Estamos en 2023 y la economía familiar campesina no ha sido considerada como actor económico clave, incluso, la RUESS ha solicitado dejar de tratar el asunto de la alimentación como un problema de seguridad nacional, y hemos planteado que se trata de Soberanía Alimentaria. La forma que adopta la soberanía también puede extenderse al sector de energías renovables, a la construcción de viviendas, actividades de salud mental, deportes y arte, mediante las cooperativas u otras maneras que ya existen y que usan los principios de la ayuda mutua. Al cerrar estas propuesta es necesario no perder de vista la participación de la Economía Social y Solidaria en las plataformas digitales, por lo mismo, al pensar en un territorio digital también estamos invitando a conocer a las organizaciones que producen software libre, videojuegos y que utilizan las nuevas tecnologías para crear dispositivos que ayudan a las personas con discapacidad.
En ese sentido, corresponde a una forma de cooperativismo, directamente abocado a la generación de una economía solidaria y de beneficio mutuo, que además permite mejores prácticas agrícolas y una mejor alimentación. Estos contratos entre comunidad y productor tienen también una implicancia directa en cuanto a que se fundan en un compromiso de solidaridad , la implicación de los socios en el mantenimiento de la asociación, la fijación de precios justos, la producción de calidad, transparencia y un esfuerzo por incorporar instancias pedagógicas por parte de los campesinos en cuanto a producción agrícola, entre otros. Gerardo Wijnant tiene más de 25 años de experiencia en los temas de comercio justo y sustentabilidad. Fue gerente general de Comparte, una de las primeras organizaciones certificadas de comercio justo en Chile. Sobre este proyecto, destacó que ahora es una plataforma que ya ha apoyado a más de four hundred organizaciones por alrededor de fifty three millones de dólares en total y que pronto “nos vamos a convertir en la primera banca ética del país, lo que significa que solamente financia iniciativas que tienen un impacto positivo en lo social, ambiental o que apoyan aquellas empresas que quieren transitar a este desarrollo sostenible”, comentó. La invitación además supone pensar fuera de las fórmulas econométricas que suponen que allá afuera hay un mercado autorregulado que racionaliza irracionalidades productivas y de consumo, donde todos los individuos tendrían la capacidad de observar su entorno, podrían fabricar acciones que inciden en la conducta de oferentes y demandantes, y contarían con la autoridad para ejercer dominios a su favor.
Durante la mayor parte de este siglo, fueron dominantes las cooperativas agrarias, de servicios públicos y de consumo (Acosta, et al., 2013). Recién a partir de 1990 se expandieron significativamente en el marco de crecientes niveles de desempleo y precarización (Montes, & Ressel, 2003). También se discutió con representantes estatales el cómo estas prácticas económicas deben ir siendo sujetos de reconocimiento constitucional y de políticas de apoyo y fomento de parte de los gobiernos centrales, regionales y municipales.Esto, sin perder la autonomía respecto del aparato del Estado, lo que es entendido por estas corrientes de la economía como parte de su esencia y modo de ser. Cómo avanzar y perfilarse como un sujeto de la economía nacional, con valores que unifican pero, a la vez, permiten una alta diversidad y libertad interna. Todo ello involucra poseer discursos identificatorios pero también fortalecer relaciones materiales concretas entre experiencias, generando, por ejemplo, circuitos económicos locales y regionales de tipo solidario.
Se doctoró en Economía Aplicada y actualmente es director del Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (CIESCOOP) de la Universidad de Santiago. Individuo y Sociedad ha querido visibilizar las acciones que realizan organizaciones que se dirigen por otras veredas, relevando el papel de las Economías Solidarias como un enfoque que se despliega hacia la búsqueda y construcción de un desarrollo económico diverso, sostenible, sustentable, en donde sus protagonistas son las personas y comunidades. Sabemos que este obrar está organizado sobre contradicciones, porque reúne memorias que no pueden ser fusionadas y más aún, es en sus trayectorias de autogestión donde se entrelaza la autonomía particular person y la del colectivo. Así, el conjunto de desafíos de asistencia social quedaron pendientes hasta la década de 1940, período en el que los distintos gobiernos se concentraron en la expansión de la cobertura de las distintas áreas del bienestar social, ampliando, en specific desde 1960, los servicios de educación, salud, previsión y vivienda de forma sustantiva. Ejemplos de lo anterior son la organización del Servicio Nacional de Salud (SNS) en 1952, la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB) en 1964 y la creación del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo en 1965. Cristian Cataldo, Máster en Economía Social, enfatizó en la necesidad de contar profesionales con nuevas competencias para aportar al Modelo Cooperativo.
Esta modalidad de relacionamiento entre Estado y organizaciones sociales, en la cual aquel es el interlocutor principal de la demanda de trabajo, combina acciones directas e instancias de negociación, posibilitadas por la adquisición de habilidades y el aprendizaje de mecanismos por parte de los miembros de organizaciones sociales respecto a los modos de funcionamiento de las dependencias estatales (Manzano, 2009). Cabe destacar que como resultante del conflicto no sólo se logra mantener la actividad productiva, sino que también se establecen dispositivos de cogestión en las modalidades de organizar y controlar la asistencia al trabajo. El diseño de la investigación es cualitativo y se basa en el estudio de caso instrumental (Stake, 2013) de una cooperativa del Programa Argentina Trabaja. Una de las principales fortalezas de la estrategia del estudio de caso es que posibilita una comprensión detallada y contextual de los procesos sociales (Neiman, & Quaranta, 2006; Stake, 2013). Ahora bien, el análisis de casos empíricos particulares se realiza en función de arribar a conclusiones con cierto grado de generalización. Es por esto que los casos deben ser clasificados en términos sociológicos e históricos para elaborar sistemas que transciendan el caso individual.
El primer caso de desvinculación es el de Viviana, una asociada de edad intermedia que no solía participar en las movilizaciones protagonizadas por la organización social ni en otro tipo de actividad vinculada a ésta. Dos motivos resultan centrales para comprender su desvinculación y ambos se asocian con la tensión entre aquellas asociadas que se encuentran más cercanas a la lógica de consumo y aquellas más cercanas a la lógica de acumulación política de la organización. Por un lado, la cooperativa a la que se asoció Viviana luego de la desvinculación no solía participar de acciones colectivas de protesta. Por el otro, el modo de distribuir unos fondos adicionales destinados a las cooperativas, en este caso particular, resultaba en un aumento de las remuneraciones individuales, en detrimento de la utilización de tales fondos para otros fines, generalmente propios del activismo en organizaciones sociales (por ejemplo, la construcción de los locales de las organizaciones). En este sentido, la literatura exploró las vinculaciones entre la política social, el cooperativismo, los territorios y el Estado en sus distintos niveles. Un conjunto de estudios examinó los impactos de este programa en las subjetividades de las clases populares destinatarias (Maneiro, 2015a) y la reconfiguración territorial que promovió, mediante las reapropiaciones de los actores y la recursividad de la política pública (Ferrari Mango, 2020).
La Red Universitaria de Economía Social y Solidaria surge en la docencia y en la investigación que hacen las universidades chilenas, desde el inicio nos propusimos abrir espacios para conversar, encontramos, saludarnos y ejercer la comensalidad en favor de los estudios sociales de las economías basadas en la reciprocidad, autogestión, solidaridad, cooperación, respeto a la naturaleza y el buen vivir. En ese sentido se comprende el uso de la sigla RUESS, que es parte de la comunidad académica de Argentina. Este artículo examina el trabajo del profesional psicólogo en el ámbito de la Política Nacional de Asistencia Social de Brasil (PNAS), desde la visión de la creación de redes y sus implicaciones en el desempeño del trabajo en las políticas públicas y discute la inserción del psicólogo en la política referida.
Se trata de las AMAP (Association pour le Maintien de l’Agriculture Paysanne), en español “asociaciones para la conservación de la agricultura campesina”, que buscan, en un contexto de crecimiento de la agroindustría y de reducción del número de explotaciones agrícolas familiares, defender las granjas de pequeña escala, respetuosas del medioambiente y detentoras de un savoir-faire agrícola local. Hoy en día suman una gran cantidad de organizaciones en todo el territorio francés, sumando más de 1.500 de ellas, incluso en territorios de ultramar. El día miércoles 30 de noviembre se realizó el 1er Encuentro Regional de Economía Social y Solidaria en la región de Valparaíso de Chile, el que contó con la participación del Sr.Gobernador Rodrigo Mundaca además de otras autoridades regionales y comunales.
pueden ser cooperativas, asociaciones, and so forth. dependiendo del rubro y afinidad gremial, este tipo de organización requiere organizacion sin fines de lucro definicion una fuerte asesoría organizativa, pero amarrada a la promoción de nuevas opciones (rentables), y donde se considere un capital de
Como principal conclusión se encontró que las dinámicas de control desplegadas institucionalmente sobre el sector de la EPS fueron mayores que las de promoción y fortalecimiento, y aunque hubo un crecimiento cuantitativo de las organizaciones, se afectó la constitución y avance cualitativo del sector, al no promover los valores solidarios que le caracterizan. La lógica de las AMAP resulta muy relevante para la discusión entre agricultura, ciudad y sustentabilidad en diversos sentidos. Por una parte, promueve la diversidad agroecológica, al promover que los productores campesinos dediquen su tierra al policultivo, produciendo distintas hortalizas y frutales que además se adecúan a la estacionalidad, lo que permite que los consumidores cuenten con diversos productos. Esto tiene directa relación con la mantención de la calidad de los suelos frente al avance de las explotaciones de monocultivo. Por otra parte, genera encadenamientos productivos que se mantienen dentro de ciertos límites territoriales, disminuyendo la huella ecológica de la actividad agrícola y de las prácticas de consumo de los asociados, sobre todo debido a las menores emisiones por transporte.
El liderazgo colectivo y la construcción de un capital social asegura a todos sus miembros una distribución equitativa de beneficios. four Por esta razón, a partir de aquí utilizamos el femenino para referirnos a los/as trabajadores/as de la cooperativa. De esta forma, el encuentro organizacion civica y social tuvo por objetivos realizar un diagnóstico participativo que permitiera conocer la situación regional de la Economía Social y Solidaria. También, establecer una hoja de ruta con iniciativas de corto y mediano plazo para el fortalecimiento de la Economía Social en la región.
Un elemento relevante del sistema tiene relación con los costos compartidos, es decir, tanto el productor como los asociados, bajo la lógica del establecimiento de un contrato y precios que son abonados de forma anticipada, comparten los riesgos de la producción, tales como pérdida de cosechas por eventos climáticos, u otros, implantando así una lógica de solidaridad entre productor y consumidor. Con el propósito de apoyar las actuales iniciativas sociales comunitarias, ofrecemos un fondo concursable para que los distintos grupos puedan arreglar, cambiar, ampliar o complementar la infraestructura, el equipamiento o los insumos necesarios para su acción solidaria. Felipe Alcayaga, integrante de la cooperativa Gráfica Yungay, resaltó el valor de recuperar y potenciar la economía solidaria, la asociatividad y el trabajo colaborativo y dijo que esta instancia, ojalá contagie a otras empresas innovadoras, para consolidar un núcleo sólido, técnicamente más preparado y abierto a nuevas oportunidades laborales.
Sin embargo, la figura jurídica de la cooperativa y su inclusión en una organización social son factores que tienden a brindar cierta autonomía al colectivo de trabajadoras, así como capacidad de resistencia y negociación. De este modo, atenúan la dominación y el carácter vertical de la relación entre cooperativistas y funcionarios/as estatales. Entre estas políticas, se destacó el Programa Argentina Trabaja, lanzado en el 2009 y activo hasta principios de 2018. Pilar Arcidiácono y Ángeles Bermúdez (2015) identificaron en su diseño una combinación de elementos provenientes del capital humano, la economía social, el trabajo asalariado y los programas de transferencia de dinero a familias.