Esta codependencia, junto con una preferencia política por un ‘retorno’ de las viviendas sociales a las reglas del mercado después de cierto tiempo, ha afectado también los esfuerzos por establecer formas de proveer vivienda sin fines de lucro,ya sea en forma de arriendo o de cooperativas. Por ejemplo, en 1959 el programa de Mitchell Lama para el Estado de Nueva York, establecido sólo cuatro años antes, abandonó su objetivo unique de mantener los desarrollos regulados a perpetuidad permitiendo a los propietarios optar por salirse una vez pagada la hipoteca (Botein, 2009). Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Una de las conclusiones es que ella opera vía mecanismos más indirectos de lo que se creía. Así, Daron Acemoglu y James Robinson argumentan que las brechas socioeconómicas afectan negativamente el desarrollo de los países cuando se traduce en un acceso, también desigual, al poder político; este mecanismo se relaciona con la potencial captura de rentas por parte de la élite y el bloqueo de oportunidades de desarrollo para el resto de la población.
“La combinación de un bajo crecimiento y una alta desigualdad ha resultado tóxica para los británicos de las clases medias y bajas. Ambos segmentos son hoy más pobres que sus equivalentes en países con los que nos solemos comparar, como Francia, Holanda, Canadá, Alemania o Australia. Por eso nos cuesta tanto hacer frente, por ejemplo, a una subida del recibo de la electricidad”, explica Torsten Bell, el economista que dirigió durante los últimos años el prestigioso centro progresista de análisis económico Resolution Foundation y hoy es candidato del Partido Laborista, en su libro Great Britain? La falta de concreción con lo que firmamos nos lleva a esta erosión y recesión de la democracia, donde merced a la alta desigualdad, se verifica un poder sin balances, auscultada en la disaster de gobernanza (deficiencias y carencias de los servicios públicos). Tenemos que abocarnos, como sociedad, a disminuir la pobreza, la desigualdad, no contentarnos con ver y verificar la humillante y abyecta inequidad social. Como nos decía Isidoro Cheresky en su libro “El rostro de la democracia”, citamos “… la democracia sería a la vez voluntad well-liked en expansión y Estado de derecho garante, pero también, regulador de esa voluntad.
“Muchos padres expresan la esperanza de que sus hijos vayan a la escuela e incluso completen la educación universitaria”. De acuerdo con los datos que ha recopilado para su informe, los adultos con una experiencia temprana de pobreza durante la infancia tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión o inflamación crónica. Por ejemplo, sobre la salud, el relator indica que “la pobreza y la mala salud están interrelacionadas.
Los niños de entornos desfavorecidos encuentran obstáculos en su acceso a una educación de calidad. En los países de renta baja y media-baja, la probabilidad de matricularse en la escuela primaria, en la secundaria inferior y en la secundaria superior sigue dependiendo en gran medida de los ingresos de los padres y de su nivel educativo. Actualmente trabaja como especialista senior de comunicaciones del BID, gestionando los planes de comunicación, conocimiento e innovación para el sector de instituciones para el desarrollo y la región del Caribe. Anteriormente fue responsable por administrar las redes sociales y las campañas de diseminación de las principales publicaciones del Banco y ayudó a liderar la implementación de la primera herramienta de CRM y de automación de marketing del BID.
Si no puede ser con empleos muy estables, porque ya no somos capaces de ofrecerlos, pues con una entrada y salida digna de puestos temporales”. “Existen muchas vías para reducir la desigualdad, algunas mucho más complejas que otras. De hecho, el índice de pobreza multidimensional que actualmente maneja la ONU está compuesto de 10 indicadores que reflejan diferentes tipos de privaciones. Pero, cuando hablamos de desigualdad económica, sí hacemos referencia exclusiva a la riqueza.
La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado outline la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”. 3“Los objetivos del Grupo del Banco Mundial son los de terminar la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida.
Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados.
Suecia mantiene su primera posición, con el 5% más rico poseyendo el 60,3% de la riqueza, mientras que Bélgica presenta la menor desigualdad de riqueza, con el 5% más rico poseyendo el 30,8% de la riqueza. Si nos fijamos en el decil más rico en 2022, Suecia presentaba la mayor desigualdad de riqueza, donde el 10% más rico poseía el 74,4% de la riqueza. En los 21 países europeos sobre los que se dispone de datos, existen importantes disparidades de riqueza entre los percentiles superiores, incluidos el decil más rico, el 5% más rico y el 1% más rico. “La desigualdad social es transversal y se mueve y expresa a lo largo de diversos ejes de discriminación”, explica Carlos Susías, presidente de la European Anti Poverty Network España (EAPN-ES).
MSc en Crítica, Curatoría y Prácticas Conceptuales de la Arquitectura, GSAPP, Columbia University (EE.UU., 2012). El trabajo de Moore ha sido expuesto a nivel internacional y publicado en diversas revistas y periódicos, incluyendo desigualdad de la población Artforum, Future Anterior, y Avery Review (averyreview.com), donde también es editor adjunto. Moore es Director Adjunto del Temple Hoyne Buell Center for the Study of American Architecture (Columbia University, EE.UU.).
Dado que los ricos son los que más evaden, la forma más efectiva en el corto plazo de volver los sistemas tributarios más justos y equitativos es fortaleciendo las administraciones tributarias, para que puedan reducir los altos niveles de evasión. A nivel nacional, si bien no existe en la literatura evidencia robusta, existen numerosos casos anecdóticos de billonarios mudándose de país a otro, como es el caso de varios billonarios franceses que establecieron residencia fiscal en Bélgica, para eludir el impuesto solidario a la fortuna y un posible incremento del impuesto sobre la renta[12]. Estas salidas de capitales, y las posibles no llegada de inversiones, son problemáticas, ya que no solo se pierde la recaudación del impuesto a la riqueza, sino también se pierden otros ingresos fiscales que habrían generado las inversiones locales. Por lo que se refieren a las encuestas en hogares, éstas presentan problemas para medir el ingreso, especialmente el de las personas con ingresos altos.
Estas disparidades son aún más marcadas en los países en desarrollo y en las economías emergentes. Un grupo de expertos de la ONU señala que la desigualdad es uno de los mayores retos de nuestra era y supone un obstáculo no solo para el desarrollo, sino una amenaza para la paz. Y no se define únicamente por la brecha entre los que tienen más y los que tienen menos. También se evidencia en el acceso a agua potable, electricidad, saneamiento, educación, salud y otros servicios básicos. En 2017, Oxfam Intermón reivindicaba al G7 que actuara para poner fin a las cuatro hambrunas que en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen están poniendo en peligro la vida de su población, pues los siete países más pudientes del mundo podrían sufragar la mitad de los fondos que se requieren para lograrlo. Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es la reducción de las desigualdades.
Por último, es importante recalcar que desde una perspectiva de bienestar social, lo relevante en última instancia es la progresividad de la política fiscal en su totalidad, incluyendo no solo los impuestos, sino también el gasto social. De hecho, en los países donde la política fiscal es más redistributiva, la mayor parte de esta redistribución desigualdad america latina se da a través del gasto público y no a través de los impuestos. Por tal motivo, para incrementar el impacto de la política fiscal en ALC es importante que los países adopten una visión integral, considerando la totalidad de impuestos y gastos sociales. Y desde entonces, añaden los investigadores, ha ido concentrándose en manos de los más ricos.