Esto produce que ciertas actividades comiencen a operar como una sola unidad a escala mundial y de forma simultánea (Castells, 1999), e incluso contradictoria (Giddens, 2007). Este nuevo entorno se ha caracterizado por el protagonismo de una economía mundial desregularizada (Sassen, 2009), el desarrollo tecnológico de nuevas formas de comunicación y gestión de la información (Hilbert y López, 2011), la conformación de alianzas entre gobiernos mediante tratados económicos (Bravo y Briones, 2014) y la expansión de procesos culturales a escala global (World Value Survey, 2016). Zygmunt Bauman (2008) ha destacado que este contexto globalizado también se caracteriza porque “hay política native sin poder y poder global sin política” (p.18). Por tanto, la globalización habría generado una transformación del poder, en que lo global y económico se vuelven determinantes, mientras la política sigue ejerciéndose en el ámbito native y sus instituciones tradicionales ven cómo su poder se “evapora” (Bauman, 2008).
Gracias a la colaboración de diversas instituciones es posible poner a tu disposición esta sección en la que podrás ampliar tu mirada de la educación a partir de una diversidad de temas que te… Varios de sus problemas, asegura, se agravaron con la pandemia, pero la principal razón es la guerra tecnológica entre China y Estados Unidos. A diferencia de líderes comunistas previos, Mijail Gorbachov tuvo tres décadas luego de su salida del poder en las que se dedicó a ser una figura pública prominente.
Las medidas de aumento de la inversión pública de decisión regional no han sido las únicas realizadas para mitigar la concentración económica entre distintos territorios del país. En el ámbito municipal, ha destacado el Fondo Común Municipal (FCM) como “mecanismo de redistribución solidaria de los ingresos propios entre las municipalidades del país” (SUBDERE, 2016). En el caso del poder espacial de la ciudad, Santiago no aparece entre las 50 ciudades con mayor importancia en el mundo.
Así, la mezcla social aparece como una estrategia para incluir a las y los estudiantes de NSE bajo en los modos de ser de aquellos y aquellas de NSE alto, modos considerados como más valiosos. Este aspecto del habitus institucional escolar puede estar dificultando la convivencia democrática, en tanto pese al interés de las escuelas por fomentar la práctica cotidiana del diálogo en la diferencia, no se observa el reconocimiento en simetría de valor desigualdad social y politica de estudiantes de distinta proveniencia social. El modelo neoliberal de la década de 1990 se mantuvo consolidado durante las administraciones de los presidentes Patricio Aylwin Azócar, Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos Escobar. En sus gobiernos se puso énfasis en el gasto público social, privilegiando el crecimiento con equidad, dirigido a reducir la pobreza, disminuir la cesantía y, por sobre todo, resguardar la estabilidad macroeconómica.
En otras palabras, aquellas formas de relacionarse dentro o entre comunidades que puedan generar disparidades, como discriminación, marginalización, ventajas o desventajas en una sociedad (Alfonso et al., 2015 ; PNUD, 2017). Estas desigualdades pueden, por ejemplo, limitar las oportunidades de acceso a trabajos o el acceso a diferentes beneficios de la comunidad, por lo que un individuo o país tendría que destinar una mayor cantidad de recursos a reducir estas disparidades, al contrario de otro en que este tipo de relaciones no se da (Paes de Barros et al., 2008). De acuerdo a Sen (2000), alcanzar cierto nivel de calidad de vida se ve coartado por las condiciones sociales en que se encuentra un individuo o que posee un país.
Este último refiere al desarrollo de disposiciones políticas basadas en la comprensión de “las condiciones (desigualdades estructurales, pobreza, globalización, and so on.) que dan lugar al sufrimiento para reconocer algún tipo de conexión humana entre unos y otros, (…) para comenzar a interrogar y desafiar argumentos basados en el binarismo nosotros-ellos” (Zembylas, 2013, p. 516, traducción propia). Sin embargo, como se argumenta en la siguiente sección, no es claro que el binarismo nosotros-ellos esté en efecto siendo desafiado en vez de reproducido en las escuelas bajo estudio. Estos hallazgos sugieren que ambas escuelas tienen habitus institucionales que dan valor a las diferencias socioeconómicas y mixtura entre estudiantes para promover una mayor reflexividad en torno a la propia posición social y la de otros, como vía para desarrollar disposiciones igualitarias. Esto se alinea con el concepto Bourdiano de habitus reflexivo (Sweetman, 2003), el cual refiere a la posibilidad de que los individuos autoobserven sus posiciones y disposiciones en diferentes campos.
Esto permitió que las autoridades se replantearan el modelo de desarrollo implementado y la cooperación internacional, para abrir paso a nuevas conversaciones con el fin de dilucidar cuáles eran realmente las necesidades y cómo se debía llevar a cabo el trabajo internacional para lograr el desarrollo sostenible (Sanahuja & Tezanos, 2017). Aquí, Sen (2000) propone que las desigualdad social y medio ambiente variaciones en el entorno condicionan la libertad de los individuos para alcanzar ciertos objetivos. Por ejemplo, el cambio climático es un problema que está afectando, por una parte, los recursos a los que puede acceder la gente, su calidad de vida y está afectando, por otro lado, las temperaturas de las diferentes zonas alrededor del mundo y, así, el medio ambiente.
La institucionalidad político-administrativa de Santiago se ve influida por entidades del gobierno nacional y regional. Por tanto, es importante también analizar, además de la influencia y territorialidad de la economía global, cómo las políticas gubernamentales del Gobierno de Chile y el Gobierno Regional de la RMS han interactuado con los procesos inherentes a la globalización, expandidos desde la década de 1980. Una vez verificado que Santiago es un punto de conexión para la economía global, cabe preguntarse cómo impacta este proceso en la actividad socio-económica de la ciudad. Al respecto, el trabajo realizado por el Centro de Investigación Social (CIS) de la Fundación Un Techo para Chile ayuda a localizar algunos procesos. Los Mapas de Vulnerabilidad del CIS muestran, por ejemplo, dónde se territorializan las actividades económicas en la ciudad. Específicamente, en el mapa sobre principales focos de empleo en el Gran Santiago (Figura 2) se muestra dónde se localizan en Santiago las zonas de mayor actividad que se agrupan en centros de negocio (donde se concentran las empresas de servicios financieros y empresariales), centros comerciales (donde se encuentran el comercio, los restaurantes y el ocio en la ciudad) y las zonas industriales.
La diferencia cualitativa con otras urgencias y movimientos del pasado, es que la actual transición proviene de la sociedad misma, de las personas, de los niños y niñas, de los jóvenes, de hombres y mujeres de diferentes edades y tendencias sexuales, de comunidades indígenas. Lo novedoso del movimiento actual es que es intrasociedad, coadyuvado por el poder de la información, los saberes locales, el conocimiento científico y las tecnologías de comunicación e interconexión. 2 Documento elaborado y publicado por cada escuela que presenta las principales características y objetivos del establecimiento, así como su contribución a la comunidad y sociedad en common. Es obligatorio para aquellas escuelas que reciben financiamiento público (que en conjunto aglutinan aproximadamente al 91% de los estudiantes del país).
En este sentido, al utilizar este índice como una herramienta common para medir las dis-paridades, se podría haber pensado que el foco de las acciones públicas también respondería a este mismo, no obstante, el Índice de Gini solo muestra un promedio de la distancia que existe entre los ingresos de los individuos de una economía ( Medina, 2001 ; Alvaredo et al., 2018). Así, se podría haber inferido que la estrategia chilena para reducir las desigualdades en el contexto de la Agenda 2030 se centraría mayormente en la dimensión ex-post. No obstante, el plan muestra un enfoque en la dimensión ex-ante, por sobre la otra dimensión, y dentro de esta, en aquellas acciones dirigidas principalmente a reducir las brechas que se generan por las variaciones en el contexto social.
A cuatro años de la revuelta social, más allá de las simplificaciones, conversar sobre las causas y mirar sus impactos sociales y políticos es un ejercicio que permite situar, sin atajos, las tareas del presente. Esa limitación de datos impidió también realizar estimaciones sobre los ingresos que posee el zero,1% de la población y el zero,01% y solo se pudo trabajar el 1% más rico. Ahora, si bien esta institución no ha sido nombrada oficialmente como responsable del ODS 10, sí ha resultado ser un árbitro sobre este mismo, por lo que su influencia y polí-ticas afectarán el trabajo de parte de las metas que este contiene, desafiando el resultado de este objetivo. Frente a esto es necesario reflexionar acerca de cómo se está utilizando socialmente la comunicación, considerando que está sometida en su estructura a las condiciones del mercado y, por lo tanto, a las dinámicas de la oferta y la demanda, de la producción, distribución y del consumo.
Las corporaciones incluidas en el ranking Global 500 de Fortune (2016) tienen ingresos anuales por un volumen de 27,6 billones de dólares, lo que supone que en promedio entre dos y tres empresas por país facturan 4 de cada 10 dólares que se producen en el mundo. Esta concentración se muestra también en el estudio Global Metromonitor, dado que 300 ciudades del mundo (en promedio menos de una por país), en 2014 concentraron el 47% del PIB mundial y fueron responsables del 38% del crecimiento económico a escala global (Parilla, Leal, Berube y Ran, 2015). Esta concentración ha generado que las desigualdades económicas se hayan incrementado desde la década de 1980, tanto a escala mundial (Milanovic, 2010) como al inside de los países desarrollados y en vías de desarrollo (Piketty, 2014). La población que tiene acceso a internet en los países en vías de desarrollo es del 21,5% frente al 73,4% en los países desarrollados (Guillen, 2010), y el número de subscripciones a telefonía móvil representa un 60% en los países con menor renta per cápita, frente a un 124% en los países con mayores ingresos (Banco Mundial, 2016). La reestructuración espacial de la economía generó, a su vez, el surgimiento de nuevos territorios estratégicos en que comenzaron a localizarse distintos procesos de carácter global. Ante la cada vez mayor complejidad y competitividad multinacional, la “mezcla de empresas, talento y pericia en una amplia variedad de campos especializados hace que un determinado tipo de entorno urbano funcione como centro de información” (Sassen, 2009, p. 52).
Finalmente, la temporalidad de la mayoría de las acciones analizadas podrían dar cuenta de la etapa primeriza en la que se encuentra la Agenda 2030 en el país, encontrándose esta en una fase inicial de implementación, en la cual se puede observar cómo este marco que guía a los países aún no penetra con fuerza en las diversas reparticiones públicas de Chile. En el año 2000, 189 países miembros de las Naciones Unidas firmaron una declaración donde se comprometían a trabajar en una agenda para el desarrollo con ocho Objetivos del Milenio ( Fondo ODS, 2018). Esta fue exitosa en muchos ámbitos, como el de reducir la pobreza extrema en más de la mitad, y también lograr que más niños/as en edad escolar ingresaran a sus sistemas educativos correspondientes, pasando de one hundred millones de infantes que no asistían a la escuela en el año 2000, a fifty seven millones quince años más tarde ( UNDP, 2016), entre otros logros que se centraron en los países en desarrollo, principalmente. El segundo argumento que expone Atkinson (2015) tiene que ver con la igualdad de oportunidades competitiva. Aquí, se garantiza que todos podrán acceder, por ejemplo, a un trabajo o al sistema de educación, entre otros. Sin embargo, existe una amplia gama desigual de recompensas, las cuales son construidas socialmente (Hopkins & Kornienko, 2010).
Así, para este artículo, se analizaron las acciones públicas, presentadas por el Consejo Nacional para la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con el fin de determinar si la estrategia chilena, llevada a cabo entre el 2015 y 2018, considera un concepto multidimensional de las disparidades económicas o no. Desde el punto de vista global, las diferencias de ingreso que separan a las sociedades pobres de las ricas constituyen la desigualdad más importante. Así, dos tercios de la desigualdad global se “explica” (en el sentido estadístico) por el país en que vivimos, y un tercio por el lugar que ocupamos en la distribución del ingreso al interior de nuestra sociedad5.