Aplicamos una perspectiva feminista a todos nuestros análisis y abordamos la justicia de género y los derechos de las mujeres en todas nuestras acciones. Ni el género ni las clases sociales, son excusas para no luchar por lo que se quiere. Cuando educamos a los niños en un ambiente de respeto e igualdad, estaremos formando personas nobles y empáticas.
Se trata de un marco aún más necesario en este mundo devastado por el coronavirus, y que ofrece una dirección estratégica más pertinente que nunca. El cambio a gran escala es posible si nos solidarizamos y amplificamos las voces de las personas en situación de pobreza, injusticia, exclusión y crisis. El género es un conjunto de roles y expectativas hasta cierto punto arbitrarias, pero que permiten implantar un sistema de dominación y desigualdad.
De acuerdo con cifras de la Enigh (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares), la mitad del dinero que perciben las familias más pobres ni siquiera depende ellos, sino que son ayudas o apoyos del gobierno, remesas o regalos de otras personas. México es un país donde viven muchos pobres y algunos de los más ricos del mundo también. La desigualdad es sistémica, y aparentemente, una de las problemáticas socioeconómicas más difíciles de resolver.
Incluso con la sombrilla de la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo como soporte, como ley, la desconocieron en los mejores momentos del ambiente económico nacional e internacional que se haya tenido en los últimos 24 años. Dado que el lenguaje es uno de los factores clave que determinan las actitudes culturales y sociales, emplear un lenguaje inclusivo en cuanto al género es una forma sumamente importante de promover la igualdad de género y combatir los prejuicios de género. En base a este ejemplo, desigualdad e inclusión social podemos entender que la principal diferencia entre igualdad y equidad es que la primera implica impartir justicia a todos los ciudadanos de manera uniforme, mientras que la segunda se pretende dar un trato justo a todo el mundo, pero teniendo en cuenta sus diferencias y situaciones excepcionales. En la equidad no se compromete el sentido de imparcialidad, pero sí que se comprende que no todo el mundo ha nacido igual y, por tanto, un trato demasiado igualitario implicaría injusticia social.
Se considera que una meta para el progreso y el desarrollo de las sociedades democráticas avanzadas es reducir las brechas de desigualdad. Las desigualdades repercuten en la esperanza de vida y el acceso a servicios básicos, como la atención sanitaria, la educación, el agua y el saneamiento, y pueden coartar los derechos humanos, por ejemplo, debido a la discriminación, el abuso y la falta de acceso a la justicia. Cuando las desigualdades son considerables, desalientan la formación profesional, obstruyen la movilidad económica y social y el desarrollo humano y, en consecuencia, inhiben el crecimiento económico. Asimismo, afianzan la incertidumbre, la vulnerabilidad y la inseguridad, socavan la confianza en las instituciones y el Gobierno, aumentan la discordia y las tensiones sociales, y desencadenan actos violentos y conflictos.
Dentro de cada grupo ocupacional hay grandes diferencias en el poder adquisitivo, especialmente en los niveles profesionales y administrativos más altos. Lo que hace la desigualdad económica en sí es estratificar o crear clases o niveles en la sociedad, es decir, ricos/clase media/pobres. Uno de los productos de la estratificación se ve en el sistema capitalista, jefe/empleado.
16Ya que de acuerdo con la evaluación más reciente realizada por el Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiante (PISA) a los jóvenes de 15 años inscritos en el sistema educativo mexicano sólo lograron buenos aprendizajes el 17% en ciencias y matemáticas y el 25% en lenguaje. Los aprietos para hallar una casa causan problemas de estrés y malestar psicológico a las personas que, aun con trabajo, enfrentan inconvenientes para ser aceptados como inquilinos. En casos de pobreza extrema, las familias de bajos ingresos pudieran llegar a carecer del acceso adecuado a alimentos saludables y nutritivos. Ello, por supuesto, eleva el riesgo de desnutrición y enfermedades entre los infantes. Este problema es complejo y está relacionado con la dificultad para asistir a la escuela, y con la facilidad o los obstáculos para tener conexión a internet. Las limitantes educativas tienen una incidencia importante en el futuro desarrollo de las personas, en su vocación, y en sus perspectivas laborales.
El informe contribuye a avivar la discusión sobre esta temática no sólo en los ámbitos académico y político, sino en el social y el cultural. En un mundo cada vez más desigual, promover la igualdad de género es basic para abordar la pobreza y la injusticia. No es posible conseguir una sociedad justa a menos que las mujeres y las niñas puedan decidir sobre sus vidas.
Estas desigualdades no son solo el resultado de las acciones de individuos o grupos, sino que están integradas en las instituciones y sistemas que rigen la sociedad. Es muy injusto cuando la sociedad no protege suficientemente los derechos económicos de las mujeres después de que hayan sido madres. Se debe incidir en esta situación para lograr la igualdad económica para todas y todos”.
Es decir, trabajar, también, con sus entornos familiares, pues es en estos espacios es donde se vulneran sus derechos. “En ese sentido para nosotros, también va a ser very important, fortalecer el tejido social, es decir que las personas sujetas de derechos también puedan generar exigibilidad. En septiembre de 2017, la Unión Europea y la ONU unieron fuerzas para lanzar la Iniciativa Spotlight. Una iniciativa global y plurianual orientada a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas. Los beneficios del ejercicio para la salud mental y física han sido más que probados. Basta con realizar 20 minutos de actividad moderada a diario, (caminar, jardinear, aspirar la casa, etc).
La manera en que se aborda la migración y se protege a los migrantes cuando se trasladan desde su lugar de origen a las comunidades receptoras es clave para garantizar su crecimiento económico y éxito. En todas partes del mundo, las mujeres y las niñas deben tener los mismos derechos y las mismas oportunidades, y deben poder llevar una vida libre de violencia y discriminación. La igualdad y el empoderamiento de las mujeres es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y también es un elemento esencial de todas las dimensiones del desarrollo inclusivo y sostenible. «Dado el inmenso daño que sufren las mujeres y niñas que ejercen la prostitución, es importante utilizar una terminología acorde con la legislación y las normas internacionales de derechos humanos. Términos como trabajo sexual higienizan la dañina realidad de la prostitución», prosiguió Alsalem. Los derechos humanos nos asisten a todos, reconociendo que somos sujetos de derechos y que las personas no son pobres porque quieren, que existen condiciones de desigualdad. Vamos poner, en estos momentos, especial énfasis respecto a los derechos de los habitantes de calle, pues existe toda una tendencia a criminalizar a estas personas que son el resultado de la pobreza, para encargarles ese pasivo de la inseguridad.
Entre esas medidas destacó “la promoción de la igualdad de oportunidades”, a través de la inversión en educación, en sistemas de salud, y en el paso del sistema educativo al mercado de trabajo. Además, las diferencias económicas y sociales aumentan la inestabilidad política y erosionan la confianza en los gobiernos, cada vez más influenciados por los más afortunados. Promocionar la igualdad de oportunidades y subir los impuestos, especialmente, a las clases más adineradas, ayudaría disminuir la desigualdad. La desigualdad educativa está relacionada con las diferencias en el acceso a la educación.
Existen culturas en donde la mujer, las personas de color y la preferencia sexual, son motivos de segregación e intimidación. En conjunto, todas las mujeres en México destinaron 2,181 horas cada semana al trabajo no remunerado dentro de sus hogares. Esto es casi tres veces más que el tiempo whole desigualdad de genero en la economia que dedicaron los hombres (771 horas cada semana). En 2014 el economista francés Thomas Piketty destacó con su obra El Capital en el Siglo XXI, cuya tesis principal es que el aumento de desigualdad es inherente al capitalismo; que la desigualdad es, entonces, un problema de estructura.