La extensión de la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades requiere de actividades de abogacía y educación de los responsables políticos, la sociedad civil y los proveedores de servicios, sobre la necesidad y conveniencia de los esfuerzos en promoción y prevención en salud y los beneficios sociales que pueden traer los mismos. Sabemos que las intervenciones psicosociales, como el empleo con supervisión y la psicoeducación acquainted, reducen las recaídas y pueden ayudar a los pacientes a lograr una vida en la comunidad. Sorprendentemente, aún no podemos saber cuántos o cuáles de los pacientes con esquizofrenia se recuperarán con el uso combinado de las intervenciones médicas y psicosociales actuales. Por ejemplo, la definición por consenso sobre la remisión en la esquizofrenia, desarrollada por el grupo de trabajo especializado de la Asociación Americana de Psiquiatría 10 años atrás, ni siquiera incluía en un comienzo el requisito de la mejoría en el funcionamiento, que muchos pacientes y familias ven como la esencia de la recuperación(29). Tal vez lo más sorprendente en el estudio de los datos de morbilidad y mortalidad es darnos cuenta que hemos avanzado tanto en reducir la prevalencia de la enfermedad cardiovascular, el SIDA, ciertos tipos de cáncer, e incluso el homicidio, y sin embargo tan poco en disminuir las tasas de los trastornos mentales más frecuentes y el suicidio. Globalmente las tasas de suicidio han aumentado persistentemente desde los años 50 y, aunque no se ha observado un aumento en las tasas de enfermedad mental, los números totales han aumentado en respuesta a los cambios en la estructura poblacional(11,12).
De acuerdo al COES, el nivel socioeconómico, años de escolarización y ser mujer, son factores que inciden al ahora de hablar de depresión. En cuanto a educación, señala que la prevalencia de depresión severa es cuatro o cinco veces mayor en personas con sólo educación básica. La investigación, además, identifica en las mujeres mayores síntomas depresivos severos, siendo un 9% en ellas y un 5% en ellos.
La fuerte desigualdad social que sufre Latinoamérica, con enormes bolsas de pobreza que probablemente van a aumentar con la pandemia, pone a la región ante un duro reto siendo poco viables los programas de intervención desde web implementados en otras regiones. El presente trabajo supone un análisis crÃtico de la situación actual y de las respuestas ofrecidas desde la psicologÃa a fin de motivar una intensificación de la atención a la pobreza como variable basic en el abordaje de la salud mental. Hace tiempo que Ñuble dejó de ser la apacible provincia donde sus habitantes funcionaban a revoluciones bastante más bajas que los de otras zonas del país. Hoy también vivimos en un clima de tensión y aceleración, atmósfera que resulta enfermiza para cada vez más personas.
Estas cifras vuelven a revelar las persistentes brechas de género en la distribución del tiempo y en las tareas de los hogares, trabajo esencial para el funcionamiento de la sociedad”, plantea Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de ComunidadMujer. Así, mientras ellas no paran de trabajar, física y mentalmente, muchas veces, sus parejas hombres creen que su rol se limita sólo a recibir la instrucción. Esta realidad tiene, entre sus consecuencias, un fuerte deterioro de la salud mental de las la pobreza wikipedia mujeres quienes, además, experimentan la llamada “pobreza del tiempo”, es decir, la escasez de instancias para descansar o disfrutar del ocio debido a una carga excesiva de trabajo o incluso el autoexcluirse de proyectos laborales, por la falta de tiempo. Es por ello que, de acuerdo con esta nueva literatura, es frecuente observar a personas en situación de pobreza actuando en forma impaciente y aversa al riesgo, y tomando decisiones que no parecen correctas desde una perspectiva de largo plazo.
Asimismo, un 23% de los sujetos con riesgo de depresión durante la adolescencia desarrolla la enfermedad en los años de transición hacia la adultez(34). Al considerar las deficiencias de los tratamientos actuales, difícilmente se puede ignorar la falta de progreso en el desarrollo de medicamentos con mecanismos novedosos. A pesar de que durante las últimas décadas se han introducido decenas de nuevos antipsicóticos y antidepresivos, con el objetivo de reducir los efectos secundarios o mejorar la eficacia de los tratamientos, la utilidad de estos «nuevos» medicamentos es limitada, al ser simplemente variaciones de los viejos medicamentos. En contraste con otras áreas de la medicina, en el último tiempo se han desarrollado pocos medicamentos con nuevos mecanismos de acción para la esquizofrenia y la depresión.
La otra es que la pobreza puede perpetuarse a través de estos mecanismos psicológicos y cognitivos, y por tanto, los programas de alivio de la pobreza no pueden desligarse de estas vivencias. Para llegar a tener un buen respaldo de ahorro o buenas finanzas que brinden seguridad, no se requiere tener necesariamente altos ingresos, sino más bien una mentalidad favorable a la buena administración de los recursos, los cuales aun siendo escasos, pueden contribuir a la base de la formación de riqueza. Las Casas no quiere seguir siendo cómplice de la masacre que se estaba cometiendo en el nuevo mundo y es así que el 15 de agosto de 1514, y ya siendo sacerdote, renuncia públicamente a las tierras y a los indios que se le habían confiado para su explotación.
El colombiano J Balvin generó una polémica en las redes sociales a partir de un texto que incluyó en una publicación que hizo en su cuenta de Instagram. Después de haber comentado brevemente el amor por la pobreza en el fundador de los franciscanos, pasemos ahora a analizar algunos elementos biográficos de uno de los padres dominicos más destacados que es Fr. Diógenes, siendo hijo de un banquero y fabricante de monedas, optó por la pobreza llevándola hasta el límite de la miseria y del descuido de él mismo. Es conocido el encuentro que tuvo Alejandro Magno con Diógenes, cuando el gran conquistador y alumno de Aristóteles quiso visitarlo en la tinaja donde Diógenes vivía.
La franja horaria para hacer deporte en cuarentena es una señal positiva en estos días, así como la creación de la plataforma Saludable Mente, pero es claro que se debe hacer más. Si bien no podemos resolver todo de una vez, hoy es prioritario destinar recursos a la promoción, prevención y tratamiento de la salud mental, con programas dirigidos a la población más afectada y, desde el mundo empresarial, privilegiar el bienestar por sobre la productividad. Esta estigmatización se manifiesta a través de prejuicios y estereotipos negativos hacia las personas en situación de pobreza, tratándolas como si su condición fuera el resultado de la pereza o la falta de ambición, en lugar de entenderla como el producto de complejas condiciones socioeconómicas.
Los artículos revisados definen la pobreza energética principalmente desde la dimensión económica, e identifican una alta prevalencia de enfermedades respiratorias, circulatorias, cardíacas y reumáticas en personas mayores que viven en pobreza energética, además de sentimientos de soledad y aislamiento que facilitan el desarrollo de enfermedades de salud mental. Actualmente, en el país se vive un contexto de disaster social agravado por la pandemia del Covid-19, en el que se ha evidenciado la indignación del pueblo chileno en torno a las desigualdades y la falta de seguridad y derechos sociales universales. Ante tales demandas, la elite empresarial y otros sectores políticos se han resistido a participar de una reflexión con otros actores sociales (Pelfini, Riveros y Aguilar 2020). En este escenario, la mirada moralizadora de la pobreza es una ‘piedra de tope’ para una revisión profunda de las causas del malestar chileno.
La violencia intrafamiliar ha sido considerada una de las principales fuentes de trastornos mentales, y de acuerdo a cifras entregadas por UNICEF, un 71% de los niños, niñas y adolescentes (NNA) chilenos recibe algún tipo de violencia ejercida por alguno de sus cuidadores primarios. La evidencia muestra que los NNA que experimentan o son testigos de violencia, malos tratos o negligencia tienen dificultades para lograr los hitos del desarrollo esperados según su edad, así como un mayor riesgo de presentar trastornos conductuales, estrés postraumático, ansiedad y depresión. Lo anterior a partir del impacto negativo de la adversidad y el trauma en la capacidad de regulación emocional, en las relaciones interpersonales, la memoria y la tolerancia al estrés. Es importante considerar “un buen diagnóstico”, el que debe entenderse como private e intransferible y muchas veces nos confundimos asumiendo las características de otras personas y sus diagnósticos como si fueran propios. Muchas veces sucede también que nos conformamos con el rótulo del diagnóstico, sin que necesariamente esté presente el cuadro.
En este discurso, las personas pobres son entendidas como “flojas”, que no quieren trabajar y carecen de una ética del trabajo. Y aunque este discurso puede ser encontrado en cualquier lugar del mundo donde domine la creencia en la meritocracia, en Chile cobra explicit relevancia política debido a su insistente aparición en los debates públicos. Su recurrencia no debe la pobreza en la pandemia ser ignorada, y debe ser analizada histórica y socialmente para entender cómo este discurso adquiere legitimidad. En esta columna se otorgan algunas luces para entender los orígenes y características del discurso del ‘pobre flojo’. Y particularmente, cómo éste permite reproducir jerarquías sociales entre personas y grupos basadas en nociones morales (y no materiales o estructurales).
Entre las excepciones se incluyen la anorexia nerviosa y el autismo, en las que todavía son escasos los ensayos controlados de gran escala que demuestren la eficacia de las intervenciones utilizadas actualmente. A pesar de ello, incluso en enfermedades crónicas y discapacitantes como la esquizofrenia, disponemos de medicamentos que reducen la mayoría de los síntomas positivos, permitiendo en muchos casos que los pacientes puedan abandonar los hospitales e incorporarse a la sociedad. Muchos de los pacientes con trastornos del estado de ánimo responden al tratamiento farmacológico y algunos se recuperan por completo(18). El acceso a una educación de calidad es, sin duda, una de las herramientas más poderosas para romper el ciclo de pobreza y exclusión. No obstante, para aquellos en situación de pobreza, las barreras para acceder a la educación son numerosas, incluyendo la falta de recursos económicos, la necesidad de contribuir al ingreso acquainted desde una edad temprana y la escasez de instituciones educativas en comunidades marginadas. El asegurar que todos tengan acceso a la educación no solo beneficia a los individuos, permitiéndoles mejorar su calidad de vida y aspirar a un futuro mejor, sino que también fortalece las sociedades al promover la igualdad de oportunidades.
La aspiración fundamental de toda sociedad debiera ser promover y mantener la salud mental de su población, pero lamentablemente las cifras demuestran justamente lo contrario; la OMS describe que 1 de cada eight personas tiene un problema vinculado a una mala o deficitaria salud mental. Según el Laboratorio de Psiquiatría Traslacional y Psicopatología (PSIQUISLAB), Chile es el país con la tasa más alta de enfermedades mentales en Latinoamérica, mientras que para el Termómetro de Salud Mental, nuestro país es el segundo a nivel mundial en el deterioro de la SM, situación más aguda en población femenina. En términos de prevalencia, es la ansiedad, la depresión y el estrés la triada más frecuente de problemas de salud mental, especialmente en población de estudiantes de educación superior. Esta investigación visibiliza la desigualdad, la exclusión, la discriminación y la vulneración cotidiana que vivencian las personas con discapacidad mental en educación, salud, trabajo, relaciones sociales. Cuando la salud, la educación, el trabajo y los vínculos se vuelven un privilegio de los hombres, con poder adquisitivo y desarrollo de capitales sociales, culturales, políticos y económicos. Da cuenta a la pobreza como condición estructural y estructurante se las relaciones sociales, del acceso a servicios y la garantía de derechos.