Todo indica que este proceder también se ajusta al sentido otorgado por Elias, que presenta la figuración como una «herramienta» conceptual. El modelo figuracional permite descentrar el análisis social eurocéntrico sin perder de vista las particularidades. Con su aporte y su mayor sensibilidad en relación con el contexto, América Latina podría aprender más sobre sí misma, y tal vez enfrentar los desafíos del futuro con una perspectiva más propia, más suya y por tanto mucho más prometedora. En segundo lugar, de acuerdo con Spinoza, el análisis del afecto humano podría priorizar el placer (como la simpatía), en lugar del temor36. Por ejemplo, para explicar la cohesión social, Elias recurre básicamente a las categorías de integración y diferenciación.
El informe fue presentado en el marco de la 176ª reunión de Directorio de CAF, realizada en Montevideo, que contó con la participación de ministros de Economía y Finanzas, presidentes de bancos centrales y altas autoridades económicas de los países accionistas. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible expresa un consenso sobre la necesidad de avanzar hacia sociedades más inclusivas, solidarias y cohesionadas, y pone a las personas en el centro, promoviendo un modelo de desarrollo sostenible y haciendo un llamado a “que nadie se quede atrás” en la senda del desarrollo”. En lo que respecta al ejercicio del poder y la toma de decisiones, la participación de las mujeres sigue siendo limitada. Aunque el derecho al voto common, que permitió a las mujeres votar en toda la región, lleva instaurado en América Latina y el Caribe desde los años 50, no se ha terminado de consolidar su inclusión dentro de la política más activa.
Por otra parte, el informe de CEPAL señala que el gasto social del gobierno central aumentó de 10,3% a eleven,3% del PIB entre 2011 y 2018, alcanzando a 52,5% del gasto público total. Y, el país es el tercero con mayor desigualdad en la región, luego de Colombia, que tiene un coeficiente de 0,55, y Brasil, de 0,52. El coeficiente de Gini mide la desigualdad desigualdad en economia económica, siendo cero perfecta igualdad y uno completa desigualdad. La reducción de la brecha entre ricos y pobres, también llamada desigualdad por ingresos, se estancó en Ecuador desde 2014 y se profundizó tras la pandemia de Covid-19. Por el contrario, la comarca Ngäbe Buglé, con apenas un 26% de ingreso per cápita respecto al promedio nacional, ha recibido un 70% menos de inversión por habitante.
En Brasil, por ejemplo, el 40% de los hogares más pobres recibió transferencias monetarias del Gobierno durante 2020. En todos los países de la región, la reducción de la brecha entre ricos y pobres se estancó desde 2014 y luego se ahondó desde 2019, con excepción de Brasil y Paraguay, que lograron mantener una tendencia constante a la baja. Excepto la comarca de Emberá y la provincia de Darién, que prácticamente se hallan en equilibrio, se asegura que todas las comarcas y provincias reciben un porcentaje de la inversión pública whole menor de lo que correspondería a su peso en la población del país. Si bien puede pensarse que la respuesta a esta pregunta se encuentra en la elevada pobreza que existe en las comarcas indígenas, con tasas superiores al 80%, se argumenta que este factor no es clave para explicar la persistencia de la desigualdad en Panamá.
Lo ideal sería ver una caída de la desigualdad con aumento de salarios para todos, pero eso no siempre ocurre. «La razón es que han caído los salarios de los que tienen educación universitaria. Lo cual no es una buena señal. Es una caída de la desigualdad que no quieres ver». «En esos países ha habido una reducción en la brecha salarial entre aquellos que tienen más educación y aquellos que tienen menos educación». En medio de este panorama, el descontento social se ha expresado recientemente mediante votaciones anti-gobierno a lo largo del subcontinente y, en especial, con fuertes protestas callejeras en países como Chile, Colombia o Ecuador. Stiglitz, que ha escrito distintos libros sobre desigualdad, observa «un círculo vicioso» en la región. Esta brecha supera incluso la de África subsahariana y muchos la señalan como una de las explicaciones detrás de la ola de protestas que recorrió países latinoamericanos recientemente.
Además se podría indagar, por ejemplo, en qué medida presentan una orientación externa las capas bajas/medias de la región y cuáles son las fuentes que alimentan esa visión en el nivel transgeneracional. Otro punto interesante para el debate es la relación entre el desarrollo de la «civilización occidental» y el mayor control del afecto, ya que las tendencias destructivas y los excesos de violencia manifestados en las sociedades europeas durante el siglo XX no pueden ser interpretados como una mera regresión temporal. En suma, América Latina está llamada a superar estas desigualdades estructurales para alcanzar el sueño de un continente unido, desarrollado y democrático, tal como lo imaginó Bolívar. Esto requiere no sólo de políticas públicas más inclusivas y eficaces, sino también un compromiso renovado con la educación de calidad, la innovación tecnológica y la equidad económica. Solo así la región podrá posicionarse en el escenario global como un actor competitivo y resiliente. En el ámbito económico, países como Panamá y Chile lideran el crecimiento per cápita en sus respectivas subregiones, mientras que otros como Venezuela, Cuba y Honduras luchan contra altos niveles de pobreza que afectan a grandes segmentos de su población.
Abramo agrega que al mirar la evolución de los ingresos en Latinoamérica, queda claro que el crecimiento económico no es suficiente para que disminuya la desigualdad. «Estos países tienen una desigualdad persistentemente alta con disminuciones relativamente mínimas en el tiempo», señala en un e-mail el organismo, en respuesta a la solicitud de información hecha por BBC Mundo. En el Banco Mundial han estudiado el tema de la desigualdad de ingresos en la región centrándose en los últimos 10 años. «Un alto nivel de desigualdad económica crea sistemas políticos que ayudan a perpetuar esa economía», señala. Un estudio publicado por la revista The Lancet en diciembre encontró grandes brechas en las esperanzas de vida en ciudades de América Latina según las personas nazcan en los barrios más pobres o ricos, como las casi dos décadas de diferencia para mujeres en Santiago de Chile u 11 desigualdad estructural ejemplos años para hombres en Ciudad de México.
Aunque hay avances en la calidad educativa, ilustrados por destacados desempeños en pruebas internacionales como PISA, muchos países aún no logran traducir el crecimiento económico en mejoras significativas en educación y acceso a tecnología de vanguardia. Esta desconexión impide que América Latina compita globalmente en sectores clave, perpetuando su condición de consumidora más que de productora de innovaciones. En promedio los jóvenes entre 15 y 16 años de Rep. Dominicana en matemáticas obtuvieron en el examen Pisa en 2022 una puntuación de 339 puntos frente a una media de 472 puntos de los estudiantes europeos; en promedio en lectura obtuvieron 351 puntos en comparación de un promedio de 476 puntos para estudiantes europeos. Mientras las ciencias sociales latinoamericanas de mediados del siglo XX realizaron aportes teóricos originales sobre las formas específicas que asume la desigualdad en la región, las transformaciones sociopolíticas de principios del siglo XXI volvieron a colocar a la desigualdad en el centro de las preocupaciones académicas y políticas.
«El punto de inflexión fue una reforma fiscal muy comprensiva. Pero además hubo un cambio salarial, producto de negociaciones entre sindicatos y empleadores». Luego sigue Bolivia, que pasó de 58,1 a forty four y en tercer lugar Guatemala, que redujo su desigualdad desde un 59,6 a forty eight,3. Uno de los reclamos de los manifestantes que protagonizan el estallido social que comenzó en Chile a mediados de octubre y que aún se mantienen es que su país es muy desigual. Afirma además que las economías basadas en recursos naturales como son las latinoamericanas tienden a caracterizarse por la inequidad. El proyecto Redes de Sororidad Verde del PNUD México (RSV) subraya la destacada contribución de las mujeres en la conservación y el manejo sostenible de los rec…
Singapur y Dinamarca le siguen en los puestos 2 y three con puntuaciones de 97,fifty five y ninety seven,07 respectivamente. Uruguay no fue analizado para este estudio, por lo que no se sabe cuál sería su posición en el ranking. En 2022, el Coeficiente de Gini en Brasil se ubicó en 0,518, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). De acuerdo con el informe, la creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950. En 2020, durante la pandemia, la creación de empleo disminuyó 8,2%, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años.
Estas alcanzaron US$10.157 millones el año pasado, un 3,1% más que el anterior, según datos del Banco Central de República Dominicana. Así, cada año aumentan las remesas que envían los emigrantes dominicanos desde EE.UU., España y otros países. Más de 2,eighty four millones de personas de origen dominicano viven en el exterior, según el Registro Sociodemográfico 2023 del Instituto de Dominicanos y Dominicanas en el Exterior (INDEX). Pérez cree que la raíz de la tendencia migratoria de los dominicanos está en la desigualdad que impera en el país. Los datos confirman una marcada tendencia a la emigración que comenzó en los años 1990 y solo se interrumpió parcialmente en los dos años de pandemia.
Pese a todo eso, unos a hundred millones de latinoamericanos salieron de la pobreza entre las décadas de 1990 y 2000 en base a programas sociales y políticas salariales en medio del auge de las materias primas. «A pesar de haber habido intentos de inclusión, eso todavía permea. Y los países donde menos desigualdad hay son los que no tienen una diversidad étnica y racial tan marcada», compara, señalando como ejemplos los casos de Argentina, Costa Rica o Uruguay. Apuntó, por ejemplo, que si bien hubo una leve reducción reciente, la tasa de pobreza de las personas indígenas en 2018 fue de 49%, el doble que la registrada para la población no indígena ni afrodescendiente. En América Latina la incidencia de la pobreza aun es mayor en zonas rurales, para las personas indígenas y afrodescendientes, señaló la Cepal en su informe de 2019 sobre el panorama social de la región. Pese a sus avances económicos y sociales de los primeros años de este siglo, América Latina aun es «la región más desigual del planeta», ha advertido en distintas ocasiones la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). La baja movilidad educativa y la baja movilidad ocupacional configuran entonces una alta persistencia intergeneracional en los ingresos.