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Actuel Marx N° 28: La Financiarización En Las Lógicas Del Capitalismo Lom Chile

Violencia e historia de la desigualdad desde la Edad de Piedra hasta el siglo XXI, Walter Scheidel, Crítica, 2018, 624 páginas, $33.900. En 2002, tras 20 años en la academia, Onfray –uno de los más prolíficos filósofos actuales– decidió retirarse de la educación formal, y abrir la… Mirando hacia el futuro, rechaza a los profetas que proclaman un resultado único e inevitable, ya sea la prosperidad mundial o el desempleo masivo impulsado por robots. “Nuestro campo laboral es bastante reducido, la mayor parte de las y los antropólogos quedan como en un limbo de precarización laboral donde hay mucho trabajo informal capitalismo y pobreza, por cuenta propia, sumado al auge de las consultoras vuelve necesarias las postulaciones a fondos culturales y hace estar en una constante autogestión laboral que sin duda no es lo perfect.

Argumentaba que hay buenos motivos por los que algunas personas tienen más ingresos que otras (trabajan más o tienen a su cargo decisiones más complejas). Lo que pretendía era cambiar la dirección en que nos estamos moviendo, pues hoy nuestras sociedades están estructuradas para seguir acrecentando una desigualdad que le parecía insostenible. Atkinson argumenta en su libro que atacar la desigualdad con impuestos implica actuar al last del proceso de creación de riqueza, cuando los contratos se han hecho, los salarios ya se han pagado y la riqueza ya se repartió. En ese sentido, los impuestos tratan de corregir ingresos que se distribuyen cada vez peor.

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Es este apartado, de manera muy somera, recogeremos algunos análisis sobre el fenómeno de las desigualdades, consideradas sobre todo desde la economía, de la historia y las ciencias sociales, tanto en estudios globales como locales. La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas.

De estas incertidumbres sólo se salva un grupo que –dependiendo de la dimensión que se considere– oscila entre el 20% y el 5% de más altos ingresos. Así, la desigualdad de exposición a la incertidumbre se relaciona con el hecho de que sólo una fracción minoritaria de la población tiene acceso a un conjunto de seguros (privados, en este caso) que le permiten sortear estos “shocks negativos”, lo que se suma a que tal grupo enfrenta una menor incertidumbre laboral, es decir, tiene en promedio menos shock negativos que sortear. Es legítima solo si logra producir crecimiento económico, por lo que sus reclutas deben ser competentes.

Éstas no son ni han sido solo dinámicas relativas a los así llamados estados de excepción, como son las dictaduras o estados de emergencia, sino que también por sobre todo de las así llamadas democracias liberales. De hecho, la expansión y acumulación capitalista se ha basado histórica y sistemáticamente en la producción y la reproducción de relaciones de dominación y desigualdades sociales como lo ha sido la exclavitud, el trabajo penitenciario y diferentes formas de explotación humana, aspectos ya expresados por destacados autores. Estos han sido claros ejemplos en donde la explotación humana se sitúa en un escenario de constante visibilización e invisibilización dentro de lo que han sido llamadas las formas de trabajo forzoso. Sin embargo, en esta reflexión también considero el llamado trabajo asalariado, el cual todos ejercemos con un mayor o menor grado de forzamiento”, precisó la académica. Sí, el aumento de los impuestos a los más ricos del 2%, en specific bienestar social segun la oms sobre las ganancias de capital y las ‘ganancias’ del capital, supondrían alguna diferencia. Sin embargo, los niveles extremos de desigualdad que la mayoría de las economías capitalistas han alcanzado actualmente sólo disminuirían un poco.

Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 1). Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. Es evidente que la gran concentración de poder económico en pequeñas elites, lleva a una indebida influencia del dinero sobre el sistema democrático. En estas condiciones el ideal de que cada persona es igual a otra en una democracia es desvirtuado por la muy desigual distribución de poder económico en la sociedad, la que se ha acentuado en las últimas tres décadas.

Con todo, los factores que generan un incremento en la desigualdad son múltiples e incluso hay algunos consecuencia de evoluciones deseables en la sociedad. El acceso extendido de la mujer al mundo del trabajo y la educación universitaria se encuentra entre estos. Como expone Branko Milanovic, hombres y mujeres acostumbran a emparejarse con personas de un estatus comparable al suyo. Hasta hace algunas décadas, en la medida en que los hombres contaban con mayores recursos, era menos possible que sus esposas trabajaran y tuvieran sus propios ingresos.

Asimismo, la profesora mencionó que en el contexto de las sociedades capitalistas el sistema judicial se ha ido constituyendo en la institución que supuestamente debería visibilizar y penalizar entre otras las desigualdades sociales. “De hecho, en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos estableció los fundamentos orales y legales para supuestamente combatir las desigualdades a nivel mundial. En ese marco la prueba legal se ha constituido en la evidencia materials de la violación authorized para visibilizar las desigualdades sociales como una forma de injusticia social. Sin embargo, las sociedades capitalistas continúan perpetuando la (in)visibilización de las desigualdades sociales y los sistemas judiciales a nivel mundial son uno de los pilares fundamentales para reproducir dicho orden social”, indicó Cárdenas. Chile tiene uno de los niveles de desigualdad de ingreso más altos del mundo, sin importar la forma en que se mida o la información que se utilice. La conclusión es menos clara si lo que nos interesa es la evolución en el tiempo, ya que mientras la desigualdad medida con encuestas ha disminuido (el Gini ha bajado de 0,fifty two a zero,47 entre 1990 y 2015), no ha sido el caso si nos enfocamos en los datos del sistema impositivo.

Durante las últimas décadas, siguiendo la receta de Lucas, muchos países priorizaron la lucha contra la pobreza y dieron la espalda a la desigualdad. Pero desde entonces, no ha habido variación y hoy son forty five millones los estadounidenses que están bajo la línea de la pobreza. Anthony Atkinson murió este 1 de enero y la batalla por la reducción de la desigualdad ha perdido a uno de sus mayores defensores. Porque mientras el alemán Wolfgang Streeck, el anterior entrevistado de esta serie, decía que la concentración de la riqueza ha puesto al capitalismo en un atolladero del que no se vislumbran soluciones democráticas, Atkinson creía que hoy enfrentamos grandes problemas, pero nada que esté fuera de nuestro control.

Tanto la creación de una clase alta empeñada en perpetuarse como la polarización entre la élite y el resto de la sociedad constituyen las principales amenazas a la paz social y a la viabilidad del sistema a largo plazo. A su vez, el invitado internacional agregó que “Antes se decía que la desigualdad en América Latina se debía al capitalismo, pero bueno, hay países capitalistas que son desiguales, pero no tanto como los de la región. Luego que period el neoliberalismo y así ha habido diferentes modas, entonces ahora todo se quiere explicar por esa intersección de clase, etnia y género y voy a tratar de demostrar que sí, pero también voy a cuestionarlo un poco y ver qué otras cosas habría que tomar en cuenta y preguntarnos, cuál es el riesgo de con un solo concepto querer explicarlo todo. Entonces es ese es el tema de hoy, viniendo de un país muy desigual como es México y uno muy desigual como es Chile” cerró.

En el panel, también estuvo invitada la presidenta de Colegio de Antropólogos de Chile, Natalia Caniguan, para analizar la empleabilidad, cómo se configura el campo laboral y de qué manera la formación académica de antropólogo en Chile, pero también en otros países como México, está respondiendo o no a las demandas actuales. Pero la verdad es que no creía que, poniendo énfasis en la equidad, reduciríamos necesariamente la torta. Ese temor, decía, viene de la economía ortodoxa, según la cual, dado que el mercado distribuye en forma eficiente, intervenir desde el aparato público para mejorar la equidad, solo puede perjudicar el buen uso de los recursos.

A pesar de que estas cifras pueden ser informativas, siguen escondiendo una heterogeneidad territorial de la que pocas veces se habla. La reflexión respecto a las especificidades de los territorios es basic para comprender la profundidad de la centralización en Chile, y asimismo para explorar la relación existente entre conflicto social y concentración de la riqueza. Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1). Tenemos que reconocer, primer lugar, que de los valores “revelados” por Jesús mediante sus palabras y obras, al anunciar y anticipar en su contexto el Reino de Dios, permanecen vigentes y reclaman ser implantados con urgencia en la realidad world y local. Más aún, son parte constitutiva de la misión de las discípulas y los discípulos de Jesús, de los llamados a colaboran con él en la búsqueda del Reino y su justicia, en cada tiempo y lugar.

Canonizaciones Y Moralidades En Contextos De Pobreza Urbana Las Lógicas Del Orden Y La Transgresión En La Argentina De Fines Del Siglo Xx

Otro grupo importante es el que presenta una pobreza «formal» en ambas dimensiones de empleo y habitat. La experiencia de algunos países parece indicar que la pobreza formal es especialmente susceptible a los ciclos económicos, tanto por los costos de vivir en viviendas convencionales como por la mayor rigidez que enfrentan los hogares a la hora de ajustar sus patrones de vida cuando lo requieren las fluctuaciones en el ingreso. El progreso es alentador, pero no alcanza para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ya que transcurrió más del 50 por ciento del período que se estableció para alcanzar las metas correspondientes a la pobreza. El crecimiento del ingreso promedio en la mayoría de los países de la región ha sido insuficiente para superar los problemas de la pobreza.

El Cuadro 1 demuestra la interdependencia tanto entre niveles como estabilidad de ingresos de los pobres urbanos, y sus situaciones de carencias y su capacidad de superar dichas circunstancias. El enfoque de la generación de capacidades entiende que la superación de la pobreza pasa por las personas, adquiriendo importancia temas tales como expansión de competencias personales y comunicacionales, visualización de nuevas posibilidades de crecimiento personal, y autoestima. Plantea que es necesario afectar la trama de interacciones o vínculos que interrelacionan las personas entre sí.

RESUMEN En las ciudades de América Latina y el Caribe, los pobres urbanos viven una heterogeneidad de condiciones y carencias que expresan directamente e indirectamente su vulnerabilidad económica. Este artículo busca profundizar nuestra comprensión de la dimensión económica de la pobreza y precariedad urbana en las vidas de los pobres urbanos, y averiguar sobre sus implicancias en el diseño de estrategias de política. El trabajo se basa en los enfoques conceptuales del desarrollo sostenible, y de la generación de capacidades y oportunidades en las personas. Se parte de una hipótesis de trabajo de que la vulnerabilidad económica en los sectores de pobreza urbana no ha sido plenamente integrada en las políticas del habitat, limitando la contribución de éstas a la mejora en el acceso de los pobres urbanos al empleo e ingresos estables. La calidad de los ingresos reales de los sectores de pobreza urbana tiene directa e indirecta relación con la posibilidad de mejorar su situación de vida.

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Este «casillero vacío» parece indicar que de alguna forma, los pobres urbanos están formalizando su habitat, pero siguen teniendo serias barreras para lograr una inserción laboral adecuada en esta región. Cabe comentar en este caso la acelerada adopción por parte de las políticas de vivienda de los países latinoamericanos, cuyos esquemas de acceso a la vivienda y a otros bienes urbanos presuponen que los postulantes tengan ingresos regulares para hacer frente a compromisos de ahorro y crédito. Considerando que los pobres urbanos informales, que deberían ser los sujetos preferentes de estas políticas, subsisten en la mayoría de los países gracias a la economía casual. Estos enfoques tradicionales no consideran factores psicosociales y formas culturales que tienen las personas para enfrentar y asumir sus propios procesos de desarrollo. Un enfoque centrado en el capital humano reconoce explícitamente que los pobres tienen un capital humano inicial que proporciona posibilidades de superar su condición socioeconómica desmejorada. Desde este segundo enfoque surgen políticas y programas de desarrollo de capital humano.

• Programa Mini distritos industriales y de servicios, Sao José do Río Preto, Sao Paolo, Brasil. En conjunto con loteos habitacionales, designación e incentivos para instalación de empresas, en sectores de favelas. Provisión relacionada a sistema de governance; Estado de derecho; and so on., que deben estar disponibles a todos los ciudadanos independiente de su nivel de ingresos. Provisión de servicios relacionados más a la capacidad de provisión de gobierno que a nivel de ingresos del hogar.

Durante la última década ha habido un traslado de recursos y responsabilidades para el desarrollo de los programas de empleo a los municipios, o a otro tipo de jurisdicción menor. Aunque los municipios intervienen en forma incipiente respecto a la demanda del empleo (el fomento productivo municipal), se encuentran fuertemente limitadas sus finanzas y capacidad de inversión. El desarrollo de un apoyo hacia la oferta (a los recursos y capacidades de trabajo con que cuentan personas y hogares pobres) ha sido más esporádico, y sin articulación con los esfuerzos sobre la demanda. Los programas públicos de intervención en la precariedad del habitat en general no han incorporado la temática del empleo, aunque sí se detectan algunos casos, por ejemplo en Chile y Argentina. Los pobres de nuestras ciudades, sometidos a las plagas, la falta de agua y saneamiento, a la contaminación de los suelos y ahora a los efectos del cambio climático, se transformaran en una enorme carga económica y asistencial , tanto para las grandes metrópolis como para las ciudades intermedias, causando dramáticas situaciones de desamparo.

De esta manera se distinguen los pobres indigentes de los pobres no indigentes y los no pobres. Las variaciones de los índices de pobreza e indigencia dependen de la situación del mercado de trabajo y de las oportunidades para generar ingresos por cuenta propia. La perspectiva de necesidades habitacionales insatisfechas —materialidad de la vivienda, acceso a agua potable y saneamiento, tenencia—, actualmente orienta la política habitacional en América Latina y el Caribe, donde proporciona objetivos agregados sobre los déficits cuantitativos y cualitativos, al marco de desarrollo de la política. Existen pocas experiencias en la región que logran integrar las metas de mejorar la habitabilidad y las oportunidades productivas de los habitantes de barrios precarios. En general, los acercamientos son parciales, sin la instalación de modelos de desarrollo sostenible native. Al nivel regional, se detecta algunas experiencias de potenciar las posibilidades existentes en las ciudades y los barrios precarios, para que los hogares de escasos recursos tengan acceso a espacios e instalaciones adecuadas para el fomento productivo native y la generación de oportunidades de ingreso.

Este conforma lo que se estructura como el “mercado informal de la tierra”, manejado por mafias y carteles del narcotráfico aquí en América Latina. Tanto la ineptitud de estas tierras como la precariedad de sus viviendas los hacen vulnerables a todo tipo de inclemencia climática. El cambio climático potenciará las vulnerabilidades ya existentes e incrementará las dificultades a las que se enfrentan los pobladores y sus posibilidades de desarrollo. Por esta causa, este fenómeno aumentará la pobreza si es que no se aplican las políticas necesarias para favorecer la adaptación de los asentamientos informales y precarios. Por primera vez en los últimos años, la incidencia de la pobreza en estos sectores tuvo un alza, alcanzando un 10,4%, 3 puntos más que en la última medición de la Casen, mientras que la tasa de pobreza en las áreas rurales bajó de 16,5% a thirteen,8%.

En materia de desarrollo y pobreza, ha conformado y dirigidos diversas iniciativas sociales y se ha desempeñado como director de Cooperación al Desarrollo en la Fundación América Solidaria, donde ha diseñado y acompañado proyectos en Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y República Dominicana. Actualmente es consultor en el Centro de Seguridad Urbana y Prevención (CESUP) en México y en el programa Red Global de Ciudades más Seguras de UN-Hábitat. Franz Vanderschueren es Doctor en Sociología de la Universidad La Sorbonne de Paris, fue coordinador common del programa de las Naciones Unidas “Ciudades más seguras” (agencia HABITAT) de 1996 a 2001. Ha sido consultor de ONU HABITAT, BID y PNUD, contando con extensa experiencia internacional. En Chile, ha participado como director y supervisor en diversos proyectos a nivel nacional y regional.

Desde el punto de vista de la oferta se exigen a los sectores de pobreza ahorros, pagos para servicios, entre otros. Esta estrategia de política sin lugar a duda, ha ayudado a ampliar la cobertura de estos programas, diversificando las formas de financiar la inversión pública, como también ha ayudado a facilitar la asimilación de una cultura relacionada a esta economía. Sin embargo, la comprensión de esta realidad de economía de mercado, desde el punto de vista del hogar (e individuo), ha sido ajena a la política habitacional y a la intervención urbano-territorial.