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Libro La Desigualdad Y La Pobreza: El Efecto De Las Pol Ticas Neoliberales De Mario Camberos Castro

Es el primer país Latinoamericano invitado a ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). No obstante, los buenos indicadores macroeconómicos no han podido mitigar el persitente y elevado efecto de la desigualdad del ingreso. Actualmente, Chile es el segundo país más desigual entre los miembros de la OCDE (medida a través del índice de Gini antes y después de impuestos y transferencias). La desigualdad del país es intra e interregional, los ingresos del 20% de la población más rica son 10 veces mayores que los del quintil más pobre (OCDE, 2018), siendo sorprendentemente mayor que el promedio de los países de la OCDE. “En Chile estamos viendo un fenómeno de reducción de las brechas que ya tiene algunos años…

En términos más específicos, y según los grupos socioeconómicos asignados por la Agencia de la Calidad de la Educación, el nivel socioeconómico parece ser un determinante importante del desempeño lector de las y los estudiantes. Si bien el rezago lector está presente en todos los niveles, los resultados evidencian una amplia brecha educativa. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y desarticular.

El cobro de altos aranceles a las familias es uno de los primeros mecanismos de selección y cierre social (Stevens, 2009). Zimmerman (2019), por su parte, muestra que 50% de los cargos más altos en las empresas chilenas lo ocupan exalumnos de un subsegmento que proviene de solamente nueve colegios de élite (los que están incluidos en los 14 colegios identificados en el estudio del PNUD). El 29% de las y los estudiantes del nivel socioeconómico más alto no logra el desempeño esperado a finales de 1° básico. En contraste, el 73% de los estudiantes en el grupo socioeconómico más bajo está bajo el nivel esperado.

Si analizamos el aumento de la pobreza por tipos de hogares, lejos el mayor crecimiento ocurrió en los hogares monoparentales (donde es más ordinary que solo cuenten con un ingreso), que suelen estar encabezados por mujeres. La pobreza también aumentó más en las familias no necesariamente monoparentales con jefas de hogar mujeres y en la población de origen extranjero. Se plantea la relación entre desigualdad, empobrecimiento y tiempo como un vı́nculo basic para leer de forma multidimensional las distintas discriminaciones que viven especialmente las mujeres dentro del entramado social. Al comparar a Chile con países latinoamericanos donde hay información disponible, el único que se nos acerca es Colombia cuya elite alcanzó a la chilena en 2010, apropiándose de cerca del 23% de los ingresos de su país.

Para este estudio se utiliza el factor de expansión regional, puesto a disposición por el Ministerio de Desarrollo Social, responsable de la Encuesta CASEN. A nivel Latinoamericano, Chile lidera en el territorio, con un PIB per cápita que es 12 veces mayor al país con el peor resultado, Haití. Panamá, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI, 2017), es una economía emergente con gran posibilidad de mantenerse a la cabeza de este grupo en los próximos años. Para exponer la situación de Chile en el mundo, la (Tabla 1) muestra una comparación con los países de mayor y menor PIB per cápita. En los últimos puestos se encuentran países del continente africano, donde el PIB por persona más bajo corresponde a la República Centroafricana, siendo tan solo 0,03 veces el de Chile.

La mitad de este grupo cube ser discriminado, menospreciado o sufrir frecuente falta de respeto comparado con el grupo socioeconómico alto. La encuesta Bicentenario entrega luces -o, más bien, sombras- sobre la realidad de las personas de menos ingresos en materia de cohesión social. Mientras el 63% de quienes pertenecen al grupo socioeconómico bajo cree que no puede confiar en la mayor parte de las personas, este porcentaje es de 39% en el grupo socioeconómico alto. Dentro de todas las noticias de la semana la más positiva por lejos fue la que nos entregó la última encuesta de caracterización socioeconómica (Casen). Según la última medición, la pobreza habría disminuido de eight,5% en 2017 y de 10,7% en 2020 a 6,5% en 2022. Erradicar la pobreza infantil es un imperativo, porque la pobreza es una grave vulneración de derechos.

De ser así, se debe tener cuidado a la hora de sacar cuentas alegres, pues ello reflejaría una disminución en términos contables, pero no una mejora real en las condiciones de vida de esa población. Debemos tener prudencia a la hora de interpretar estos datos, pero de todas formas la buena noticia es que no aumentó la pobreza y en ello jugaron un rol importante los subsidios estatales. Se ha generado un debate respecto de los subsidios que lograron suplir esta caída en los ingresos autónomos. Salvador Valdés argumenta que la disminución de la pobreza en la población adulta mayor no puede haber sido producto de la Pensión Garantizada Universal (PGU), toda vez que la PGU solo extendió la pensión básica a la clase media.

Para los autores, esto llama a priorizar con urgencia a los establecimientos de bajo desempeño que educan a los niños y niñas más vulnerables. Desde el estallido social en 2019, quedó en evidencia que la desigualdad es el mayor problema que tiene Chile. Porque los que están en la parte de abajo de la balanza no sólo no han podido aprovechar las ganancias de este país pujante, sino que peor aún, la han visto pasar frente a sus ojos sin poder siquiera disfrutar un pedacito de ella. También destaca en seguridad social, con 35,7% de los ocupados que no cotizan, y vivienda, con 25,5% que muestra debilidades en entorno y tiene relación con temas medioambientales, de desplazamiento y equipamiento. Juppet agregó que “es muy importante avanzar había la gestación de programas de educación financiera y tecnológica que eliminen las diferencias, y, por otra parte, el diseño de productos de fácil utilización se convierte en parte de los desafíos de la industria fintech para el 2024”.

Es amplia la literatura que relaciona el crecimiento económico con la desigualdad de un territorio. Comenzando por Kuznets (1955), cuya teoría sostiene que cuando una economía comienza a crecer, también lo hacen las desigualdades, hasta llegar a un cierto punto de desarrollo, donde luego a pesar del mayor crecimiento económico, las desigualdades van disminuyendo, tomando la forma de una U invertida3. Su eje principal son las pensiones de la vejez, cuya provisión en el país se ha delegado en un sistema de capitalización particular desigualdad en el acceso a la salud person administrado por organizaciones privadas (AFP). Este sistema ha probado ser muy inefectivo para entregar pensiones dignas a la mayoría de los usuarios, acentuando la desigualdad en el país. Un aspecto dotar a niños, niñas y adolescentes de mayores y mejor distribuidas capacidades constituye una base para transitar hacia una sociedad más próspera y justa.

desigualdad en la pobreza

En esta línea, la máxima autoridad del país afirmó que “Los chilenos y chilenas hemos entendido que enfrentar estos desafíos tiene sus complejidades, pero por otro lado, es nuestra oportunidad y responsabilidad histórica. Por eso, como Gobierno que representa a las mayorías, nos hemos puesto colectivamente en marcha. No estamos partiendo de cero, porque en las décadas pasadas se crearon condiciones institucionales y económicas, expectativas y derechos sociales sobre las cuales hoy día estamos parados”.

El país está conformado por 16 regiones5, siendo la capital nacional la ciudad de Santiago en la Región Metropolitana. El territorio chileno es abundante en recursos naturales, es el mayor productor de cobre a nivel mundial y tiene un importante rol dentro de los países exportadores de productos agrícolas, forestales y ganaderos (OCDE y CEPAL, 2016). Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. El promedio de los ingresos por trabajo per cápita disminuyeron en 9 de 10 deciles en 2020 respecto al levantamiento de 2017 y el promedio de ingresos del trabajo per cápita del primer decil (grupo de menores ingresos) llegó a $7.024 en 2020, habiéndose reducido en $71.147 con respecto a 2017.

Al compararlo con los otros dos ingresos, acá se nota la influencia de los apoyos estatales. Sin embargo, estas transferencias no lograron impedir la peor relación 10/10 de los últimos 30 años y el peor Gini –el indicador de desigualdad– desde 2003 (PNUD, 2014). El equilibrio entre impulso económico, apoyos sociales y reducción de la inflación no era fácil, sin duda, pero desde el primer día del Gobierno del presidente Gabriel Boric nos propusimos como desafío avanzar en seguridad económica y apoyos para las familias chilenas, a través del conjunto de políticas agrupadas en el programa Chile Apoya. Y, desde entonces, hemos buscado entregar certezas a la población, ayudar donde más subía el costo de la vida, porque sabemos que muchas y muchos de nuestros compatriotas pueden caer bajo la línea de la pobreza ante cualquier enfermedad o al perder su fuente laboral. Entre 1990 y 2017 Chile fue reconocido a nivel mundial tras avanzar significativamente en la reducción de la pobreza, desde un 68,5% de la población a un 8,6%. Fue la disaster del covid-19 y su shock económico el que quebró la tendencia y nos hizo retroceder, llevando a casi medio millón de personas bajo la línea de la pobreza, aumentando a un 10,8% la tasa de incidencia de pobreza en el país.

Tras los resultados de la Casen, el presidente de izquierdas, Gabriel Boric, dijo que el hecho de que “hayamos bajado a niveles históricos la pobreza, tanto la por ingresos como la multidimensional, que bajó del 20%, significa que disminuimos pero que también siguen habiendo muchas personas en situación de pobreza en Chile. Los países con sistemas integrados de Protección Social sensibles a la niñez han demostrado ser los más efectivos para abordar las brechas en el ejercicio de sus derechos. El objetivo fue identificar y visibilizar las importantes implicancias que tiene para niños, niñas y adolescentes en nacer y crecer en un contexto de pobreza y vulnerabilidad en Chile. El Estudio realiza una exhaustiva revisión nacional e internacional, analizando las brechas normativas y de política pública, constatando la gran deuda que el país tiene con la niñez y adolescencia. A partir de los hallazgos se recomienda tomar medidas inmediatas para avanzar en la consolidación de un Sistema de Protección Integral de la Niñez, e implementar un Piso de Protección Social sensible desigualdad infantil a los derechos de la niñez.

La pobreza cayó significativamente en todas ellas, pero la desigualdad del ingreso se mantuvo constante. Por lo tanto, estudiar solo el comportamiento nacional no es un análisis completo, ya que oculta cambios significativos a nivel regional. Conocer la dinámica de desigualdad regional será un punto importante en el diseño de políticas públicas y estrategias de desarrollo diferenciadas, muy necesarias en un país con regiones tan heterogéneas como Chile. Igualmente, se probó incorporar como variable de control la tasa de crecimiento promedio del PIB per cápita (aunque no se presenta en la tabla), el coeficiente de esta variable es positivo y únicamente significativo cuando se controla por la concentración de población indígena y el aporte del sector secundario. Se infiere que períodos de alto crecimiento económico tienden a aumentar la participación de la población de mayores ingresos, a expensas del resto de la población.

Libro La Desigualdad Y La Pobreza: El Efecto De Las Pol Ticas Neoliberales De Mario Camberos Castro

El territorio chileno es abundante en recursos naturales, es el mayor productor de cobre a nivel mundial y tiene un importante rol dentro de los países exportadores de productos agrícolas, forestales y ganaderos (OCDE y CEPAL, 2016). Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado define la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”.

Las regiones con mayor tasa de pobreza son Ñuble (12,1%), La Araucanía (11,6%) y Tarapacá (11,0%). Esa limitación de datos impidió también realizar estimaciones sobre los ingresos que posee el 0,1% de la población y el zero desigualdad de genero en la economia,01% y solo se pudo trabajar el 1% más rico. 14En Chile, el sistema público de educación, sobre todo educación básica y media, debe mejorar en calidad para ser competitivo con el sector privado.

Por su lado, la Nueva Geografía Económica plantea que las desigualdades entre regiones pueden mantenerse en el tiempo e incluso crecer junto con la economía de un país, al existir un centro que aprovecha los mayores beneficios del crecimiento, mientras que las regiones de la periferia pierden esa oportunidad (Merchand, 2009). Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos. Aunque la pobreza ha disminuido en el país, la distancia entre ricos y pobres sigue siendo muy importante. Tanto es así, que un estudio del Banco Mundial indica que un tercio del ingreso generado por la economía chilena en 2013 fue captado por el 1% más rico.

En su trabajo Barro (2000) encuentra una regularidad empírica clara de la teoría de Kuznets. Sin embargo, concluye que esta relación (el PIB per cápita) no explica la mayor parte de las variaciones en la desigualdad entre países o a lo largo del tiempo. Por ello, en su estudio incluye variables como el nivel educacional, la apertura económica y el índice de democracia, como determinantes de la desigualdad de la renta.

Específicamente en la tercera región, y según datos del Ministerio de Desarrollo Social, el número de personas que viven en campamentos en condiciones de precariedad aumentó de 1.118 familias en el año 2011 a 2.303 familias en el año 2013, es decir ha tenido una tendencia creciente en los últimos años. Según un análisis de Oxfam, de acuerdo con datos de la UNESCO, en los países en desarrollo, niñas y niños de familias pobres tienen siete veces menos probabilidades de terminar la escuela secundaria (media) que niños de familias ricas. Además, en los países desarrollados, solo un 75% de niñas y niños de familias más pobres se gradúan de las instituciones de educación secundaria, mientras que un 90% de los niños de familias ricas se gradúan. Se excluyen los ingresos del primer y último quintil e incorpora la variable variación del desempleo. Se demuestra que la variable tiene un efecto positivo y significativo sobre la desigualdad del ingreso.

Una de las cuestiones más complejas que el estudio del PNUD revela es que muchas de la desigualdades que hoy nos afectan en los ámbitos de la dignidad y derechos, más allá de sus raíces históricas, han emanado desde la propia acción del Estado. En efecto, la política social, que ha reafirmado una lógica de mercado, subsidiando allí donde éste no ha operado con eficiencia, ha provocado más fragmentaciones que cohesión. Un doloroso ejemplo de ello, señalado en el Informe, es que las personas perciben que el servicio del Estado busca más «parecer» que «ser». Ello es plenamente coherente con lo que la FUSUPO constató en 2010 con un estudio cualitativo de gran escala denominado «Voces de la pobreza». Impide que puedan ejercer sus derechos, alcanzar su potencial y participar de forma plena y en igualdad de la sociedad”.

En la actualidad, el 1% de las familias más poderosas acapara el 46% de la riqueza del mundo. Esta debilidad de la Casen refuerza la opción tomada por el grupo de Alvaredo y otros de usar datos tributarios históricos elaborados por el Servicio de Impuestos Internos. En particular, consideran el Impuesto global complementario (que se aplica a las personas naturales por el whole de sus rentas, ya sea que provengan de Chile o el extranjero).

La discusión no se agota en qué prioridad damos, si a enfrentar la pobreza o la desigualdad. Sin embargo, en cualquier escenario, especialmente el actual, parece inconcebible abandonar la pelea contra la pobreza, aunque el discurso contra la desigualdad esté en su auge de popularidad. De los casi tres años que ha llevado sacar adelante esta investigación, buena parte de ellos se fueron en reunir la información, que no se encontraba en un solo lugar ni estaban organizados de la misma manera (por ejemplo, el  SII  cambiaba cada cierto tiempo los tramos de ingreso que informaba). Por ello, reunir  50 años de datos y hacer estimaciones a partir de ellos es uno de los grandes aportes de esta investigación. 13En ambas metodologías se utiliza el ingreso autónomo para el cálculo del índice de Gini.

desigualdad de la pobreza

A nivel de desarrollo económico, la Región Metropolitana logra los mejores resultados, mientras las regiones del sur del país, los peores, destacando nuevamente La Araucanía, única región catalogada con un bajo nivel de desarrollo, de acuerdo al IDERE. Pero no solo existe una concentración económica en Chile, sino también política, poblacional, de los recursos y del sector industrial. En consecuencia, el país se encuentra en una época de constantes protestas sociales de diversa índole y es cada vez más frecuente que las regiones se manifiesten en contra de un Gobierno central, que no ha sido capaz de satisfacer las necesidades de un territorio tan heterogéneo como Chile (Mieres, 2015). Es imperativo que la distribución de la riqueza en Chile sea más equitativa; que el crecimiento económico sea más inclusivo y que se facilite la movilidad económica y social de la población chilena. Para alcanzar este mayor nivel de desarrollo y por ende el mejoramiento de la calidad de vida de la población, es necesario que el proceso hacia la equidad considere las diferencias territoriales del país.

En basic, las regiones con menores años de escolaridad al comienzo del período, son aquellas que han tendido a mejorar más este indicador. El lector agudo de esta columna ya habrá constatado que no es que a Pedro le haya ido mal en Ecuador y tampoco que a José le haya ido particularmente bien en Chile. De hecho, ambos siguen formando parte del cuarto quintil de ingresos en sus respectivos países. Lo que verdaderamente ocurrió es que a los ecuatorianos con sus experimentos de izquierda les fue mucho peor que a los chilenos con su economía de libre mercado. Incluso más, al volver a Chile, Pedro ya no está en el cuarto quintil de ingresos con su sueldo ecuatoriano.

Espacio Público es un centro de estudios independiente que busca aportar en la construcción de una sociedad más justa, transparente y democrática, que permita un desarrollo económico, social y político que beneficie a todas las personas. Mientras que por regiones, Ñuble (12,1%), La Araucanía (11,6%), Tarapacá (11%) y Arica y Parinacota (9,2%) son aquellas que presentan la mayor tasa de pobreza por ingresos. Contra todo pronóstico, la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) correspondiente a 2022 mostró una disminución de la pobreza por ingresos en el país, desde un 10,8% de la población hasta un 6,5%, mientras que la definida como extrema se redujo desde 4,3% a 2%.

Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento. Y afirma la necesidad de una distribución que garantice la independencia y la voz de todos. Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado desigualdad de salud un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la

Al parecer se cumple el principio de convergencia, ya que algunas de las regiones con menor índice, son de las que más mejoran, mientras que las de mayor desarrollo tienen un progreso más lento (Metropolitana, Antofagasta, Valparaíso y Magallanes). La excepción a este comportamiento ha sido Arica y Parinacota, que a pesar de su relativamente bajo IDERE, ha experimentado menor evolución en el período analizado. A través de los años, al igual que lo ilustrado por la evolución del Gini, la razón 10/10 muestra un aumento de las disparidades en el año 2009, donde el 10% más rico llega a distanciarse 38,8 veces del ingreso medio del 10% más pobre, para luego descender paulatinamente.