Ejemplo de esto fue el estudio del Banco Mundial, presentado a mediados del año 2020, titulado “Impactos distributivos de la crisis por el coronavirus en Chile”, el cual apuntaba a determinar la cobertura de los apoyos tanto directos como indirectos según el tramo de ingresos al que perteneciese cada hogar, para el primer semestre del año 2020. Según las métricas nacionales y el modelo de microsimulación utilizado, se concluye que las medidas en el contexto del Covid-19 lograron mitigar la tasa de pobreza en three,3 puntos porcentuales, ya que ésta hubiera aumentado en 5,three puntos de no ser por las acciones tomadas. Lo anterior se complementa con que se estima que alrededor del 88% de los hogares a nivel nacional (ver Gráfico 2) a mediados del año 2020, había recibido alguna medida de mitigación. Al mismo tiempo, el aumento de la pobreza afectó especialmente a ciertos grupos, siendo los nuevos grupos vulnerables principalmente mujeres, que viven en zonas urbanas, con niveles de educación más altos que los grupos pre-Covid, pero menores que el promedio nacional.
La Corporación Financiera Internacional (IFC) ha apoyado activamente al sector privado de Chile para aumentar la productividad, promover la inclusión y lograr avances en materia de sostenibilidad. En el país se están llevando a cabo algunos de los proyectos más innovadores de IFC, que incluyen autobuses eléctricos, productos especiales diseñados para promover la inclusión financiera, e hidrógeno verde. En el ejercicio de 2023, los nuevos compromisos de IFC alcanzaron un monto récord de USD 1700 millones, un aumento de casi el 200 % en comparación con el ejercicio anterior. Durante más de 75 años, hemos trabajado en conjunto en soluciones innovadoras para desafíos complejos, contribuyendo al progreso de Chile y de otros países que enfrentan retos de desarrollo similares. En momentos de disaster, como la actual pandemia, es donde los países deben demostrar con acciones su verdadero compromiso con la niñez y adolescencia.
Una explicación es a través del sesgo de selección; los adultos sobrevivientes tienden a ser más ricos y/o saludables en basic, y por tanto es esperable que el gradiente socioeconómico disminuya. Nuestro análisis investiga cómo la mortalidad y la desigualdad de ésta, ha cambiado debido a la pandemia, pero también mirando hacia el pasado reciente de los últimos 20 años. «Llegamos a entendernos de manera diferente cuando Sanders y Warren ofrecieron esta otra posibilidad. Entendimos que podríamos comenzar a pensar y valorar fuera de los términos que el capitalismo nos fija», reflexiona la académica, sobre la propuesta de un Medicare For All, un programa integral de salud pública ofrecido por los ex candidatos.
Pero todas las familias reciben el mismo monto, independientemente de su nivel de vulnerabilidad. En el frente económico, la pandemia de la COVID-19 ha aumentado significativamente el desempleo mundial desigualdad para todos y ha recortado drásticamente los ingresos de los trabajadores. La tasa de desocupación informada, para septiembre-noviembre de 2020, es de un 10,8% según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Para Andrés Cuyul Soto, académico del departamento de Salud Pública de la Universidad de la Frontera y Doctorando en Ciencias en Salud Colectiva de Universidad Autónoma Metropolitana (México), existe un abandono de las autoridades encargadas de llevar adelante las estrategias ante la pandemia desatada por el Covid-19. Dentro de ese abandono, según el experto, se encuentran las hortaliceras mapuche, que negocian sus productos desde la fundación de Temuco, y que actualmente «siguen siendo perseguidas y solo intentan sobrevivir en un contexto de pandemia». «Tengo que alimentar a mis hijos», gritó una hortalicera mapuche, tratando de rescatar el canasto que le arrebataba un carabinero en pleno centro de Temuco.
Sin embargo, la desigualdad se expresa de muchas otras formas; una muy importante es la esperanza de vida. Si la desigualdad en la esperanza de vida es alta esperamos que en algunas comunidades (las más ricas) las personas llegarán a edades avanzadas, desarrollando más plenamente y disfrutando de los beneficios de una pensión. En el otro extremo, tendremos que en las comunidades más empobrecidas la esperanza de vida será más baja, vivirán más enfermos y así más personas morirán antes de siquiera pensionarse, y de vivir lo suficiente, típicamente lo harán con más enfermedad y disfrutarán de sus beneficios por un periodo de tiempo menor. Hasta la pandemia, la desigualdad en la mortalidad de hombres jóvenes venía cayendo constantemente, sostienen los autores. Este hallazgo contradice la idea de que no ha habido progreso en los últimos 30 años; pero a la vez destaca lo fuerte que nos pegó el Covid-19.
La pandemia habrá ocasionado el cierre del 2,7 millones de empresas latinoamericanas, es decir el 19% del whole de las empresas. Pero las medidas de distanciamiento social y las limitaciones a la movilidad han afectado de forma desigual a las actividades económicas. Aquellos que aún no se hayan dado cuenta de la verdadera calidad del espacio en el que viven, lo harán ahora gracias a la cuarentena, y aún más si el virus se convierte en una normalidad de duración incierta. Probablemente, quienes nunca antes se sintieron como parte de un grupo vulnerable, lo sentirán ahora con condiciones más precarizadas de habitabilidad, con la invasión de sus espacios domésticos por el teletrabajo y la educación en línea y, quién sabe, la futura reducción de sus antiguos espacios de interacción como oficinas, teatros, escuelas y cines. Sin duda, el virus ha hecho seen que es imperativo mejorar y asegurar los estándares que se venían estableciendo para viviendas mínimas posibles. Antes de 1973, la visión de la ciudad period un problema territorial y colectivo donde entidades como la CORMU (Corporación de Mejoramiento Urbano) y la CORVI (Corporación de la Vivienda) entendían la arquitectura como piezas colectivas e integradoras de la ciudad.
Esto indica que ha habido avances significativos, y es consistente con el también sostenido aumento en esperanza de vida y disminución en la probabilidad de morir joven. En los jóvenes, además de la probabilidad de morir antes de 65 años, usamos también la esperanza de vida entre 20 y 65 años; cuántos años se espera que una persona que cumple 20 años vivirá en los 45 años siguientes, y la probabilidad de morir antes de los sixty five años. En edades avanzadas usamos esperanza de vida a partir de los 65 años, cuántos años se espera que vivirá una persona que acaba de cumplir 65 años.
Judith Butler, filósofa y teórica feminista estadounidense, reflexionó acerca de la pandemia del COVID-19 en los Estados Unidos, y su relación con el capitalismo y la desigualdad social y económica. [25] El período pre-pandemia se extendió desde el trimestre marzo-mayo 2019 al trimestre febrero abril 2020. El período analizado de caída de ingresos en pandemia comprende desde el trimestre febrero-abril del 2020 hasta el trimestre octubre diciembre 2021, que comprende los últimos datos disponibles a la fecha del estudio. En materia de pobreza, llama la atención que la tasa de pobreza se ubica significativamente por debajo de años anteriores, particularmente el año 2017, donde se registró que el eight,6% de los individuos se encontraba en esta situación (ver Gráfico 3).
Sin embargo, como el grueso de las muertes se concentra en grupos de edad avanzada donde los resultados dependen menos del nivel socioeconómico, no es claro la medida en que la pandemia ha cambiado el panorama common de la mortalidad. El Gráfico 5 muestra el promedio de los ingresos monetarios reportados por la CASEN 2020 y las estimaciones realizadas para el año 2021. Las ayudas monetarias, tal como se espera, mejoran en mayor proporción los ingresos monetarios de los primeros deciles. Es así como el ingreso monetario de los hogares del primer decil mejora en más de tres veces, respecto de los resultados de la CASEN 2020, producto de las ayudas del año 2021. Para los hogares del segundo y tercer decil, dicho ingreso aumenta en alrededor de dos veces, respecto de los resultados de la CASEN 2020. En los últimos deciles (9 y 10), no existe una mejora sustancial de los ingresos monetarios producto de las ayudas entregadas en el año 2021, respecto de los resultados CASEN 2020.
Si medimos la evolución temporal del coeficiente de Gini de estas distribuciones, observamos un aumento abrupto, en el rango 30-40% en 2020, en las áreas urbanas (pero no en las rurales). Sin embargo, como la esperanza de vida promedia las mortalidades en todas las edades, puede no ser la mejor medida si se quiere observar efectos dependientes de la edad. «El virus no discrimina», sentencia, detallando que afecta a todas las personas por igual, y que la comunidad humana es igualmente precaria. «Existe un vínculo indirecto entre populismo y pandemia, a través de la crisis desigualdad oxfam económica y social. Ante las frustraciones económicas que va a dejar el coronavirus, pueden fortalecerse este tipo de liderazgos, que vemos en América Latina y en el mundo. Pueden crecer los discursos antisistema a partir de esas frustraciones», afirmó Negri. Elemento comparable se observa en la Tabla 10, al comparar los índices de desigualdad de los últimos quince años, observándose nuevamente una notable mejoría el año 2021 al incluir los beneficios asociados a la pandemia.
Las desigualdades también están aumentando para las poblaciones vulnerables en países con sistemas sanitarios más deficientes y en países que se enfrentan a disaster humanitarias existentes. Los refugiados y los migrantes, así como los pueblos indígenas, los ancianos, las personas con discapacidad y los niños se encuentran especialmente en riesgo de ser excluidos. De otra parte, la desigualdad inherente al capitalismo neoliberal latinoamericano comienza a provocar conflictividad social en muchos países, también hace aproximadamente una década.