Para demostrar sus afirmaciones, el autor recuerda que varias decenas de millones de familias pensaron que estaban siendo más ricos de lo que habían sido. En un año, cerca de un millón de millones de dólares fueron tomados en préstamos hipotecarios, los cuales se orientaron al gasto en consumo, pero la burbuja hipotecaria fue destructiva al dejar a decenas de millones de familias casi en la ruina financiera; un número considerable de estadounidenses perdieron sus casas y muchos más enfrentarán una vida con problemas financieros. Otra crítica que ha recibido este objetivo tiene que ver con que no cuenta con un organismo temático o institución a nivel internacional para dirigir acciones en pro de este mismo, como tampoco para financiarlo ( Donald, 2017). Por lo tanto, se corre el gran riesgo de quedar rezagado al no existir muchas herramientas a nivel internacional para abordarlo (Donald & Lusiani, 2016). Además, esto permite que este ODS quede weak a las interpretaciones u obstaculizaciones de otras instituciones ( Donald, 2017).
Si el país no trabaja en la dirección que dictan los mercados financieros, entonces las agencias de calificación crediticia rebajan el nivel de su solvencia. La mayoría de la sociedad estadounidense percibe ahora que es esencial reformar el sistema político, partiendo de la reforma del sector financiero a fin de que responda a los deseos de la mayoría de la población, reduciendo la influencia del poder político del dinero. El autor refuerza sus apreciaciones retomando una afirmación de Paul Krugman la cual refiere que «la extrema concentración del ingreso es incompatible con una verdadera democracia» . Las causas de estas inequidades son múltiples, con factores que van desde la gran brecha de oportunidades que existe en el país, a su estructura productiva e incluso el rol del Estado (PNUD, 2017). No obstante, el objetivo de este artículo no es el de determinar los orígenes y fundamentos de la desigualdad en Chile 5 , sino que examinar qué concepto de desigualdad está justificando el plan de acción del país respecto del ODS 10 sobre desigualdad en el país y entre los países. Este artículo, a la luz de esta nueva conceptualización, ha descrito los conceptos de desarrollo humano, pobreza y desigualdad, intrínsecamente vinculados, pero que contemplan diferentes características de bienestar.
El autor se opone con firmeza a la concept que sostiene que la desigualdad es buena para el crecimiento. Por el contrario, advierte que cualquier cosa que se haga en contra de la inequidad, como elevar los impuestos a los ricos, beneficiaría a la sociedad. El sistema de mercado está enmarcado por leyes, regulaciones e instituciones, por lo que los mercados tienen diferentes consecuencias distributivas.
Una vez empleados, hay que examinar las posibilidades reales que tienen para demostrar sus habilidades y su productividad y adquirir experiencia relevante dentro del sistema jerárquico de la organización que posibilite el acceso a ascensos o mejoras en las condiciones laborales. No está claro si el valor que los empleadores otorgan a la experiencia es una aproximación a la productividad o refleja la preferencia de los empleadores por personas de mayor edad y edad laboral independientemente de la productividad del trabajador. La brecha de empleo es más amplia en los países en desarrollo, donde la proporción de mujeres que no pueden encontrar una ocupación alcanza hasta el 24,9% en los países de renta baja. La tasa correspondiente a los hombres en la misma situación es del sixteen,6%, un nivel alto, pero significativamente inferior al de las mujeres.
El parámetro de sensibilidad va desde el 0, que indicaría indiferencia por parte del investigador hacia la naturaleza de la distribución del ingreso, hasta el infinito, lo que implicaría que se destacan las posiciones del grupo de ingreso más bajo. En la práctica, se usan valores de ε de 0 desigualdad e igualdad.5, 1, 1.5 o 2; cuanto mayor sea el valor, más smart será el índice de Atkinson a las desigualdades en la parte inferior de la distribución del ingreso. Un estudio de Oxfam indica que 26 personas poseen la misma riqueza que 3800 millones de personas.
Para la experta, el reparto de la riqueza a través de las rentas del trabajo es uno de los factores clave para la reducción de la desigualdad experimentada en el siglo XX en las economías occidentales. Otro elemento basic es la organización de las clases trabajadoras para lograr una serie de conquistas colectivas y derechos. “Para mí, la recaudación progresiva de impuestos y el reparto common a través de políticas sociales es la mejor fórmula para favorecer la igualdad. Permite que todo el mundo acceda a sanidad, educación y protección sin importar cuánto haya aportado”, añade Pérez Eransus. Así, a grandes rasgos, la desigualdad económica es la diferencia económica entre distintos grupos de población. Tal como señala el Observatorio de Pobreza, Desigualdad y Exclusión, se puede medir en términos de renta o de patrimonio y es una de las causas principales de la pobreza, la falta de oportunidades, la fractura social, la exclusión de la educación, la vivienda y la salud, del desempleo y de la emigración, entre otros.
Si los individuos y las empresas que perciben grandes ingresos no contribuyen razonablemente al desarrollo social, aportando parte de sus ganancias, no se pueden recaudar fondos para las mejoras de los servicios públicos. La desigualdad educativa significa que no todas las personas tienen una vía clara para ingresar al sistema educativo de sus países, ni tienen acceso fácil a la información. Los niños de entornos desfavorecidos encuentran obstáculos en su acceso a una educación de calidad. En los países de renta baja y media-baja, la probabilidad de matricularse en la escuela primaria, en la secundaria inferior y en la secundaria superior sigue dependiendo en gran medida de los ingresos de los padres y de su nivel educativo.
Uno de sus agravantes es la disminución del poder adquisitivo, que es propio de los contextos de inflación o hiperinflación. La diferencia social en recursos es un problema común a todos los países, pero la gravedad de dicha diferencia es reducida a partir de la fortaleza de las instituciones y de las acciones que ellas emprendan sobre las causas de desigualdad. Por ende, en los espacios en que la desigualdad social es un problema grande se puede señalar una debilidad o inactividad institucional. Una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de las oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional. Esto por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza).
La desigualdad social cut back el conjunto de posibilidades y oportunidades de desarrollo de los jóvenes que están en desfavorecidos. También dificulta las relaciones con otras personas, ya que las desigualdades atentan contra la autoestima y son un issue que les impide involucrarse e integrarse en las dinámicas sociales de su edad. Así como en España, entre las causas de la desigualdad social en México se encuentra la distribución desigual de la riqueza del país. Un estudio de Oxfam señaló que el 1% de la población más acaudalada del país concentra el 43% de la riqueza nacional, un signo de profundad disparidad en términos materiales y económicos.
En el ámbito laboral, las mujeres, los adultos mayores y las minorías étnicas y religiosas comparten un grado importante de discriminación por maltratos y remuneraciones injustas, y sólo por este último aspecto el personal doméstico y los jóvenes. En estos grupos, con excepción de las minorías religiosas, también incide la violencia callejera; además, las minorías étnicas, los jóvenes y los adultos mayores enfrentan exclusión en los servicios de salud y estos últimos, junto con las mujeres y el private doméstico, padecen marginación en el acceso a los beneficios de programas sociales. Las situaciones de rechazo son más comunes entre las minorías étnicas, el personal doméstico y los jóvenes, y los infundios entre las mujeres, las minorías religiosas y el private doméstico.
Una política social basada en el análisis y diagnóstico específicos de cada grupo discriminado, que se proponga atender a los procesos y consecuencias particulares de la desigualdad en cada caso, seguramente tendrá mejores resultados que una política estandarizada que utilice criterios homogéneos que son más relevantes para unos grupos que para otros. Como resultado de la crisis, los sistemas de protección social y de salud no tienen los recursos necesarios y generalmente no pueden mantener el nivel de atención que la población demandada. Esto exacerba las desigualdades de género e interseccionales preexistentes, impactando desproporcionadamente a aquellos que ya están luchando para acceder a recursos como es el caso de las mujeres, niñas y personas LGBTIQ+. Reconocer estas diferencias es basic para comprender el verdadero impacto de las emergencias de salud y para el diseño de respuestas adecuadas, efectivas y equitativas.
Por ejemplo, en México, el programa Primer Empleo otorga un subsidio mayor a los empleos con salarios menores, lo que puede convertirse en un incentivo para que las empresas contraten a jóvenes para los puestos más bajos, como se observa en la Gráfica , reforzando así la desigualdad.
Dicha distribución diferenciada condiciona el acceso que los individuos o grupos pueden tener respecto a bienes y servicios. La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas desigualdad de social como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas.