En pocas palabras, mejorar la productividad de las empresas es un camino robusto para avanzar hacia un mayor nivel de desarrollo. Un tercio de los ciudadanos gozan de los mejores frutos de la conectividad accediendo a velocidades de banda ancha de clase mundial, el otro tercio accede de manera precaria, mientras que el otro tercio vive desconectado. Si le agregamos vivir en el mundo rural, en suburbios urbanos, con ingresos bajos, ser mujer y ser adulto mayor, la disparidad es vergonzosa. No es posible que aún en Chile existan cerca de 800 escuelas y liceos sin acceso a Internet; más de a thousand recintos de salud rurales, entre consultorios y postas que no tienen conectividad de calidad y aproximadamente 1.000 localidades, asentamientos y villorrios aislados, de difícil acceso, que aún no conocen de la promesa de una sociedad de la banda ancha. Internet no es un lujo, sin ese acceso se corre el riesgo de quedar fuera de los mínimos sociales que implica no estar conectado en el siglo XXI.
En este sentido, enriquecer la comprensión de las tecnologías a partir de nuevas perspectivas emergentes como las postcualitativas permitiría reconocer la agencia intrínseca que poseen las tecnologías que, alejándose de toda pretensión de neutralidad, modificarán y adaptarán a quien las crea y utiliza (Barad, 20145; Beach, Bagley, & Marques, 2018)6. Considerar estas perspectivas permitiría enriquecer la propuesta de la autora, poniendo como foco de atención la relación del individuo y la tecnología y no solo la capacidad del individuo de poder acceder y adaptarse a las nuevas tecnologías. El déficit de docentes idóneos hoy está afectando el principal dominio de los estudiantes del siglo XXI, y parece que poco importa. Necesitamos incentivar el desarrollo de la educación tecnológica no sólo pensando en el ámbito escolar, sino en el dominio profesional y el desarrollo de las ciencias.
«La pandemia nos ha puesto a prueba. Existe una desigualdad estructural en el acceso a web. Mientras las cifras daban cuenta que aumentaba la penetración en términos generales, la pandemia nos dijo que esto no era igual para todos», sostiene Fabián Retamal, coordinador del Programa de Acceso y Acompañamiento a la Educación Superior (PACE). Me produce cierta esperanza ver que los conceptos tan negativos de la IA están sustentados en información errónea sobre lo que supone. Históricamente, las innovaciones se vieron con escepticismo en una etapa más temprana, como la electricidad, los coches o el mismo web. Aquellas compañías que reúnan a los profesionales más inteligentes y con más información liderarán el mercado.
El novedoso sistema, diseñado con el objetivo de reducir el riesgo de lesiones durante una emergencia, será entregado a la Junta Nacional de Bomberos para beneficiar a las y los voluntarios de todo el país. Estamos ante un asunto estratégico, nos referimos a una definición política clave, a un desafío colectivo, una causa país, en un compromiso ante los chilenos por buscar soluciones innovadoras, diversas, creativas y pertinentes, sin descanso, que en el corto plazo, logremos conectar a los desconectados. Sí sólo en los próximos 12 meses conectáramos a estos territorios urbanos y rurales estaríamos ante un nuevo escenario.
En el caso venezolano las bases de datos biométricas provienen del sistema electoral, para ser utilizadas tanto por operadores estatales -incluyendo funcionarios de migración y policías- como por cajeros de supermercados y farmacias, sin ningún tipo de requisito authorized previo. En São Paulo, el gobierno municipal llegó a anunciar la venta de las bases de datos de las tarjetas utilizadas en el transporte pero, bajo presión pública y después de la aprobación de una ley de protección de datos en Brasil, cambió su posición. Un «plan maestro» para el despliegue de redes de infraestructura digital requiere de un nuevo pacto con los gobiernos locales.
Según el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, Alerta Niñez es un instrumento preventivo que “identifica el conjunto de condiciones individuales, familiares, del entorno y de los pares de los niños y niñas y adolescentes, que tienden a presentarse cuando existe un riesgo de vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes”. El sistema se basa en el procesamiento estadístico de grandes cantidades de datos provenientes de organismos públicos para calificar a la población menor de 18 años, ordenando a las personas según su probabilidad de sufrir vulneraciones. La implementación de programas que condicionan el acceso a servicios básicos a la vigilancia estatal y privada ejemplifican de manera clara no solamente el hecho de que las tecnologías no son neutras, sino que impactan de forma diferenciada a distintos grupos humanos, de acuerdo a su género, al color de su piel y a su clase social.
Esta dimensión de la ciencia supone un desafío a nuestras sociedades basadas fuertemente en la confianza hacia la técnica, en buena medida lo que mantiene el ideal del progreso es la adquisición de nuevas tecnologías que superen los problemas que hoy nos aquejan. Pero la inequidad en el acceso termina en una deslegitimación, así como en una frecuente desconfianza hacia la técnica. En esta situación crítica, los profesores de Educación Media están adaptándose tímidamente a la tecnología. “Este proceso incipiente ha obligado a remirar los procesos de formación docente, las capacidades de uso de las Tics de los docentes y el lugar que ocupan las tecnologías en el currículum de las escuelas”, agrega el especialista del programa PACE.
Es importante mencionar que la profesora Leyton no será la única integrante de la carrera de Antropología que ejecutará esta investigación en la región, ya que el equipo local también contempla la participación de los profesores Germán Lagos Sepúlveda y Jorge Vergara del Solar, junto a las estudiantes Valentina Yáñez Guerrero y Olaya Morales Valenzuela. Ana Cecilia Vergara, docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile (Usach); mientras que la Dra.(c) Daniela Leyton Legües, académica de la carrera de Antropología UdeC, ejercerá como coordinadora regional. Este problema acrecienta aún más el desafío de la tecnología en la educación, pues si ya vimos el deficitario manejo de las TICs durante la pandemia, de parte de un gran número de docentes, hoy estamos evidenciando que no tenemos ni siquiera la idoneidad profesional en las aulas en la asignatura tecnológica.
La gente que utiliza este dispositivo e Internet representan un 28%, de acuerdo con los datos del Censo. En México, las brechas de género, acceso, consumo y apropiación de la tecnología prevalecían antes de la pandemia y en esta crisis se han ido recrudeciendo. La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información (ENDUTIH) de 2019, muestra que solo el 44% de los hogares mexicanos tienen una computadora. Además, tan solo el 56% hace uso de internet y cuenta con un acceso que se utiliza de manera continua.