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Desigualdades Sociales: ¿cómo Afectan Nuestra Salud? Grabación Elandamio Cl- Educación En Linea

A pesar de lo anterior, desde enero del 2010 el Poder Judicial ha resuelto innumerables recursos de protección que dejan sin efecto las alzas para los demandantes, aduciendo principalmente a que no estarían correctamente justificadas. Para ello, se requeriría probar cambios efectivos y verificables en las prestaciones de cada plan de salud. Resulta essential comprender cómo hemos llegado a este punto para analizar las potenciales soluciones actuales y evitar que una situación similar se repita en el futuro.

La epidemiología social justamente trata de entender la distribución de la salud y la enfermedad en la población, en función de condiciones que se construyen socialmente. Miramos desde los modelos de estado de bienestar hasta la forma en que se hace ciudad, el trabajo o cómo desigualdad de clase se organiza el cuidado. Entiende, además, que hay ejes de desigualdad en la población y posiciones en la estructura social que te ponen en desventaja en diversos contextos y que están relacionadas con el género, la clase social, la condición migratoria o el territorio.

Así de categórico resulta el estudio titulado “Análisis de las desigualdades sociales en caries y pérdida dentaria en adultos en Chile” que a nivel nacional realizó la odontóloga Marjorie Borgeat, académica de la Universidad de Valparaíso y médico del CESFAM Quebrada Verde. Nuestros resultados revelan que la distribución de las instalaciones hospitalarias en Chile está desequilibrada, lo que crea desigualdades territoriales en la atención médica. Las comunidades ubicadas en zonas densamente pobladas suelen tener un mejor acceso a la atención hospitalaria en comparación con las áreas urbanas marginales y las localidades rurales. La distancia al hospital y las barreras de movilidad son factores cruciales para considerar, ya que cuanto más lejos se encuentran las instalaciones hospitalarias públicas, menor será la frecuencia de uso de las camas hospitalarias en esas áreas periféricas o rurales. Sin duda la actual disaster social, política y sanitaria en América Latina ha sido analizada desde múltiples aristas relacionadas a la historia, economía, sociología y ciencias políticas. En el caso de Chile y la gran mayoría de los países de la región,  la desigualdad es parte de la historia y uno de sus principales desafíos a la hora de construir el presente y el futuro.

¿Será simplemente coexistencia que en Chile tenemos paralelamente malos índices de salud mental y de distribución de ingresos? Diversos estudios han mostrado que mientras más desigual -económica y socialmente- es una comunidad, más precaria será la salud psychological de la misma. El confinamiento tiene efectos negativos sobre la salud mental de las personas y también altera el comportamiento de los niños. Los niños de aquellos hogares con mayor dificultad para enfrentar el confinamiento, que tienen recursos menores educativos en el hogar, son quiénes van a sufrir mayores retrasos en su formación, y esto tendrá ciertas consecuencias en la salud en el futuro. También el sedentarismo y el aislamiento social pueden tener consecuencias presentes y futuras en su bienestar.

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Si bien la pandemia del coronavirus de 2020 ha supuesto un horrible contratiempo, y la crisis económica global subsiguiente será muy difícil de superar, seremos capaces de resolverlo. Sin embargo, no ha solucionado, sino que ha agravado, las necesidades básicas de tipo material, sociocultural y espiritual de gran parte de la humanidad. Y es que una concepción ingenua del progreso humano o una visión tecnocientífica demasiado simple no permite valorar adecuadamente el conjunto de la realidad del planeta ni de todos los seres vivos que en él habitan. Ante un escenario tan difícil y complejo como peligroso, este libro quiere aportar algunas respuestas a temas tan cruciales para la salud y la equidad como la política y la desigualdad, la crisis desigualdad de hecho ecológica y el sistema capitalista, el desempleo y la precarización laboral, la mercantilización sanitaria y la reciente pandemia del coronavirus.

También se ha observado que algunos grupos de la población han sido más vulnerables a los efectos de la pandemia. En specific, muchos de estos estudios apuntan a una diferencia de género, señalando que es más probable que las mujeres presenten este tipo de síntomas. Una de las causas es que la pandemia ha tenido un impacto mayor en sectores económicos donde el empleo femenino es más prevalente, como los sectores de hospitalidad y retail. Esto llevó a mayores tasas de desempleo, caída de ingresos, y salida del mercado laboral para las mujeres, en relación a los hombres. Otra causa importante se relaciona con un aumento en el tiempo dedicado a tareas domésticas y de cuidado, asociadas a las cuarentenas y al cierre de escuelas, que recayeron en mayor medida en las mujeres.

Además de sus efectos a corto plazo, un sueño inadecuado afecta la salud basic de diversas maneras. La diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la obesidad y los trastornos del ánimo se han relacionado con un sueño inadecuado. Finalmente, las listas de espera para consultas de especialidad médica han exhibido un aumento constante desde 2017. Sin embargo, los tiempos de espera promedio han mostrado una tendencia decreciente desde 2021, aunque todavía superiores al periodo prepandemia. Como se evidencia en el destacado N° 2, la judicialización en sede de protección por alzas en los planes de salud ha significado, ya desde hace más de una década, una importante carga de trabajo para los Tribunales de Justicia. De manera similar, la Corte Suprema ha visto un incremento en los ingresos desde 2015, impulsado principalmente por un aumento en el número de apelaciones presentadas contra sentencias de protección, sobre todo aquellas contra las ISAPREs.

Incluso se ha demostrado que más de la mitad de las personas prefieren tener menor poder adquisitivo, pero una mayor posición social. De acuerdo a este estudio, Santiago de Chile es la segunda ciudad con mayores desigualdades en salud, sugiriendo que la esperanza de vida está determinada fuertemente por factores socioeconómicos, tales como el nivel educacional alcanzado. La brecha entre el 10% más educado y el 10% menos educado es de 8 años para hombres, y 17,7 años para mujeres. De este modo, las mujeres chilenas presentan la mayor brecha en esperanza de vida según nivel educacional de las seis ciudades analizadas. Se han propuesto varios mecanismos para explicar la relación entre la desigualdad de ingresos y la salud psychological.

La capacitación entregó herramientas para cuantificar y rastrear de manera social, política y objetiva las desigualdades e inequidades en salud y así orientar políticas públicas en la materia. Al adoptar un enfoque holístico que reconozca los determinantes sociales de la salud psychological, los psicólogos clínicos podemos desempeñar un papel fundamental a la hora de abordar las implicaciones de la desigualdad de ingresos en la salud mental. Esto implica incorporar una evaluación exhaustiva de los contextos sociales de los pacientes, colaborar con las partes interesadas para abogar por el cambio de políticas e integrar estrategias de fomento de la resiliencia en las intervenciones terapéuticas.

Estos hallazgos tienen implicaciones profundas para la planificación de servicios de salud en nuestro país. Por ejemplo, hemos identificado que de los 177 hospitales públicos que atienden a múltiples patologías, 112 de ellos presentan una cobertura geográfica limitada a su entorno native en un 82%, lo que significa que no están atendiendo adecuadamente a la población que reside en una comuna distinta a donde está ubicado el hospital. Esto se debe en parte a la falta de equipamiento clínico y médicos especialistas en estos hospitales. Esta información es crucial para estructurar un sistema de referencia y contrarreferencia efectivo para el acceso a camas hospitalarias, donde a menudo lo más importante no es la complejidad del centro médico, sino simplemente su existencia. Ese fue el nombre del curso pre-congreso implementado por el Programa Centro de Salud Pública de la Facultad de Ciencias Médicas Usach, que se realizó, de manera digital, este 5 de mayo.

Una tercera y muy importante fuente de financiamiento que menciona el informe es el gasto de bolsillo “que incluye compra de remedios, pago de exámenes no cubiertos por los seguros de salud y copago a las prestaciones en salud como hospitalizaciones y consultas médicas”. Según cifras que recopiló Salud Un Derecho, un movimiento ciudadano de Chile que aboga por la reposición de la solidaridad en el financiamiento de la salud y que presentó un informe llamado “Las Cifras de la Desigualdad de la Salud en Chile”, la situación de la salud no se presenta en términos favorables, apareciendo como profundamente desigual. Esa desigualdad económica que caracterizan a la región asoma como un desafío transversal. Aun en los países mejor preparados para abordar la enfermedad con tratamientos de punta, como Argentina, Brasil y Chile, las brechas internas son lo suficientemente amplias como para encender todas las alarmas.

En este contexto, la pandemia intensificó brechas de género ya presentes en la salud mental y en el mercado laboral. Esta disparidad está fuertemente asociada a la mayor fragilidad económica de las mujeres, y al aumento en las tareas en el hogar y cuidado de niños. Estos resultados apuntan a una acumulación de vulnerabilidades, ya que los roles tradicionalmente asociados a cada género y la fragilidad económica se combinaron creando mayores desafíos para las mujeres durante la pandemia en 2020. Adicionalmente, la probabilidad de tener un nuevo diagnóstico (durante la pandemia) asociado a un problema de salud psychological también es mayor para las mujeres, así como la probabilidad de seguir un tratamiento y el consumo de psicofármacos.

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Sin embargo, estos impuestos representan una porción muy menor de la recaudación complete y, en particular al impuesto a la herencia, su diseño no permite una implementación eficiente. Así, se puede decir que, en términos generales, los impuestos patrimoniales no son relevantes en Chile, tanto en términos de recaudación, como en progresividad o cuidado de la democracia. Es con esa motivación que se ha reactivado el interés político y académico por el impuesto a la riqueza total (también conocido en Chile como el impuesto a los “súper ricos”).[17] Hoy la evidencia académica es más optimista que antes respecto a la aplicación de estos impuestos en términos de factibilidad e impacto esperado (ver aquí). Evidencia reciente en Colombia sugiere que incluso en países con instituciones fiscalizadoras más débiles que las de un país desarrollado, estos impuestos pueden ser ejecutados de manera efectiva. Por cierto, estos cálculos se basan en premisas normativas que exigen definir cuánto se pondera el bienestar de cada individuo de acuerdo a su nivel de ingresos. Los esquemas óptimos se caracterizan por tasas más altas cuando los contratos sociales favorecen en mayor medida la redistribución.

Esta dinámica permite que los mercados de trabajo sobrepasen a menudo los lugares donde residen las personas y los límites administrativamente definidos, como los comunales. Los desplazamientos desde el lugar de residencia al lugar de trabajo, sea a la misma comuna o a otra, es decir, la movilidad territorial o conmutación por razones de trabajo, constituyen una respuesta a las necesidades de funcionamiento de una economía urbana que actúa como polo gravitacional sobre las áreas aledañas. Estos flujos pueden ser medidos y considerados un indicador del grado en que hay una interrelación económico-social entre áreas territoriales, específicamente como indicador de la presencia la desigualdad en el mundo actual de un mercado de trabajo relativamente compartido en un territorio delimitado. La movilidad o conmutación por razones de trabajo ha sido medida en Chile por el Censo del año 2002, cuyos datos utilizaremos, así como por otras encuestas. Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos.

Estas demandas obligan a revisar los patrones de valor institucionalizado que perpetúan las injusticias hacia estos grupos. Se han analizado, por otro lado, las demandas de diversos grupos subalternos y la experiencia de exclusión de amplios sectores sociales. Este foco ha hecho necesario adoptar análisis y metodologías que involucran dimensiones urbanas, territoriales, culturales, de género y ambientales en las sociedades chilena y latinoamericana. Zygmunt Bauman explora la íntima afinidad e interacción entre el crecimiento de la desigualdad social y el aumento de los «daños colaterales» a los pobres y marginados, privados de oportunidades y derechos, que se convierten en los candidatos naturales a estos daños de una economía y una política orientadas por el consumo.

la desigualdades sociales

En los casos extremos, zero implica que todos los individuos tienen los mismos ingresos, y 1 que sólo una persona recibe todos los ingresos. Mientras que las tasas de educación y alfabetización están aumentando en todo el mundo, no queda claro si se está disminuyendo la desigualdad educativa. Por eso, hay necesidad de aumentar la educación en los sectores en crecimiento como la tecnológica y habilidades sociales específicas adaptables al mundo que actualmente se necesita movilidad ocupacional. Una buena educación, según expertos, tiene la función de adquirir habilidades y certificar conocimientos para participar aún más en la sociedad, y sirve para “socializar”.

En adición, es igualmente importante responsabilizar a las escuelas por sus resultados académicos. El ausentismo y deserción escolar implican pérdidas de oportunidades duraderas y prolongadas, que afectan el desarrollo y el aprovechamiento de las oportunidades educativas, otro factor contribuyente a la desigualdad. Distancia, falta de transporte, enfermedades frecuentes, vestimenta inadecuada, falta de útiles escolares, inadecuadas en las poblaciones vulnerables. La desigualdad educativa empuja a muchas niñas y niños fuera de las aulas escolares, haciéndolos vulnerables a la explotación al entorno criminal e incluso en casos extremos, al tráfico de personas.

Así, la educación perpetúa las desigualdades que surgen con la clase social, el género, y el origen étnico. De estas incertidumbres sólo se salva un grupo que –dependiendo de la dimensión que se considere– oscila entre el 20% y el 5% de más altos ingresos. La reducción de la desigualdad es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods) a los que Chile adhirió en el marco de la Agenda 2030 acordada por los países reunidos en las Naciones Unidas. Esto implica el compromiso de lograr un crecimiento económico inclusivo y la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones, de modo de cumplir con el mandato de “no dejar a nadie atrás”.

En la mayoría de esa serie estamos hablando de pobreza de ingresos, es decir, la capacidad que tiene la gente de consumir alimentación y bienes básicos. Recién el año 2011 empezamos a medir la pobreza agregando otros asuntos más intangibles como la trayectoria en la educación, el estándar sanitario, la calidad de la vivienda, and so forth.”. En Chile, si consideramos las contribuciones para la seguridad social como parte de los impuestos al ingreso, este grupo de impuestos representa un 36,9% de la recaudación total del año 2016. El promedio de la OCDE para el mismo periodo fue de un 59%.[13] Por lo tanto, el sistema tributario chileno no solo recauda poco en términos comparados, sino que además le da mucha importancia a los impuestos al consumo y una menor importancia relativa a los impuestos al ingreso.

[13] Es importante mencionar que esta gran diferencia se explica principalmente por las contribuciones a la seguridad social ya que, a diferencia de Chile, en common los países financian programas de seguridad social con componentes solidarios con estas contribuciones. [9] Existe una tradición académica que sugiere que si no se le pueden poner impuestos a todos los bienes de consumo, el impuesto al consumo óptimo posiblemente impondrá distintas tasas a distintos bienes. Un problema de esta tradición es que no considera que impuestos diferenciados dificultan la fiscalización y abren espacio a la evasión y elusión, lo que a su vez afecta la eficiencia del sistema. Un segundo problema, más importante aún, es que los impuestos diferenciados óptimos dependen de elementos que no son observables, por lo que son muy difíciles de implementar. Como el IVA en Chile es homogéneo, y para no extender la discusión más allá de lo necesario, no profundizaremos al respecto.

Partiendo de estos estudios, una hipótesis a verificar consiste en que la desigualdad de ingresos es estructural a la sociedad chilena y se reproduce en los tipos de territorio que hemos definido. Complementariamente, sin embargo, cabe preguntarse si los niveles de desigualdad de ingresos difieren entre esos diversos tipos de territorio, de modo que la desigualdad en su interior ocurre en rangos específicos a cada tipo. Si se ordenaran las regiones del mundo, cube Contreras, Lationamérica aparece como una región de alta desigualdad. Adicionalmente, desde una perspectiva sociológica, surgen interrogantes sobre la configuración territorial de las desigualdades en términos de una estratificación social. La identificación de mercados de trabajo territoriales y específicamente los tipos de territorios que hemos distinguido, podemos conjeturar que son definitorios de los estratos sociales presentes a nivel territorial.

Los mecanismos de reproducción de los segmentos de altos ingresos, particularmente mediante la educación, tienen mucho que ver con esto”. Se privatizó la educación y se estableció la subvención, lo mismo pasó con la salud, y lo más dramático fue lo que ocurrió con el sistema de seguridad social. Primero, los percentiles de mayores ingresos concentran una parte sustantiva de los ingresos. Por ejemplo, como detallamos más abajo, en Chile el 10% más rico se apropia de más de la mitad de los ingresos totales.

Por ejemplo, en 1959 el programa de Mitchell Lama para el Estado de Nueva York, establecido sólo cuatro años antes, abandonó su objetivo unique de mantener los desarrollos regulados a perpetuidad permitiendo a los propietarios optar por salirse una vez pagada la hipoteca (Botein, 2009). A principios de la década de 1970, la política federal respecto a la vivienda pública se desplazó de nuevas construcciones a un sistema de vouchers, permitiendo que los hogares elegibles pudieran arrendar a propietarios privados. El objetivo period no sólo trabajar en contra de la concentración de la pobreza en los desarrollos de vivienda pública, sino también apoyar las iniciativas impulsadas por el mercado y acabar con el rol directo del gobierno federal en la construcción de viviendas. Una restricción adicional a la vivienda pública se introdujo mediante la Enmienda de Faircloth a las más amplias reformas de asistencia social implementadas en la Acta de Calidad de la Vivienda y Responsabilidad Laboral de 1998. Esta enmienda prohibió el financiamiento federal para las autoridades de vivienda (organismos públicos) que buscaban ampliar su volumen de viviendas públicas. Los datos expuestos en la tabla muestran que las tres grandes ciudades concentran cerca de la mitad de la población del país, pero a esto se suman 24 ciudades intermedias que representan otro 24% de los habitantes.

Sin embargo, parte de las comunas que carecen de estos centros urbanos se vinculan a ciudades o a comunas del tipo de municipios que sí cuentan con centros urbanos menores. Esto es coherente con la diversidad de la ruralidad en cuanto a su grado, así como respecto del tipo de relaciones sociales entre sus habitantes, los desplazamientos a trabajar en otras comunas, los servicios disponibles y la base económica (Berdegué et al2009 y 2011). Más aún, la presencia de población rural se encuentra en todos los tipos de territorios, incluyendo las ciudades, particularmente en sectores alejados de sus centros. Nuestra tipología enfatiza más en la urbanización que en la ruralidad atendiendo así a la creciente escala espacial de las interacciones en el mundo rural. Propendiendo a estudiar las desigualdades de ingresos a una escala subnacional más pequeña, se han desarrollado estudios econométricos que consideran a las comunas del país como unidad básica.

En un esfuerzo inédito por acercar la evidencia científica al debate público, un grupo de investigadores crearon una base de datos de acceso abierto que permite un análisis más sistemático de la desigualdad a nivel global. Para Chile, existen diferentes estimaciones de la porción la desigualdad social en la actualidad de los ingresos que se lleva el 1% más rico, que varían dependiendo de los datos disponibles, supuestos metodológicos, y correcciones hechas por evasión y elusión. El estudio de Flores, Sanhueza, Atria y Mayer encuentra una concentración en torno al 24% usando datos tabulados.

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Este valor deja fuera una serie de costos relevantes y no incluye el aumento de las patologías GES del nuevo Decreto. En este caso, la corte no se pronunció respecto de si corresponde realizar alguna devolución, dejando en manos de la Superintendencia resolverlo según el caso. Dado que la Corte Suprema rechazó la prórroga pedida por el gobierno para la implementación del fallo, sus consecuencias se empezarán a sentir a partir de este mes. Si bien una sola noche de sueño inadecuado puede generarle irritabilidad y cambios de humor, un sueño insuficiente crónico puede provocar trastornos del estado de ánimo a largo plazo o empeorar los ya existentes.

Un ejemplo de ello es que previo a la crisis actual las enfermedades mentales ya ocupaban el primer lugar entre las razones de licencias otorgadas y, tanto en el sistema público como el privado, representaban más del 20% del costo whole de licencias médicas (MINSAL, 2017). Uno de los primeros y mas importantes pasos que los profesionales debemos tomar, es el adoptar una perspectiva basada en los “determinantes sociales de la salud”, que reconoce que los factores socioeconómicos, incluida la desigualdad de ingresos, influyen significativamente en los resultados de la salud psychological. Los psicólogos clínicos debemos ser conscientes del contexto social en el que viven nuestros pacientes y del impacto potencial de la desigualdad de ingresos en su bienestar mental (esto es preponderante y muy útil para quienes trabajan en servicios de salud pública). Esta comprensión puede ayudarnos a los clínicos a desarrollar una evaluación más exhaustiva de los retos de nuestros pacientes y adaptar las intervenciones apropiadas. En esta misma línea, cuando se ha estudiado la desigualdad y sus efectos económicos, se ha reflexionado y llegado a la conclusión que el bienestar de los países no obedece simplemente del crecimiento económico, ya que la distribución del ingreso también juega un papel relevante.

Máster en Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal (UB) y Máster oficial en Psicopatología Legal Forense y Criminológica (UIC). Coordinadora de prácticas y trabajo final de máster e investigadora del Máster en Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal (PACC-UB). Miembro del grupo PACC de investigación legal en la especialidad de las agresiones sexuales de múltiples perpetradores. Coordinadora, docente e investigadora del Máster en Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal (PACC-UB).

A partir de esta incorporación, en Chile podemos ver comparativamente cómo estamos con respecto de los demás miembros. Según cifras que recopiló Salud Un Derecho, un movimiento ciudadano de Chile que aboga por la reposición de la solidaridad en el financiamiento de la salud y que presentó un informe llamado “Las Cifras de la Desigualdad de la Salud en Chile”, la situación de la salud no se presenta en términos favorables, apareciendo como profundamente desigual. El sueño es esencial para la salud, pero persisten diferencias en el acceso a la salud del sueño entre las poblaciones de todo el mundo, lo que crea cargas adicionales y refuerza las desigualdades en salud. «Si las desigualdades de salud crecen ahora en países tan ricos, sobre todo durante los supuestos ‘años sanos’ de la adolescencia, entonces esas tendencias son particularmente alarmantes para la salud poblacional futura», añadió. Hoy miércoles 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, en conmemoración de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948. Este año, el organismo internacional tiene el foco en “construir un mundo más justo y saludable” para disminuir las inequidades que existen en el área de la salud a nivel mundial.

Así como en viviendas pequeñas, frías y húmedas en invierno, donde frecuentemente habitan muchas personas. Por otro lado, como habíamos comentado, contar con empleo tiene un beneficio evidente que es tener un ingreso, pero también hay otros beneficios menos evidentes. Estos tienen que ver con tener una rutina que organiza el día, con desarrollar una actividad que puede ser satisfactoria, con el estatus, la identidad y las relaciones sociales estables y solidarias con los compañeros del trabajo.

Todas estas cuestiones se van rompiendo cuando se precariza el empleo, cuando hay desempleo o cuando se tienen empleos temporales que no permiten establecer estos vínculos estables, significativos y solidarios con otros. «La actitud y la competencia de los trabajadores de salud, por ejemplo, pueden ser bastante negativas y repercutir en los resultados sanitarios de las personas con discapacidad», dijo Barrett. Estos riesgos son producto de “factores evitables, injustos y poco equitativos” y no por las condiciones de discapacidad de cada persona, dice desigualdad internacional el informe.

Y esto tiende a reproducir la pobreza inicial, sobre todo en los territorios donde se ha distribuido la vivienda social, en el caso de Santiago. En resumen -y más allá de las satisfacciones propias que da el cuidar de la familia- no otorga a las mujeres autonomía económica, oportunidades de desarrollo laboral, posibilidad de establecer relaciones sociales estables. Y en este sentido, la investigación muestra que a pesar de la doble jornada que desarrollan las mujeres que trabajan, el contar con una actividad remunerada es mejor que no hacerlo en términos de salud, puesto que otorga otros beneficios que el trabajo doméstico contemporáneo en hogares unifamiliares no ofrece.

La discusión sobre el derecho a la salud ha continuado formando parte del debate público, sobre todo cuando se abordan las deficiencias del sistema público de atención. El informe anual 2016 del Instituto Nacional de Derechos Humanos actualizó las cifras para aportar a este debate y además ofreció una serie de recomendaciones al Estado para mejorar la situación actual. En esta edición, el reporte se concentró en las diferencias en el acceso a la salud pública que existen entre la Región Metropolitana y el resto del país. El quinto coloquio estuvo orientado a las desigualdades en la situación de cáncer en Chile y su expresión en nuestra región, con la conferencia del Dr. Cristian Herrera, Secretario Ejecutivo del Foro Nacional del Cáncer. El presente artículo relaciona la elevada prevalencia de enfermedades de salud psychological en Chile, con los determinantes sociales de la salud, y en particular con la desigualdad social.

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Por tanto, los procesos de salud-enfermedad no se distribuyen de forma ecuánime entre la población; siendo una dimensión relevante de las desigualdades sociales. —¿Cómo cree que esta evidencia pueda influir en la planificación de servicios de salud y en la práctica médica en Chile? Estos hallazgos tienen implicaciones profundas para la planificación de servicios de salud en nuestro país.

En contraste, la región del Libertador General Bernardo O’Higgins también presenta una mediana de espera elevada de 406 días, y es notable por tener la mayor proporción de su población en espera, con 32,495 pacientes, o un three,19% del complete regional. El desglose de los tiempos de espera para intervenciones quirúrgicas a nivel regional en Chile muestra diferencias significativas en la cantidad de pacientes en listas de espera y en la duración media que los pacientes deben esperar para ser intervenidos. A nivel nacional, la mediana de espera para cirugías es de 283 días, sin embargo, algunas regiones enfrentan períodos de espera considerablemente más extensos. En 2012, el entonces presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballestero, al abordar al “sustantivo incremento” de los recursos de protección, mencionó por primera vez que estos correspondían, en su mayoría, a acciones presentadas en contra de las ISAPREs (Presidencia Corte Suprema 2012, 4). Esta referencia se ha vuelto una constante en los discursos inaugurales del año judicial, y desde 2015 ha venido acompañada por un llamado a la creación de una nueva regulación o política pública que aborde la problemática subyacente. Como se puede apreciar en la Figura N° 7, cinco presidentes de la Corte Suprema han subrayado la necesidad de una solución legislativa.

Criando a mi hija mayor, me resultó evidente que existía una gran diferencia en hacerlo con parques o plazas cercanos a la vivienda; con otros niños, madres y padres con quiénes acompañarse y de quiénes aprender; en una comuna segura donde los niños no tienen que estar encerrados para efectos de seguridad o donde la oferta alimentaria es saludable y variada. Esto se combina con el nivel socioeconómico familiar y los conocimientos que vienen con el acceso a la educación superior, que se distribuye tan desigualmente como lo anterior. En Chile, Salud Un Derecho hizo un respetable esfuerzo de sistematización de cifras que están disponibles públicamente por parte de entidades como la OCDE.

«Las conductas preventivas están más asociadas al sector público que al privado. Creemos que esto está asociado a las campañas del sector público, ya sea GES u otras y el efecto de la atención primaria» dijo Herrera. En la segunda área de presentación (impacto económico del cáncer), el estudio incluyó cifras del año 2009 y arrojó que casi el 1% del PIB de Chile es el costo que tiene el cáncer en nuestro país. Esto equivale a más de 2 mil cien millones de dólares en el global incluyendo a isapres y Fonasa pero sin incluir a los funcionarios de las Fuerzas Armadas y a aquellos que no tienen ningún tipo de seguro. «Calculamos costos directos asociados a todos los exámenes, screenings, costos paliativos y otros, pero además, los costos indirectos como licencias y también los años de vida productivos perdidos por una persona que fallece». En cánceres específicos las desigualdades se disparan y algunos que son muy prevalentes en La Araucanía, como el gástrico o vesicular alcanzan el forty desigualdad entre paises o 50% de mortalidad en los grupos socioeconómicos más bajos que en los más altos.

Una de las líneas de trabajo del recientemente creado Centro de Estudios Aplicados para la Equidad en Salud, CEES, es la de difusión y comunicación social con el desarrollo del primer ciclo de coloquios sobre inequidades y desigualdades en salud en la región de La Araucanía. Para Deaton, Premio Nobel de Economís 2015, la estimulante historia del progreso materials es también el relato de cómo se ha extendido la desigualdad entre los países y dentro de los países. Los avances de la medicina han significado para gran parte de la humanidad el “Gran Escape” respecto de todo tipo de privaciones y de muchas enfermedades mortales. Pero aunque es cierto que cada vez hay más gente saludable y con acceso a bienes y servicios básicos de calidad, hoy en día el mundo es crecientemente inequitativo. “Sirven para mostrar lo heterogéneo que es Chile, que a pesar de que tenemos muchos discursos de un Estado capaz y potente, aún existen diferencias nacionales territoriales que tienen que ver con categorías como ser mujer e indígena en el acceso a la salud y eso tiene una fuerte implicancia en política pública. Entonces, esta investigación sirve para promocionar y para impulsar políticas que sean más pertinentes tanto territorialmente como para categorías de grupos específicos”, cerró la invitada.