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Curso Desigualdad Y Políticas Públicas: Mediciones De Desigualdad De Ingresos, Indicadores Y Análisis De La Desigualdad En Chile Universidad Central De Chile

El PIB per cápita ha sido ampliamente estudiado en la literatura que relaciona el crecimiento económico con la desigualdad de un territorio. Comenzando por Kuznets (1955), cuya teoría sostiene que cuando una economía comienza a crecer, también lo hacen las disparidades, hasta llegar a un cierto punto de desarrollo, donde a pesar del mayor crecimiento económico, las desigualdades van disminuyendo, tomando la forma de una U invertida. Por su lado, la Nueva Geografía Económica plantea que las desigualdades entre regiones pueden mantenerse en el tiempo e incluso crecer junto con la economía de un país, al existir un centro que aprovecha los mayores beneficios del crecimiento, mientras que las regiones de la periferia pierden esa oportunidad (Merchand, 2009). Según un análisis de Oxfam, de acuerdo con datos de la UNESCO, en los países en desarrollo, niñas y niños de familias pobres tienen siete veces menos probabilidades de terminar la escuela secundaria (media) que niños de familias ricas. Además, en los países desarrollados, solo un 75% de niñas y niños de familias más pobres se gradúan de las instituciones de educación secundaria, mientras que un 90% de los niños de familias ricas se gradúan.

Un fenómeno que parte en las haciendas, se dio en el desarrollo de la minería y posteriormente se profundiza con la instalación del modelo neoliberal. «Va mostrando que hay una configuración histórica estructural que involucra distribución de recursos, una institucionalidad, un marco normativo y uno legal que le da forma a esta distribución altamente desigual de ingresos y de representación política». En Chile, el analfabetismo es cada vez menor (ver Gráfico 9), pasando de un 5,2% de la población de 15 años o más que no sabía leer ni escribir en 1990, a un three,1% en 2015. En 1990 un 14,2% de la población rural era analfabeta y un 3 definicion organizacion sin fines de lucro,4% de la población urbana; asimismo, el 5,4% de las mujeres lo era, seguidas de cerca por un 4,9% de los hombres. Para 2015 se observa un buen progreso en las personas del área rural, ya que un menor 7,8% no sabe leer ni escribir, así como un 3% de las personas de la ciudad; este año, hay un 3,3% de mujeres analfabetas, seguidas muy de cerca por un 3% de los hombres. Mientras en regiones como Tarapacá y Magallanes, el analfabetismo no alcanzó al 1% de la población, en Los Ríos, La Araucanía y el Maule, superó el 4%, develando una tarea pendiente en estas regiones, principalmente con su población rural.

clases de desigualdad

Esto sigue la teoría de que la educación proporciona más capital humano en la que, cuanto más educadas están las personas en una sociedad, mejor compiten por empleos e ingresos y viceversa. Expertos son claros en que en el aula no solo se aprenden conocimientos, sino que además se desarrolla una formación integral, que incluye la esfera socioemocional, virtudes y competencias para la vida en sociedad. No está demás reiterar que solamente se someten a esos sistemas a los usuarios de sistemas públicos de salud, asistencia social y transporte que, en general, no incluyen las élites locales que pueden prescindir de ellos y recurrir a prestadores privados; manteniendo mayor control sobre su información y preservando su privacidad. La encuesta Casen 2013 indica que, como sea que la midamos, la pobreza ha disminuido sistemáticamente desde 1990 a la fecha. La misma encuesta ratifica que la desigualdad se mantiene constante, algo que damos por descontado como un muy mal resultado. Esto es un gran sueño para muchas familias, ya que de acuerdo a lo que plantean los investigadores, no haber podido educarse más es una de las principales situaciones que lamentan las clases populares.

De acuerdo con los investigadores, eso implica que si la cifra de pobreza (11,7 %) no es más alta es porque en la mayoría de los hogares tiende a vivir más de una persona que trabaja. El estudio, que se centra en Chile, uno de los países más desiguales del mundo, examina cómo las relaciones interclase moldean las actitudes hacia la desigualdad. Así, plantea que las actitudes hacia la desigualdad se definen como disposiciones éticas y postula que la diversidad de redes basadas en la clase puede favorecer el desarrollo de lo que se ha denominado un «hábitus de la pobreza reflexivo» que probablemente impulse disposiciones más igualitarias. Empezó a trabajar en la Universidad de Costa Rica y después volvió a Granada para realizar su doctorado. Enfocó su análisis en la percepción de la desigualdad en la vida cotidiana y cómo motivar a luchar por tener sociedades más equitativas. Incluso, con su antiguo grupo llevó a cabo un estudio que evidenció cómo cuando se hablaba de desigualdad a otras personas usando rostros cercanos, por ejemplo pidiendo pensar en el amigo con menos recursos, crecía el rechazo hacia ella.

Los psicólogos clínicos debemos ser conscientes del contexto social en el que viven nuestros pacientes y del impacto potencial de la desigualdad de ingresos en su bienestar mental (esto es preponderante y muy útil para quienes trabajan en servicios de salud pública). Esta comprensión puede ayudarnos a los clínicos a desarrollar una evaluación más exhaustiva de los retos de nuestros pacientes y adaptar las intervenciones apropiadas. Como psicólogos clínicos, es esencial explorar esta conexión para obtener una comprensión más profunda de cómo las disparidades socioeconómicas pueden influir en el bienestar mental. Esta columna pretende recorrer parte de la investigación existente sobre la relación entre la desigualdad de ingresos y la salud psychological, examinando los mecanismos a través de los cuales la desigualdad de ingresos puede afectar al bienestar psicológico y las implicaciones para la práctica clínica.

Estos cálculos balancean los potenciales efectos negativos sobre la eficiencia y positivos sobre la redistribución que tienen este tipo de impuestos. Así, en el marco de una discusión constituyente sobre un nuevo contrato social, los debates sobre el sistema tributario serán centrales. Gran parte de la literatura tiende a converger en que estos colegios poseen currículums amplios, que abarcan diferentes conocimientos y, a su vez, diversas áreas del desarrollo humano (deportivas, artísticas, idiomas, and so on.), orientados al desarrollo de capacidades analíticas, de conceptualización y de trabajo destinado a la dirigencia. Sumado a ello, estos colegios tradicionalmente han enseñado los códigos culturales de los países occidentales desarrollados y son habitualmente bi o trilingües (especialmente aquellos en países de habla no-inglesa). Las familias, por su parte, cuentan con una serie de estrategias que refuerzan estos mecanismos de segregación por medio de la elección escolar. Van Zanten (2015) señala que las estrategias educativas de las familias de élite son seleccionar colegios guiados por su estatus de excelencia y por ser miembros de una comunidad de exclusividad, entre parecidos.

La literatura académica sugiere que las tasas óptimas a la herencia podrían ser bastante altas (del orden del 50%-60%). Para esta discusión será útil definir qué significa que la intervención del gobierno sea progresiva o regresiva. Diremos que una política es progresiva si es que ésta mejora la distribución de ingresos, es decir, si los impuestos y transferencias conllevan a distribuciones más igualitarias que las que se observan en el mercado. Por el contrario, una política que empeora la distribución del ingreso se outline como regresiva.

En la primera parte, se analizarán los principios redistributivos y enfoques de justicia social detrás de las mediciones. En la segunda parte, los estudiantes aprenderán a utilizar los indicadores de desigualdad, sus propiedades, limitaciones y la utilidad que brindan para el análisis de la desigualdad de ingresos y políticas públicas asociadas. Una de ellas es que la segmentación del sistema escolar en Chile reproduce las desigualdades de los hogares. Como consecuencia, la mayoría de los alumnos de primera generación de los estratos populares estudia en «instituciones de escasa calidad, a lo que se suma que tienen elevadas tasas de deserción».

La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. “Tal vez lo más sorprendente, según los estándares mundiales, es que el sistema escolar de Chile no funciona bien ni siquiera a nivel de la élite, para quienes fue diseñado –señaló en una reciente conversación con Revista de Educación-. El 10% de los estudiantes más desfavorecidos en Shanghai supera al 10% de los estudiantes más privilegiados de Chile.

El cobro de altos aranceles a las familias es uno de los primeros mecanismos de selección y cierre social (Stevens, 2009). Se sugiere trabajar con este video durante el desarrollo de la clase, como insumo que permita a los estudiantes identificar los riesgos que implica para la democracia la desigualdad social y en qué aspectos de su vida cotidiana lo ven reflejado. La primera declaración sobre los derechos del niño information de 1920 aprobada por la Liga de las Naciones, la cual se disolvió en 1946.

Así, podríamos sostener que las desigualdades sociales vinculadas al modelo económico dominante incluyen desigualdades territoriales que son características del actual proceso de urbanización. Otro indicador de desigualdad es el índice10/10, que expresa el ingreso del 10% más rico en función del 10% más pobre de la población. Para ello, la (Tabla 2) presenta el promedio del ingreso autónomo del hogar (ver definición en Anexo E) por deciles, de acuerdo a la Encuesta CASEN de 2015. Observando los extremos se evidencia que el 10% de los hogares de mayores ingresos son 27,2 veces más ricos que el decil de menores ingresos. El resultado es aún más abismante si consideramos los ingresos autónomos per cápita del hogar, donde la razón 10/10 aumenta a forty five,1. Lo anterior no es de extrañar, ya que como se señaló en la Sección 2, Chile es el segundo país más desigual de entre los países miembros de la OCDE.

Contrariamente a lo anterior, las diferencias de ingresos, de bienestar social y de clases sociales, podrían ser mínimas al comparar entre los tipos de territorios que hemos distinguido. Sin embargo, esta tipología territorial facilita replantear hipótesis que sobre una base empírica permitan investigar efectos específicos del proceso de urbanización en las desigualdades sociales. Adicionalmente, desde una perspectiva sociológica, surgen interrogantes sobre la configuración territorial de las desigualdades en términos de una estratificación social. La identificación de mercados de trabajo territoriales y específicamente los tipos de territorios que hemos distinguido, podemos conjeturar que son definitorios de los estratos sociales presentes a nivel territorial. Esto constituye un aporte a la investigación científica sobre la estratificación social, permitiendo abordar preguntas referidas a sus particularidades a lo largo del territorio y en especial cuál es la composición de los estratos sociales en las comunas integrantes de cada tipo de territorio. A modo de ilustración, la cada vez más numerosa clase media podría tener una composición specific en la ciudad de Santiago en comparación con otras ciudades y comunas vinculadas, que también concentran parte importante de la población del país.

Sin embargo, la evidencia empírica concluye que estos desincentivos son bajos.[12] El segundo efecto se refiere al incremento en el bienestar total que proviene de transferir recursos de una familia rica a una pobre. Por ejemplo, 100 mil pesos adicionales para un hogar que se sostiene con el salario mínimo son significativos, mientras que para un hogar de altos ingresos son poco relevantes. El impuesto óptimo balancea estos dos efectos y, para sorpresa de muchos, aun considerando sus potenciales efectos distorsionadores, la literatura ha concluido que debe ser bastante altos.

Curso Pobreza Y Políticas Públicas: Mediciones De Pobreza Y Pobreza Multidimensional Universidad Central De Chile

En su análisis, el documento afirma que, en 2022, un 29% de los habitantes de la región vivía en condiciones de pobreza y un 11,2% en situación de pobreza extrema. Si bien las cifras muestran una reducción con relación al 2021, los niveles actuales son similares a 2019, año previo al inicio de la pandemia. En tanto “más de a hundred and eighty millones de personas no contaron con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones de personas no tuvieron ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos”. La Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) presentó en el 2011 los resultados de la investigación “Análisis de la arquitectura de las heterogeneidades, los riesgos sociales y las políticas públicas aplicada en 9 países de América Latina”.

pobreza riqueza

Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Así, Daron Acemoglu y James Robinson argumentan que las brechas socioeconómicas afectan negativamente el desarrollo de los países cuando se traduce en un acceso, también desigual, al poder político; este mecanismo se relaciona con la potencial captura de rentas por parte de la élite y el bloqueo de oportunidades de desarrollo para el resto de la población. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. Existen diversas razones por las que podríamos argumentar a favor de reducciones en los niveles de desigualdad que exhibe el país, desde juicios morales y éticos, hasta elementos puramente prácticos como son los efectos que produce sobre el crecimiento, el tejido social, y la concentración del poder político (además del económico).

En este sentido, si bien la literatura revisada presenta evidencia de tipo confirmatoria para escalas de atribuciones, no existen antecedentes sobre estudios en los que se haya intentado asociar las atribuciones de pobreza con las de riqueza en términos de medición, sino que ellas siempre son analizadas como variables dependientes por separado. Si bien en algunos estudios se reportan correlaciones entre las variables, la pregunta sobre un posible modelo de medición común para ambos tipos de atribución -riqueza y pobreza- sigue abierta a discusión y verificación empírica. Asimismo, es posible encontrar investigaciones que vinculan atribuciones con variables que van más allá de lo individual, tales como crecimiento económico, desempleo, regímenes de bienestar, gasto social (Kallio & Niemelä, 2014; Yeboah & Kumi, 2012) y niveles de desarrollo (da Costa & Dias, 2014).

Y esto se puede aplicar tanto a sistemas de izquierda como de derecha, tanto al comunismo como al neo-liberalismo salvaje. En el presente trabajo sólo mencionaremos el caso de la filosofía y de la espiritualidad, como defensoras de una pobreza que libere y que promueva al ser humano. «Esto corrobora la importancia de dotar de más recursos a la población en situación de pobreza, combinando el fortalecimiento de los ingresos laborales con la provisión de transferencias públicas y el fortalecimiento de los sistemas de protección social», dijo el organismo.

Diógenes, siendo hijo de un banquero y fabricante de monedas, optó por la pobreza llevándola hasta el límite de la miseria y del descuido de él mismo. Es conocido el encuentro que tuvo Alejandro Magno con Diógenes, cuando el gran conquistador y alumno de Aristóteles quiso visitarlo en la tinaja donde Diógenes vivía. El error muestral correspondió a un 2,8% para un nivel de confianza de 95%, calculado posteriormente a la recolección de los datos.

Además, sería deseable contar con un mayor número de indicadores por dimensión para estimar independientemente la calidad de cada issue, así como también contar con un modelo que abarque otras dimensiones de la atribución, además del locus, como son la controlabilidad y la estabilidad en la perspectiva de Weiner (1985). Contra todo pronóstico, la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) correspondiente a 2022 mostró una disminución de la pobreza por ingresos en el país, desde un 10,8% de la población hasta un 6,5%, mientras que la definida como extrema se redujo desde 4,3% a 2%. La medición internacional ubicó a nuestra casa de estudios como la mejor institución del país y tercera en Latinoamérica en materia de investigación jurídica, mientras que a nivel global mostró un progreso de casi 50 lugares, hasta el puesto 159° a nivel mundial. Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos.

Este modelo de factores externos e internos comunes a distintos objetos es una derivación del modelo teórico basic de atribución, que se encuentra presente a la base de algunas investigaciones anteriores, pero con algunas limitaciones en su operacionalización, como se señaló anteriormente. El estudio empírico sobre atribuciones de riqueza y pobreza se ha focalizado principalmente en la distinción de las dimensiones de locus y management de Weiner (1985) y comenzó con la propuesta de tres dimensiones de Feagin (1972), correspondientes a atribuciones individualistas, estructurales y fatalistas. En términos generales, las atribuciones individuales o internas enfatizan la responsabilidad personal en la situación de pobreza, las atribuciones estructurales, sociales o externas otorgan la responsabilidad a factores económicos y sociales externos al individuo, mientras que las atribuciones fatalistas destacan el rol de la suerte o el destino. En un estudio posterior, Feagin (1975) verificó este modelo de tres dimensiones en una muestra de Estados Unidos.

Un dato elocuente en relación a la importancia de la desigualdad nacional es el porcentaje del total de los ingresos que perciben las personas que se encuentran al tope de la distribución. La relevancia viene dada porque son precisamente estas personas que concentran altos niveles de ingresos, quienes adicionalmente ejercen una influencia importante en las decisiones y en el diseño de políticas que finalmente los terminan favoreciendo a ellos mismos. El mundo logró la meta del primer objetivo de desarrollo del milenio (ODM) de disminuir a la mitad para 2015 la tasa de pobreza registrada en 1990, y lo consiguió en 2010, cinco años antes de la fecha prevista. Pero pese a este logro, la cantidad de personas que vive en condiciones de pobreza extrema en el mundo sigue siendo inaceptablemente elevada. De acuerdo con las estimaciones más recientes, el 17% de la población del mundo en desarrollo vivía con menos de US$1,25 al día en 2011, cifra inferior al 43% de 1990 y al 52% de 19811. En cuanto a posibilidades de investigación futura, un aspecto relevante es establecer en qué medida el modelo atribucional de segundo orden se replica en otras sociedades.