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Universidad Diego Portales Convocatoria Resúmenes: V Jornada De Investigadoras Es Jóvenes En Temáticas Sobre Desigualdades Y Cohesión Social

10.a Aplicar el principio del trato especial y diferenciado para los países en desarrollo, en specific los países menos adelantados, de conformidad con los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio. En el frente económico, la pandemia de la COVID-19 ha aumentado significativamente el desempleo mundial y ha recortado drásticamente los ingresos de los trabajadores. Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás forma parte integral de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por ejemplo, la última encuesta CASEN revela que la pobreza aumentó desde un 8,6% en 2017 a un 10,8% en 2020, recogiendo en parte los efectos de la pandemia. Ante el tema de la equidad, la Mandataria reflexionó que “el desarrollo equitativo e inclusivo es posible solo con igualdad de género.

Si los países se encontraran en una situación perfect de perfecta igualdad, ambos indicadores coincidirían. Mientras mayor desigualdad, el IDH-D se ubicará más por debajo del IDH, siendo este el caso de Chile. Este apartado concluye que, para los períodos estudiados, los territorios en peores condiciones iniciales (ya sea por ingreso o por desigualdad del ingreso), tienden a mejorar su condición respecto de los territorios más aventajados inicialmente. Aunque era america latina desigualdad de esperar que las regiones más pobres sean las que más rápido crezcan, no es obvio el comportamiento de la desigualdad. Una ciudad justa es el espacio que garantiza una distribución equitativa de los bienes públicos, del poder de decisión y de la diversidad social y cultural.

El crecimiento económico es una condición necesaria para el desarrollo, sin embargo, no suficiente. En el libro de March (2013) se cita a Sunkel & Paz (1986), quienes definen desarrollo como un proceso de cambio social, cuyo objetivo es igualar las oportunidades sociales, económicas y políticas, refiriéndose a un nivel nacional y a las sociedades que alcanzan mayores niveles de bienestar. Todaro y Smith (2012) por su lado, adopta la definición desarrollada por Amartya Sen15, donde se relacionan el proceso de desarrollo con la calidad de vida y con la capacidad de las personas de elevar su estatus, adicionando los conceptos de autoestima y libertad.

a que se debe la desigualdad social

Si la flexibilización cuantitativa logra mantener a flote las economías y los avances médicos nos permiten contener el virus, podemos presenciar el regreso a alguna versión de los negocios como de costumbre, con todas las desigualdades arraigadas que esto conlleva. Pero si la crisis resulta ser más prolongada, si conduce a una depresión global o si las vacunas se retrasan mucho, la miseria well-liked y el descontento podrían llegar a niveles tales que las decisiones políticas más radicales se vuelvan más atractivas o incluso inevitables. Esto podría incluir intervenciones tales como nacionalizaciones de industrias privadas, esquemas de ingresos básicos universales y una tributación más alta y progresiva de los ricos. El malestar frente a las desigualdades, sobre todo aquellas que hieren la convivencia humana, han dado curso últimamente a diversas formas de manifestación social en el mundo entero, incluyendo algunas marcadas por la violencia.

Por eso, no solo debemos asegurar igualdad en la calidad ambiental, el espacio público, el transporte colectivo o el equipamiento social y cultural, sino que tenemos que resolver la desigualdad en el acceso a los beneficios y oportunidades de la ciudad. Esto requiere de equilibrio en el suelo bien localizado, participación ciudadana vinculante y barrios socialmente integrados. Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1).

“La desigualdad estaba presente en el día a día, veía derroche de dinero por un lado y por el otro a gente buscando comida en la basura”, recuerda. Además indica que otros factores que influyen tienen que ver con que desde el Estado hay una invisibilización de las diferencias de clases sociales, lo que hace que las personas se perciban como iguales. Del mismo modo ocurre en las instancias formativas, las cuales se empeñan en sostener que las diferencias de clases tienen un impacto directo en la inteligencia. Expertos provenientes de diversos países de América Latina, convocados por las universidades Academia de Humanismo Cristiano y Alberto Hurtado, debaten sobre la actual dimensión de la desigualdad social en nuestro país y el continente. Si usted pone selección a la entrada y la salidad del sistema y que el tipo de educación depende del  dinero que usted tiene, eso lo prueba”, afirmó.

La falta de desarrollo en las localidades aisladas es un problema social, puesto que se ve amenazada la dignidad humana y hace que las personas que las habitan vivan en situación de pobreza y vulnerabilidad, con muchas de sus necesidades no satisfechas o satisfechas inadecuada y parcialmente. Más importante aún, la educación pública puede atraer a los profesores más talentosos a las aulas más desafiantes y a los directores más capacitados a las escuelas más difíciles. Si se observa lo que ocurre en los sistemas educativos exitosos de países más desarrollados, lo anterior queda de manifiesto. Cuando se recibe a un alumno que proviene de un sector desaventajado no se le hace la vida fácil, sino que se le exige igual que a otros estudiantes que provienen de realidades más acomodadas. La diferencia está en que los profesores redoblan los esfuerzos para que salga adelante y, al mismo tiempo, el sistema se preocupa de aumentar las inversiones para estos alumnos y de asignarles los mejores docentes para que tengan éxito. “Los profesores entienden que esos niños no tienen la misma forma de aprender y les entregan un feedback a que se debe la desigualdad social o retraolimentación constante, todos los días –explicó Schleicher-.

La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto. Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero. Existe una distancia inabordable entre las oportunidades educativas que se brinda en instituciones privadas y la realidad de las escuelas públicas. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y de desarticular. Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile precise.

En el caso de Chile y la gran mayoría de los países de la región,  la desigualdad es parte de la historia y uno de sus principales desafíos a la hora de construir el presente y el futuro. Desde ahí,  queremos poner el foco y la mirada sobre cómo la inequidad afecta la salud psychological. “Tal vez lo más sorprendente, según los estándares mundiales, es que el sistema escolar de Chile no funciona bien ni siquiera a nivel de la élite, para quienes fue diseñado –señaló en una reciente conversación con Revista de Educación-. El 10% de los estudiantes más desfavorecidos en Shanghai supera al 10% de los estudiantes más privilegiados de Chile.

Así, esta agenda de investigación dirigida por Basaure busca graficar a cabalidad esta inadecuación del tiempo que afecta a actividades esenciales de modo sistemático, ya que “hay una configuración social que excluye a ciertos grupos y afecta su bienestar”. De esta mirada se desprenden distintas dimensiones de estudio, como la (alta) relación entre pobreza del tiempo y pobreza socioeconómica y la pregunta de quiénes concentran la mayor falta y peor cualidad de tiempo. Asociado a dicho concepto, se aprecia el diagnóstico de la impunidad en la relación entre “poderosos” y “débiles”. El dolor adquiere centralidad y permite otorgar al Estado y a los gobiernos un rol de protección y empatía que transita entre lo mesiánico y lo caritativo (y que desconoce la naturaleza política de las relaciones). Sólo la víctima se convierte en ciudadano en sentido estricto y, por tanto, la tendencia es a declararse víctima.

Creo que deberíamos estudiar más la desigualdad y que la gente entienda por qué piensa como piensa, por qué avala la desigualdad y así luchar para cambiarla. En lo que se refiere a educación, el Premio Nacional sentenció que es falsa la premisa de que la educación es la viga maestra de la igualdad y del desarrollo. Por el contrario, afirmó que el sistema de educación chileno precise, basado en las leyes impuestas en dictadura, es un sistema construido para reproducir desigualdades. Expresó que en Chile aumenta en la medida que no se garantizan condiciones básicas de bienestar para la ciudadanía y que el neoliberalismo implementado en los años ’80 infringió “graves estocadas cuyos efectos sentimos hoy”. 17El IDH-D considera las mismas tres dimensiones del IDH, pero considerando cómo se distribuyen los logros a lo largo de la población, penalizando el valor promedio para cada dimensión en función de lo desigual que sea.

En 1990 un 14,2% de la población rural era analfabeta y un 3,4% de la población urbana; asimismo, el 5,4% de las mujeres lo era, seguidas de cerca por un four,9% de los hombres. Para 2015 se observa un buen progreso en las personas del área rural, ya que un menor 7,8% no sabe leer ni escribir, así como un 3% de las personas de la ciudad; este año, hay un 3,3% de mujeres analfabetas, seguidas muy de cerca por un 3% de los hombres. Mientras en regiones como Tarapacá y Magallanes, el analfabetismo no alcanzó al 1% de la población, en Los Ríos, La Araucanía y el Maule, superó el 4%, develando una tarea pendiente en estas regiones, principalmente con su población rural. Para la mayoría de las regiones, hay un mayor porcentaje de mujeres analfabetas que de hombres, a excepción de las regiones de Tarapacá y O’Higgins. El país está conformado por 16 regiones5, siendo la capital nacional la ciudad de Santiago en la Región Metropolitana.

El territorio chileno es abundante en recursos naturales, es el mayor productor de cobre a nivel mundial y tiene un importante rol dentro de los países exportadores de productos agrícolas, forestales y ganaderos (OCDE y CEPAL, 2016). La metodología de investigación consiste en un análisis descriptivo y comparativo de las regiones del país, así como de un análisis de convergencia regional. La información recopilada para el desarrollo de este trabajo, se ha obtenido de fuentes secundarias, desde distintas bases de datos mundiales y nacionales.

Instituto De Investigación En Ciencias Sociales Universidad Diego Portales Llamado A Ponencias: Iii Jornada De Investigadores As Jóvenes En Temáticas Sobre Desigualdades Y Cohesión Social

Es este apartado, de manera muy somera, recogeremos algunos análisis sobre el fenómeno de las desigualdades, consideradas sobre todo desde la economía, de la historia y las ciencias sociales, tanto en estudios globales como locales. Por su lado, la Región Metropolitana, como no es de extrañar, ostenta los mejores resultados junto con regiones del norte como Antofagasta y Tarapacá. Las regiones que más han mejorado su nivel de escolaridad promedio son Los Ríos, Aysén y Coquimbo, mientras que las regiones de menor avance han sido Atacama, la Región Metropolitana y Antofagasta. En basic, las regiones con menores años de escolaridad al comienzo del período, son aquellas que han tendido a mejorar más este indicador. Respecto a la tasa de crecimiento, en 2016, La Araucanía es la región con mayor crecimiento a nivel real, a pesar de los bajos indicadores socioeconómicos que se darán a conocer más adelante.

a que se debe la desigualdad social

Dicho lo anterior, no creo que la de ingreso sea la desigualdad más relevante para explicar el estallido social. En cambio, en este texto sostengo –como hipótesis– que hay dos tipos de desigualdades que están relacionadas con la desigualdad de ingreso y que tienen una relación más directa con el estallido social, a saber, la desigualdad de exposición a la incertidumbre y la desigualdad de poder. 3 En explicit, mientras la primera podría explicar por qué amplios sectores de la población están tan “descontentos con el modelo”, la segunda desigualdad explicaría por qué este descontento no se canalizó de forma gradual a través de la institucionalidad política y tuvo que explotar de esta manera. Según datos de 2017, Chile tiene uno de los índices más altos en desigualdad educativa entre los países de la OCDE, expresado en el índice Gini con un zero,503 . Dicho de otro modo, los ingresos del 10% más rico del país son 26 veces más altos que los ingresos del 10% más pobre en Chile; una cifra que es señal de alarma.

Más aún, podemos decir que hace más de cincuenta años dichas desigualdades fueron consideradas como el factor que más atentaba contra la paz y el desarrollo integral de América Latina. Para un desarrollo más pormenorizado este delicado asunto, me permito remitir a mi investigación teológico-cultural publicada recientemente, con ocasión del 50° aniversario de la Conferencia de Medellín (Verdugo & Arellano, 2019). Si bien, desde la recuperación de la democracia Chile ha logrado importantes avances en términos institucionales y en la superación de la pobreza4, a la siga de un crecimiento económico sostenido, poniéndolo en primer lugar en la región; sin embargo, el progreso alcanzado no al canza a todos por igual. La desigualdad en términos de ingreso también lo pone en los primeros lugares del rating latinoamericano5. 12Los cambios metodológicos de la Encuesta CASEN aplicados a partir del año 2013 tuvieron también un impacto en el cálculo de los indicadores de desigualdad de ingresos. Para entender la evolución de la desigualdad a largo plazo, se expondrán también los resultados del índice de Gini bajo la metodología tradicional.

Mientras tanto, la menor variación se observó en el norte, en la región de Antofagasta, cuyo PIB disminuyó un 2,9% respecto al año anterior, sin embargo, sigue siendo una de las regiones que más aporta al PIB nacional (9,7%), gracias al producto minero de esta zona. La Región Metropolitana es por excelencia la región que más produce en el país, por sí sola aporta el 42% al PIB nacional, sus principales ingresos provienen del sector de servicios financieros y empresariales y del comercio (Ver Anexo B). Existen diversas razones por las que podríamos argumentar a favor de reducciones en los niveles de desigualdad que exhibe el país, desde juicios morales y éticos, hasta elementos puramente prácticos como son los efectos que produce sobre el crecimiento, el tejido social, y la concentración del poder político (además del económico). Parece existir una relación bastante directa entre los niveles de desigualdad sobre la ocurrencia de conflictos, que tiene que ser estudiada con mayor profundidad.

Al realizar el mismo ejercicio pero considerando el 20% de los hogares con mayores y menores ingresos, el ratio es claramente menor. Sin embargo, el escenario no cambia demasiado al jerarquizar el territorio, al menos no para las regiones mejor y peor catalogadas anteriormente. El (Gráfico 7) demuestra nuevamente que La Araucanía y Los Ríos son los territorios más desiguales, seguida del Biobío y la Región Metropolitana, la cual sube al puesto número cuatro. Por su lado, con menor desigualdad destacan las regiones de Arica y Parinacota, Atacama y Antofagasta (las misma regiones destacadas en el ratio 10/10, pero en un orden diferente). Chile es un país largo y angosto, ubicado al sudoeste de América Latina, limita al norte con Perú, al noreste con Bolivia y al este con Argentina.

Los datos educacionales comparativos por país se obtienen de Barro y Lee (2010) y PNUD (2015). Los datos regionales, como años de escolaridad promedio y analfabetismo, se obtienen a partir de la Encuesta CASEN. Con la nueva metodología, se aprecia que en ambos años se repiten tanto las regiones más desiguales como aquellas con menor nivel de inequidad.

La segregación en la educación, originada con el proceso de municipalización y la desregulación urbana, ambas promovidas durante la dictadura cívico-militar, dieron origen a una profunda brecha social y cultural. El estado ha tenido la mayor responsabilidad en estas, por favorecer un patrón de segregación urbana en gran parte de las grandes ciudades en Chile, especialmente en santiago. Desde todo punto de vista, la mixtura social y cultural en barrios debe ser considerada un atributo de la ciudad, no un defecto, para lo cual es urgente avanzar en educar a la ciudadanía con ese propósito. Segundo, mientras que la elite económica parece ser totalmente dogmática, ya que se niega a que el Estado se haga cargo en cualquiera de los ámbitos consultados; la ciudadanía, en cambio, tiene un juicio más reflexivo y pragmático, apoyando mayoritariamente la acción del Estado en algunos ámbitos y minoritariamente en otros. Por ejemplo, respalda fuertemente un rol en salud y educación, pero no así en el caso de las telecomunicaciones. Esta comparación contrasta con el discurso de la –poco pluralista– prensa chilena, que suele poner las demandas de la ciudadanía como un ejemplo de irracionalidad, mientras que sitúa el pensamiento empresarial como ejemplo de cordura y pragmatismo.

La convocatoria está destinada a estudiantes y egresados que se encuentren en las etapas iniciales de su carrera investigadora. Esto incluye a estudiantes y egresados de pregrado, magíster, diplomado y doctorado que estén comenzando sus proyectos de investigación, fomentando el intercambio y la reflexión entre jóvenes investigadores/as que, desde diversas disciplinas y enfoques, están explorando las múltiples facetas de la desigualdad y la cohesión social. Al enfocarnos en investigadores/as en estadios tempranos de su trayectoria, buscamos visibilizar sus contribuciones, promoviendo un espacio dinámico y enriquecedor para el desarrollo de nuevas perspectivas y conocimientos en estas áreas críticas. Conformar un espacio abierto de intercambio de avances de proyectos en etapas iniciales, como también de resultados de investigación cuyas contribuciones teóricas, metodológicas y/o empíricas inviten a la reflexión y el debate en torno a las distintas manifestaciones de la desigualdad y cohesión social en Chile y América Latina. Adicionalmente, la convivencia en burbujas sociales lleva también a profundizar la desigualdad con las personas menos favorecidas dentro de la casa, como las mujeres, quienes no sólo tienen el mandato de hacer las tareas domésticas y de cuidado, sino también acompañar a los niños y las niñas en las clases virtuales y sus tareas.

Como segunda conclusión, entonces, podemos establecer que tener un Estado grande, intervencionista y “solidario” no pareciera ser el camino más adecuado para disminuir nuestra enraizada desigualdad. Asimismo, más burocracia estatal y más gasto social —por parte del Estado central— no ayudarían a reducir la desigualdad económica, si dicho gasto social no va acompañado de buenas políticas públicas focalizadas y de un Estado eficiente y profesional. Sin crecimiento económico, complementado con una modernización del Estado bienestar social segun la oms y una reforma profunda a su burocracia y gestión, por más impuestos, redistribución y ayuda social que inventemos, la desigualdad seguirá enraizada como lo ha sido siempre en nuestra historia. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó su índice de desarrollo humano (IDH) con cifras de 2018, donde si bien constató que la gran mayoría de los países latinoamericanos mejoraron sus indicadores, la región continúa siendo la segunda zona del mundo de mayor desigualdad, detrás de África Subsahariana.

La nueva metodología, a diferencia de la anterior utiliza el hogar como unidad de análisis (no las personas) y se dejan de considerar los individuos que no reportan ingreso alguno. 8Estados Unidos por su parte, obtiene el puesto número diez, con un PIB per cápita 2,four veces superior al chileno. 3Para que un análisis basado en encuestas de hogares con diseño muestral probabilístico tenga validez sobre la población objetivo, se debe usar un ponderador para la estimación de cualquier variable de interés, lo que da cuenta del número de personas de la población que representa un individuo encuestado.

La discusión no se agota en qué prioridad damos, si a enfrentar la pobreza o la desigualdad. Sin embargo, en cualquier escenario, especialmente el actual, parece inconcebible abandonar la pelea contra la pobreza, aunque el discurso contra la desigualdad esté en su auge de popularidad. Esta realidad puede provocar que muchos políticos que ven estos datos intenten hacerse cargo exclusivamente de la opinión mayoritaria de la ciudadanía, pero les puede pasar que se olviden que la política no solamente está para hacer lo well-liked autores de la pobreza, sino también para no perder de vista las cosas importantes de la vida en sociedad. En otros términos, no se trata simplemente de navegar la ola de la opinión pública, sino que se debe contribuir a generar opinión pública para que se vuelva a poner el foco en las cosas que consideramos importantes.

Enfocó su análisis en la percepción de la desigualdad en la vida cotidiana y cómo motivar a luchar por tener sociedades más equitativas. Incluso, con su antiguo grupo llevó a cabo un estudio que evidenció cómo cuando se hablaba de desigualdad a otras personas usando rostros cercanos, por ejemplo pidiendo pensar en el amigo con menos recursos, crecía el rechazo hacia ella. Generalmente, la ideología que promueve la desigualdad hace que incluso las personas en condiciones más perjudiciales justifiquen la desigualdad.

Jefa De Estado Inauguró La Primera Jornada Latinoamericana De Cohesión Social

Abordar efectivamente la exclusión social en Chile implica replantear los mecanismos de redistribución y asegurar que el crecimiento económico se traduzca en mejoras concretas para todos los chilenos, cerrando la brecha entre ricos y pobres. Asimismo, la Presidenta hizo un diagnóstico de los problemas más graves que enfrentan las sociedades y afirmó que “Creemos que la desigualdad -de ingresos, de acceso a servicios básicos, de oportunidades y resultados- es una de las mayores amenazas para el desarrollo de nuestros países, para la democracia y para la paz. Porque pone en entredicho la comunión de intereses y valores que es la única que posibilita la convivencia nacional, agudiza las tensiones sociales, genera resentimiento y, en los casos extremos, violencia armada. Evidentemente tenemos un gran déficit en este sentido”. El presente nos ha sumergido en la crisis que ya nos rodea, abruma,achica, empequeñece y deja fuera lo que hasta ese momento habíamos considerado evidente, o sea, la desigualdad estructural, por cuya causa entendíamos que era exigible que la agenda económica, política y social diera unvuelco a sus prioridades y colocara en su centro la igualdad y la justiciasocial.

El 29% de las y los estudiantes del nivel socioeconómico más alto no logra el desempeño esperado a finales de 1° básico. En contraste, el 73% de los estudiantes en el grupo socioeconómico más bajo está bajo el nivel esperado. Para los autores, esto llama a priorizar con urgencia a los establecimientos de bajo desempeño que educan a los niños y niñas más vulnerables. Los resultados indican que el 60% de los estudiantes de la Región Metropolitana muestra un nivel de comprensión lectora inferior al esperado. Esta medición se realizó a través de DIALECT, una evaluación digital adaptativa que permite enfocarse en los distintos subprocesos lectores según el nivel de comprensión lectora de cada estudiante. De acuerdo con las investigaciones recientes sobre la educación mundial, Chile tiene uno de los porcentajes más bajos de educación universitaria y tasas de graduación en los países de la OCDE.

pobreza desigualdad y exclusión

Adicionalmente, los prejuicios y la discriminación institucional juegan un papel essential en obstaculizar el progreso de las personas menos afortunadas. Sin una base sólida de recursos y apoyo, el ascenso en la escalera social se convierte en una tarea hercúlea. Es essential reconocer que estas barreras al ascenso social no solo perpetúan la pobreza sino que también refuerzan la exclusión social, creando un ambiente en el cual el éxito y el progreso se ven limitados por el lugar de origen o el estatus económico actual pobreza estructural y pobreza esporádica de una persona. 23Lo primero que debemos diferenciar son las manifestaciones y formas de exclusión de los propios excluidos. Tampoco podemos olvidar los riesgos a los que nos sometemos si no percibimos que la exclusión conlleva una gradación, una diversificación y que si acentuamos los aspectos institucionales acabaremos por aceptar que cada estado tiene su exclusión propia, además de la problemática que plantea la elección de los indicadores para la medición que siempre es indirecta.

Por tanto, la sociedad tiene responsabilidad en que todos tengan una vida digna. Estos ciclos de alza y baja pueden observarse a través de la evolución del coeficiente de Gini, el cual es un indicador que se encuentra entre 0 y 1, donde un mayor número indica más desigualdad en la dimensión de los ingresos. Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 1).

3.Analizar instrumentos cualitativos y cuantitativos para la medición de la pobreza y la exclusión social. 4.Analizar con una postura ética la realidad de pobreza, desigualdad y exclusión social que viven las personas, familias y comunidades. 5.Reflexionar sobre el rol profesional en intervenciones sociales que transformen las realidades de pobreza y exclusión social.

Nos referimos a la pobreza, la marginalidad, la informalidad o la dependencia. Asimismo presentamos una tipología de excluidos, hablando a la vez de agentes, causas y estrategias empleadas en su tratamiento. Existen diversas razones por las que podríamos argumentar a favor de reducciones en los niveles de desigualdad que exhibe el país, desde juicios morales y éticos, hasta elementos puramente prácticos como son los efectos que produce sobre el crecimiento, el tejido social, y la concentración del poder político (además del económico).

El valor que agrega un Programa de este tipo es que genera una visión integrada y conciliada de los fenómenos en estudio, lo que permite deducir intervenciones de políticas públicas con mayor probabilidad de efectividad. El subprograma de investigación «Política, Pobreza y Exclusión Social» se orienta precisamente a comprender la pobreza, desigualdad y exclusión en su multidimensionalidad, buscando establecer un diálogo entre diferentes enfoques y perspectivas en el tratamiento de estos interrelacionados fenómenos. De estudios recientes se derivan algunos lineamientos a tener en cuenta. Siguiendo al texto Desiguales y a la OECD (2012), se necesita reducir las brechas que existen en la estructura productiva de la economía chilena, que se expresan en circuitos diferenciados de productividad, competencias laborales, salarios y estabilidad en los empleos.

No se puede dar confrontación con elanverso de la historia como espacio de construcción del futuro si no esdesde el encuentro, la pregunta, la búsqueda del ser humano. Vale decir, siese encuentro no se produce en un diálogo personalizado. No es una confrontación abstracta con las estructuras, sino un encuentro personalizadoen el diálogo que se confronta con las estructuras de la negación de la dignidad.

Ni que decir tiene que esto esestructurante del contenido de la acción y del compromiso de los sujetos enacción. Pero, simultáneamente, no espera para un día indefinido, allá cuando se reviertan esas estructuras, que los negados, ninguneados, despreciados, sean los actores, los sujetos en dignidad de su propio proceso de ser.El autor apuesta por la propuesta operante y operativa aquí y ahora paraque pobreza de aprendizaje esa dignidad pueda ser. La satisfacción de las necesidades, exigibledesde los derechos y como derecho, ni puede esperar, ni sin ello es posibleni viable un cambio en la historia y en las estructuras sociales en el que elanverso de la historia sea el verso del futuro. O se afirman como un hecho y en los hechos como expresión de un derecho, o se acaban negando lascondiciones de la dignidad humana.

Este artículo explorará las diversas dimensiones en las que la pobreza influye en la exclusión social, desde los ciclos auto-perpetuados de pobreza hasta el impacto en la salud mental y el acceso a la educación. A través de una mirada profunda a las barreras al ascenso social y la estigmatización que rodea la pobreza, buscamos ofrecer una comprensión integral sobre cómo la pobreza limita el potencial humano y qué podemos hacer al respecto. 1.Comprender el fenómeno de la pobreza y su relación con la exclusión social. 2.Reconocer enfoques teóricos que sostienen los principales debates en torno a pobreza y exclusión social.

No olv-Idemos que un dictamen de iniciativa del Comité Económico y Social, nos señala la degradación como última fase de la exclusión que, en algunos casos, conlleva al suicidio, especialmente entre los más jóvenes, personas aisladas y muy mayores. Para efectos de nuestro ejercicio inicial, esto implica que reducir la desigualdad de 0,49 a 0,43 para Chile o de 0,50 a 0,forty three para la Región Metropolitana, implica una reducción de cerca de 18% en los conflictos a nivel nacional y de 21% en la RM. Si bien esta operación aritmética no se acerca a ser una aproximación exhaustiva para comprender los determinantes del conflicto social, logra dejar ver una tendencia clara que puede entregar luces respecto a alguno de los orígenes del descontento del país.

Nuestra misión es promover mayores grados de equidad e integración social en el país que aseguren el desarrollo humano sustentable de las personas que hoy viven en situación de pobreza y exclusión social. Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos. Aunque la pobreza ha disminuido en el país, la distancia entre ricos y pobres sigue siendo muy importante.

Una tercera tendencia, fue la corriente socialista, impulsada por sectores pertenecientes a la clase trabajadora. Para este sector, los problemas sociales fueron consecuencia de la propia existencia del Estado liberal y del sistema capitalista; y declararon que su solución no pasó por la acción caritativa de la clase dirigente ni por las medidas de corte proteccionista que reclamaron algunos liberales, sino que radicó en la acción y el poder autónomo de los propios trabajadores. No obstante, ya desde finales de siglo XIX muchos elementos… En esa dirección, hemos hecho una apuesta por transformar la mirada y concepción tradicional que se tiene sobre las personas, familias y comunidades que experimentan la pobreza, de modo que la sociedad desarrolle prácticas que favorezcan la promoción social, la construcción de una cultura solidaria, el respeto y la dignificación de las personas afectadas. La campaña del plebiscito cobra voltaje y la miseria sigue mostrando la fractura. La pobreza, aumentó por primera vez en veinte años, amenaza con seguir creciendo (10,8% y four,3% en extrema pobreza).

Esto ya se ha incorporado en las metodologías del ministerio de Desarrollo Social, y comienza a ser la tónica al hablar de condición de vulnerabilidad, desigualdad o grados de exclusión social. Se trata de la exigencia de desplazar las mediciones de la pobreza mediante un solo indicador (los ingresos de las personas o los hogares), para empezar a dar cuenta de la multidimensionalidad del fenómeno, incluyendo cuestiones como empoderamiento, discriminación y seguridad personal, entre otros. “En los territorios de la zona centro vemos que las localidades y particularmente las dirigentas nos han comentado que la escasez la vienen experimentado desde hace muchos años y se ha ido intensificando con la llegada de la agroindustria y actividades mineras”, afirmó Evelyn Arriagada en su exposición. Además, enfatizó la sobrecarga que tienen las mujeres al tener que ser proveedoras y a la vez hacer labores cotidianas para cuidar este recurso escaso. Analizar y discutir los temas clave para el desarrollo de las comunidades hoy es más importante que nunca en un contexto de emergencia.

Universidad Diego Portales Convocatoria Resúmenes: V Jornada De Investigadoras Es Jóvenes En Temáticas Sobre Desigualdades Y Cohesión Social

Sin embargo, como ya hemos señalado, lo que la premisa abstracta de la competencia perfecta no considera, es que esta discrimina desde el propio punto de partida. Un aspecto relevante es la debilidad del modelo educativo que rige en Chile, unido a la baja calidad en infraestructura y establecimientos educacionales, lo que ha generado enormes diferencias en la población. También la cultura clasista, discriminatoria y sectaria frente a la multiculturalidad, pueblos originarios y una fuerte resistencia a la inclusión de los inmigrantes en nuestros entornos atentan contra la integración social y espacial, fomentando la escisión y fragmentación urbana. Hay formas de malestar articuladas en el marco de la matriz cultural del Chile hacendal. Hay otras formas de malestar en el marco de una operación vital en el Chile contemporáneo, de integración vía consumo y Estado subsidiario.

Existe una distancia inabordable entre las oportunidades educativas que se brinda en instituciones privadas y la realidad de las escuelas públicas. El acceso a educación de calidad y el entorno crean diferencias desde el primer día de clases, que pueden persistir toda la vida de una persona, “marcando” socialmente a cada niña o niño afectando los conocimientos, relaciones sociales, el lenguaje, el desarrollo de habilidades y oportunidades, que se traducirán en empleabilidad, éxito profesional y movilidad social. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y de desarticular. La desigualdad ha devenido un tema social y político central en las sociedades en el siglo XXI.

Se trabajó con datos secundarios, programas de cursos de la carrera de Pedagogía de Educación Básica, que fueron solicitados a las y los jefes de carrera de cada universidad vía correo electrónico. Estos documentos curriculares no son de acceso público, por lo que se necesitó de la autorización de distintas instancias institucionales para su uso. Vemos, pues, que la igualdad como derecho humano basic ha hallado “carta de ciudadanía” y un desarrollo teológico en el discurso social de la Iglesia. No es posible presentar aquí la evolución teológica y ethical que ha tenido, en la enseñanza o doctrina social de la Iglesia (DSI), la comprensión del valor de la igualdad y su contracara, la desigualdad.

Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. Estas decisiones son siempre medidas paradójicas, porque, al querer controlar los disturbios, se consigue un efecto adverso de violencia y enfrentamiento.

Pero, precisamente, la necesidad de que el Estado intervenga es evidencia de que el sistema en sí mismo no funciona como garante de derechos de todas las personas. Mientras, las personas adscritas al sistema público de salud (Fonasa), en su mayoría de menores recursos, quedan limitadas a recurrir a hospitales públicos, con menor dotación, recursos e insumos. El sistema colapsa todos los inviernos debido a las enfermedades respiratorias y no queremos imaginarnos lo que será agregando a esto el coronavirus.

Esta información busca aportar tanto a la elaboración de las políticas públicas como para la sociedad en general. En línea con lo anterior, se pone a disposición de la ciudadanía los principales resultados sobre las desigualdades en el tiempo que hombres y mujeres destinan al trabajo remunerado, no remunerado y las actividades personales, a través de Encuesta Nacional Sobre Uso del Tiempo y su documentación. A su vez, se presentan documentos metodológicos para promover la incorporación del enfoque de género en la producción estadística, documentos de análisis, infografías y el atlas de género, que profundizan sobre problemáticas de género a través de los datos e indicadores publicados en este sitio, así como su disposición territorial. Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. Recapitulando, si bien la categoría diversidad es parte de los aprendizajes pedagógicos, evidenciando que en la cultura chilena existe, no se abordan las históricas desigualdades educativas ni tampoco las tensiones y conflictos que sufren estos sectores de la población. Se ha demostrado (PNUD, 2017) cómo estos grupos tienen trayectorias de vida, escolares, universitarias, laborales, sociales y políticas de desventaja en relación a la población que representa la cultura dominante y, en particular, la élite (PNUD, 2017; Hofflinger & Nahuelan, 2021).

Apoyamos que todos los niños y niñas reciban el conocimiento y habilidades necesarias en derechos humanos, igualdad de género, paz, diversidad cultural (ODS 4), y protección del medioambiente, para que puedan convertirse en actores principales del desarrollo sostenible. En particular, y con el fin de eliminar las barreras de género, promovemos los derechos educativos desde la igualdad de oportunidades y contribuimos a crear entornos educativos en que prima la equidad (ODS 5), estableciendo acciones concretas para subsanar posibles desventajas. Los fondos concursables son un dispositivo distorsionado de asignación de recursos en un Estado subsidiario como el chileno. Bajo la lógica subsidiaria, neoliberal, las políticas públicas deben focalizar su inversión en aquella parte de la sociedad que no es capaz de asegurar por sí misma la provisión de bienes y servicios, población “vulnerable” o en “situación de pobreza”.

De este modo, directa o indirectamente, se aplanaban las desigualdades que solían incrementarse en tiempos de paz. De ahí que, para el autor, comprender esas “fuerzas niveladoras” que han surgido en la historia pasada parece essential para adoptar políticas y medidas concretas que nos permitan combatir pacíficamente la desigualdad en el presente y futuro. Estas formas de desigualdad permiten distinguir y analizar exclusiones, invisibilizaciones o menosprecios que pueden experimentar estudiantes por el sistema educativo. Por ejemplo, en el caso de las desigualdades socioeconómicas, Chile constituye uno de los países más segregados del mundo en la provisión de educación (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 2016 en Barrera et al., 2021).

desigualdad social y cultural

Las tensiones que existen en torno a las relaciones de género se mencionan solo en dos instituciones (In1 e In2) reconociendo las discriminaciones, sesgos, estereotipos y sexismo. En un solo curso se menciona la “perspectiva de género” como categoría analítica de un fenómeno histórico, pero que no se evidencia en el desarrollo del programa (In 1). La categoría diversidad se considera en las seis instituciones, lo que supone explicitar la heterogeneidad de la sociedad y desplazar una forma de entender el mundo reducido a la cultura dominante, sin embargo, su mención es totalmente aislada y reducida a desigualdad social y medio ambiente muy pocos cursos. En la In1, está mencionada en dos cursos; en la In2, en un curso; en la In3, en siete cursos; en la In4, en dos cursos; en la In5, en un curso; y en la In6, en veinticuatro cursos. El contenido de los programas se ordenó en matrices de análisis que permitieron identificar qué grupos se nombran y la finalidad de considerar esos grupos en los aprendizajes ofrecidos de los cursos, desde la perspectiva del análisis temático (Braun & Clarke, 2006). Se construyeron categorías previas de análisis a partir de la literatura científica y otras emergentes que nacen de la etapa de análisis.

Como plantea Fraser (2008), hasta la década de los ninety, predomina un paradigma redistributivo de la justicia social; según este, las desigualdades consisten básicamente en el acceso disímil a recursos y riqueza. Posteriormente, gatillados por los asuntos y luchas de identidad (Taylor, 2009), la desigualdad y justicia social incorpora las demandas de individuos y grupos a ser reconocidos con igualdad de trato, debido a las exclusiones que viven por causa de sus identidades culturales. Se refuerza la importancia de superar una concepción restringida de la desigualdad, propia del análisis en la sociedad industrial, donde la clase social es el issue aglutinante de otras desigualdades. Dubet (2020) propone el concepto de desigualdades múltiples, haciendo ver la multiplicidad de criterios de desigualdad que afectan a los sujetos -incluso a los de una misma clase social-, en función de los bienes económicos y culturales que disponen, pero también de acuerdo a las diversas esferas de la vida social a las cuales pertenecen. Es más; las políticas públicas en cultura han contribuido profundamente a la desigualdad social mediante el concurso de Fondos de Cultura.

Detrás de estas iniciativas existe un modelo de intervención que supone el déficit de estos estudiantes y una estrategia compensatoria de nivelación en competencias académicas básicas. Para nuestro propósito, cabe destacar que esta exhaustiva investigación multidisciplinar fue publicada un par de años antes del estallido social en Chile; es decir, las diversas formas de desigualdad que afectan a nuestro país, como a otros países de la región, estaban siendo objeto de atención desde hace un buen tiempo. Con ocasión de la crisis desigualdad y pandemia o “estallido social” que afectó a Chile con inusitada intensidad a partir de octubre del 2019, diversos análisis políticos, sociales y económicos han puesto la atención en la desigualdad como una de las principales causas del fenómeno. El malestar frente a las desigualdades, sobre todo aquellas que hieren la convivencia humana, han dado curso últimamente a diversas formas de manifestación social en el mundo entero, incluyendo algunas marcadas por la violencia.

Asimismo, se busca comprender cuál es la finalidad y el sentido de nombrar y considerar a estos grupos, distintos a la cultura hegemónica, en los procesos de enseñanza y aprendizaje. La diversidad sexual solo se menciona aludiendo al concepto LGTBI+ en un curso (In2) y derivada de la categoría de género. Esta es la realidad más invisibilizada en los programas, que concuerda con las investigaciones previas, que muestran cómo se perpetúa el predominio de la heteronormatividad y se omite el reconocimiento de las identidades de las diversidades sexuales. Las perspectivas de género centradas en las diferencias culturales y económicas se han enriquecido con las teorías queer, complejizando la distinción hombre y mujer e incorporando otras identidades y corporalidades como las personas trans e intersex. Son nuevos debates y realidades que desafían a las instituciones de educación superior a considerarlas e incorporar en la discusión la homo/lesbo/ transfobia como parte de la formación inicial de los docentes (Rojas et al., 2019).

Es decir, se postergó el ejercicio del poder deliberativo de los ciudadanos hasta nuevo aviso y, mientras tanto, se asumió que el management y diseño del país debía residir en las instituciones. “Dejar que las instituciones funcionen”, frase que transformó en emblema Ricardo Lagos, es un resabio claro de la forma autoritaria que adquirió en Chile el republicanismo. Los ciudadanos deben “dejar” su poder en otro sitio, es decir, prescindir de pronunciarse y ceder su acción a las instituciones y su funcionamiento. En vez de alimentar y construir instituciones cada día, debemos asumir que ellas son eternas e inmutables, siempre perfectas y por tanto los ciudadanos pueden prescindir de su libre albedrío gracias a un marco institucional que les trasciende y que guarda una sabiduría esencial. El ciudadano imperfecto retrocede (es decir, debe retroceder) ante la evidencia de un orden superior.

A la luz de la crítica situación que vive el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el tema se vuelve importante de abordar. Gran parte de su trayectoria la ha dedicado a estudiar distintos aspectos de esta materia. Se requiere con urgencia planificación urbana, no solo normativa sobre usos de suelo, sino también prospectiva que apunte a las ciudades que debemos construir hacia el año 2030 o más. Por lo tanto, no se trata solo de desarrollar proyectos aislados de transporte, áreas verdes, etcétera. Hoy conocemos las brechas de inequidad urbana entre comunas porque tenemos indicadores y estándares definidos; sin embargo, con el actual modelo de gobernanza para nuestras ciudades difícilmente lo lograremos. Las urbes que habitamos en el país no aseguran una convivencia armónica, con acceso a beneficios iguales para todos.

Instituto De Investigación En Ciencias Sociales Universidad Diego Portales Llamado A Ponencias: Iii Jornada De Investigadores As Jóvenes En Temáticas Sobre Desigualdades Y Cohesión Social

No obstante, en el caso de Chile es posible constatar que no se ha desarrollado hasta ahora una política educativa en materia de género y se evidencia la urgencia de contar con ella. En cuanto a los intereses declarados en la institucionalidad a cargo, Sernam, se señala la búsqueda de igualdad de oportunidades, pero no se especifica claramente que se espera la incorporación de las mujeres en asuntos políticos ni de orden social. La institución procura el reconocimiento social de igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres en cuanto a educación, trabajo, formación de núcleos familiares y participación en las decisiones políticas y económicas.

Cociña manifiesta que “respecto de las autoridades políticas a nivel nacional, nuestros datos muestran que entre 1990 y 2016, siete de cada diez ministros o ministras, seis de cada diez senadores o senadoras y cuatro de cada diez diputados o diputadas, fueron a uno de 14 colegios de elite (todos de Santiago). En efecto, en Chile las personas que toman decisiones tienden a escogerse desde un subconjunto bastante reducido de la sociedad. Los mecanismos de reproducción de los segmentos de altos ingresos, particularmente mediante la educación, tienen mucho que ver con esto”.

Esta comparación contrasta con el discurso de la –poco pluralista– prensa chilena, que suele poner las demandas de la ciudadanía como un ejemplo de irracionalidad, mientras que sitúa el pensamiento empresarial como ejemplo de cordura y pragmatismo. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza). Esto no se traduce en una situación generalizada de precariedad, porque hay más fuentes de ingresos. También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos.

Además, releva el problema de los malos tratos y realiza estudios sobre la situación de las mujeres en España, cuyos resultados fueron difundidos en la sociedad. Estas acciones son complementadas con una importante actividad internacional, reforzada por la adhesión de España a la Unión Europea. A partir de los roles que desempeñan hombres y mujeres, tanto en lo público como en lo privado, se van configurando relaciones de poder de forma permanente, así como organizaciones jurídico-políticas propias de cada sociedad, las cuales han tendido a reproducir históricamente cánones de superioridad masculina por sobre lo femenino. Las características y atributos del concepto de género1 tienen puntos en común, aunque se diferencian culturalmente en cada sociedad. La construcción social del género responde entonces a un conjunto de atributos asumidos, incorporados y reiterados que adoptamos, ciertamente, con la expectativa de cumplir las exigencias sociales de identificación y pertenencia de género definidas socialmente2. Asociado a dicho concepto, se aprecia el diagnóstico de la impunidad en la relación entre “poderosos” y “débiles”.

La cara entumecida de una niña en un recodo de La Pintana, población en la periferia, me da la clave. Son miles los jóvenes de ayer que hoy demandan pensiones dignas, sistema de salud universal. Son miles las mujeres que exigen que les devuelvan el derecho a huelga, ser dueñas de su cuerpo y del derecho al placer. Chile necesita un combate contra la desigualdad, que incluya redistribución de ingresos, provisión de bienes públicos de calidad, mejores oportunidades y cambios en aquellas bases del sistema económico que generan o fomentan la desigualdad.

Los ciudadanos deben “dejar” su poder en otro sitio, es decir, prescindir de pronunciarse y ceder su acción a las instituciones y su funcionamiento. En vez de alimentar y construir instituciones cada día, debemos asumir que ellas son eternas e inmutables, siempre perfectas y por tanto los ciudadanos pueden prescindir de su libre albedrío gracias a un marco institucional que les trasciende y que guarda una sabiduría esencial. El ciudadano imperfecto retrocede (es decir, debe retroceder) ante la evidencia de un orden superior. Es este apartado, de manera muy somera, recogeremos algunos análisis sobre el fenómeno de las desigualdades, consideradas sobre todo desde la economía, de la historia y las ciencias sociales, tanto en estudios globales como locales.

El impacto del modelo económico neoliberal que sostiene y reproduce las múltiples desigualdades vividas por la sociedad chilena, cuyo nivel de afectación quedó de manifiesto con la revuelta social de 2019, se ha visto profundizado con la pandemia de Covid-19 a nivel sanitario, educativo, de género, laboral, territorial, por mencionar algunos. Este escenario de disaster, a su vez, pone en el centro del debate el estado precise de la cohesión social y sus posibles proyecciones de fortalecimiento y/o reformulación, tomando en consideración el inicio de un proceso constituyente en el país que asegure la promoción de un modelo de desarrollo basado en los principios de justicia, participación y democracia. Con ocasión de la crisis o “estallido social” que afectó a Chile con inusitada intensidad a partir de octubre del 2019, diversos análisis políticos, sociales y económicos han puesto la atención en la desigualdad como una de las principales causas del fenómeno.

poder y desigualdad social

Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae consigo la automatización del empleo y la revolución digital. Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario.

Pero, sobre todo, se necesita asegurar igualdad de trato y dignidad, así como de poder e influencia. Stiglitz de una manera más técnica trata la naturaleza, causas y consecuencias de varios tipos de desigualdad en Stiglitz (2012; 2013). Un segundo obstáculo para la integración de la democracia y el desarrollo, es la tendencia de varias instituciones financieras internacionales y gobiernos nacionales de enfrentar los problemas mencionados anteriormente con una solución de sondeo impartial, una «buena gobernanza», en vez de una forma de democracia inclusiva y profunda. Y esa gobernanza, basada en el cumplimiento de la ley y la competencia electoral es appropriate con una «democracia dirigida» o un «autoritarismo competitivo» (Levitsky & Way, 2010).

En ese sentido, el fotógrafo sudafricano Johnny Miller ha presentado ‘Unequal Scenes’ (Escenas desiguales), un ensayo fotográfico donde busca «retratar las más desiguales escenas en el mundo de la manera más objetiva posible». En definitiva, la tendencia sigue siendo no mencionar abiertamente la violencia machista, sino más bien reconocer la violencia intrafamiliar, invisibilizando la falta de educación en esta materia, ya que, desde el lenguaje, no existe un adecuado tratamiento para este tema, situación que se ve amplificada en los medios de comunicación y publicidad, ambos de carácter masivo. Hay formas de malestar articuladas en el marco de la matriz cultural del Chile hacendal.

Universidad Diego Portales Convocatoria A Ponencias Para La Iv Jornada De Investigadoras Es Jóvenes En Temáticas Sobre Desigualdades Y Cohesión Social

desarrollo económico y políticas sociales. Algunos de los proyectos que se esperan desarrollar son sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad, desarrollo económico, geografía económica, uso del tiempo y economía del comportamiento.

temas de desigualdad social

Con relación a ella, los autores y editores autorizan el libre acceso a sus obras permitiendo que los lectores los copien, distribuyan y transmitan por diversos medios, garantizando una amplia difusión del conocimiento científico publicado. Cada vez que una obra publicada en TS Cuadernos sea distribuida o transmitida por diversos medios, los autores y la revista mantienen los derechos de atribución (autoría y licencia). Toda derivación a partir de esta obra deberá citar la fuente además de ser compartida bajo los mismos términos. Se permiten derechos comerciales no lucrativos sobre sus contenidos.TS Cuadernos no se arroga ningún derecho sobre la producción publicada, salvo la exigencia que la misma sea inédita. Los y las autores mantienen la propiedad intelectual, y el derecho a copia lo pueden ejercer libremente solicitándoseles sólo la deferencia de indicar fuente de publicación unique. “Hay una hipótesis a nivel internacional que sugiere que hay una

Esto último tiene que ver con explicar ciertos comportamientos económicos de los individuos, contrastarlos con los supuestos que se usan en los modelos económicos con el actual comportamiento de las personas, y entender a qué se deben dichos comportamientos”.

Educarchile, el portal de la educación chilena, es producto de un convenio de colaboración mutua entre Fundación Chile y el Ministerio de Educación de Chile. El video entrega recomendaciones para practicar la lectura compartida en familia y ampliar el desarrollo de la lectura en niños y niñas. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. Las temáticas o ejes en torno a los cuales deben estar orientadas las ponencias deben referir a una de las dimensiones de la desigualdad mencionadas anteriormente. Se espera, además, que las ponencias contengan una reflexión crítica en torno a cuestiones éticas en investigación o bien, respecto a la posicionalidad de los/as investigadores/as al momento de recoger y/o analizar la información.

Y hemos puesto a Chile en movimiento, y todos y todas estamos comprometidos a llevarlo a buen puerto. Primero, existe una distancia abismal entre las ideas políticas de la ciudadanía y de la elite económica. La ciudadanía quiere mayoritariamente que el Estado se haga cargo de un conjunto de temas claves para la sociedad, mientras que la elite económica, por el contrario, prefiere un Estado que no asuma tal responsabilidad.

Asimismo, incorpora la medición de la Pobreza Multidimensional, siguiendo el ejemplo de países más desarrollados. A continuación esta sección analiza la pobreza en Chile, un fenómeno complejo de definir y medir, entendido como una condición privativa, en la cual las personas carecen de recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas como vivienda, alimentación, vestuario o salud. Además, es un término asociado a otros fenómenos negativos, como la desigualdad y la falta de oportunidades, afectando el bienestar de la población (Ministerio de Desarrollo Social, 2011). En la literatura económica, desde hace décadas, existe consenso en que un país o territorio no debe ser evaluado únicamente por sus indicadores económicos de productividad, sino que también por su capacidad para reducir la pobreza y la desigualdad, ambos conceptos entendidos como males para una sociedad (Gasparini et al., 2014).

Bajo este concepto, solo las dos regiones más desiguales estarían sobre el promedio nacional en ambos años. Al considerar los ingresos autónomos per cápita, observamos algunas diferencias, principalmente en la variación del Gini. Se aprecia que bajo esta metodología la disminución promedio es menor que bajo la nueva metodología, sin embargo, el comportamiento en ambos casos es similar. El crecimiento económico es una condición necesaria para el desarrollo, sin embargo, no suficiente. En el libro de March (2013) se cita a Sunkel & Paz (1986), quienes definen desarrollo como un proceso de cambio social, cuyo objetivo es igualar las oportunidades sociales, económicas y políticas, refiriéndose a un nivel nacional y a las sociedades que alcanzan mayores niveles de bienestar.

Se privatizó la educación y se estableció la subvención, lo mismo pasó con la salud, y lo más dramático fue lo que ocurrió con el sistema de seguridad social. Dicho lo anterior, es posible que las políticas redistributivas aún no sean desarrolladas con la eficacia que el país necesita para reducir más rápido las brechas económicas que le aquejan. Además de los indicadores de desigualdad conocidos, recalca que la sociedad, actualmente, valida más la desigualdad que hace 30 años. Asimismo, la percepción de este autor es que las políticas redistributivas, más que abogar por una verdadera equidad, buscan beneficios adicionales, como la perpetuación del poder político-económico. Chile ha presentado gran progreso en las últimas décadas en lo referente a indicadores de salud, con cifras comparables con países desarrollados en cuanto a mortalidad infantil y general.

La Convención sobre los derechos del niño/a ha sido ratificada por 196 Estados Parte de la Convención. Ha sido uno de los tratados sobre derechos humanos que más rápidamente ha sido ratificado y a la que más países se han adherido. Uno de los Estados que aún no ha ratificado la Convención, pero que ha expresado su intención de hacerlo, es Estados Unidos. Más estratégicamente, se ha utilizado activamente la tecnología de la información y las comunicaciones (TICs) para desarrollar contenidos y aplicaciones, ampliando la oferta educativa a través de los medios de comunicación, apoyando a niñas y niños para que sean capaces de continuar y disfrutar su proceso de aprendizaje.

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Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo.

Siguiendo la tendencia de los años anteriores, La Araucanía y la Región Metropolitana ocupan el primer y segundo lugar, con un índice de Gini de 0,444 y 0,434 respectivamente en 2015 y de 0,453 y 0,452 en 2013. Las regiones con menor desigualdad por ingreso en ambos períodos son Arica y Parinacota y Atacama (intercambiando de lugar entre un período y otro). Sin embargo, las regiones que han logrado reducir más sus niveles de desigualdad en el último período son las regiones de Los Lagos y Valparaíso, y en tercer lugar la Región Metropolitana, con un menor four,01%. Utilizando esta metodología de cálculo de datos agrupados, el índice de Gini para el país es de 0,445 en 2013 y 0,432 en 2015.

Hablar de desigualdad en América Latina es hablar de la ponderación que se hace entre los derechos de quienes pueden acceder a otras posibilidades y quienes no. Conformar un espacio abierto de intercambio de avances de proyectos en etapas iniciales, como también de resultados de investigación cuyas contribuciones teóricas, metodológicas y/o empíricas inviten a la reflexión y el debate en torno a las distintas manifestaciones de la desigualdad y cohesión social en Chile y América Latina. La Asamblea General de la ONU al aprobar la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 reconoce el derecho a las madres y niños/as a “cuidado y asistencias especiales”, así como “protección social”. En los años sucesivos, la ONU exhorta a los Estados a velar por los niños en las situaciones de vulnerabilidad por emergencias y conflictos. En 1989, tras 10 años de negociaciones, se aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, que vincula a los Estados Partes a cumplir las normas de este tratado Internacional.

Propendiendo a estudiar las desigualdades de ingresos a una escala subnacional más pequeña, se han desarrollado estudios econométricos que consideran a las comunas del país como unidad básica. Se han combinado datos censales y de encuestas de hogares para estimar desigualdades de ingresos a nivel comunal (Agostini et al 2008, Ramírez et al 2009), pero los municipios resultan ser unidades demasiado reducidas para un análisis comprehensivo. El estudio de las desigualdades sociales desde una perspectiva territorial aporta una dimensión relevante para caracterizarlas, pero cuando se elige como nivel territorial para el análisis a las regiones administrativas, se desconoce la escala territorial donde se generan las principales diferencias, según sostendremos en este artículo.

tipo de desigualdad social

Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos. Sin estos éxitos, no habrá buenas perspectivas económicas en el futuro lo que conduciría a una falta de movilidad social. Estudios internacionales como los de Parcel, Dufur y Cornell (2010) coinciden en afirmar que la pobreza material es un issue de riesgo para niñas y niños, ya que implica menor acceso a recursos educativos que apoyen el proceso de aprendizaje, como materiales y actividades educativas. Por su parte, Weiss y otros (2009) establecen que «padres, madres o cuidadores que viven en condiciones de pobreza o estrés económico experimentan más problemas de salud mental, que pueden limitar su habilidad para apoyar los estudios de niñas y niños e incrementar la probabilidad de uso de prácticas punitivas.