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¿si Somos Más Ricos, Por Qué Debe Importarnos La Desigualdad?

La percepción de las personas de que la distribución de ingresos en su país era injusta o muy injusta disminuyó al caer la desigualdad, en tanto subió cuando la brecha se acrecentó. Las mayores transferencias públicas fueron también un factor relevante en la disminución de la desigualdad. “El estado se volvió más redistributivo hacia los pobres en ese período”, dijo la académica, agregando que el período coincide con un gran número de gobiernos de izquierda en la región.

Una de las posibles respuestas es que la minería tiene una alta demanda de mano de obra no calificada, por tanto, los salarios de estos trabajadores son relativamente altos, comparados con los del sector industrial13. Por otro lado, de acuerdo con el estudio de Betancour y Maldonado (2013), la minería estaba entre los tres sectores económicos con mayor variación de la tasa de empleo. “En las cuatro regiones mineras se producen los mayores crecimientos de personas ocupadas en el país entre 1986 y 2012, con un incremento que fluctúa entre 150% y 117%, con un promedio de 139%.

Mientras más difícil sea delinquir y mayor la probabilidad de ser atrapado, bajará el valor esperado de la delincuencia y, por lo tanto, habrá menos crímenes, pero si aumenta el botín, mayor será el valor esperado y habrá más delincuencia. A pesar de que estas cifras pueden ser informativas, siguen escondiendo una heterogeneidad territorial de la que pocas veces se habla. La reflexión respecto a las especificidades de los territorios es basic para comprender la profundidad de la centralización en Chile, desigualdad social en américa latina y asimismo para explorar la relación existente entre conflicto social y concentración de la riqueza. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”. Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento.

Durante la jornada inaugural del congreso anual del Foro Económico Mundial, la confederación Oxfam presentó un informe que destaca la predominancia de una «élite multimillonaria, controlada por monopolistas y financieros», y cómo esta situación contribuye al ensanchamiento de la brecha y al agravamiento de las disparidades. Hemos vivido demasiado tiempo en un país donde ir al colegio no tiene sentido, donde dar la PSU nos segrega, donde nos engañaron con la libertad de elegir. Las jóvenes rubias y las de pelo negro creen de verdad que su destino educacional es algo que merecen, que lo construyeron con esfuerzo private, como si no fuera un cauce inamovible que heredaron de sus familias. Como si los triunfos y los fracasos de nuestro sistema educativo fueran individuales y no colectivos. Por su parte, el resultado es que esa mitad de la población tiene un patrimonio medio de 3.259 dólares por adulto, lo que en conjunto representa solo un 2 % del complete mundial, mientras el 10 por ciento superior concentra el seventy six %. El 20 % de asalariados que se encuentra en la parte más baja de la estadística pasaría de ganar el three,9 % del total en 2004 a sólo el 3,5 % en 2017, mientras que el 60 % de la mitad de la tabla bajaría del 44,eight al 43 % en esos 13 años.

desigualdad ricos y pobres

Para el resto de variables no fue necesaria una expansión de las observaciones Sin embargo, para determinar el PIB per cápita se dividió el valor del PIB trimestral entregado por el Banco Central de Chile por la cantidad de personas ocupadas en el país según el Instituto Nacional de Estadísticas. Por un lado se encuentran los autores que, basándose en los planteamientos teóricos desarrollados por Kuznets (1955), sostienen que ambas variables tienen una relación positiva. Mientras que en la otra vereda se encuentran quienes han encontrado que esta relación es de carácter negativo, argumentos que se derivan del comportamiento evidenciado en la literatura empírica al momento de estudiar el comportamiento de estas variables tanto en el continente asiático como en Latinoamérica2. “Si el 1% más rico pagase un 0,5% más de impuestos sobre la riqueza, se recaudaría más dinero del necesario para escolarizar a los 262 millones de niñas y niños que actualmente no tienen acceso una educación».

En estos países, «los ingresos del 10% de la población más rica son 9,5 veces más que los del 10% de los más pobres», asegura la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Pero, al mismo tiempo, también aumenta la demanda de protección contra la delincuencia o, en términos económicos, disminuye “la demanda por delincuencia”. En 2017, Chile ocupó el cuarto lugar en el Ranking de desigualdad entre los países de la OCDE, con un índice Gini de 0,forty five. Por otro lado, la encuesta de victimización de 2021 (ENUSC, 2021) muestra que los chilenos consideran el crimen como uno de sus problemas más relevantes, mientras que la percepción de aumento de la delincuencia en el país llegó a 86,9 puntos porcentuales. El nuevo instrumento de planificación regional fue desarrollado por el Gobierno Regional de Tarapacá junto a esta unidad académica. La primera declaración sobre los derechos del niño information de 1920 aprobada por la Liga de las Naciones, la cual se disolvió en 1946.

El resultado es aún más abismante si consideramos los ingresos autónomos per cápita del hogar, donde la razón 10/10 aumenta a forty five,1. Lo anterior no es de extrañar, ya que como se señaló en la Sección 2, Chile es el segundo país más desigual de entre los países miembros de la OCDE. No se puede negar que Chile ha experimentado un desarrollo sin precedentes desde el retorno a la democracia (1990). Se ha logrado en un escenario de estabilidad política y social, preservando equilibrios macroeconómicos a pesar de los shocks internacionales (Sunkel e Infante, 2009).

La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado outline la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”. En whole, fueron nueve meses los que tardaron mil multimillonarios de todo el mundo en recuperar sus niveles de riqueza previo a la pandemia, mientras que para las personas más pobres esta recuperación podría tardar catorce veces más, es decir, hasta una década. Lo anterior, según el informe “El virus de la desigualdad”, presentado hoy lunes por Oxfam International en la antesala del Foro Económico Mundial (WEF, sigla en inglés).

La protección contra el crimen privado es cada vez más importante en las sociedades modernas, y los guardias de seguridad privados ahora superan a los funcionarios públicos en muchos países. Asimismo, la evidencia de que la desigualdad y la protección privada están positivamente asociadas abunda. Un artículo del New York Times del año 2014, de Samuel Bowles y Arjun Jayadev, muestra que el número de empleados en servicios de protección privada por el total de trabajadores aumenta con el índice de desigualdad de Gini. 12De acuerdo con Macías (2014), el crecimiento que surge por la acumulación de capital físico puede aumentar los niveles de desigualdad, sobretodo en países pobres o de ingresos medios, al aumentar las disparidades entre el campo y la ciudad. 8Forbes (2000) estudia el efecto de la desigualdad del ingreso sobre el crecimiento, se sigue su metodología de análisis de datos de panel, adaptada a este estudio.

Esto significa que es possible que la relación entre crimen y desigualdad sea estadística y económicamente insignificante. Si se amplía un poco más la muestra, el 1 % más aventajado se ha quedado con el 38 % del incremento de la riqueza generada en el mundo entre 1995 y 2021, mientras que el 50 % de los más pobres únicamente han conseguido un 2,three %. La implementación de programas que condicionan el acceso a servicios básicos a la vigilancia estatal y privada ejemplifican de manera clara no solamente el hecho de que las tecnologías no son neutras, sino que impactan de forma diferenciada a distintos grupos humanos, de acuerdo a su género, al colour de su piel y a su clase social. Un dato irrebatible que devela la inmoralidad del actual sistema capitalista es el aumento de la concentración de la riqueza en pocas manos, provocada por la

El Primero es que la propensión marginal al ahorro de los estratos altos de la población es mayor a la que presentan aquellos grupos sociales de menores ingresos; por lo tanto, a mayor desigualdad mayor tasa de ahorro y más rápido será el crecimiento económico3. El segundo es que los grandes proyectos de inversión requieren de altas sumas de capitales, por lo que un país al no contar con un mercado financiero desarrollado, la posibilidad de concretar estos proyectos se enfoca en unos pocos individuos de la sociedad que a su vez concentran una parte importante de la renta nacional. Y el tercero es que la desigualdad es eficiente para la economía, dado que induce a los agentes a arriesgarse y/o esforzarse más con el fin de mejorar sus niveles de bienestar relativo, lo que repercute de forma positiva en el desempeño económico de los países. En este sentido, Barro (1999) evidenció que la curva posee una regularidad empírica, hallazgos que demuestran que la desigualdad retarda el crecimiento para países pobres y lo promueve en países ricos. Sin embargo, la curva explica relativamente poco las variaciones de desigualdad entre países y a través del tiempo. El objetivo de la presente investigación es identificar la relación que existe entre la desigualdad en la distribución de los ingresos y el crecimiento económico de Chile entre los años 1996 y 2017.

Para ello se utilizó el Ratio de Palma y una modificación a las tradicionales mediciones del fenómeno, basándonos en las remuneraciones que perciben los trabajadores. Como hallazgo más relevante se evidenció una relación negativa entre la desigualdad y el crecimiento económico, situación compatible con la literatura que sostiene que aquellos países con mayores niveles de desigualdad tienden a crecer a una tasa menor que aquellos con mayores niveles de igualdad. Al utilizar dos medidas distintas de la distribución del ingreso, podemos comprobar la robustez de los resultados, sobretodo de los factores aporte de sector secundario/minero; concentración de población indígena; esperanza de vida al nacer y educación, como determinantes de la desigualdad del ingreso en Chile. Asimismo, se observa que el ratio 20/20 es más sensible desigualdad mundial branko milanovic pdf a cambios en las distintas variables analizadas, ya que los modelos tienen un mayor ajuste y los coeficientes de los estimadores, son más altos que los obtenidos utilizando el índice de Gini como variable dependiente. Otras variables, como los años de escolaridad, no se han mostrado significativas, a pesar de tener una correlación alta y negativa con la variable dependiente.

¿si Somos Más Ricos, Por Qué Debe Importarnos La Desigualdad?

¿Será simplemente coexistencia que en Chile tenemos paralelamente malos índices de salud psychological y de distribución de ingresos? Diversos estudios han mostrado que mientras más desigual -económica y socialmente- es una comunidad, más precaria será la salud psychological de la misma. Sin duda la precise crisis social, política y sanitaria en América Latina ha sido analizada desde múltiples aristas relacionadas a la historia, economía, sociología y ciencias políticas.

En el informe del PNUD (2016)16, se observa que Chile está dentro de los países con un nivel muy alto de desarrollo humano, ubicándose en el puesto número 38, bajo Lituania y sobre Arabia Saudita, con una expectativa de vida promedio de eighty two años, y una media de años de escolarización de 9,9 (de los 16,3 años esperados para el país). Dentro de esta categoría los únicos países latinoamericanos representados son Chile y Argentina en el puesto 45 (con valores de 0,847 y 0,827 respectivamente, siendo el promedio de América Latina y el Caribe de zero,751). Sin embargo, Chile retrocede 12 puestos si se considera la desigualdad17, quedando al nivel de países como Rumania, Kuwait o Rusia. Los primeros puestos son ocupados por Noruega, Australia y Suiza, mientras que en los peores lugares están la República Centroafricana, Nigeria y Chad, con niveles de desarrollo humano muy bajo. En el período 1990 y 2013, la desigualdad del ingreso en Chile12, medida a través del índice de Gini, evolucionó de una forma comparable a que se debe la desigualdad social a una U invertida (ver Gráfico 6), crece a partir de 1992 para luego descender desde 2003 y de manera constante desde 2009. Bajo la metodología tradicional Chile pasó de un índice de Gini de zero,fifty seven en 1990 a 0,fifty three en 2013.

El emprendimiento se ha entendido como un aprendizaje de una nueva forma de relacionarse con la dimensión productiva. El empresario es modelo de conducta gracias a su emprendimiento y, en tanto tal, toda persona puede convertirse en emprendedor si sigue las reglas de esta conducta, independiente de su posición objetiva en la sociedad. Las dos matrices culturales exitosas en Chile (cultura hacendal, cultura del emprendimiento) tienen relevantes principios de legitimación de la desigualdad. Y la ruta cultural no exitosa, la cultura republicana, ostenta una variante que permite también incorporar la desigualdad como parte de su repertorio posible. Una revisión somera de las tres matrices mostrará la articulación de estas visiones con nuestra historia de desigualdad. Además, hablamos permanentemente de reforma a Carabineros, de reforma al Sence, a la Sala Cuna y ninguno de esos proyectos sale adelante.

Ya se estudió uno de sus componentes, el ingreso, por tanto, en esta sección se estudiarán otros dos, la educación y la salud. En este apartado se examina el desarrollo económico del país, evaluado a través de índices de desarrollo humano (PNUD) y el índice de desarrollo regional (Vial, 2017) y a continuación se evalúa la desigualdad social en dos aspectos muy controversiales actualmente en el país, educación y salud. Ambos temas generan constantes polémicas, protestas y levantamientos por parte de la sociedad, la cual siente la desigualdad y busca que el Gobierno doble sus esfuerzos para satisfacer estas necesidades básicas, de una manera eficiente y que beneficie a toda la población y no solo a unos pocos.

En zonas aisladas podemos evidenciar las más altas desigualdades en el acceso a las oportunidades, lo que genera quiebres sociales. Se observa en el (Gráfico 8) que en 1955, en promedio, los chilenos no alcanzaban a completar la enseñanza primaria (8 años), llegando a este nivel solo a partir de 1990. En 2014 el promedio fue de 9,eight años, por debajo de la educación obligatoria en el país (12 años) y de los años de escolaridad esperada de acuerdo con el PNUD (15,2 años para 2014). El país busca facilitar cada vez más el acceso a estudios superiores, de hecho la política pública pretende que a través de becas y créditos la educación esté al alcance de la población económicamente más vulnerable.

a que se debe la desigualdad social

Además, muestran una alta correlación entre los diferentes patrones nacionales de desigualdad de ingresos y la adicción al juego, problemas de comportamiento en la niñez, trastorno bipolar e incluso “sesgo de autoestima”. De esta forma, este programa de investigación apunta a incorporar la percepción en los estudios y encuestas. Recoger los datos necesarios considerando esta dimensión del tiempo para, finalmente, construir políticas públicas que permitan llegar a una superación de estas desigualdades e injusticias de nuestra sociedad. La disaster también tiene el potencial de aumentar la presión política a favor de un cambio más progresivo.

Uno de los factores decisivos a la hora de comprender la desigualdad en Chile es la permanente justificación cultural de la importancia de conservar ciertas concentraciones de poder (político o económico) en ciertos grupos específicos, siempre pensando en el bien del país. Desde el poder militar para conservar el orden, el poder eclesial para conservar la ethical, hasta el poder de la clase política para preservar la estabilidad; Chile ha estado atravesado por hipótesis que justifican la acumulación de recursos como condición para la civilización. La ciudadanía ha sido vista como fuente de caos, animalidad, instintos, frente a la sabia razón que inspiraría a los grupos dominantes. No hay que olvidar que para que esta Reforma sea exitosa, se requiere fortalecer la profesión docente. Tal como señaló el Informe McKinsey de 2007, en ninguna parte del mundo la calidad de un sistema escolar supera la calidad de sus profesores.

En algunos países como Colombia se destaca particularmente la desigualdad en materia de justicia por todo el proceso de violencia que ha marcado por años a ese país, mientras que en otras naciones como Chile, las divergencias más fuertes están marcadas por la alta desigualdad económica, en el sistema educacional y social. Asimismo, los sectores más vulnerables tienen altas tasas de desocupación, informalidad en el empleo y desprotección social. Siguiendo al texto Desiguales y a la OECD (2012), se necesita reducir las brechas que existen en la estructura productiva de la economía chilena, que se expresan en circuitos diferenciados de productividad, competencias laborales, salarios y estabilidad en los empleos.

La república es instaurada por una oligarquía que, entre otros factores, gozaba de una fortaleza cultural enorme en medio de un país donde el siglo de las luces había pasado entre sombras. El siglo XIX chileno está marcado por sociedades literarias, por la Universidad de Chile, el Instituto Nacional, las escuelas normalistas, la redacción de las leyes, el diseño desde el positivismo de un país racionalista. Pero esta fuerza enorme en dirección de la razón, la ciencia, las artes y la religión al servicio de la república, tuvo (como decíamos) un vicio de origen. Se asumió que la ausencia de racionalidad y madurez de la sociedad chilena era tan brutal que, en tanto no fuera educada, la política no podía hacerse con la ciudadanía. Es decir, se postergó el ejercicio del poder deliberativo de los ciudadanos hasta nuevo aviso y, mientras tanto, se asumió que el management y diseño del país debía residir en las instituciones.

La misma encuesta ratifica que la desigualdad se mantiene constante, algo que damos por descontado como un muy mal resultado. CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio.

No estamos haciendo solamente la dimensión cuantificadora (lo que ya se ha hecho), sino que se busca acceder al sentido, al sujeto, al individuo”, cube el sociólogo. Cuando uno compra tiempo, cube Basaure, se gana cierta autonomía y capacidad de manejar las actividades de orden necesaria, como el trabajo remunerado -y con eso mejorar la propia situación económica-, y las actividades discrecionales como disfrutar del tiempo libres y la recreación. Las causas de esta problemática, de acuerdo al sociólogo, radicarían en el hecho de vivir en una sociedad del trabajo, acelerada e individualista. Una sociedad trabajólica y de consumo, alienada por el dominio de determinados tiempos, básicamente los de trabajo, perjudicando el marco de “vida buena” que tiene espacios para lo lúdico, lo estético, la participación política y la vinculación con uno mismo y el entorno. Gran parte del sentido de bienestar, autonomía y autorrealización personal depende del tiempo que podemos destinar a las diversas actividades que componen el diario vivir. Para el sociólogo Mauro Basaure, investigador del COES y director del Doctorado en Teoría Crítica y Sociedad Actual de la Universidad Andrés Bello, las condiciones estructurales de una sociedad como la nuestra hacen que existan actividades que se extienden en demasía, que ocupan más tiempo y gobiernan la cotidianeidad.

En Chile, en el año 2015, el promedio de escolaridad para una persona nacida en el país era de 11 años, y para un inmigrante (cuya madre residía en otro país al momento del nacimiento) de 12,5 años. Asimismo, hay una diferencia promedio de un año de escolaridad dependiendo de si pertenece o no a una etnia, siendo el promedio de 10,1 años para la población indígena y 11,1 para la no indígena. Las principales banco frances fundación conclusiones de este trabajo, revelan la gran heterogeneidad que existe entre las regiones de Chile, siendo consistente con los trabajos de Agostini y Brown (2007; 2010), Ramírez et al. (2009) y Mac Clure y Calvo (2013), quienes avalan la importancia de trabajar a distintas escalas territoriales2. Se observa que las regiones más desiguales a nivel social y económico, son igualmente aquellas con menor PIB y desarrollo económico.

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[13] Es importante mencionar que esta gran diferencia se explica principalmente por las contribuciones a la seguridad social ya que, a diferencia de Chile, en basic los países financian programas de seguridad social con componentes solidarios con estas contribuciones. [9] Existe una tradición académica que sugiere que si no se le pueden poner impuestos a todos los bienes de consumo, el impuesto al consumo óptimo posiblemente impondrá distintas tasas a distintos bienes. Un problema de esta tradición es que no considera que impuestos diferenciados dificultan la fiscalización y abren espacio a la evasión y elusión, lo que a su vez afecta la eficiencia del sistema. Un segundo problema, más importante aún, es que los impuestos diferenciados óptimos dependen de elementos que no son observables, por lo que son muy difíciles de implementar.

La sección 3 presenta los hechos estilizados respecto de la desigualdad en forma comparada para varios países de la región; en la sección 4 se compara la distribución del ingreso entre Chile y Uruguay y en la sección 5 se profundiza en las características de la distribución del ingreso de ambos países. El modelo de microsimulaciones y sus estimaciones se presentan en la sección 6 y el análisis de estos resultados en la sección 7. La sección 8 plantea la sensibilidad de las estimaciones a las correcciones de ingresos de la base de datos de Chile y sus implicancias para el análisis anterior. Datos de Banco Mundial (2016) muestran que los países que presentan una mayor diferencia en los ingresos tienden a presentar un menor grado de movilidad intergeneracional. Esto significa que hay una correlación clara entre la disparidad de los resultados y la de oportunidades –que determina la movilidad social–.

“Son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad”, argumentan. Tal como en el caso de la pobreza, la principal causa de la menor desigualdad es el aumento de los subsidios monetarios a los grupos más pobres del país, lo que permitió que la diferencia de ingresos totales se reduzca. Otro elemento de rotunda importancia es que los impuestos y las transferencias no constituyen la única forma de luchar contra la desigualdad. En estudios anteriores, Lustig y sus colegas muestran que una prima salarial en declive – es decir, una disminución en la brecha salarial entre trabajadores con mayor o menor preparación – explica parte del descenso en el coeficiente de Gini en los países latinoamericanos. No es fácil desentrañar el papel que desempeñan la oferta y la demanda en la reducción de la prima salarial, pero al parecer ambos factores han incidido. Es bien conocido que la educación desempeña un rol importante en la determinación de la desigualdad de ingresos.

Las autoridades chilenas tienen el desafío urgente de facilitar estas bases de información, lo cual permitirá hacer más transparente el proceso de corrección de los datos Casen, así como realizar comparaciones internacionales con metodologías similares. Más allá de las diferencias de ingresos, la desigualdad socioeconómica se manifiesta en otras dimensiones de la vida de las personas. La que más rechazo provoca en la población es la disparidad en el trato y dignidad que, por ejemplo, se materializa en la atención de salud. La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto.

gini mundial

Hemos visto que, en términos de recaudación de impuestos, el tamaño del Estado en Chile es pequeño y que los ingresos fiscales que recauda provienen mayoritariamente de impuestos al consumo. A lo anterior se suma que los impuestos al ingreso, además de tener una relevancia secundaria, abren espacios para elusión y evasión, haciendo que la progresividad nominal se vea seriamente mermada.[18] Además, los impuestos al patrimonio prácticamente no existen. Un sistema tributario que se toma en serio la desigualdad y la protección de la democracia debe considerar el mérito de los impuestos al patrimonio, en specific a la herencia y a la riqueza. La revitalización de la discusión académica al respecto sugiere que la thought merece ser, al menos, discutida seriamente. Las familias de menores ingresos destinan una mayor porción de sus ingresos a la alimentación. Así, el IVA a los alimentos es un impuesto regresivo, ya que estas familias pagan una mayor proporción de su ingreso en esos impuestos.

A nivel de América Latina, los datos del Banco Mundial sobre desigualdad ponen a Chile casi en la medianía de la tabla en la materia. En su informe La Pobreza y la Prosperidad Compartida, el organismo situó a nuestro país como el séptimo más desigual del orbe, con un índice Gini de 50,45 en 2013. Gustavo Zurita, académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, lideró el desarrollo de esta herramienta tecnológica colaborativa que favorece la discusión ética de casos reales. La innovación, que ya se ha aplicado en universidades de Chile, Ecuador, Colombia, México y España, cuenta con un diseño instruccional que puede ser construido en base al requerimiento y necesidad de cada comunidad educativa. Un enfoque alternativo sería la creación de una medida de los ingresos que hace hincapié en las consistencias dentro de un país a través del tiempo. Este es el enfoque adoptado en el Sociómetro (/sociometro) que tiene un fuerte enfoque intertemporal.

Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero. Primero, los percentiles de mayores ingresos concentran una parte sustantiva de los ingresos. Por ejemplo, como detallamos más abajo, en Chile el 10% más rico se apropia de más de la mitad de los ingresos totales. Este coeficiente, a diferencia del Gini, por tanto, no mezcla la homogeneidad de lo que se apropian la mitad de la población cuya participación en el ingreso es muy comparable a través del mundo (grupos medios y medios alto), con la enorme heterogeneidad de lo que se lleva la otra mitad (grupos altos y bajos).

Durante más de seventy five años, hemos trabajado en conjunto en soluciones innovadoras para desafíos complejos, contribuyendo al progreso de Chile y de otros países que enfrentan retos de desarrollo similares. Un caso que vale la pena señalar es el de Bolivia, donde los gobiernos izquierdistas han aumentado de manera appreciable el gasto en el sector del bienestar social. Sin embargo, según lo revela otro estudio, debido a que las transferencias monetarias no están enfocadas exclusivamente en los pobres sino que son universales, su efecto distributivo en basic no es progresivo sino neutral. Todavía más, la desigualdad al parecer está bajando precisamente donde period más aguda para empezar. Esto es válido para regiones, especialmente América Latina, tanto como para países, por ejemplo, Brasil y Sudáfrica. El informe del Banco Mundial señala muchos caminos, entre los que destaca el crecimiento económico.

A diferencia de los impuestos al ingreso que se calculan en base a flujos (es decir, a cuánto se gana en un año), estos impuestos se calculan en base a inventory (es decir, a la cantidad acumulada a través de los años). Dentro de esta categoría encontramos, por ejemplo, las contribuciones, el impuesto a la herencia y el impuesto a la riqueza. Por el otro lado, de acuerdo a los últimos datos disponibles del Banco Mundial, entre los países de la región que son más desiguales que Chile están Brasil (0,529), Colombia (0,515), Panamá -que además es el líder de América Latina en cuando a PIB per cápita- (0,509) y Costa Rica (0,487). La caída promedio para los nueve países emergentes que Lustig compara – entre ellos, Sudáfrica, que es en extremo desigual – es más de tres puntos (55,7 a 52,5).

Y si bien la ciudadanía está en su gran mayoría de acuerdo con la idea de que las personas que trabajan duro merecen ganar más, prácticamente todos están de acuerdo, 0 muy de acuerdo, con que las diferencias de ingresos en el país son muy grandes (un 90%, según reporta el PNUD en su libro Desiguales, del 2017). Las encuestas de hogares, como la Casen, sobre las que se basan las estimaciones habituales del Gini, no son capaces de capturar la concentración en la parte alta de la distribución, porque no suelen representar al pequeño grupo de personas más ricas y porque a la vez tienen dificultades para capturar los ingresos del capital. Integrando datos de cuentas nacionales, declaraciones de impuestos y encuestas de hogares para corregir estos problemas de medición, el equipo del World Inequality Database estima que el 1% de mayores ingresos en Chile se lleva aproximadamente un 27% de los recursos, fracción que ha permanecido bastante estable desde 1990. Los resultados revelaron una baja del indicador de 0,509 en 2020 a 0,470 en 2022, lo que implica una reducción de la brecha entre los hogares con mayores y menores ingresos del país. Respecto a los datos por género, en 2017 la incidencia de la pobreza en mujeres fue de 9% y en hombres de eight globalización y desigualdad,2%.

Las condiciones sociales como los beneficios de seguridad social y la participación de la mujer en el mercado del trabajo no son significativas para explicar las diferencias entre ambos países. Finalmente, este artículo muestra que el ajuste de la información de los ingresos de la encuesta de hogares chilena a las cuentas nacionales explica un tercio de la brecha entre los coeficientes de Gini de Chile y Uruguay. Sin el ajuste a las cuentas nacionales, la brecha en la distribución de ingresos entre ambos países disminuiría en tres puntos la estimación anterior. A pesar de esta significativa reducción las razones para explicar la brecha permanecerían idénticas frente a análisis anteriores. Los resultados dan cuenta de dos efectos sustantivos en la distribución del ingreso en Chile y su comparación internacional.

Además, las personas de altos ingresos que sí son encuestadas, subreportan sus ingresos, ya sea porque no los conocen con exactitud o porque no desean hacerlos públicos. En Chile, el tema de la desigualdad es de larga data y se ve reflejado en la vida cotidiana de sus habitantes en diversas áreas. Esto ha traído consigo un aumento del descontento social, lo que se ha visto reflejado en una variedad de movilizaciones sociales, las cuales detonaron el año 2019 con el “Estallido Social”, lo que demostró, entre otras cosas, la urgencia que requiere enfrentar este problema en el país. Así, la reducción de esta debe responder a ambas dimensiones si estas se quieren disminuir efectivamente.

El primero da cuenta que sólo la corrección a este factor explica casi 3 puntos del coeficiente de Gini de Chile, es decir el Gini estimado sin la corrección correspondería a 52,68 vs el fifty five,67 estimado con los datos corregidos. Esto implica que dado que el resto de los países latinoamericanos no corrige sus encuestas de hogares -incluyendo las encuestas utilizadas para comparar en caso de Uruguay- podría existir una sobrestimación de la desigualdad en Chile respecto a sus pares o una subestimación de la desigualdad efectiva en el resto del continente. Para el precise instituciones sociales y organizaciones sociales estudio esto significa que la diferencia en el coeficiente de Gini en Chile para el período analizado sería de 5,5 puntos adicionales respecto de Uruguay y no de 8,5 puntos.

Es importante destacar que estos académicos son solo ejemplos de la diversidad de perspectivas dentro de este campo de investigación. Otros académicos y estudios también han aportado valiosos conocimientos y enfoques adicionales para comprender la relación entre el índice de Gini y la productividad. «La inflación impacta en las proyecciones de PIB y por ende en los ingresos de las personas, pero también influyen otros factores. En estas proyecciones de pobreza no es posible desagregar el efecto directo del aumento de la inflación en pobreza, sino que se trata de un aumento que combina diferentes factores», cerró la entidad.

¿si Somos Más Ricos, Por Qué Debe Importarnos La Desigualdad?

“Es fascinante esto porque quiere decir que la desigualdad cayó en países con tasa de crecimiento alta y con tasa de crecimiento baja; en países que tenían el auge de materias primas y aquellos que eran importadores netos de materias primas, en países gobernados por la izquierda y países gobernados por la derecha. Hay una generalización que deberíamos poder explicar más allá de características típicas del período”, destacó. Las causas de estas inequidades son múltiples, con factores que van desde la gran brecha de oportunidades que existe en el país, a su estructura productiva e incluso el rol del Estado (PNUD, 2017). No obstante, el objetivo de este artículo no es el de determinar los orígenes y fundamentos de la desigualdad en Chile 5 , sino que examinar qué concepto de desigualdad está justificando el plan de acción del país respecto del ODS 10 sobre desigualdad en el país y entre los países.

Sin embargo, el cambio climático no está dañando a todos/as por igual, por lo que ha incrementado las brechas en cuanto a las oportunidades que tienen los individuos y países, ya que están condicionados por su territorio ( United Nations, 2020b; Kuhn, 2020 ). Otro ejemplo que propone Sen (2000), tiene que ver con los virus y las bacterias que hay en el medio, que trastornan la manera y la calidad en que viven los individuos, o bien, la forma en que tienen que distribuir sus recursos los países. Por lo tanto, la diversidad en el medio influye di-rectamente en la libertad que tienen los individuos y países para lograr cierto nivel de calidad de vida “ideal”. Por otra parte, el año 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una nueva resolución que compromete a los 193 miembros de esta organización a trabajar en un programa de 17 objetivos, llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Entre estos objetivos se encuentra el número 10, sobre “Reducir las desigualdades en los países y entre ellos” (Naciones Unidas, 2018). Chile adoptó esta agenda y, actualmente, se encuentra implementando sus 17 objetivos en sus diferentes partidas públicas, con el fin de alcanzar las metas que ahí se establecen (Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, 2017a).

En primer lugar, de corto alcance, puesto que la realidad país hoy supone una urgencia respecto de este tema, el cual debe ser tratado pronto si realmente se quiere establecer el desarrollo sostenible a nivel nacional, como también internacional. En segundo lugar, también deberían haber acciones públicas de largo alcance, que no solo respondan a las necesidades inmediatas, sino que también a aquellas dificultades más profundas, y que se arrastran desde hace siglos (PNUD, 2017), con el propósito de disminuir estas disparidades de manera efectiva y sostenible en el tiempo. De esta forma, como se explicó en el primer apartado de este artículo, ambas dimensiones de las disparidades, ex-ante y ex-post, presentan una relación recíproca entre sí, afectándose mutuamente. Es decir, que los resultados de una generación afectarán directamente el punto de partida de la siguiente y, además, aun habiendo logrado la igualdad en una de estas dimensiones, esto no resolvería las disparidades en la otra dimensión. La construcción de una amplia base de datos regional permitió dar una mirada a la dinámica de la desigualdad en Chile, retratando las diferencias regionales. La tabla del Anexo D resume los resultados de los indicadores evaluados en este trabajo, revelando la vulnerable posición de la región de La Araucanía, la peor catalogada en cada uno de los indicadores económicos y algunos sociales.

porque es importante la desigualdad social

La Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI) que encargó el Ministerio del Trabajo y Previsión Social al Centro de Microdatos (CMD) de la U. De Chile indicó que las desigualdades sociales del país tienen su origen en la primera infancia y en el contexto sociocultural en que el niño se desarrolla, y se fortalecen a medida que pasan los años, hasta consolidarse en la vida adulta. En 2016, el gobierno chileno aprobó la Política Nacional Docente (PND) que consiste en reformas al acceso y retención de educadores en las escuelas públicas y privadas con subvención del estado. Estas reformas incluyen establecer altos requisitos de ingreso y nueva acreditación para programas de formación docente, proporcionar un año de tutoría para cada maestro/a entrante con pago adicional para mentores y aprendices, y crear un sistema de desarrollo profesional para la promoción profesional a largo plazo.

En esa línea, indicó que el mayor desafío político y cultural «es avanzar para que las personas desnaturalicen la concept de que la movilidad social y el bienestar se juega de manera individual”. Entre las desigualdades que más molestan a los chilenos está que algunos accedan a mejor salud que otras, que algunos accedan a mejor educación y que algunos reciban un mejor trato. “La intolerancia respecto a desigualdades en salud y educación ha aumentado”, señaló el director de la Escuela de Gobierno. Entre las razones más mencionadas por las que se recibe mal trato está la clase social, ser mujer y el lugar en el que vive. Los sistemas educativos deben procurar recursos financieros y no financieros para los alumnos de menores recursos para asegurar que todos los alumnos gocen de altos niveles de aprendizaje.

Eso quiere decir, detalla Méndez, en que una sociedad ve que esas diferencias van configurando asimetrías que no consideramos legitimas. Esa ha sido la petición que han planteado desde redes sociales a opiniones de diversos actores, frente a la actual situación social que atraviesa Chile. La ministra Evelyn Matthei explicó que cuando llegó a ocupar su cargo le sorprendió la baja participación laboral de las mujeres y el desconocimiento de las causas de ésta. «Por eso valoro el estudio del CMD, me cube los motivos y así podemos aplicar políticas específicas, por ejemplo si la presencia de la mujer en la casa, aunque sea muy pobre, tiene un impacto positivo en la formación del niño, hay que subsidiar a la mujer. Y si quieren mejores sueldos, el bono a la mujer trabajadora es una buena medida», detalló la ministra.

Dicho lo anterior, es posible que las políticas redistributivas aún no sean desarrolladas con la eficacia que el país necesita para reducir más rápido las brechas económicas que le aquejan. De acuerdo con Donoso (2014), los gobiernos de la Concertación, principalmente desde la vuelta a la democracia, han tomado la inequidad como “espíritu de lucha”, por lo que se han implementado una serie de políticas redistributivas (tales como la reforma educativa y tributaria), sin embargo, acorde con el autor, los gobiernos han fallado en este objetivo. Además de los indicadores de desigualdad conocidos, recalca que la sociedad, actualmente, valida más la desigualdad que hace 30 años.

El ratio fue de 27,6; 29,8; 29,1 y 27,2 para 2009, 2011, 2013 y 2015 respectivamente (calculado por Ministerio de Desarrollo Social [2016b], bajo la nueva metodología). Reducir la desigualdad de 0,forty nine a 0,43 para Chile o de 0,50 a 0,forty three para la Región Metropolitana, implica una reducción de cerca de 18% en los conflictos a nivel nacional y de 21% en la RM. Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1). Gary Becker, premio Nobel de Economía, publicó en 1968 un artículo en el cual investiga las motivaciones económicas para cometer un crimen. Si los ingresos de la actividad felony son mayores a los de un trabajo legítimo, el individuo escogerá delinquir. El valor esperado de la actividad criminal depende del botín obtenido, la probabilidad de ser atrapado y el esfuerzo.

Mi intención, mucho más modesta, es presentar algunos elementos de juicio a partir de lo que el análisis económico ha dicho sobre este fenómeno. La encuesta Casen 2013 indica que, como sea que la midamos, la pobreza ha disminuido sistemáticamente desde 1990 a la fecha. La misma encuesta ratifica que la desigualdad se mantiene constante, algo que damos por descontado como un muy mal resultado. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio.

En este apartado se examina el desarrollo económico del país, evaluado a través de índices de desarrollo humano (PNUD) y el índice de desarrollo regional (Vial, 2017) y a continuación se evalúa la desigualdad social en dos aspectos muy controversiales actualmente en el país, educación y salud. Ambos temas generan constantes polémicas, protestas y levantamientos por parte de la sociedad, la cual siente la desigualdad y busca que el Gobierno doble sus esfuerzos para satisfacer estas necesidades básicas, de una manera eficiente y que beneficie a toda la población y no solo a unos pocos. Los datos regionales, como años de escolaridad promedio y analfabetismo, se obtienen a partir de la Encuesta CASEN. Con la nueva metodología, se aprecia que en ambos años se repiten tanto las regiones más desiguales como aquellas con menor nivel de inequidad.

¿si Somos Más Ricos, Por Qué Debe Importarnos La Desigualdad?

Asimismo, las políticas sociales, enfocadas a la población de menores ingresos han obtenido buenos resultados disminuyendo la pobreza del país y en cada una de sus regiones. Chile fue el primer país Latinoamericano invitado a ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Actualmente, Chile es el segundo país más desigual de la OCDE (índice de Gini antes y después de impuestos y transferencias). La desigualdad de Chile es intra e interregional, los ingresos del 20% de la población más rica son 10 veces mayores que los del quintil más pobre (OCDE, 2018), siendo sorprendentemente mayor que el promedio de los países de la OCDE.

porque la desigualdad

Esa ha sido la petición que han planteado desde redes sociales a opiniones de diversos actores, frente a la actual situación social que atraviesa Chile. La desigualdad no es natural o inevitable, podemos vivir de manera más igualitaria y justa. Especialmente en América Latina que está marcada por las muertes de activistas sociales como el caso de Berta Cáceres en Honduras, asesinada por luchar contra la instalación de una represa hidroeléctrica. La brecha educativa de los sectores carenciados en comparación con los sectores privilegiados es brutal.

A nivel regional las regiones con mayor presupuesto medioambiental ejecutado fueron La Araucanía, Biobío y Aysén, tres regiones del sur del país. El PIB per cápita ha sido ampliamente estudiado en la literatura que relaciona el crecimiento económico con la desigualdad de un territorio. Comenzando por Kuznets (1955), cuya teoría sostiene que cuando una economía comienza a crecer, también lo hacen las disparidades, hasta llegar a un cierto punto de desarrollo, donde a pesar del mayor crecimiento económico, las desigualdades van disminuyendo, tomando la forma de una U invertida. Por su lado, la Nueva Geografía Económica plantea que las desigualdades entre regiones pueden mantenerse en el tiempo e incluso crecer junto con la economía de un país, al existir un centro que aprovecha los mayores beneficios del crecimiento, mientras que las regiones de la periferia pierden esa oportunidad (Merchand, 2009). Asimismo, la Presidenta hizo un diagnóstico de los problemas más graves que enfrentan las sociedades y afirmó que “Creemos que la desigualdad -de ingresos, de acceso a servicios básicos, de oportunidades y resultados- es una de las mayores amenazas para el desarrollo de nuestros países, para la democracia y para la paz. Porque pone en entredicho la comunión de intereses y valores que es la única que posibilita la convivencia nacional, agudiza las tensiones sociales, genera resentimiento y, en los casos extremos, violencia armada.

La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. En ese contexto, es particularmente valioso el estudio que generó el libro “Desiguales.

Las personas tienen un derecho a ejercer su agencia y ayudar a determinar y modificar las políticas bajo las cuales viven. El hacer esto da a los participantes una sensación de que son agentes respetados y que ellos «poseen» sus proyectos. Una consecuencia es que la democracia local –especialmente cuando es inclusiva y provee una oportunidad a las voces que están marginadas a no ser oídas– scale back el peligro del apresamiento de las élites y contribuye a la durabilidad de un proyecto de desarrollo. Algunos importantes ejemplos incluyen el presupuesto municipal inclusivo (participativo) en Brasil y a lo largo de Latinoamérica, así como otros canales y lugares para que los ciudadanos ejerciten su agencia empoderada (Baiocchi et al, 2011; Cameron et al, 2012; Goldfrank, 2012; Vásquez Durán, 2014). A través de un análisis de convergencia, se concluye que en Chile, las regiones más pobres y desiguales, tienden a crecer más que aquellas más ricas y equitativas.

Más allá de las diferencias de ingresos, la desigualdad socioeconómica se manifiesta en otras dimensiones de la vida de las personas. La que más rechazo provoca en la población es la disparidad en el trato y dignidad que, por ejemplo, se materializa en la atención de salud. La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto. Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero.

Si la riqueza del país sube por igual, todos serán más ricos, de manera que habrá más individuos cuyo ingreso supere el umbral y, por esa razón, habrá menos delincuencia. Pero si el ingreso de los más ricos aumenta en mayor proporción que el de los más pobres, el valor esperado de la delincuencia se incrementa, pues aumentará el botín, es decir, el ingreso de los más ricos, pero no así el de los más pobres, haciendo más atractivas las actividades ilícitas. Sin duda, se puede argumentar que la desigualdad es inmoral e injusta, pero eso depende de lo que creamos qué es justo y ethical, algo que recae en la esfera de la filosofía o la política o, incluso, la Religión. Mi intención, mucho más modesta, es presentar algunos elementos de juicio a partir de lo que el análisis económico ha dicho sobre este fenómeno. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo.

Con todo, no hay evidencia de que las desigualdades discutidas hayan aumentado en los últimos 30 años. Pero ello no es razón suficiente para descartarlas como causas relevantes del estallido social. Es posible, por ejemplo, que la acumulación de una desigualdad no creciente, pero presente por mucho tiempo, junte un malestar que en algún momento explote.

Sin embargo, Chile retrocede 12 puestos si se considera la desigualdad17, quedando al nivel de países como Rumania, Kuwait o Rusia. Los primeros puestos son ocupados por Noruega, Australia y Suiza, mientras que en los peores lugares están la República Centroafricana, Nigeria y Chad, con niveles de desarrollo humano muy bajo. La metodología de investigación consiste en un análisis descriptivo y comparativo de las regiones del país, así como de un análisis de convergencia regional.

Al realizar el mismo ejercicio pero considerando el 20% de los hogares con mayores y menores ingresos, el ratio es claramente menor. Sin embargo, el escenario no cambia demasiado al jerarquizar el territorio, al menos no para las regiones mejor y peor catalogadas anteriormente. El (Gráfico 7) demuestra nuevamente que La Araucanía y Los Ríos son los territorios más desiguales, seguida del Biobío y la Región Metropolitana, la cual sube al puesto número cuatro. Por su lado, con menor desigualdad destacan las regiones de Arica y Parinacota, Atacama y Antofagasta (las misma regiones destacadas en el ratio 10/10, pero en un orden diferente). A nivel Latinoamericano, Chile lidera en el territorio, con un PIB per cápita que es 12 veces mayor al país con el peor resultado, Haití. Panamá, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI, 2017), es una economía emergente con gran posibilidad de mantenerse a la cabeza de este grupo en los próximos años.