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Jeannette Von Wolfersdorff Economista Y Exdirectora Del Observatorio Fiscal: Necesitamos Reinventar El Capitalismo, Especialmente En Chile Diario Financiero

Mientras menos intervención del Estado, mientras menos regulaciones tenga el mercado, mientras menos impuestos aplique la autoridad económica, el mencionado modelo dará sus mejores frutos, dicen sus defensores. El punto crítico es que toda acción que se salga de ese marco se considera una intromisión política, una incursión ideológica, vale decir, una intervención que sólo perturba o desvía el comportamiento regular de las leyes naturales, invisibles e inequívocas del mercado – que por lo demás no tienen referentes empíricos – y que estarían por sobre los derechos sociales. La negación de la intervención del estado es la respuesta del neoliberalismo cuando se quiere fijar un salario mínimo u otorgar capacidad de negociación de los sindicatos. Lo mismo, para darle una buena educación gratis a los niños y jóvenes y mejores pensiones a la población más vieja, sin distinción de clase social. La situación actual de crisis a nivel mundial, debido a la pandemia y la depresión económica, ha puesto en evidencia las desigualdades estructurales y las opresiones generadas por el neoliberalismo. La confrontación geopolítica por la supremacía mundial y la agudeza del inminente desplome ecológico convergen en 2020, al mismo tiempo que la humanidad entera hace frente a una pandemia mundial sin precedentes en el capitalismo contemporáneo.

En sus gobiernos se puso énfasis en el gasto público social, privilegiando el crecimiento con equidad, dirigido a reducir la pobreza, disminuir la cesantía y, por sobre todo, resguardar la estabilidad macroeconómica. A pesar de ser éste uno de los períodos de mayor crecimiento económico que ha experimentado Chile durante el siglo XX, el país es considerado todavía como uno de los peores del mundo en términos de distribución del ingreso, issue que se ha constituido en el mayor desafío a combatir. La desaceleración que sufrió Chile en 1998 a causa de la crisis asiática que penetró en toda América Latina y de la exacerbada política monetaria contractiva que ejerció el Banco Central ese año, puso freno a un período de enorme prosperidad económica desarrollada por estos gobiernos democráticos. La aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC), firmado entre Chile y Estados Unidos, constituye un importante avance para robustecer la inversión extranjera en el país.

Entiendo que, muchas veces, se cae en las consignas y uno, en los discursos y en las retóricas, tiende a hablar de la desigualdad. Está a disposición de ustedes, a través de Internet, en el sitio de la página de la Biblioteca del Congreso Nacional, el mismo libro que ustedes tienen acá, porque siempre, en nuestra cultura, es importante reflejar estos esfuerzos en textos, en papel, porque esa es nuestra cultura ancestral. Ustedes, que son jóvenes y que tienen una cultura distinta a la de la generación mía y de las otras generaciones, pueden sacarlo directamente de Internet. Muchos han intentado menoscabar este esfuerzo institucional, diciendo que esto era desigualdad legal conseguir datos para el programa de Bachelet.

“Es preferible una torta más chica y mejor repartida que hacer crecer la torta con los niveles de mala distribución que tenemos hoy”, dijo a CIPER. Dos de los autores de este estudio (López y Figueroa) ya habían calculado en 2011 que los cinco hombres más ricos desigualdad social pobreza y superpoblación de Chile en ese momento (Luksic, Angelini, Matte, Paulmann y Piñera) ganaban lo mismo que un millón de personas. Tomados en conjunto, estos “5 grandes”, como los llamaban, tenían un ingreso equivalente al 30% de la población chilena (ver estudio en ingles).

Atkinson argumenta en su libro que atacar la desigualdad con impuestos implica actuar al last del proceso de creación de riqueza, cuando los contratos se han hecho, los salarios ya se han pagado y la riqueza ya se repartió. En ese sentido, los impuestos tratan de corregir ingresos que se distribuyen cada vez peor. Y explica que, si con impuestos se quisiera retrotraer la desigualdad en el Reino Unido al nivel que tenía en los años 60, habría que subir el de la renta en un 16%, medida imposible para cualquier gobierno.

En la actualidad las necesidades de las y los integrantes de la sociedad tanto latinoamericana como chilena se han transformado con relación al siglo pasado. Tal como lo mencionan informes del PNUD (2017) y CEPAL (2018), la percepción de las desigualdades al inside de la ciudadanía se ha desplazado desde el ámbito material al simbólico. Si antes los principales movimientos sociales se encontraban ligados al ámbito del trabajo, reivindicando temáticas como la vivienda o los salarios, en la actualidad se centran en el ámbito del reconocimiento social, dando paso a movilizaciones feministas, indígenas o animalistas, entre otras. Es este apartado, de manera muy somera, recogeremos algunos análisis sobre el fenómeno de las desigualdades, consideradas sobre todo desde la economía, de la historia y las ciencias sociales, tanto en estudios globales como locales. [5] Datos de las participaciones en el ingreso del uno por ciento basados en información tributaria en otros países de la región Latinoamericana no están aún disponibles , aunque es sabido que la región  tiene altos índices de desigualdad de ingresos a nivel internacional, (Gini  promedio alrededor de 50 por ciento).

Como consecuencia del pesimista diagnóstico que realizaron de la economía nacional, llegaron a la conclusión de la necesidad de liberalizar la hasta entonces cerrada economía chilena, que adolecía de una férrea regulación del Estado, actuando éste como empresario, promotor de la inversión y la industrialización, y anulando la participación de agentes privados en dichas áreas. Además, durante este período se produjo un desequilibrio en la balanza de pagos y una hiperinflación que por mucho tiempo se ubicó en tres dígitos, situación que persistió por algunos años y que se convirtió en uno de los principales objetivos a regularizar por este nuevo modelo económico. Clara Zetkin declaró en 1923 que el fascismo está profundamente enraizado en las crisis económicas del capitalismo y la proletarización amplias clases pequeño burguesas.

No obstante, estas luchas también se ven influenciadas por el desarrollo de las fuerzas productivas y por tecnologías nuevas. Los conflictos de clases incluyen las luchas por mejoras relativas como mejores condiciones de empleo en un sistema capitalista, por ejemplo, pero también pueden implicar una transición hacia otro sistema económico y social. No obstante no es un sistema que produce un espacio global homogéneo sino que el desarrollo capitalista es desigual y produce una geografía cambiante. Eso lleva una dependencia estructural que implica una explotación por el centro y una desarticulación económica que complica procesos de desarrollo. Por eso las contradicciones capitalistas y los efectos destructivos y problemáticos para grandes partes de la población son mucho más notorios en aquellos países.

Existen diversas razones por las que podríamos argumentar a favor de reducciones en los niveles de desigualdad que exhibe el país, desde juicios morales y éticos, hasta elementos puramente prácticos como son los efectos que produce sobre el crecimiento, el tejido social, y la concentración del poder político (además del económico). Parece existir una relación bastante directa entre los niveles de desigualdad sobre la ocurrencia de conflictos, que tiene que ser estudiada con mayor profundidad. La Araucanía, la segunda región más desigual del país, sigue en la lista como la séptima región con mayores niveles de conflicto, según al informe de COES (Figura 1). Un dato elocuente en relación a la importancia de la desigualdad nacional es el porcentaje del complete de los ingresos que perciben las personas que se encuentran al tope de la distribución.

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El capitalismo ha permitido un innegable progreso material y tecnológico, asimismo, el mercado ha sido una pieza clave como una forma de organización social para lograrlo. Sin embargo, su desarrollo se ha fundado en favorecer el individualismo, dejando atrás a miles de millones de seres humanos sin las mismas oportunidades. La desigualdad producto de la concentración de la riqueza en el sistema capitalista está ligada a que el acceso al conocimiento, en especial el conocimiento científico y las tecnologías derivadas de aquel, sigue siendo un activo particular person y no colectivo.

Porque Marx expresa explícitamente la realidad social capitalista que se caracteriza por una desigualdad muy grande. Una situación en la cual una pequeña minoría de dueños de los medios de producción apoyada por una clase media alta se apropia de la plusvalía generada por la gente que trabaja. En cierto sentido, Marx todavía representa una amenaza importante para los que dominan y se benefician del sistema capitalista. En su análisis muestra muy claro que un sistema capitalista beneficia a algunos pocos al costo de la gran mayoría de la población. Él demuestra-además- que el capitalismo no es un sistema natural, sino que un sistema histórico particular. En esta tradición podemos agregar hoy que un capitalismo neoliberal tampoco es la única forma de capitalismo posible.

Porque la propuesta de aplicar un impuesto global sobre la riqueza exige un acuerdo entre países que muchas veces no son capaces siquiera de implementar reformas propias. Quinto, la elite social (dirigentes sindicales, estudiantiles, etcétera) es la que, por lejos, mejor representa políticamente los intereses de la ciudadanía. Aquello contrasta con la visión política, repetida por la derecha, sus medios, y cada cierto tiempo coreada por sectores de la centroizquierda, de que la irrupción de los movimientos sociales puede hacer peligrar la capacidad de nuestra democracia de representar los intereses de la mayoría.

El modelo neoliberal es aún mucho más dañino para la gran mayoría de las personas, ya que es mucho más desigual. La vida de trabajo y la vida diaria se hacen mucho más difícil en un capitalismo neoliberal en el contexto de un estado de bienestar con regulaciones más favorables a la gente que trabaja. Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. En lo político y también en el ámbito académico, Chile period una referencia importante para las izquierdas en otras partes del mundo. La dictadura militar con un régimen de terror aniquiló una gran parta de esta tradición. Como Chile es uno de los países más desiguales y las clases trabajadores siguen reprimidas por un régimen capitalista autoritario la perspectiva de Marx sigue teniendo mucha relevancia para el análisis.

«capitalismo Equitativo»: La Inédita Propuesta De Jeannette Von Wolfersdorff Para «pre-distribuir» La Riqueza En Chile

Proyectando la concept, los senadores son figuras políticas que tienen que hacer un gran esfuerzo, con el propósito de lograr que el país y la sociedad chilena encuentren puntos de convergencia que sean complementarios y se proyecten en acuerdos nacionales de gran alcance. Piketty plantea que, en países en desarrollo, las prioridades deben ser el capital humano de calidad y la difusión del conocimiento. Pero la educación universitaria gratuita common, propuesta por el Gobierno, va en la dirección opuesta.

“Si queremos mantener las escuelas de negocios, debemos asegurarnos de que el sistema capitalista se mantenga a salvo, de lo contrario, seremos los primeros que perderán. Lo que está ocurriendo es que tenemos una situación de desigualdad en nuestro país, que genera una fractura en la relación social misma. Por eso que, desde mi punto de vista, desigualdad  y abusos, están directamente relacionados. Quiero decir que se ha hecho un trabajo abierto, que está a disposición de todas las fuerzas políticas.

La academia es, por definición, incompleta e incapaz de dar respuestas definitivas; y este trabajo no es una excepción. Entonces, para salvar al capitalismo del capitalismo, Piketty recomienda un impuesto anual progresivo y global sobre la riqueza. Primero, existe una distancia abismal entre las concepts políticas de la ciudadanía y de la elite económica. La ciudadanía quiere mayoritariamente que el Estado se haga cargo de un conjunto de temas claves para la sociedad, mientras que la elite económica, por el contrario, prefiere un Estado que no asuma tal responsabilidad. Una cuestión insoslayable y de lo cual hay que estar atentos es a qué civilización quiere llegar esta nueva oligarquía y sus empleados motivados por clonar al ser humano. Con qué valores, ética y moral se podrán justificar las nuevas formas de comportamiento y estructuras sociales que se logre configurar con esta nueva forma de dominación.

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Esto se logró con tecnología y así Internet condujo a penetrar cada uno de esos puntos hasta llegar a cada individuo y familia con la posibilidad de comunicarse entre ellos en tiempo actual y construir nuevas relaciones virtuales en una nueva dimensión para la humanidad. El Capitalismo Global ha Experimentado Cambios de Gran Amplitud y Profundidad en Las Últimas Cuatro Décadas. Dichos Cambios Han Sido Objeto de Numerosos Estudios y Discusiones Mayoritariamente Centradas en Aspectos Específicos Como la Desigualdad Social el Cambio Climático la Tecnología y Las Finanzas. Está Obra Basada en un Replanteamiento de la Teoría de Las Ondas Largas Tipo Kondratiev y la Obra de Marx Ofrece un Tratamiento Sistémico-Estructural Del Capitalismo Actual en el Que se Ubican Los Principales Procesos Sociales Que Han Emergido en la Fase Actual. Considerando Que el Capitalismo se Encontró Inmerso en un Período Crítico Desde el Estallido de la Crisis Financiera de 2008 Este Libro Dará a Sus Futuros Lectores Una Perspectiva Esclarecedora de un Mundo en Proceso de Cambio en el Que se Abren Paulatinamente Espacios Para Una Acción Social Transformadora.

Se observa mayor desigualdad en Estados Unidos y el Reino Unido, pero no en Australia. Y esta responde a un mayor premio al trabajo calificado, no a retornos excesivos al capital heredado. En Chile, por ejemplo, un artículo de Harald Beyer publicado en el Centro de Estudios Públicos, que utiliza la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos del INE, encuentra una caída significativa en nuestra desigualdad de ingresos entre 2010 y 2013, confirmando avances que se registran desde 2001. Complementando lo recién mencionado también tenemos una situación en la cual el feminismo está usualmente restringido en ONGs de izquierda si es que es explícitamente socialista.

Los escasos recursos deberían ser usados primero para mejorar la calidad de la educación pública primaria y secundaria. La historia y los datos empíricos demuestran persistentemente que la izquierda no es inmune al sexismo, ni tampoco al machismo ni la misoginia. En la izquierda, aún tenemos demasiados paneles solo de hombres, revistas solamente editadas por hombres, hombres preguntando y dando comentarios desde la audiencia, una teoría escrita principalmente por hombres, hombres que persistentemente tratan con condescendencia a las mujeres. Mujeres generalmente son invitadas a hablar sobre temas feministas pero cuando los temas tratan acerca de economía, teoría marxista, historia o análisis político en basic, las mujeres son crónicamente menos. En cambio cuando algo tiene que ser traducido, alguien tiene que ser contactado, se tiene que mandar un mail, coordinar, generar intercomunicación, es que vemos más mujeres involucradas. Obviamente las cuotas de género son importantes en la izquierda pero solamente cobran sentido como mecanismo de inclusión si día a día trabajamos en empoderar a camaradas/colegas/analistas/teoricistas mujeres y no binarias en diferentes ámbitos de teoría y práctica.

Fue a lo largo de estos años que se pusieron en marcha una serie de movimientos sociales que transformaron la cuestión social en un problema que afectó no sólo a los trabajadores sino a todo el país. Desde entonces, surgieron a la luz pública una serie de innumerables escritos, ensayos, artículos de prensa y tesis de grado que comenzaron a analizar sus causas y motivos, además de las posibles alternativas de solución. Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes. El argumento es extrañamente related a la queja neoliberal de que la regulación impide el crecimiento, al atar las manos a los tomadores de de­cisiones con un papeleo interminable. ¿Por qué la au­tonomía burocrática y la corrupción controlada son funcionales en China, pero disfuncionales en otros lugares? Otros países —Francia, por ejemplo— tie­nen burocracias dotadas de funcionarios altamente capacitados y de mentalidad pública, que gozan de appreciable autonomía para dirigir las decisiones económicas, pero que han sido conspicuamente ca­rentes de éxito en estimular el crecimiento.

De entre los más prósperos, solo Suiza parece haber conseguido que sus más ricos tengan mucho del PIB y, a la vez, la pobreza sea reducida. Es importante aclarar que Atkinson no buscaba acabar con la desigualdad, ni tenía en mente un nivel específico al que se debiera apuntar. Argumentaba que hay buenos motivos por los que algunas personas tienen más ingresos que otras (trabajan más o tienen a su cargo decisiones más complejas). Lo que pretendía period cambiar la dirección en que nos estamos moviendo, pues hoy nuestras sociedades están estructuradas para seguir acrecentando una desigualdad que le parecía insostenible. Anthony Atkinson murió este 1 de enero y la batalla por la reducción de la desigualdad ha perdido a uno de sus mayores defensores. Porque mientras el alemán Wolfgang Streeck, el anterior entrevistado de esta serie, decía que la concentración de la riqueza ha puesto al capitalismo en un atolladero del que no se vislumbran soluciones democráticas, Atkinson creía que hoy enfrentamos grandes problemas, pero nada que esté fuera de nuestro management.

Si bien, desde la recuperación de la democracia Chile ha logrado importantes avances en términos institucionales y en la superación de la pobreza4, a la siga de un crecimiento económico sostenido, poniéndolo en primer lugar en la región; sin embargo, el progreso alcanzado no al canza a todos por igual. La desigualdad en términos de ingreso también lo pone en los primeros lugares del rating latinoamericano5. Si bien este tipo de política ya se implementa en las sociedades nórdicas o en Alemania, desigualdad pobreza y exclusión social Piketty reclama por un alcance mayor. También, como una forma de superar el régimen de propiedad vigente, aboga por una reestructuración sobre la base de una combinación de propiedad pública, social y lo que él llama propiedad temporal. Esta última aseguraría la circulación permanente de bienes y una menor concentración de la propiedad privada y el poder económico, implementando un impuesto progresivo que obligue a los propietarios más ricos a entregar cada año a la sociedad una parte de lo que poseen.

La experiencia indica que la información falsa tiene el mismo poder que la que no lo es, en consecuencia, esto conlleva nuevos escenarios, donde los pretend information pueden llegar a dominar el contenido de las comunicaciones en grandes poblaciones humanas. Uno de los temas más complejos a resolver es qué fuerzas o impulsos de fenómenos actuales darán forma al futuro. Las tecnologías, la ciencia aplicada, la digitalización y la inteligencia synthetic, así como los datos y su procesamiento instantáneo en cualquiera de las actividades de las sociedades contemporáneas, están dándole una nueva configuración a la vida de los habitantes del planeta.

El enfoque socialista de Sanders sobre la atención médica podría describirse más adecuadamente como una perspectiva socialdemócrata que no es sustancialmente diferente de lo que Elizabeth Warren presentó en las primeras etapas de su campaña. En su opinión, la cobertura médica es un “derecho humano”, con lo que quiere decir que todo ser humano tiene derecho al tipo de atención médica que requiere. Los derechos humanos tienden a imaginar al ser humano individual como el punto de partida. Pero, ¿por qué no entender la atención médica como una obligación social, una que se deriva de vivir en sociedad unos con otros?

Ya sea porque la no resolución de un problema por mucho tiempo genere rabia, o bien porque el progreso ethical de un país haga insupportable un problema que antes se aceptaba. En otras palabras, cuando se trata de niveles de desigualdad como los que vivimos en Chile, la ausencia de novedad bien puede ser una razón profunda para querer cambiarlo todo. Otra forma de ver cómo golpeó la pandemia en los sectores más precarizados de una clase trabajadora ya precarizada es examinando la situación de las personas en edad de jubilar. La tasa de ocupación de este grupo venía sostenidamente al alza desde mucho antes de la pandemia. Entre los años 2019 y 2020 la tasa de ocupación de las personas en edad de jubilar se redujo en 8 desigualdad social america latina,6 puntos porcentuales, recuperándose en sólo 2,1 puntos porcentuales el año 2021 (mientras que la recuperación promedio nacional fue de 4,3 puntos). Dentro de los empleos recuperados, las mujeres de 60 años y más tienen cifras más altas de recuperación de empleos informales (un 62% de las mujeres de 60 años y más se emplearon en trabajos informales el año 2021), es decir, recuperaron empleos que en su mayoría son de bajos salarios y sin un piso mínimo de seguridad social.

El dramático éxito del capitalismo político en Asia desde 1980 podría sugerir que Milanovic cree que el capitalismo administrado por el Estado es más eficiente para lograr el crecimiento y es potencial­mente un modelo más atractivo que la meritocracia liberal, especialmente en vista del rechazo del “neo­liberalismo” por muchos en Occidente. Pero él es lúcido sobre los desafíos que el capitalismo político ya está enfrentando en China, donde los capitalistas privados han comenzado a resentir la autonomía del Estado, como lo hicieron sus contrapartes en Occi­dente antes que ellos. Y él también tiene claro que el modelo chino puede ser difícil de exportar, porque su éxito depende en parte de las condiciones y tradicio­nes únicas de China. Es legítima solo si logra producir crecimiento económico, por lo que sus reclutas deben ser competentes. En ausencia de una norma jurídica vinculante, disfrutan de una conside­rable discreción, como deben hacerlo al actuar con de­cisión cuando sea necesario para cumplir la promesa de un crecimiento ininterrumpido.

En segundo lugar, existió una corriente liberal y laica vinculada al Partido Radical y donde también se incluyeron intelectuales independientes de clase media. Para ambos sectores, la cuestión social fue el resultado de un conflicto de clases, un problema estructural de la sociedad nacional, afectada por la falta de desarrollo económico, la explotación laboral, la inflación y la carencia de ayuda estatal hacia los más pobres. Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de common el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores. Las preguntas que plantea Milanovic son buenas, y si el recurso a tipos ideales estrechamente modelados sobre los Es­tados Unidos y China es una simplificación rígida, es, con todo, justificable y quizá necesaria para extraer un indicador útil desde el ruido ambiente.

Jeannette Von Wolfersdorff: La Desigualdad En Parte Se Crea En La Misma Economía, En El Sistema Capitalista

Esto en conjunto con una tardía respuesta por parte del Gobierno terminó por aumentar las desigualdades, teniendo por un lado personas que continuaron trabajando y vieron sus gastos reducidos (menos viajes, salidas a comer, teatro, ir de compras, and so forth.), incrementando sus ahorros, y por otro lado gente que perdió su empleo y tuvo que usar sus ahorros o adquirir nueva deuda. Destacó el modelo económico impulsado por los Chicago Boys en los setenta y los alabó, ya que en su opinión produjo prosperidad. La parte que no mencionó, o que desconoce, fue que se construyó sobre la base de sangre y fuego, en una de las dictaduras más sangrientas del continente; y el anunciado progreso fue para algunos a costa de empresas del Estado vendidas en cómodas cuotas y a precio de liquidación.

En lugar de una descripción de los mecanismos funcionales de la burocracia china, Milanovic nos ofrece un contraste metahistórico entre “la vía oc­cidental hacia el desarrollo” y la china. Siguiendo al economista Giovanni Arrighi, sostiene que el capita­lismo occidental, antes de volverse liberal y merito­crático, prosperaba “en todas las situaciones, ya fueran de conquista, de esclavitud o de colonialismo”, lo que “hacía que el modelo europeo fuera agresivo y beli­coso”. Los capitalistas europeos lo necesitaban “para la proyección del poder en el exterior, y, por consi­guiente, tenían que ‘conquistar’ al Estado”. A fines del siglo XX, esta vía de desarrollo ya no estaba al alcance de los países del mundo en desarrollo, que durante mucho tiempo fueron dominados y explotados por Occidente, cuya superioridad militar no toleraba nin­gún desafío. Mientras tanto, se desarrolló un Estado “autoritario” en China, un Estado que “dejaba en paz a los mercaderes ricos siempre que no supusieran una amenaza para él”. El comunismo, en esta perspecti­va, jugó el papel histórico de barrer con los arcaicos fundamentos económicos, mientras dejaba intacto al Estado autoritario y en posición de ser el partero en el nacimiento de una nueva forma de economía capita­lista.

Pero la atenuación de dichos objetivos en las últimas décadas, o derechamente el incumplimiento de ellos, quitó brillo al modelo y no sería raro que en un futuro pierda influencia. Tanto la creación de una clase alta empeñada en perpetuarse como la polarización entre la élite y el resto de la sociedad constituyen las principales amenazas a la paz social y a la viabilidad del sistema a largo plazo. La desaceleración del crecimiento y el aumento de la inequidad en varios países, a lo largo y ancho del globo, ponen otra vez al capitalismo ante un cuestionamiento profundo. ¿Tiene la política el suficiente poder para corregir sus consecuencias indeseables?

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Incluso si tales restricciones sobre la base de la ciudadanía nacional no llegan a aplicarse, seguramente veremos a los ricos y los que tienen seguros completos de salud apresurarse para asegurar el acceso a dicha vacuna cuando esté disponible, incluso si el modo de distribución garantiza que solo algunos tendrán ese acceso y otros serán abandonados a la continua e intensificada precariedad. El virus por sí solo no discrimina, pero los humanos con certeza lo haremos, formados y animados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el capitalismo. La ola de manifestaciones y diversas expresiones antineoliberales que han sacudido al planeta en las últimas dos décadas nos interpelan respecto a la manera de concebir lo social y su articulación con lo político. ¿Qué es hoy la vida en común, en el marco de reconfiguración del capitalismo y las democracias contemporáneas? ¿Cuáles son los factores que debemos replantear para visualizar el Estado Social del siglo XXI? Estas son algunas de las interrogantes que, acompañadas con temas fundamentales como la desigualdad, el trabajo, los fenómenos migratorios, el reconocimiento de las minorías, el envejecimiento de la población, entre otros, son examinadas por estos representantes de tres corrientes del pensamiento sobre el Estado Social actual, en la perspectiva del bienestar común y la justicia social.

Parece existir una relación bastante directa entre los niveles de desigualdad sobre la ocurrencia de conflictos, que tiene que ser estudiada con mayor profundidad. El sistema capitalista irá migrando gradualmente conforme se vaya agotando la capacidad de sobrevivir en medio de la destrucción que generan las guerras, los fundamentalismos y el propio ADN del sistema capitalista que conduce, sin la intervención de las fuerzas del socialismo, a la destrucción de su propia base material desigualdad en general y social al privilegiar el egoísmo, la codicia, la ambición y el poder. Esta forma sofisticada del poder hace posible que empresas conozcan a cada individuo hasta en los detalles más privados y puedan usar esa información para influir en sus ideas y conductas.

En Capitalismo progresista, Joseph Stiglitz se pregunta cuáles son las fuentes de enriquecimiento de las naciones. En su análisis adjudica la culpa de la ralentización del crecimiento y el incremento de la desigualdad en Estados Unidos principalmente a la falta de inversión, en las últimas cuatro décadas, en educación, infraestructura y tecnología. “Puede que, hace mucho tiempo, la imagen de una competencia innovadora, si bien implacable, de una miríada de empresas luchando por prestar un servicio mejor a los consumidores a costes más bajos, fuera una buena caracterización de la economía estadounidense”, comenta el premio Nobel de Economía. “Pero hoy vivimos en una en que unas pocas empresas pueden recoger cantidades ingentes de beneficios para ellas mismas y seguir en su posición dominante durante años y años, sin ser desafiadas”. Las democracias liberales podrían estar en un punto de inflexión, donde los ciudadanos cuestionan las normas capitalistas actuales con más intensidad política, algo que se ha dado en diversos países del mundo. Para convencerse de la importancia de lo que el presidente expresó, tan solo reparemos en el paulatino retorno de la palabra capitalismo en el discurso político y en la literatura para nombrar lo que antes se llamaba, sin mayores precisiones, neoliberalismo.

Desafortunadamente, en el momento de la pandemia, ninguno de nosotros puede esperar. El ideal ahora debe mantenerse vivo en los movimientos sociales que están menos interesados ​​en la campaña presidencial que la lucha a largo plazo que nos espera más adelante. Estas visiones valientes y compasivas que son objeto de burla y rechazo por los capitalistas “realistas”, tenían suficiente tiempo en el aire, llamaban la atención, para permitir que un número cada vez mayor –algunos por primera vez– desearan un mundo cambiado. Esperemos que podamos mantener vivo ese deseo, especialmente ahora que Trump propone en Semana Santa eliminar las restricciones a la vida pública y las empresas, y liberar el virus.

Él apuesta que las ganancias financieras potenciales para unos pocos compensarán el aumento en el número de muertes que se predicen claramente, lo cual él acepta y se niega a detener –en nombre de la salud nacional–. Así que ahora aquellos con una visión social de la atención médica common tienen que luchar contra una enfermedad a la vez moral y viral trabajando en una mutua unión letal. Todo esto tiene lugar en contraste con la contienda presidencial de los Estados Unidos en la que las posibilidades de Bernie Sanders de asegurar la nominación demócrata parecen ahora ser muy remotas. Las nuevas proyecciones que establecen a Biden como el claro favorito son devastadoras durante estos tiempos, precisamente porque Biden una vez amenazó con recortar los fondos públicos para las personas mayores, mientras que Sanders y Warren defendían “Medicare para todos”, un programa integral de salud pública que garantizaría el cuidado básico de la salud para todas las personas en el país. Tal programa pondría fin a las compañías de seguros privados impulsadas por el mercado que regularmente abandonan a los enfermos, exigen gastos de bolsillo que son literalmente impagables y perpetúan una brutal jerarquía entre los asegurados, los no asegurados y los no asegurables.

Existe una compañía de acero en Corea llamada Posco que luego de treinta años la calidad del aire y del agua es mejor que cuando comenzaron. Por lo tanto, es posible que si tu tienes la intención, la creatividad humana no tiene límites. Si le presentas a la gente el desafío de crear un producto que no genere ningún daño los seres humanos son capaces de llegar con soluciones casi milagrosas. Pero eso sólo ocurre si tienen un sentido del propósito, tienen un sentido del respeto y dignidad para luego darles la oportunidad de crear estas cosas extraordinarias. Cuando ellos se comenzaron a enfocar en sustentabilidad, cuando dijeron “queremos cero vertederos, no queremos poner nada más en vertederos, vamos a cambiar nuestra iluminación, vamos a cambiar nuestros camiones”. Sólo el tener la intención ya ha hecho una gran diferencia en sus operaciones y en otras compañías también está ocurriendo.

Se lucha hasta el ultimate, pero el resultado es injusto por donde se lo mire en este ejercicio reduccionista. En esos mercados reales e imperfectos la intervención pública es necesaria. Una política que, por ejemplo, terminara con la colusión, podría hacer que la economía chilena ganara a la vez en eficiencia y equidad.

De entre los más prósperos, solo Suiza parece haber conseguido que sus más ricos tengan mucho del PIB y, a la vez, la pobreza sea reducida. Es importante aclarar que Atkinson no buscaba acabar con la desigualdad, ni tenía en mente un nivel específico al que se debiera apuntar. Argumentaba que hay buenos motivos por los que algunas personas tienen más ingresos que otras (trabajan más o tienen a su cargo decisiones más complejas). Lo que pretendía era cambiar la dirección en que nos estamos moviendo, pues hoy nuestras sociedades están estructuradas para seguir acrecentando una desigualdad que le parecía insostenible. Anthony Atkinson murió este 1 de enero y la batalla por la reducción de la desigualdad ha perdido a uno de sus mayores defensores. Porque mientras el alemán Wolfgang Streeck, el anterior entrevistado de esta serie, decía que la concentración de la riqueza ha puesto al capitalismo en un atolladero del que no se vislumbran soluciones democráticas, Atkinson creía que hoy enfrentamos grandes problemas, pero nada que esté fuera de nuestro management desigualdad en la justicia.

Sin embargo, no todo es un potencial riesgo para la humanidad con la irrupción de las tecnologías digitales. Los beneficios del desarrollo de la ciencia y de las tecnologías digitales puede abrir un nuevo escenario, un nuevo mundo. Así es como la computación cuántica podrá ser un significativo paso adelante para la ciencia y la investigación en todas las áreas del conocimiento, especialmente, para la búsqueda de nuevo conocimiento, lo que hace más urgente impulsar un cambio fundamental en la relación de la sociedad con el sistema socioeconómico tal que permita humanizar y prolongar la vida del planeta y la de sus habitantes. Esta nueva oligarquía, la de la nueva era, está por sobre la democracia, la soberanía de países y del propio mercado. Y está en ese lugar de dominación por el carácter global de su penetración y extensión en el mundo, dado el uso y difusión de las nuevas tecnologías, como por la desregulación que existe en esa industria lo que se facilita por la pobre situación legal en el plano regulatorio y normativo. El reto no es solo para el socialismo en sus distintos matices, también lo es para los movimientos políticos que privilegian el individualismo y el mercado como las fuerzas motrices del mundo.

Las medidas de Atkinson buscan intervenir antes en el mercado, de modo que la repartición de los premios sea distinta. Propone, entre otros asuntos, que los gobiernos intervengan en la dirección que toma la tecnología, para que ésta colabore en la creación de nuevos empleos y no sea como ahora una amenaza constante a los puestos de trabajo. “Nuestro campo laboral es bastante reducido, la mayor parte de las y los antropólogos quedan como en un limbo de precarización laboral donde hay mucho trabajo informal, por cuenta propia, sumado al auge de las consultoras vuelve necesarias las postulaciones a fondos culturales y hace estar en una constante autogestión laboral que sin duda no es lo perfect. En el panel, también estuvo invitada la presidenta de Colegio de Antropólogos de Chile, Natalia Caniguan, para analizar la empleabilidad, cómo se configura el campo laboral y de qué manera la formación académica de antropólogo en Chile, pero también en otros países como México, está respondiendo o no a las demandas actuales. En la ocasión, que tuvo como objetivo brindar un espacio de reflexión en torno al análisis sobre las desigualdades en países como México y Chile, Reygadas analizó qué tanto el enfoque de la interseccionalidad resulta útil para entender o no, la desigualdad de Latinoamérica. “En América Latina es un enfoque que está ahora muy en boga, muy de moda porque plantea la imbricación entre el género, la raza y la clase.

Es por eso que Cuba, un país declaradamente socialista bajo un embargo de décadas, tiene una tasa de mortalidad infantil más baja, una esperanza de vida más alta y una tasa de alfabetización más alta que Estados Unidos, que es mucho más rico. Y por eso también los países con la pobreza más baja son lugares como Dinamarca y Finlandia. Una vez hecho el diagnóstico inicial, es imperativo generar herramientas más precisas y profundas que nos permitan complejizar los cuestionamientos que nos hacemos cuando nos referimos a la desigualdad. ¿Es esta una discusión que concierne principalmente a quienes viven en la Región Metropolitana, pero que omite la presencia de otros fenómenos y problemáticas más urgentes a resolver en otras partes del territorio nacional? ¿Puede existir alguna relación entre los niveles de conflicto que se observan en el territorio, la desigualdad y el porcentaje de la desigualdad que explica el 1% más rico? Si es que el 1% más rico no solo ostenta el poder económico, sino que también utiliza dicho poder para influir en la política (en desmedro de quienes se encuentran más abajo en la distribución de ingresos), entonces es possible que dichos territorios experimenten un mayor número de conflictos sociales.