Como he señalado antes, Brasil, Sudáfrica y Rusia lideran el mundo en desigualdad de riqueza y, entre las economías avanzadas, Estados Unidos es la más desigual de todas. En materia de desigualdad, la participación de los países de bajos ingresos en la riqueza mundial se mantuvo debajo del 1% del total global en los 23 años considerados. Además, la riqueza per cápita disminuyó en más de un tercio de los países de bajos ingresos.
La mantención de la desigualdad económica no solo atenta contra derechos fundamentales de las personas, sino que, deteriora moralmente a los pueblos, y permite que la captura de la política por parte de quienes controlan la mayor parte de la riqueza debilite las democracias al hacerle perder sentido a las
A escala mundial, según un estudio de 2014, el patrimonio de las ochenta y cinco personas más ricas del mundo es equivalente al de los three.500 millones más pobres(2). Esto significa que contener las superfortunas, y su poder político-económico, podría remover obstáculos al desarrollo. Se esperaría que las medidas públicas en este sentido se tradujeran en un efecto-desarrollo. Esta meta se podría alcanzar de un modo directo por medio del establecimiento de un impuesto a las riquezas, en explicit las grandes (Scheuer y Slemrod, 2021; Piketty y Saez, 2012), y de forma indirecta mejorando la eficiencia de las políticas y recursos públicos en torno al desarrollo humano. En términos generales, se encuentra que la riqueza extrema nacional afecta significativamente todos los índices de desarrollo humano, con la excepción del índice de esperanza de vida. Los altos niveles de IDH se acompañan de bajos niveles de riqueza extrema a nivel país y viceversa.
Los titulares de los medios eran muy sensacionalistas y la sociedad se hacía cómplice de todo esto con su indiferencia o pasividad. Durante el ciclo salitrero, había una economía muy desregulada, donde los sueldos de los obreros eran precarios y el tema de la desigualdad social period materia de debates intensos. Los indicadores macroeconómicos eran saludables, pero el grueso de la población no percibía progreso. Por otra parte, “la corrupción de esa época estaba instalada, eran muy conocidos los desfalcos, las estafas y maquinaciones para apoderarse de las salitreras de mala manera”, cuenta.
Esa promesa debería ser transversal a toda la sociedad y no estar reservada para aquellas personas que puedan costear las mejoras, o que puedan pagar el precio de no tener que someterse a aplicaciones abusivas de la tecnología. Estos desarrollos y despliegues tecnológicos no deberían resultar en una nueva forma de discriminación que profundice otras desigualdades como un daño colateral que debemos asumir en favor de un supuesto bien mayoritario. Aún hoy, con las posibilidades ofrecidas por las tecnologías para optimizar la entrega de servicios de toda clase, vemos que esas tecnologías son usadas para mantener esa estructura social desigual.
De cualquier manera, la acumulación extrema constituye un medio por el cual las oportunidades de desarrollo para los grupos y personas se limitan. El poder político-económico de las élites introduce distorsiones que aletargan el proceso de desarrollo. Finalmente, el gasto público en temas sociales se considera un issue determinante del desarrollo humano.
“En 2017 por cada dólar de ingreso fiscal colectado en el mundo, solo 4 centavos procedían de la fiscalidad sobre la fortuna”. En primer lugar la estructura sesgada de los sistemas fiscales que favorecen más a los multimillonarios que al resto de la población. Si se amplía un poco más la muestra, el 1 % más aventajado se ha quedado con el 38 % del incremento de la riqueza generada en el mundo entre 1995 y 2021, mientras que el 50 % de los más pobres únicamente han conseguido un 2,3 %. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico.
En adición, es igualmente importante responsabilizar a las escuelas por sus resultados académicos. Así fue parte del discurso que dio el Presidente Gabriel Boric en la ONU presentado el martes, en el que afirmó que Chile se encuentra entre los países más desiguales del mundo. Ante esto, El Dínamo conversa con distintos expertos considerando el coeficiente Gini, una herramienta analítica que suele emplearse para medir la concentración de ingresos entre los habitantes de una región, en un periodo determinado. Para Deaton, Premio Nobel de Economís 2015, la estimulante historia del progreso materials es también el relato de cómo se ha extendido la desigualdad entre los países y dentro de los países.
Fairfield y Jorrat usan microdatos administrativos de 2005 al 2010 y, ajustando por evasión y elusión, encuentran cifras en torno al 33%. Todos los estudios son relativamente consistentes y sugieren que los individuos en el 1% más rico reciben entre un cuarto y un tercio del ingreso nacional. La desigualdad global está desigualdad de la pobreza “fuera de control” debido a los sistemas económicos sesgados que excluyen a muchas mujeres y permiten a los multimillonarios acumular enormes fortunas que hacen poco por la sociedad, según Oxfam International. No hay que olvidar que para que esta Reforma sea exitosa, se requiere fortalecer la profesión docente.
En contraste, el decil más rico (el 10% superior de los adultos) posee el 82% de la riqueza mundial y solo el percentil superior tiene casi la mitad (45%) de todos los activos del hogar. En esencia, los recursos que la CASEN “no ve”- y por lo tanto, lo que no toman en cuenta quienes la usan- son los ingresos derivados del capital y la propiedad, es decir, intereses, dividendos y rentas. Y, por lo menos desde 2000, explica el investigador, la CASEN ha perdido cada vez más la capacidad de registrar esos flujos. En los últimos 20 años el 1% más rico se quedó con más del 30% del ingreso, mientras el 10% superior capturó poco más del 60%, explica el economista Ignacio Flores. Los que menos ganaron, es decir el 50% de abajo, se apropiaron de un 6-8% del ingreso whole. El neoliberalismo, versión radical del liberalismo económico, delimita la grandeza del ser humano a la capacidad de generar ingresos monetarios, exacerba el individualismo y la carrera por ganar y poseer, por ende, coadyuva grandemente a la agudización de la desigualdad.
Como cube el informe del Credit Suisse, la desigualdad de la riqueza es mucho más desigual.“Desde cualquier punto de vista, la desigualdad de riqueza es alta en todos los países y excepcionalmente alta en algunos. Por lo general y de manera aproximada, los índices típicos serían 35% para la participación del 1% superior y 65% para la participación del 10% superior». La medida de desigualdad de Gini se utiliza para medir la desigualdad basic en ingresos y riqueza. En riqueza, los valores de gini son mucho más altos que los valores correspondientes para la desigualdad de ingresos o cualquier otro indicador de bienestar estándar.
Por el contrario, la literatura que analiza el efecto de este tipo de riqueza a nivel macro es limitada. Si bien se resaltan aspectos favorables al crecimiento (Yee, Wissink y Forrest, 2016), en algunos países, los beneficios de este proceso suelen concentrarse en las personas con mayores ingresos (OXFAM, 2014). El aumento de la desigualdad en el mundo se explica por el sistema económico actual, caracterizado tanto por la pobreza como por la creciente riqueza extrema (RE). desigualdad america latina La acumulación extrema existe en prácticamente todos los países de Occidente y empieza a presentarse en otras economías de menores ingresos, sin que sea necesariamente considerada como como un problema social (Yee, Wissink y Forrest, 2016). Según un análisis de Oxfam, de acuerdo con datos de la UNESCO, en los países en desarrollo, niñas y niños de familias pobres tienen siete veces menos probabilidades de terminar la escuela secundaria (media) que niños de familias ricas.
Aquí el ingreso superior se define como el ingreso por hogar, ajustado por tamaño, que corresponde a más del doble de la media nacional. Por otro lado, las personas en mayor situación de pobreza podrían necesitar más de una década para recuperarse de los impactos económicos de esta crisis. La principal conclusión de este informe revela que durante los últimos nueve meses, periodo económicamente complejo para muchos, las mil mayores fortunas del mundo recuperaron las pérdidas económicas originadas por la pandemia de Covid-19. «La profunda brecha entre ricos y pobres ha demostrado ser tan letal como el propio virus», agregó. Desde la mirada de Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, en el último año hemos visto «el mayor aumento de la desigualdad desde que hay registro».