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Universidad Diego Portales Convocatoria Resúmenes: V Jornada De Investigadoras Es Jóvenes En Temáticas Sobre Desigualdades Y Cohesión Social

Sin embargo, como ya hemos señalado, lo que la premisa abstracta de la competencia perfecta no considera, es que esta discrimina desde el propio punto de partida. Un aspecto relevante es la debilidad del modelo educativo que rige en Chile, unido a la baja calidad en infraestructura y establecimientos educacionales, lo que ha generado enormes diferencias en la población. También la cultura clasista, discriminatoria y sectaria frente a la multiculturalidad, pueblos originarios y una fuerte resistencia a la inclusión de los inmigrantes en nuestros entornos atentan contra la integración social y espacial, fomentando la escisión y fragmentación urbana. Hay formas de malestar articuladas en el marco de la matriz cultural del Chile hacendal. Hay otras formas de malestar en el marco de una operación vital en el Chile contemporáneo, de integración vía consumo y Estado subsidiario.

Existe una distancia inabordable entre las oportunidades educativas que se brinda en instituciones privadas y la realidad de las escuelas públicas. El acceso a educación de calidad y el entorno crean diferencias desde el primer día de clases, que pueden persistir toda la vida de una persona, “marcando” socialmente a cada niña o niño afectando los conocimientos, relaciones sociales, el lenguaje, el desarrollo de habilidades y oportunidades, que se traducirán en empleabilidad, éxito profesional y movilidad social. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y de desarticular. La desigualdad ha devenido un tema social y político central en las sociedades en el siglo XXI.

Se trabajó con datos secundarios, programas de cursos de la carrera de Pedagogía de Educación Básica, que fueron solicitados a las y los jefes de carrera de cada universidad vía correo electrónico. Estos documentos curriculares no son de acceso público, por lo que se necesitó de la autorización de distintas instancias institucionales para su uso. Vemos, pues, que la igualdad como derecho humano basic ha hallado “carta de ciudadanía” y un desarrollo teológico en el discurso social de la Iglesia. No es posible presentar aquí la evolución teológica y ethical que ha tenido, en la enseñanza o doctrina social de la Iglesia (DSI), la comprensión del valor de la igualdad y su contracara, la desigualdad.

Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. Estas decisiones son siempre medidas paradójicas, porque, al querer controlar los disturbios, se consigue un efecto adverso de violencia y enfrentamiento.

Pero, precisamente, la necesidad de que el Estado intervenga es evidencia de que el sistema en sí mismo no funciona como garante de derechos de todas las personas. Mientras, las personas adscritas al sistema público de salud (Fonasa), en su mayoría de menores recursos, quedan limitadas a recurrir a hospitales públicos, con menor dotación, recursos e insumos. El sistema colapsa todos los inviernos debido a las enfermedades respiratorias y no queremos imaginarnos lo que será agregando a esto el coronavirus.

Esta información busca aportar tanto a la elaboración de las políticas públicas como para la sociedad en general. En línea con lo anterior, se pone a disposición de la ciudadanía los principales resultados sobre las desigualdades en el tiempo que hombres y mujeres destinan al trabajo remunerado, no remunerado y las actividades personales, a través de Encuesta Nacional Sobre Uso del Tiempo y su documentación. A su vez, se presentan documentos metodológicos para promover la incorporación del enfoque de género en la producción estadística, documentos de análisis, infografías y el atlas de género, que profundizan sobre problemáticas de género a través de los datos e indicadores publicados en este sitio, así como su disposición territorial. Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. Recapitulando, si bien la categoría diversidad es parte de los aprendizajes pedagógicos, evidenciando que en la cultura chilena existe, no se abordan las históricas desigualdades educativas ni tampoco las tensiones y conflictos que sufren estos sectores de la población. Se ha demostrado (PNUD, 2017) cómo estos grupos tienen trayectorias de vida, escolares, universitarias, laborales, sociales y políticas de desventaja en relación a la población que representa la cultura dominante y, en particular, la élite (PNUD, 2017; Hofflinger & Nahuelan, 2021).

Apoyamos que todos los niños y niñas reciban el conocimiento y habilidades necesarias en derechos humanos, igualdad de género, paz, diversidad cultural (ODS 4), y protección del medioambiente, para que puedan convertirse en actores principales del desarrollo sostenible. En particular, y con el fin de eliminar las barreras de género, promovemos los derechos educativos desde la igualdad de oportunidades y contribuimos a crear entornos educativos en que prima la equidad (ODS 5), estableciendo acciones concretas para subsanar posibles desventajas. Los fondos concursables son un dispositivo distorsionado de asignación de recursos en un Estado subsidiario como el chileno. Bajo la lógica subsidiaria, neoliberal, las políticas públicas deben focalizar su inversión en aquella parte de la sociedad que no es capaz de asegurar por sí misma la provisión de bienes y servicios, población “vulnerable” o en “situación de pobreza”.

De este modo, directa o indirectamente, se aplanaban las desigualdades que solían incrementarse en tiempos de paz. De ahí que, para el autor, comprender esas “fuerzas niveladoras” que han surgido en la historia pasada parece essential para adoptar políticas y medidas concretas que nos permitan combatir pacíficamente la desigualdad en el presente y futuro. Estas formas de desigualdad permiten distinguir y analizar exclusiones, invisibilizaciones o menosprecios que pueden experimentar estudiantes por el sistema educativo. Por ejemplo, en el caso de las desigualdades socioeconómicas, Chile constituye uno de los países más segregados del mundo en la provisión de educación (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 2016 en Barrera et al., 2021).

desigualdad social y cultural

Las tensiones que existen en torno a las relaciones de género se mencionan solo en dos instituciones (In1 e In2) reconociendo las discriminaciones, sesgos, estereotipos y sexismo. En un solo curso se menciona la “perspectiva de género” como categoría analítica de un fenómeno histórico, pero que no se evidencia en el desarrollo del programa (In 1). La categoría diversidad se considera en las seis instituciones, lo que supone explicitar la heterogeneidad de la sociedad y desplazar una forma de entender el mundo reducido a la cultura dominante, sin embargo, su mención es totalmente aislada y reducida a desigualdad social y medio ambiente muy pocos cursos. En la In1, está mencionada en dos cursos; en la In2, en un curso; en la In3, en siete cursos; en la In4, en dos cursos; en la In5, en un curso; y en la In6, en veinticuatro cursos. El contenido de los programas se ordenó en matrices de análisis que permitieron identificar qué grupos se nombran y la finalidad de considerar esos grupos en los aprendizajes ofrecidos de los cursos, desde la perspectiva del análisis temático (Braun & Clarke, 2006). Se construyeron categorías previas de análisis a partir de la literatura científica y otras emergentes que nacen de la etapa de análisis.

Como plantea Fraser (2008), hasta la década de los ninety, predomina un paradigma redistributivo de la justicia social; según este, las desigualdades consisten básicamente en el acceso disímil a recursos y riqueza. Posteriormente, gatillados por los asuntos y luchas de identidad (Taylor, 2009), la desigualdad y justicia social incorpora las demandas de individuos y grupos a ser reconocidos con igualdad de trato, debido a las exclusiones que viven por causa de sus identidades culturales. Se refuerza la importancia de superar una concepción restringida de la desigualdad, propia del análisis en la sociedad industrial, donde la clase social es el issue aglutinante de otras desigualdades. Dubet (2020) propone el concepto de desigualdades múltiples, haciendo ver la multiplicidad de criterios de desigualdad que afectan a los sujetos -incluso a los de una misma clase social-, en función de los bienes económicos y culturales que disponen, pero también de acuerdo a las diversas esferas de la vida social a las cuales pertenecen. Es más; las políticas públicas en cultura han contribuido profundamente a la desigualdad social mediante el concurso de Fondos de Cultura.

Detrás de estas iniciativas existe un modelo de intervención que supone el déficit de estos estudiantes y una estrategia compensatoria de nivelación en competencias académicas básicas. Para nuestro propósito, cabe destacar que esta exhaustiva investigación multidisciplinar fue publicada un par de años antes del estallido social en Chile; es decir, las diversas formas de desigualdad que afectan a nuestro país, como a otros países de la región, estaban siendo objeto de atención desde hace un buen tiempo. Con ocasión de la crisis desigualdad y pandemia o “estallido social” que afectó a Chile con inusitada intensidad a partir de octubre del 2019, diversos análisis políticos, sociales y económicos han puesto la atención en la desigualdad como una de las principales causas del fenómeno. El malestar frente a las desigualdades, sobre todo aquellas que hieren la convivencia humana, han dado curso últimamente a diversas formas de manifestación social en el mundo entero, incluyendo algunas marcadas por la violencia.

Asimismo, se busca comprender cuál es la finalidad y el sentido de nombrar y considerar a estos grupos, distintos a la cultura hegemónica, en los procesos de enseñanza y aprendizaje. La diversidad sexual solo se menciona aludiendo al concepto LGTBI+ en un curso (In2) y derivada de la categoría de género. Esta es la realidad más invisibilizada en los programas, que concuerda con las investigaciones previas, que muestran cómo se perpetúa el predominio de la heteronormatividad y se omite el reconocimiento de las identidades de las diversidades sexuales. Las perspectivas de género centradas en las diferencias culturales y económicas se han enriquecido con las teorías queer, complejizando la distinción hombre y mujer e incorporando otras identidades y corporalidades como las personas trans e intersex. Son nuevos debates y realidades que desafían a las instituciones de educación superior a considerarlas e incorporar en la discusión la homo/lesbo/ transfobia como parte de la formación inicial de los docentes (Rojas et al., 2019).

Es decir, se postergó el ejercicio del poder deliberativo de los ciudadanos hasta nuevo aviso y, mientras tanto, se asumió que el management y diseño del país debía residir en las instituciones. “Dejar que las instituciones funcionen”, frase que transformó en emblema Ricardo Lagos, es un resabio claro de la forma autoritaria que adquirió en Chile el republicanismo. Los ciudadanos deben “dejar” su poder en otro sitio, es decir, prescindir de pronunciarse y ceder su acción a las instituciones y su funcionamiento. En vez de alimentar y construir instituciones cada día, debemos asumir que ellas son eternas e inmutables, siempre perfectas y por tanto los ciudadanos pueden prescindir de su libre albedrío gracias a un marco institucional que les trasciende y que guarda una sabiduría esencial. El ciudadano imperfecto retrocede (es decir, debe retroceder) ante la evidencia de un orden superior.

A la luz de la crítica situación que vive el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el tema se vuelve importante de abordar. Gran parte de su trayectoria la ha dedicado a estudiar distintos aspectos de esta materia. Se requiere con urgencia planificación urbana, no solo normativa sobre usos de suelo, sino también prospectiva que apunte a las ciudades que debemos construir hacia el año 2030 o más. Por lo tanto, no se trata solo de desarrollar proyectos aislados de transporte, áreas verdes, etcétera. Hoy conocemos las brechas de inequidad urbana entre comunas porque tenemos indicadores y estándares definidos; sin embargo, con el actual modelo de gobernanza para nuestras ciudades difícilmente lo lograremos. Las urbes que habitamos en el país no aseguran una convivencia armónica, con acceso a beneficios iguales para todos.

El Coste De La Desigualdad Sanchez, Diego 9788434435438 Librería Del Gam

Esta comparación contrasta con el discurso de la –poco pluralista– prensa chilena, que suele poner las demandas de la ciudadanía como un ejemplo de irracionalidad, mientras que sitúa el pensamiento empresarial como ejemplo de cordura y pragmatismo. De estas incertidumbres sólo se salva un grupo que –dependiendo de la dimensión que se considere– oscila entre el 20% y el 5% de más altos ingresos. Así, la desigualdad de exposición a la incertidumbre se relaciona con el hecho de que sólo una fracción minoritaria de la población tiene acceso a un conjunto de seguros (privados, en este caso) que le permiten sortear estos “shocks negativos”, lo que se suma a que tal grupo enfrenta una menor incertidumbre laboral, es decir, tiene en promedio menos shock negativos que sortear. A pesar de pertenecer técnicamente a todos los niveles de ingresos, la noción de ‘vivienda asequible’ se utiliza en la práctica para describir la vivienda producida y valorizada por medio de incentivos gubernamentales, dirigida por lo basic a grupos por debajo del Area Median Income (Ingreso Promedio por Área) o AMI(9).

La oposición exige la retirada de los militares de las calles y levantar el toque de queda. Hace una década, la forma de medir la desigualdad en Chile estaba muy ligada a una perspectiva monetaria. Indicadores como el coeficiente de Gini eran los más utilizados para dar cuenta de cómo estaba el país.

En este sentido, Oestreich (2018 ) propone que, si bien hay una meta para las oportunidades y los resultados de esta misma, en ninguna parte se mencionan los factores que dan origen a estas disparidades en primer lugar. Así, se corre el riesgo de seguir perpetuando las estructuras internacionales y nacionales que promueven de una u otra forma las desigualdades en y entre los países. Por otro lado, se critica la mala relación que existe entre sus metas y los indicadores propuestos (Donald & Lusiani, 2016). Como se ve en la Tabla 2, no todas las metas son cuantificables y, por consiguiente, de difícil monitoreo sin los indicadores adecuados. Por ejemplo, la meta 10.2 sobre promover la inclusión, tiene como indicador “Proporción de personas que viven por debajo del 50% de la mediana de los ingresos, desglosada por sexo, edad y personas con discapacidad”.

Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Una de las conclusiones es que ella opera vía mecanismos más indirectos de lo que se creía. Así, Daron Acemoglu y James Robinson argumentan que las brechas socioeconómicas afectan negativamente el desarrollo de los países cuando se traduce en un acceso, también desigual, al poder político; este mecanismo se relaciona con la potencial captura de rentas por parte de la élite y el bloqueo de oportunidades de desarrollo para el resto de la población. Aunque la pobreza ha disminuido en el país, la distancia entre ricos y pobres sigue siendo muy importante.

la desigualdad creciente

Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. Cuando oímos la frase “desigualdad de ingresos”, a menudo se despiertan preocupaciones acerca de la equidad, justicia, género y calidad de vida. Sin embargo, este fenómeno no solamente es un asunto económico, sino que también tiene ramificaciones profundas en el área de la salud psychological. Es esencial, que los profesionales de la psicología entiendan y profundicen en este asunto, ya que es una realidad presente en muchos individuos. La alta segregación territorial de las sociedades latinoamericanas, reforzada por procesos como el «miedo al crimen» y la gentrificación en los últimos tiempos, también contribuyen a la aparición de regímenes de ciudadanía native fuertemente segmentados (Caldeira, 2008).

Al mismo tiempo, el bajo crecimiento, las políticas de exclusión, la desconfianza social y la violencia han generado un círculo vicioso que refuerza la desigualdad. América Latina proporciona una imagen perturbadora de lo que puede suceder en países como España si no actuamos con rapidez. Frente a esta posibilidad, este libro nos ofrece distintas lecciones para lograr la redistribución de ingresos y construir sociedades más equitativas e implicadas políticamente. La desigualdad de ingresos se refiere a una población, donde algunos individuos o grupos tienen ingresos significativamente más altos que otros. La investigación ha demostrado que los países con mayores niveles de desigualdad de ingresos tienden a tener peores resultados de salud mental para sus ciudadanos. Wilkinson y Pickett (2009) llevaron a cabo un análisis exhaustivo de los datos de varios países y descubrieron una fuerte asociación entre la desigualdad de ingresos y una serie de problemas de salud mental, incluidas tasas más altas de depresión, ansiedad y abuso de sustancias.

En enero, el FMI estimó que la IA afectaría a casi el 40% de los empleos en todo el mundo, reemplazando a algunos y complementando a otros. Esto se hizo eco de un informe de Goldman Sachs de 2023, que estimaba que la IA podría reemplazar el equivalente a 300 millones de puestos de trabajo a tiempo completo y al mismo tiempo crear otros e impulsar la productividad. La Unión Europea (UE) ha acordado una ley de IA, la primera de su tipo, que aborda los riesgos que plantea la tecnología de rápida evolución, con una posible prohibición complete de las aplicaciones de IA que conllevan riesgos inaceptables para la seguridad, los medios de vida y los derechos de los ciudadanos de la UE. En un informe publicado el lunes, el FMI dijo que los países deberían tomar medidas como mejorar el seguro de desempleo, advirtiendo que, a diferencia de las tecnologías disruptivas del pasado, la IA podría provocar pérdidas de empleos en ocupaciones más calificadas.

Esta desigualdad no es una novedad, es un problema que ha afectado al país incluso desde la época de la Colonia (PNUD, 2017). No obstante, desde la década del 2000, se ha podido observar un incremento generalizado de movi-mientos sociales que, entre otras causas, dan cuenta del malestar que existe en la población chilena, exigiendo mayor igualdad ( Grez, 2011 ; Segovia & Gamboa, 2012). Estas demostraciones de descontento social detonaron en octubre de 2019 con el “Estallido Social”, donde millones de chilenos y chilenas marcharon y protestaron, entre otras razones, debido a la desigualdad que existe en Chile ( Güell, 2019 ; Jiménez-Yañez, 2020 ). Uno de los primeros y mas importantes pasos que los profesionales debemos tomar, es el adoptar una perspectiva basada en los “determinantes sociales de la salud”, que reconoce que los factores socioeconómicos, incluida la desigualdad de ingresos, influyen significativamente en los resultados de la salud psychological. Los psicólogos clínicos debemos ser conscientes del contexto social en el que viven nuestros pacientes y del impacto potencial de la desigualdad de ingresos en su bienestar mental (esto es preponderante y muy útil para quienes trabajan en servicios de salud pública). Esta comprensión puede ayudarnos a los clínicos a desarrollar una evaluación más exhaustiva de los retos de nuestros pacientes y adaptar las intervenciones apropiadas.

Maneja la empresa a través de un esquema de «cascadas», obteniendo una utilidad fraudulenta de US$128 millones (juicio en curso). Ignorábamos que el asesinato del entonces Comandante en Jefe del Ejército, basic René Schneider, en octubre de 1970, para impedir que el Congreso proclamara presidente a Allende, y que fue financiado por la CIA, fue la antesala de miles de encarcelados, torturados, muertos y desaparecidos que a partir del eleven de septiembre de 1973 partirían mi país en dos. Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae

Asimismo, la temporalidad anterior de estas acciones respecto de la agenda podría explicarse debido a que Chile aún se encuentra en una etapa de implementación de la misma. Paralelamente, la desigualdad de la riqueza –incluyendo activos tales como bienes inmuebles– está alcanzando nuevos niveles. En 2013, la riqueza promedio de familias de altos ingresos era la desigualdad en la globalizacion casi siete veces la de las familias de ingresos medios y casi 70 veces la de las familias de bajos ingresos. Estos son los mayores niveles de desigualdad de riqueza registrados por la Reserva Federal desde que comenzaran a recopilar datos treinta años atrás (Fry y Kochhar, 2014)(1).

Aun cuando caracterizar y cuantificar la desigualdad de poder es una tarea más compleja, tal desigualdad puede tener expresiones muy concretas en el funcionamiento de las democracias. MSc en Crítica, Curatoría y Prácticas Conceptuales de la Arquitectura, GSAPP, Columbia University (EE.UU., 2012). El trabajo de Moore ha sido expuesto a nivel internacional y publicado en diversas revistas y periódicos, incluyendo Artforum, Future Anterior, y Avery Review (averyreview.com), donde también es editor adjunto. Moore es Director Adjunto del Temple Hoyne Buell Center for the Study of American Architecture (Columbia University, EE.UU.). «Si uno pudiera regresar al tiempo donde la productividad y el ingreso para las familias de clase media crecían juntos en nuestro país, más o menos a mediados de los 70, uno vería que el 1% arriba de la escala se llevaba el 10% de todo el ingreso. Ahora se lleva 20 veces más. Eso es demasiado», opina Bernstein.

Su politización obedece más bien al surgimiento de nuevos actores colectivos y de movimientos sociales que han sabido canalizar un malestar transversal en contra de la ceguera de gran parte de las elites establecidas en el poder. Tal y como indica el informe del PNUD, los grupos de mayores ingresos tienen una enorme capacidad para influenciar la democracia chilena. A estos grupos les resultó medianamente fácil ponerse de acuerdo en focalizar el gasto público para reducir la pobreza, ya que este tipo de políticas públicas no ha perjudicado seriamente sus propios intereses. Sin embargo, para atacar la desigualdad no basta con focalizar el gasto público, sino que es preciso implementar políticas públicas redistributivas que necesariamente afectan los niveles de concentración de poder existentes. No obstante, el plan muestra un enfoque en la dimensión ex-ante, por sobre la otra dimensión, y dentro de esta, en aquellas acciones dirigidas principalmente a reducir las brechas que se generan por las variaciones en el contexto social. Además, respecto de la Agenda 2030, las acciones públicas responden a seis de las diez metas presentadas, 10.1, 10.2, 10.three, 10.four, 10.5 y 10.7.

Las personas de mayores ingresos ahorran más, y por lo tanto el consumo representa una menor proporción de sus ingresos comparado con las personas de menores ingresos. Una primera opción son los impuestos a los bienes de consumo, como por ejemplo el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Este es un impuesto donde todos los individuos, independiente de sus ingresos, pagan el mismo porcentaje por cada compra que realizan. la desigualdad y pobreza En Chile la tasa es 19% del monto consumido y aplica a (casi) todos los bienes y algunos servicios. Hasta este momento nos hemos referido a la progresividad o regresividad de los sistemas tributarios, pero no hemos hablado con mayor detalle de sus componentes. Lo cierto es que los sistemas tributarios se componen de múltiples tipos de impuestos, todos ellos con diferentes ventajas y limitaciones.

Universidad Diego Portales ¿fruto Del Esfuerzo? Los Cambios En Las Atribuciones Sobre Pobreza Y Riqueza En Chile Entre 1996 Y 2015

Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un considerable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica.

Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 1). Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. La Araucanía, la segunda región más desigual del país, sigue en la lista como la séptima región con mayores niveles de conflicto, según al informe de COES (Figura 1).

pobreza riqueza

El artículo se cierra analizando si se aplica a Chile la explicación que ha dado Thomas Picketty para el aumento exponencial de la concentración de la riqueza en los últimos 50 años en el mundo. Esto es, que las tasas de retorno del capital (que constituyen gran parte de los ingresos de la elite) son superiores a las tasas de retorno del trabajo (que constituyen gran parte de los ingresos del 99% de los ciudadanos del mundo). En Chile, sin embargo, faltan datos para corroborar si este fenómeno ocurre y explica la extrema desigualdad.

De acuerdo al Ministerio de Desarrollo Social, las medidas públicas que incidieron en el cálculo de la pobreza por ingresos son el IFE Laboral, implementado en el gobierno anterior, y el Subsidio Protege. También se apunta al Bono Chile Apoya de Invierno, aumento del sueldo mínimo, la creación de la Pensión Garantizada Universal (PGU) y la extensión del Ingreso Mínimo Garantizado. Mientras que por regiones, Ñuble (12,1%), La Araucanía (11,6%), Tarapacá (11%) y Arica y Parinacota (9,2%) son aquellas que presentan la mayor tasa de pobreza por ingresos. Eso implica un cambio en la matriz de consumo, pero también un reordenamiento y una redistribución de la riqueza a nivel mundial, de tal manera de ralentizar lo que más se pueda la depredación de los recursos naturales”, dijo Jadue para comenzar su respuesta, enfatizando a continuación que se debía poner énfasis en evaluar las posibles externalidades negativas y positivas. En octubre de 2020, el abanderado del Partido Comunista planteó en una transmisión en su Facebook su postura ante una consulta respecto a la sustentabilidad de las sociedades hacia el futuro, señalando que «en algún minuto vamos a tener que limitar la riqueza» para lograr ese objetivo.

Chile fue el país de América Latina que experimentó la mayor caída de la pobreza entre 2016 y 2017, según un estudio que entregó hoy la Cepal. La investigación también muestra que desde 2010 hasta 2014 la desigualdad ha vuelto a crecer en Chile, lo que contradice lo afirmado a partir de la encuesta Casen 2015, donde los datos sugirieron que la desigualdad estaba bajando levemente. A modo de ejemplo, el Gini de la Región Metropolitana para el año 2017 es de 0,50, levemente por sobre el de Chile (0,49), pero muy por sobre el de otras regiones, tales como la de O’Higgins (0,40), Arica y Parinacota (0,41), Tarapacá (0,42) y Antofagasta (0,43).

precariedad, porque hay más fuentes de ingresos. También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado. En los últimos 15 años ha habido una reducción de la desigualdad de los ingresos, aunque el coeficiente de Gini de 0.48 en la última medición disponible para Chile (2017) está lejos aún del promedio de las economías desarrolladas (figura 2). Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo.

Al comparar a Chile con países latinoamericanos donde hay información disponible, el único que se nos acerca es Colombia cuya elite alcanzó a la chilena en 2010, apropiándose de cerca del 23% de los ingresos de su país. Un cuadro más completo se obtendrá cuando estén disponibles las cifras de países de alta desigualdad, como México y Brasil. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. Según un estudio del COES (2018), la mayor cantidad de conflictos sociales por habitante se producen en las regiones donde el índice de desigualdad es igual o superior al promedio nacional.

Es necesario un impuesto a las grandes fortunas, la estatización de la banca y poner los recursos naturales y estratégicos en función de la clase trabajadora, donde están asuman el management y para que, como se lee en diferentes partes ¡Que la crisis la paguen los empresarios! Entre 2012 y 2017, la variación del ingreso medio fue el efecto dominante en países en los que la pobreza cayó a ritmo más acelerado, donde representó más de dos tercios del descenso total de la tasa de pobreza. Esa limitación de datos impidió también realizar estimaciones sobre los ingresos que posee el 0,1% de la población y el 0,01% y solo se pudo trabajar el 1% más rico. De los casi tres años que ha llevado sacar adelante esta investigación, buena parte de ellos se fueron en reunir la información, que no se encontraba en un solo lugar ni estaban organizados de la misma manera (por ejemplo, el  SII  cambiaba cada cierto tiempo los tramos de ingreso que informaba).

Instituto De Investigación En Ciencias Sociales Universidad Diego Portales Llamado A Ponencias: Iii Jornada De Investigadores As Jóvenes En Temáticas Sobre Desigualdades Y Cohesión Social

No obstante, en el caso de Chile es posible constatar que no se ha desarrollado hasta ahora una política educativa en materia de género y se evidencia la urgencia de contar con ella. En cuanto a los intereses declarados en la institucionalidad a cargo, Sernam, se señala la búsqueda de igualdad de oportunidades, pero no se especifica claramente que se espera la incorporación de las mujeres en asuntos políticos ni de orden social. La institución procura el reconocimiento social de igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres en cuanto a educación, trabajo, formación de núcleos familiares y participación en las decisiones políticas y económicas.

Cociña manifiesta que “respecto de las autoridades políticas a nivel nacional, nuestros datos muestran que entre 1990 y 2016, siete de cada diez ministros o ministras, seis de cada diez senadores o senadoras y cuatro de cada diez diputados o diputadas, fueron a uno de 14 colegios de elite (todos de Santiago). En efecto, en Chile las personas que toman decisiones tienden a escogerse desde un subconjunto bastante reducido de la sociedad. Los mecanismos de reproducción de los segmentos de altos ingresos, particularmente mediante la educación, tienen mucho que ver con esto”.

Esta comparación contrasta con el discurso de la –poco pluralista– prensa chilena, que suele poner las demandas de la ciudadanía como un ejemplo de irracionalidad, mientras que sitúa el pensamiento empresarial como ejemplo de cordura y pragmatismo. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza). Esto no se traduce en una situación generalizada de precariedad, porque hay más fuentes de ingresos. También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos.

Además, releva el problema de los malos tratos y realiza estudios sobre la situación de las mujeres en España, cuyos resultados fueron difundidos en la sociedad. Estas acciones son complementadas con una importante actividad internacional, reforzada por la adhesión de España a la Unión Europea. A partir de los roles que desempeñan hombres y mujeres, tanto en lo público como en lo privado, se van configurando relaciones de poder de forma permanente, así como organizaciones jurídico-políticas propias de cada sociedad, las cuales han tendido a reproducir históricamente cánones de superioridad masculina por sobre lo femenino. Las características y atributos del concepto de género1 tienen puntos en común, aunque se diferencian culturalmente en cada sociedad. La construcción social del género responde entonces a un conjunto de atributos asumidos, incorporados y reiterados que adoptamos, ciertamente, con la expectativa de cumplir las exigencias sociales de identificación y pertenencia de género definidas socialmente2. Asociado a dicho concepto, se aprecia el diagnóstico de la impunidad en la relación entre “poderosos” y “débiles”.

La cara entumecida de una niña en un recodo de La Pintana, población en la periferia, me da la clave. Son miles los jóvenes de ayer que hoy demandan pensiones dignas, sistema de salud universal. Son miles las mujeres que exigen que les devuelvan el derecho a huelga, ser dueñas de su cuerpo y del derecho al placer. Chile necesita un combate contra la desigualdad, que incluya redistribución de ingresos, provisión de bienes públicos de calidad, mejores oportunidades y cambios en aquellas bases del sistema económico que generan o fomentan la desigualdad.

Los ciudadanos deben “dejar” su poder en otro sitio, es decir, prescindir de pronunciarse y ceder su acción a las instituciones y su funcionamiento. En vez de alimentar y construir instituciones cada día, debemos asumir que ellas son eternas e inmutables, siempre perfectas y por tanto los ciudadanos pueden prescindir de su libre albedrío gracias a un marco institucional que les trasciende y que guarda una sabiduría esencial. El ciudadano imperfecto retrocede (es decir, debe retroceder) ante la evidencia de un orden superior. Es este apartado, de manera muy somera, recogeremos algunos análisis sobre el fenómeno de las desigualdades, consideradas sobre todo desde la economía, de la historia y las ciencias sociales, tanto en estudios globales como locales.

El impacto del modelo económico neoliberal que sostiene y reproduce las múltiples desigualdades vividas por la sociedad chilena, cuyo nivel de afectación quedó de manifiesto con la revuelta social de 2019, se ha visto profundizado con la pandemia de Covid-19 a nivel sanitario, educativo, de género, laboral, territorial, por mencionar algunos. Este escenario de disaster, a su vez, pone en el centro del debate el estado precise de la cohesión social y sus posibles proyecciones de fortalecimiento y/o reformulación, tomando en consideración el inicio de un proceso constituyente en el país que asegure la promoción de un modelo de desarrollo basado en los principios de justicia, participación y democracia. Con ocasión de la crisis o “estallido social” que afectó a Chile con inusitada intensidad a partir de octubre del 2019, diversos análisis políticos, sociales y económicos han puesto la atención en la desigualdad como una de las principales causas del fenómeno.

poder y desigualdad social

Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae consigo la automatización del empleo y la revolución digital. Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario.

Pero, sobre todo, se necesita asegurar igualdad de trato y dignidad, así como de poder e influencia. Stiglitz de una manera más técnica trata la naturaleza, causas y consecuencias de varios tipos de desigualdad en Stiglitz (2012; 2013). Un segundo obstáculo para la integración de la democracia y el desarrollo, es la tendencia de varias instituciones financieras internacionales y gobiernos nacionales de enfrentar los problemas mencionados anteriormente con una solución de sondeo impartial, una «buena gobernanza», en vez de una forma de democracia inclusiva y profunda. Y esa gobernanza, basada en el cumplimiento de la ley y la competencia electoral es appropriate con una «democracia dirigida» o un «autoritarismo competitivo» (Levitsky & Way, 2010).

En ese sentido, el fotógrafo sudafricano Johnny Miller ha presentado ‘Unequal Scenes’ (Escenas desiguales), un ensayo fotográfico donde busca «retratar las más desiguales escenas en el mundo de la manera más objetiva posible». En definitiva, la tendencia sigue siendo no mencionar abiertamente la violencia machista, sino más bien reconocer la violencia intrafamiliar, invisibilizando la falta de educación en esta materia, ya que, desde el lenguaje, no existe un adecuado tratamiento para este tema, situación que se ve amplificada en los medios de comunicación y publicidad, ambos de carácter masivo. Hay formas de malestar articuladas en el marco de la matriz cultural del Chile hacendal.

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desarrollo económico y políticas sociales. Algunos de los proyectos que se esperan desarrollar son sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad, desarrollo económico, geografía económica, uso del tiempo y economía del comportamiento.

temas de desigualdad social

Con relación a ella, los autores y editores autorizan el libre acceso a sus obras permitiendo que los lectores los copien, distribuyan y transmitan por diversos medios, garantizando una amplia difusión del conocimiento científico publicado. Cada vez que una obra publicada en TS Cuadernos sea distribuida o transmitida por diversos medios, los autores y la revista mantienen los derechos de atribución (autoría y licencia). Toda derivación a partir de esta obra deberá citar la fuente además de ser compartida bajo los mismos términos. Se permiten derechos comerciales no lucrativos sobre sus contenidos.TS Cuadernos no se arroga ningún derecho sobre la producción publicada, salvo la exigencia que la misma sea inédita. Los y las autores mantienen la propiedad intelectual, y el derecho a copia lo pueden ejercer libremente solicitándoseles sólo la deferencia de indicar fuente de publicación unique. “Hay una hipótesis a nivel internacional que sugiere que hay una

Esto último tiene que ver con explicar ciertos comportamientos económicos de los individuos, contrastarlos con los supuestos que se usan en los modelos económicos con el actual comportamiento de las personas, y entender a qué se deben dichos comportamientos”.

Educarchile, el portal de la educación chilena, es producto de un convenio de colaboración mutua entre Fundación Chile y el Ministerio de Educación de Chile. El video entrega recomendaciones para practicar la lectura compartida en familia y ampliar el desarrollo de la lectura en niños y niñas. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. Las temáticas o ejes en torno a los cuales deben estar orientadas las ponencias deben referir a una de las dimensiones de la desigualdad mencionadas anteriormente. Se espera, además, que las ponencias contengan una reflexión crítica en torno a cuestiones éticas en investigación o bien, respecto a la posicionalidad de los/as investigadores/as al momento de recoger y/o analizar la información.

Y hemos puesto a Chile en movimiento, y todos y todas estamos comprometidos a llevarlo a buen puerto. Primero, existe una distancia abismal entre las ideas políticas de la ciudadanía y de la elite económica. La ciudadanía quiere mayoritariamente que el Estado se haga cargo de un conjunto de temas claves para la sociedad, mientras que la elite económica, por el contrario, prefiere un Estado que no asuma tal responsabilidad.

Asimismo, incorpora la medición de la Pobreza Multidimensional, siguiendo el ejemplo de países más desarrollados. A continuación esta sección analiza la pobreza en Chile, un fenómeno complejo de definir y medir, entendido como una condición privativa, en la cual las personas carecen de recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas como vivienda, alimentación, vestuario o salud. Además, es un término asociado a otros fenómenos negativos, como la desigualdad y la falta de oportunidades, afectando el bienestar de la población (Ministerio de Desarrollo Social, 2011). En la literatura económica, desde hace décadas, existe consenso en que un país o territorio no debe ser evaluado únicamente por sus indicadores económicos de productividad, sino que también por su capacidad para reducir la pobreza y la desigualdad, ambos conceptos entendidos como males para una sociedad (Gasparini et al., 2014).

Bajo este concepto, solo las dos regiones más desiguales estarían sobre el promedio nacional en ambos años. Al considerar los ingresos autónomos per cápita, observamos algunas diferencias, principalmente en la variación del Gini. Se aprecia que bajo esta metodología la disminución promedio es menor que bajo la nueva metodología, sin embargo, el comportamiento en ambos casos es similar. El crecimiento económico es una condición necesaria para el desarrollo, sin embargo, no suficiente. En el libro de March (2013) se cita a Sunkel & Paz (1986), quienes definen desarrollo como un proceso de cambio social, cuyo objetivo es igualar las oportunidades sociales, económicas y políticas, refiriéndose a un nivel nacional y a las sociedades que alcanzan mayores niveles de bienestar.

Se privatizó la educación y se estableció la subvención, lo mismo pasó con la salud, y lo más dramático fue lo que ocurrió con el sistema de seguridad social. Dicho lo anterior, es posible que las políticas redistributivas aún no sean desarrolladas con la eficacia que el país necesita para reducir más rápido las brechas económicas que le aquejan. Además de los indicadores de desigualdad conocidos, recalca que la sociedad, actualmente, valida más la desigualdad que hace 30 años. Asimismo, la percepción de este autor es que las políticas redistributivas, más que abogar por una verdadera equidad, buscan beneficios adicionales, como la perpetuación del poder político-económico. Chile ha presentado gran progreso en las últimas décadas en lo referente a indicadores de salud, con cifras comparables con países desarrollados en cuanto a mortalidad infantil y general.

La Convención sobre los derechos del niño/a ha sido ratificada por 196 Estados Parte de la Convención. Ha sido uno de los tratados sobre derechos humanos que más rápidamente ha sido ratificado y a la que más países se han adherido. Uno de los Estados que aún no ha ratificado la Convención, pero que ha expresado su intención de hacerlo, es Estados Unidos. Más estratégicamente, se ha utilizado activamente la tecnología de la información y las comunicaciones (TICs) para desarrollar contenidos y aplicaciones, ampliando la oferta educativa a través de los medios de comunicación, apoyando a niñas y niños para que sean capaces de continuar y disfrutar su proceso de aprendizaje.

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Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo.

Siguiendo la tendencia de los años anteriores, La Araucanía y la Región Metropolitana ocupan el primer y segundo lugar, con un índice de Gini de 0,444 y 0,434 respectivamente en 2015 y de 0,453 y 0,452 en 2013. Las regiones con menor desigualdad por ingreso en ambos períodos son Arica y Parinacota y Atacama (intercambiando de lugar entre un período y otro). Sin embargo, las regiones que han logrado reducir más sus niveles de desigualdad en el último período son las regiones de Los Lagos y Valparaíso, y en tercer lugar la Región Metropolitana, con un menor four,01%. Utilizando esta metodología de cálculo de datos agrupados, el índice de Gini para el país es de 0,445 en 2013 y 0,432 en 2015.

Hablar de desigualdad en América Latina es hablar de la ponderación que se hace entre los derechos de quienes pueden acceder a otras posibilidades y quienes no. Conformar un espacio abierto de intercambio de avances de proyectos en etapas iniciales, como también de resultados de investigación cuyas contribuciones teóricas, metodológicas y/o empíricas inviten a la reflexión y el debate en torno a las distintas manifestaciones de la desigualdad y cohesión social en Chile y América Latina. La Asamblea General de la ONU al aprobar la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 reconoce el derecho a las madres y niños/as a “cuidado y asistencias especiales”, así como “protección social”. En los años sucesivos, la ONU exhorta a los Estados a velar por los niños en las situaciones de vulnerabilidad por emergencias y conflictos. En 1989, tras 10 años de negociaciones, se aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, que vincula a los Estados Partes a cumplir las normas de este tratado Internacional.

Propendiendo a estudiar las desigualdades de ingresos a una escala subnacional más pequeña, se han desarrollado estudios econométricos que consideran a las comunas del país como unidad básica. Se han combinado datos censales y de encuestas de hogares para estimar desigualdades de ingresos a nivel comunal (Agostini et al 2008, Ramírez et al 2009), pero los municipios resultan ser unidades demasiado reducidas para un análisis comprehensivo. El estudio de las desigualdades sociales desde una perspectiva territorial aporta una dimensión relevante para caracterizarlas, pero cuando se elige como nivel territorial para el análisis a las regiones administrativas, se desconoce la escala territorial donde se generan las principales diferencias, según sostendremos en este artículo.

tipo de desigualdad social

Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos. Sin estos éxitos, no habrá buenas perspectivas económicas en el futuro lo que conduciría a una falta de movilidad social. Estudios internacionales como los de Parcel, Dufur y Cornell (2010) coinciden en afirmar que la pobreza material es un issue de riesgo para niñas y niños, ya que implica menor acceso a recursos educativos que apoyen el proceso de aprendizaje, como materiales y actividades educativas. Por su parte, Weiss y otros (2009) establecen que «padres, madres o cuidadores que viven en condiciones de pobreza o estrés económico experimentan más problemas de salud mental, que pueden limitar su habilidad para apoyar los estudios de niñas y niños e incrementar la probabilidad de uso de prácticas punitivas.