El estado, en este último modelo, debe proteger como compensación y establecer derechos colectivos. 2Los años ochenta por tanto, vieron la nueva cara que presentaba el modelo económico capitalista buscando mayor productividad y ganancias a través de la reestructuración del mercado y de los procesos laborales. Lo que para algunos autores ha sido producto de un avance singular en la innovación tecnológica1, para otros ésta no ha sido sino una forma más de buscar un monopolio, donde no cuenta la racionalidad ni puede decirse que vaya en la lógica de la tecnología2. Si bien no habría una contradicción de base en ambos planteamientos, sí aparece cuando para Wallerstein el cambio actual sólo se produce en la expresión globalización, y el éxito del neoliberalismo en presentarlo como algo nuevo, inevitable, que aportará beneficio a la mayoría de la población y sobre lo que los Estados no pueden hacer nada sin pagar un alto precio. Sin embargo, entiende que la esencia del modo capitalista no cambia y es la que viene empleando desde el siglo XVI, al menos. El desarrollo para una sociedad más igualitaria tiene que comenzar con la preocupación de los ciudadanos y del Estado hacia las mujeres y como estas se han visto cosificadas a lo largo de la historia.
Es decir, abandonar las políticas sociales focalizadas para transitar a otras universales, donde el Estado asegure a todos los ciudadanos los aspectos fundamentales de una vida digna, en temas como educación, salud, pensiones, empleo o vivienda. 8Por la misma motivación, el concepto de exclusión social aparece ligado al de ciudadanía y por lo tanto excluido será aquél que no pueda gozar de sus derechos y obligaciones plenamente. La aparición del término surge en la Francia de los años sesenta del pasado siglo, pues aunque se asigna al editor de la obra de René Lenoir, ya fue utilizado por el Padre Joseph Wresinski en su Movimiento de Ayuda a Toda Desgracia – Cuarto Mundo, originado en la Asociación contra la exclusión de los más pobres, fundada en 1957 en Noisy-Le Grand, cerca de París. Según un estudio del COES (2018), la mayor cantidad de conflictos sociales por habitante se producen en las regiones donde el índice de desigualdad es igual o superior al promedio nacional. La presente columna le pone números a esa relación “desigualdad-conflicto”.
Otro de los elementos constitutivos de los proyectos educativos de las élites se refiere a contar con servicios de beneficencia. Estas actividades de solidaridad y ayuda con los menos favorecidos son un elemento central en la superioridad ethical de las élites, como grupos que solucionan problemas, ya sean locales o globales. Las familias, por su parte, cuentan con una serie de estrategias que refuerzan estos mecanismos de segregación por medio de la elección escolar. Van Zanten (2015) señala que las estrategias educativas de las familias de élite son seleccionar colegios guiados por su estatus de excelencia y por ser miembros de una comunidad de exclusividad, entre parecidos.
Con la presencia de la Presidenta Michelle Bachelet, se dio a conocer la iniciativa «Chile Inclusivo», alianza tripartita entre el mundo académico, público y privado que apunta a identificar, pilotear y evaluar iniciativas e intervenciones a nivel de políticas y programas públicos. La propuesta busca convertirse en un nuevo modelo colaborativo a través de donaciones. En este sentido, afirmó que pobreza en el capitalismo “Chile ha cambiado y creemos que más que nunca tenemos la oportunidad de construir las bases de desarrollo para estar a la altura de los retos actuales. Por eso, en menos de un año, hemos emprendido reformas profundas, en un marco de diálogo social y de cauce institucional y democrático. Construir una ciudadanía igual en derechos y oportunidades, implica reformas estructurales ineludibles”.
Uno de los principales mecanismos de cierre social se encuentra en el ensamblaje entre las barreras de entrada que fijan los colegios de élite en su ingreso y las preferencias de las familias de élite por dónde educar a sus hijos. El cobro de altos aranceles a las familias es uno de los primeros mecanismos de selección y cierre social (Stevens, 2009). Entender la pobreza desde una perspectiva de género es reconocer que hombres y mujeres experimentan la pobreza de manera diferente y desigual. La perspectiva de género permite conceptualizar la pobreza enfatizando sus causas y focalizar a quienes experimentan situaciones de pobreza con mayor vulnerabilidad.
A través de un compromiso compartido hacia el desarrollo inclusivo, Chile puede avanzar hacia una sociedad que valora y beneficia a cada uno de sus miembros. Para Egenau, “la pobreza debe entenderse como una vulneración a los derechos humanos, definitivamente”. Y ante esta realidad, el Hogar de Cristo tiene entre sus responsabilidades “denunciar, visibilizar y proponer”, porque “queremos que el país cambie”. “La priorización de la pobreza en las políticas públicas. Una de las características de la pobreza y la exclusión social es la dificultad de las personas que viven en ese mundo de demandar de manera colectiva sus derechos.
Frente a los profundos desafíos de la exclusión social en Chile, surgen también oportunidades significativas para fomentar una sociedad más inclusiva. La clave radica en políticas integrales que no sólo aborden las manifestaciones superficiales de la exclusión, sino sus causas estructurales. Invertir en educación de calidad para todos, promover la equidad de género, y garantizar un acceso common a servicios de salud son pasos fundamentales. Asimismo, impulsar la inclusión digital y económica puede abrir puertas a nuevas oportunidades para poblaciones tradicionalmente marginadas. La colaboración entre el gobierno, el sector privado, y la sociedad civil es crucial para diseñar e implementar estas soluciones.
Y ante ello estamosasistiendo a una paradójica situación, pues estamos asistiendo, y cada vezmás ‘in crescendo’, a un cambio de visión de una situación que hoy pareceya olvidada pues nos hemos ido sumergiendo en un presente al parecer sinpasado. Este estigma no solo afecta la autoestima y el bienestar emocional de las personas, sino que también limita su acceso a oportunidades, ya que pueden ser discriminadas en ámbitos como el empleo y la educación. Combatir la estigmatización de la pobreza es fundamental para fomentar una sociedad más inclusiva, donde el valor y las capacidades de cada individuo se reconozcan independientemente de su situación económica. Esto requiere de un esfuerzo conjunto para cambiar narrativas y promover una comprensión más profunda y empática de la pobreza. La exclusión social es un fenómeno presente desde la conformación de las sociedades; sin embargo, no existe mucha claridad con respecto a lo que se quiere decir al hablar de ella.
Importa entender dóndese nos revela la fraternidad, y cómo el Padre aparece junto a los que estánen los márgenes del camino. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza). Esto no se traduce en una situación generalizada de precariedad, porque hay más fuentes de ingresos.
La Fundación Superación de la Pobreza sostiene que la reducción de la pobreza en el país no pasa exclusivamente por un incremento circunstancial en los ingresos de las personas. Si bien Chile estudia la magnitud e incidencia de pobreza a través de dicho indicador, es sabido que los factores que provocan poderes adquisitivos tan disminuidos se vinculan con factores más profundos que nos remiten a problemas de equidad e integración social. A la superación de la pobreza promoviendo mayores grados de equidad e integración social en el país, que aseguren el desarrollo humano sustentable de las personas que hoy viven en situación de pobreza.
Tanto es así, que un estudio del Banco Mundial indica que un tercio del ingreso generado por la economía chilena en 2013 fue captado por el 1% más rico. Por ello, es relevante considerar este aspecto como una verdadera traba al desarrollo, cuando se bloquean las oportunidades y se traduce pobreza extrema mundial en un acceso poco equitativo al poder político y económico. En un mundo cada vez más interconectado, resulta paradójico observar cómo la pobreza sigue siendo una poderosa fuerza de exclusión social que priva a millones de personas de oportunidades básicas para su desarrollo.
Los modos de elegir colegio, plantea, no son totalmente diferentes de los que desarrollan las familias de las clases medias, aunque la diferencia opera más bien en las amplias habilidades y ventajas que implementan las familias de élite. Estas capacidades serían económicas (pagar el acceso), de redes sociales, para poder incorporarse a la comunidad educativa, y geográficas, para poder ubicarse en sectores privilegiados. En la Chile precise, la exclusión social adquiere múltiples rostros, reflejando desafíos persistentes y emergentes. Comunidades indígenas, inmigrantes, mujeres, y jóvenes enfrentan barreras significativas que limitan su participación plena en la sociedad. La discriminación étnica y de género sigue siendo un obstáculo para acceder a empleos dignos y a una representación política adecuada.
Existen conceptos que se relacionan directamente con la pobreza femenina, tales como, desigualdad, vulnerabilidad y exclusión, «la probabilidad de ser pobre no se distribuye al azar en la población» es por ello que el género y otros factores como edad, ubicación geográfica y etnia también influyen. La pobreza femenina recae principalmente en que mujeres y hombres no tiene igualdad en oportunidades, las mujeres no cuentan con servicios económicos como ingresos altos y/o bienes y tampoco cuenta con activos culturales como educación formal. Asimismo, la brecha digital excluye a gran parte de la población rural y de bajos ingresos del acceso a información y oportunidades en línea. La inequidad en el sistema de salud y educación agudiza estas divisiones, perpetuando ciclos de pobreza y marginación.
Parece existir una relación bastante directa entre los niveles de desigualdad sobre la ocurrencia de conflictos, que tiene que ser estudiada con mayor profundidad. La primera corriente se originó al interior del mundo conservador-católico que, a partir de la Encíclica Rerum Novarum, adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una crisis moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que le correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto material como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia. NIP es una iniciativa orientada a avanzar en el estado del conocimiento y experiencia relativos tanto a las causas y consecuencias de la pobreza, desigualdad y exclusión social, como al espectro de políticas, instituciones y estructuras sociales que influyen en su dinámica.