Es evidente la gravedad del problema y lamentamos que no exista una real información en los medios. Es sabido que la mayor parte del grano ucraniano se destina a precios de dumping para el forraje en la Unión Europea, quebrando de paso a much de sus propios agricultores y no está llegando el suficiente grano ni fertilizante a las naciones pobres, que lo necesitan con la mayor urgencia. El modelo económico de mercado heredado de la dictadura cívico-militar, perfeccionado y administrado alegremente por la Concertación y la Alianza, nunca tuvo en sus prioridades buscar alternativas que hicieran posible un modelo suitable con las necesidades de la población, menos aún de sus aspiraciones.
Millones de personas en todo el mundo están jubilosas porque pronto esté disponible una vacuna COVID-19. En el 25º aniversario de la fundación de movimiento trotskista en los EEUU, el Pleno del Comité Nacional del SWP envía sus saludos socialistas revolucionarios a los trotskistas ortodoxos de todo el mundo. El Mercurio tituló en portada que los fondos AFP perdieron en enero todo lo que ganaron el año 2015. Este año el gobierno realiza grandilocuentes anuncios sobre la gratuidad universitaria, y si bien, el que miles de est… «A menudo, el crecimiento estridente en las economías emergentes ha impulsado los balances bancarios de los súper ricos, mientras que ha hecho muy poco para ayudar a los más pobres de la sociedad», le cube la desigualdad en la pandemia a la BBC Rebecca Gowland, jefa de desigualdad de Oxfam. La firma de consultoría McKinsey ha pronosticado que se espera que para 2025 los mercados emergentes tengan 45% de las compañías de Fortune 500 y 50% de los multimillonarios del mundo.
Por lo que esto es el mayor incremento registrado, según apunta la ONG en su informe llamado “La desigualdad mata”. Según un estudio publicado por la organización benéfica contra la pobreza, OXFAM, un 99% de la población del mundo ha empobrecido durante el desarrollo de la pandemia del COVID-19. En paralelo, la lista de los 10 más ricos ha duplicado su fortuna durante el mismo periodo. “Son personas que durante esta pandemia tuvieron que decidir si se morían contagiados por COVID o si se morían de hambre por no salir cada día a trabajar.
Propone que estos ingresos fiscales se inviertan en una sanidad pública common y en la seguridad social, así como en la lucha contra el cambio climático y el racismo y la prevención de la violencia de género. Oxfam apunta que, pese al elevado coste de combatir el virus, los gobiernos de los países desarrollados no han subido los impuestos a las rentas altas y en cambio han mantenido en el sector privado bienes públicos como la tecnología relativa a las vacunas e incentivado los monopolios empresariales. Los gobiernos de los países ricos deben además flexibilizar las normas de propiedad intelectual para que más Estados puedan fabricar vacunas, indica. Propone que estos ingresos fiscales se inviertan en una sanidad pública common y en la seguridad social, así como en la lucha contra el cambio climático y el racismo y la prevención de la violencia de género. El experto en pobreza y desigualdad precisa que hay que abordar las causas estructurales que reproducen las desigualdades y señala a los monopolios y oligopolios que “en América latina ejercen una enorme presión sobre los gobiernos para lograr que las políticas vayan en beneficio de las élites“.
Es un enfoque tentador para los políticos de las grandes potencias y países con economías autárquicas. En el largo plazo, sin embargo, conspira contra una gobernabilidad internacional. Si cada capital antepone sus intereses nacionales, será inalcanzable una gobernanza mundial razonable. Ella es una condición necesaria para enfrentar con eficacia los tres desafíos enunciados al inicio de este artículo.
Dos estudios recientes publicados en importantes revistas de salud (uno en The Lancet y el otro en Science) arrojan más luz sobre cómo la guerra de clases y las políticas de negligencia maligna contra los sectores más pobres de la clase trabajadora han jugado durante la pandemia de COVID-19 en Chile. Añaden peso a una montaña de evidencias de que el sistema de salud clasista del Estado tiene una responsabilidad felony la desigualdad creciente en la muerte evitable de decenas de miles de personas y en la propagación de la enfermedad en la población de la clase trabajadora. Este artículo de Friedrich Engels, escrito en 1858, relata la derrota del ejército británico en Afganistán. Parece increíble que esta narración resulte tan actual a la vista de los sucesos ocurridos durante estas semanas y, más aún, como la agresión imperialista repite los mismos o parecidos errores.
Es por eso que, contrario a la frialdad del concepto antes compartido, en donde la facultad era ese juez implacable y frío, me evoca la mirada del hogar como primera escuela. Muy pocas madres, padres y familias van a poder acompañar a hijos e hijas en su paso académico; pero son esos lugares llamados hogares, los que enseñan la ternura, el apoyo y la comprensión. Si no le enseñamos empatía a futuros profesores, compasión a futuros doctores, o responsabilidad social a futuros emprendedores, seguiremos perpetuando estereotipos que son capaces de citar grandes ideas, pero que no miran al ser humano que tienen a su lado. Y el sistema seguirá devorando a sus usuarios como un Titán a sus hijos.
La existencia de amenazas, reales o imaginarias, contribuye a cementar la unidad de las sociedades. Las derivas autoritarias son justificadas para enfrentar las disidencias o los elementos ajenos (inmigrantes, determinadas corrientes políticas, los musulmanes u otras minorías religiosas). Trump justificó la construcción de un oneroso muro para contener la migración desde el sur de Rio Grande. En Francia, sectores de la extrema derecha hablan del “gran reemplazo”, aludiendo a la amenaza del “islamo-izquierdismo” (el judeo-comunismo en tiempos de Hitler). El discurso identitario xenófobo tiende a una narrativa que ensalza el mito de la nacionalidad, su pureza, y valores superiores versus lo extraño, contaminado y elementos corruptores de las virtudes originales.
Vivimos las secuelas de una excesiva confianza que se depositó, durante décadas, en el mercado. Y si la política es parte del problema, también lo será de la solución. En una imprescindible y reciente entrevista de Moisés Naím a Thomas Piketty, el francés sostiene que «necesitamos mejores instituciones democráticas, fiscales, sociales, educativas.
Al mismo tiempo que “se creaba un millonario cada 26 horas”, un 99% de la humanidad se empobreció y a hundred and sixty millones de personas más cayeron en la pobreza, señala. Oxfam, con sede en Nairobi (Kenia), ha difundido el estudio con motivo de la celebración entre hoy y el 21 de enero de la Agenda de Davos del Foro Económico Mundial, que tiene lugar de forma digital antes de un posible evento presencial en Suiza el próximo junio. “Tardaremos tres décadas más, toda una generación, en cerrar la enorme brecha de género que nos deja esta pandemia”, asegura Cortada.
Las masas no tienen fe en los políticos y están poniendo sus esperanzas en una cura. Pero no hay cura para la enfermedad del sistema capitalista, que buscará sacar provecho de este avance en detrimento de la humanidad. La fusión del Estado con los sectores dominantes de la economía ha alcanzado niveles sin precedentes.
En un contexto tan doloroso como lo ha sido la pandemia, cada 26 horas nace (¿se crea?) un billonario en el mundo. La desigualdad de un sistema que predestina según origen, no según capacidades ¿Cuántos Matías perdimos desde que estoy escribiendo esto? No sé a UD., pero a mí las historias de esfuerzo sobrehumano me parecen tristes, y, en muchos casos violentas. La ONG denuncia además que, por primera vez en años, se espera que aumente la brecha de la desigualdad entre los países, debido en parte al insuficiente apoyo que los Estados ricos han brindado a los pobres durante la pandemia. La ONG denuncia además que, por primera vez en años, se prevé que aumente la brecha de la desigualdad entre los países, debido en parte al insuficiente apoyo que los Estados ricos han brindado a los pobres durante la pandemia.
En un estudio de 2015, los académicos estadounidenses Sutirtha Bagchi de la Universiad de Villanova y Jan Svejnar de la Universidad de Columbia, argumentaron que el nivel de desigualdad importaba menos que la razón por la cual existe en primer lugar la desigualdad. «El aumento de una clase de individuos extremadamente ricos en países menos acaudalados puede ser ofensivo para quienes trabajan duro y reciben menos recompensa. Pero la emergencia de personas ricas y compañías ricas en países pobres es un reflejo de una economía saludable», cube Freund. El censo también encontró que la mitad de las 10 ciudades con las poblaciones más grandes de multimillonarios están en países en desarrollo, en lugares que registran las mayores desigualdades sociales del mundo.