Esta desigualdad no es una novedad, es un problema que ha afectado al país incluso desde la época de la Colonia (PNUD, 2017). No obstante, desde la década del 2000, se ha podido observar un incremento generalizado de movi-mientos sociales que, entre otras causas, dan cuenta del malestar que existe en la población chilena, exigiendo mayor igualdad ( Grez, 2011 ; Segovia & Gamboa, 2012). Estas demostraciones de descontento social detonaron en octubre de 2019 con el “Estallido Social”, donde millones de chilenos y chilenas marcharon y protestaron, entre otras razones, debido a la desigualdad que existe en Chile ( Güell, 2019 ; Jiménez-Yañez, 2020 ). Está lógica de concentración impacta aún más en aquellas zonas que no cuentan con industrias y están alejadas de los centros de decisión y control de la economía. Municipios como Puente Alto o La Pintana, además de contar con procesos históricos de mayor marginalidad, se ven excluidos de las dinámicas económicas de alto valor agregado y dependen en gran medida del mecanismo de distribución del FCM. Estas dos comunas no tienen prácticamente ingresos municipales propios, puesto que los impuestos municipales favorecen a aquellos municipios en que se concentra la actividad económica.
Durán (2018) plantea que, al hablar de desigualdad, existen diferentes enfoques normativos sobre que entendemos por ella, así como formas de medición, incluyendo la desigualdad de riqueza, ingreso y salarios, para los cuales existen diferentes indicadores utilizados por la literatura económica. Respecto del Índice de Gini, el autor plantea que Chile ha tenido históricamente un valor elevado, con solo ocho años, de un whole de 161, con un valor bajo zero,45. Además, que este indicador permite analizar el impacto de las políticas fiscales, evidenciando que Chile es uno de los países de la OCDE con menor impacto, pues para el año 2003, el valor del Índice de Gini para los ingresos autónomos fue de 0,5 y al incluir transferencias y subsidios solo cae a 0 desigualdad de recursos,forty nine. Si bien los valores actuales serían estarían dentro de los mejores resultados alcanzados por el país (Le Fort, 2017), del análisis histórico de Durán (2018) es posible apreciar un comportamiento cíclico de este indicador, por lo que no necesariamente existe evidencia que permita sostener que la actual reducción sea permanente en el tiempo four . Es más, para el caso de Chile, el PNUD (2017) identificó seis factores que reproducen la desigualdad a lo largo del tiempo en el país. Primero, la estructura productiva de Chile, que se relaciona a las diferencias de productividad, capacidad de inversión y nivel educacional de los/as trabajadores/as.
El acceso a las tecnologías de la información y la comunicación no se produce a la misma velocidad, ni con la misma intensidad, entre personas de diferentes sectores sociales, ni entre países o regiones del mundo. Pero esto no significa que los grupos sociales y países que no están en la vanguardia tecnológica deban aceptar mantenerse en un segundo plano, y mucho menos al margen, en la configuración del tipo de desigualdad de la población sociedad que emerge empujada por la fuerza expansiva de las tecnologías digitales (Levis, 1999). En este sentido, la realidad de las manifestaciones sociales en Chile motivaron la hipótesis de este trabajo, ya que el descontento social ha dejado en evidencia las grandes faltas que existen en el país respecto de la dimensión ex-ante, lo que podría implicar, al menos, una falta de trabajo desde esta perspectiva.
Evidencia reciente en Colombia sugiere que incluso en países con instituciones fiscalizadoras más débiles que las de un país desarrollado, estos impuestos pueden ser ejecutados de manera efectiva. En simple, estos son impuestos que se cobran sobre activos, como por ejemplo activos financieros o propiedades. A diferencia de los impuestos al ingreso que se calculan en base a flujos (es decir, a cuánto se gana en un año), estos impuestos se calculan en base a inventory (es decir, a la cantidad acumulada a través de los años). Dentro de esta categoría encontramos, por ejemplo, las contribuciones, el impuesto a la herencia y el impuesto a la riqueza. Sin embargo, éste indicador se basa exclusivamente en datos de la CASEN, que, como discutimos más arriba, no capturan los ingresos de los tramos de altos ingresos.
En efecto, aunque ciertamente pueden clasificarse algunas comunas de Santiago como pobres, también es cierto que al inside de estas comunas -al igual que en otras con mejores niveles de ingresos- hay sectores que concentran extrema pobreza. Es el caso de los asentamientos urbanos precarios (campamentos) y de aquellos originados en ocupaciones ilegales de terrenos (tomas), cuyos habitantes viven en las peores condiciones de vida imaginables. También hay pobreza en áreas urbanas consolidadas con buena infraestructura y equipamiento, pero con una población empobrecida, como es el caso del centro de Santiago. Un adecuado equilibrio entre estos agentes permite hacer de la ciudad un espacio políticamente más democrático, socialmente más justo, ambientalmente más sustentable y económicamente más eficiente. En el Gran Santiago de las últimas décadas, la marcada preeminencia de un mercado desregulado en la asignación de recursos, en la localización de las inversiones para servicios básicos así como en infraestructura urbana, ha derivado en un desarrollo muy desigual al interior de la ciudad. Hay que destacar que los ingresos municipales permanentes influyen en el nivel de gastos municipales, a pesar de que las comunas con mayores ingresos tienen que aportar cantidades importantes al FCM.
Por tanto, la falta de capacidad para generar ingresos municipales propios produce importantes falencias en las comunas en que no se sitúan los centros de poder (global económico o político nacional) en la ciudad o no son cercanas a los mismos. Vitacura, Las Condes y Providencia no tienen niveles de pobreza superiores al 3% de su población y otras, como San Bernardo, Puente Alto o La Pintana, tienen aproximadamente entre un 15% y un 18% de sus habitantes en condiciones de pobreza. De esta forma, como se explicó en el primer apartado de este artículo, ambas dimensiones de las disparidades, ex-ante y ex-post, presentan una relación recíproca entre sí, afectándose mutuamente. Es decir, que los resultados de una generación afectarán directamente el punto de partida de la siguiente y, además, aun habiendo logrado la igualdad en una de estas dimensiones, esto no resolvería las disparidades en la otra dimensión. Diversos trabajos académicos han profundizado el estudio sobre las causas y la evolución de la desigualdad en el país.
Andrés Solimano, culminó su comentario, instando al parlamento y al gobierno, a sacar adelante las reformas previsionales y tributarias con un sentido de equidad, para comenzar a hacerse cargo de la desigualdad económica, que se ha anidado con fuerza en nuestra sociedad. Las políticas del régimen militar concentraron las riquezas del país, revirtiendo los avances de la reforma agraria y la nacionalización de empresas. Por otro lado, deterioró los ingresos de los trabajadores, controlando fuertemente el movimiento sindical, con persecución y prohibición de negociación colectiva, dejándolo reprimido y sin fuerzas. La reforma agraria y la nacionalización de los recursos naturales, son vívidos ejemplos de políticas de mayor igualdad social o distribución más equilibradas de las riquezas.
Por ejemplo, la Reforma Previsional ya mencionada, requiere de un largo período de tiempo para ver resultados, ya que hace referencia un segmento de la población que verá los resultados de esta ley en varios años más, cuando sea momento de jubilarse, como también quienes año a año se retiran de sus actividades laborales. O bien, la Ley Nº19.966 del año 2004, la cual continúa vigente e, igualmente, ha ido incorporando cada vez más elementos para incluir a una mayor cantidad de personas beneficiadas desde su entrada en vigencia hasta el día de hoy. Por lo tanto, las acciones públicas analizadas dan cuenta del trabajo que se ha realizado en el país respecto de la reducción de desigualdades, las cuales han podido ser incorporadas como respuesta a las metas establecidas para el ODS 10, pero no necesariamente como un trabajo que se ha realizado en base a esta agenda, aún. Respecto de la Agenda 2030, el diagnóstico que realizó el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible (2017b) estableció que de los 11 indicadores que presenta el ODS 10, el país cuenta actualmente con información solo para tres de ellos, 10.1, 10.2 y 10.3. Respecto de las primeras tres metas mencionadas, y como se puede observar en el Anexo 1, siete acciones públicas responden, ya sea en su totalidad o en algunos de sus contenidos, a la primera meta.
Sin entrar en los detalles de su cálculo, hay que saber que éste toma valores entre zero y 1, y que un mayor Gini implica una distribución de ingresos más desigual. En los casos extremos, 0 implica que todos los individuos tienen los mismos ingresos, y 1 que sólo una persona recibe todos los ingresos. Este paradigma estructural, obedece a un modelo de injusticia global, provocando que una pequeña parte de la población tenga el poder y el control de la (in)estabilidad social y económica del resto del mundo. Pues, aparte de la recuperación de calidad de vida en la metrópolis, lo que está aquí en juego es la restitución de las certidumbres y confianzas básicas de las personas, tanto en su capacidad de creación y vivencias colectivas, como en el sentimiento de pertenencia a un espacio común donde se funda el sentimiento de un nosotros ciudadano. Para que lo anterior sea una realidad, la ciudad requiere estar organizada administrativa y políticamente.
Además de privatizar y desarmar el área social que había armado el gobierno de Allende, se dejó de common los precios y se persiguió fuertemente a los sindicatos. La ceremonia de premiación se realizará el 5 de septiembre en el marco del Séptimo Encuentro de la Asociación Española de Historia Económica, (AEHE), en la ciudad de Ávila. Dichos censos tuvieron como fin la recaudación fiscal y el reemplazo del diezmo, que era una herencia colonial, que se funde décadas después en un impuesto a la propiedad agrícola, comentó el académico. Además, estamos felices porque este paper salió de proyectos basales de la Universidad de Santiago que sirvieron para contratar ayudantes de investigación y también del Fondecyt”, recordó. Explica que a este premio no se postula, sino que la Asociación elige una vez al año el mejor artículo, de casi un centenar que se publican en todas esas revistas especializadas y es primera vez que la distinción recae en un equipo chileno.
La facilidad con la que el capital puede moverse a través de las fronteras en un mundo globalizado ha intensificado problemáticas como la evasión fiscal y la elusión legal. Esta debilidad de la Casen refuerza la opción tomada por el grupo de Alvaredo y otros de usar datos tributarios históricos elaborados por el Servicio de Impuestos Internos. En particular, consideran el Impuesto global complementario (que se aplica a las personas naturales por el whole de sus rentas, ya sea que provengan de Chile o el extranjero). La investigación también muestra que desde 2010 hasta 2014 la desigualdad ha vuelto a crecer en Chile, lo que contradice lo afirmado a partir de la encuesta Casen 2015, donde los datos sugirieron que la desigualdad estaba bajando levemente. La globalización, simultáneamente causa y efecto, se fortalece por medio del funcionamiento de las redes informáticas que permiten comunicaciones instantáneas de un lugar a otro, sin barreras espaciales ni temporales. Por ende, en la actualidad las infraestructuras de telecomunicaciones le permiten a cualquier empresa del mundo extender su ámbito de acción alrededor de todo el planeta.
En definitiva, se corrobora que Santiago de Chile se ha convertido en una ciudad global en los últimos años, puesto que la economía mundial cuenta con un importante nodo de conexión para sus flujos globales. El poder de conexión con el que cuenta la ciudad muestra una importante presencia de redes de empresas proveedoras de alta especialización, tanto financieras como de servicios avanzados o de comunicación. Las mismas se localizan principalmente en Las Condes, y junto a las comunas aledañas son las que mayor nivel socioeconómico tienen. Una vez verificado que Santiago es un punto de conexión para la economía global, cabe preguntarse cómo impacta este proceso en la actividad socio-económica de la ciudad. Al respecto, el trabajo realizado por el Centro de Investigación Social (CIS) de la Fundación Un Techo para Chile ayuda a localizar algunos procesos.
Además, esto permite que este ODS quede weak a las interpretaciones u obstaculizaciones de otras instituciones ( Donald, 2017). Ahora bien, la desigualdad de resultados, de acuerdo a Atkinson (2015), tiene que ver con aquello que los individuos logran a pesar de sus circunstancias. El economista establece tres razones importantes para considerar esta faceta de la desigualdad, aún asumiendo que se ha establecido igualdad de oportunidades en primer lugar. Es decir, que habiendo garantizado que las particularidades de cada individuo no influyeran en el resultado last de cada uno, todavía existirían factores que causen la desigualdad entre ellos.