Lo que se grafica en los mapas de calor (abajo) que representan la ubicación del destino por motivos laborales en la encuesta de Origen y Destino 2012, el primero del segmento D y E, y el último del segmento ABC1. Se trata de la inequidad objetiva y estructural que está detrás de los niveles socioeconómicos. Una realidad que se agudiza en contextos de confinamientos detalla un estudio realizado por Criteria que analiza datos de Casen y Censo 2017 e integración de data territorial con el GSE privisto por AIM (Asociación de Empresas de Investigación de Mercado), con foco en los grupos socioeconómicos D y E, que entre ambos representan el forty seven,1% de la población nacional. Las malas condiciones higiénicas potenciadas por el hacinamiento, la falta de agua potable y alcantarillado, así como la precariedad de la construcción, fue un factor que propagó enfermedades infecciosas y una forma de vida que fue considerada como «inmoral» por la elite nacional. Además, la marginalidad volvió peligrosa a la gran ciudad remodelada. Las condiciones de seguridad eran mínimas, lo que llevó a la oligarquía a crear cuerpos de policía urbanos y a construir cárceles cerca de los barrios populares, con el fin de normar y disciplinar a un sector importante de la población.
Las diversas ayudas sociales permitieron una rápida recuperación económica y de los empleos, pero trajo consigo un sobrecalentamiento de la economía, que sumado a la guerra de Rusia en Ucrania y los rebrotes de covid-19 en Beijing, elevó la inflación anual a un máximo de 14,1% en agosto de 2022, lo que presagiaba una dificultad en la recuperación. La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado outline la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”. Por tanto, la sociedad tiene responsabilidad en que todos tengan una vida digna. Estos ciclos de alza y baja pueden observarse a través de la evolución del coeficiente de Gini, el cual es un indicador que se encuentra entre 0 y 1, donde un mayor número indica más desigualdad en la dimensión de los ingresos.
El 60% de la población de menor ingreso redujo su participación del 33%, en 1980, al 27%, en el 2002, al igual que las clases medias, formadas por los deciles VI al IX, que redujeron su participación del 36%, en 1980, al 32%, en 2002. Por su parte el decil más rico incrementó su participación del 31%, en 1980, al 41%, en 2002. Las primeras tres décadas de la colonización en México estuvieron acompañadas de una gran catástrofe demográfica, al desplomarse la población indígena de 16.eight millones en 1532 a 2.6 millones en 1568. A mediados del siglo XVII, la población whole ya se elevaba a three.8 millones. En la cuarta sección se presentan los enfoques teóricos que se han empleado para el estudio de la pobreza y su cuantificación, con el propósito de analizar en la quinta sección la evolución de la pobreza en México, Argentina, Brasil y Chile en las últimas décadas.
Durante los primeros años del nuevo siglo, tanto la pobreza como la indigencia se mantuvieron en los mismos niveles, reduciéndose en 1.5%, en el 2005. A) La pobreza de capacidades, línea 2, incluye a los hogares cuyo ingreso es insuficiente para cubrir los gastos de educación, salud y transporte mínimos necesarios para incorporarse al mercado de trabajo. El grave estancamiento de la producción y el elevado deterioro en la distribución del ingreso han tenido como resultado que se sepulte la concept de convergencia en el ámbito internacional al ampliarse la brecha entre los países desarrollados y los subdesarrollados. La brecha en el ritmo de crecimiento económico entre América Latina y Estados Unidos -Producto Interno Bruto (PIB) per cápita- empieza a formarse en el siglo XVII, crece en el XVIII y se amplifica en el siglo XIX. El medio siglo que siguió a la independencia fue desastroso para México. En el siglo XVIII se desarrolló el sistema urbano colonial, que en un inicio se formó en torno a un eje principal, el cual requería únicamente del puerto de Veracruz para la importación y exportación de mercancías, y de la Ciudad de México para captar y centralizar su distribución.
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“El confinamiento obligatorio ha afectado con fuerza a los sectores más vulnerables, que viven en condiciones de grave hacinamiento y peor calidad de las viviendas, lo que genera serias dificultades para el cuidado frente a la pandemia, aumento de tensión entre los integrantes del hogar, entre otros problemas. En los sectores rurales, se suma la materialidad, saneamiento y tipo de vivienda, en que sólo un 62% de las viviendas tienen la categoría de aceptable, frente al ninety,5% urbano, de acuerdo con el Índice de Calidad Global de la Vivienda de la Encuesta Casen”, destaca Littin. Al hacinamiento se agregan las condiciones de precariedad del materials de las casas. Aspectos a los que se agregan diferencias en las condiciones materiales o de construcción de esos hogares. En los hogares del grupo D y E el materials que predomina en el exterior de la vivienda es un muro de tabique (40%), lo que en el grupo ABC1 alcanza el 12%.
Al last se presentan las conclusiones. Este dato lo interpretamos también como una fortaleza de cara hacia el futuro, ya que denota que un porcentaje muy importante de la población termina su ciclo vital al interior del contexto acquainted, viviendo una experiencia que les es satisfactoria y que denota, una vez más, la valoración con lo que la experiencia de vida de familia resulta el medio más idóneo y natural para terminar en la vejez. Pero independientemente de las fortalezas, la investigación plantea que “se puede constatar que los más afectados por la disaster generada por el covid-19 y por el caos social que comenzó en octubre de 2019 han sido y seguirán siendo los más pobres. Al mismo tiempo, los padres sienten un deber de ayuda económica o de cuidado a los nietos, lo que va generando progresivamente una cada vez más férrea red de necesidades y responsabilidades que se van consolidando al inside de la familia y entre familias, con lo que termina, muchas veces, invisibilizándose el alto grado de necesidad que subsiste en este ámbito”. Es la primera parte de un proyecto internacional de largo aliento que continúa en los años venideros, promovido por el Instituto Teológico Juan Pablo II para el Matrimonio y las Ciencias de la Familia de Roma, junto con la Universidad Católica de Murcia y el Centro Internacional de Estudio de la Familia de Milán, y que en Chile quedó radicado en la Facultad Eclesiástica de Teología de la PUCV. Los expertos concluyen que es fundamental entender que la exclusión comienza revirtiéndose desde el seno familiar.
Nos muestra, también, que a finales de siglo, a partir de la década de los 80, la brecha se volvió a ampliar, que el aumento del PIB per cápita de Argentina, Brasil, México y Chile se estancó, nuevamente, y volvió a retrasar. Este retraso ha venido acompañado, como cabía esperar, de una degradación de las condiciones económicas y sociales de sus poblaciones y de un aumento de la pobreza, de la pérdida de capacidades de sus poblaciones para poder sustentar una vida digna. En términos cuantitativos, la pobreza moderada está definida a partir de un patrón normativo de consumo, cuyo monto de ingresos permitiría a las personas o familias vivir cubriendo satisfactoriamente además de la alimentaria, varias de sus necesidades que se consideren básicas, dado el nivel de desarrollo del país. En la pobreza moderada, las condiciones sociales y económicas circundantes brindan las oportunidades para superar esa condición, mediante el esfuerzo individual realizado en un contexto de crecimiento económico y desarrollo social sostenidos.
“Frei y sus asesores querían dar por terminada la transición, enfatizando el desarrollo económico, los proyectos de infraestructura, la batalla contra la pobreza (al menos la batalla para reducir el número de pobres e indigentes) y la modernización del Estado. Se irían suavizando las relaciones cívico – militares por iniciativa del Presidente y sus ministros, los que tomarían en cuenta las necesidades y preferencias de las Fuerzas Armadas y harían lo posible para bajar el perfil de cualquier inconveniente”[4]. El análisis interdisciplinario del fenómeno de la pobreza y los avances conceptuales han permitido una mejor comprensión de los problemas de la pobreza y de la informalidad creciente que se presenta en México y en América Latina y con ello, de las formas en que se puede combatir la pobreza e ir reduciendo. Esta es una pregunta clave, especialmente en un mundo “post-pandemia” donde la pobreza, la vulnerabilidad y las desigualdades se han agudizado de manera dramática en Chile, tanto a nivel territorial como también respecto de grupos específicos de niños, niñas y adolescentes.
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, México. Pablo Norambuena como representante del Ministerio de Salud Mental, puso su énfasis en lo relevante que resulta la desinstitucionalización, el que esta población no viva recluida de manera permanente. “Hoy existen 4 hospitales siquiátricos en Chile y cien Centros Comunitarios de Salud Mental (COSAM). El eighty por ciento de las personas que están en hospitales siquiátricos han permanecido allí durante años, porque no tienen otro lugar dónde ir. Debemos avanzar a una modalidad ambulatoria, comunitaria”. A modo de ejemplo, Paulo Egenau relata que los niños y niñas que asisten a los Jardines Infantiles y Salas Cunas del Hogar de Cristo, utilizan la Metodología Montessori para propiciar su desarrollo integral, mientras que en un Centro Diurno a través de la mantención de las capacidades físicas y cognitivas, los adultos mayores aprenden cómo prevenir o retrasar su deterioro.
“En el segmento más susceptible es donde encontramos el mayor uso de sistemas constructivos de menos calidad, lo que implica menos aislamiento contra el frio y la humedad en invierno y una situación equivalente con el calor en el verano”, resalta Munita. El 43,9% del segmento D vive en una vivienda de entre 41 a 60 metros cuadrados, cifra que es de 39,2% en el C2 y C3, y del 17% en el ABC1. Capitalismo periférico, disaster y transformación. Una interpretación de su realidad social. Las metamorfosis de la cuestión social. Cambios y persistencias después de la ola de gobiernos progresistas.