Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. En primer lugar, los cambios socioeconómicos y culturales en el campo no sólo generan territorios agrícolas de especialización flexible, sino que redefinen las formas de vida tanto de la población rural como de la población urbana. En segundo lugar, los cambios en la diferenciación rural-urbana generan nuevas conexiones socio-territoriales y la consiguiente reconfiguración de los lugares. Asimismo, el aumento de la movilidad (migraciones y desplazamientos) está asociado con la segmentación etno-territorial de las comunidades.
La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. Analizar las trayectorias en términos procesuales, también nos permitió reconocer fronteras difusas de ciertas situaciones que quedan invisibilizadas cuando el foco se pone en las transiciones laborales, como ocurre por ejemplo con las desigualdades de género y territoriales de los y las jóvenes que se inician en el mundo laboral. Emergen también algunos significado y visiones en torno a las disposiciones laborales de los y las jóvenes y sus adaptaciones a un contexto de transformaciones. De allí surge la propuesta de análisis secuencial en el estudio de las trayectorias y no dos momentos (al inicio o al final de la EMTP), que pone énfasis en periodos más largos de seguimiento y en el proceso de construcción no lineal de trayectorias en-tránsito. Fragmentación de una identidad microsocial construida a base de identidades múltiples en tanto clase, género y edad, que tiene puntos de conexión con las identidades macrosociales de los sujetos juveniles contemporáneos.
Schindler ha enseñado diseño en The New School y la Universidad de Columbia, y escribe con frecuencia para revistas comoo Bauwelt, Urban Omnibus, y Places. Schindler es Investigadora Asociada Adjunta en el Temple Hoyne Buell Center for the Study of American Architecture (Columbia University, EE.UU.). Fair Market Rent representa el 40 % de los alquileres (incluyendo el contrato de alquiler y servicios públicos) para las unidades típicas de calidad estándar. Esta premisa supone que la propiedad ofrece un grado de protección mayor que el arriendo frente al aumento del costo de la vivienda. Aquí el ingreso superior se define como el ingreso por hogar, ajustado por tamaño, que corresponde a más del doble de la media nacional.
En este sentido reconocen una diferencia con sus progenitores quienes tendieron a seguir caminos relativamente lineales de estudios primarios y posteriormente trabajo. Las narrativas tienen el tiempo como aspecto relevante (Moyano, & Ortiz, 2016), elemento que se buscó potenciar en este estudio longitudinal. Las entrevistas fueron transcritas y transformadas en narrativas biográficas (Galaz, & Rubilar, 2019). Las narrativas fueron devueltas a los participantes en un segundo encuentro, donde se hicieron las precisiones metodológicas para completar los textos, ajustar su redacción y/o editar algunas secciones. El proceso de devolución de la narrativa last, que incluía las modificaciones de la segunda sesión, se hizo de manera no presencial, usando correo electrónico o redes sociales. Los estudios desde este enfoque permiten rescatar el potencial analítico del relato no sólo como mecanismo para describir el funcionamiento microsocial, sino también para extraer conclusiones más generales.
Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de regular el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores. Diversos estudios concluyen que la desigualdad educativa está directamente relacionada con la clase socioeconómica y al nivel de acceso a oportunidades (ante condiciones socioeconómicas deprimidas, menores oportunidades y viceversa). Así, la educación perpetúa las desigualdades que surgen con la clase social, el género, y el origen étnico. Datos de Banco Mundial (2016) muestran que los países que presentan una mayor diferencia en los ingresos tienden a presentar un menor grado de movilidad intergeneracional.
Esta investigación se enmarca en los procesos que los y las jóvenes vivencian con anterioridad al egreso, ubicándose en un umbral que se sitúa en los dos últimos años de educación obligatoria (tercer y cuarto año de educación media), período en el cual se desarrolla la formación de especialidad y la orientación laboral. Así, este estudio reconstruye la subjetividad en jóvenes que tienen entre 16 y 18 años, con énfasis en sus discursos y prácticas acerca del trabajo, la empleabilidad y el futuro. En 2016, el gobierno chileno aprobó la Política Nacional Docente (PND) que consiste en reformas al acceso y retención de educadores en las escuelas públicas y privadas con subvención del estado. Estas reformas incluyen establecer altos requisitos de ingreso y nueva acreditación para programas de formación docente, proporcionar un año de tutoría para cada maestro/a entrante con pago adicional para mentores y aprendices, y crear un sistema de desarrollo profesional para la promoción profesional a largo plazo.
Paralelamente, la desigualdad de la riqueza –incluyendo activos tales como bienes inmuebles– está alcanzando nuevos niveles. En 2013, la riqueza promedio de familias de altos ingresos era casi siete veces la de las familias de ingresos medios y casi 70 veces la de las familias de bajos ingresos. Estos son los mayores niveles de desigualdad de riqueza registrados por la Reserva Federal desde que comenzaran a recopilar datos treinta años atrás (Fry y Kochhar, 2014)(1). A escala mundial, según un estudio de 2014, el patrimonio de las ochenta y cinco personas más ricas del mundo es equivalente al de los 3.500 millones más pobres(2). Existe una distancia inabordable entre las oportunidades educativas que se brinda en instituciones privadas y la realidad de las escuelas públicas. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y de desarticular.