La situación es particularmente preocupante dada la situación de escasez de bienes esenciales y la disaster humanitaria que se agrava en el país, principalmente afectando los derechos a la alimentación y salud de las poblaciones más vulnerables. Aprovechándose de las deficiencias de nuestros sistemas legales y explotando sus áreas grises, la industria ha impulsado agresivamente un tecnosolucionismo chauvinista, abrazado irresponsablemente por una clase política con ganas de figurar a la sombra de una thought tristemente reducida de progreso. Así, el negocio se transforma en la promesa de un beneficio acotado, que se consigue a costa de los derechos de quienes no tienen más opción que someterse al escrutinio constante, a la vigilancia, al control, a la discriminación. Hablar de desigualdad en América Latina es hablar de la ponderación que se hace entre los derechos de quienes pueden acceder a otras posibilidades y quienes no.
Cifra que representa aproximadamente el 11 por ciento del Producto Interno Bruto proyectado por la Cepal para los siete países donde vivían los mencionados milmillonarios en 2021 con mayor representación en Chile, Brasil y México. “Ha servido como catalizador de cambios a nivel global, como se ha visto en su liderazgo de la huelga feminista de marzo de 2018”, dice el informe. Si bien el número de millonarios se duplicó desde el inicio de la disaster financiera de 2008, las élites económicas y grandes empresas pagan los impuestos más bajos de las últimas décadas. Solamente cuatro centavos de cada dólar recaudado se obtienen a través de impuestos sobre la riqueza. En cambio, una «situación más igualitaria antes la disaster» contribuyó al aumento del PIB por habitante en España, Francia e Irlanda.
Sin embargo, en este escenario no todos los países ni todas las personas se hallan expuestas al mismo tipo y grado de riesgo. Al respecto, la literatura es enfática en sostener que los efectos del cambio climático reproducen las desigualdades entre ricos y pobres, pues los grados de vulnerabilidad, capacidad de adaptación y mitigación expresan una relación inversamente proporcional a la riqueza de los países y las personas. Esta es la razón por la cual las personas más precarizadas, y dentro de estas, las personas de la calle, son quienes experimentan con mayor rigurosidad los efectos derivados de este fenómeno. Para las variables desigualdad y tasa de política monetaria, el signo evidenciado en el coeficiente se condice con la teoría económica (Persson y Tabellini 1994; Perotti 1996; Verdier 1993; Alesina y Rodrik 1994; Berg y Ostry 2011; Easterly, 2007), siendo en ambos casos negativo en relación con la tasa de crecimiento del PIB.
11Puede ver el informe completo en Pueblos indígenas, síntesis de resultados del Ministerio de Desarrollo Social (2017). 2La Tabla del Anexo D resume los resultados de los indicadores presentados en el trabajo de Mieres (2019). Conocer los derechos de las niñas y niños nos sensibiliza y nos hace responsable de su cumplimiento.
América Latina proporciona una imagen perturbadora de lo que puede suceder en países como España si no actuamos con rapidez. Frente a esta posibilidad, este libro nos ofrece distintas lecciones para lograr la redistribución de ingresos y construir sociedades más equitativas e implicadas políticamente. En segundo lugar, existió una corriente liberal y laica vinculada al Partido Radical y donde también se incluyeron intelectuales independientes de clase media. Para ambos sectores, la cuestión social fue el resultado de un conflicto de clases, un problema estructural de la sociedad nacional, afectada por la falta de desarrollo económico, la explotación laboral, la inflación y la carencia de ayuda estatal hacia los más pobres. Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de regular el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto materials de todos los sectores. Actualmente el cambio climático antropogénico –comprendido como la manifestación más difundida del Antropoceno– es catalogado como el mayor desafío de nuestro tiempo, debido a los impactos que sobre el bienestar y funcionamiento de las comunidades y los ecosistemas tiene el aumento anormal de la temperatura ambiental.
La reforma tributaria, susceptible de simplificaciones y mejoras, apuntó a reducir las brechas de ingreso y riqueza y fue inspirada por estos trabajos. Para terminar la Sección four, se revisará la dinámica de distintas variables del área de la salud en Chile y sus regiones. La pobreza y la mala salud son fenómenos interrelacionados, de acuerdo con Wagstaff (2002) la pobreza provoca una salud deficiente por distintas carencias a las que se ven enfrentadas las personas más pobres y, a su desigualdad social america latina vez, existe pérdida de ingresos cuando se cuenta con mala salud. Las principales conclusiones de este trabajo, revelan la gran heterogeneidad que existe entre las regiones de Chile, siendo consistente con los trabajos de Agostini y Brown (2007; 2010), Ramírez et al. (2009) y Mac Clure y Calvo (2013), quienes avalan la importancia de trabajar a distintas escalas territoriales2. Se observa que las regiones más desiguales a nivel social y económico, son igualmente aquellas con menor PIB y desarrollo económico.
La relación cuadrática (parábola) del (Gráfico 2), muestra el ajuste del modelo XII para la relación entre LN (PIB per cápita) inicial y el Gini ultimate. Es decir, una vez descontado el efecto del período, los ingresos del primer y último quintil, la concentración de población indígena, el aporte del sector secundario, la esperanza de vida al nacer y la oferta de educación superior sobre la desigualdad del ingreso. La pendiente negativa viene determinada, por tanto, por el coeficiente de la variable PIB per cápita.
Asimismo, la percepción de este autor es que las políticas redistributivas, más que abogar por una verdadera equidad, buscan beneficios adicionales, como la perpetuación del poder político-económico. Chile ha presentado gran progreso en las últimas décadas en lo referente a indicadores de salud, con cifras comparables con países desarrollados en cuanto a mortalidad infantil y basic. Sin embargo, igual como pasa con el crecimiento, estos logros no benefician a toda la población de la misma manera, existiendo diferencias a nivel regional. Este tipo de desigualdad suele crear malestar por parte de la ciudadanía y descontento hacia las autoridades públicas, a quienes se exige salud de calidad y para todos. Actualmente, en Chile el gasto total en salud representa el 7,2% de su PIB, por debajo del promedio de los países miembros de la OCDE, 9,3% (Instituto Nacional de Derechos Humanos, 2016), por lo que en materia de salud aún quedan muchos desafíos para el país y para la equidad en el territorio.
En consecuencia, la desigualdad afectará negativamente al crecimiento económico debido al proceso redistributivo que se lleva a cabo. Lo anterior se ejemplifica para hogares pobres, quienes con un bajo nivel de ingreso tienden a renunciar a oportunidades de inversión en capital humano que ofrecen relativamente grandes tasas de retorno de la inversión. En este caso, una redistribución de bienes e ingresos de ricos a pobres tiende a aumentar la productividad promedio de las inversiones, por lo cual una reducción de la desigualdad tenderá a aumentar la tasa de crecimiento económico. En caminos paralelos al de Kuznets hubo autores que apoyaron y reforzaron la existencia de una relación positiva entre ambas variables, para ello efectuaron una interpretación retrospectiva de la curva.
Sin embargo, concluye que esta relación (el PIB per cápita) no explica la mayor parte de las variaciones en la desigualdad entre países o a lo largo del tiempo. Por ello, en su estudio incluye variables como el nivel educacional, desigualdad por regiones la apertura económica y el índice de democracia, como determinantes de la desigualdad de la renta. Este artículo busca responder cuáles son los determinantes de la desigualdad del ingreso, desde la perspectiva de sus regiones.
La relación existente entre la desigualdad y la representación ciudadana en Estados Unidos fue la tesis planteada por el cientista político estadounidense, Larry Bartels. Un estudio llamado “Inequality, crime and private protection” desarrollado por el académico Matteo Pazzona y el investigador del Instituto Milenio MIPP, Alejandro Corvalan, argumenta que la desigualdad no solo aumenta los estímulos para cometer delitos, sino que también aumenta los incentivos para la protección de las potenciales víctimas. La implementación de programas que condicionan el acceso a servicios básicos por medio de vigilancia estatal y privada agudizan la inequidad imperante en el continente. En la actualidad, el 1% de las familias más poderosas acapara el 46% de la riqueza del mundo. «Y por un lado, ves a los multimillonarios que se están reuniendo en Davos con sus aviones personales y estilos de vida súper ricos», dijo.
Sin embargo, la distribución del ingreso en Chile se mide a través de la encuesta Casen, la cual es aplicada de forma no periódica en intervalos de tiempo que abarcan los 2 o 3 años, situación que merma la disponibilidad de información para los fines del estudio. Sin embargo, Berg, Ostry y Tsangarides (2014), sostienen que la medición a través de los ingresos por remuneraciones es una mejor aproximación a la desigualdad, dado que no considera la intervención del Estado en los ingresos que sesgan los resultados de la medición. Considerando esta premisa, se utilizaron los datos provenientes de la Encuesta de Remuneraciones y Costo de la Mano de Obra del INE, la cual cuenta con información mensual del comportamiento del sueldo que perciben los trabajadores del país.
Si en 1930 buscábamos crear el mayor numero de vivienda barata posible, hoy debemos buscar que esta sea la mejor. Los modelos económicos fallidos concentran la riqueza en las manos de una élite rica que disfruta de una vida de lujo durante la pandemia mientras los trabajadores y trabajadoras esenciales tienen dificultades para comprar alimentos y cubrir sus gastos”, señaló la directora ejecutiva de Oxfam, Gabriela Bucher. Por una parte, el aumento de las diferencias de ingreso entre ricos y pobres aumenta lo que los economistas han llamado “oferta de delincuencia”, la cual está relacionada con los incentivos que tienen los agentes por cometer delitos.
«Por otra parte, desde mi perspectiva de la sociología, nos invita a mirar otra dimensiones. Y en ese sentido el coeficiente Gini mide desigualdad respecto de los ingresos, pero está también es multidimensional. Incluso las nuevas mediciones de pobreza multidimensional, como la Casen, incorporan dimensiones como redes, entorno, comunidad. Estos son otros factores que permiten medir y evaluar las condiciones de vida de las comunidades», cube. Además de crear limitaciones al acceso a servicios públicos para grupos históricamente marginados de la población, los sistemas de identificación obligatoria y biométricos implican una “sobrevigilancia” hacia esos grupos.