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El Estado Social De Mañana: Diálogos Sobre Bienestar, Democracia Y Cap Lom Chile

De igual modo, señaló que las categorías sociales reconocidas por los sujetos en la cotidianeidad responden a criterios múltiples y son jerárquicamente organizados. En tanto, las distinciones categoriales operan como mecanismos de cierre social sobre recursos materiales y/o simbólicos socialmente valorados, facilitando el uso privilegiado y/o exclusivo por parte de las categorías jerárquicamente superiores. Atkinson argumentaba que en la mayor parte de las economías modernas, las firmas tienen un appreciable poder en el mercado y pueden determinar sus propias políticas de precios. “Es preferible una torta más chica, mejor repartida que hacer crecer la torta con los niveles de mala distribución que tenemos hoy”. Pero la verdad es que no creía que, poniendo énfasis en la equidad, reduciríamos necesariamente la torta. Ese temor, decía, viene de la economía ortodoxa, según la cual, dado que el mercado distribuye en forma eficiente, intervenir desde el aparato público para mejorar la equidad, solo puede perjudicar el buen uso de los recursos.

Sin duda, las desigualdades internas al inside de la Iglesia mellan su credibilidad; dificultan que ella pueda tener una palabra profética más convincente en relación a las desigualdades o inequidades en la sociedad, promoviendo así un Reino de justicia y equidad. Existen diversas razones por las que podríamos argumentar a favor de reducciones en los niveles de desigualdad que exhibe el país, desde juicios morales y éticos, hasta elementos puramente prácticos como son los efectos que produce sobre el crecimiento, el tejido social, y la concentración del poder político (además del económico). Parece existir una relación bastante directa entre los niveles de desigualdad sobre la ocurrencia de conflictos, que tiene que ser estudiada con mayor profundidad.

capitalismo y desigualdad social

El malestar frente a las desigualdades, sobre todo aquellas que hieren la convivencia humana, han dado curso últimamente a diversas formas de manifestación social en el mundo entero, incluyendo algunas marcadas por la violencia. Sin embargo, ni las desigualdades ni los estallidos sociales son nuevos en la historia de la humanidad. Este trabajo, luego de dar cuenta de algunos estudios sociales recientes en torno a las desigualdades que dañan a las personas y a las sociedades, realiza una aproximación teológica y magisterial a este drama, se hace cargo nuevamente de los valores evangélicos como la justicia y equidad. Termina ofreciendo algunas conclusiones o reflexiones finales que contribuyan al debate y al curso de la acción transformadora que demanda el presente. “En relación a las sociedades capitalistas constato que dicho orden ha generado estructuras sociales, instituciones y prácticas de (in)visibilización que sistemáticamente han contribuido a la producción y reproducción de relaciones de dominación y desigualdad social. Éstas no son ni han sido solo dinámicas relativas a los así llamados estados de excepción, como son las dictaduras o estados de emergencia, sino que también por sobre todo de las así llamadas democracias liberales.

Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile precise. Con ocasión de la crisis o “estallido social” que afectó a Chile con inusitada intensidad a partir bienestar social segun la oms de octubre del 2019, diversos análisis políticos, sociales y económicos han puesto la atención en la desigualdad como una de las principales causas del fenómeno. La desigualdad, sobre todo aquella que hiere la convivencia humana, no es un problema que inquieta solo a la sociedad chilena.

Otro issue de este tipo que está profundizando las brechas se encuentra al analizar la procedencia de las grandes fortunas. Durante el siglo XIX, la parte alta de la sociedad (financieros, rentistas y propietarios de grandes explotaciones industriales) debía su riqueza fundamentalmente a la propiedad del capital. Aunque en el pasado la desigualdad alcanzó cifras superiores a las actuales, las brechas no se veían agravadas por este hecho inédito, y esa separación perfecta que existía entre capitalistas y trabajadores hoy se ha desdibujado.

Hasta hace algunas décadas, en la medida en que los hombres contaban con mayores recursos, period menos probable que sus esposas trabajaran y tuvieran sus propios ingresos. Actualmente, en un contexto donde las tasas de titulación de mujeres superan a las de varones, lo común es que tanto el hombre como la mujer tengan un trabajo en los hogares más prósperos. Y los emparejamientos, siguiendo la lógica de selección por similitud, suelen darse entre personas de un mismo nivel educacional y de ingresos. Es decir, los hombres educados y ricos, que antes por lo basic eran la única fuente de ingresos de sus hogares, se casan hoy con mujeres igualmente educadas y ricas. El impacto en la aceleración de las desigualdades del emparejamiento selectivo es evidente.

Una vez hecho el diagnóstico inicial, es imperativo generar herramientas más precisas y profundas que nos permitan complejizar los cuestionamientos que nos hacemos cuando nos referimos a la desigualdad. ¿Es esta una discusión que concierne principalmente a quienes viven en la Región Metropolitana, pero que omite la presencia de otros fenómenos y problemáticas más urgentes a resolver en otras partes del territorio nacional? ¿Puede existir alguna relación entre los niveles de conflicto que se observan en el territorio, la desigualdad y el porcentaje de la desigualdad que explica el 1% más rico? Si es que el 1% más rico no solo ostenta el poder económico, sino que también utiliza dicho poder para influir en la política (en desmedro de quienes se encuentran más abajo en la distribución de ingresos), entonces es possible que dichos territorios experimenten un mayor número de conflictos sociales. Existe un interesante debate académico a nivel international en torno a la evolución de la desigualdad durante las últimas décadas.

Pero para que eso sea posible, las empresas que se benefician con esas tecnologías no pueden privatizar los beneficios que obtienen. En su opinión, eso es lo que han hecho Apple y otras transnacionales que han diseñado estrategias agresivas para pagar el menor impuesto posible y han difundido una versión de su éxito donde el esfuerzo público ha sido completamente borrado. Una política que, por ejemplo, terminara con la colusión, podría hacer que la economía chilena ganara a la vez en eficiencia y equidad. Atkinson examinó amartya sen desigualdad el desempeño de las 15 naciones más prósperas de la OECD, y observó que aquellos en los que el 1% más rico se apropia de un porcentaje más alto del PIB -como Gran Bretaña, Estados Unidos, Australia e Italia- son, a la vez, los que tienen los niveles más altos de pobreza dentro del grupo. Durante las últimas décadas, siguiendo la receta de Lucas, muchos países priorizaron la lucha contra la pobreza y dieron la espalda a la desigualdad. Por ejemplo, en Estados Unidos, la pobreza cayó entre 1948 y 1960 desde el 33% al 19%.

Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. [5] Datos de las participaciones en el ingreso del uno por ciento basados en información tributaria en otros países de la región Latinoamericana no están aún disponibles , aunque es sabido que la región  tiene altos índices de desigualdad de ingresos a nivel internacional, (Gini  promedio alrededor de 50 por ciento). La desaceleración del crecimiento y el aumento de la inequidad en varios países, a lo largo y ancho del globo, ponen otra vez al capitalismo ante un cuestionamiento profundo. ¿Todos los factores que han contribuido en el aumento de la desigualdad son negativos? ¿Las tensiones que atraviesan hoy a nuestras sociedades tendrán como resultado una nueva vuelta de timón en la historia del capitalismo? En este texto sostengo que, por un lado, la desigual exposición a la incertidumbre es un problema relevante, que impacta fuertemente en la calidad de vida de quienes viven en Chile.

Su mirada parte de la concept bastante documentada de que la innovación en muchas áreas dominantes está financiada en un alto porcentaje con recursos públicos. Así lo ha mostrado Mariana Mazzucato en su libro El Estado Emprendedor, donde ahonda en el mercado farmacéutico y en el de la tecnología. Mazzucato explica que Apple invirtió menos en Investigación y Desarrollo (I+D) que otras industrias tecnológicas, porque usó lo que el financiamiento público había creado. La advertencia del FMI sobre el daño que provoca una alta desigualdad al crecimiento, parece hecha para nosotros. Este fenómeno se acentuó tras la crisis financiera de 2008 (de la cual muchos responsabilizaron a la misma élite). Según remarcan Jacobs y Mazzucato, en los tres años que siguieron a la disaster, ¡el ninety one %!

El economista británico Paul Collier, en El futuro del capitalismo, señala que el deterioro de las identidades nacionales también contribuyó al crecimiento de la desigualdad. Para el autor, el éxito de la socialdemocracia de posguerra —que estima como un modelo ideal de Estado ético e igualitarista— se debió a un extraordinario alcance en las obligaciones mutuas asumidas por los ciudadanos. La Segunda Guerra Mundial consiguió que, en Europa occidental y Estados Unidos, por un lado, izquierda y derecha confluyeran en un punto intermedio y, por otro, que dichas sociedades, alentadas por el orgullo del papel desempeñado en la guerra o por la necesidad de levantarse de las ruinas, abrazaran un relato común de pertenencia y responsabilidades recíprocas. Durante las primeras décadas de la posguerra, por ejemplo, los ricos cumplieron con unas tasas impositivas superiores al 80%. Dicho lo anterior, no creo que la de ingreso sea la desigualdad más relevante para explicar el estallido social.

Aquello contrasta con la visión política, repetida por la derecha, sus medios, y cada cierto tiempo coreada por sectores de la centroizquierda, de que la irrupción de los movimientos sociales puede hacer peligrar la capacidad de nuestra democracia de representar los intereses de la mayoría. Branko Milanovic (1953) es un economista y autor serbioestadounidense especialista en el campo de la desigualdad económica. Profesor en el Stone Center on Socio-Economic Inequality del Graduate Center de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), fue economista principal en el Departamento de Investigación del Banco Mundial. Esta es la pregunta que Branko Milanovic imagina plantear a los seis economistas más influyentes de la historia. El libro sintetiza con gracia y rigor la visión de autores como Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx o Vilfredo Pareto sobre la distribución de la renta en unos escritos (a menudo extensos y difíciles), y ofrece una inestimable puerta de entrada accesible a cualquier lector. Los retratos no solo reflejan un profundo conocimiento de la teoría económica y una valiosa capacidad divulgadora, sino también un don para ponerse en la piel de estos pensadores, captar los matices psicológicos y tomar en cuenta las limitaciones y particularidades de sus contextos históricos.

La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto. Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero. Como se señaló al comienzo cabe destacar la pérdida que han experimentado los estados nacionales en su capacidad de definir los términos de la “austeridad” la que viene determinada por la Troika e influida directamente por grandes potencias como Alemania y Estados Unidos y, en cierto grado, el Reino Unido que han re-estrenado el antiguo modelo del “Protectorado” en la Europa periférica.

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La lectura conjunta de Piketty y Ferrajoli apunta, en mi opinión, a dos aspectos medulares del desarrollo, desde la perspectiva ética. Por un lado, a la condición de factibilidad para la puesta en marcha de algunos de sus postulados y, por otro, al fundamento normativo para el diseño institucional requerido. Cuando hablo de condición de factibilidad me refiero sólo a la disponibilidad de un mecanismo económica y técnicamente viable que supere algunos de los inconvenientes de la AOD, la tasa Tobin y la Renta Básica Universal.

En su análisis adjudica la culpa de la ralentización del crecimiento y el incremento de la desigualdad en Estados Unidos principalmente a la falta de inversión, en las últimas cuatro décadas, en educación, infraestructura y tecnología. “Puede que, hace mucho tiempo, la imagen de una competencia innovadora, si bien implacable, de una miríada de empresas luchando por prestar un servicio mejor a los consumidores a costes más bajos, fuera una buena caracterización de la economía estadounidense”, comenta el premio Nobel de Economía. “Pero hoy vivimos en una en que unas pocas empresas pueden recoger cantidades ingentes de beneficios para ellas mismas y seguir en su posición dominante durante años y años, sin ser desafiadas”. La pobreza no es una cuestión “absoluta”, es una cuestión esencialmente “relativa”, se define sobre la base de los medios y recursos de cada sociedad, y cómo se distribuyen entre sus miembros. Alguien es pobre no porque no tenga acceso a un servicio de alcantarilla determinado. Se vuelve pobre al vivir en una sociedad que cuenta con los medios materiales para proveer un servicio de alcantarilla determinado, pero que se lo deniega a una parte importante de la población.

Una desigualdad que se conecta con nuestros miedos más profundos y que, por lo mismo, puede generar indignación. A ese ritmo, los expertos proyectan que se necesitarían más de 200 años para estar cerca de eliminar la pobreza. Y eso es solo si nunca más hay recesiones y la economía international logra alcanzar 173 veces su tamaño actual. Estos éxitos, sin embargo, no han evitado que a partir de 2011 se hayan intensificado los reclamos sociales. En su estudio, Larrañaga y Rodríguez interpretan que este malestar social se relaciona con “una mayor intolerancia a la desigualdad, producto de una ciudadanía más empoderada por efecto del mismo desarrollo que ha tenido el país”.

En su opinión, eso es lo que han hecho Apple y otras transnacionales que han diseñado estrategias agresivas para pagar el menor impuesto posible y han difundido una versión de su éxito donde el esfuerzo público ha sido completamente banco de los pobres yunus borrado. Por todo lo anterior, Atkinson estimaba que la desigualdad es el problema central de nuestra época. Tan clave que si su reducción implica disminuir el crecimiento, creía que había que pagar ese costo.

Las preguntas que plantea Milanovic son buenas, y si el recurso a tipos ideales estrechamente modelados sobre los Es­tados Unidos y China es una simplificación rígida, es, con todo, justificable y quizá necesaria para extraer un indicador útil desde el ruido ambiente. ¿Qué vemos cuando miramos el capitalismo meritocrático liberal a través del lente de Milanovic? Primero, una sociedad en la que la participación del capital en la renta na­cional aumenta en comparación con la participación del trabajo.

capitalismo pobreza y desigualdad

Cuando digo fundamento normativo no me refiero al fundamento ético que se ha abordado desde diversas teorías éticas del desarrollo, sino al jurídico. Actualmente Finlandia y Holanda están llevando a cabo testeos de la medida en grupos pilotos a fin de ver los efectos de la misma sobre sus ciudadanos y para tomar una decisión definitiva sobre su aplicación a toda la población (Llinares, 2017). Así, celebro el libro de Piketty y su foco en un tema que, hasta hace poco, period omitido por la mayoría de los economistas. Todo esto es razo­nablemente conocido a partir de una serie de je­remiadas recientes, que lamentan la desigualdad rampante y la aparente incapacidad de la demo­cracia para domar lo que solía llamarse “el poder del dinero”. Paradójica­mente, en este relato, se puede decir que el capitalismo ha logrado el objetivo del comunismo de instigar a la extinción del Estado, que se ha reducido, en la visión de Milanovic, a “el Consejo de Administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa” (para tomar prestada una frase de Marx y Engels).

Pero no todo lo que interesa a la academia es útil para la política pública, menos de inmediato. La academia es, por definición, incompleta e incapaz de dar respuestas definitivas; y este trabajo no es una excepción. Y una mala reforma, lo sabemos, puede terminar siendo socialmente muy costosa. Los comunistas también parecen estar de acuerdo con esto, toda vez que acaban de vender cerca de one hundred propiedades en más $3.500 millones.

Desde 2020, las ganancias de los multimillonarios han aumentado en 2700 millones de dólares al día. Si se desglosan esas cifras, encontramos que por cada nuevo dólar de riqueza ganado por alguien en el 90 por ciento inferior de la sociedad, un multimillonario ha ganado $ 1,7 millones. 4En este contexto los derechos fundamentales pueden ser entendidos como equivalentes a los derechos humanos.

Esto significa que hay una correlación clara entre la disparidad de los resultados y la de oportunidades –que determina la movilidad social–. Es muy possible que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. Estos ciclos de alza y baja pueden observarse a través de la evolución del coeficiente de Gini, el cual es un indicador que se encuentra entre zero y 1, donde un mayor número indica más desigualdad en la dimensión de los ingresos. Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 1). Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. El capitalismo constitucional implica cambiar la mentalidad y pasar de dar poder al Estado y a los políticos a dar poder al pueblo.

En este texto sostengo que, por un lado, la desigual exposición a la incertidumbre es un problema relevante, que impacta fuertemente en la calidad de vida de quienes viven en Chile. Por otro lado, que la desigualdad de poder podría explicar por qué se requiere un estallido social para que se aborde políticamente la inseguridad con que vive una parte relevante de la población. Aunque no conozco evidencia que ligue causalmente tales desigualdades con el estallido, conjeturo que bajo el supuesto de que el pueblo actúa con racionalidad política, la probabilidad de un estallido social debería aumentar cuando las dos desigualdades descritas se juntan con la intensidad del caso chileno. Las sociedades capitalistas producen, como resultado de su lógica interna, diversas formas de desigualdad de poder. Por ejemplo, la concentración de las decisiones de inversión en una pequeña elite le entrega a esta última una capacidad de veto sobre la política económica, sobrerrepresentando sus intereses en el debate público.

Que no lo guarde en el colchón para que vaya comiéndoselo de a poco la inflación”, dicen los socialistas. Bueno, ni la Universidad de Chicago ha expresado mejor la esencia del capitalismo. La primera corriente se originó al inside del mundo conservador-católico que, a partir de la Encíclica Rerum Novarum, adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una crisis ethical que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla.

Los capitalistas europeos lo necesitaban “para la proyección del poder en el exterior, y, por consi­guiente, tenían que ‘conquistar’ al Estado”. A fines del siglo XX, esta vía de desarrollo ya no estaba al alcance de los países del mundo en desarrollo, que durante mucho tiempo fueron dominados y explotados por Occidente, cuya superioridad militar no toleraba nin­gún desafío. Mientras tanto, se desarrolló un Estado “autoritario” en China, un Estado que “dejaba en paz a los mercaderes ricos siempre que no supusieran una amenaza para él”.

A las compañías de energía en explicit les ha ido extraordinariamente bien. La compañía petrolera estadounidense Exxon ganó $ 56 mil millones, o $ 6 millones cada hora, el año más rentable en la historia para una compañía petrolera que cotiza en bolsa. Su competidor nacional, branko milanovic desigualdad mundial pdf Chevron, duplicó sus ganancias y la empresa británica BP tuvo su año más rentable en la historia de la empresa. Los multimillonarios del mundo han estado disfrutando de ganancias históricas. En la última década, el número de multimillonarios y la parte de la riqueza que se han llevado se ha duplicado.

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La globalización dejó a un mundo interconectado en todos los puntos geográficos imaginables. Esto se logró con tecnología y así Internet condujo a penetrar cada uno de esos puntos hasta llegar a cada individuo y familia con la posibilidad de comunicarse entre ellos en tiempo real desigualdad infantil y construir nuevas relaciones virtuales en una nueva dimensión para la humanidad. Los líderes conscientes se preocupan de la persona que involucra al negocio y se preocupan por el propósito.

Pese a ser fenómenos en apariencia distintos, la creciente complejidad de la sociedad contemporánea no se puede pensar de manera separada de su imagen invertida en el crecimiento vertiginoso de campamentos y otros tipos de asentamientos urbanos precarios, en la destrucción de bosques y recursos hídricos, y en la aparición de modalidades más coercitivas y militaristas del poder estatal. Estas formas elementales de la brutalidad, a su vez, han dado origen a nuevas expresiones de movilización sociopolítica que no solamente son oposicionales, sino que inventan visiones utópicas, tecnologías y prácticas materiales que desestabilizan la frontera entre lo actual y lo posible. ¿Por qué el desarrollo capitalista y más intensamente el neoliberal ha predominado?

En su nueva posición estarían menos inclinadas que antes a aceptar la desigualdad en las relaciones de poder, en las relaciones sociales y las oportunidades. Hoy, hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI), usualmente enfocado en el crecimiento, lanza miradas inquietas ante el crecimiento de la desigualdad. En documentos recientes (particularmente en Redistribución, desigualdad y crecimiento, 2014 y en ¿Neoliberalismo Sobrevendido?, 2016) sus investigadores no solo han dicho que la desigualdad extrema cut back la fuerza y la duración del crecimiento, sino que sostienen que impuestos pagados por los más ricos en actividades con externalidades negativas, pueden ayudar a los países a crecer. En su libro, Atkinson nos recuerda que los mercados no caen del cielo; incluso procesos complejos como la globalización son el resultado de decisiones tomadas por organizaciones, gobiernos, corporaciones e individuos.

desigualdad en el capitalismo

Estas tendencias confirman una redistribución de ingresos del trabajo al capital y de los salarios inferiores a los superiores en la era neoliberal. Las tasas de pobreza extrema, se nos dice, se han desplomado bajo el capitalismo global. Se nos dice que el capitalismo global ha reducido la pobreza hasta en un 80% o 90%. Entonces, si para McCloskey es tolerable un nivel de desigualdad aún mayor, qué nivel de desigualdad aceptaría el ex asesor económico de Clinton. Para McCloskey la desigualdad ha subido y bajado irregularmente en estos años, «pero en mi opinión no es un tema tan relevante como parece en la actualidad».

Con este propósito narra los avatares de la movilización feminista de los años setenta-ochenta en la región. Porque esa se ha vuelto la constante en las protestas de la gente contra los sistemas sociales de occidente, la búsqueda de dignididad, el fin de los abusos, el «yo también importo». Cuando la ciudadanía se ha visto expuesta a tantos años de injusticia, de miseria, de limitaciones, de violencia sistemática, de ser apartada a un rincón para que la elite pueda disfrutar privilegios a costa de las carencia de otros y otras, entonces la rabia acumulada que antes estaba dura, se licua y ese núcleo de ira comienza a arder en un magma imposible de contener. Por todo lo anterior, Atkinson estimaba que la desigualdad es el problema central de nuestra época. Tan clave que si su reducción implica disminuir el crecimiento, creía que había que pagar ese costo. “Es preferible una torta más chica y mejor repartida que hacer crecer la torta con los niveles de mala distribución que tenemos hoy”, dijo a CIPER.

Pero aún en estas condiciones, las razones de sus luchas siguen siendo las mismas que levantaran los actores de los movimientos sociales que en el llamado «corto siglo XX» tejían proyectos de emancipación y de justicia. El capitalismo histórico ha experimentado, en la escala mundial que hoy le corresponde, profundos cambios que han modificado sustancialmente su componente de acumulación, pero también, de forma significativa, el de regulación, perturbando críticamente su forma de gestionar las inequidades, desigualdades y doxas que él mismo produce. Actualmente, la expansión de un capitalismo autoritario premunido del paradigma mercantil, promueve una cultura particular person que ha calado duramente en los sujetos y en los movimientos transformadores de la sociedad, dejándolos sometidos a un nuevo orden/desorden. Las solidaridades colectivas del campo laboral se han fragmentado obligando a los trabajadores a una competitividad que mella sobre la fuerza de sus organizaciones y que afecta las confianzas necesarias para resistir al embate de los poderosos. Lo que el gráfico muestra es que el ingreso actual aumentó significativamente para todos los grupos hasta, aproximadamente, el percentil 70, así como para aquellos en la parte superior de la distribución, especialmente el 1% superior.

Otros países —Francia, por ejemplo— tie­nen burocracias dotadas de funcionarios altamente capacitados y de mentalidad pública, que gozan de considerable autonomía para dirigir las decisiones económicas, pero que han sido conspicuamente ca­rentes de éxito en estimular el crecimiento. Otros países —Italia, por ejemplo— tienen “una corrupción generalizada que se extiende por todos los estratos de la sociedad”, como señala el propio Milanovic, pero que no han logrado capitalizar la autonomía que se les otorga para maniobrar en medio de las restrictivas constricciones legales. Para responder estas preguntas, Milanovic se pone su sombrero de teórico social.

Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes. Para la conmemoración de este 8 de marzo 2022, proponemos que un paso inexcusable para hacer realidad un futuro feminista es terminar con la explotación de unos pocos sobre la mayoría. La clase trabajadora, en su conjunto, debe contar con salarios mínimos dignos, empleos de calidad con seguridad social y con garantías de derechos como la huelga, sindicalización y negociación colectiva. Sólo así será posible transformar las combinadas jerarquías de poder que hacen al capitalismo un sistema explotador y opresivo contra grupos sociales históricamente precarizados, como, por ejemplo, las mujeres. El imperativo de aislar coincide con un nuevo reconocimiento de nuestra interdependencia global durante el nuevo tiempo y espacio de la pandemia. Por un lado, se nos pide secuestrarnos en unidades familiares, espacios de vivienda compartidos o domicilios individuales, privados de contacto social y relegados a esferas de relativo aislamiento; por el otro lado, nos enfrentamos a un virus que cruza rápidamente las fronteras, ajeno a la idea del territorio nacional.

La lógica detrás de estos programas “con sensibilidad de género” es que una mujer en el extremo sur está más oprimida que una mujer santiaguina o que una mujer madre de 60 años está más oprimida que una mujer no-madre de esa edad. El gran peligro de estos ránkings de opresiones es que, por una parte, terminan reproduciendo una lógica de competencia capitalista, pues se espera que grupos desventajados compitan entre ellos por recursos escasos. Por otra parte, los ránkings de opresiones refuerzan una conceptualización escalatoria de las clases sociales (un grupo tiene más que el otro) en vez de comprender a las clases sociales como una relación (un grupo existe con relación a otro). En otras palabras, unos pocos en Chile (en su mayoría hombres hetero-cisgénero) han acumulado riqueza sobre las espaldas de la clase trabajadora y este proceso de acumulación ha tomado formas específicas de violencia para el caso de las mujeres (madres y no-madres) y otros segmentos de la población que no han tenido acceso a sus mismos recursos, oportunidades y privilegios.

Judith Butler, filósofa y teórica feminista estadounidense, reflexionó acerca de la pandemia del COVID-19 en los Estados Unidos, y su relación con el capitalismo y la desigualdad social y económica. Es necesario comprender que la pobreza, no es una cuestión absoluta, numérica, tampoco es una especie de ratio de autonomía, sino que es cuestión esencialmente relativa, responde a la pregunta de en qué medida cada persona participa de la sociedad a la que pertenece. De esta forma, la pobreza es desigualdad, pues se outline –tanto interna como externamente–, como una a relación de exclusión frente a los beneficios que genera una sociedad. Un segundo problema es que hay versiones del feminismo que toman nota de la diversidad de experiencias de las mujeres para luego renunciar a una crítica estructural al capitalismo. Desde esta perspectiva, se reconoce que las dinámicas opresoras del patriarcado no funcionan para todas las mujeres por igual (dependen de la clase, edad, raza, sexualidad, estatus migratorio, and so forth.). El problema es que algunos feminismos, en vez de usar esta mirada compleja de la realidad social para entender cómo funcionan las relaciones de explotación, terminan armando un ránking de opresiones entre mujeres.

Los campeones del capitalismo son astutos, les concedo eso, pero a continuación les diré por qué están equivocados. Para McCloskey, eso podría en cambio dañar la competencia y desigualdad en la alimentación reducir el incentivo de trabajar duro y generar riqueza. Quizás en la actualidad se haya vuelto un tema relevante porque, en muchas áreas, existe mayor desigualdad estos días.

El Estado de Chile tuvo en educación y salud organizaciones estatales de primer lugar en el mundo. El que a igualdad de condiciones trabaja menos debe recibir menos y proporcional a lo que trabaja o aporta (hay discusión al respecto). La jubilación existe porque en el capitalismo los ancianos no compiten con los jóvenes que recibiendo menos le producen más al patrón y son consideramos más útiles para él. En regímenes solidarios la jubilación no existe, es absurdo pagar menos a las mujeres por el mismo trabajo que el de los varones.

Lanzamiento Libro Alimentando La Ciudad Diálogos Sobre Infraestructura Alimentaria Urbana Universidad Técnica Federico Santa María

La leche materna contiene sustancias que actúan como mediadores estableciendo una comunicación bioquímica entre la madre y el niño, entre estas sustancias tenemos el issue de crecimiento epidérmico relacionado con el efecto protector intestinal [11]. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en adelante FAO ha definido que el hambre es la manifestación más extrema de la pobreza y la privación humana. Ediciones ARQ ha hecho lo posible por contactar a los depositarios de los derechos de autor publicados en nuestras ediciones, sin embargo, no siempre ha sido posible o la obtención de respuestas ha sido parcial. Por lo mismo, si eres autor/a de materials desigualdad autores que no ha sido debidamente acreditado, te solicitamos nos contactes para corregir cualquier error u omisión escribiendo a La arquera chilena, quien sigue respaldando el aborto en tres causales, dijo en CNN Íntimo que «cuando tú estás en proceso de querer ser madre, la visión cambia un poco». La Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de de la obesidad como una epidemia a nivel global.

La erradicación del hambre es una responsabilidad compartida, y juntos debemos redoblar nuestros esfuerzos para garantizar que ningún ciudadano de América Latina y el Caribe pase hambre. La seguridad alimentaria es esencial para el bienestar de nuestras comunidades y el desarrollo sostenible de la región y debemos continuar trabajando unidos, sin dejar a nadie atrás. En Sudamérica, hemos observado una reducción de three.5 millones de personas que padecen hambre entre 2021 y 2022, pero aún hay 6 millones de personas subalimentadas adicionales en comparación con el período pre-COVID-19. En Mesoamérica, la prevalencia del hambre apenas ha variado, afectando a 9.1 millones de personas en 2022, lo que representa el 5.1%. La presente investigación se realizó con el objetivo de conocer las consecuencias alimentarias y nutricionales que tiene la inseguridad alimentaria en mujeres pobres que viven en el Distrito Federal.

Según datos de la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA)3, el consumo de frutas, verduras, lácteos bajos en grasa y pescados, es mayor en personas de nivel socioeconómico alto (NSE). Situación similar muestra la última Encuesta Nacional de Salud (ENS)4, en relación a la prevalencia del consumo de pescados y mariscos, y al consumo de al menos 5 porciones de frutas y verduras, donde a mayor años de estudios, mayor es el consumo de estos. Lo descrito anteriormente tiene un gran impacto en la salud, ya que el 2017, a nivel mundial un 22% del whole de muertes en adultos y un 15% de los DALYs5, fueros atribuidos a factores relacionados con la dieta. En Chile, patologías que tienen un componente alimentario (obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia y síndrome metabólico) e incluso el riesgo cardiovascular alto, se concentran en población con menos de 8 años de estudio2. También, la prevalencia de obesidad infantil es mayor en comunas con población de menor NSE6.

La alteración de los sistemas agroalimentarios, una recesión económica mundial, el aumento de la inseguridad alimentaria y la desigualdad son algunas de las consecuencias a la que la humanidad está haciendo frente. Bustos Araya ha trabajado en el servicio público en Chile y en organismos internacionales como la FAO y Programas Mundial de Alimentos, velando por construir un sistema alimentario que permita a todas las personas acceder a una alimentación saludable, justa y sostenible, fortaleciendo principalmente la agricultura familiar desigualdad de la sociedad campesina y la pesca artesanal. Para lograr la plena realización del derecho a la alimentación en el plano nacional se requiere, además, contar con políticas públicas y legislación que lo pongan en práctica.

En primer lugar, el Real Decreto para regular la alimentación que se brinda en los comedores escolares para «asegurar que todos los niños en España tienen acceso a una alimentación saludable, equilibrada y nutritiva» ya que «el comedor escolar puede y debe ser la gran oportunidad para ofrecer a niños de entornos vulnerables una alimentación saludable». Por lo tanto, el poder constituyente chileno tiene el deber, no sólo conforme al derecho internacional sino también según lo establecido en su propio ordenamiento interno, de respetar los tratados internacionales de derechos humanos de los cuales Chile es Parte. Resulta elementary entonces destacar los tratados que consagran el derecho humano a la alimentación adecuada ya reseñados, en specific lo establecido en el PIDESC y la Observación General Nº 12. A nivel regional, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos “Protocolo de San Salvador” de 1988 reconoce en su artículo 12 que “toda persona tiene derecho a una nutrición adecuada que le asegure la posibilidad de gozar del más alto nivel de desarrollo físico, emocional e intelectual”.

Por ejemplo, la relación entre obesidad e inseguridad alimentaria es, en primera instancia, contra intuitiva ya que la falta de acceso a los alimentos debería conducir a la pérdida de peso. Entre las explicaciones que se han postulado está el hecho de que las personas que sufren inseguridad alimentaria tienden a consumir alimentos económicos que en la mayoría de los casos tienen alta densidad energética (14). Sin embargo, otras explicaciones relacionadas con las conductas y las percepciones que tienen las personas respecto a la alimentación han sido insuficientemente documentadas. Además, agrega el Master en Desarrollo y Cooperación Internacional “A pesar de su contundente contribución a la seguridad alimentaria y nutricional, en Guatemala las mujeres rurales e indígenas son las que más sufren de hambre y pobreza. De ahí la importancia de invertir en la agricultura con enfoque de género, en un país como este ya que se considera elementary para que ellas puedan alcanzar un potencial pleno para contar con niveles de vida dignos y que, entre otros aspectos, puedan alcanzar la seguridad alimentaria. Es importante resaltar que la equidad de género es en sí misma es un factor esencial para el alcance de la meta de poner fin al hambre y malnutrición establecidas en la Agenda 2030.

La pasión de Sofia es la alimentación, y ha dedicado su vida a mejorar la calidad de vida de muchas personas. Ha trabajado en el servicio público en Chile, en distintos ministerios y servicios públicos (Juaneb, INDAP, Minsal y Mideso), así como en organismos internacionales (FAO, Programa Mundial de Alimentos). Una alimentación adecuada tanto en cantidad y calidad garantiza una vida digna, plena y scale back el riesgo de padecer enfermedades, asegurando de esta forma otro derecho basic que es la salud y, es deber del Estado velar por la salud de la población.

La Observación General hace hincapié en que se deben satisfacer “las necesidades alimentarias de los individuos, sin sustancias nocivas, y aceptables para una cultura determinada”. Este elemento de pertinencia cultural es particularmente relevante respecto de ciertos grupos como los pueblos indígenas y las comunidades étnicas, entre otros. La adecuación también considera las necesidades de cada grupo etario, atendiendo a los requerimientos especiales de los lactantes, infantes, personas mayores, entre otros. Naciones Unidas ha estimado que, para 2050, la población mundial podría alcanzar un máximo de 9.000 millones de personas. Este crecimiento demográfico ocurre en un contexto de desigualdad social y de emergencia climática. A ello hay que sumar, por un lado, el consumo de los recursos naturales a una velocidad mayor a la de su regeneración natural y, por otro, que alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente a 1.300 millones de toneladas al año, según la FAO.

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La obligación de proteger es una obligación de hacer que requiere que el Estado adopte medidas específicas, tanto legislativas como de otro tipo, que regulen las actividades de terceros (como empresas o particulares) con el objeto de asegurar que no produzcan un efecto negativo en el ejercicio del derecho de las personas a la alimentación. La obligación de realizar implica que los Estados deben adoptar medidas positivas para facilitar y hacer efectivo el ejercicio de los derechos de las personas. La obligación de facilitar requiere a los Estados iniciar actividades con el fin de fortalecer el acceso y la utilización por parte de la población de los recursos y medios que aseguren sus medios de vida, incluida la seguridad alimentaria.

A nivel de Europa, Sahd considera que los más importantes son la aprobación del  plan de rescate para los países de la Unión Europea impactados por la pandemia y darle seguimiento a las negociaciones comerciales entre el Reino Unido y EE. UU ., Aquel de ser exitoso podría ser atractivo para otros países europeos y eventualmente puede seguir el ejemplo del Reino Unido con el Brexit. Del mismo modo y respecto de la planificación y compra de alimentos, aseguró que “es principalmente una actividad asociada al género; son ellas, las mujeres, las que están a cargo; no se declara la participación de un acompañante, de una persona masculina (…) que esté a cargo de estas tareas”. Durante la ceremonia de apertura, Mohamed Irfaan Ali, Presidente de Guyana, destacó la importancia de la Conferencia Regional y aseguró que la creación de sistemas agroalimentarios resilientes y protegidos del clima es una tarea imperativa de cara al futuro, y «la toma de decisiones debe basarse en los datos en la medida de lo posible». Las razones son múltiples; las consecuencias publish pandemia, los conflictos armados, la disaster climática, la desaceleración económica, el aumento de la inflación alimentaria y la desigualdad de ingresos han generado un escenario difícil, que requiere medidas inmediatas.

Los tratados internacionales en la materia, así como la Observación General Nº 12, entregan valiosas nociones sobre el contenido del derecho a la alimentación. A partir de ellos, y en uso de sus facultades soberanas, los países pueden legislar sobre el derecho a la alimentación en su ordenamiento jurídico interno enfatizando aquellos elementos prioritarios que se ajusten a sus realidades nacionales. Todos los derechos humanos, sin distinción, son universales, indivisibles e interdependientes y la Constitución, como norma suprema del país, debería otorgarles el más alto grado de protección jurídica posible. En este sentido, la FAO recomienda la inclusión del derecho a la alimentación de manera explícita en el nuevo texto constitucional porque esa es la forma más efectiva de protección jurídica dado que las constituciones son consideradas la norma basic o ley suprema de los países. Además, como lo demuestra la experiencia comparada, contar con un reconocimiento constitucional explícito da mayor visibilidad al derecho y permite movilizar la voluntad política para su realización. Si bien, desde la década de 1970 la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone el Modelo de Determinantes Sociales de la Salud (DSS), para explicar las inequidades en salud y, aunque el modelo incorpora en sus análisis las dimensiones socioculturales, políticas y económicas, dicha aproximación es insuficiente.

—Si hablamos de cerca de 600 mil personas es mucha gente, pese a ser una de las cifras más bajas de la región. De hecho, antes de que la pandemia impactara a los cerros de Talcahuano con la amenaza de la cesantía y el hambre, la sede de Las Algas cumplía el papel de biblioteca, lugar para las actividades de estudiantes que no disponen de un rincón tranquilo en sus hogares. Hoy los libros y fotocopias, arrumados en un mueble esquinero, han tenido que ceder espacio a los alimentos no perecibles y los preparativos diarios de la comida. Ciencia y Salud es un medio de comunicación en línea e independiente que tiene como objetivo entregar información y análisis para comprender los desafíos que afectan a la ciencia, al sector de la salud y que tienen impacto en la sociedad. Buscando problematizar algunas premisas sobre las cuales se sustenta la investigación en salud es que hemos querido incentivar a que al menos la salud pública, por su fuerte componente social, problematice sus supuestos y su ámbito de acción.

En ellos se aprecia que entre 1990 y 1996 Chile redujo a la mitad la cantidad de personas subalimentadas. Sin embargo, desde ese punto de quiebre hasta ahora, el complete de subalimentados se ha mantenido intacto; como si un país completo se hubiese acostumbrado los últimos 20 años a contar con más de medio millón de personas en riesgo de pasar hambre. Se trata de un llamado a ser más sostenibles en nuestras acciones diarias, reduciendo el desperdicio de alimentos, creando conciencia a cerca de una nutrición sana y equilibrada. No comas mejor, deja de comer peor’, Julio Basulto, ha apostado por bajar la publicidad de los alimentos no saludables, subir los impuestos, ya que «la educación no es suficiente».

Alimentando La Ciudad Diálogos Sobre Infraestructura Alimentaria Urbana

Esto es, ante todo, una afrenta a quienes padecen hambre, pero también representa un enorme costo ambiental en términos de energía, tierras y agua. El problema radica en el acceso y la disponibilidad que se ven cada vez más obstaculizados por numerosos desafíos, como la pandemia de COVID-19, los conflictos, el cambio climático, la desigualdad, la subida de precios y las tensiones internacionales. Personas de todo el mundo están sufriendo el efecto dominó de unos desafíos que no conocen fronteras.

La desigualdad es también socioespacial, ya que es en los barrios y sectores más vulnerables donde reside un porcentaje importante de trabajadoras y trabajadores informales y precarizados, hoy mayormente expuestos a despidos y a riesgos de contagio, al no poder plegarse a las medidas de confinamiento. Junto con lo anterior, en estas áreas residenciales es donde se concentran viviendas con baja calidad constructiva e inadecuada eficiencia térmica, factores que podrían determinar los grados de vulnerabilidad de las personas ante la exposición a enfermedades respiratorias. De esta forma, el centro de investigación tiene un rol activo en procesos de empoderamiento de agricultoras, tanto en la generación y transferencia de recursos asociados al conocimiento, como en la habilitación de espacios de participación en condiciones de horizontalidad, posibilitando la puesta en práctica de capacidades de agencia y liderazgo. En este sentido, la relevancia de los centros de investigación regionales no solo está dada por indicadores de producción científica, sino también por el carácter de la vinculación con los territorios y, la capacidad de impactar problemáticas sociales estructurantes tal como la brecha de género en los sistemas agroalimentarios.

Algunas mujeres de la ciudad de México expresaron que cuando su ingreso se los permitía compraban frutas de temporada, porque son baratas; sin embargo, la mayoría expresó que dan prioridad a sus hijos para que las consuman. De este modo, las mujeres -como jefas de familia- con frecuencia sólo pueden consumir los mismos alimentos que son económicos, lo que resulta en una dieta limitada y monótona. Esta dieta monótona se compone por tortilla, sopa de pasta, arroz, pan, frijol y huevo; los cuales en México son los alimentos de menor precio (22). La situación de inseguridad alimentaria en las áreas rurales se agudiza al tener en cuenta que la crisis del COVID-19 tiene su cuota de refuerzo de las brechas. De acuerdo a FAO (2020), en áreas rurales la pandemia puede estar sumando alrededor de 10 millones de personas, de las cuales 6 millones son mujeres, que no poseen los ingresos suficientes para adquirir la canasta básica alimentaria. Es oportuno señalar que en los hogares conducidos por mujeres la inseguridad alimentaria viene a sumarse a otro cúmulo de inequidades como las dobles y triples jornadas laborales, disparidad en el acceso a la tierra y empleo, entre otras.

El Director Nacional de la Junaeb, Jaime Tohá, afirmó que el sobrepeso en estratos sociales bajos, tiene como principales factores la falta de acceso a infraestructura y a información sobre una buena alimentación. Esto tiene que ver, primero, con el acceso que tiene la población a distintos tipos de alimentos y a infraestructuras para llevar a cabo diferentes actividades físicas y, por su puesto, también tiene que ver la información con la que se cuenta para tomar mejores decisiones respecto de la alimentación”. Alimentarnos es important para poder vivir y es, a su vez, un acto complejo que involucra la forma en que producimos nuestros alimentos, la forma en que los alimentos se transportan, cómo y dónde estos alimentos se comercializan y luego cómo las personas los consumimos. La globalización y los actuales modelos de producción y comercialización han impactado directamente la forma en que nos alimentamos, afectando la salud de las personas y las economías de los territorios. Al ser consultado sobre la actuación del gobierno, Navarro se abstiene de emitir juicios directos debido a su rol como funcionario de un organismo multinacional.

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Eso explica la doctora Mirta Crovetto, investigadora y decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Playa Ancha. Como se mencionó antes, en Chile la inseguridad alimentaria se comenzó a medir desde 2017 a través de la encuesta Casen. Ese año los datos arrojaron que 13,1% de la población sufría de este fenómeno en el nivel moderado-severo, mientras que en 2020 esa cifra aumentó, llegando a 19,8%. Otra estadística a considerar es que un 31,3% de los habitantes de la Región de La Araucanía y un 24,4% de Los Lagos se identifican como pertenecientes a un pueblo indígena. Según datos de la Casen 2020, este grupo sufre una mayor inseguridad alimentaria moderada-severa que la población no indígena (26% versus el 19,1%).

Este libro expone una conversación entre un grupo de investigadoras e investigadores en torno a la infraestructura alimentaria urbana. Utilizar el concepto de “infraestructura” para hablar de las redes de distribución y comercialización de alimentos —como hace este libro— puede no ser obvio para el lector. Por ello el hito de este libro consiste en la aplicación de una mirada infraestructural a las redes urbanas de supermercados, ferias libres, ollas comunes y recintos en los que se entregan ayudas gubernamentales. Implica, fundamentalmente, preguntarnos por el rol que juega la distribución y comercialización de alimentos en la estructura urbana.

Ahora bien, la lactancia materna requiere de una madre que no curse con desnutrición, que además durante el embarazo consuma suplementos de hierro y ácido fólico para evitar anemia en el binomio, así como defectos a nivel del tubo neural del recién nacido. En México, la anemia es reportada en 27,8% de mujeres embarazadas entre los 13 y 46 años, predominando el tipo de microcítica-hipocrómica, que está relacionada con una carencia de hierro. Este cuadro se agrava por la participación de la mujer en actividades laborales, produciendo demanda de mayor energía que, de no ser satisfecha, puede también originar deficiencias nutricionales y deterioro de la salud [15].

Esto significa que, más que el dinero, lo que importa es facilitar un acceso colectivo a espacios donde producir alimentación saludable de manera native, como sucede con las huertas urbanas o la agricultura familiar —agrega por su parte Noelia Carrasco. Efectivamente, si bien “hambre” e “inseguridad alimentaria” aplican en un mismo contexto, según FAO, la primera debe ser entendida como la sensación física de incomodidad o dolor, y la segunda responde al evento en que las personas no dispongan de acceso a suficientes alimentos —inocuos y nutritivos— para satisfacer necesidades y llevar una vida sana. Las normas constitucionales deben responder a las necesidades de los sujetos a los cuales se dirigen. En el caso de Chile, dada la grave situación de malnutrición desigualdad de ingresos ejemplos que afecta a sus habitantes, resulta imperativo contar con normas constitucionales que establezcan la lucha contra el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas como un asunto prioritario y una política de Estado. Esto significa que, si bien ya mucho antes de la pandemia de COVID-19 el mundo no estaba en camino de cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 “Hambre Cero” de la agenda 2030, la pandemia ha complicado considerablemente alcanzar dicho objetivo. Los datos de ese informe indican que el mundo no está avanzando ni hacia la meta 2.1 de los ODS, de garantizar el acceso a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes para todas las personas durante todo el año, ni hacia la meta 2.2, de erradicar todas las formas de malnutrición.

Cientos de actos y actividades de divulgación reúnen a gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil (OSC), medios de comunicación, el público e incluso a los jóvenes. Promueven la sensibilización y la acción en todo el mundo para aquellos que padecen hambre y sobre la necesidad de garantizar una alimentación saludable para todos, no dejando a nadie atrás. La seguridad alimentaria no se logra con paliar el hambre de vastos sectores de la población. Tampoco basta con incrementar la disponibilidad de alimentos modificados genéticamente con consecuencias para el estado frágil de salud, con daños que ya de por sí son alarmantes (cáncer, diabetes, obesidad).

También se explicaría por la dinámica social en nutrición caracterizada por un alto consumo de alimentos ricos en grasas de origen animal, hidratos de carbono procesados, harinas refinadas y azúcares simples. Es decir, es más barato y económico consumir una sopa procesada Maruchan que procesar un kilo de frijol. Frente a este panorama es importante destacar que, conforme al derecho internacional de los derechos humanos, todas las personas tienen el derecho fundamental a no padecer hambre y el derecho a una alimentación adecuada, en cantidad y calidad, que les permita llevar una vida digna. Este reconocimiento debería realizarse a la luz de las obligaciones internacionales del país en materia de derechos humanos. Además, podrían considerarse algunas buenas prácticas del derecho comparado, en especial del derecho constitucional latinoamericano.

Por el contrario, en el caso de los niños de prekinder, kinder y primero básico, aumentó en un 1,3 por ciento. Por eso tuvimos acceso a una rápida reasignación de ofertas que se exportaban a Rusia que estaban más afectadas por la guerra y se asignaron a otros mercados”, explicó el economista. La propuesta que hace el estudio es “avanzar significativamente en generar espacios de articulación interinstitucional, lo que significa articular mejor al sector público, pero también articularse mejor con los privados, con las universidades, y pensar más integradamente problemas que hoy se discuten de manera muy acotada”, explicó la expositora.

En el nivel estructural, México, bajo la implantación de políticas neoliberales con la inserción dependiente al mercado mundial de alimentos, ha desmantelado por completo la producción del campo por falta de subsidios. De esta forma, alimentos base de la dieta tradicional como frijol, maíz, leche, leguminosas y cárnicos, ahora tienen un mayor precio que los alimentos procesados. Dicha situación llevó a las familias de bajos ingresos a consumir pastas y otros productos más baratos, pero con altos niveles de carbohidratos y azúcares [23]. La inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas se ven agravadas por niveles de desigualdad altos y persistentes en cuanto a ingresos, activos productivos y servicios básicos (por ejemplo, salud y educación), así como en cuanto al acceso a la información y la tecnología (por ejemplo, la brecha digital) y, en un sentido más common, a la riqueza.

Con ello repone nuevas células, repara estructuras celulares, mantiene actividades vitales (transporte celular, respiración, contracción muscular, entre otras), y realiza la traducción celular específica para cada sistema funcional del organismo [3]. En promedio, por cada 1% de crecimiento económico, la pobreza disminuye en 1,25% en América Latina (Perry et al. 2006). Según el último reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 34,4% de los adultos es obeso. Dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el segundo país más afectado. Porque hoy conocimos los resultados del “Mapa Nutricional” elaborado por Junaeb y entre los menores hay datos muy preocupantes. El documento aborda cómo la pandemia dejó secuelas significativas en la agricultura acquainted desigualdad de ingresos ejemplos de Alta Verapaz y Sacatepéquez, con daños…