“Pese a la recuperación económica experimentada en 2021, los niveles relativos y absolutos estimados de pobreza y de pobreza extrema se han mantenido por encima de los registrados en 2019, lo que refleja la continuación de la crisis social”, se lee en el reporte. En tanto, en la lectura respecto a la condición étnica y racial, la población indígena registra en Chile una tasa de pobreza de 17%, bastante superior a la de 12% de la población no indígena. La tendencia se repite en el resto de los países, donde la población afrodescendiente también se distingue por sus niveles superiores de pobreza. Por otra parte, Bárcena destacó que “la pandemia ocasionó una salida contúndete de las mujeres del mercado laboral o precariedad con pérdida de ingresos y aumento en la sobrecarga de cuidados”, fenómeno del que no queda ajeno Chile. Al respecto, un dato es que las cinco comunas del Gran Santiago más afectadas por el estallido social y la pandemia concentran el 33% de las estaciones de Metro y el 26% de los servicios, tanto públicos como privados, lo que representa un importante potencial de desarrollo futuro.
“Chile ha mostrado cuán importante son estos pactos sociales fundados en derechos universales y garantías de bienestar. El mundo tiene los ojos puestos en Chile, en el nuevo gobierno y en el proceso constituyente, porque justamente el reclamo social se basó en la ausencia de un Estado de bienestar, universal, incluyente y ese es muy importante para la democracia y la cohesión social”. Para mitigar estos impactos, el informe recomienda trabajar en el diseño de espacios públicos que prevengan el delito, fortalecer los barrios comerciales y promover proyectos de construcción cerca de los ejes de transporte. Nicolás León enfatizó la importancia de un enfoque colaborativo entre el sector público, el privado y las comunidades para abordar los problemas identificados y mejorar el bienestar urbano. El promedio de los ingresos por trabajo per cápita disminuyeron en 9 de 10 deciles en 2020 respecto al levantamiento de 2017 y el promedio de ingresos del trabajo per cápita del primer decil (grupo de menores ingresos) llegó a $7.024 en 2020, habiéndose reducido en $71.147 con respecto a 2017. Los datos de la encuesta Casen 2020, son coincidentes con los del Informe “Impactos de la pandemia en el bienestar de los hogares de niños, niñas y adolescentes en Chile”, elaborado por UNICEF, PNUD y OIT, que advierte un retroceso en el bienestar infantil producto de la pandemia.
Un estudio realizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) revela que el bienestar urbano de más de 1,5 millones de personas en la Región Metropolitana de Santiago se vio severamente afectado por el estallido social de 2019 (18-O) y la pandemia de COVID-19 entre 2020 y 2021. El CONEVAL estará actualizando la información de la medición multidimensional de la pobreza a nivel nacional y para entidades federativas. Por el momento, para 2016, únicamente se cuenta con los programas de cálculo, las bases finales de la medición de pobreza y el anexo estadístico con los indicadores de pobreza a nivel nacional y para entidad federativa. Observamos que en 2020 había 71 millones de personas más viviendo en la pobreza extrema respecto de 2019, lo que representa un aumento del 12 %. Por el contrario, en un escenario sin pandemia, se preveía que en 2020 cerca de 20 millones de personas saldrían de la pobreza.
De acuerdo al documento, se espera que la desigualdad del ingreso total por persona aumente en 2020, dando lugar a un índice de Gini promedio un 2,9% más alto que el registrado en 2019. Sin las transferencias realizadas por los gobiernos para atenuar la pérdida de ingresos laborales, cuya distribución tiende a estar concentrada en los grupos de ingreso bajo y medio, el aumento esperado del índice de Gini promedio para la región habría sido del 5,6%. El cambio provocado por la pandemia constituye el mayor aumento de la pobreza en más de tres décadas (desde que se realiza una amplia difusión de los datos de las encuestas de hogares). En relación con el número de pobres (gráfico 1), la disaster de la COVID-19 es mayor que el número acumulado de pobres empujados a la pobreza durante la disaster financiera asiática, el único aumento adicional en esas últimas tres décadas. Si ajustamos para tener en cuenta el crecimiento demográfico, dicha disaster es aproximadamente cuatro veces mayor que la experimentada durante la crisis financiera asiática.
En ese sentido, el desafío del Gobierno es aprovechar estos datos que son muy valiosos para afinar las políticas públicas que conduzcan al país hacia el desarrollo”. Las regiones que presentan las tasas más bajas de la pobreza multidimensional son Magallanes (6,9%), Aysén (14%), Biobío (14,1%) y Maule (15%). Mientras que entre las que superan el promedio nacional encontramos pobreza 2019 a Tarapacá (23,8%), Atacama (20,3%), La Araucanía (19,8%) y Los Lagos (19,7%). Entre las regiones, Ñuble (12,1%), La Araucanía (11,6%), Tarapacá (11%) y Arica y Parinacota (9,2%) presentan las tasas de pobreza por ingresos más alta en el país, mientras que en Magallanes (3,4%), Aysén (4%), Metropolitana (4,4%) y Los Ríos (5,9%) se observan las tasas más bajas.
“La pandemia ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región y, en la actualidad, se vive un momento de elevada incertidumbre en el que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la disaster. No cabe duda que los costos de la desigualdad se han vuelto insostenibles y que es necesario reconstruir con igualdad y sostenibilidad, apuntando a la creación de un verdadero Estado de bienestar, tarea largamente postergada en la región”, afirmó Alicia Bárcena. [1] Indonesia es el único país donde se dispone de datos de encuestas de hogares y dichos datos se utilizaron en 2021.
El informe señala que el efecto adverso de la pandemia sobre los ingresos de las personas afecta principalmente a los estratos de ingresos bajos y medio-bajos. Se estima que en 2020 unos 491 millones de latinoamericanos vivían con ingresos hasta tres veces la línea de pobreza. Alrededor de fifty nine millones de personas que en 2019 pertenecían a los estratos medios experimentaron un proceso de movilidad económica descendiente. Así, el índice de feminidad de la pobreza (corresponde al cociente entre la tasa de pobreza de las mujeres y la tasa de pobreza de los hombres en cada país multiplicadopor a hundred, para las personas de 20 a fifty nine años) llega a 114 puntos en nuestro país, sobre la base de una tasa de pobreza de 12,9% entre mujeres de 20 a 59 años y de 11,2% entre hombres del mismo tramo etario.
El informe presenta un capítulo especial sobre la economía del cuidado como sector estratégico para una recuperación con igualdad. Destaca que la pandemia ha revelado el enorme costo que significa para los países de la región no tener un sistema integrado de cuidados de amplia cobertura, desfeminizado y de calidad. Por esto, advierte, “es urgente invertir en este sector para enfrentar la disaster, garantizar el derecho a cuidar y a recibir cuidados, así como reactivar la economía desde una perspectiva de igualdad y desarrollo sostenible”. Por su parte, Lorena Flores, directora ejecutiva de Centro de Microdatos, fue enfática en señalar que “los resultados de esta Casen refuerzan la línea de trabajo que nuestro país debe seguir para derrotar la pobreza.
El estudio destaca que las comunas de Independencia, Santiago, Estación Central, Maipú y Macul fueron las más afectadas, representando a uno de cada cuatro habitantes de la capital. Estas comunas concentran el 33% de las estaciones de Metro y el 26% de los servicios públicos y privados, lo que ofrece un potencial significativo para el desarrollo futuro. La tasa de desocupación regional se ubicó en 10,7% al cierre de 2020, lo que representa un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto pobreza absoluta y relativa del valor registrado en 2019 (8,1%). Agrega que la caída generalizada del empleo y la salida de la fuerza de trabajo ha afectado con mayor intensidad a mujeres, trabajadoras y trabajadores informales, jóvenes y migrantes. Entre las innovaciones de esta nueva versión se empleó el nuevo marco muestral de viviendas creado por el INE a partir del Censo 2017. Este marco amplió la muestra a 335 comunas e incluyó la dimensión socioeconómica en el proceso de estratificación territorial.
El objetivo de este documento es poner a disposición de la ciudadanía la evolución en las últimas tres décadas de los diversos indicadores de pobreza e ingresos. Este trabajo es un primer esfuerzo para contar con una medición comparable en el tiempo de las dos metodologías oficiales que han existido en el país para la medición de Pobreza por Ingresos y de los indicadores de Pobreza Multidimensional. Dicho esto, asegura que Chile “es uno de los países que tiene un sistema de protección social y de atención primaria en la salud muy importante heredado de gobiernos anteriores. Sin embargo, en la Cepal no ven muchos motivos para celebrar, dado que la pobreza extrema aumentó por sexto año consecutivo, pasando de 13,1% en 2020 a thirteen,8% en 2021, lo que representa a 86 millones de personas y un retroceso de 27 años en su disminución. A la hora de ahondar en los detalles por edad, Chile también es un reflejo de la realidad regional, dónde los jóvenes son los que más han padecido.
Sí ofrecen datos a nivel regional, señalando que se pasó de una tasa de 33% en 2020 a un de 32,1% el año pasado, equivalentes a 201 millones de personas. En la oportunidad, el gerente de Estudio y Políticas Públicas del gremio, Nicolás León, quien presentó el informe, sostuvo que “tanto el estallido social como la pandemia fueron shocks que afectaron al país, a las ciudades, a las comunas y, por cierto, a todas las personas. Nuestra intención con este trabajo es analizar cómo fue ese impacto en las comunas del Gran Santiago, a partir de las alteraciones que sufrieron cuatro variables que inciden fuertemente en el bienestar urbano”. En la versión 2022, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se encargó del marco muestral, la selección de la muestra de viviendas y la elaboración de los factores de expansión, mientras que el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile realizó el levantamiento de la encuesta y el procesamiento de los datos. La CEPAL revisó los datos de ingresos y estimó medidas de pobreza y pobreza extrema por ingresos, mientras que el PNUD estimó el índice de pobreza multidimensional.
Estamos transitando un camino nuevo y más difícil, y es necesario seguir trabajando para corregir el curso que nos ha impuesto la pandemia. El informe La pobreza y la prosperidad compartida (i) de 2022, que acaba de publicarse, ofrece información sobre cómo corregir el rumbo a través de políticas fiscales progresivas y favorables al crecimiento y, en el caso de aquellos países cuya capacidad fiscal se ha reducido considerablemente debido a la pandemia de COVID-19, mediante apoyo fiscal de otros países. En su presentación, Nicolás León recordó que el estallido social y la pandemia provocaron impactos a nivel nacional y en múltiples áreas. Y agregó que para revertir los fenómenos que han hecho disminuir el bienestar en las ciudades se deben abordar en conjunto múltiples aspectos y un trabajo colaborativo entre el sector público, el privado, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades. Esta es una de las principales conclusiones del estudio “Impactos del estallido social y la pandemia en el bienestar urbano”, presentado esta mañana por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), en el marco de la 13ª Conferencia Internacional de Ciudad (CIC). IngresoEn cumplimiento al acuerdo de la Comisión Ejecutiva del CONEVAL celebrada los días 9 y 10 de mayo de 2013, a partir del mes de julio de 2015 y en adelante, se reportará como pobreza en la dimensión de ingresos al porcentaje de la población cuyos ingresos se encuentran por debajo de las líneas de pobreza por ingresos y pobreza extrema por ingresos.
Aunque el aumento es severo, e implica retrocesos de 12 años en la materia, no se compara con la realidad que enfrentan otros vecinos. Por ejemplo, la pobreza superó el 30% en México, Argentina, Colombia y Bolivia, mientras que en Perú, con una tasa de 28,4%, la escalada por la pandemia fue de 13 puntos porcentuales. Esto se debe a que estos indicadores son los que corresponden a la Metodología oficial para la medición de la pobreza en su dimensión de ingreso, de acuerdo con los «Lineamientos y criterios para la definición, identificación y medición de la pobreza en México» publicados en el Diario Oficial de la Federación, el 16 de junio de 2010. Con información de los Censos de Población y Vivienda de 1990, 2000 y 2010, así como del Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2008, 2010, 2012 y 2014 y el Modelo Estadístico 2016 y 2018 para la continuidad del MCS-ENIGH elaborados por el INEGI, se puede obtener una serie de dimensiones de la pobreza.