También, apoyamos a niñas y niños para que crezcan no sólo como sujetos de derechos, sino como ciudadanos/as globales capaces de compartir y empatizar con sus vecinos/as. Para lograr estos objetivos, adoptamos cuatro enfoques en la ejecución de nuestros programas educativos. Y continúan su explicación enumerando los factores intraescolares como el pobre rendimiento académico, la repitencia, el ausentismo y los problemas disciplinarios o conductuales que se asocian con mayores probabilidades de abandono escolar según la amplia evidencia empírica existente.
En este sentido, enumeró los puntos que se deben considerar para que los avances tecnológicos sean realmente efectivos y en beneficio de la humanidad. Tus datos personales se utilizarán para procesar tu pedido, mejorar tu experiencia en esta net, gestionar el acceso a tu cuenta y otros propósitos descritos en nuestra política de privacidad. Llegó perfecto, un buen libro que toda persona debe tener presente porque ilustra bastante bien cómo afecta la desigualdad, sencillo y concreto. Las Condes y La Pintana o Cerro Navia son distintas, y ni hablar de las comunas de la Araucanía; el acceso a la información, la educación… No la despilfarremos para que en futuras generaciones podamos pasar de “esa maldita desigualdad” a “esa olvidada desigualdad”.
Casi el one hundred pc de las viviendas cuenta con acceso a electricidad y utiliza leña para calefacción, cerca del 60% declara pasar frío en invierno y calor en verano dentro de sus viviendas. Junto con ello, se registran más de 22 interrupciones eléctricas en el año, en invierno la iluminación artificial utilizada es el triple que en verano y el gasto en calefacción promedio alcanza los $77 mil al mes, lo que representa cerca del 20% del ingreso del hogar. En otras palabras, la comunidad de Puyuhuapi vive en un contexto altamente weak energéticamente.
Manuela Ji Mendoza es antropóloga social, doctora en Sociología de la Educación (University College London), investigadora postdoctoral en el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de O’Higgins.
He estado en varios debates al respecto y pienso que esto no es así, no es un argumento de verdad, porque si se hacen esfuerzos reales por llevar a las mujeres a esos espacios, van a llegar más. Necesitamos esa representación simbólica para las mujeres de hoy y las que están por venir». ”El tema de la inclusión de las mujeres en las STEM se está posicionando cada vez más y Chile está realizando esfuerzos valiosos. Mi opinión es que todavía faltan muchos, pienso que el paso principal podría estar creado, pero volvemos a lo mismo, la sociedad aún no comprende la importancia en costos económicos y de futuro que las mujeres hagan parte del desarrollo de la ciencia.
La desigualdad sería menos problemática si el lugar que ocupan las personas en el orden social fuese pasajero, sujeto a cambios durante el ciclo de vida o, por último, si la posición social de los hijos no dependiera de la de los padres. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”. Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia desigualdad social en américa latina exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento. Y afirma la necesidad de una distribución que garantice la independencia y la voz de todos. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza).
De esta forma, al revisar la evidencia, y el propio trabajo de Rodríguez (2017), resulta claro señalar que “el modelo” no es la causa principal de la enraizada desigualdad económica en Chile. Esta intuición está avalada por la teoría institucional y la evidencia citada en mis columnas. Otro de los temas que representan una demanda que no se circunscribe solo a la movilización actual, sino que viene de mucho antes, es el que cube relación con la presencia de “los mismos de siempre” en la toma de decisiones, terminología popular que se refuerza con los datos del libro.
Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1). Los modelos económicos del siglo pasado claramente no tomaron en cuenta la distribución de la riqueza, y es aquí donde se está mejorando hoy hacia el futuro, incorporando la igualdad como factor de crecimiento económico de los países, relacionados de manera proporcional. A través de mi experiencia en el sector privado, puedo afirmar que la sostenibilidad empresarial está ligada intrínsecamente al bienestar social. “La empresa depende y prospera con la cohesión y la estabilidad social, lo que se supedita al respeto de los derechos humanos, y al progreso de la dignidad, la igualdad y la inclusión económica”, asegura la Visión 2050.
Políticas que reduzcan la desigualdad también son importantes, e idealmente complementarias a las que están enfocadas en reducir la pobreza, pero el sentido de urgencia de las últimas parece ser mayor. En el 2013, un año antes del discurso de Lagarde, Thomas Piketty publicó su libro Capital en el siglo XX, en el cual promueve la concept de que la concentración de la riqueza y su distribución desigual son fuentes de inestabilidad económica y social. La discusión sobre desigualdad llegó para quedarse, y ha sido protagonista en las exigencias del movimiento social. Y, como ya se empieza a vislumbrar, lo más possible es que también esté en el centro de la discusión para la nueva Constitución. La reducción de la desigualdad es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods) a los que Chile adhirió en el marco de la Agenda 2030 acordada por los países reunidos en las Naciones Unidas. Esto implica el compromiso de lograr un crecimiento económico inclusivo y la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones, de modo de cumplir con el mandato de “no dejar a nadie atrás”.
Para comenzar expuso el Dr. Juan Carlos Castillo, ex alumno de la escuela; Doctor en Sociología de la Universidad de Humboldt, Berlín; actual profesor del departamento de Sociología de la Universidad de Chile e Investigador Principal de la línea Interacciones Grupales e Individuales en el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES). “Entendemos que este no es solo un imperativo ético, es también una necesidad para el desarrollo. Porque en la medida en que todos y todas podamos aportar, en igualdad de condiciones, al progreso de nuestros pueblos, podremos ir más rápido y llegar más lejos por la senda del desarrollo armónico, inclusivo y sustentable”, añadió. Puede realizar el cambio de producto en nuestras tiendas físicas en un plazo de 6 meses a contar de la fecha de recepción del producto.
A pesar de que estas cifras pueden ser informativas, siguen escondiendo una heterogeneidad territorial de la que pocas veces se habla. La reflexión respecto a las especificidades de los territorios es elementary para comprender la profundidad de la centralización en Chile, y asimismo para explorar la relación existente entre conflicto social y concentración de la riqueza. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. En cuanto a la igualdad de género, el Global Gender Gap Report 2022 del Foro Económico Mundial, precisa que al ritmo actual de progreso, nos demoraremos 132 años para alcanzar la paridad plena, cifra que en 2020 llegaba a los a hundred desigualdad social opinion años. Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico.
A pesar de la información que vemos, seguimos viendo cómo la política sigue ensimismada en sus propias causas y convicciones, y no en las de la ciudadanía. Transmitiendo una y otra vez su visión del problema y no palpando la realidad agobiante que viven muchas familias. La discusión no se agota en qué prioridad damos, si a enfrentar la pobreza o la desigualdad.
Si seguimos creyendo que esta es una responsabilidad natural y exclusiva de las mujeres, vamos a seguir reproduciendo hechos de discriminación y desigualdad. Entonces, una cosa es que el Estado haga una ley para evitar la violencia -entendiendo que para crearla hay un esfuerzo grande detrás- pero ese Estado no sólo con leyes va a resolver los problemas de fondo. Se necesitan programas que vayan a la par de las leyes y que sensibilicen a la población en estos temas”. Estas opiniones cambiaron radicalmente en el 2021, porque el 71% de los encuestados elige la opción de que todos tengan lo mismo; solo el 7% dice que no haya mucha diferencia; y, apenas un 23% dice que esas diferencias no importan.
Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos. Sin estos éxitos, no habrá buenas perspectivas económicas en el futuro lo que conduciría a una falta de movilidad social. Un dato elocuente en relación a la importancia de la desigualdad nacional es el porcentaje del total de los ingresos que perciben las personas que se encuentran al tope de la distribución.