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Ampliando La Mirada: La Integración De Los Enfoques De Género, Interculturalidad Y Derechos Humanos Programa De Las Naciones Unidas Para El Desarrollo

En segundo lugar, las normas de igualdad y no discriminación también requieren que los Estados redistribuyan recursos para reducir las disparidades en los resultados de derechos humanos y garantizar una igualdad sustantiva para los grupos que enfrentan discriminación de género, racial o de otro tipo, incluso en el ámbito económico. Puede ser que las normas de derechos humanos no se refieran expresamente a la desigualdad económica, pero tienen mucho que decir acerca de las políticas y las prácticas que dan lugar a la misma. Adaptar metodologías para la medición, el seguimiento y la movilización Varios colaboradores en este debate se preguntan si la comunidad de derechos humanos está preparada para desempeñar este papel. Moyn, por ejemplo, cuestiona si la promoción de los cambios en las políticas necesarios para reducir la desigualdad se presta para la movilización de derechos humanos. Pero como sostiene Jiménez, la colaboración interdisciplinaria puede ayudar a reunir evidencias y a desarrollar un argumento eficaz a favor de alternativas políticas que aumenten la igualdad. El CESR, por ejemplo, se ha aliado con ONG de desarrollo y con promotores de la justicia tributaria para exponer las injusticias fiscales que alimentan la desigualdad y llamar a cuentas a los gobiernos, así como para proponer indicadores de desigualdad centrados en los derechos humanos conforme a los ODS.

Bachelet hizo hincapié en los altos y persistentes niveles de desigualdad, discriminación e inseguridad guatemaltecos y saludó el compromiso de las nuevas autoridades de mejorar las condiciones de vida de la población. Con respecto a Brasil, Bachelet se refirió a los ataques contra defensores de derechos humanos, que incluyen asesinatos selectivos de líderes indígenas, explicando que los crímenes ocurren en un entorno de retrocesos de políticas de protección del medio ambiente y de los derechos de los pueblos indígenas. Recordó que su Oficina ha emitido para los Gobiernos y la sociedad civil de ambos países una serie de recomendaciones para que tomen un rumbo guiado por el respeto de los derechos humanos. Paralelamente, los niños siguen representando una proporción significativa (alrededor de la mitad) de los pobres del mundo, aun cuando los esfuerzos dirigidos a reducir la mortalidad infantil y mejorar la educación han redundado en mejores resultados en la mayor parte del mundo.

No solo representan un obstáculo para la realización del derecho al desarrollo, sino que también se encuentran entre las principales amenazas para la paz, la seguridad y los derechos humanos en todo el mundo. Como tales, se encuentran entre los impulsores más fuertes para la migración”, aseguran. En Honduras se registraron elevados niveles de pobreza, violencia e inseguridad, y el desplazamiento de la población tanto en el interior del país como hacia el norte, indicó la Alta Comisionada y pidió al Estado garantizar la reintegración sostenible de las personas retornadas y la protección de los migrantes y desplazados. Los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH, 2014), presentados el pasado sixteen de julio por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), dan cuenta de la persistencia de la desigualdad económica y social en el país, pero también de una nueva caída en el monto de los ingresos promedio de las personas y sus familias. La desigualdad es uno de los principales obstáculos para el cumplimiento de los derechos humanos.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha expresado su opinión sobre cómo la desigualdad y la discriminación pueden afectar los derechos humanos. La desigualdad en los derechos también puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las personas afectadas, lo que puede llevar a problemas de salud psychological, falta de confianza en las instituciones y una sensación de aislamiento y exclusión. En este artículo, exploraremos cómo la desigualdad impacta los derechos humanos y qué podemos hacer para abordar este problema. Por otra parte, en four.7 millones de hogares los ingresos totales se ubican entre dos y tres salarios mínimos cada tres meses; en 4.25 millones más los ingresos oscilan entre tres y cuatro salarios mínimos; mientras que en 3.5 millones los ingresos van de cuatro a cinco salarios mínimos trimestrales.

Por ejemplo, sobre la salud, el relator indica que “la pobreza y la mala salud están interrelacionadas. Los grupos desfavorecidos están expuestos a los riesgos ambientales y a las temperaturas extremas, y a las barreras financieras para acceder a la atención de la salud”. Olivier De Schutter, denuncia además que, frente a ese conceto de justicia social de la igualdad, la desigualdad fomenta “la concepción anticuada y ya desacreditada de la meritocracia”, concept que “es sostenida, sobre todo, quizá sin que resulte sorprendente, por las personas con ingresos elevados”. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Además, esta concept no dio prioridad a la agencia de los Estados para poner en marcha y gestionar la asistencia social nacional, sino a los derechos de las personas a ser libres de todo daño y disfrutar de un gobierno rudimentario que en el mejor de los casos evitara el desastre y la abyección. Esto fue especialmente cierto en el ámbito socioeconómico, donde los vacilantes Estados de bienestar abandonaron al mismo tiempo cualquier medida de igualdad social como parte de sus ideales. La base de solidaridad nacional, y frecuentemente étnica, que había permitido mayores niveles de redistribución dentro de los contextos nacionales ciertamente tenía exclusiones integradas. Pero a cambio de su inclusión, e incluso cosmopolitismo, el auge de los derechos humanos abandonó toda presión igualitaria en la teoría y en la práctica. Cecilia Jimenez-Damary, relatora especial sobre los derechos humanos de las personas desplazas internamente.

Las democracias más antiguas siguen enfrentándose al racismo, la homofobia y la transfobia, así como a la intolerancia religiosa. La desigualdad mundial nos afecta a todos, independientemente de quiénes somos o de nuestro lugar de procedencia. contra la pobreza La desigualdad puede impedir que las personas tengan acceso a servicios básicos como la educación, la atención médica, la vivienda y el empleo. También puede limitar el acceso a la justicia y la participación en la vida política y social.

derechos humanos y desigualdad social

La causa mayor de la tendencia hacia la desigualdad son las políticas de los Gobiernos. Los Objetivos de Desarrollo, adaptados en 2015 por todos los países, están cosidos con el hilo de un principio, el de no dejar a nadie atrás. Para António Guterres, la disparidad de ingresos y la falta de oportunidades “están creando un círculo vicioso de desigualdad, frustración y descontento entre generaciones”.

La encuesta precisa que, por el contrario, un 19,7% opina que este colectivo vivirá mejor que sus padres mientras que un 18,6% cree que lo harán igual. La directora del Instituto de Investigaciones Sociales, Marcela Amaro Rosales, opinó que se debe dimensionar la importancia de esta temática, ya que en México y el mundo es un problema persistente, complejo, multidimensional y de un alto impacto social e individual. Carmen Casas Ratia, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, comentó que en este Diplomado internacional los participantes pudieron dimensionar qué tan factibles pueden ser las estrategias de prevención eficaces y de identificación de víctimas, entre otros aspectos.

Varios países de Europa Oriental registraron un drástico aumento de la desigualdad durante su transición política. Las diferencias han disminuido en algunas partes de Oriente Medio, pero han aumentado en determinados grupos. Incluso en el ámbito de los derechos civiles y políticos, cada vez hay una mayor conciencia de que la captura del proceso político por la riqueza extrema, una tendencia que ha sido muy mal vista desde hace tiempo cuando ocurre abiertamente en los países en vías de desarrollo, ahora es una amenaza muy real en los países desarrollados, incluidos los propios Estados Unidos. Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) son una llamada a la acción a todos los países para erradicar la pobreza y proteger el planeta así como garantizar la paz y la prosperidad. La igualdad es un requisito previo para el ejercicio pleno y efectivo de los derechos humanos.

Las políticas económicas y sociales deben ser universales y prestar especial atención a las necesidades de las comunidades desfavorecidas y marginadas. Las personas que pertenecen a grupos marginados, como las minorías étnicas y las personas de bajos ingresos, a menudo enfrentan barreras para el acceso a los derechos humanos básicos. La desigualdad es un tema que afecta a muchas áreas de nuestra sociedad, y los derechos humanos no son la excepción.

Por otro lado, la encuesta revela que para el forty seven,9% de encuentados ahora hay más desigualades que hace diez años, un 35,8% que hay menos y un 11,7% las mismas. Al preguntar por dentro de 10 años, un 50,6% asegura que habrá más, un 31,6% que habrá menos y 6% que las mismas que ahora. La directora de la Facultad de Derecho, Sonia Venegas Álvarez, mencionó que hoy más que nunca debemos comprometernos a seguir trabajando para erradicar la trata de personas; “queremos ser parte de un mundo donde no haya lugar para la explotación ni la violencia”.

Es imposible lograr un desarrollo sostenible y mejorar el planeta si se priva a la gente de la oportunidad de tener una vida mejor. Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad. El próximo año, los Estados informarán al Foro Político de Alto Nivel sobre cómo «Capacitar a las personas y garantizar la inclusión y la igualdad», lo que para los expertos supone una “oportunidad para promover el derecho al desarrollo, los derechos económicos y sociales, y para fortalecer la promoción de sociedades más igualitarias». Estos acontecimientos deberían escucharse como un llamado de atención para el movimiento de derechos humanos.

La desigualdad entre países llevará inevitablemente a la migración pero, si está se gestiona de forma adecuada, no solo beneficiará a los migrantes sino que también ayudará a reducir la pobreza y las diferencias sociales y económicas. Más de dos tercios de la población mundial vive en países dónde la desigualdad ha crecido. Aunque América Latina es una región con los niveles de desigualdad más altos, desde los años ninety ha conseguido rebajarla en muchos lugares. La mala noticia es que está volviendo a subir en algunas naciones que la habían visto decaer en años recientes, tales como Argentina, Brasil y México. Los expertos subrayan la necesidad crítica de promover sociedades menos desiguales y de mejorar la igualdad de oportunidades dentro de los países asegurando el cumplimiento de la distribución de los beneficios del desarrollo como marca la Declaración. “La desigualdad y la discriminación son algunos de los desafíos que definen al mundo precise covid y pobreza.

Desigualdad Se Sigue Ampliando En El Mundo: 0,7% De Los Adultos Concentra 46% De La Riqueza

Si de algo se ha hablado persistentemente durante los últimos años en todo el mundo es de inflación y el aumento del costo de la vida. Para Stiglitz, la preocupación principal de las compañías no está puesta en proporcionar mejores bienes y servicios a través de la innovación, sino en la creación de monopolios. Pero está ocurriendo que en muchos sectores económicos no hay un número lo bastante grande de actores para que pueda hablarse de un mercado competitivo como tal. Informe de desigualdad de Oxfam indica que la fortuna de los multimillonarios en el mundo aumentó en un 12% mientras que el ingreso de los pobres cayó en un 11%. La desigualdad sería menos problemática si el lugar que ocupan las personas en el orden social fuese pasajero, sujeto a cambios durante el ciclo de vida o, por último, si la posición social de los hijos no dependiera de la de los padres.

desigualdad de la riqueza en el mundo

A modo de ejemplo, el Gini de la Región Metropolitana para el año 2017 es de 0,50, levemente por sobre el de Chile (0,49), pero muy por sobre el de otras regiones, tales como la de O’Higgins (0,40), Arica y Parinacota (0,41), Tarapacá (0,42) y Antofagasta (0,43). De hecho, el segundo lugar del ranking de desigualdad en Chile lo ocupan La Araucanía, Aysén y Los Ríos, todas con coeficientes de Gini de 0,forty seven, lo que constituye una diferencia no menor respecto de la Región Metropolitana y del promedio nacional. «El poder de la acción pública puede frenar la concentración de poder del sector privado y la desigualdad, convirtiendo el mercado en un espacio más justo y liberándolo del control de los milmillonarios», puntualiza el documento. Además, añaden que «una trabajadora del sector sociosanitario necesitaría 1.200 años para ganar lo que un presidente de una de las empresas de la lista Fortune 100 gana en promedio en tan solo un año». Desigualdad S.A es el informe más reciente de Oxfam, una confederación que reúne a distintas ONG de todo el mundo y cuyo principal propósito es avanzar hacia una economía que gire en torno a las personas y el planeta. “Ha servido como catalizador de cambios a nivel global, como se ha visto en su liderazgo de la huelga feminista de marzo de 2018”, cube el informe.

En este sentido, aunque no hay evidencia concluyente acerca del efecto, la literatura empírica tiende a identificar un efecto positivo significativo del gasto público social en el IDH, pero en una relación no lineal (por ejemplo, Edeme, 2014; Agarwal, 2015; Sulistyowati, Marulitua, y Novindra, 2017). En concreto, Fadilah, Fajri y Kaluge (2018) argumentan que el gasto público en educación, salud y productivo tiene una influencia positiva en el IDH y en todos sus componentes. De manera comparable, Mikusova et al. (2017) sostienen que el gasto público, especialmente la educación, la salud y los servicios sociales, tiene el potencial de tener un impacto positivo en el desarrollo socioeconómico. Para capturar este efecto, se incluye en el modelo la variable gasto público social (gps), definida como la suma del gasto público en salud, educación y las subvenciones y otras transferencias como porcentaje del PIB. Piketty (2015) ha demostrado que las disparidades de riqueza han ido en aumento en muchos países, debido a la mejor posición financiera del 1% más acomodado (denominado como el zero,1%). En specific, Killewald, Pfeffer y Schachne (2017) encuentran que la RE está asociada con resultados a nivel micro, incluyendo educación, ingresos familiares, ingresos laborales, autoempleo, relaciones netas de poder, etc.

En el caso de México, donde viven los dos hombre más ricos de la región, Carlos Slim y Germán Larrea, sucede lo mismo. América Latina y el Caribe es la región con la brecha de desigualdad más grande, por encima de África subsahariana, el sudeste asiático, el norte de África y Medio Oriente, pues en las últimas dos décadas los ricos han incrementado sus fortunas y los pobres se acercaron más a la miseria. En Argentina, la provincia de Salta firmó en 2017 un acuerdo con Microsoft para utilizar inteligencia synthetic en la prevención del embarazo adolescente y la deserción escolar. Según la empresa, a partir de datos recolectados por medio de encuestas a sectores vulnerables de la sociedad “los algoritmos inteligentes permiten identificar características en las personas que podrían derivar en alguno de estos problemas y advierten al gobierno para que puedan trabajar en la prevención de los mismos”. Los datos recabados son procesados por servidores de Microsoft distribuidos alrededor del mundo y el resultado de ese procesamiento apunta específicamente a las adolescentes identificadas como personas bajo riesgo, afectando no solamente su privacidad, sino también su autonomía y generando amplio potencial de discriminación. Se trata, finalmente, de un mecanismo dirigido de control sobre personas en situación de vulnerabilidad que son expuestas a intervenciones sin su consentimiento, reforzando la vulnerabilidad de las personas que son privadas incluso de la posibilidad para decidir sobre esas intervenciones.

Estos son otros factores que permiten medir y evaluar las condiciones de vida de las comunidades», cube. En este contexto, Katia Valenzuela, investigadora de CEDEUS, socióloga y doctora en Ciencias Públicas por la Universidad de Nottinghan, cree que la medición Gini indica desigualdad en cuanto mide ingresos, pero existen más factores a tomar en cuenta. «Si situamos a Chile en comparación con países de la OCDE, Chile es uno de los países más desiguales por lo menos en América Latina, siguiendo el índice Gini, que mide ingresos. Si miramos la tendencia del coeficiente Gini Histórica, o sea desde los 90 hasta ahora, Chile ha reducido su desigualdad por lo menos acorde a este indicador. Sin embargo, las investigaciones de desigualdad en Chile indican que no sólo tenemos que prestar atención a la variable de ingreso, sino también en el caso económico a otros tipos de activos y capitales, que perpetúan la desigualdad ente los más ricos y los más pobres del país», explica.

Según datos usados por Walter Scheidel, “en Estados Unidos, el 1% que más posee entre el 1% más rico (las personas pertenecientes al zero,01% de ingresos más elevados) casi sextuplicó sus beneficios respecto de la década de 1970, mientras que la décima parte más adinerada de ese grupo (el 0,1% más rico) los cuadruplicaba. El resto tuvo un promedio de ganancias de unas tres cuartas partes, lo cual no es desdeñable, aunque dista mucho de los avances que han experimentado los estratos más altos”. Además de “poner fin a la carrera a la baja en la tributación de las personas más ricas y las grandes empresas. Consensuar un nuevo conjunto de normas e instituciones a nivel mundial que permitan rediseñar el sistema tributario para que sea justo, en un proceso en el que los países en desarrollo participen en pie de igualdad”, advierte.

Así, la riqueza extrema, no obstante sus posibles efectos positivos, significa que grupos de la población pueden ser relativamente, si no es que absolutamente, pobres, afectando por esta vía el desarrollo económico y las oportunidades de las personas para alcanzar el tipo de vida por ellos valorada. Esto es, desde el enfoque de desarrollo humano, la ultrarriqueza puede generar mecanismos adversos -desigualdades- a las capacidades humanas en distintas dimensiones, incluidas la salud y la educación (Robeyns, 2019). Considerando los casos particulares de México y China, la acumulación extrema constituye un medio por el cual las oportunidades de desarrollo para los grupos y personas se limitan. El poder de las élites genera externalidades negativas en el proceso de desarrollo humano. En cuanto al ingreso, la riqueza extrema impulsa el índice de ingreso en ambos países, no obstante, el poder concentrado en billonarios y familias, induciría a que los beneficios se concentren en los más ricos. En términos generales, las estimaciones y pruebas estadísticas revelan que la acumulación extrema, así como el resto de variables, son significativos para prácticamente todas las especificaciones.

Es cierto que existe desigualdad de riqueza en el mundo, pero el estándar de vida especialmente el de los pobres se ha incrementado dramáticamente. Lo que antes eran considerados bienes de lujo, financieramente disponibles sólo para los ricos, se han transformado en posesiones ordinarias para los pobres. Refrigeradores, celulares, computadores, desigualdad de la globalización lavarropas, secadores de pelo se han convertido en lugar común en aquellos países que han adoptado el mercado como expresión de la libertad de elegir y contratar. Cuando, a través de los varios medios de la distribución de la riqueza, las autoridades intentan equilibrar los resultados y crean, inadvertidamente, pobreza.

Por ejemplo, en el año 2016, entre los países de la OCDE, el IVA y otros impuestos al consumo representaron en promedio un 32,7% de la recaudación. En Chile, estos mismos impuestos representaron el fifty four,6%, por lejos la proporción mayor entre los más de 30 países que componen el grupo (en segundo lugar aparece Turquía con forty three,6%). Este número nos sitúa en el lugar 24 en términos de desigualdad sobre el complete de 159 países con datos disponibles, y nos corona como el país más desigual de la OCDE.

En las sociedades más desiguales, relativamente pocas personas y en especial las mujeres, alcanzan elevados grados educativos (OXFAM, 2014), que podría explicarse por el efecto perverso del poder de los grupos de élite. Las grandes fortunas podrían limitar las oportunidades educativas en países pobres y desiguales, afectando así, las condiciones previas para un desarrollo más igualitario, desigualdad derechos humanos el empoderamiento de las personas y la pobreza (Purje y Nilsson, 2015). Sin embargo, Saha y Zhang (2017) establecen que el efecto de la democracia en el desarrollo humano depende de los niveles de crecimiento y democracia. Es decir, la democracia es esencial en los países desarrollados, mientras que para los países en desarrollo el crecimiento económico es más relevante.

Los principios subyacentes al desarrollo inmobiliario juegan un papel central en el establecimiento de estas relaciones. La recaudación anual de impuestos a la propiedad sobre el valor del suelo y los edificios son la fuente más significativa de ingresos de los gobiernos locales para el sustento de los servicios públicos(17). En consecuencia, los valores inmobiliarios locales –y no el patrimonio total de la ciudad, estado o nación– son uno de los indicadores más claros de la calidad de la educación, los servicios y la seguridad en los barrios de Estados Unidos.

Sin embargo, un punto del que se sabe menos es si la desigualdad tiene un impacto en el día a día de las personas, más allá de las consecuencias macro que esta puede tener en términos de estabilidad social y de aprovechar el potencial del capital humano de un país. En common, no existe mucha evidencia causal sobre la relación entre desigualdad y bienestar, y es posible que se esté confundiendo con el malestar que genera la pobreza. A igual nivel de ingreso per cápita, países más desiguales tienden a tener mayores índices de pobreza que países menos desiguales, lo que naturalmente llevaría a confundir estos dos conceptos. En mayo de 2014, Christine Lagarde se dirigió a un grupo de líderes mundiales en una conferencia en Londres.

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La creciente demanda de trabajadores calificados y educados que pudieran navegar en este entorno tecnológico que cambia rápidamente incentivó a los padres a invertir en la educación de sus hijos y, por lo tanto, a tener menos hijos. Las tasas de fertilidad comenzaron a disminuir y los niveles de vida mejoraron sin ser contrarrestados rápidamente por el crecimiento de la población, y así comenzó un aumento a largo plazo en la prosperidad humana que el mundo ha experimentado en los últimos dos siglos. A través del e-mail, Galor cuenta que su interés “por la desigualdad se ha basado en mi convicción ethical personal, así como en la comprensión del posible efecto adverso de la desigualdad en la prosperidad económica. A pesar de la importancia de la desigualdad salarial en la generación de los incentivos económicos adecuados, es bastante evidente que la desigualdad excesiva de la riqueza afecta negativamente la ‘igualdad de oportunidades’ en la sociedad y, por lo tanto, es injusta y perjudicial para la eficiencia económica y la cohesión social”. Ciertamente, no omite el impacto de la colonización y la globalización en la riqueza de unos y el empobrecimiento de otros. Pero sostiene que en la capa más profunda se encuentran factores geográficos que propiciaron instituciones que facilitaron o retrasaron el desarrollo.

Como se explicó en el primer apartado de este artículo, los indicadores son una herramienta que cuantifica una realidad y facilitan los procesos de toma de decisiones. En este sentido, es importante destacar que no son el único instrumento utilizado para decidir a nivel de autoridades, pero sí una parte importante ( Mügge, 2015 ; Coyle, 2016 ). Por lo tanto, si estos tienen algún tipo de sesgo, esto probablemente influirá desigualdad social en la economia también en el tipo o calidad de decisión que se implemente finalmente. En consecuencia, si el Índice de Gini chileno demuestra que hay una gran disparidad de ingresos, deberían cuestionarse las causas de esta, por un lado, y por otro, qué otros indicadores podrían entregar una mejor perspectiva de cuáles son las acciones públicas que deben llevarse a cabo para disminuir las desigualdades que hoy afectan al país.

El análisis de este capítulo muestra que en basic las políticas redistributivas se han reforzado en los países emergentes, por vía del aumento del nivel de transferencias o ampliando la cobertura de seguros de desempleo y/o de salud, o expandiendo las oportunidades educativas de la población. La desigualdad de riqueza está asociada con decisiones ineficientes de educación e inversión de los segmentos más pobres de la sociedad. Por lo tanto, tiene un efecto adverso en la asignación de talentos entre ocupaciones y cut back la eficiencia económica. Además, afecta negativamente la cohesión social y se asocia con disturbios civiles y, por lo tanto, pérdida de productividad. Durante milenios, las ruedas del cambio, la interacción reforzada entre el progreso tecnológico y el tamaño y la composición de la población humana giraron a un ritmo cada vez mayor hasta que, finalmente, se alcanzó un punto de inflexión que desató el rápido progreso tecnológico de la Revolución Industrial.

La opulencia, la arrogancia, la soberbia, el despilfarro, el abuso, el atropello, es decir, las características propias de un explotador, es lo único que «chorrea» el modelo. La explotación como estructura y la iniquidad como norma es el método que conoce y practica la casta dominante como forma de relación con el resto de la sociedad. Eso debe acabarse; del mismo modo que en su momento se acabó con la dictadura militar, debe acabarse con la dictadura de un modelo económico injusto y arbitrario. También se expresa en factores claves para la calidad de vida de la población como son la vivienda (el m2 por habitante), la estructura de los barrios, la existencia o preservación de áreas verdes, la salud, la recreación, el transporte y, por supuesto, la educación. En tal sentido, los paraísos fiscales producen ocultamiento de la magnitud actual de las desigualdades económicas.

Cualquiera sea la explicación, lo relevante es ver que la consecuencia fue una decisión política, no una tendencia inevitable. Por el contrario, es el diseño institucional y las políticas públicas los que han permitido que eso ocurra. En otras palabras, son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad.

[13] Es importante mencionar que esta gran diferencia se explica principalmente por las contribuciones a la seguridad social ya que, a diferencia de Chile, en basic los países financian programas de seguridad social con componentes solidarios con estas contribuciones. [9] Existe una tradición académica que sugiere que si no se le pueden poner impuestos a todos los bienes de consumo, el impuesto al consumo óptimo posiblemente impondrá distintas tasas a distintos bienes. Un problema de esta tradición es que no considera que impuestos diferenciados dificultan la fiscalización y abren espacio a la evasión y elusión, lo que a su vez afecta la eficiencia del sistema. Un segundo problema, más importante aún, es que los impuestos diferenciados óptimos dependen de elementos que no son observables, por lo que son muy difíciles de implementar. Como el IVA en Chile es homogéneo, y para no extender la discusión más allá de lo necesario, no profundizaremos al respecto. La literatura académica sugiere que los impuestos óptimos al ingreso de los individuos en la parte más alta de la distribución deberían ser altos (estimaciones sugieren que podrían llegar a 73%, e incluso sobre el 80% si existe apropiación de rentas no productivas).

Observamos un país en crisis, con un nivel de desigualdad que se ha estancado en niveles altísimos. Transitar hacia una sociedad distinta es posible; es, a fin de cuentas, una decisión política. Para complementar el análisis basado en el Gini, una forma menos abstracta y más intuitiva de medir la desigualdad consiste en calcular la porción del ingreso total del país que concentran diferentes grupos de la población. Por ejemplo, la porción del ingreso nacional que se apropian el 1% y el 10% más ricos dan cuenta de qué tan concentrados están los ingresos. Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación.

desigualdad riqueza

Sobre esa base, la promoción de mercados laborales dinámicos y con condiciones de trabajo dignas es la otra parte elementary. En una columna escrita recientemente para el diario español El País, la directora de la Fundación ISEAK, Sara de la Rica, asevera que el cambio climático y la creciente desigualdad de ingresos son «los dos problemas socioeconómicos de mayor gravedad» a los que se enfrentan la gran mayoría de los países. La concentración de riqueza, que ha alcanzado un nivel inédito en el historia, está completamente naturalizada y más aún validada por el propio sistema que la produce. Según Oxfam, 61 personas acumulan la misma riqueza que los habitantes de la mitad más pobre del mundo. Esta es una medición concreta que se puede desplazar una y otra vez para pensar localidades y desigualdad. Ya es nítido que la acumulación de riqueza se convierte en un tipo de mal de Diógenes  que rompe cualquier lógica porque gira sobre sí misma.

Además, el informe declara que el asunto de la desigualdad salió a la luz dentro de varios otros tópicos consultados, como el de salud, el medioambiente donde habitan, brechas de género, entre otros. De esta forma, se reafirma la multidimensionalidad de la desigualdad económica, presentada anteriormente, la cual no solo está rela-cionada a los ingresos que perciben los individuos de una economía, sino que hay una variedad de particularidades a considerar para eliminar las formas más extremas de esta. Esto con el fin de determinar qué concepto de desigualdad está justificando el plan de acción de Chile respecto del objetivo anteriormente señalado, argumentando inicialmente que el concepto utilizado para justificar este plan es la desigualdad de ingresos principalmente. Sin embargo, y como se presentará a continuación, esta no sería la única dimensión de las disparidades a la que hay que aludir para disminuir las brechas existentes en Chile de manera efectiva. Datos de Banco Mundial (2016) muestran que los países que presentan una mayor diferencia en los ingresos tienden a presentar un menor grado de movilidad intergeneracional.

Considerando que los ingresos totales provienen de distintas fuentes con distintas particularidades (trabajo, empresas, mercado financiero, etc.), su diseño es complejo y varía mucho entre países. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones desigualdad ocde tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos. “El actual modelo económico neoliberal ha agravado esta situación, a través de los recortes a los servicios públicos, la reducción de la tributación de las personas y empresas más ricas y la baja en los salarios, que ha perjudicado en mayor medida a las mujeres. Un país que tenga un elevado nivel de desigualdad económica, tendrá también una mayor desigualdad entre hombres y mujeres.

adelante estrategias redistributivas que permitan que el “crecimiento económico” sea favorable a los más pobres. Entregar mayores accesos a los recursos de la tierra garantizando, además, que

En el país el 50% de la riqueza se concentra el 1% más rico… entonces la riqueza está muy concentrada. Ese es el punto de partida para pensar en un impuesto a los súper ricos, que busca cobrar un porcentaje de tu riqueza todos los años». A principios de la década de 1970, la política federal respecto a la vivienda pública se desplazó de nuevas construcciones a un sistema de vouchers, permitiendo que los hogares elegibles pudieran arrendar a propietarios privados. El objetivo era no sólo trabajar en contra de la concentración de la pobreza en los desarrollos de vivienda pública, sino también apoyar las iniciativas impulsadas por el mercado y acabar con el rol directo del gobierno federal en la construcción de viviendas.