudo contar, en un plazo breve, con el catastro de las casas siniestradas y terrenos afectados por los incendios ocurridos durante febrero en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. El trabajo permitió identificar, entre otros aspectos, un complete de 6.019 viviendas con daños no reparables.

porque la desigualdad

Ha priorizado desarrollar las capacidades de administradores educativos, docentes y otros profesionales de la educación para promover la inclusión y la diversidad de los/as estudiantes. Otra nueva prioridad es fortalecer las capacidades de administradores escolares locales y de nivel medio para mejorar la calidad y la equidad de la educación. Tanto de la gestión como del apoyo pedagógico y del desarrollo de las escuelas públicas locales. Las desigualdades sociales contribuyen a las desigualdades educativas porque restringen la habilidad cognitiva y no cognitiva. Según un estudio del Economic Policy Institute sobre niños y niñas de guardería del año 1998 y 2010, hay un hueco de desempeño entre los niños en el nivel socioeconómico más bajo y más alto que persisten entre ambas clases.

Se comprobó la existencia de convergencia absoluta en términos de PIB per cápita y desigualdad del ingreso. De igual forma, las regiones con mayor desigualdad inicial, son las que tienden a reducir más rápido este indicador. Dicho lo anterior, es posible que las políticas redistributivas aún no sean desarrolladas con la eficacia que el país necesita para reducir más rápido las brechas económicas que le aquejan. Además de los indicadores de desigualdad conocidos, recalca que la sociedad, actualmente, valida más la desigualdad que hace 30 años. Asimismo, la percepción de este autor es que las políticas redistributivas, más que abogar por una verdadera equidad, buscan beneficios adicionales, como la perpetuación del poder político-económico. Los años de escolaridad promedio en Chile han tenido una favorable evolución en el tiempo.

“Las generaciones jóvenes tienen muy interiorizado que el mérito es de ella o de él, y es falso. Hay una madre, hay alguien, hay toda una estructura que te da soporte y que te lleva ahí, y eso se ha invisibilizado. Hay una gran brecha en el acceso digital, los más golpeados son los sectores más desfavorecidos. En Costa Rica, por ejemplo, los colegios privados seguían funcionando, pero los públicos no, porque no podían garantizar el acceso a la educación. Primero, se cerró la escuela pública, después cuando se vio que la situación iba para largo se intentó un modelo de presencialidad mixto. Los sectores más pudientes habitan en zonas determinadas, comunidades cerradas donde no puedes entrar.

Para efectos de nuestro ejercicio inicial, esto implica que reducir la desigualdad de zero,49 a 0,43 para Chile o de zero,50 a zero,43 para la Región Metropolitana, implica una reducción de cerca de 18% en los conflictos a nivel nacional y de 21% en la RM. Si bien esta operación aritmética no se acerca a ser una aproximación exhaustiva para comprender los determinantes del conflicto social, logra dejar ver una tendencia clara que puede entregar luces respecto a alguno de los orígenes del descontento del país. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Una de las conclusiones es que ella opera vía mecanismos más indirectos de lo que se creía.

Una de las consignas más vociferadas cube relación con la igualdad que se pretende y está en lo correcto. Todos los índices de medición comparativos a nivel internacional sitúan a Chile como uno de los países más desiguales del mundo. Las burbujas sociales funcionan bien en países ricos como Nueva Zelanda o Bélgica, con muchas personas con ingresos estables o rentas. Que un gran sector de la economía funciona de manera casual y no puede hacer teletrabajo ni vivir en burbujas, tiene que salir día a día a buscarse el pan.

Según datos de 2017, Chile tiene uno de los índices más altos en desigualdad educativa entre los países de la OCDE, expresado en el índice Gini con un zero,503 . Dicho de otro modo, los ingresos del 10% más rico del país son 26 veces más altos que los ingresos del 10% más pobre en Chile; una cifra que es señal de alarma. Diversos estudios concluyen que la desigualdad educativa está directamente relacionada con la clase socioeconómica y al nivel de acceso a oportunidades (ante condiciones socioeconómicas deprimidas, menores oportunidades y viceversa). Así, la educación perpetúa las desigualdades que surgen con la clase social, el género, y el origen étnico. Un dato elocuente en relación a la importancia de la desigualdad nacional es el porcentaje del whole de los ingresos que perciben las personas que se encuentran al tope de la distribución.

Este apartado concluye que, para los períodos estudiados, los territorios en peores condiciones iniciales (ya sea por ingreso o por desigualdad del ingreso), tienden a mejorar su condición respecto de los territorios más aventajados inicialmente. Aunque era de esperar que las regiones más pobres sean las que más rápido crezcan, no es obvio el comportamiento de la desigualdad. Por último, el cierre de las escuelas introdujo una enorme desigualdad en términos de acceso a escolaridad. Históricamente existen diferencias en la posibilidad de completar la secundaria con padres con alto y bajo nivel educacional, pero “esas diferencias se están incrementando brutalmente con el efecto de las cuarentenas sobre el acceso a educación. Esto tiene que ser el centro de atención si queremos evitar que volvamos a tener una desigualdad persistente en el futuro”, finalizó.

La reflexión respecto a las especificidades de los territorios es elementary para comprender la profundidad de la centralización en Chile, y asimismo para explorar la relación existente entre conflicto social y concentración de la riqueza. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Si queremos ser más igualitarios, como se nos ha hecho claro, debemos cambiar nuestro sistema educativo y promover un régimen más integrado.