«El esfuerzo de nuestro gobierno por mayor productividad, por mayor crecimiento, es consistente con los esfuerzos para disminuir la pobreza y la desigualdad», sostuvo el secretario de Estado.Junto a esto, Barraza señaló que la reducción en los niveles de desigualdad (ver nota página 22) son importantes aunque «moderados». Al prescindir de esta categoría, el índice de pobreza multidimensional se ubicó en 19,1% de la población el año pasado, una rebaja de 1,three punto porcentual respecto a 2013. Para el ministro Barraza, la disminución que presentaron los distintos indicadores refleja la “efectividad” de las políticas públicas del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. Se acabó el suspenso en torno a la actualización de las cifras de pobreza y desigualdad de los chilenos. Ayer por la mañana, en un atiborrado salón de un hotel capitalino, el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, junto a la subsecretaria de Evaluación Social, Heidi Berner, entregaron los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) para el año 2015.
Si el año 2009 la pobreza multidimensional, considerando 4 dimensiones (Salud, Educación, Vivienda y Trabajo y Previsión Social), llegaba a un 27,6%; y en 2013 fue de 19,7%; la Casen 2015 revela que este indicador se encuentra en el 18,4%. Al incluir indicadores de Entorno y Redes (incorporados en la encuesta Casen 2015), ésta llega a un 21,6%. Para ambas mediciones (por ingresos y multidimensional) se confirma que a nivel nacional la pobreza mantiene una tendencia a la baja. No da lo mismo que un 26,9% de las personas se encuentren en situación de pobreza como resultado de su inserción económica.
Destaca principalmente su participación en juntas de vecinos y organizaciones territoriales, seguida por organizaciones religiosas y agrupaciones de adultos mayores. Esta situación también se refleja en la composición de los hogares, ya que en 2015 un 40,1% de los hogares a nivel nacional registra la presencia de al menos un adulto mayor. De este whole, un 34,2% de hogares son, además, hogares en los que la persona mayor se identifica como jefe/a.
En la Casen 2015, se modificaron las ponderaciones, dando 22,5% a educación, salud y trabajo. Además, se modificó la categoría vivienda (también pesando 22,5%) incluyendo los parámetros de habitabilidad, servicios básicos y entorno. La medición se diseñó para ser representativa a nivel nacional, regional, por zona de residencia (urbana y rural), y en comunas que, sumadas, concentran el 80% ó más de las viviendas de cada región. En detalle, el porcentaje de la población que vive en situación de pobreza extrema -que no puede satisfacer sus necesidades básicas para vivir-, se redujo de 4,5% a 3,5%, mientras que la definida como no extrema lo hizo desde 9,9% a 8,1% del total de la población. Asimismo, se observa que un forty three,5% de los cuidadores familiares también son adultos mayores, de ellos el 30,7% tiene entre 60 y seventy four años y el 12,8% tiene 75 años y más.
“En este sentido el desafío fundamental que tenemos y que reafirman los datos de Casen 2015, es que como Gobierno estamos creando un Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, un ejemplo de ello es el ChileCuida que nos permite llegar al hogar y que el Estado y el Gobierno apoye a las familias para cuidar a las personas mayores”, sostuvo Barraza. En dicho contexto, los datos de Casen 2015 permiten estimar que un 14,4% del total de personas de 60 o más años presenta dependencia funcional en alguno de sus grados. De ellas, un four,3% no cuenta con asistencia private o cuidador, un forty two,2% señala que otro integrante del hogar le presta ayuda para la realización de actividades básicas o instrumentales, un 14% manifiesta tener un asistente externo al hogar y el 30,4% señala contar con ambos tipos de asistencia. Como “una nueva cara de la desigualdad en Chile que se visualiza como factor importante en la profundización de las brechas ya existentes”, es definida la pobreza energética por parte de Anahí Urquiza, académica Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales, investigadora del (CR)2, y coordinadora de la Red de Pobreza Energética de la U. Los ingresos del trabajo se volvieron más desiguales y las otras corrientes de ingresos –como los subsidios y transferencias del Estado–, aunque compensan en algo el efecto, no son suficientes para reducir la desigualdad. –La pobreza multidimensional es difícil que cambie abruptamente, pero como señaló el presidente Piñera, es la primera vez que se estancó.
Ciertamente, no la gratuidad que podría afectarla en el largo plazo (aunque tengo dudas que la gratuidad tenga efectos en la desigualdad en el largo plazo). La tributaria, no estaba en plena vigencia tampoco cuando se tomó la encuesta, en noviembre de 2017. –Los ingresos que las familias obtienen por su trabajo disminuyó desde 2015 en el primer decil, que es donde se concentra la pobreza. El miércoles el Ministerio de Desarrollo Social liberó la base de datos de la encuesta CASEN 2017, que había dado a conocer el día anterior, y los investigadores que estudian la pobreza se han volcado a un análisis exhaustivo de las cifras. La interpretación durará meses, pero Andrés Hernando, el mayor especialista en este tema del Centro de Estudios Públicos (CEP), comienza a avanzar en la explicación de los principales resultados. Ingeniero civil en computación de la Universidad de Chile, doctor en Economía de Harvard y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, se desempeñó como jefe de la División de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social entre 2010 y 2012, en el primer mandato de Sebastián Piñera.
Eso habla de las debilidades de la actual forma en que se organiza la economía, que el Estado – como copartícipe – intenta morigerar y escamotear con formas de contención de corto plazo. Lo anterior es especialmente importante si se considera la situación límite de las personas concretas que están detrás de las cifras de pobreza, y nos enfrenta al problema de la autonomía y real libertad que ofrece el modelo. Como era de esperar, toda la atención rápidamente se concentró en los indicadores de pobreza y desigualdad.
Paulo Egenau, nuestro director social, afirmó que “este hecho es inaceptable para un rango de edad en el cual las carencias monetarias y multidimensionales son determinantes a la hora de alcanzar las competencias básicas necesarias para lograr una vida adulta autónoma, transformándose en un escenario de riesgo y vulneración de derechos para este segmento de la población”. La encuesta mantuvo la representatividad a nivel nacional, por zona urbano / rural y por regiones, ampliándola a comunas que concentran el 80% o más de las viviendas de cada región (según marco muestral del Instituto Nacional de Estadísticas). Según el tramo etario del jefe del hogar, los niveles de pobreza son mayores en el segmento de entre 18 a 29 años, llegando al 15,4%. Le sigue el grupo de 30 a forty four años (14%), mientras en el tramo de 45 a 59 años se ubica en 9,9% y en aquellos encabezados por personas sobre 60 años alcanza el 7,1%. El gobierno celebró las cifras de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), que dieron cuenta de que la pobreza -en sus mediciones por ingreso y multidimensional- bajó entre los años 2013 y 2015.
El Intendente de la región de La Araucanía, Andres Jouannet, junto a la Coordinadora del Sistema de Protección Social de la Seremi de Desarrollo Social, Valeska Gengnagel, entregaron los resultados donde se destaca la baja de la pobreza por ingresos y multidimensional. Finalmente, se observan diferencias entre la población indígena, donde las personas en situación de pobreza alcanzan el 18,3%, más de siete puntos porcentuales sobre el 11% que anota la pobreza en la población no indígena. El porcentaje de personas en situación de pobreza se redujo en ambas categorías a eleven,7% y 19,1%, respectivamente.
Esta mañana el Intendente de Atacama, Miguel Vargas, acompañado por el SEREMI de Desarrollo Social, Antonio Urbina, y el SEREMI de Economía, Mario Silva, entregaron los resultados de pobreza y desigualdad correspondientes a la encuesta Casen 2015. Asimismo, al año 2015, el ingreso promedio mensual de la ocupación principal se ubicó en $462 mil para el whole de ocupados, mientras que para la población adulto mayor este ingreso alcanzó $442 mil, existiendo diferencias estadísticamente significativas entre los promedios de los hombres y mujeres ($508 mil y $316 mil, respectivamente). La tasa de participación laboral en la población adulto mayor para la medición 2015 fue de un 29,7%, cifra que no registra cambios significativos respecto a 2013, cuando llegó a 28,5%. Esta mañana el Ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, acompañado por la Subsecretaria de Evaluación Social, Heidi Berner entregaron los resultados de pobreza y desigualdad correspondientes a la encuesta Casen 2015.
Se observa, además, que del whole de personas mayores con dependencia funcional, sólo un 9% cuenta con un asistente o cuidador que recibe pago por los servicios prestados. Según la medición del 2007, un 10 por ciento de la población entre 18 y 65 años es pobre de tiempo, tasa que casi se triplica al incorporar las horas de transporte llegando a 26 por ciento. Además del transporte, otro de los factores asociados es la jornada laboral, los cuales impactan en “cómo uno quiere organizar su vida y quiere vivir este bien que es finito que es un día”.
El MPI captura el bienestar en salud mediante la medición de los logros en nutrición, acceso y cobertura de los sistemas de salud. Por ingresos, mientras en los hombres la pobreza alcanza el 11,2%, en las mujeres llega a 12,1%. Según el jefe del hogar, dichos porcentajes alcanzan el eight,8% y el 12,9%, respectivamente. El presidente de la Fundación para la Superación de la Pobreza, Juan Carlos Feres, subrayó que “si bien es cierto se había enlentecido el crecimiento, nos seguíamos moviendo en torno al 2%, que está muy lejos de un estancamiento o de una eventual recesión. A su vez, esa desaceleración de la actividad económica no tuvo un reflejo automático en el mercado del trabajo (…). Más bien lo que esto tiende a revelar es que, desde el punto de vista distributivo, el impacto de un crecimiento más lento no ha sido, como es relativamente ordinary personas ricas que ayudan a los pobres, mayor en los sectores pobres que en los sectores medios y altos”.
Esta evolución conjuga una positiva evolución en la desnutrición (que desciende desde 5,9% en 1992 a 1,1% en 2017) con un desempeño no tan favorable en los niveles de obesidad (que crecen desde three,3% en 1992 a four,9% en 2017). El porcentaje de la población clasificada con carencia en su acceso a salud muestra una disminución desde 50% en 1992 a 41% en 2017. Finalmente, en el indicador de cobertura de salud, el porcentaje de la población clasificada con carencia disminuye desde 21,2% en 1992 a 6,9% en 2017 ( Figuras 2 y 3 personas en extrema pobreza ). Es importante señalar que desde ya hace dos décadas han existido notorios avances en la forma de conceptualizar y medir la pobreza. Con mucha fuerza se ha adoptado en Chile desde 2013 el enfoque de las capacidades ( capabilities ) de Sen18 , que ha sido implementado exitosamente mediante el Índice de Pobreza Multidimensional (MPI por sus siglas en inglés).